Partida Rol por web

Al escuchar los golpecitos Roy se volvió y escuchó a Pete que les hablaba.

-!Ehhh, dormilones! Salid que tenemos algo para vosotros.

Roy se giró hacia Tyler y se encogió de hombros.

- No sé que nos tienen preparado, pero parece que debemos salir y verlo por nosotros mismos- dijo y sin dudarlo salió para ver lo que el viejo les quería mostrar.

-Hay humo allí-. Les indicó al tiempo que les señalaba la fina columna grisácea que Jack advirtió.–Proponen que nos desviemos aunque por mi parte no lo recomiendo. No obstante mi trabajo es llevaros a vuestro destino. –Se retiró el raído sombrero que cubría su cabeza, a continuación se echó su cabellera sudada hacia atrás como si improvisase un peinado para posteriormente cubrirse de nuevo.

-Si queréis dar un rodeo cosa vuestra.

Roy oteó el camino en la dirección en la que señalaba el viejo carretero.

- Pero ¿éste camino nos lleva en la dirección de la columna de humo?- preguntó el cazarrecompensas sin quitar la vista a la columna de humo.

-De momento vamos a nuestro destino, si queréis desviaros es el momento de decirlo.-. Contestó el conductor de la diligencia antes de devolver nuevamente su mirada a los dos caballos de tiro.

-Estamos en territorio salvaje, ese humo pueden ser los restos de un campamento atacado por salvajes. Unos tramperos o unos cazadores se molestarían en no ser tan evidentes.- Opinó sin desviar su mirada del frente. La muerte de Brian un compañero habitual de su pescante estaba demasiado reciente.

Roy pensó en lo que Pete había dicho y luego le vino a la mente las personas que él conocía entre las que se encontraba personas buenas por la que Roy daría su vida.

- Quizás haya alguien en apuros que necesite ser rescatado...o alguien que le eche una mano- dijo mirando nuevamente la columna de humo-. A mí me da lo mismo, si decidís dar un rodeo lo entenderé.

Me asomo por la ventanilla y veo el humo, escucho los comentarios y digo:- Podria ser cualquier cosa, pero si estamos en territorio de indios, lo mas seguro es que sea o un campamento o un ataque de estos, yo propongo ir a ver, pararnos antes de llegar y acercarnos poco a poco por si fuera un campamento.

- No parece que esté muy lejos, y no creo que nos demore mucho, salvo por lo que tardemos una vez lleguemos. Roy y yo pensamos lo mismo, y parece que ningún pasajero se opone a echar un vistazo. Venga Peter, pon rumbo al humo.

No esperaba que hubiese un alma viva, pero quizás pudiera haber algún herido, quién sabía, pronto veríamos de lo que se trataba

La columna de humo que veis en la distancia no es otra cosa que los restos humeantes de una diligencia que se encuentra al lado del camino por el que debéis avanzar para llegar a vuestro destino.

A medida que os acercáis reparáis en una serie de bultos que están desparramados cerca de la diligencia. Todos ellos están asaetados por múltiples flechas indias. En total son cuatro cuerpos inmóviles que parecen estar muertos.

La diligencia también tiene una gran cantidad de flechas clavadas en sus maderas pero en la parte delantera no hay ni caballos muertos ni vivos. Los caballos que tiraban de la diligencia han desaparecido y lo único que os encontráis son los cuerpos y la diligencia humeante.

Al llegar salgo de la diligencia y voy hacia los cuerpos comprobando que realmente esten muertos por si alguno podria salvarse y contarnos que habia pasado.

Tyler busca algún signo de vida entre los desdichados cuerpos que se extienden por el suelo. Le acompaño en su tarea aunque parece poco probable que haya sobrevivido alguien. Tras eso, los registro al igual que los restos de la diligencia tratando de averiguar quienes eran y qué hacían por la zona. Aunque estaba claro, tendríamos más visitas de indios hasta el final del camino.

