Partida Rol por web

Kroner estaba satisfecho con el buen desempeño del grupo. Habían sido tácticos y ninguno había salido herido. Colgó su arco y sacó el hacha de batalla con la intención de rematar a los dormidos y terminar el trabajo que su flecha había comenzado.

Cuando se fue acercando, vio el bulto al fondo del pasillo. ¡Era un niño!

Kroner se dio la vuelta y señaló al niño, pero ya todos lo habían visto.

-Que alguno interrogue a los últimos y rematen a los dormidos- dijo el explorador -Voy por el niño-

Con grandes zancadas se fue acercando hasta el pequeño para desatarlo, pero cuando estuvo más cerca, se mantuvo atento a que no hubiese ninguna trampa más de esas nefastas y traicioneras criaturas. Miró a los lados, en el piso, y recién cuando estuvo seguro, avanzó. Si había estado vivo hasta ese momento, no cambiaría su situación si tardaba un poco más pero se aseguraba que su salvador llegara en una pieza.

-¿Qué sucedió, niño? ¿De dónde eres?- preguntó una vez le hubo sacado la mordaza y pasaba a desatarle las manos y los pies.

Seguramente tendría hambre, y sed, seguramente frío también. Tendrían que traer a los sirvientes de Dalla con las provisiones y los abrigos.

-Toma- le ofreció su odre...

Bofrund siguió con la mirada a Kroner, que había encontrado a un prisionero. Despues de todo, si eran malos. Supongo que no podía terminar de otra forma. Pensó con un poco de amargura.-Matar a alguien en combate es una cosa, matar a un indefenso...- El enano hizo una pausa que dejó la frase suspendida en el aire. Entendía la forma de pensar de Kroner, pero no podía terminar de compartirla- Iré a buscar a los sirvientes y las carretas.- Dijo dando media vuelta y encarando para la salida.

En contraste con el interior de la caverna donde había una hogera, el aire de la noche era terriblemente frío. Bofrund caminó durante algunos minutos con la vista clavada en el suelo y la mente enfrascada en si misma. Cuando llegó donde estaban las carretas miró a los sirvientes y les dijo -Los demás están terminando de limpiar la cueva. Vayan, yo los alcanzo.- Luego se subió a su carreta y comenzó a revolver entre sus cosas. Sacó el trapo con el que solía limpiar su martillo y comenzó a sacarle brillo a la superficie ya impoluta. Se quedó con la vista clavada en la runa de su clan, pensando en sus antepasados y sus historias como herreros y artesanos, como guardias y defensores de la ciudades enanas, no como guerreros y mercenarios de sangre fría.

Un rato después el enano comenzaría a retornar a la cueva, con la mente más calma, pero con el estómago más vacío. Además, sentía curiosidad por saber la historia del niño prisionero.

El combate había llegado a su final con su conjuro y un par de acertados golpes de sus compañeros. Entonces, Bofrund y Kroner se relajaron y se olvidaron de los kobolds dormidos, pese a ser ellos los guerreros.

Eh... no es por resultar cruel pero cuando se despierten (y no dormirán para siempre) volverán a atacarnos. Y, además, incluso si nos fuéramos antes de que despierten, podrían a atacar a otro grupo de viajeros menos experto que nosotros al que el mal tiempo forzara a llegar aquí. ¿Me vais a hacer a mí rematarlos?

El elfo relajó sus músculos y guardó su arco para luego darle un descanso a la descarga de adrenalina que en el combate se había activado. Ya el cansancio podía verse en su rostro, pero la idea de dormir, parece que aún era un hecho distante.

Todo pareció congelarse cuando el montaraz dijo aquellas palabras de rematar a los dormidos, eso era un acto realmente cobarde. Antes de que el elfo pudiera decir alguna cosa, Borfund lo había dejado claro, con su frase a medias.

El hallazgo de un prisionero, sugería de que aquellas criaturas estaban detrás de algo mas. Seguramente el que mostrarsen heridas que la actual batalla no les produjo, era por una anterior muy reciente. Luego de meditar en esto Elden se decidió a rematar a los dormidos. Sacó su estoque y procedió a hacer una sola punzada, directo en el corazón de cada uno, no sin antes recitar una singular disculpa en su lengua natal. "La naturaleza es sabia y le brinda a todos la vida y la muerte". Había sido cosa del destino, que ellos hubiesen coincidido en el camino, de alguna forma, era una señal, de que esta criaturas no debían seguir viviendo.

