Partida Rol por web

La Defensa por Galdonia VI

El Caldero de Brujas (Heat)

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07/10/2012, 02:16
Director

Notas de juego

En la lanzadera (Anexado puntaje relativo a su rapidez):
Sonny 9
O´Connor 9
Hightower 3
Gawain -2

O´Connor: Claro, el próximo turno puedes intentar despertar, sin embargo veo muy complicado que logres sobrevivir si nadie te ayuda. Has sido ayudado para tu suerte por el zapador Sonny quien te lleva hasta la lanzadera.

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07/10/2012, 02:17
Johnny Frost

El universo parecía haberse detenido. Galdonia estaba lejos, y aquí todos estaban abstraídos en sus propios asuntos. Frost no esperaba este tipo de recibimiento. No era lo que le había contado su padre sobre la gloriosa infanteria móvil. Quizá el tiempo del viejo Frost había quedado demasiado atrás, y los tiempos que corrían para el joven técnico se movían con otros vientos. El saludo que le devolvió al oficial de la flota fue tan amargo y su mirada tan reprobadora que sabía que lo podían castigar por desacato. No importa una mierda. Sabía que Bauer lo disfrutaría y se reiría con él en la cantina. Pero no podía evitarlo. Hubiera dicho que mejor debía pasar primero por enfermería, pero tampoco le importaba. No tenía conflicto con la muerte de él y de los suyos, pero detestaba la falta de respeto por quienes se jugaban el cuello día a día luchando cuerpo a cuerpo con los bichos. Todo lo que siempre había esperado, era ahora polvo y cenizas. Ni honor, ni respeto, y quizá ni compañeros de armas tuviera.

Miró a los ojos a su compañero Quiero que me digan como van las demás lanzaderas, no voy a ir a cambiarme ahora, ni me voy a tranquilizar. Aunque los perros que tripulan estas naves sean desinteresados, yo voy a serlo tambien.

El cuerpoya se le estaba enfriando, aunque estaba nervioso. Le temblaba el pulso y ahora cada paso le daba un leve espasmo y un tirón. Se aguantó lo mejor que pudo y caminó buscando algún oficial a quién consultar sobre el estado de las lanzaderas enviadas al Galdonia VI.

 

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07/10/2012, 02:25
Raynard Bauer

Si alguna vez había tenido dudas acerca de si era visto como un trozo de carne para matadero, estas se disiparon en cuanto la lanzadera se detuvo con un suave topetazo y fueron escupidos a los pies de un oficial que, como buen burócrata que jamás se había manchado con algo que no fuera tinta, solo se dignó a darles unas instrucciones, que si bien en otro contexto hubieran tenido sentido, en el suyo eran del todo anticlimáticas. Atrás en el tiempo y en el espacio quedaban Galdonia VI, los bicho sy sus amigos y compañeros. Mencionar la necesidad de asearse, cuando apenas minutos antes habían sido testigos de la muerte de verdaderos hermanos, o de los intestinos congelándose en la helada noche de aquel puto infierno de planeta tras haber sido arrancados por las afiladas garras de un warrioir o cualquier otra pesadilla hecha realidad, era cuando menos algo que despertaba los instintos homicidas de cualquiera con sangre en sus venas.

Su mirada se cruzó con la de Frost. Lo que dijo ni siquiera era necesario. Lo que había visto en sus ojos lo decía todo y además, lo compartía.

-Estoy contigo, Frost, pero conmigo no necesitas hacerte el héroe, jodido cabrón -dijo con una voz donde el dolor por la ignorancia de quienes habían quedado atrás se combinaba con la camaredería de aquel dispuesto a dar su vida por el amigo. Él estaba ileso, sin una sola magulladura en su cuerpo. No era el caso de Johnny a quien cogió por la cintura, pasando uno de sus brazos sobre su hombro-. Apóyate en mí y busquemos a un chupatintas capaz de decirnos algo de los nuestros. Y si les molesta como olemos, que se jodan. ¡SOMOS DE LA ECO! ¿HAY NOTICIAS DE LOS NUESTROS? ¿SE SABE ALGO DE LAS DEMÁS LANZADERAS? -gritó a voz en cuello. Le daban igual las caras que se volvían, los gestos de desagrado. Muchos de los que allí seguirían viviendo, lo harían gracias a ellos-. Aguanta, Johnny. No hemos llegado hasta aquí para que ahora palmes.

