Partida Rol por web

Gonkar se encogió de hombros, el argumento de grandullón era convincente, aunque cualquier argumento era convincente para alguien tan ingenuo como él.

Parecía que todos empezaban a estar de acuerdo en seguir el camino hasta Filo del Invierno y ayudar a la gente. A Gonkar poco le importaba ayudar al necesitado, no tenía un corazón altruista y solo se llevaba por los intereses propios y de su clan que algún día lideraría si demostraba sabiduría y valor.

Aunque su deseo era otro, acompañaría al grupo a donde fuera que fueran, después de todo aprendió que era muy peligroso viajar solo y supo que él no era rival para un Troll. Además, aquel variopinto grupo había salvado su vida, de algo debía valer y a pesar de no estar acostumbrado, se sintió en deuda con ellos.

Yo ir donde el grupo va. Todos ir a esa aldea, Gonkar ir a esa aldea

A medida que se preparaban para el viaje, el mediano se acercó a Dalla. Aquella mujer desde un principio causó un impacto especial, a pesar de ser diferente raza, era la mujer más hermosa que vió en su vida. Quizá mucho tiempo después de andar juntos le propondría gobernar a su lado el Clan Piel de Oso, pero por ahora se limitó a hacer preguntas triviales.

-¿Cómo hacer para tener piel suave como pluma?¿Magia hacerlo? Nunca tocó la piel de la mujer para saberlo, pero de algún modo a simple vista la piel de la mujer parecía perfectamente tersa y suave.

Dalla se sorprendio de primeras ante el comentario del mediano, que la hizo sonreir con sinceridad. Dalla aparto dirante unos segundos la preocupacion y la tension de los peligros que los rodeaban y volvio a ser una muchacha disfutando de la conversacion trivial.

-Sois muy amable, querido Gronkar! Me temo que el merito es de Lisa, mi doncella, que sabe mucho de lociones y cremas. Mi piel no tiene nada de especial y no, la magia no tiene nada que ver.

-Son muy traicioneros...- acotó a las palabras de Bofrund, e ignorando la conversación que había surgido entre el mediano y Dalla -De todas formas, creo que sería correcto avisarle al encargado sobre nuestra decisión-

Kroner agradecía que hubiesen escuchado sus palabras, no estaba acostumbrado a hablar tanto, pero parecía que de a poco tendría que hacerlo más y más, al menos eso había aprendido de Dalla, quien no se amilanaba para decir lo que pensaba.

-Mientras preparamos todo para partir, Dalla y Elden podrían ir, ¿no es cierto?- propuso el montaraz reconociendo en Elden al iniciador de esta travesía y a Dalla como la más apta para la diplomacia.

Tras debatir un buen rato, todos coincidieron en dejar de lado el Troll, al menos por ahora. Era más importante ayudar a Elden y su gente de Filo del Invierno quienes sufrían por una aparente maldición.

Kroner propuso avisar de la negativa momentánea de la propuesta hecha por aquel guardia la noche anterior, acertó al mencionar que Dalla hiciera el trabajo diplomático. La mujer le explicó de las necesidades de la otra Aldea y que su misión principal no daba espera, pero le prometió no olvidarse de Fuerte Alto y en cuanto resolvieran aquel origen de la maldición, volverían a cazar a ese desdichado Troll. El hombre, ya sobrio, solo se encogió de hombros y agradeció el gesto, les deseó un buen viaje, y personalmente acompañó al grupo hasta la salida.

- Jornada y media desde aquí - Sentenció Elden con gran seguridad, era el que guiaba al grupo. -Mañana, cuando el sol esté sobre nuestras cabezas, estaremos en Filo del Invierno.

El paisaje a sus pies era hermoso, a pesar de un manto de nieve cubriendo el suelo, se podía apreciar algunas zonas verdes entre las suaves colinas, el día estaba completamente despejado y el sol brillaba por encima de las cabezas desde temprano. Ahora viajaban campo a través por primera vez desde que salieron de Argluna, y aún no lo sentían, pero estaban a punto de conocer la rigurosidad de las salvajes tierras no colonizadas del norte.

