Partida Rol por web

La lógica de las hogueras

2. PANDEMÓNIUM - Novokovo entre tinieblas

Cargando editor
31/05/2022, 17:18
Director

Un grito de dolor escapa de la asesina cuando el cuchillo se hunde en su estómago [1]. La sangre gotea sobre Laurien, que está debajo de la rebelde moribunda. La estocada de Heinrich va directo al corazón de la mujer, arrancándola de su agonía y enviándola a cual sea el infierno donde van a parar las almas de los sediciosos.

Las puertas del cabildo están rodeadas de cadáveres de guardias y rebeldes. Ya hay unas cuantas moscas revoloteando sobre los charcos de sangre que tiñen el empedrado del suelo. Heinrich y Laurien pasan por encima de los muertos y se adentran en el ayuntamiento, siguiendo los pasos de Erik y su gente. Lo primero que ven es el amplio patio interno rodeado por las alas del edificio capitular. Hay un criado tumbado junto al aljibe, pálido, desangrándose a causa de tres puñalada en el pecho. No hay nada que hacer por él.

Desde las ventanas del ala oeste del ayuntamiento comienza a salir humo. Es allí donde está la oficina del alcalde, y hacia allí os dirigís. Subís dos pisos por la escalera hasta llegar a un corredor. Los candiles que iluminaban la estancia han sido destrozados, y con su fuego se han encendido cortinas, cuadros y paredes. Las llamas se están propagando por doquier, y no pasará mucho antes de que el fuego sea imparable y devore todo el ayuntamiento [3].

Un rastro de sangre revela por dónde han pasado los rebeldes malheridos. Una criada del se arrastra por el suelo: su cuello está abierto de par en par. Llega hasta los pies de Laurien y muere allí, mirando a la hechicera a los ojos, con el rostro desfigurado por el miedo. El humo del fuego os hace lagrimear y os seca la garganta. Detrás de una de las puertas de roble del corredor está la oficina del alcalde. Del otro lado se oyen las voces de Minsky y de los rebeldes [4].

- Tiradas (2)

Notas de juego

[1] Éxito de Laurien en desviar el cuchillo.

[2] Éxito de Heinrich en matarla.

[3] Fallo en Destreza para llegar a tiempo hasta el alcalde, el ayuntamiento está en muy malas condiciones...

[4] ...pero el alcalde vive.

Cargando editor
31/05/2022, 18:34
Alcalde Minsky

La puerta de la oficina está entreabierta. El alcalde está acorralado en una esquina de la habitación. Su única defensa es un pequeño cuchillo sin filo con el que intenta mantener alejados a los rebeldes. Suda como un cerdo, chilla como un ratón y tiembla como una hoja en otoño.

—¡Marchaos! ¡Fuera! ¡Fuera de aquí! ¡Esto no pasará desapercibido! ¡Esto... esto es un error! ¡Esta no es la solución!

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
31/05/2022, 18:39
Erik

Como hienas cerrándose sobre su presa, Erik y otros tres hombres se acercan a Minsky. El líder arrastra su pesada hacha por las tablas del suelo de madera. Los demás se valen de una azada, un cuchillo y un palo.

—Nunca... tuviste... huevos... para... hacerte... cargo... de... esto... —masculla Erik, con el cansancio cortándole las palabras. Sin más que decir, alza el hacha y se dispone a blandirla sobre el alcalde.

Notas de juego

Situación: hay un incendio propagándose por el edificio. En dos turnos más todo esto será pasto de llamas y os será muy difícil escapar. Niniel, te queda 1 punto de magia. Lucius, asume que ya has recargado tus dos armas de fuego.

Tenéis a Erik + 3 rebeldes que no se han percatado de vuestra presencia fuera de la oficina. Si queréis atacar, podéis atacar con sigilo o sin sigilo. Atacando con sigilo, los rebeldes tendrán un turno para atacar al alcalde. Atacando sin sigilo, los alertaréis y sus ataques se concentrarán en vosotros.

