Partida Rol por web

 Después de un rato de espera, el gran pájaro regresa llevando entre sus garras lo que parece un pañuelo de mujer, con unas iniciales bordadas. Lo recojo, después de premiar al animal y se lo ofrezco al caballero, sonriendo:

 - ¿Es esto lo que queríais?.

Conocía el pañuelo y no podía negar a quien pertenecía.  Tomó el pañuelo entre sus manos y lo guardo para devolverlo a su dueña más tarde  -Pues ah sido truco de cetrería excepcional, no había visto hasta el momento tal destreza en el entrenamiento de un animal.  Os felicito, vuestra ave es maravillosa.-

 - En realidad no está entrenada, es un halcón joven bastante rebelde, pero hace as cosas que le pides, si se lo haces con paciencia y educación. - Le respondí amablemente, mientras acariciaba el ave.

-Admirable, aunque sigo sin ver la magia en ello.  Como os dije anteriormente quizás se deba a que profesamos distintas formas de percibir e interactuar con lo que llamamos magia.  Desde mi punto de vista lo que habéis hecho es admirable, si, es magnifico, también, pero no es mágico.  Quizás se deba a que vuestro conocimiento de la magia es mayor al que poseo, quizás algún archidruida pueda comprender vuestras habilidades pero escapan a mis capacidades.  Sin duda le encuentro una enorme utilidad, con ella podría encontrarse desde una cabra perdida hasta un general enemigo en plena batalla, pero como os dije está tan lejos de mi entendimiento que para mi no es más que un ave entrenada.-

 - Puedo hacer eso que decís y mucho más. Por ejemplo llamar y controlar animales salvajes o que pertenecen a otros, como un enemigo. ¿Os imagináis hacer que el caballo que monte un enemigo haga lo que queráis o controlar un oso salvaje para que luche a vuestro lado, si lográis encontraros con uno en el momento justo, cuando os enfrentáis con enemigos en el bosque?. - Puntualicé.

-Seria una buena ventaja.  Me pregunto porque nos habéis asistido de esa forma en la batalla.  Hubiese sido una ayuda invaluable.  Que de repente todos los caballos enemigos se encabritaran derribando a sus jinetes y aventaran coces a los soldados hubiese sido un espectáculo lindo de ver.-

- Estaba centrado buscando al líder el ejercito enemigo usando mi halcón y informar donde se encontraba a nuestros mandos. - Respondí. - De todas maneras, encabritar a todo un ejercito de caballos sería demasiado para mí, ya que requerría un gran gasto de energía. Pero cambiemos de tema. ¿Qué me decís de los vuestros?.

-Pues como os dije antes mis dones no son tan magníficos como los suyos, sólo me permiten moverme más rápido o viajar a través de las líneas de pasto, esto último sería algo así como moverse entre el filo de nuestro mundo y el de las hadas para ir de un punto a otro que esté conectado por una de estas líneas-

 - Pues la verdad es que me interesan ambos. ¿Qué os parece si intercambiamos conocimientos mágicos?. Yo os enseño mis hechizos y vos me enseñáis los vuestros. - Le sugería. La verdad es que la habilidad de desplazarme de múltiples formas me parecía interesante.

-Por supuesto- respondió con algo de resignación Aidan -Decidme lo que queráis saber y os lo contaré-

 - Todo... - Fue mi escueta respuesta, mientras una sonrisa pícara iluminaba mi rostro, esperando paciente, pero ansioso, a que el caballero comenzase sus explicaciones. - ... No escatiméis en nada, por favor.

-Muy bien- Respondió Aidan -empezaremos por el principio.  Lo primero que debéis hacer es sentaros y entrar en comunión con la naturaleza.  Quizás sea mejor hacerlo fuera, donde podáis estar en contacto con la tierra.  Cerrar los ojos también puede ayudaros al principio.  Expandid vuestra mente, sentid a cada una de las criaturas y una vez lo hayáis logrado, expandid vuestra mente aún más y tratad de sentir las energías sutiles que pueblan los lugares.  Entonces, poco a poco tomad esa energía y dirigidla hacia vuestras piernas pidiéndoles a estas que se muevan más rápido, cada vez más rápido.  Una vez lo logréis ya podréis intentar correr, os recomiendo lo hagáis fuera para evitar chocar accidentalmente con algo hasta que os acostumbréis.-

 Asentí mientras escuchaba con atención la explicación de Aidan. La verdad es que me parecía todo muy claro y detallado:

 - Creo que lo entiendo. ¿Cuándo empezamos?.

-¿Empezar?- dijo Aidan extrañado -Lo siento pero aprender estas cosas lleva años de práctica y no dispongo del tiempo para entrenaros.  Bastante tengo ya con mis obligaciones como caballero y el tutelaje de mis hermanos.  Sin olvidar la búsqueda de herederos.  Os puedo explicar como lo hacen los druidas, pero no puedo trasmitiros su conocimiento de forma tan sencilla.  Si queréis podéis practicar por vuestra cuenta, os he detallado el proceso lo más que pude.-