Luego de esto, limpió su estoque y procedió a interrogar al que se había rendido -Bien... Empieza a hablar. le habló en todos los idiomas conocidos, con un tono igual de frio y amenazante, como el que aquella noche podía propiciar.

El Enano salió de la caverna por los sirvientes de Dalla, solo los tres sirvientes volvieron mientras Bofrund permaneció por fuera de la caverna, expuesto a los elementos y ensimismado en sus propios pensamientos, quien sabe que estuviera pasando por la cabeza del Enano, tan concentrado puliendo su martillo.

El Elfo intentó dialogar con el Kobold malherido en múltiples idiomas, pero era lo mismo hablarle en cualquier lengua, el Kobold no entendía nada. Unos instantes después, el Kobold moriría desangrado. Dejando un silencio prolongado mientras el resto de huestes Kobold dormían por el hechizo de la maga.

Kroner corrió a socorrer al pequeño atrapado y amordazado. Al tratar de quitarle las mordazas y recogerlo, se dio cuenta de la realidad: No era un niño, era un mediano! (Gonkar) Era de aspecto salvaje, con cara sucia y cabello descuidado, sus rasgos eran fuertes y llevaba tatuada la cara. Un mediano salvaje, algo realmente raro.

-¿Qué sucedió? ¿De dónde eres?- preguntó Kroner tras desatarlo

-Toma- le ofreció su odre.

Dallia tranquilizó a lisa y le pidió a Petrus que se encargara de ayudar a Elden con los kobolds incapacitados. Después escuchó a Kroner dirigirse al niño y se acercó para ver si un rostro más femenino le tranquilizaba y se le hacía más fácil así hablar con un grupo de desconocidos. 

Dallia se arrodilló al lado de Kroner pero, cuando lo vió de cerca, se dió cuenta de que el prisionero no era un niño, sino un mediano!

-Vaya! Un mediano!

Dalia vió como Kroner le ofrecía agua, así que ella le ofreció algo de comer, de sus raciones de viaje. A saber cuanto llevaba sin comer y beber!

-Tranquilo, estás entre amigos. Yo soy Dalia, éste es  Kroner y aquellos son Bofrund, Elden y Karian. Los que están ahí detrás son mis sirvientes, Petrus, Lisa y Anrold. Come y bebe y luego cuéntanos tu nombre y tu historia, te lo ruego.

Kroner se sorprendió ante el hallazgo de lo que había pensado que era un niño.

¿Un mediano salvaje?

Al instante de haberlo desatado Dalla llegó junto a él y demostró sus dotes diplomáticas una vez más. Él era más tosco, más directo. Ella había pensado hasta en la presentación. Sonrió y miró de nuevo al mediano por si tenía alguna herida.

Ya su hacha descansaba en su cinto pero aún no se había parado. Su altura podía ser intimidante para el mediano, por lo que prefería aún mantenerse a su altura, o casi.

Un murmullo grave podía escucharse en la entrada de la cueva, acompañado del entrechoque que hacen las armaduras. Bofrund se demoró un poco más en entrar, estaba sacandoles la carreta de encima a las mulas, atandolas a alguna otra cosa para que no escaparan y dándoles de comer. Cuando terminó entró a la cueva todavía canturreando y cargando con sus herramientas de cocina, unos cuantos odres de agua y algunas raciones. -¡Me muero de hambre!- Dijo sin mirar a nadie en particular.-¿Cómo está el niño? ¿También va a comer?

Elden no pudo hacer mas, que ver como aquel Kobold terminaba de sucumbir ante la gravedad de sus heridas. Ahora solo quedaban los que estaban dormidos, pero el vigía del bosque de la luna, ya había tomado la decisión de acabar con aquellas criaturas, ya que estas serían una amenaza para alguien mas y en razón de que este debía ser su destino de todo lo que los llevó hasta acá.

Elden procedió a quitarles la vida, tratando de provocarles el menor dolor posible, solo un piquete en el corazón, para ponerle fin a sus existencias.

Ahora el tema estaba centrado en el niño, el que por sorpresa resultó ser un mediano, uno salvaje. A Elder le parecía ciertamente muy extraño y el tema no terminaba de asimilarlo, simplemente dejó que Dalla y los otros se hicieran cargo.

Gonkar se revoloteó para itentar desatarse, estaba consciente de la llegada de nuevas gentes que atacaban a sus captores. Cuando el hombretón se le acercó, elmediano gruñó pero permaneció quieto, esperando a que le ayudara a desatarse.