Son cuatro bultos acribillados por flechas indias. Al primero que veis es al que hacía de escolta. Tiene clavadas tres flechas en el pecho y una que le atraviesa el cráneo de parte a parte. Está muerto. Unos metros más adelante os encontráis con el conductor. Ha corrido la misma suerte que su escolta, más flechas ensartadas en su cuerpo y el mismo rigor mortis. Al menos no tiene ninguna flecha clavada en la cabeza.

Casi al lado de la diligencia hay otros dos cuerpos más. Se trata de otros dos hombres que también tienen el cuerpo acribillado por varias flechas indias. Ambos visten con ricas ropas de ciudad que ahora están cubiertas de sangre y polvo del camino.

Uno de ellos parece que no está muerto del todo. Un apagado y lento movimiento del pecho delata que aún queda un halo de vida en su cuerpo. Se trata de un hombre mayor, de unos cincuenta y cinco años con un enorme mostacho blanco que yace con una flecha ensartada en el abdomen que sujeta con sus manos, casi a la puerta de la diligencia.

-¡Ese está vivo!- Dijo Pete señalando lo evidente. -Deberíamos ponernos en marcha cuanto antes -Añadió de nuevo para seguir insistiendo en su letanía. Si había vivido hasta aquel entonces no sólo era por su habilidad con su diligencia, si no porque era plenamente consciente de cuándo era el momento de ser buen cristiano y cuando había cadáveres que había que dejarles ser pasto de buitres.

-Deben de estar cerca y quién sabe lo que tardarán en volver. Además cualquier cosa que hagamos, lo notarán, puede que estemos espantando a los buitres.

Se retiró el sombrero y miró al cielo esperando encontrar la alada silueta de algún carroñero.

- Si no nos han visto ya no vendrán, pues ya han echo su trabajo y tienen su recompensa, los caballos. Me acerco al hombre con una cantimplora y le mojo un poco los labios con agua a ver si reacciona. de hacerlo le pregunto:- que ha sucedido?. Y de paso observo sus heridas, que creo que serán mortales porque no tengo ni idea de curar.

Mientras Tyler preguntaba al hombre, Roy se encargaba de mirar en cualquier dirección ante un posible ataque de los que habían hecho aquello.

No quería que les ocurriera lo mismo.

Mientras los compañeros atienden al herido y otean el horizonte en busca de los que han hecho esto, busco algún indicio que indique lo que hacía esta diligencia por aquí y quién eran sus ocupantes.

Un pobre se debatía entre la vida y la muerte, no le envidiaba la suerte, sin duda lo pasaría mal hasta morir, eso en el caso de que alguno no pudiese curarlo, aunque mis habilidades en ese campo eran escasas, no creía que en el resto fuesen mayores. Ya veríamos.

Al ver que necesitaba ayuda, Roy se acercó y tendió su arma a Tyler.

- Sujétala, a ver si puedo conseguir parar la hemorragia de este hombre y que nos cuente qué ha pasado.

Dicho esto Roy se puso a explorar al tipo que estaba convaleciente y sacó un pañuelo para taponar le hemorragia.

Todo tuyo digo mientras le recojo el arma y vigilo por si viene alguien mirando alrededor.

Roy fue en ayuda de Tyler y el hombre que estaba semiinconsciente y le auxilió de modo que recobró el sentido. – Gracias. Soy Tobías Anderson. Viajábamos en la diligencia… cof. Roseline. ¿Dónde está Roseline? ¿Está viva mi hija? – Al ver la cara de Roy enseguida comprendió que su hija no estaba allí.

- Esos salvajes… cof,cof aparecieron de la nada… cof,cof mataron al conductor y al guarda. Después detuvieron la diligencia… cof,cof y cuando intentamos defendernos… - El hombre cerró los ojos por el dolor, tanto físico como por la pérdida de su hija. – Cuando intentamos defendernos, se llevaron a Roseline y a los caballos.

Por favor… cof, cof – Esta vez la sangre brotó de su boca al toser. – Salven a Roseline. Arránquenla de las manos de esos salvajes.  Les pagaré mucho dinero, pero por favor... sálvenla. – Nada más terminar de decirlo una nueva flema de sangre salió de la boca del hombre. Cerró los ojos y dejó de respirar.