Para atacar con sorpresa, tirada de Sigilo dificultad 11 (es decir, se tira Sigilo y en caso de pasar, directamente Daño con arma cuerpo a cuerpo o arma de fuego al objetivo que queráis). Si queréis atacar sin sorpresa (para que el alcalde no sea dañado), tirada de Ataque normal.

Cargando editor
31/05/2022, 22:49
Heinrich von Bassenheim

Heinrich corrió sin mediar palabra, su cabeza estaba atribulada por la rápida sucesión de acontecimientos. Laurien estaba bien, la había subestimado bastante, así que se despreocupó una vez que la amenaza inmediata había sido eliminada. La entrada al ayuntamiento lo dejó más preocupado si cabe, pues la imagen del edificio era dantesca, opuesta a la vista la jornada previa. Los pobres sirvientes, inocentes todos ellos de los males que la bruja causaba, yacían muertos, y parecía que el alcalde era el siguiente.

Del despacho del mismo, donde los había acogido el día anterior, se veía un incendio incipiente. La visión de Laurien. Sintió un escalofrío ante ese recuerdo, pero no había tiempo para permitirse pausas ni pensamientos fuera del momento.

La experiencia de Heinrich como batidor le había acostumbrado a tener encuentros en inferioridad numérica. No era buena idea entrar haciendo ruido y romper la ventaja de la sorpresa. Antes en la calle, quizá las amenazas y matar al líder de forma vistosa hubiera servido de algo, pero no ahora. Ahora era muy peligroso. Con señas de mano, le hizo un gesto a Laurien de que guardase silencio y se parapetase. Sacó el mosquete y apuntó. Había que aprovechar que aquellas alimañas estaban distraídas. Lo sentía por el alcalde, pero la única posibilidad de salir vivos, era aprovechando esa sorpresa que desfavorecía al alcalde. 

Cogió aire. Lo retuvo. Apuntó*. Rezó. Disparó.

Dejó el mosquete caer sobre su correa del hombro, sin esperar averiguar si había acertado, disparó de nuevo con su pistola sobre el mismo blanco.

Se hizo la humareda. El caos. Preparó su estoque. Ya no había lugar para las palabras.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Tengo un talento, llamado emboscar, que dice lo siguiente:

Ventaja en Subterfugio para moverte en silencio y acechar a un objetivo. Si tienes éxito al acercarte en silencio tu ataque inflige +1d4 de daño.

 

Entiendo que podría sumarlo al ataque en sigilo que nos propones, es decir, si consigo atacar con sigilo, sumaría 1d4 al daño.
En cuanto a la tirada de sigilo, entiendo que va con subterfugio, por lo que le he puesto mi bonus en esa habilidad. Si estuviese mal, pues no se cuenta y ya. 

 

*Apunto a Erik directamente. Recemos con Hein.

PD: Vistas las tiradas, creo que Erik se lleva un buen viaje. Con la pistola quería disparar al de la azada, pero es un fallo.

Se pone esto interesante.

Cargando editor
31/05/2022, 23:24
Laurien Groote Stroek

Laurien miró a su alrededor llevándose las manos a la boca para evitar gritar ante aquella escena, especialmente porque le recordaba demasiado a su visión, una que había tenido aquella misma noche, una que... ¡Claro! El resto del pueblo había soñado con cosas parecidas, todos habían recibido mensajes de Fenre... O quizás... Quizás todo fuera una maniobra de la Bruja, una maniobra para que el pueblo hiciera lo que ella no se atrevía a hacer, usando a aquellas pobres almas desesperadas...

Asintió a las palabras de Heinrich, dejando que él fuese el que se acercara a aquellos hombres mientras ella buscaba un lugar en donde mantenerse oculta, buscando algo en el lugar que pudiera ayudarles.

Notas de juego

Laurien no se acerca, se agacha para esconderse a ver si ve algo que pueda ayudarles. 

