Partida Rol por web

– Me encuentro perfectamente majestad. – le respondo a Aurea.

Seguidamente giro la cabeza hacia Yasmina. – Disculpar si no os dije la identidad de mi señora pero no encontré correcto hacerlo sin su autorización.

Observando la ropa desgarrada de Aurea y recordando las palabras de Yasmina intento evitarle la humillación de aparecer así ante los demás.

– Majestades si disculpáis mi osadía me parece que seria conveniente que le proporcionarais ropa a mi señora. Así no será público lo ocurrido aquí y evitaríamos tensiones.

Puede que no sean las intenciones de Aurea pero no podemos luchar contra todos ellos.

 La idea de seguir deambulando por el desierto no me era muy agradable, asi que asenti ante las palabras de Garren y acepte ser guiado hasta la princesa Yasmina.

Tienes razon Garren, deberiamos dejarnos guiar por estos engendros del desierto...dicho eso, escupio al suelo con gesto enfadado.

-Pues sí, creo que es lo más sensato. Tal vez Áurea o Bernat hayan conseguido apaciguar los ánimos de esta gente del desierto- la reina se levantó de donde estaba sentada lista para volver a entrar en el poblado. Tal vez ahora tuvieran mejor suerte y lograran llegar a un acuerdo amigable con sus captores.

-Por favor, conducidnos hasta la princesa Yasmina

- Estoy bien Bernat, gracias. dijo la princesa amablemente, quizás más de lo que nunca había sido con aquel joven. Pero agradeció profundamente su preocupación. Al mirarse se dio cuenta a qué se refería, tenía la ropa algo desabrochada y no parecía estar presentable, así que se arregló la ropa mientras profería diversas maldiciones contra el hombre que le había hecho eso.

- Princesa, creo que nos convendría pasar la noche aquí y continuar nuestro viaje mañana (demasiadas cosas han pasado hoy), ¿podríamos gozar de un humilde hospedaje aquí en Narit? No tenemos mucho dinero pero podríamos pagar un precio razonable. No quería deberle favores, pero dada la situación necesitaba descansar y tranquilizarse por lo que acababa de ocurrir. Aunque también la posibilidad de matar a ese malnacido si le volvía a ver.

El príncipe de Narit se giró al escuchar el grito de Aurea y la miró de manera desafiante pero sin decir nada. Finalmente salió de la cabaña y  le perdísteis de vista.

Por otro lado, Yasmina escuchó todo lo que la dijistéis con mucha atención:

- Lady Aurea, poder fiaros plenamente de mi hospitalidad, yo no ser como mi hermano, y daros hospedaje gratis y todo lo que necesitar, yo me encargaré de que todo salir bien- dicho esto miró hacia Bernat- no tener que darme explicaciones de vuestra señora, entiendo que vos no poder así que estar tranquilo, habéis sido todo un caballero ayudándome. Esperemos ahora a que guardias traer vuestros compañeros, entonces tomad todas vuestras armas e iremos a preparar banquete y fiesta de bienvenida. Mientras yo querer que vos, princesa de Loarrus, contadme detalles de a donde ir y por qué, mi hermano no contarme nada a mi.

Aurea asintió y suspiró al ver que parecía todo más tranquilo ahora.

- Mi pueblo ha sufrido un robo por parte del rey de Arbebuck, vamos a una misión de rescate de nuestro tesoro robado, además trataremos de matarle y reducir sus tropas para librar a mi pueblo y los demás pueblos de su tiranía. dijo mientras se sentaba cerca de la mesa más próxima, y quedaba algo pensativa. Por mucho que hubiera querido, por mucho que hubiera luchado, ese hombre...

- Creo que descansaré un poco mientras se prepara el banquete, el calor del desierto es agotador, mintió. Necesitaba estar a solas. Algo pareció dolerle en el pecho y los ojos empezaron a escocerle.

Los nuevos guardias que aparecieron ante vosotros escucharon con agrado vuestra aceptación a acompañarles pero los que os llevaron hasta ahí no parecieron alegrarse demasiado y comenzaron a increparles en su idioma en un tono bastante alto:

Guardias que os llevaron: ¡Nevar pārvietot no šejienes!

Guardias nuevos: Ir pasūtījumu Princess Yasmine

Guardias que os llevaron:  Jūs lietojat tos, ja jūs pārliecinieties, ka Jums samazināt princis galvu.