 

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07/10/2012, 13:46
Nathan Graves

Graves trató de disparar a los bichos que lo cazaban, como hace cualquier presa luchando por su supervivencia. Pero al momento de tratar de disparar se dio cuenta de que no había recargado. El click sordo de su arma le dejó aún más claro que su única opción era correr, correr como alma que lleva el diablo.

Y corrió, entrando en la lanzadera y corriendo entre los bichos que se cernían sobre él, tratando con desesperación de obtener la vida que se le escapaba entre sus dedos

Notas de juego

Entro en la lanzadera y recargo una vez dentro si me da el turno, si no, simplemente corro.

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09/10/2012, 03:40
Steve Miller

Miller maldice, mira al capitán Tsumina y maldice de nuevo en la intimidad de su casco. Alex parece que no lo olle o no lo quiere oir, pero pero descarga su morita con saña. El zapador golpea con un puño la trampilla cuando esta empieza a subir y se desengancha de su lizard line, luego se sienta en el lugar más apartado y aprieta el arnés si hablar con nadie.

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09/10/2012, 03:41
Alex Jane Odonell

Cuando la trampilla se cerro completamente, se paso unos segundos respirando rápidamente y superficialmente. Había desobedecido una orden directa pero peor aun, aun quedaban infantes abajo. Solo pudo maldecir con unas cuantas palabras y se sentó en el asiento justo delante del capitán.

Señor, problemas con el casco táctico, señor.

 

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09/10/2012, 04:02
Director

Notas de juego

Graves: Has llegado a la lanzadera y puede que seas el único de la infantería ligera que lo logre, junto con O,Connor claro esta.

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09/10/2012, 04:06
Willhemina "Billy" Wallace

Sentada en uno de los asientos libres, con el arnés bien colocado para no moverse de un lado al otro, piensa en los que se han quedado abajo, en aquellos a los que tendría que haber ayudado en lugar de haber subido a la lanzadera. Pero las órdenes del Sargento habían sido claras. De todas formas, maldice su suerte por no haber ayudado lo suficiente a sus compañeros... ¿volverían todos? Espera que sí.

Mira la cara de los demás y supone que es un reflejo de la suya propia. Suspira esperando a que llegue el final del viaje y a que sus compañeros consigan salir de ese fuerte helado, que para muchos se ha convertido en tumba.

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09/10/2012, 09:57
Josh Garth

No podía pronunciar palabra alguna, por temor a accionar alguna fibra nerviosa, no era para mas, todos estábamos bastante consternados al no saber nada sobre nuestros camaradas que un seguían jugandose la vida en aquel maldito fuerte, me quede mirando fijamente a Billy Wallace, llevaba muy poco de conocerla y a penas la había visto un par de veces, sin embargo su expresión parecía bastante consternada. De cualquier manera dijera lo que dijera supuse que nada seria suficiente para tranquilizar a ninguno de mis compañeros, desde niño siempre me habían enseñado que si no tenia nada bueno que decir lo mejor era callar y en este momento esa parecía la mejor idea que podría haberseme ocurrido, simplemente callé y aparte la vista de ella, no había nada que decir y era mejor dejarlo así.