Cargando editor
02/06/2022, 17:14
Masias Kotzträppus

—¿Cornelius? ¿Por qué me ignoras? ¡Cornelius!

Un estallido de ira deforma el rostro de tu padre. O, mejor dicho, de aquello que finge ser tu padre, pues tu padre nunca demostró tales niveles de violencia.

—¡CORNELIUS! ¡BASTARDO! ¡NO ME IGNORES! ¡MATA A SHADHA! ¡ROMPE EL ESPEJO! ¿ME ESCUCHAS? ¡CORNELIUS! ¡NO OSES IGNORARME! ¡CORNELIUS! ¡NO! ¡NO LO HAGAS! ¡LIBÉRAME! ¡LIBÉRAME!

La ilusión se desvanece. Aquello que parecía Masias Kotzträppus muestra su verdadera forma.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
02/06/2022, 17:35
Shadha al-Qanan

El espejo flota frente a Shadha al-Qanan, que está sentada sobre una roca, contemplándolo, sumida en un trance astral. Solo Fenre sabe contra qué fantasmas está luchando, qué es lo que sus ojos ven en la superficie vidriada, o por qué una lágrima se desliza suavemente por su rostro. De pronto Shadha atraviesa aquel velo astral que la adormecía; el sopor que la envolvía desaparece. La extranjera se para y enfrenta al espejo con determinación.

—El espejo es tu prisión, demonio. Juré que no cedería ante tus trucos, y así lo haré. No hay espejismo que rompa mis juramentos. Tampoco has conseguido doblegar su voluntad —dice, señalando a Rostro de Plata y a Cornelius—. ¡Obedece! ¡Responde mis preguntas! ¡Buscamos a la portadora! ¡La fuente de magia que hay en esta aldea! ¿Dónde está? ¡Habla!

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
02/06/2022, 17:54
Kaden van Wayden

—Gherim —dice Kaden, atrapado en el espejo, ignorando las demandas de Shadha—. Ahora sabes quién eres: mi hijo. Cumple tu deber, Gherim, cumple tu destino. Abraza el hierro, y que la sangre que derrames redima tu sombra.

Notas de juego

Qué mensajazo, ¡mamma mía! El covicho no me deja darte la respuesta extensa que querría darte, pero que sepas que me quede de piedra cuando lo leí. Ahora sí, puedes hacer tus posts visibles a Cornelius. Todo lo que digas/hagas a continuación será visto por Shadha y por el maestre.

Cargando editor
02/06/2022, 18:47
Belatsunat

El monstruo del otro lado del espejo no tiene rostro. ¿O acaso esa máscara que lo cubre es su rostro? Es una figura andrógina, pero no te engañas: aquello no es un hombre y mucho menos es una mujer. Su cuerpo está cubierto con algo que parecen vendajes pero un vistazo atento revela como ser jirones de piel seca. Piel humana.

El demonio no mira con ojos sino con dos cuencas vacías que no abrigan nada más que oscuridad. Golpea la superficie del espejo sin hacerle el más mínimo daño. Su voz suena como mil voces distintas, femeninas y masculinas, gritando al unísono.

—¡LIBERADME! ¡LIBERADME, SHADHA AL-QANAN, LIBERADME! ¡SALDRÉ DE AQUÍ! ¡SALDRÉ DE AQUÍ Y CUANDO LO HAGA VUESTRA ALMA VIVIRÁ DIEZ MIL TORMENTOS!

El prisionero del espejo rasga el vidrio con unas uñas tan largas y afiladas que más parecen garras.

—Gherim —dice la abominación, concentrándose en el absorto y silencioso hermano Rostro de Plata—. Ahora sabes quién eres: mi hijo. Cumple tu deber, Gherim, cumple tu destino. Abraza el hierro, y que la sangre que derrames redima tu sombra.