Cuando Kroner terminó de desatarlo, Gonkar se incorporó de un solo movimiento y se alejó. Se postró contra una pared y empezó a gruñir a los recién llegado, no entendía aún que querían ayudarlo. No respondió a las preguntas de Kroner sobre suprocedencia, aunque fue evidente que si logró entender sus palabras. Cuando ofreció su odre, el pequeño lo tomó con timidez y de un rápido movimiento lo rapó y volvió a alejarse para beber un gran sorbo.

Parecía un animal salvaje, no un mediano. Sus dientes amarillentos y afilados combinaban con su aspecto peludo y desaliñado. Cuando la Iluskana llegó a la escena, Gonkar ya estuvo más calmado. Recibió de buen grado la comida y empezó a abarrotarse de ella.

Yo ser Gonkar, yo heredero de gran tribu PieldeOso, venir de bosque frío y probar mi valía, tanto a padre y a Tempus Dijo con la boca absolutamente llena. Su acento era salvaje y sus palabras salieron acompañados de gruñidos y gañidos.

Al ver al Enano, pareció sentirse menos intimidado. Los Enanos del bosque frío intercambiaban herramientas con su tribu y estaba más acostumbrado a ellos Enethek ser gran guerrero como Enethekor de bosque frío? preguntó intrigado. A medida que pasaban los minutos el mediano parecía menos tímido. Entre sus posesiones solo había un collar con una parte de un colmillo puntudo y tenía un abrigo bien confeccionado hecho a partir de la piel de un oso pardo. La piel de la cabeza del oso servía de capucha para el mediano.

Buscó entre los Kobolds algún arma que pudiera usar y una daga, solo eso era suficiente para demostrar su valía a su dios.

Dalla se alteró un poco ante el comportamiento del mediano, mas salvaje de lo esperado y no supo muy bien cómo reaccionar. El culto a Tempus, por otro lado, tampoco la ayudó demasiado a tranquilizarse. El dios nórdico de la fuerza y el caos no era el mejor referente cuando te encontrabas con un desconocido.

-Está bien, Gronkar. Conocemos el Bosque Frío pero cuéntanos cómo llegaste hasta aquí.

Un mediano salvaje. Perfecto. Kroner sabía que para muchos, algunos de su tribu podían ser considerados como "salvajes", pero este mediano sobrepasaba los estándares. De todas formas, su mera estatura asociada a Tempus le dejó un regusto alegre que hizo que esbozara una leve sonrisa ante la voracidad de Gonkar.

-Por las dudas, quédate junto a mí- le susurró a Dalla mientras se mantenía cerca, escuchando lo que el mediano tenía para contar.

-Mucho gusto, Gonkar heredero de la gran tribu de la PieldeOso, ¿cómo te tomaron prisionero los kóbolds?- preguntó el gran iluskano a ritmo lento para que entendiera todo.

Cuando entró a la cueva y vio al mediano el enano se quedó casi atónito- Uh... esto no es un niño.- Escuchó el lenguaje rudimentario del salvaje y respondió hablando pausado y con grandes ademanes- Yo combatir bien... Uh... Pero no *ejem* hacer guerra. Vender cosas.- Luego le dió un codazo leve a Dala y le preguntó con preocupación al oido sin dejar de mirar de refilón de Gonkar-¿No es en Bosque frío dónde está lleno de hombres lobo? -

Dalla se apartó un poco par evitar que el mediano la oyera.

-No se sabe mucho de él, excepto que es un lugar salvaje, sin tocar aún por la civilización, castigado, pulcro y lánguido no ha sido tocado por el avance de la raza humana.Se oyen historias de felinos y de Ettins pululando por él. No he escuchado historias de licántropos pero, si es tan salvaje como dicen, no sería de extrañar.

Ya un poco más tranquilo, y con armas en mano empezó a acercarse un poco más al grupo.

Gonkar venir del norte, Gonkar estar en iniciación para adulto en tribu, pero Gonkar demostrar que es más y decidir viajar sur, donde murallas y chozas grandes y mucha gente.

Sin vacilar ni sentir pudor, se metió los dedos a la nariz, terminando el ciclo con los dedos en la boca. El salvaje eructó sonoramente más de una vez mientras habló.

Viajar muchas leguas en dirección opuesta a grandes montañas y encontrar pocos enemigos para demostrar valor. Primeros enemigos sucios kobolds, muchos y muchos, más de... Pasó un instante mientras contaba con los dedos de la mano ...5 docenas! Gonkar acabar con muchos, pero muchos acabar con Gonkar. Gonkar despojado de todo menos de abrigo y collar. Grupo grande Kobolds pelear entre ellos y dividirse, unos coger a Gonkar y otros coger pertenencias de Gonkar.

