Partida Rol por web

Una vez realizado el nudo, Elden espero a que cada quien tomara su lado de la cuerda, para preparar el jalón que debería dejar a la bestia inmovilizada. Observó con terror la gran velocidad en la que se aproximaba aquella criatura y la ira desmedida que se plasmó en su rostro después del flechazo de Kroner, entre la premura, el fuego y el desconcierto, el elfo disparo una flecha que lejos estaba de poder hacer algo al temible híbrido.

-Rayos!- las cosas no parecían estar a su favor, solo esperaba que la trampa funcionara. -Vamos chicos, usen la nieve para ocultarla un poco, esto debe funcionar.- Elden deseaba de verdad que eso fuera así, sino Karian vería muy difícil salir ileso de esta.

Habiendo llegado a donde quería, bofrund plantó ambos pies en el suelo. No quería llamar la atención de la bestia y distraerla del punto central donde estaba colocado el nudo, por lo que se limitó a levantar el brazo con el pulgar arriba y a asentir levemente con la cabeza. Estaba preparado, cuerda en mano. Solo restaba esperar al momento adecuado.

ASALTO 2

La dama se alejó un poco más del epicentro de lo que sería la trampa mientras conjuraba en lengua extraña. Una fuerza de energía de fuego salió despedida de sus dedos en dirección a la criatura, pero el movimiento del osobúho hizo que la saeta flamígera apenas lo rozara con no más consecuencias que la quemadura de un par de plumas.
Kroner apuntó con la gran pericia que tenía desde hacía muchos años con el arco, sus ojos se enfocaron en los movimientos de la criatura que cada vez se acercaba más y más, justo cuando debía descargar, la flecha ígnea de Dalla pasó muy cerca al explorador y por una centésima de segundo perdió la concentración y falló en el intento de clavar otra flecha en la bestia.
Elden, nervioso por la velocidad de aquella criatura, dejó de lado la preparación de la trampa y tomó su arco con una rapidez propia de la raza de orejas puntiaguidas, pero el nerviosismo le jugó una mala pasada y la flecha salió terriblemente alejada de su objetivo.
El mediano no parecía afectado por el miedo o el nerviosismo, parecía confiar en la propuesta del Elfo, en sus bosques había atrapado a varios animales de una forma similar (pero nunca a un osobúho), pero se desconcertó ante la actitud del Elfo.

El Osobúho seguía acercándose, aumentando el paso de la carrera hasta llegar ya cerca, el grupo pudo distinguir detalles como la sangre espesa emanando de la flacha clavada o de sangre casi seca de su pico, muy probablemente la sangre de la presa que llevaba cargando a su guarida cuando el grupo lo divisó.

Bofrund seguía las instrucciones de la trampa al igual que Gonkar, también sintió cierto desconcierto ante la reacción nerviosa del Elfo. Conociendo al buen Bofrund, no escatimaría en jugarle alguna que otra pasada a Elden por ese episodio, pero eso sería después de matar a la bestia... O morir en el intento.

Karian notó como las piernas le empezaban a temblar, sabía que no podía flaquear ahora, su propia vida dependía de ello. De ello y de que tanto la trampa como sus compañeros no fallasen. Aferró con fuerza la espada y rezó a todos los dioses para que aquello funcionase bien.

La bestia se acercaba muy velozmente, corriendo sobre la nieve sin ninguna dificultad y completamente enardecida por el flechazo recibido. A pesar de todo, Bofrund notó algo extraño. El osobúho no disminuía su marcha, pero parecía ir congelandose en el aire. En realidad, todo parecía transcurrir más lento. Podía ver cómo las plumas se movían por el viento; cómo impulsaba la nieve hacia atrás y el recorrido de cada copo de nieve; cómo el pico cubierto de sangre emitía un chirrido estremecedor que dejaba escapar espumarajos sanguinolentos a cámara lenta; y también le pareció ver el momento exacto donde la pata del animal se apoyaba justo en el centro de la trampa. -¡AHORA!- Escuchó crujir sus nudillos y el sonido de sus músculos tensandose súbitamente, todos a la vez.
Tiró de la cuerda, y el tiempo volvió a su curso normal.