Notas de juego

¡Esto es lo máximo que me permite el covid! Ahora sí: ves al demonio del espejo en todo su esplendor. Pese a que solo tú ves al demonio como es, tu mensaje tiene que ser visible para Rostro de Plata. Adicionalmente, puedes hacer una tirada de Erudición dificultad 11 a ver qué sabes de este demonio.

Cargando editor
02/06/2022, 19:24
Alcalde Minsky

Los rebeldes atacan al mismo tiempo. Una azada lo golpea de lleno en un costado, rompiéndole un par de costillas. El alcalde quiere gritar pero no tiene aire. Un cuchillo se hunde en su estómago. Un palo lo golpea en la sien izquierda provocando un crujido espantoso; Minsky sale despedido hacia la pared de atrás como si fuera un muñeco de trapo.

El hacha de Erik se precipita sobre la cabeza del alcalde de Novokovo.

- Tiradas (4)

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
02/06/2022, 20:49
Erik

Un instante antes de que el hacha destroce la cabeza del alcalde, el mosquete de Heinrich abre fuego y llena la habitación de estruendo, humo y furia. El proyectil atraviesa la habitación y alcanza a Erik en el centro de la nuca. La bala penetra el cráneo y sale por el lado opuesto, reventándole el maxilar superior y haciendo que una lluvia de dientes rotos vuele por la estancia.

El hacha se desliza inofensivamente por el pecho del alcalde, provocando apenas un rasguño. La testa del líder rebelde es un amasijo sanguinolento del que brota un río de sangre. La quijada descolocada, deformada y partida cuelga horriblemente. Erik se desploma a un metro de donde está el alcalde malherido. En sus últimos segundos de vida tiene la mala suerte de ver el filo de su hacha, en la que ve reflejada la imagen de Heinrich.

Y Erik, antes de sumirse en la oscuridad, dedica un pensamiento incoherente y lleno de odio a ese maldito herenhoutiano, a quien intentó provocar a una pelea el día anterior y no lo consiguió; ese maldito herenhoutiano, a quien debería haber matado, bastardo, ojalá perezcan él y todo el reino de Herenhout...

Tres espasmos después está muerto.

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
02/06/2022, 21:07
Director

Los rebeldes sobrevivientes no tienen tiempo ni para espabilar: de un segundo a otro su líder yace muerto con la cabeza explotada, y el alcalde Minsky, aunque herido de gravedad, todavía respira. El segundo tiro de Heinrich falla y se estrella contra una biblioteca, destrozando un viejo libro de páginas amarillentas. 

Laurien se coloca a resguardo tras la puerta de roble. Puede ver claramente cómo el fuego se expande por el corredor. Las llamas reptan por las paredes hasta llegar al techo y bailan peligrosamente cerca de la escalera, que es el único escape de la trampa mortal en la que se ha convertido el ayuntamiento.

Los tres rebeldes se concentran en Heinrich, que los espera estoque en mano. Se acercan al batidor con cautela, con sus rústicas armas arriba, intentando rodearlo igual que como hicieron con Minsky. Tan concentrados están en Heinrich que Laurien tiene el camino despejado para intentar ayudar al alcalde. Dentro de la oficina hay una espaciosa ventana que da a la calle. Tirarse por allí podría ser una sentencia de muerte, pero si el fuego avanza, también podría ser vuestra salvación.

Notas de juego

En resumen: Heinrich acierta un tiro y mata al jefe rebelde (había olvidado el talento de Emboscar de Heinrich, pero así es, te da un daño extra, con eso logras matar a Erik). El otro tiro falla. Milagrosamente casi todas las tiradas de daño al alcalde fueron mínimas, así que sigue vivo, por poco, con 2 PV.

Lucius, tienes 3 rebeldes concentrados en atacarte. Ellos ya están bastante malheridos, así que tal vez no es un combate difícil. Por otro lado, ten en cuenta que el fuego se expande. Luego del siguiente turno huir por la escalera será casi imposible. Puedes optar por no atacar a los rebeldes e intentar huir por la escalera mientras se puede (tirada de Destreza dificultad 13) o saltando por la ventana (no hace falta tirada de Destreza, es un éxito automático pero tendrías que tirar 2d4+1 del daño que te provoca la caída).

