Partida Rol por web

La sombra del Norte

Capítulo 1: La Comarca

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01/10/2016, 22:09
"Aceroamargo"

Tendría que disculparse con el enano... Su tiro había sido patético, y por poco no había resultado desastroso. El numenoreano se preparaba para guardar su arco y desenvainar la espada, cuando se percató que la fiera parecía sedada, calmada, como en trance. No reaccionaba ante los ataques del grupo y parecía embelesada con algo. "Qué demonios...?" pensaba el joven, cuando empezó a escuchar la música. Una melodía danzaba entre las hojas de los árboles, entre las raíces, entre el viento que soplaba. Parecía envolverlo todo, siendo casi sustancia. Algo mágico. La música provenía de Mithdúlin. El punteo en su lira, la melodía de su voz... Había algo de magia élfica en ello.

Aceroamargo volvió a concentrarse, no quería caer en el influjo de la música. Analizó la situación, ahora el jabalí estaba a su merced. No sería demasiado difícil acabar con él. ¿Pero que clase de hombres serían si hacían eso? Una cosa era defenderse del ataque de una bestia salvaje, y otra acabar con un animal que ya no parecía suponer una amenaza para ellos. Sin mencionar de nuevo sus preocupaciones con respecto al tal Lord Tamir. No tenían idea de quien era, ni como iba a reaccionar si mataban al jabalí. Solo podían inferir que el jabalí le pertenecía, según las palabras de los medianos.

El joven decidió que lo mejor sería sacar a los medianos de allí, y retirarse mientras la magia de Mithdúlin surtiese efecto. Tal vez los hobbits les diesen luego más información.- ¡No deberíamos atacar al jabalí mientras no sea una amenaza!- Dijo a sus compañeros, rezando por que sus palabras surtiesen efecto. No parecían un grupo demasiado disciplinado, y él no tenía ninguna autoridad sobre ellos.- ¡Mithdúlin, no cejes con tu música, trata de mantenerlo así¡ ¡Saquemos a los medianos de aquí, y retiremonos nosotros mismos; no tenemos por que matar al animal! Durante todo el tiempo que gastemos aquí estamos dejando a Lady Melyanna desprotegida.

El joven guardó su arco y se dirigió a toda prisa hacia los medianos; su intención era cargar con el que estaba herido y llevarlo junto Lady Melyanna y Dimrod. - Ven conmigo.- Dijo al otro mediano, en tono autoritario. Esperaba que le siguiese de buen grado, ya que no había deseado separarse de su amigo ni ante los embites del jabalí.

Notas de juego

Mi intención es llevarme de allí al mediano herido, y tratar de que el otro me siga. 

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02/10/2016, 01:50
Mithdúlin

(...)

El Bosque Negro se meció

Mudo con la melodía

Pues a enfurecer al árbol

Ni el más audaz se atrevía

 

Convirtió de sopetón,

En llovizna el temporal.

En susurro la canción,

Y en céfiro un vendaval.

(...)

La batalla continuó hasta que se dieron cuenta de que la bestia ya no se defendía. Fue entonces cuando se percataron de que la melodía del arpa del bardo parecía estar influyendo en el comportamiento del animal. Mithdúlin se sentía más optimista viendo que estaba consiguiendo tranquilizarlo.

Aquel jabalí lo miraba embelesado, mientras los dedos del elfo continuaban haciendo sonar las sedantes notas. Su voz acompañada en todo momento. Era apenas un susurro, pero él sabía que el animal podía escucharlo. El primero en reaccionar ante la quietud del animal fue el númenórean, que pidió a sus compañeros que dejasen en paz al animal mientras no pudiese defenderse y empezó a ayudar a los pobres hobbits. Cuando se dirigió a Mithdúlin, este le devolvió la mirada sin dejar de prestar atención a la canción, y le guiñó un ojo a modo de respuesta.

Todo el combate había sucedido muy deprisa y el bardo apenas había estado atento al resto del grupo. Había centrado todos sus esfuerzos en mantener la concentración y proyectar su poder en aquella canción. Su recompensa era ahora el poder haber ayudado a sus compañeros y la mirada dócil en aquellos profundos ojos, antes hirvientes de ira. Casi podía sentir como la respiración del animal se volvía más pausada y sosegada. Tal y como decía su canción: "Convirtió de sopetón / en llovizna el temporal".