Kroner estaba concentrado en la presa. Era un cazador, y aunque lo que tenía frente a sus ojos era una criatura imponente, su mente cazadora estaba enfocada en hacerle la mayor cantidad de daño posible antes de que hiriera a sus compañeros. Era como un lobo, atacando en grupo, con precisión, defendiéndose mutuamente...

Tensó nuevamente el arco con toda la fuerza que podía aplicar allí, y soltó dejando salir el aire. La flecha tenía mucho menos recorrido y la fuerza impulsora seguía siendo mucha cuando la punta rasgó la carne del oso, a pocos centímetros de donde estaba alojada la anterior.

Los ojos del iluskano llamearon con el entusiasmo de ver cómo la presa comenzaba a debilitarse... pero fue sólo un momento, porque ya se encontraba cerca de Karian, que si la trampa no funcionaba, recibiría todo el impacto de una criatura así, enfurecida y herida, sedienta de sangre.

Retrocedió apenas un par de metros, más por la sensación de prepararse a un gran impacto que para resguardarse, ya que Karian aún se encontraba frente a él.

Dalla se alejo pero se quedo a una distancia prudencial, que le permitiera usar su conjuro de "dormir" si era necesario. Desde alli pudo ver el segundo flechazo, terrible, de Kroner y sintio orgullo por la habilidad de su compañero. Ella, por su parte, volvio a concentrarse, a ejecutar los pases magicos anteriores y una nueva saeta de fuego surgio de sus manos en direccion al Osobuho. Su ataque impactó pero el proyectil magico reboto sobre la gruesa piel del animal sin apenas causarle daño.

La tensión se apoderaba de todos, pero había que esperar hasta el instante preciso hasta que el osobuho estuviera sobre la trampa y finalmente jalar de los extremos de la cuerda de forma sincronizada. La prioridad era la trampa, así que Elden desistió de cualquier otro intento con su arco, había que estar preparado para apoyar al quien le hiciera falta en caso de que tuviera problema para hacer su parte para activar la trampa. La nieve no era problema para el vigía del bosque de la Luna, así que podía avanzar sin dificultad sobre ella, era algo a lo que estaba acostumbrado.

Un nuevo flechazo de Kroner devolvió la confianza del grupo en darle fin a esta batalla sin salir mal librado de ella -Karian, debes llamar su atención... No dejes que mire a otro que no seas tu!- Esperaba que le mediano no se entusiasmara con ver la oportunidad de enfrentar al osobuho al verlo tan lastimado; Elden estaba atento a cada movimiento de sus compañeros y la terrible amenaza que se aproximaba a gran velocidad.

La noble dama volvió a conjurar una flecha ígnea. Su puntería mejoraba pero aún no era del todo certera. La flecha de fuego rozó al osobúho pero alcanzó a quemar plumas y carne, pero no fue suficiente para detener a la bestia.
Aquel Grandullón, como el mediano llamaba a Kroner, tensó su poderoso arco con toda la fuerza de su brazo, hombro y espalda. La flecha salió disparada a una velocidad tremenda, y se clavó directamente en el cuello de aquel animal mágico, se hundió casi completamente y el osobúho casi perdió el equilibrio. A pesar de malherido, la bestia seguía su recorrido.

Karian se mantenía firme a los ojos de todo el mundo, pero para sus adentros los nervios se apoderaban de su ser. Con su espada bien plantada cubriendo su defensa esperó mientras el Osobúho se acercaba más y más. A medida que los metros de distancia disminuían, la criatura se iba tornando más grande y feroz. A punto estuvo de correr, jamás había enfrentado un ser así, pero se mantuvo firme, hasta que la criatura se encontró en poisición.