Niniel, lo mismo. Los rebeldes no te atacan, pero puedes atacarlos si quieres. O puedes intentar coger al alcalde y huir por la escalera antes de que el fuego la devore (Destreza dificultad 13) o saltando por la ventana (éxito automático pero tirando 2d4+1 de daño). Todavía te queda 1 punto de magia.

Cargando editor
03/06/2022, 00:47
Dr. Cornelius Kotzträppus

- Ser Gherim, ¿acaso no atisbáis el verdadero rostro? Buscad un recuerdo de pureza en vuestro corazón y preguntadle por ello. No os dejéis turbar, y veréis que no tiene respuesta; pues este demonio no alberga más que miseria, tristeza y odio. No sufráis más, hermano, pues tenemos labor. Ya lo vi claro.

Cornelius apoyó su mano sobre el hombro de Rostro de Plata, aferrándose a él, trayéndole de nuevo hacia sus palabras, lejos de las artes viles del demonio del espejo, que trataba de domeñar el espíritu del Inquisidor. 

El erudito se esforzaba en recordar cualquier aprendizaje adquirido a lo largo de décadas de estudio, que le sirviera para ayudar a Shadha al-Qanan a mantener bajo control a aquel maligno ser. Recorría con brío cada recoveco de aquel vasto lugar ilusorio que era su propio conocimiento con el convencimiento de que hallaría respuestas, acaso iluminado por la guía luminosa y trémula de su fe.

- Tiradas (3)

Notas de juego

¡Señoría, protesto!¡Doblonazo, quiero doblonazo!¡Llamen a mi abogado, po favó! ¡Cornelius tiene que saber algo!

Doblón, dos, repito y...

¡¡¡¡¡NUOOOOOOOOOO!!!!!

¿Redoblón? ^^

 

Cargando editor
03/06/2022, 23:46
Heinrich von Bassenheim

Los rebeldes se acercaban saboreando ya la sangre del inquisidor, sin darse cuenta de que la que olía era la suya propia. Se había descontrolado la situación, pero quienes le habían subestimado, empezando por Erik, estaban muertos, y así iba a seguir siendo. Henrich confiaba en Fenre y en su estoque, y no albergaba atisbo de duda, los mataría. Pero en aquellos momentos otras dos vidas dependían de su decisión. 

Miró rápidamente a Laurien, y acto seguido al alcalde, invitando a su compañera a sacar de allí a Minsky, mientras é procuraba mantener a ralla a los rebeldes. 

Volvió a fijarse en ellos, estaban maltrechos, si algo los mantenía con vida era la adrenalina del momento. Estaban muy malheridos. Sonrió, confiado. De una manera u otra, aquellos tres hombres ya no eran dueños de sus vidas. 

-Os juntasteis en la plaza, erais cientos de amotinados. Hablé, y quedasteis siete. Avisé a vuestro líder de que moriría si continuaba su soflama, y ahí yace muerto por mi mano. Tres son los compañeros vuestros que trataron de impedirnos llegar hasta el alcalde, y hemos llegado pasando por encima de sus cadáveres. Ni mi hermana ni yo tenemos un rasguño, más vosotros a penas os tenéis en pie. Erais siete contra dos, y aún muertos más de la mitad y malheridos los que quedáis, aún no os dais cuenta...aquí estáis, desafiándome, pensando que tenéis opción de matarme.

Hein miró por el rabillo del ojo para comprobar si Laurien y Misnky estaban a salvo.