Gonkar, como siempre, hambriento de nuevos conocimientos y sorprendido por las nuevas cosas con las que se encontraba,no hizo más que preguntar. Sus compañeros respondían lo más pacientemente posible, conteniendo risas por momentos ante algunas preguntas tan ingenuas.

Recargados por haber dormido en una cama caliente, el viaje de la jornada del 27 de Alturiak pasó tan rápido como había empezado. La noche empezó a caer rápidamente y el frío empezó a calar los huesos de todos. Ni Elden, Ni Kroner ni Gonkar pudieron encontrar un lugar propicio para acampar, las grietas en las colinas eran inexistentes y las cavernas naturales eran bastante escasas. Decidieron acampar en campo abierto, con fuego para protegerlos del frío, a pesar del riesgo que ellos implicaba. La fogata podía verse a leguas de distancia y podría llamar la atención de curiosos.

Las guardias estaban cargadas de tensión, la noche oscura no permitía ver más allá de lo que dejaba ver el fuego encendido y sentían como si en cualquier momento alguna criatura fuera a saltar de repente a atacarlos..... Pero eso no sucedió.

El siguiente día llegó, con los primeros rayos del sol, el grupo partió en dirección que Elden indicaba. Una bruma ligera se alzó durante algunas horas hasta que se disipó por completo en la solana, cuando el sol estaba encima de las cabezas. Para sorpresa de todos, en especial del propio Elden, aún no tenían a la vista la aldea en cuestión.

Avanzaron unos instantes más y nada que tenían a la vista la aldea. Pararon a descansar unos instantes mientras Elden batía el terreno en busca de algún punto de orientación. No tardó mucho en darse cuenta que la bruma lo había hecho desviarse varios kilómetros al oeste, pero calculó que no estaban muy lejos.

Retomaron camino y mientras lo hacían, empezaban a notar como el frío empezaba a aumentar paulatinamente y de manera extraña.

-Alto- Exclamaron al unísono Dalla, Karian, Kroner y Gonkar. A la distancia, a unos cien metros, una criatura cuadrípeda se paseaba con una presa en el pico. La criatura era bastante grande, tenia la apariencia y la contextura de un Oso, pero los ojos de Elden notaron unas plumas, alas y pico. Se trataba de un Osobúho..... Y lo peor, en su pico llevaba el cadáver de un hombre.

Aquel recorrido era relativamente difícil de realizar. Los peligros asechaban a cada paso y el hecho de tener que depender de una fogata para no morir de frio, sencillamente era algo que no dejaba dormir tranquilo, sin mencionar que el frio en sí, ya era fuera de lo esperado.

Finamente, el elfo dio aviso de lo poco que faltaba para llegar, aquello se alejó bastante de una verdad. Fue cuando llegado el tiempo descubrió que se había desviado del camino, aquella bruma, a pesar de que no era de las mas densa, logró desubicarlo o... Tal vez se trataba de alguna misteriosa fuerza? Elder sabía que algo muy raro estaba pasando en Frio del Invierno y sus alrededores, así que había que estar muy alerta. Advirtió a todos que por nada se separaran del grupo, hasta que finalmente la niebla desapareciera.

La niebla se disipó y Elden logró reubicarse, pero no todo eran buenas noticas. Pronto se encontrarían con una criatura muy conocida en la zona por su comportamiento agresivo y su apetito insaciable, aunque lo que en realidad alarmó a Elden, fue que llevaba una presa, posiblemente humana. -Muévanse lentamente y mantengan sus armas al alcance. Seguramente ella sea quien ataque, pero será mejor que busquemos posiciones estratégicas y mantenerle a raya de los mas vulnerables. No dudará en matar al que primero le de la oportunidad. dice suave y sutilmente, moviéndose de igual forma para traer su arco a la mano y bajar de su caballo.