-AHORA!

El grito del Elfo fue como una orden que activa un resorte: El Enano, el mediano y él, halaron al mismo tiempo la cuerda y el Osobúho cayó de bruces, con la pata enredada en la cuerda. La trampa había sido un éxito y había impedido que el Osobuho atacara a Karian. Pero lo difícil estaba por llegar: Mantener la trampa.

Dalla vió cómo la bestia caía en la trampa y no se lo pensó. Volvió a conjurar el mismo dardo de fuego solo que esta vez, con la criatura tendida, se clavó profundamente en su lomo con un siseo y un gruñido del animal.

Kroner estaba por tensar nuevamente el arco, cuando se dio cuenta que la trampa había funcionado. Se alegró, tanto por Karian como por ellos mismos. Sus dos flechas habían herido con creces al osobúho, pero aún quedaba rematarlo y en el interín, podía dar demasiada pelea.

Soltando el arco, desenganchó el hacha que descansaba en su cinto mientras recorría la corta distancia que lo separaba de la criatura. Había que terminar el trabajo antes de que se levantara, y Bofrund, el mediano y el elfo estaban encargándose de que la trampa continuara funcionando.

Kroner levantó el hacha por encima de su cabeza con ambas manos, y descargó el golpe con fuerza sobre la presa, su presa...

El elfo mantuvo con fuerza su posición. Aquella bestia tenía mas fuerza que la que él mismo sospechaba, pero había que aprovechar que ya estaba en el suelo y tratar de someterla para que no pudiera atacar. La cuerda debía seguir tensándose sin descanso y dejar que Karian y Kroner, pudieran atacarla sin fallo hasta dejarla sin vida.

Elden se fue moviendo ligeramente en dirección a Bofrund, era bueno poder contar con algo de apoyo extra. Si llegaban a algo que hiciera de polea, sería mucho mejor, era obvio que la bestia era mas fuerte que cualquiera por separado, pero si unían esfuerzos la superarían con creces.

El proyectil ígneo de Dalla penetró la piel del Osobúho hasta debilitarlo casi por completo, sus entrañas quemaban y sus ojos se inyectaron en sangre. Kroner, bajó su arco y enfundó su hacha de batalla, la cogió con ambas manos y aprovechó que la criatura se hallaba postrada. Su hacha se enterró en el cráneo de la criatura y la aniquiló por completo.

El silencio fue total, apenas interrumpido por el silbido del frío viento que había pasado desapercibido durante el fragor de la batalla. Los héroes jadeaban y sus cuerpos pedían cansancio, pero no se podía negar el sentimiento de satisfacción y victoria que empezaba a llenar los torrentes sanguíneos en un coctel químico cargado de endorfinas y dopamina.

Todos se miraron entre sí, un osobúho era una criatura muy peligrosa y aquellos inexpertos aventureros lo habían derrotado gracias a un trabajo coordinado. Los que atacaban aprovaron a los que tendieron la trampa, su idea había sido crucial para impedir los ataques de la criatura. Los de la trampa aprovaban a los atacantes, gracias a ellos la criatura murió a gran velocidad sin necesidad de derramar sangre. En ese instante se dieron cuenta que las aventuras y loscombates no eran una competencia por el que más brillaba. Se trataba de un trabajo en equipo y mancomunado en el que todos actuaban como uno solo.
Más combates así y resultarían invencibles.

No hubo mucho tiempo para descansar, había un cadáver a cierta distancia y había una aldea que alcanzar antes de la noche. Enseguida se pusieron en marcha a averiguar sobre el bocado que llevaba el osobúho en su pico: Era un hombre que llegaba a los cuarenta con rostro cargado de cicatrices, tenía heridas de garras por todo el cuerpo que sangraban profusamente, pero aún respiraba. Estaba inconsciente.