-Vuestro imbécil líder, ahora muerto-recalcó siniestramente estas palabras- os ha provocado diciéndoos que la Bruja mandaba los truenos, y vosotros le creísteis. No os disteis cuenta que era el rugido de Fenre respaldando mis palabras. Seguisteis las órdenes del loco de Erik, sin daros cuenta de que mi hermana hablaba con Dios mientras tanto. Fenre os quemó con sus rallos, rallos que os dejaron como estáis, rallos que no tocaron a ni una otra persona más, ni a inquisidores, ni a aquellos que recuperando su sensatez abandonaron el motín...-dejó un corto silencio para que las palabras calasen- solo los que seguisteis a Erik fuisteis afectados. Y aún no os dais cuenta de que Fenre os está castigando, aún no entendéis que solo saldréis vivos si no os enfrentáis a las decisiones de la inquisición, si no os enfrentáis...-el batidor sonrió siniestramente, como si estuviese deseando en realidad acabar con aquellos hombres, poniéndose en posición de ataque-... a mi. TIRAD LAS ARMAS Y VIVID O CONSERVADLAS Y MORID, MALDITOS HEREJES.- gritó, espumeando en el proceso, fruto de la ira acumulada contra tanto sinDios.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Pues parece que va haber que batirse.

Como no me queda muy claro si el discurso era condenatorio al combate en caso de fracaso...te dejo varias tiradas y mis preferencias y tu adecuas según necesidad, para no eternizarnos mas en este momento.

1) Si Laurien consigue sacar a Misnky, escapo yo también.
2) Si Laurien no consigue sacar a Minsky, me quedo atacando a los rebeldes.

PD: Recuerda que tengo una brigantina que me da +1 a la defensa, por aquello de que pueda comerme algún daño.

Cargando editor
04/06/2022, 12:40
Ser Gherim van Wayden

Gherim nota como una lejana sensación la mano del Maestre palpando su hombro, un salvavidas al que aferrarse, un cabo lanzado a un hombre transitando el Vacío.

La última visión de Rostro de Plata al admirar el espejo recala en una niña menuda de vivaces ojos, sonriéndole entre las tinieblas que regaban en su negrura la pulida superficie de la luna. Es extraordinariamente guapa, melena negra con matices cobrizos, pecosa, algo pálida, unos ojos traviesos, glaucos. El ceño le recuerda a alguien. Es familiar, de algún modo.

La diminuta criatura juguetea con un pequeño soldado de madera, arrodillada en el suelo, feliz, ajena a la brutalidad de la vida.

De modo progresivo, la niña crece hasta tornarse en una atractiva una mujer adulta.

Le mira fijamente sin perder su sonrisa.

Sus ojos han acentuado un verde esmeralda sobre un azul celeste.

Ojos embriagadores.

Ojos hipnotizantes.

Ojos de serpiente.

—Sé lo que hiciste.

La joven arranca la cabeza al soldado con fría indiferencia.

—Sé lo que harás.

Tras ella emerge de la penumbra una imponente figura encapuchada, ataviada con una elegante túnica púrpura. En su rostro cree atisbar el refulgir de un hilo de plata. La misteriosa figura toma a la mujer en brazos con delicadeza, sin apenas esfuerzo. Se gira en silencio y avanza hasta un horizonte ignoto, inalcanzable a la vista de Gherim.

La mujer abraza al desconocido mientras le regala una última y enigmática mirada por encima de su hombro, antes de perderse ambos, para siempre, en la Oscuridad.

Me lo debes.

Algunas deudas deben pagarse en sangre. 

Notas de juego

Y con este misterioso mensaje, aguardo a mi Baalis.

Maestre, se nos viene la locura, oiga.

Cargando editor
05/06/2022, 00:18
Laurien Groote Stroek

Quedaba poco tiempo y sabía que ella no era tan diestra como sus hermanos por lo que se acercó hasta el alcalde, tomándolo como pudo mientras se acercaba hasta la ventana y cogía algún mantel o sábana para poder amortiguar la caída y decidida se lanzó por la ventana con el cuerpo del alcalde.