Ese tema de tener que acampar al descubierto, que parecía recurrente, no le estaba gustando al montaraz. Mucho menos si se estaban acercando a la zona de peligro. Por lo que ese descanso fue lejos de ser el que podría haber esperado.

Le sorprendió cuando vio al elfo detenerse por momentos en la bruma dudando en sus anteriormente seguros pasos. De todas formas, calló, ya que entendía la dificultad de la situación con aquella niebla que evitaba utilizar los diferentes puntos de referencia que seguramente utilizaba el elfo para llegar a Filo del Invierno.

Y ahora había un enemigo peligroso ante ellos. Miró a Dalla y le hizo un gesto para que se quedara detrás suyo, mientras que con la mano derecha tomaba el arco lentamente. Si llegaba a cargar el Oso probablemente tendría tiempo para disparar al menos una de sus flechas antes de tener que sacar el hacha y el escudo. Vio que llevaba algo en su boca, y le pareció que era un hombre, pero no estaba seguro.

El primer día de vuelta al camino fue tranquilo. El clima era agradable y no hubo ni señales del troll, casi era dificil recordar que estaban yendo a un lugar peligroso y maldito. La noche se encargó de remarcarlo, el frío mordía como un lobo y a la mañana siguiente tampoco mejoró. Además el desvío accidental había bajado los ánimos en la compañía, que ya comenzaba a cansarse.
Bofrund estaba con la mente perdida, absorto en la tarea de quitarse la escarcha de la barba cuando vio que los demás frenaban en seco.
- ¿Qué pasa?- Preguntó, pero no hizo falta respuesta, la silueta del oso lechuza bastó para que los ojos del enano se abrieran como platos y para que, sin sacar los ojos perplejos de encima de la bestia, comenzara a tantear a ciegas el interior de la carreta donde estaba sentado. Se sintió apenas aliviado al comprobar que el martillo y el escudo estaban al alcance de la mano.

El frío fue brutal. Dalla lo combatió como los demás, enterrándose en ropa de invierno, viajando juntos para compartir el calor corporal y usando la tienda por la noche. Aún así, la crueldad del viento le hizo añorar su hogar, con su tribu. Afortunadamente, tenia un trozo de su hogar junto a ella, Kroner, y se alegró de tenerlo allí, en contraste con su primera discusión cuando su padre se lo encasquetó.

Petrus también era un buen apoyo para ella pero estaba siempre recorriendo los campo en busca de algo de caza, así que poco a poco fue gravitando más hacia Kroner.

Cuando, aquella mañana, se encontraron con el Oso-lechuza, no pudo evitar fijarse en el cuerpo que arrastraba del pico. 

¿Uno de los refugiados? -pensó en voz alta.

Con los hombros gachos el mediano emprendió el viaje a filo del invierno y en un futuro haría cumplir las palabras de Dalla de volver a por el Troll, pero por ahora no dijo nada y siguió al resto del grupo en camino a Filo del Invierno.

Sus cortas piernas le dificultaban seguir el paso del grupo, pero no tenía elmenor reparo en aceptar cuando se cansaba, para no parar el viaje, el mediano prefería acomodarse en un rincón del carromato de Bofrund. Curioso, y fuera del alcance de la mirada del enano, espiaba y esculcaba todos las cosas dentro de la carreta. Admiraba unas cosas y dejaba de lado otras. Eso sí, no robó absolutamente nada, pero el desorden dejado allí haría encrespar las barbas de su compañero cuando se diera cuenta.