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02/10/2016, 10:10
Aular Robleviejo

El hombre de los bosque asintió ante las palabras del joven. Ahora que el jabalí no era una amenaza desde luego que no tenia sentido seguir atacándolo a menos que las heridas que había sufrido el animal fuesen tan graves que quedase lisiado o le hiciese tener una lenta agonía .Meneo la cabeza.No, no era tiempo de perderse en pensar en lo que podría pasar después , ahora era tocaba actuar y largarse de allí para curar a los heridos que no eran pocos por cierto.
Dirigiéndose al elfo cantarin pregunto: ¿puedes andar y cantar ?.Mientras se llevan a los heridos de aquí no puedes dejar de hacer lo que estés haciendo

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02/10/2016, 17:29
Rossuon Pairaniar

Rossuon, parapetado tras su escudo, quedo sorprendido al ver que el jabalí no emprendía un nuevo ataque. Al principio no bajó la guardia, hasta que fue consciente de la melodía que el elfo rasgaba en su arpa. Aquel sonido era mucho más imponente que lo que había estado escuchando de sus manos la noche anterior. Transmitía mucho más, bastaba con ver los efectos en la criatura. Por desgracia, el dunadan no estaba en las mejores condiciones para disfrutar su música. Se llevó la mano del escudo a su herida, presionándola para frenar la hemorragia, y apoyó la punta de la espada en el suelo. El dolor se hacía cada vez más insoportable. 

Se quedó embobado un instante mirando los ojos del animal. Sintió deseos de alzar su espada, de aprovechar la indefensión de la criatura para acabar con su vida, de hacerle pagar el daño que le había provocado... La voz de Aceroamargo consiguió serenar la mente de Rossuon, deteniendo un renqueante paso hacia el frente. 

- Deberíamos cortarlo en pedazos para la cena...- 

Protestó, aunque no hizo el más mínimo gesto para llevarlo a cabo. En su lugar se giró y comenzó a alejarse del enorme animal con gesto dolorido. Respondió a una necesidad por desahogarse. Y habría realizado un último ataque si no fuera por el temor a que aquel conjuro que mantenía aletargado al jabalí se desvaneciera, dejándolo de nuevo frente a su imponente figura en unas condiciones desfavorables. 

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02/10/2016, 20:24
Mithdúlin

Al siguiente que escuchó fue al grotesco Aular, que le apremió a continuar y le preguntó si sería capaz de retroceder mientras seguía tocando. Mithdúlin sabía que era una operación complicada, ya que el embobamiento del jabalí no duraría mucho más una vez dejase de escuchar la melodía. Como bardo errante había tocado mientras caminaba y hasta mientras cabalgaba, pero sabía que a partir de cierta distancia el hechizo dejaría de hacer su efecto. Esperó que fuese suficiente.

Dedicó también un gesto de asentimiento muy sutil con la cabeza, esperando que el hombre de los bosques lo comprendiera. Por suerte todo lo que había hecho no estaba dañando el efecto de su melodía, no era ningún aprendiz: sabía cada verso de memoria y podía mantenerlo activo casi sin esfuerzo, sin embargo no podría comunicarse abiertamente con sus compañeros mientras se hallase enfrascado en aquella tarea. Tan solo notar cómo pasaban a su lado, alejándose del animal encantado. Pronto el tendría que hacer lo mismo.

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02/10/2016, 22:41
Aeth Umbradacil

Su maza solo había golpeado contra el duro suelo, levantando una diminuta nube de polvo que se perdió entre la tierra que levantaban la docena de pies de los atacantes y las pezuñas del jabalí en aquél interminable intercambio de golpes. La maza se había enterrado en una pequeña capa de arena suelta y perdido en su rabia Aeth aún tardó unos segundos en arrancarla del suelo para preparar un nuevo ataque. Para su sorpresa, presenció en aquél momento cómo los ataques del resto de combatientes acertaban al animal sin que este respondiera siquiera devolviendoles los golpes.