Guardias nuevos: Izmēģiniet to un pateikt viņam princis ar savu konkubīne yacísteis bez jūsu atļaujas.

Al oir esta última frase, los guardias que os escoltaron hasta allí se hicieron hacia un lado apartándose para que pudiéseis pasar. Los nuevos guardias os hicieron un gesto con la mano para que los siguiérais.

Guardias nuevos: Vamos, no demorarse por favor, princesa estar esperando.

Al final accedemos a acompañar a los guardias para ver que es lo que desea de nosotros la princesa de Narit, así que nos ponemos en camino y los seguimos hasta que llegamos a los anteriores guardias. Los nuevos guadias y los anteriores se ponen a hablar entre ellos en su lengua, por lo que no entiendo nada de lo que estan diciendo...Y bueno, debido a la vida que llevé no me pude poner a estudiar otras lenguas, mi preocupacion entonces era unicamente sobrevivir.

Una vez acaban de hablar, nos hacen pasar hacia delante, y con un asentimiento de cabeza, y mirando con odio a los guardias de antes, avanzo

He permanecido en silencio mientras las princesas hablaban entre ellas limitándome a permanecer en pie a su lado.

Al expresar Aurea su deseo de descansar intervengo.

– Si así lo deseáis majestad permaneceré al otro lado de la puerta. Y la princesa Yasmina no requiere mi ayuda para otros cometidos.

Quiero que Aurea sea consciente que puede ocurrir que tenga que abandonar el lugar.

Finalmente la suerte pareció cambiar nuevamente a el grupo, si bien no sabían que era lo que les pasaría, seguro era mejor que esperar bajo el sol abrasador. El campesino siguió al resto hacia donde los nuevos guardias les indicaron sin hacer gesto alguno, inexpresivo como siempre ante todo y como siempre, tratando de pasar desapercibido para todos.

 Veo como empiezan a discutir entre los que nos dejaron en las puertas del desierto y los que quieren llevarnos de vuelta a Narit. Intento averiguar lo que dicen pero sin exito, es un idioma demasiado complicado para mi.

Al final, dejan la discusion y nos invitan a seguirles, asi que hago caso de esa "invitacion" y los sigo junto a mis compañeros.

La reina escuchó la discusión al igual que sus compañeros y al parecer por las expresiones en su rostro, ellos habían entendido tanto como ella, es decir, nada. El pueblo del desierto estaba muy alejado de su bosque, sus embajadores no la habían visitado nunca, el idioma era totalmente extraño para ella.

-Bueno, sea lo que sea ya estamos aquí- Murmuró por lo bajo. Levantando la frente y mostrándose calmada, atravesó el corredor que habían creado los guardias sin mirar hacia los lados.

Conducidos por los guardias y sin entender la conversación que habían tenido pasáis la barrera de bereberes que os habían expulsado de Narit,pero veis que mas lejos de quedarse allí parados se os ponen detrás siguiéndoos hasta la cabaña.
Os hacen entrar muy educádamente y dentro véis a Aurea, Bernat y a una bella dama que no conocéis de nada.

Mientras Yasmina os acababa de contar los detalles sobre el banquete que iba a celebrar en vuestro honor, y además os preparaba un lugar para descansar en esa misma cabaña, vistéis que la puerta de la misma se abrió y por ella entraron tres guardias seguidos por el resto de vuestros compañeros.

 Fuimos guiados hasta la cabaña de donde hacia escasas horas nos habian hechado a patadas. Un cumulo de malos recuerdos se agolparon en mi mente, los cuales desaparecieron enseguida cuando vi a Bernat y Aurea junto a una mujer, la que supuse, era Yasmina.

Enseguida me dirigi hacia mis compañeros... ¿ como os encontrais ?

El grupo fue guiado hasta una carpa y dentro de ella encontraron una persona desconocida para los que allí estaban. Una mujer que se encontraba acompañada por el resto del grupo, se ve que ellos habían tenido mejor suerte que la de estar bajo el ardiente sol.

Sergi se quedó satisfecho con el solo echo de estar ahora a la sombra, ya eso era mucho en un lugar como este y estaba agradecido.

Me quedo mirando a Aurea en silencio esperando que sea ella la que relate lo sucedido.

Después miro también a Yasmina.

Habiendo dos princesas presentes sería una gran falta de respeto erigirme como portavoz.