Era particular ver al mediano con un abrigo de piel de oso que se arrastraba detrás de sus pies cuando caminaba, debajo del abrigo solo había piel y vellos propios de los de su raza, Gonkar estaba adaptado al frío, siendo un norteño de nacimiento y viviendo en una de las zonas más remotas y frías del continente, el mediano desarrolló una resistencia ligeramente mayor a los demás¹. Eso si, necesitaba estar cerca del fuego en las noches, como cualquier otro. La incomodidad de encender el fuego en campo abierto le incomodaba de sobremanera al igual que su compañero Kroner, "el Grandullón", pero sabía que no tenían otra opción.

A una larga distancia, el grupo divisó un Osobúho, al igual que los Trolls, había escuchado de ellos mediante los relatos de los ancianos y chamanes de su clan. Ser criaturas mortales, tener cuidado Dijo mientras preparó su lanza y apretó los dientes. Ser mucha distancia para criatura vernos, tener que ir por ella. No saber si es refugiado, pero si saber que es su presa, y presa será comida.

El mediano, sin esperar respuesta de sus compañeros empezó a avanzar lentamente en dirección a la criatura. Había dejado pasar al Troll, pero no dejaría pasar a ese horroroso bicho, sería una vergüenza huir de esa criatura y en contrario, sería un gran honor para Tempus combatirla.

Elden interpuso una mano delante del mediano en señal de alto -Tenemos muchos peligros por delante y si no tenemos cuido, por lo menos uno de nosotros morirá peleando contra esa criatura. Hay batallas que se ganan con astucia y no con fuerza. dice mientras saca su cuerda elfica. Hagamos una trampa para osos. dice diseñando un nudo justo a la mitad de la cuerda, uno que mediante el falo de los dos extremos, se alinearía para atrapar a lo que estuviese en el centro.

No estaban enfrentando a cualquier criatura, los osobúho eran criaturas muy peligrosas y temidas en las llanuras y los bosques. Lo que empezó hace siglos como un experimento de un mago, terminó con la creación y propagación de una nueva especie terrible y peligrosa. Kroner lo sabía, entendía que este no iba a ser un combate sencillo como los anteriores que había tenido junto a este grupo.

Suspiró y apretó su arco, no estaba convencido de la trampa de Elden, si se enfrentaban mano a mano con la criatura, era alto el riesgo de que alguien cayera abatido, pero con la trampa que sugirió Elden era una apuesta: O podía salir bien y no arriesgar mucho, o podía salir terriblemente mal.

Justo en ese instante, el osobúho interrumpió su marcha para olfatear el aire, en seguida captó un olor extraño y dirigió su aguda vista a donde estaban los héroes. Soltó su presa y empezó a correr frenéticamente en dirección a las nuevas amenazas, esas criaturas eran muy territoriales y no dudarían en defender su territorio vehementemente.

La idea de Elden estaba planteada y no era del todo mala y solo era cuestión de decidir si participaban o lo ignoraban y enfrentaban mano a mano a la criatura.

Karian, silencioso hasta el momento, sintió que era su oportunidad de demostrar su valentía. Se ofreció para ser carnada en la trampa.

Dalla sacó un puñado de cuero viejo de su zurrón de materiales y lo aplastó en su puño mientras salmodiaba palabras de poder. Al poco, una armadura traslúcida la recubrió durante unos instantes, hasta que parpadeó y acabó despareciendo. Después, Dalla se alejó unos 30 pies para dejar algo de distancia entre Karian y ella.

Elden ofreció su cuerda y espero a que Brufron y Gonkar la tomaran para armar la trampa, mientras aquella criatura corría frenéticamente hacia donde estaban. Karian se ubicó en la primera línea, justo en donde concluiría la embestida del Osobúho.

El elfo tomó posición ubicándose 10 pies a espaldas de Karian y otros 10 a su izquierda. Ya con arco en mano, tenía angulo mas que suficiente para disparar contra la temible criatura.

La criatura los detectó y cargó contra ellos. Eran muy territoriales, y dudaba de que fuera a abandonar el combate una vez iniciado. Malditos experimentos mágicos...