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09/10/2012, 10:31
Director

Los últimos momentos para los infantes de la compañía Guardianes de Sirius que defendían el fuerte helado llegaban por fin a su fin. La última lanzadera estaba por salir, y representaba la última oportunidad de salir con vida de ese planeta.
El Frío se estaba tornando muy intenso e incluso para los infantes pesados empezaba a sentirse hasta los huesos. La ventisca se acrecentaba mientras la oscuridad de Galdonia VI se apoderaba de todo en los alrededores. Y mientras todo eso sucedía, la lucha por la sobrevivencia tocaba su clímax.
Los infantes cerca de la última lanzadera disparaban fuego de cobertura para intentar ayudar a los retrasados y caídos. La mayoría de los miembros del escuadrón Fox lograron llegar sin problemas hasta la lanzadera, incluyendo a un escurridizo Gawain que se había librado del ataque de un par de obreros que le pisaban los talones.
Mientras Graves y el sargento Winger de la infantería ligera abordaban también la lanzadera seguidos por el zapador Sonny que llevaba a rastras al fusilero O’Connor, en los alrededores se escuchaban gritos desgarradores; infantes caían bajo el ataque enemigo. Al sur Cambpell era descuartizado para impotencia de todos por varios obreros mientras al norte el Sargento Wolf intentaba defenderse de los ataques con su mano cibernética perdiéndola ante un letal ataque de un bicho tigre para ser luego atravesado por varias espinas de Riplers que sobrevolaban su cabeza.
Sin embargo el escuadrón Fox también había sufrido bajas; un retrasado y solitario fusilero Raynor había sido rodeado por varios bichos los cuales lo atacaban desde distintos flancos causándole la muerte al descuartizarlo por completo. Para los infantes a la distancia esta fue una de las muertes mas horribles pues sus gritos aun podían escucharse mientras su cuerpo desmembrado saltaba por los aires.
En los últimos instantes, seguidos por una horda de bichos, los infantes White y McAllen luchaban por llegar a la lanzadera llevando a rastras a su compañera García, la cual parecía mal herida aun daba señales esperanzadoras de vida. Sin embargo sus fuerzas les fallaban en los últimos instantes teniendo que dejar a García en manos del fuerte artillero Hightower quien subió a García, para enseguida lanzarse ambos a la lanzadera en un último intento por abordarla. White había logrado asirse por si mismo y subir mientras un suertudo McAllen había estado apunto de quedarse de no ser por la destreza del Sargento Focker quien había cachado su mano en el vuelo permitiéndole subir a la lanzadera antes de que esta los dejase atrás.
Sin embargo, a pesar de salvar la vida de varios valientes infantes, para los sobrevivientes, aquellos instantes fueron por demás amargos. Goldberg con su mano amputada aparentemente por un bicho momentos atrás, intentaba llegar a la lanzadera pero se había quedado atrás de White y los demás debido a que había tenido que correr desde muy lejos. Solitario, el fusilero Goldberg de la infantería ligera, se había quedado fijamente mirando por sobre sus hombros a la lanzadera elevarse mientras hacia conciencia de su destino.
El teniente Brown tampoco había sobrevivido, muchos no habían entendido que había sucedido hasta que la lanzadera ya estaba muy arriba. Allí desde los cielos se dieron cuenta de que el teniente les había salvado la vida a todos.
Desde lo alto pudieron ver al tanque que había derribado la puerta del fuerte y que avanzaba por el sur a escasos metros de ellos sin que nadie se hubiera percatado. De no ser por el teniente quien lo había mantenido a raya con fuego supresivo la lanzadera habría sido incinerada en vuelo con todos dentro.
Ahora de forma valiente y desesperada el teniente Brown luchaba cuerpo a cuerpo contra los bichos con gran destreza arrancando sus patas como si fueran palillos y bloqueando el ataque de sus garras con su armadura como si lo atacaran niños. Pero a pesar de todo esto, y de lo esperanzador y alentador que era verlo terminar con un bicho tras otro, todos entendían que simplemente era imposible que sobreviviera. Y así, su fin no tardo mucho en llegar; atravesado por innumerables espinas y con las piernas rebanadas por un bicho tigre, fue destrozado por un bicho tanque que simplemente le aplasto con sus patas mientras el teniente malherido y en el suelo, intentaba de forma desesperada pero inútil hacerse a un lado empujándose con la única mano que aun le respondía.
Su muerte había sido quizá el más duro golpe para todos los presentes en aquella lanzadera. Para muchos el teniente no merecía morir de esa manera; su vida había estado llena de grandes hazañas, de grandes aventuras y de innumerables batallas. Que contarían ahora de aquel gran hombre, que había muerto como un héroe al ser aplastado como papilla por una cuchara?
Con aquella imagen en sus mentes la lanzadera se elevó cerrando las compuertas y dejando atrás al fuerte helado y a aquella maldita roca helada. Y con ellos dejaban atrás a grandes compañeros caídos que jamás serian olvidados.

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09/10/2012, 11:46
Director

El fuerte había quedado atrás ya y las compuertas de la lanzadera se habían cerrado privándoles de toda oportunidad de saber que había sido de sus compañeros a la distancia; lo que hubiera sido de sus compañeros lo desconocían por completo y no podrían saber nada de ellos hasta que llegaran a la Sirius Beta.
Por sus mentes pasaba la idea de que quizá ya no volverían a ver a todos sus compañeros. El terrible combate había quedado atrás y sin embargo era algo que recordarían toda la vida.
Atravesando una cuantiosa nube de bichos alados, la lanzadera apoyada por los cazas de la flota logró atravesar con éxito la atmosfera de Galdonia VI. Turbulentos movimientos asolaban la lanzadera mientras dejaba atrás a aquella maldita roca helada. Sin embargo lo que les esperaba en el espacio exterior  no era mas tranquilizador, la flota estaba siento atacada de forma constante y preocupante por proyectiles de plasma desde la superficie de Galdonia. Por lo que podían apreciar la flota se estaba retirando de la orbita del planeta.