Pronto se escuchó la voz de Aceroamargo entre la música élfica indicando que no se atacase más al animal mientras todos se retirasen. Aquello le hizo sentirse todavía más humillado, ¿qué dirían de ellos cuando volvieran? ¿qué habían escapado con el rabo entre las piernas de un misero animalejo cuando ya lo tenían arrinconado? Ni hablar, por lo menos partiría un par de huesos de aquella bestia que tantos quebraderos de cabeza les había dado. Escupió al suelo mirando en dirección a Aceroamargo a modo de desafío y a continuación Aeth cogió impulso con la maza al tiempo que la agarraba fuertemente con ambas manos y descargaba un golpe contra el costado del animal, confiando en hacerle sangrar y tal vez derribarlo de forma definitiva.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si los demás abandonan el combate supongo que no puedo seguir aplicando los bonos por flanco/espalda.

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03/10/2016, 17:18
Gramj Haïa

El enano, lejos de calmarse, se giró buscando a los insensatos que habían disparado. La música sólo le había alejado del combate, pero ahora la ira inundaba su ser. ¿Y tú eres amigo? Le espetó con voz en grito a ambos artilleros. Si hubiera tenido su maza en la mano, se la hubiera lanzando a ambos, cual piedra, pero por suerte y fortuna de estos, se le había resbalado. Tras ellos, tras terminar la batalla de esa manera tan harmónica, empezó a buscar su arma, que para empezar no tenía la más remota idea de donde había caído. - Es más importante para un soldado recuperar su arma o hacerse con cuna que dirimir diferencias. La profesionalidad adquirida con el tiempo de servicio había dispuesto su disciplina. Además ¿Sin arma le vas a zurrar a ese idiota?

Y empezó a buscar, como si no hubiera nadie más allí, y si algo o alguien le molestaba ... lo apartaba como si de un matujo se tratara. ¿Dónde estará Machi?

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03/10/2016, 21:16
Hunkel Saeta de Hierro

Hunkel solo sonrío mientras cargaba otra saeta, entendía el riesgo, pero también comprendía su puntería, de momento no había nada de que disculparse. -Cenarlo es buena idea- apoyo las palabras de Rossuon, el borrachín humano.

-No obstante, si no entendí mal, tiene dueño, no podemos tomarlo para cenar así como así o le estaríamos robando. Aunque matarlo por el riesgo a que lastima a alguien mas me parece una sensata idea. De hecho dejarlo a aquí solo pondrá en riesgo a otros que se crucen por su camino -. Hunkel no espera milagros de aquellas personas, pero suponía que alguno era tan sensato como para entender que no tenía sentido haber ayudado a aquellos dos medianos si habrían de exponer a algún otro con el pasar de las horas. -Al menos aprisionarlo- exclamó en un ultimo intento. Su ballesta ya tenía nueva saeta, por si acaso.

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05/10/2016, 00:06
Director

Mientras hablaban y dialogaban sobre qué debían hacer con el jabalí al que la música relajante del arpa de Mithdúlin había hipnotizado, Aeth no se lo pensó dos veces y volvió a lanzar un nuevo mazazo contra la criatura desoyendo las advertencias de Aceroamargo. Habían escuchado que era el jabalí de Lord Tamir, y aunque no sabían quien sería aquel hombre, temían por hacer enfadar a algún señor de aquellas tierras y que eso pudiera perjudicarles más adelante. No tardaron en surgir las discrepancias al respecto de qué hacer con el jabalí, mientras unos proponían terminar con su vida y insinuaban servirlo para la cena o al menos sujetarlo, otros querían salir de allí cuanto antes y olvidar a la criatura que tan mal rato les había hecho pasar.

Sin embargo, Aeth ignoró el debate y con su maza golpeó al animal que no se movió ni un milímetro y como si no hubiera sentido el golpe continuó mirando al músico. Aeth sabía que su ataque tampoco había sido muy contundente, la ira y el deseo de desfogarse habían conducido su mano con mayor intensidad que la habilidad que tenía en su manejo con el arma.

Aceroamargo mientras tanto se centró en poner a salvo a los hobbits y les ayudó a ponerse a salvo. El hobbit que no estaba malherido agradeció la ayuda del dúnadan y le siguió fuera del peligro hacía la seguridad que otorgaba el exterior del pequeño bosque mientras Aceroamargo cargaba con su amigo malherido. El tercer hobbit, aquel que estaba subido a la copa del árbol, aprovechó la situación y al ver al jabalí hipnotizado descendió su cobijo y corrió tras Aceroamargo y sus compañeros.