Quizás fuera la protección de Fenre o quizás que la tela y el cuerpo de Laurien amortiguaron el golpe pero tras caer y escupir algo de sangre comprobó que Misnky estaba bien. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
06/06/2022, 05:48
Shadha al-Qanan

—Durante meses temí volver a utilizarte, demonio. Los riesgos son demasiados y tus trucos son poderosos. ¿Qué miserias me mostrarías? ¿Qué heridas reabrirías? Temía enfrentarme a todos aquellos a quienes no pude salvar… temía enfrentarme a mí misma. Pero finalmente lo comprendí: tu poder sobre mí es únicamente aquel que yo te otorgo. Aquel que mi dolor te concede. Te domino, demonio; tus espejismos mueren frente a nuestra fortaleza. ¡Te domino, demonio! ¡Revela el paradero de la portadora! ¡Es una orden! ¡Revélalo!

Notas de juego

(sigue...)

Cargando editor
06/06/2022, 05:49
Belatsunat

La extranjera dibuja unos signos en el aire con sus dedos al tiempo que recita unos salmos en su lengua natal. La entidad del espejo se remueve de dolor. Responde a las exigencias de Shadha contra su voluntad, como si el ritual la compeliera a ello.

—Tu portadora vive en la aldea, Shadha al-Qanan. Tu portadora es hija de Marya. Tu portadora es hija de Gavril. Tu portadora es hija de nadie, porque Marya y Gavril están muertos. Ella odia profundamente. Ella es odio y también es títere. La encontrarás allí donde viven los hijos de nadie. Es la niña de cabello obsidiana, la de los ojos de cuervo, la de corazón podrido. Ella es tu portadora, Shadha al-Qanan, y también tu perdición.

>>Libérame, Gherim —dice a Rostro de Plata—. Sabes dónde buscarla. Sabemos dónde buscarla. Me lo debes. A mí. A Hilde. A tu acero.

Notas de juego

Tenéis el nombre de los padres de la bruja, color de ojos y cabello, y ahora sabéis que vive donde viven los hijos de nadie. ¡Yo creo que es bastante detallado, pero igual el coronavirus me puso excesivamente críptico!

Cargando editor
06/06/2022, 05:53
Kaden van Wayden

La extranjera dibuja unos signos en el aire con los dedos al tiempo que recita unos salmos en su idioma. Dentro del espejo, tu padre se remueve de dolor. Responde a las exigencias de Shadha contra su voluntad, como si el ritual lo compeliera a ello y lo forzara a decir cosas que no quiere. La extranjera está manipulando su lengua.

—Tu portadora vive en la aldea, Shadha al-Qanan. Tu portadora es hija de Marya. Tu portadora es hija de Gavril. Tu portadora es hija de nadie, porque Marya y Gavril están muertos. Ella odia profundamente. Ella es odio y también es títere. La encontrarás allí donde viven los hijos de nadie. Es la niña de cabello obsidiana, la de los ojos de cuervo, la de corazón podrido. Ella es tu portadora, Shadha al-Qanan, y también tu perdición.

>>Libérame, Gherim —te dice Kaden van Wayden, escapando por un instante de las ataduras de Shadha—. Sabes dónde buscarla. Sabemos dónde buscarla. Me lo debes. A mí. A Hilde. A tu acero.

Notas de juego

Tenéis el nombre de los padres de la bruja, color de ojos y cabello, y ahora sabéis que vive donde viven los hijos de nadie. ¡Yo creo que es bastante detallado, pero igual el coronavirus me puso excesivamente críptico!

Cargando editor
06/06/2022, 06:01
Director

La bravata de Heinrich no logra que los rebeldes desistan. De hecho, genera el efecto opuesto: los mueve a la acción desesperada, como animales acorralados que luchan con uñas y garras para escapar del verdugo [1]. Comienza la danza de la muerte, con Heinrich desviando con maestría una oleada de golpes de azada, cuchillo y garrote.