 

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09/10/2012, 11:53
Director

Tras un duro y ajetreado ascenso los infantes de la segunda lanzadera habían por fin atracado en la Sirius Beta. Una vez fuera, todos pudieron escuchar el caos dentro de la nave, como bien sabían, las fuerzas de la flota se encontraban bajo ataque, y eso incluía a la Sirius Beta.
Por lo que escuchaban en los parlantes, la flota abandonaría la orbita de Galdonia VI, en cosa de minutos. Al parecer se estaban retirando.
Fuera de la lanzadera se encontraron con los infantes de la primera lanzadera quienes habían llegado también a salvo.
Nadie los había recibido les habían dicho, no había nadie interesado en lo que había sucedido con los infantes allí abajo. La indignación se iba acrecentando en la medida que el tiempo pasaba allí y nadie decía nada. Tenían ordenes de asearse, pero para nadie podía irse a descansar sin saber que había pasado con los demás, por lo que final habían decidido esperar.
Para su suerte un oficial de la flota había notado su presencia y molesto había ordenado se les atendiera de inmediato. Todo cambio en ese instante, aunque seguía teniendo un sabor amargo. Se les había llevado a un compartimento dentro del área de abordaje; en este se prepararon rápidamente algunas camillas improvisadas donde médicos atendieron a los heridos. A la par les trajeron agua, comida y les ayudaron a quitarse el equipo de encima; aunque para muchos no era agradable que un intendente de la flota se pusiera a tocar el equipamiento que les había salvado la vida.
El capitán Dorgotiev había desaparecido casi desde que llegara en la primera lanzadera sin decir gran cosa. Por lo cual ahora el mando estaba provisionalmente en manos del Sargento Mayor Hammer y del sargento Corbec del escuadrón Heat.

 

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09/10/2012, 17:44
Cabo Robert Stone

La lanzadera llega al hangar de la Sirius, un aterrizaje un poco brusco y las correas del arnés aprietan un poco más las costillas, una pequeña mueca de dolor se dibuja en mi cara, donde le han dado el carné de piloto ... susurro aunque debo reconocer que los ha tenido bien puesto para bajar allí y sacarnos de ese maldito infierno nevado.

Cuando la compuerta empieza a abrirse no puedo evitar respirar hondo, las cosas ahora se veían desde otra perspectiva, estábamos en la Sirius no en una lanzadera que podrían derribar en un momento. Nada más bajar todo es un caos, todo el mundo corre de un lado a otro sin hacernos caso, no puedo dejar de pensar en que seguramente el piloto habría sido un loco que se habría ofrecido voluntario para bajar, a nadie más de aquí les importamos lo más mínimo. Al menos alguna noticia buena, el bueno de kilder lo había conseguido y ya estaba con nosotros.

Por fin algún oficial debió reparar en nosotros, e improvisaron un pequeño espacio para nosotros allí mismo en la zona de abordaje, Sargento me llevo al equipo para una puesta a punto, Dragonstone, Firestorm y el resto, conmigo al compartimento que nos han preparado. . Allí, sentado en una de las camillas, hago un gesto parándole los pies al muchacho de la flota que intenta ayudarme a quitarme el equipo, - ... gracias, ya lo hago yo.- digo mientras empiezo torpemente, por las magulladuras a retirar la armadura y el resto del equipo, palpando las muescas que los bichos habían hecho en ella. Aparto la comida, y la bebida, hago que el personal médico empiece primero a atender al resto de los infantes dejándome a mi el último, dejo que el médico empiece a echarme un vistazo - Doc, deja una puerta abierta para que pueda ver los infantes que regresan ... te lo agaradezco.- digo mientras el tono de mi voz va atenuándose, quizá sean los analgésicos o simplemente la adrenalina que deja de fluir, pero me noto cansado.
No puedo dejar de pensar en el resto de los infantes de los demás escuadrones, y del loco de McNealy, y de esos pobres infantes de la ligera que se unieron a nosotros al final ... como se llamaban ... Graves? ... si, uno era Graves, otro O'Connor, ... y el otro ... Casas , pero este último jamás saldría de allí, pobres desgraciados los habían enviado allí directamente a morir, nosotros teníamos pocas opciones de salir pero ellos necesitaban un milagro, un milagro que quizá todos necesitábamos ahora.