Kroner no se alejó tanto de Karian ya que si éste necesitaba ayuda, él podría hacerlo rápidamente. Miró a Dalla y se alegró de ver ese parpadeo luminoso... sólo esperaba que fuera un buen hechizo. Se movió apenas lo suficiente como para mantenerse detrás del valiente iluskano y tener un disparo tranquilo... necesitaba toda su concentración para el siguiente disparo.

El montaraz del Clan del Águila Blanca levantó su arco y observó la carrera del oso. Terminó decidiéndose por un ángulo más cerrado. Aplicó toda la fuerza de la que era capaz para que éste no perdiera potencia al desplazarse hasta el Oso. Tensó aún más su recio arco de tejo y los músculos de todo su cuerpo parecieron responder al esfuerzo. Apuntó conteniendo la respiración... y soltó la flecha de plumas blancas.

El proyectil pasó raudo por encima de la cabeza de Karian en un ángulo casi paralelo al terreno, y descendiendo apenas luego de decenas de metros impactó con una fuerza tremenda al costado del cuello del animal, casi perdiéndose las plumas en el cuerpo también emplumado del oso lechuza.

Karian asienta los pies con fuerza y se prepara para recibir la carga del osobuho. Oye a su espalda la salmodia de Dalla y nota cómo pasan muy cerca las flechas de sus compañeros. A pesar de todo se mantiene firme, aferrándose a su espada y su escudo y rezando a todos los dioses que se le pasan por la mente.

Bofrund tomó firmemente la soga que le ofrecía el elfo con la mano derecha. En la izquierda llevaba el escudo, que usaba para frenar un poco el viento. El enano corrió como pudo entre la nieve, lanzando maldiciones por lo bajo cada vez que se le atoraba el pie en alguna zona un poco mas profunda. A la izquierda de Elden, ya estaba preparado  para tensar la cuerda en cuanto el monstruo los embistiera.

Una energía envolvió todo el contorno dela hermosa joven mientras gesticulaba y musitaba palabras arcanas. Su guardaespaldas, lanzó un certero flechazo a la bestia, la flecha se clavó cerca del cuello e hizo que el animal se tamabaleara, casi al punto de caer mientras lanzaba un alarido de dolor, como el graznido de un ave en desespero.
El Elfo 
El mediano no hizo más que esperar valientemente con su lanza en mano, tomó la cuerda de Elden y junto a Bofrund empezaron a organizar la trampa que había sugerido Elden.
Karian, valientemente esperaba en vanguardia, en la trayectoria entre el Osobúho y sus compañeros a la espera del choque contra el animal. Paso saliva y solo esperó, su valentía era heroica.

El sosbúho siguió su carrera en dirección a la nueva presa, a pesar que algunas gotas de sangre empezaban a emanar de su cuello por la flecha clavada, su carrerá se incrementó y sus ojos mostraron una sed de sangre antes no vista en un animal.

Dalla observó cómo el animal se precipitaba sobre ellos, retrocedió otros 10 metros y entonces comenzó a mover las manos y a canturrear en aquella lengua extraña. Al poco, un brillo flameante apareció en sus manos y de ellas surgió un proyectil ígneo que se precicpitó contra la bestia.

Kroner sacó apresuradamente otra flecha. Necesitaba ganar tiempo para herir todo lo posible a la criatura antes de que llegara a ellos. Una vez en cuerpo a cuerpo, nada aseguraba que fueran a ganar, eran tremendos cuando entraban en la lucha por su vida.

Tensó el arco, y en el mismísimo momento en que estaba por soltar la flecha, sintió el fuego pasando junto a él y lo asustó por un momento. No se esperaba eso, y la flecha salió disparada hacia un costado lejano del oso.

Maldición...

Sacó otra flecha mientras se colocaba más lejos aún para tener posibilidad de seguir disparando y que no lo alcance la criatura. Sólo esperaba que no fuera lo suficientemente inteligente como para darse cuenta que era él el que había dejado esa huella sangrienta en él.