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05/10/2016, 01:06
Mithdúlin

Cuando ya creía que el grupo iba a dejar al cerdo en paz, fue capaz de escuchar el fuerte sonido de la maza de Aeth y la voz ronca de uno de los enanos abriéndose paso entre los acordes y arpegios. Mithdúlin tuvo que reconocer, pese a que le pesase dejar morir a aquel animal en esas condiciones, que era mucho más peligroso dejarlo a sus anchas. Consideró, además, que no tenía más opción que seguir tocando. No podía abandonar a su suerte de aquella forma a sus compañeros, más aún cuando él era quien mantenía al jabalí completamente inofensivo.

Intentó alejar de su mente la muerte de aquella bestia, centrarse en que era lo mejor de sus compañeros. No podía dejar que su canción se tiñese con su melancolía. Quizás en este estado no sufra... espero, pensó.

Cerró los ojos y siguió tocando, concentrándose en la letra, el ritmo y en nada más. Procurando que su voz vibrase suave y sedante, acompañando la delicada nana de la lira.

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05/10/2016, 09:30
Gramj Haïa

El enano encapuchado seguía buscando su arma.

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05/10/2016, 16:33
Rossuon Pairaniar

Con una mueca de dolor y los dientes apretados, Rossuon se acercó a la primera piedra grande o montículo que le permitiera sentarse con cierta comodidad. Aunque lo más importante era que estuviera lo suficientemente lejos del enorme animal. Soltó su arma y su escudo a sus pies y levantó su armadura para inspeccionar la herida. 

- Aular... - llamó entre quejidos a quien pensaba que se había ofrecido para tratarlo en medio de la refriega. 

Para el dunadan la visión era espeluznante, un agujero ensangrentado en su propia carne donde calculaba poder meter varios dedos. No recordaba haber sufrido ningún ataque de la misma gravedad y, para mayor preocupación, no paraba de sangrar. El alcohol de la última noche no facilitaba la coagulación. Sintió un severo mareo que casi lo tumba, se apoyó en una árbol cercano para impedir acabar en el suelo y se dobló, vomitando lo más alejado posible de sí mismo y sus cosas. Algo recompuesto tras descargar dos veces y escupir los restos de su boca, se irguió como pudo y esperó la ayuda mientras presionaba la herida en un intento por preservar su esencia vital en el interior de su dolorido cuerpo. 

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05/10/2016, 17:25
"Aceroamargo"

Algunos de sus compañeros siguieron su consejo, otros no. Esperaba que Aeth actuase como lo hizo, no querría que pareciese que estaba siguiendo "ordenes" del joven numenorean que al fin y al cabo, no pagaba su jornada; pero le sorprendió que el enano siguiese en sus trece - Vais a necesitar más saetas de las que lleváis, si pensáis eliminar a cualquier animal que pueda suponer una amenaza para alguien, señor enano. El puerco no es malvado, solo defiende su territorio; no hay honor en acabar con un animal inmovilizado. Si vuelve a ser una amenaza para nosotros, yo mismo no dudaré en acabar con él, pero no ahora.- Dijo a Hunkel, insistiendo una última vez, mientras se alejaba con el mediano en brazos.- Que alguien ayude a Rossuon, Dimrod debe tener medicinas, hay que vendarle esa herida.

Se sorprendió a sí mismo actuando de aquella manera, recordándose a su padre cuando dirigía a sus hombres. Un ramalazo de tristeza y rabia sacudió su interior. Apresuró el paso, sin reparar si lo seguía alguien aparte de los hobbits. ¿Qué eran aquellas personas para él? Nada, no era responsable de sus acciones. Si querían matar al jabalí, que lo matasen. Él ni quería ni debía dirigirlos. Rossuon seguramente no estaría en aquella situación si la noche anterior no se hubiese emborrachado; y Dimrod les había dado permiso para ir a ver que ocurría. Dimrod era el que tenía que dar las ordenes.

Llevó al mediano herido, asegurándose que los otros dos le seguían, hasta donde se encontraban Dimrod, Lady Melyanna y el galán eotheod. Estaba enfadado consigo mismo y habló con dureza al primer hobbit que lo seguía.- ¿Qué ha ocurrido antes de que llegásemos? ¿Y quién es ese Lord Tamir? Habla, mediano.