Enethek no guerrero? No tempus? Enethek solo vender y no pelear? Hizo un gesto como si no entendiera mucho la situación, aún así no dijo nada más. A donde viajar hombres y hembra? Gonkar poder acompañar en viajes? Su reciente captura frente al primer enemigo encontrado hizo verle lo peligroso que podía ser el mundo viajando en soledad, incluso en las tieras "suaves" del sur. Tempus invitaba al coraje y la valentía, pero no a la estupidez y en su tribu nunca nadie iba solo, siempre en grupos de caza o de exploración.

Con la bendición de esa gente, quizá viajaría para demostrar sus destrezas de una mejor manera, medirse casi hombro a hombro con el Enano, demostrarla fuerza de dos hombres que tenían el doble de su altura y saber de que estaban hechos los Elfos. Los otros personajes (los sirvientes) parecían poco aptos para la guerra y las dos mujeres eran simples hembras para calmar los apetitos propios de los hombres, eso pensó en ese instante el mediano, sin saber lo equivocado que estaba.

Kroner sonrió ante la historia de Gonkar. Un mediano aguerrido si los había.

-¡Vaya historia, Gonkar!- dijo el montaraz levantándose para estirar las piernas y yendo a sacar los cadáveres de kóbolds de la cueva -Elden, Bofrund ¿se ocupan de los prisioneros? Tal vez sepan algo útil- preguntó mientras levantaba un kóbold con cada brazo, y antes de continuar hacia la salida de la cueva, se dirigió al mediano -Dijiste que se separaron los kóbolds... y que eran muchos... ¿sabes hacia dónde fueron?-

Karian miro sorprendido al mediano, no había visto muchos a lo largo de su vida, y los que había conocido eran más civilizados que el que tenía delante. También eran dignos de vigilarse de cerca. A pesar de las dudas que le despertaba, le recibió todo lo cortés que pudo.

Finalmente solo quedaban dos Kobolds... Kroner tomó a cada uno de la mano y expuso su intención de que se les interrogara. Aquello no había funcionado con el que estaba herido, pero tal vez con estos si.

En relación al mediano, Elden solo pudo mirarle con extrañeza. Los rituales de iniciación de su tribu era algo que ya había llegado a escuchar, pero esta búsqueda desmedida de probar su valía era algo que les podría meter en problemas El vigía tomó la palabra y le habló con cierta frialdad al mediano -Vamos en dirección al Bosque de la Luna, si crees que serás de ayuda para acabar con la amenaza que azota a los pueblos cercanos, sin hacer algo que nos ponga en peligro a todos, puedes venir con nosotros.-

Dejó el tema con el mediano para volver con los Kobolds... Despertando al que estaba dormido con una bofetada, empezó el interrogatorio Será mejor que me digan hacia donde pensaban llevar a su prisionero y si hay mas de ustedes cerca en el camino*... repitió lo mismo en todo los idiomas que sabía: Elfo, Goblinoide y orco.

Kroner fue apiñando los cadáveres afuera de la caverna, un poco distanciada de la entrada ya que sabía que los carroñeros podrían venir a darse un festín con los cuerpos. La matanza fue desagradable para aquellos que no estaban acostumbrados, la callada Lisa desvió la mirada a la escena pero alcanzó a dar un par de arqueadas para vomitar del asco, era una doncella del cepillo y la comida, no una aventurera.

Entre las pertenencias de los Kobolds solo hallaron unas míseras monedas y armas de baja calidad, solo entre las armas el mediano encontró una lanza corta y una daga de calidad normal, que inmediatamente equipó junto a su abrigo de piel de oso y su llamativo collar de colmillo.

Con todo el cansancio que traía a cuestas, el Elfo decidió dar un último esfuerzo para interrogar a uno de los prisioneros Kobolds... Pero en verdad el pobre no podía entender una palabra del Quel-tessar. Tan solo permanecía quieto, con miedo en sus ojos reptiles, intentando no hacer un movimiento brusco que pudiera poner en riesgo su vida. Vociferaba algunas palabras inentendibles con siseo constante, el Elfo solo pudo entender una de ellas, pronunciada en un idioma Goblinoide, decía "No matar".