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11/10/2012, 02:44
Steve Miller

El pecho del zapador comenzó a moverse más rapido de lo que podía controlar bajo la armadura potenciada y la respiración se volvió jadeante, amenazando con empañar el visor del infante. Sujeto por el arnés y sin posibilidad de hacer otra cosa que esperar, Miller comenció a sufrir un ataque de ansiedad.

Respira Miller, respira...

Debía autocontrolarse, parecía mentira que después de lo vivido, su mente se quisiera derrumbar ahora. Echó la cabeza hacia atrás en el respaldo y pensó en su padre, en su familia. De alguna forma los recuerdos funcionanon como ansiolíticos y consiguieron relajar al zapador hasta un estado de calma.

Vamos, solo un poco más y ya estaremos a salvo.

 

 

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11/10/2012, 02:45
Alex Jane Odonell

La cabo se sentó sin decir ni una palabra, todas las escenas de la misión le pasaban rápidamente por su cabeza sin cesar. Habían sobrevivido pero a que precio.

Un pequeño ataque de ansiedad le ataco, sin duda por el estrés acumulado.

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11/10/2012, 02:48
Ian "Loco" Mkoll

Mkoll maldijo cada traqueteo especialmente violento de aquella lanzadera. De un momento a otro podrían ser eliminados, era sólo cuestión de tiempo que uno de aquellos bichos tuviera la suficiente suerte y puntería. Se habían librado de la matanza del fuerte por los pelos... ¡Pero demonios, al menos ahí podían luchar! Aquí arriba, sólo podían esperar a que aquello acabara. 

Además, sentía que poco a poco se desvanecía el efecto de aquello que le habían inyectado los matasanos. Y eso no era bueno, pues empezaría a delirar y hacer tonterías, y sin duda era lo último que necesitaban. El explorador apretó los dientes y se concentró. Debía aguantar hasta que todos estuvieran de nuevo en la nave, y los médicos se hicieran cargo de él.

 

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11/10/2012, 02:50
Cabo Sonia Ramírez

Sonia estaba en su asiento, aferrada a las barras de seguridad de su asiento, con los ojos cerrados fuertemente, rezando mentalmente con todas sus fuerzas para que ninguno de sus compañeros que habían quedado atrás murieran. Si eso pasaba, no iba a ser capaz de mirarse bien al espejo al haberlos dejado atrás. Le iba a pesar, quisiera o no. Y más teniendo en cuenta si los que caían eran Focker y Evans.

No era ajena al traqueteo, desde luego, pero evitaba pensar mucho en él. Ya con aquella vez de la nave estrellada tuvo bastante, no quería volver a pasar por algo semejante.

 

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11/10/2012, 02:51
Alistaire McAllen

Cuando salté para engancharme a la lanzadera y vi que no llegaba, algo se rompió en mi interior... pero fue una milésima de segundo, aunque a mí me pareció muchísimo más, y entonces uno de los soldados de la lanzadera me enganchó del brazo y tiró de mí con tanta fuerza que casi me estampo contra el techo.

Y ahí estaba yo, viendo como uno terminaba de colocar a Sam, viendo como Ethan había entrado por su propio pie. Notaba los latidos del corazón en los tímpanos, me temblaba todo el cuerpo y estaba empezando a notar un sudor frío. Intentaba pensar... decir algo... pero solo habría y cerraba la boca, sin creerme aún que lo hubiéramos conseguido.

Un rato después conseguí balbucear un poco- Gr-Gracias -dije al tipo que me había salvado, entonces me fijé en los galones de sargento que llevaba y agregué rápidamente- Señor.

Y ahí estaba yo, pensando en lo que había sucedido, ¿cómo había podido tener la esperanza de salvarme cuando tantos otros estaban muriendo? Sonreí como un idiota, saqué el casquillo de bala que llevaba al cuello, bajo la armadura y lo besé, tras lo que lo envolví con ambas manos y apoyé la frente en ellas.

Ahora estaba vivo... vivo para morir otro día... pero vivo.

 

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11/10/2012, 02:55
Ethan "Bugkiller" White

Todo era caos.

La nieve saltaba con los disparos a su alrededor.

Se oían gritos por doquier, unos alaridos que ponían la piel de gallina y todos los pelos de punta, pero no por ello dejó de correr.