Laurien aprovecha para acercarse al alcalde, que está semiconsciente. Sangra profusamente por el abdomen y por la sien. La vidente no tiene otra escapatoria que la ventana: la puerta está bloqueada por los combatientes enfrascados en su lucha, y en el pasillo el humo del incendio es cada vez más negro, más espeso y más asfixiante. Laurien arranca unas gruesas cortinas de terciopelo y, tras envolverse a sí misma y a Minsky en ellas, salta al vacío [2].

El batidor detiene un garrotazo con su estoque, se agacha a tiempo para evitar que la azada le destroce la garganta, y de un tajo horizontal desvía la trayectoria del cuchillo. Los golpes se suceden unos tras otros, con los rebeldes llevando la delantera, obligando a Heinrich a retroceder, paso a paso, hacia fuera de la oficina, hacia el pasillo humeante. El hombre del cuchillo, finalmente, encuentra la oportunidad justa: lo clava en el torso de Heinrich; el filo atraviesa la brigantina y se atora en una costilla del lado derecho.

El rebelde no puede despegar el cuchillo del hueso, y es entonces cuando se da cuenta de su error: Heinrich le arroja una estocada al cuello que le ensarta la nuez [3]. El hombre convulsiona brevemente antes de morir; el batidor lo patea en el pecho para retirar la espada de su cadáver. Frena otros cuatro golpes de los sobrevivientes, y al ver cómo Laurien se arroja por la ventana, Heinrich da media vuelta y echa a correr por el pasillo.

El fuego está envolviéndolo todo, y a cada paso Heinrich siente cómo la herida del cuchillo le pasa factura. Los rebeldes vienen detrás de él, dándole caza. Faltan diez metros para alcanzar la escalera que da al patio interno. Nueve metros. Ocho metros. Siete. Seis. Cinco. Y entonces el techo se viene abajo. Una viga cae directo sobre la cabeza de un rebelde y le da muerte al instante. El otro queda atrapado entre escombros y llamas, que suben lentamente por su cuerpo y lo incineran con lentitud. Sus gritos retumban en todo el ayuntamiento. Heinrich salta a tiempo para evitar que una segunda viga lo aplaste, pero su pierna queda atrapada bajo ella [4].

Fuera del cabildo, Laurien abre los ojos tras la caída. El golpe fue duro, y el dolor se concentra en su hombro izquierdo. La vidente teme que pueda estar dislocado. Es ella quien ha recibido la peor parte. El alcalde Minsky, a su lado, respira con dificultad. Necesita atención médica urgente. Heinrich no aparece. El humo asciende desde el cabildo. Las llamas también. Muy pronto todo el edificio será pasto del fuego. Ya no hay nadie en la plaza mayor. Todos los manifestantes se han marchado. Los aldeanos observan la escena de lejos, desde la comodidad de sus ventanas y las puertas de sus casas. El cielo está completamente negro, envuelto en nubes de tormenta que sin embargo esperan pacientemente a que el incendio se extienda.

Y entonces Heinrich aparece. Sale del ayuntamiento con dificultad, rengueando. Su torso está envuelto en sangre y su pierna derecha no está mejor [5]. Su pantalón está rasgado y deja ver una rodilla maltrecha y cubierta de sangre. Pero vive, y eso es todo lo que cuenta.

- Tiradas (4)

Notas de juego

[1] Fallo de Comunicación de Hein.

[2] 5 de daño a Laurien por saltar.

[3] Dos rebeldes fallan su ataque. Uno acierta y lo hace con un crítico: máximo de daño a Hein, es decir, 4 de daño. Hein acierta su ataque y lo mata al instante.

[4] Fallo en Destreza para escapar...

[5] 3 de daño por el fallo en el escape.

---

¡Y así termina el conato de rebelión! Y habéis sobrevivido, que no es poco. Tenéis al alcalde malherido, y vosotros mismos no estáis en buen estado. Y todo indica que la bruja desatará una tormenta literal dentro de poco. Mientras tanto, Rostro de Plata y Cornelius siguen desaparecidos junto con la extranjera. ¿Cuál será vuestro próximo movimiento?