Tras recibir una atención médica básica y meter al hombre en el carromato de Bofrund, emprendieron de nuevo la marcha hasta la aldea. Ya habría tiempo de volver los pasos y explorar el cadáver o su guarida si así lo deseaban, pero por ahora era mejor continuar.

La noche cayó súbitamente, y el frío cada vez se agudizaba más. Si no llegaban rápidamente a la aldea, corrían el peligro de congelarse y por si fuera poco, las raciones de comida se habían terminado. Finalmente a la distancia observaron algunas luces. Por fin, tras unos días de marcha, habían llegado a la maldita aldea de Filo del Invierno. Todo parecía calmado..... muy calmado!

Karian miró la empalizada a medio construir y sintió miedo. Toda aquella aldea trasmitía temor, sus casas medio derruidas o abandonadas, sus habitantes cabizbajos, el silencio que presagia la muerte parecía regirlo todo. No había nada feliz en todo aquello, claro que si todo hubiesen sido flores y algarabías, ellos no hubiesen ido.

Buscó con la mirada lo que se pareciese más a una posada. Necesitaba una buena pinta de cerveza, necesitaba olvidar el avance desenfrenado del osobúho, todavía tenia sueños en los que la trampa fallaba y él lo pagaba con su vida, y eran sueños aterradores. Una buena dosis de líquido ambarino acabaría con todo aquellos.

- Bofrund, Kroner... ¿una cerveza?

Seguramente Elden tendría que hablar con quien nos hubiese contratado, y alguien tendría que llevar al herido ante los clérigos, pero él solo podía soñar con ingerir el alcohol suficiente para olvidar el osobúho.

Dalla observó atentamente la villa con el corazón oprimido. Aquel lugar tenía un aspecto terrible. Medio abandonado, al borde de la desaparición, sin esperanza... los adjetivos se quedaban cortos. Su mirada se deslizó hasta Elden. Él conocía obviamente el estado del pueblo cuando aceptó buscar ayuda. 

Dalla pateó los restos de una casa derruida.

Pero ¿Qué podían hacer ellos para cambiar las cosas? A la maga le pareció que la peste por la que habían acudido debía de ser sólo uno de los motivos de la zozobra del pueblo. 

Las palabras de Karian devolvieron su atención a la enorme construcción que servía de posada y de fortaleza. Sentía un grueso nudo en el cuello ante aquella desgracia generalizada y la verdad es que también deseó tomar una copa de vino.

-Me parece que ahora el que debe guiarnos es Elden. Tu dirás a donde nos dirigimos - dijo.

Kroner estaba satisfecho con lo que habían logrado. La trampa había salido tal y como esperaban, y él se sentía satisfecho con su aporte. Mientras los demás se acercaban al hombre herido, Kroner aprovechó a cortar el pico de la criatura. Era un trofeo y lo llevaría en su hacha.

Luego de terminar de hacerlo, y atarlo con un poco de cuerda, se acercó a los demás para continuar la marcha hacia Filo del Invierno. Vaya sorpresa la que se llevó cuando vio que el hombre podría sobrevivir. Para él ya era comida del Oso, pero parecía que el destino se había apiadado de él.

Cuando finalmente se encontraron la empalizada en construcción, una parte de él suspiró de alivio, pero otra se puso tensa y con los sentidos en alerta. ¿Cómo había gente que aún elegía vivir allí? Entendía a los que se habían ido, no podía culparlos.

Vio el templo y miró a los demás.

-Tendríamos que llevar a este hombre- dijo señalando al herido y luego el templo a lo lejos -Elden, ¿con quién debemos hablar ahora?- le preguntó al elfo -Luego podríamos descansar...-

Quería terminar lo que hubiera que terminar, antes de querer descansar en ese pueblo donde la atención no podía relajarse, al menos para un forastero como Kroner.

-Karian, te la aceptaré, pero primero terminemos esto para poder disfrutarla- le dijo palméandole el hombro.