La noche siguió su curso, los prisioneros fueron amordazados y dejados a la vista, mientras Kroner y Karian salieron en busca de leña seca para alimentar el fuego que los mantendría calientes durante la noche. Comieron sus raciones secas al amparo de la roca y el fuego, mientras escuchaban la fuerte brisa helada del exterior. Era la primera vez que compartían con Gonkar y poco a poco iba entrando en confianza con el grupo. En medio de las conversaciones, el grupo contó a grandes rasgos las historias de cada uno y lo transcurrido desde que andaban juntos, mencionaron su misión de rescatar una aldea lejana de una maldición que la aquejaba.

Las guardias se repartieron como todas las noches, pero con un miembro más dispuesto a repartir esa tarea, era más el tiempo que podían descansar.

La noche trascurrió con un pequeño sobresalto de un animal que entró a la caverna más de la cuenta, pero al sentir la presencia del grupo se asustó y huyó para no ser visto nunca más.

La fresca mañana los despertó con una ligera niebla que a la hora de iniciar el viaje, ya se había dispersado. Tan solo llevaban una jornada de viaje y ya habían tenido que usar sus armas y conjuros 2 veces! Era presagio de que las tierras no eran tan limpias como las autoridades aseguraban.

Iniciaron la nueva jornada con las pilas recargadas. Según los cálculos, eran 3 los días que tardarían en llegar a fuerte alto, por lo que no se hicieron expectativas de tener una comida caliente durante la noche de ese día. Sin embargo, tenían bastante expectativas a algún encuentro que pudieran tener a lo largo del día, esperaban un día tan excitante como el anterior....

Pero no fue así, el día transcurrió lento mientras viajaban a través del camino, pasaban algunos cultivos de haciendas y granjas alejadas de Argluna y cada vez eran más dispersas, las suaves colinas se extendían al norte hasta donde llegaba la vista en lo que se conocían como las tierras de la luna, mientras el Río Rauvin fluía silenciosamente al sur del camino.

La noche llegó fría e inclemente, como todas las anteriores, propias de los inviernos norteños. Estaban en campo abierto y encontrar un lugar donde acampar debidamente y fuera de todo peligro fue imposible, incluso con las habilidades combinadas de Elden, Kroner y Gonkar. Les tocaba acampar en campo abierto y tenían que encender un fuego que se vería a larga distancia en la oscura noche si no querían morir congelados. Incluso el fuego podía verse a gran distancia a pesar de las mitigaciones que hicieran los expertos en supervivencia como cavar un hueco y encender la fogata allí o tratar de taparlo con ramas de árboles.
La noche fría fue estresante para los que hacían guardia, estaban seguros que algo aparecería de repente atraído por la luz del fuego. Pero uno a uno fueron haciendo guardia y ninguno tuvo sobresalto, hasta que el gran astro volvió al siguiente día, imponente como siempre, escudado de un gran cielo azul con poca nubosidad. En el sur de Faerûn, un sol y un cielo de esas características significaban un impedimento a un viaje por el exceso de calor. Sin embargo, en el norte, el frío penetraba ropajes y armaduras y apenas calentaba un poco los cuerpos.

La siguiente jornada (26 Alturiak) pasó sin pena ni gloria, igual que el anterior. Un día frío y aburrido, en el que no pasó mayor cosa que la discusión de un posible nombre para el grupo de aventureros. Alguno sugirió la comunidad del anillo, pero ¿De qué anillo?, pero se resaltaba el hecho de que a este paso, dentro de poco serían una comunidad de verdad y hasta podrían fundar un pueblo (9 viajeros!!). 

El ocaso caía sobre los viajeros y la excitación del primer día ya se había diluido por completo, ahora estaban a la expectativa de llegar a fuerte alto.... Y efectivamente, surgió aquella pregunta hacia Elden "¿Qué ven tus ojos de Elfo?" y por supuesto, el guía del viaje divisó luces a lo lejos, luces que empezaban a encenderse, aglutinadas que señalaban la conglomeración de gente, es decir, un poblado.

Fuerte alto era una aldea de medio millar de habitantes, se localizaba sobre un elevado promontorio desde donde a luz del día se podía vislumbrar la gran y cruel extensión de los páramos eternos.

Un par de horas siguieron su camino, hasta llegar a la empalizada de 3 metros de altura, una puerta de madera, con apariencia de desvencijada pero resistente como un árbol de roble de varios siglos de edad, se encontraba completamente cerrada, solo una pequeña ventanilla era la única comunicación con el interior. Nadie parecía estar vigilando.