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05/10/2016, 20:58
Aular Robleviejo

Dejar al jabali a su suerte era que iba contra todo lo que habia aprendido en el bosque pero no podia dejar que Rossuon se convirtiera en abono para los arboles.Aular se acerco al herido y asintiendo con la cabeza intenta calmarlo .Los árboles reposan  en invierno,gracias a ello florecen en primavera,dan sombra y frutos en verano y se despojan de lo superfluo en otoño..te lo traduzco hombre civilizado todo a su tiempo.Guarda las armas y arrodillandose junto al herido comenzo el canturreo y las pulseras de hueso repiqueteando con cada estrofa

Notas de juego

sendas de de la superficie  curar 1 me concentro  unga,unga 

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07/10/2016, 00:24
Aeth Umbradacil

Había sentido la maza vibrar en sus manos al golpear el duro cuerpo del jabalí, pero no pudo sino observar incrédulo como la bestia permanecía impasible ante sus esfuerzos, como una estatua inamovible. Por un segundo olvidó su rabia e incluso consideró si aquél animal podría tratarse de alguna criatura mágica sacada de alguna leyenda, pero deshechó aquella idea con rapidez. No podía ser sino un jabalí, un cerdo grande y colmilludo, aunque de lo más resistente y tozudo que había visto jamás.

Le resultaba difícil admitirlo, pero tras haber asestado un golpe con sus propias manos no creía que pudiera derribar a aquella bestia fácilmente, incluso tan mansa como se encontraba en aquél momento; por otro lado ni tan siquiera se planteaba dejar entrever a los demás su sentimiento de derrota. Fue entonces cuando las palabras del enano ballestero le dieron la solución que necesitaba.

La red había caído no muy lejos, a solo unos metros de donde se encontraba ahora. Solo tenía que recogerla, atrapar al jabalí en ella y hacer un nudo para asegurarse. La idea de abandonar al animal allí tampoco le agradaba, ahora que le habían capturado lo sentía como si fuera suyo, poco le preocupaba quien fuera ese tal Lord Tamir. - El puerco ha perdido su territorio, entonces. - respondí empleando las mismas palabras que aceroamargo al tiempo que me colgaba el jabalí como un fardo - y entre animales, al perdedor, se lo comen. -

Notas de juego

No se si el animal se resistirá a ser atado, pero por lo pronto lo narro como si fuera totalmente dócil gracias al hechizo de Mithdúlin.

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08/10/2016, 16:21
Director

Mientras Mithdúlin continuaba la canción para mantener al jabalí en esa especie de hipnosis en la que la música le había sumergido, tenía que hacer grandes esfuerzos para no desconcentrarse y perder el hilo de la canción con la pena que sentía por el final que se avecinaba para la pobre criatura. El elfo apenado escuchó como algunos de sus compañeros se abalanzaban el jabalí para rematarlo. Deseo que el estado en que su música lo mantenía, relajase su cuerpo hasta el punto de no sentir dolor.

Aceroamargo dio algunas directrices más antes de alejarse con los medianos que hacían entrever algún pasado campestre en su historia, aunque trató de no sonar muy autoritario y por ello dejó al grupo a su aire, esperando que actuaran con inteligencia. Todavía le preocupaba quien pudiera ser el tal Lord Tamir, y esperaba que aquel jabalí no les metiera en un lío mayor del que ya había hecho. 

Mientras tanto Rossuon se apoyaba donde podía para inspeccionar su herida, y al ver como la sangra manaba del redondo agujero que el colmillo había dejado en su piel casi pierde la conciencia de si mismo. Mareado, llamó a Aular para pedir auxiio y sintió como las nauseas se apoderaban de su estómago, forzándolo a vomitar el desayuno y los restos de alcohol que todavía quedaban en su sangre.

Gramj al fin encontró su arma y la pudo recoger para evitarse más bochorno por la lamentable demostración de combate que había realizado con ella. Aeth en cambio, decidió dejar la suya a un lado y tomó la red que había lanzando anteriormente sobre el jabalí con escaso éxito. La tomó del suelo, le deshizo los nudos que se habían formado y con ella atrapó al jabalí, quien no ofreció resistencia alguna gracias a la canción del elfo. En un primer momento trató de echárselo a los hombros, como si de un fardo se tratara, pero dado el tremendo tamaño del animal, y su considerable peso, decidió que lo mejor sería tirar de la red arrastrándolo consigo.