Desde el combate con el Osobúho, Kroner admiró la templanza y valentía del hombre que los acompañaba de una manera silenciosa, pero central en los combates.

Eden estaba satisfecho al finalizar la batalla, habían dado muerte a un terrible criatura y sin que ninguno saliera herido. Sin embargo, lo que venía de allí en adelante no pintaba ser mas fácil.

Después de la muerte del osobuho, la atención de Elden se centro en ir a investigar si su presa, era de alguna aldea conocida, llevándose la gran sorpresa de que aún estaba con vida aquel hombre... No le conocía, pero había que hacer un esfuerzo por llegar pronto al pueblo para salvarle la vida, sus heridas eran graves, y pese a cualquier esfuerzo por controlar el flujo de sangre, sino recibía la atención adecuada, moriría sin mas.

Finalmente llegaron a Filo del Invierno. El pueblo lucía aun mas desolado de lo habitual, lo que sea que estubiera pasando, había empeorado y era preciso reunirse con el consejo para estar mas informados sobre la misión que se les iba a encomendar.

Todos cayaron durante un tiempo y el silencio se hizo realmente desesperante. No fue hasta que habló Karian, que todos volvieron en sí. Kroner y Dalla dijeron lo pertinente a lo que el elfo resolvió -Hay que llevarlo a la capilla, Kern es el único que puede hacer algo por él.- dice mostrando la dirección en la que estaba dicho edificio, era de los pocos que aún permanecía en pie.

Una vez a allá, saludo al sacerdote con total respeto por su edad y su posición ante el pueblo -Ha sido victima de un osobúho, puedes hacer algo por él?- le dice solicitando su ayuda.

Luego, se dirigió al grupo -Pediré audiencia con el consejo de ancianos, se alegrarán mucho de saber que han venido ayudar.- Elden no solo esperaba que estuviera los miembros del consejo, sino también todas las figuras importantes del pueblo.

No parece tan duro ahora... Penso Bofrund mientras empujaba un poco la cabeza de la bestia con la punta del pie. El frío lo va a conservar, ya tendré chances de volver después. Se dijo a modo de consuelo mientras su carromato pasaba junto al cuerpo, estaba seguro de que más de un escriba excéntrico pagaría una fortuna por una pluma de osobúho.

El sol prosiguió con su arco en el firmamento, sin depararles ninguna otra sorpresa desagradable. La única novedad ahora era el hombre medio moribundo que se quejaba levemente cada vez que el carromato pasaba por encima de una piedra grande. Al caer la noche llegaron a destino.

Bofrund estaba distraido mirando el suelo cuando Kroner habló-¿Sólo una? Dijo con una sonrisa sardónica. Pero al levantar la vista todo aire de broma desapareció.-Esto es... diferente... a lo que esperaba.- Dijo atónito sin encontrar del todo las palabras adecuadas- Quizas sea mejor dejarlo para más adelante.-Concluyó.- Parece que dar una mano a este lugar va llevar mucho trabajo.

 El mediano no ocultó la cara de felicidad al oír las mágicas palabras del guerrero Karian. Él era un hombre callado y afable y  poco había interactuado con él, pero esas palabras cayeron como de un amigo de toda la vida.

A pesar que se dirigió a Bofrund y Kroner, el mediano autoextendió la invitación y con una sonrisa de oreja a oreja replicó -Pero si que sí, después de todo haber pasado, un trago fuerte sureño caer bien, querer probar y aprender a hacer bebidas sureñas para llevar a tribu. - Encogió los hombros al comprobar que primero se dirigirían al templo con el malherido aldeano, lo comprendió por completo y aceptó su rumbo.