Su objetivo estaba ahí, a unos escasos metros, pero a punto de llegar, daba igual si hubiera estado a varios kilómetros, sentía como desfallecía, sus brazos no podían más, no notaba los dedos, el calor había abandonado por completo sus extremidades y prácticamente no notaba ni dónde pisaba. No lo iba a conseguir. "¡POR SAM!" gritó en su mente, casi cerrando los ojos. Entonces vió las manos que se extendían hacia él desde dentro de la lanzadera.

Con un último esfuerzo, levantó lo suficiente a Sam para que esas manos la terminaran de alzar hacia la nave, sin llegar a ver quién era. En ese momento, la nave, con un rugido, despegó.

Ethan saltó. Con todas sus fuerzas.

Sus manos se cerraron en torno a uno de los enganches laterales al lado de la portilla de desembarque, y con un gemido de esfuerzo, consiguió subirse a bordo. Juraría haber notado algo pasando muy cerca de sus pies.

Notó como la fuerza impulsora de los motores tiraban de la lanzadera hacia arriba, y se agarró con todas sus fuerzas. Al mirar a su derecha, vió a Brocheta, el querido Brocheta, besando una bala que descansaba en ese momento entre sus manos.

Se movió como pudo al lado de Sam, toda sangre y heridas y se quedó unos instantes mirando la cuenca donde debería haber estado su ojo. Agachándose, le apartó el pelo suavemente y le susurró en la oreja..."Sam......no mu..mu..mueras.....todo esto no ha si...si...sido en vano.....juro por lo más sa...sa....sagrado que si sobre..vi..vives te meteré el mejor pol..pol...pol..polvo que te han metido nun...nun...nunca....." mientras, una lágrima caía de sus ojos...."además....te de...de...debo unas cerve...cerve....cervezas....." terminó con una semisonrisa....quien contemplara su rostro, sabría que no era una sonrisa alegre....si no resignada....aceptando algo que parecía inevitable...

 

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11/10/2012, 02:56
Samantha García

En su mente, ajena al dolor de su cuerpo, al sufrimiento de sus compañeros que tanto habían arriesgado por sacarla de ahí, ajena al esfuerzo heróico de un componente de el escuadrón de la Fox, Sam revivía uno por uno momentos de su vida.

Paseaba con el traje térmico por entre las imágenes, como una espectadora invisible.

Su hermana Daana le arreglaba el pelo para ir a clase, su madre preparando tortitas, su padre leyendo el periódico sentado en la mesa de la cocina.

Su madre llorando, su hermana sujetándole de la mano y ante ella un agujero  que se habría en la tierra donde descansaba un féretro con una rosa azul... una pantomima. El ataúd de roble estaba vacío, nunca les llegó el cuerpo de su padre. No lo pudieron recuperar.

El paso por el instituto no había sido fácil, descarada y alienada del ámbito familiar desde la muerte de su padre se distanció de su madre y de su hermana.

La universidad, los bares, los hombres sin preguntar su nombre, las mañanas con la frente apoyada en la taza del váter y ese maldito canal de la cadena Federal sonando de fondo, retumbando en su cabeza por el efecto de la resaca.

"Haz tu parte".

Y la había hecho, había ido a la academia y había aprendido a obedecer... siguiendo las leyes de la coherencia.

Podía ver la imagen de la lanzadera, su primer descenso.

Ethan comprobaba sus armas con nerviosismo y Alistair ayudaba a bromear sobre los bichos.

Sam soltó el casco que retumbó con un eco en el suelo ficticio del delirio de su inconsciencia y se llevó las manos a los labios, no quería seguir mirando, quería quedarse con esos momentos de traquilidad que no disimulaba el pánico al descenso.

Por un momento le pareció oir distorsionado en su mente el tartamudeo nervioso y grave de Ethan y levantó la cabeza hacia la bruma que crecía envolviéndola en un sopor que no le dejaba entender las palabras que llegaban a ella. 

"¿Qué ha pasado?"

Se llevó las manos a su cabeza y sacudió la cabeza. Al retirar las manos la palma derecha rozó el pómulo y vio sangre... sangre y oscuridad. 

Empezó a sentirse pesada y le dolía todo, la sangre caliente de las heridas fundía la escarcha que ahora cubrían su armadura.

"No quiero...¡¡NO QUIERO!!!" , gritó interiormente intentando resistirse a la bruma, pero sintiendo como las fuerzas se iban con rapidez con la sangre que manaba sin descanso.

No quería morir e intentaba seguir hacia delante.