Partida Rol por web

Con su espada en la mano, Methgar lanza una profunda estocada contra el zombi resistente a las flechas. Viendo como la espada se hunde profundamente en la putrefacta carne, no puede evitar una sonrisa de satisfacción...

Al ver a la elfa salvaje, Sebastian, copia sus pasos; tira el arco junto al de la elfa y se envaina su espada. Su espada es mas pequeña que la que mantiene Methgar, pero puede resultar igual de efectiva.

-¿Crees que durarán eternamente?..- Pregunta retóricamente a la elfa antes de lanzarse al ataque.

Al ver como la mujer no tiene ningún miedo y encima sonríe al clavar la espada al no muerto, Sebastian, se siente un poco inferior, y más, después de fallar su ataque. Caray con la elfa, no me gustaría ser ningún hombre al que ella tuviera rencor u odio..-

El clérigo continua golpeando a la molesta criatura que tiene enfrente sin embargo su maza apenas y si hace daño a la criatura... Por Mystra!!!, Muere ya!!!

Abarco con uno de mis brazos al mediano y sonrío de lado. La mirada se fija en torno a la estatua, intentando encontrar al Goblin oculto. Sin más, doy unos ligeros pasos hacia allí, pero antes doy un toque de aviso al recíen incorporado mediano.

-Necesitarás una ducha después, hueles a pulgas. ¿Podrías acercarte conmigo?. Creo que hay algo que nos está esperando tras la estatua..-

Tanto Sebastian, como Methgar y Caesar, siguen lanzando agresivos y fieros ataques, tratando de dar muerte una vez más a esas criaturas del mal. El primero no consigue ensartar la espada al zombie, pero sigue ayudando a la elfa en la medida de lo posible. La elfa si que ensarta la espada de lleno en el muerto corazón del zombie, y este cae enrollado al suelo sobre si mismo. (muerto). Caesar a pesar de que consigue atizar con su contundente maza, tan solo saltan restos de carne del no muerto sin importancia.

Sejmet se levanta del suelo, y revisa con la mirada la estancia. Pero vigilando sus pasos, como si esperara la aprobación del mediano para continuar..

 Tras el abrazo ,me siento mejor,con lo que me pongo en pie,dispuesto a seguir haciendo travesuras.

QUé me acerque...?,espera,antes recogeré esto...

Me agacho y recogo la javalina que me lanzó el goblin.

Justo a mi medida,como el cetro...

Digo ,mientras sostengo y miro tanto  la jabalina como el cetro.Acto seguido me acerco a Sejmet.

Veamos dónde está el goblin,que casi me mata.

 Digo,mientras intento avistarle,escondido* tras la cobertura que me ofrece Sejmet.

Vamos amigo no te escondas,tan solo quiero devolverte la jabalina.¡Toma!

Sejmet se levanta del suelo, y revisa con la mirada la estancia. Pero vigilando sus pasos, como si esperara la aprobación del mediano para continuar. Racalín, se lo toma con calma y recoje la jabalina que está manchada con su propia sangre pero que podría serle útil. Al menos el arma no se ve muy deteriorada lo que podría servirle para un par de lanzamientos más.

Raudo y sigiloso se coloca detrás de la humana, ambos intentando ver al Goblin oculto que está tras la estuatua. Lo curioso es que no se le ve desde vuestra posición.

Convencida de la utilidad de la espada contra estos seres y de la necesidad de apresurarse y terminar con ellos antes de que lleguen más refuerzos trasgos, Methgar no duda en lanzar un nuevo ataque contra el enemigo más cercano.

Con un rápido movimiento, lanza una profunda estocada que atraviesa el podrido cuerpo de parte a parte...

Sebastian aun se movía con gran presteza. Viendo con sorpresa como la elfa permanecía en el mismo sitio. Era demasiado valiente y tenaz, y entre otras cosas eso le gustaba porque estaba aprendiendo nuevas cosas.

El joven aprendiz murmura unas palabras mientras roza suavemente un pequeño colgante con la forma de una daga de plata.

-"Tranquilo, no temas"-

Sigue los mismos pasos que la elfa. Coje su espada con ambas manos, y lanza un ataque de izquierda a derecha para rajar el abdomen de la criatura.

Al constatar que es imposible para él golpear efectivamente a las criaturas, el clerigón prefiere dejar por la paz a la bestia para que sus compañeros se encarguen de ella, Mientras tanto avanza hasta el corredor principal donde se adelanta para explorar algo mas adelante...

Los dos precisos ataques de los dos batidores, terminan con el zombie podrido que estabán delante de ellos. Así pues, ese zombie cae al suelo, apilado junto a los demás cadáveres. La cripta ahora mismo es todo un espectáculo de vísceras, flujos y olores nauseabundos.

El clérigo decide abandonar la estancia, estudiando sus pasos para no resbalarse. Aligera su movimiento y pasa por el lado de Racalín Y Sejmet, que están en una sala adyacente. Caesar sigue con sus pasos, sube la escalera hasta detenerse junto al marco de una puerta que ya está abierta de par en par.

La puerta que está abierta es de doble hoja, deduces que la abrió Racalín y después le siguieron bajando por las escaleras aquellos temibles Trasgos de armadura completa. La puertas están abiertas, dando lugar a una amplia sala con un suelo de baldosas. La esquina noroeste de la habitación se hunde en la oscuridad, aunque una escalera para descender por esa oscuridad.

Al sur del agujero hay un disco que te resulta familiar, grabado con runas, y al este una fuente.

Está todo en silencio..

Sigo a paso lento, bordeando la estatua en busca del pequeño Goblin. -Vamos donde te escondes, se que estás aquí..-

Al fin, parece que puedo distinguir una silueta detrás de la estatúa. -Eh, ¿por qué te escondes ahí?. No temas, no vamos a acerte daño..- Le hago indicaciones a Racalín para que se mantenga alejado y sin ánimo de ofender al goblin.

-Cuéntanos. ¿Dónde está tu señor?-

El Goblin permanecía escondido, oculto entre su escud y los materiales de la estatua. Está temblando y gimoteando cuando Sejmet se le acerca. -No, por favor no. No hacedme daño, yo solo hacer caso a lo que Sr. dice-

La criatura parece muy asustada y no se despega de su escudo que parece que sea su única defensa y su único amigo. -Dejadme marchar, yo no os he echo nada..- Habla en un mas que entendible común.

Me muevo un paso ,en diagonal,e intento avistar al goblin.

No tengas miego pequeño,no te vamos hacer daño.Ya te lo he dicho,quiero darte tu jabalina.

Mientras espero la respuesta del goblin,desde mi posción trato de buscar algún detalle,que llame la atención,que haya sobre la monstruosa estatua.

Ves alguna cosa en la estauta,Sejmet...?...yo,no...espero que no esté viva...

DIgo un tanto aterrorizado.

Como se puede apreciar la estatua es de piedra y mide unos siete pies -unos 2,20 metros-. Se alza sobre un pequeño estrado de mármol. Hay polvo y arcilla apelmazados sobre la superficie de la estatua, difuminando sus contornos y haciendo imposible identificarla.

Arañadas sobre la arcilla endurecida hay unas palabras en idioma orco; "Kimt Odtro".

Sejmet trata de controlar la situación para impedir que se lleve a cabo una absurda pelea. Mientras tanto, Racalín, sigue agazapado y, principalmente se dedica a curiosear por la estatua. No consigue encontrar nada, aunque cree poder hallar algo de valor en ella..