Al entrar a la aldea, los lugareños observaban desde la distancia y con gran recelo a la gran comitiva que ingresaba. Los murmullos se hacían sonar en la creciente oscuridad. Un escalofrío recorrió el cuerpo de los recién llegados pero era difícil determinar si el origen era el frío sobrenatural que se sentía en ese lugar o el aspecto lúgubre y decadente de la aldea. Poco a poco fueron acercándose al templo, mientras los aldeanos se iban reuniendo poco a poco y manteniendo una distancia segura de la comitiva. Parecieron reconocer a Elden y las voces empezaron a correr por todo el pueblo como un fuego en un campo seco.

El cielo en ese lugar era completamente nublado y virulento, como si se aproximara una tormenta que nunca llegaría. Una empalizada a medias se erguía mientras algunos aldeanos excavaban y acumulaban algunos troncos irregulares, era una empalizada rústica y mal hecha, pero eran pocos los que se atrevían a alejarse demasiado en busca de buena madera.

-Austin, llevan a Austin! -Exclamó uno de los lugareños a quien se le escapó el comentario en un volumen más alto de lo que hubiera deseado. Se llevó las manos a la boca y enseguida todos los aldeanos empezaron a correr la voz con más vehemencia, pero en los mismos susurros casi inaudibles.

Al tocar las puertas del templo -Aunque templo era mucho decir para un edificio destartalado- un anciano de paso corto y movimientos lentos los recibió. Se acomodó los lentes que traía sobre su ancha nariz y reconoció a Elden, pero a nadie más. Tomó cara de curiosidad hasta que le mostraron el cuerpo maltrecho de Austin, un aldeano que se aventuró más de lo debido para buscar algo que pudiera cazar para alimentar a su familia o a su aldea, pero el cazador terminó siendo presa.

A pesar de la urgencia del momento, los movimientos del anciano no parecían acelerar en absoluto, apoyado en un bastón finamente adornado de marfil y joyas, los invitó a pasar. Llamó a su aprendiz y acólito, un joven de dieciseis con cabello marrón y desordenado, su cara cubierta de pecas y con una actitud siempre presta al servicio. -Por la llaga de Lazhander! -Exclamó al ver el cuerpo de Austin. Limpió el altar para que pudieran tenderlo ahí.

El anciano empezó a rezar mientras el acólito limpiaba las heridas. La comitiva intentaba calentar sus cuerpos cerca de una enorme chimenea.

El interior del templo era igual que el exterior: Rústico y pobre, las constantes pillajes orcos habían desmantelado el templo de las posesiones de valor, a excepción del bastón del anciano, un par de símbolos de Lazhander hechos de plata y un fino candelabro de 8 velas hecho en oro.

Cuando los cuerpos se calentaron, el anciano terminó de rezar y se dirigió lentamente a los viajeros.

-Saludos y enhorabuena su llegada, los brazos de Lazhander que ya no llegan a este lugar los saluda. -En su voz se notaba cierta desesperanza y desazón. -Estamos en deuda con ustedes, quienes han salvado la vida de nuestro querido Austin.

Se quedó unos instantes contemplando el suelo, como su de un vasto horizonte se tratara y luego volvió en sí.

-Ahh si, mi nombre es Kern.... Kern.... Kern... -Se esforzaba por recabar un pedazo de información de su cabeza.

-Asperberg! -Dijo su acólito desde la distancia -Kern Aspeberg!

-Ohh si si, mi nombre es Kern Aspeberg y es un placer y un milagro de la luz que los ha enviado. Vamos, no hay tiempo que perder, andando, a la Cockatrice que grazna!

El anciano los urgía a salir del templo y dirigirse a la posada de la aldea, pero su urgencia en la voz contrastaba con los lentos movimientos que hacía al moverse. A oídos sordos cayeron las preguntas que pudieran llegar, o bien no escuchaba o bien pretendía no escuchar.

El mediano se impacientaba y por momentos parecía azuzarlo y con ganas de alzarlo y llevarlo él mismo hasta el destino. Mientras el grupo avanzaba, los sirvientes de Dalla se encargaban de los caballos y el carromato de Bofrund.