Notas de juego

Para curar la herida de Rossuon, que le hace perder 1 punto de vida por asalto, basta con colocar una venda o compresa que corte la perdida de sangre. Al ser una herida pequeña no se requiere más. Aún así, el hechizo de Aular, aunque no detendrá la hemorragia, tampoco le viene mal para recuperar alguno de los puntos de vida que perdió.

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09/10/2016, 11:45
"Aceroamargo"

Tras las palabras de Aeth, Aceroamargo se alejó con la convicción de que no iban a dejar al animal en paz. Se preguntó si Aeth podría "disputarle el territorio" durante mucho tiempo sin la música de Mithdulin; la verdad es que hasta la intervención del elfo, ninguno de los presentes había causado demasiados problemas al animal. Tanto daba, solo era un jabalí, bien podría haberlo cazado él mismo en otras circunstancias y celebrado un banquete la misma noche. No le apenaba en exceso la posible muerte del animal, aunque la viese innecesaria, cruel y exenta de honor, estando como estaba, subyugado por el hechizo del elfo; lo que le preocupaba era la vehemencia con la que la mayoría del grupo parecía pasar por alto al tal Lord Tamir. 

Los señores del Oeste eran orgullosos, y no tomaban a bien las afrentas. Además, muchos de los del grupo eran extranjeros que no serían vistos con buenos ojos por un señor enfadado. Y si, tal y como él sospechaba aquel viaje era secreto, aún Lady Melyanna podría verse negativamente afectada si el tal Lord Tamir los interceptaba por el asunto del puerco. Y peor aún, podrían descubrir quien era él. Gruñó, renegando; demasiado riesgo, solo para tomar venganza con un animal.

Aunque quizá estuviese dramatizando, y ese Lord Tamir tan solo exigiese una compensación económica por la muerte del animal. ¿Pagaría Dimrod?¿Lo descontaría de la paga de la escolta?¿Cuantas monedas estaría dispuesto a soltar aquel hombre hasta decidir que les salía más a cuenta viajar solos?. Se maldijo a si mismo por pensar aquello tan tarde, quizá Aeth hubiese hecho más caso al argumento económico. En fin, tanto daba, ya era tarde. Quizá, una vez con los medianos a salvo, pudiese convencer a Dimrod de forzar la marcha para salir de aquellas tierras antes de que el Lord se enterase de lo que había pasado.

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10/10/2016, 00:33
Rossuon Pairaniar

En aquella tesitura Rossuon ni siquiera se molestó en intentar comprender el significado de las enigmáticas palabras de Aular. Aunque si había esperado que fuera a tratar su herida de manera más directa, no con el uso de la magia. Era curioso que fuera a recibir atención justamente de quien había augurado muerte. Por el momento, y a la espera de resultados, mantenía la presión sobre la herida para frenar la hemorragia. En sus pensamientos poco más que los esfuerzos por soportar el dolor. 

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10/10/2016, 10:48
Gramj Haïa

EStaban escoltando a un convoy, y este había quedado algo abandonado. Cosa que alarmó el alma de Gramj, y sin dudarlo, arma en mano, regresó corriendo en busca de quién había que proteger.

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11/10/2016, 21:31
Hunkel Saeta de Hierro

Hunkel miró al elfo mientras este le hablaba. Escuchó con atención y asintió a sus palabras como quien escucha con atención y respeto a las palabras de alguien que entiende lo que habla. Y tras el elfo terminar de hablar y marcharse, continuo en lo que estaba apuntando al jabalí con su ballesta por si a este le daba por entrar en combate de nuevo. Vio a Gramj regresar a proteger lo que realmente deberían proteger por lo que fue retrocediendo mirando de vez en cuando hacia atrás pero sin perder de vista al jabali, el elfo no cantaría para siempre, de eso no cabía duda.

Por su parte Aeth, de una mente muy reducida, intentaba primero cargar con intenso animal aun estando este vivo, luego se disponía a jalarlo hasta donde estaban los demás; ya se vería cuando tramo alcazaba a recorrer ese hombre con tremendo animal a rastras.