Partida Rol por web

-Esta bien. Concedió el viejo alejando nuevamente su mano del arma y cogiendo en su lugar la petaca. ¿Su último trago?

- Bien, busquemos a esos malnacidos, es un grupo de ataque no creo que estén cerca de su poblado, tal vez un campamento provisional. Pronto lo averiguaremos. 

Miro por el suelo, las huellas de los caballos al irse, el rastro de la muchacha arrastrándose o algo que prefiero no pensar.

Seguir huellas no era lo que mejor se me daba, pero tenía alguna noción, de todas formas, el paso debería estar bastante claro. - Roy, ¿hechas una mano para buscarlos?.

Al registrar los cuerpos encontráis un total de 14 dólares. Lo que no está nada mal. Pero lo que sí que llamaba la atención era lo que había en la cartera del señor Tobías. Además de encontrar otros tres dólares más está la documentación que lo acredita como interventor del Banco Pacific – Las Vegas. Pero lo que más os sorprendió, gratamente eso sí, fueron dos fotografías.

En la primera fotografía aparece el propio señor Tobías junto a la que debe ser su esposa. En la segunda aparece una bellísima joven de pelo negro y ojos oscuros de pie, con un vestido a la última moda de París y con una sombrilla a juego. Debe ser sin duda su hija, Roseline.    

Visto que las aguas volvían a su cauce, Roy se volvió a sujetar el arma al cinturón con el seguro de cuero y se puso la gabardina en su sitio, ocultando nuevamente sus armas.

 Roy, ¿hechas una mano para buscarlos?.

El curtido cazarrecompensas asintió a su socio y se puso a su vera para poder encontrar alguna pista que le llevara hasta la chica.

Al pensar en ella, le vino a la mente la foto que acababan de ver que guardaba el banquero en su cartera - menos mal que yo no tengo hijas, si no no las llevaría por estos lugares ni aunque me pagaran - pensó Roy poniendose a buscar alguna pista.

El anciano terminó de apurar la petaca y subrayó su final con un nada discreto eructo. Fue entonces cuando advirtió lo que estaban haciendo sus compañeros y desde el pescante se disculpó por no unirse a la tarea:

-No se me dan muy bien muchas cosas. Puede que incluso jodiese algún rastro así que me limitaré a llevar todo donde me digáis.

Bueno, veamos si os puedo ayudar con el rastro, y se pone a buscar mientras dice:- Esos 14 dolares podemos dividirlos si queréis, o dejarlos para pagar la comida de nosotros y los animales así como las estancias hasta nuestro destino de haber algún pueblo por el camino. Pero los tres dolares del señor, pertenecen a su hija, así como las fotografías.
y sin decir mas siguió intentando buscar un rastro claro de caballos.

No encontráis más que un pequeñorastro que se aleja en dirección a las montañas. Pero es muy tenue y o estáis seguros de que lleve a ninguna parte.

Parece que no hay mucho más que hacer aquí...

Roy se levantó y siguió con la mirada a ver donde llevaba el rastro que habían encontrado. 

Rascándose la cabeza se giró y miró a sus compañeros.

- ¿Seguimos el rastro o buscamos otra forma de ir?- preguntó.

Miro fijamente el entorno, el suelo, finalmente el cielo como esperando algo de ayuda divina que sé no va a llegar.

Paso la mano sobre la cara y agachado no encuentro nada que los demás no hayan encontrado ya.

- Sigamos ese rastro, es lo mejor que tenemos. Si encontramos los caballos de esos salvajes creo que podemos conseguir un viaje más seguro.

- probemos, si después de un día, dentro de un rato lo perdemos nos damos media vuelta, que os parece? digo mientras sigo mirando el suelo aun no convencido.

- Me parece bien. Aunque yo no descartaría buscarles de otra forma...tienen que tener agua y algún sitio amplio...pero mejor seguir las huellas.

Dicho esto Roy desató su caballo de la diligencia y se puso a andar siguiendo el rastro dejado.

- Mejor así, por si acaso tenemos que motar rápido.

-No tenemos provisiones para andar buscando eternamente-. Informó pesimistamente el conductor, parecía que no cejaba en su empeño de intentar convencer al grupo de abandonar la búsqueda-. Yo daría un día, un par a lo sumo para encontrar un rastro... Más sería condenarnos a muerte... Inútilmente...

- Si Peter, un día o dos, más sería exponernos demasiado. Ya que estamos, continuemos a ver hasta donde nos lleva el rastro. Teníamos poco, pero mejor que nada y desde luego mejor que salir a la aventura con esos salvajes rondándonos.

Por fin decidisteis darle una oportunidad a la la joven y tratar de rescatarla de las garras de los salvajes que, según el viejo, la habían capturado.

El rastro es difícil de seguir pero aún así lo intentáis. En esta zona el terreno es algo más arenoso y parece que se intuyen huellas. Quizá las de los captores...

Roy siguió las huellas como pudo. No era muy fuerte en eso y siempre que necesitaban a un rastreador para un trabajo lo contrataba aparte. Así que iba bastante lento siguiendo las pistas que iban dejando los captores de la muchacha.

Pero llegó un punto en el que ya no había pisada alguna y el cazarrecompensas perdió el rastro.

- No lo sé- dijo levantando la mirada y fijándose en el entorno-. No sé por dónde han seguido...¡maldita sea!

Miro detenidamente el suelo, las huellas se hacen tan pronto nítidas como parecen desaparecer, pero creo que el rastro sigue una dirección concreta. No estoy muy seguro, pero creo que podemos seguir el rastro correcto.

Pete no se movió del pescante, hacía mucho tiempo oyó una frase que decía: 'si no sabes hacer algo, busca a alguien que sepa'... No se planteó por ningún momento cuestionar la sabiduría popular.