Partida Rol por web

Varias costillas rotas y un dolor insoportable había sido el resultado del terrible abrazo de los tentáculos de la "puerta boca". Afortunadamente sus compañeros terminaron pronto con la amenaza y Tormenta cayó al suelo de rodillas cuando el tentáculo lo soltó, retorciéndose de dolor.

Sacando fuerzas de flaqueza, busco el calor en su interior para que las costillas al menos volvieron a su lugar y le costase menos respirar. Sintió como el dolor remitía y se puso de pie, aunque aún sentía pinchazos al llenar sus pulmones de aire.

Entró en la sala, tapándose la boca para evitar respirar el humo acumulado y se quedó en segundo plano, mientras observaba los calcinados cuerpos y sobretodo el intacto pedestal, que parecía esquivar las llamas. Un aura mágica debía protegerlo, y tal vez los alocados kobolts habían intentando cogerlo sin tomar precauciones.

Jerra se acerca al linde de la puerta y observa la dantesca estampa, Ve que su compañero esta también mirando el pedestal y le pregunta a tormenta. 

Estáis bien? Parecéis muy herido deberías dejar que Shana  o Clevor miraran esas heridas. Por otra parte habéis visto algo en la sala? 

De momento aguanto, aunque me cuesta un poco respirar. Pero tenemos cosas más importantes que atender que un ligero dolor. Gracias por preocuparte, Jerra.

Supongo que ese pedestal tiene un aura de protección sobre el libro. Debemos tener cuidado en tocarlo sin tomar las debidas precauciones. - dijo mientras seguía observando con detalle el pedestal.

El wilden, poco hablador como de costumbre, simplemente observa a sus compañeros como examinan la estancia y el libro encima del pedestal ya que el no tiene las cualidades necesarias para dichas tareas, eso sí, sin soltar su escudo y espada que los tenia listos por lo que pudiera pasar, que de eso si entendia.

Gracias Clevor - le digo al humano que con unas palabras había conseguido calmar mis dolores. Seguidamente me vuelvo a Tormenta, el druida también había sufrido a manos de la puerta-boca, así que rápidamente llamo a los espíritus curativos para que ayude a calmar su dolor.

Seguidamente y sin llegar a entrar en la habitación, desde la puerta, echo un vistazo al lugar. Me quedo algo extrañada al ver al anciano en medio de tal escenario. Sin aportar mucho más espero a que el anciano conteste a Clevor.

Lentamente los aventureros  se van acercando ala nueva sala que se ha descubierto después de acabar con la extraña criatura que protegía la entrada. Ante ellos una escena dantesca, con signos de que  grandes llamas han calcinado el lugar. Los mas aguerridos se adentran aún mas y vislumbran  sin muchos problemas un pedestal intacto donde descansa un enorme libro y a su lado la figura de un anciano reposando en un incomodo sillón, consumido por las llamas.

Alrededor,  varios cadáveres de los incursores kobolds  descansan calcinados e inertes, seguramente al haber activado alguna nueva "medida de seguridad" de la torre.

Con gran seguridad, Clevor de Cormyr  anuncia al extraño anciano  las intenciones del grupo sin encontrar respuesta...

Por su parte, los mas cercanos a las artes mágicas, no dudan en escudriñar que   sortilegios han coincidido en esta sala para  eliminar a los kobolds y  mantener intacto ese pedestal junto al libro....

Sintió la calidez curativa de los espíritus convocados por Shana. Poco a poco, dejó de sentir dolor a respirar y sus fuerzas volvieron casi completas. - Tienes mi gratitud, Shana, la verdad es que el abrazo de la puerta quebró algo en mi interior. Estoy mucho mejor gracias a tus cuidado. - sonrió levemente.

Luego se volvió hacia Clevor. - No gastes palabras con el anciano. Está muerto. Pero... - se acarició la barba, pensativo - ... algo me dice que la oscuridad ha tomado posesión de su cuerpo, será mejor no molestarlo, ni despertarlo.

Y ahora no tengo dudas, el libro está guardado por un aura mágica. Si lo tocamos sin desactivarla antes, de nuevo todo volverá a estallar en llamas, como parece que ha pasado con los kobolds.

¿Alguna idea de como vamos a hacernos con el libro sin despertar al anciano ni arder en llamas? - dijo con tono algo irónico - Puedo intentar desactivar o retardar la trampa mágica, aunque no estoy muy versado en inutilizar estas cosas.

Jerra escucha atentamente las explicaciones de Tormenta. Y de golpe tiene una idea.

Yo podria intentar mover el libro con un hechizo. Lo de que le anciano se mueva ya es otro cantar. 

Nada respondía a sus palabras. Tormenta parecía estar bastante al tanto de lo que ocurría, sin duda sus sentidos salvajes le permitían percibir más allá. Sopesó por un momento las palabras y sugerencias, con el ceño fruncido. Relajó los hombros y se dió vuelta para encarar a los demás. Jerra, tu idea es buena, pero le podríamos agregar aún más fuerza si pudieras llevar mágicamente un par de cuerdas y atar el libro con ellas. Sumado a eso, he observado que tormenta invoca lianas que podría usar tambien para ayudar con el libro. Hizo una pausa breve y continuó Sin embargo, considero que antes de emprender esa táctica, deberíamos ver si alguno de nuestros hechiceros puede algún contrahechizo para desactivar el escudo mágico alrededor del libro.

Miró a Jerra directamente a los ojos, como atravesándola con una saeta ¿Qué opinas, puedes hacer algo así para quitar la protección mágica?

El señor de la guerra no quería mandarse de cabeza en este momento. Era el lugar más peligroso de la torre, tenían que tomar todas las precauciones posibles. Por su posición estaba claro que esperaba discutir con sus compañeros hasta sacar en claro un curso de acción.

Kettenbar da un paso al frente y se pronuncia por fin.

-A mi me parece bien lo de la mano de mago, si el mago se levanta, yo lo retendré. Si tiene la desdicha de estar hechizado, debemos darle el descanso merecido por respeto a su discipulo.

Mira a su compañero y resopla, despues le contesta:

Ummm deberia estudiarlo con mas detenimiento. Creo q voy a probar con la mano primero haber que pasa. Pero antes prepararos por lo q pueda pasar.

Jerra parecía decidida a usar su hechizo para mover objetos a distancia. Sin duda era una buena idea, esperaba que tuviese éxito. Tormenta no tenía idea de como quitar la protección mágica con un contrahechizo, y tampoco había usado nunca el poder de sus lianas para intentar agarrar un objeto, solo las usaba a modo de látigo.

También opino que la opción de Jerra es la mejor. Si eso falla, puedo intentarlo con mis lianas, aunque nunca las he usado para atraer un objeto. - Se colocó a una distancia prudencial, preparado para lo que pudiese acontecer, confiando y dejando hacer a la hechicera.

Recomiendo que salgais de la habitación, no sabemos que tan peligroso puede ser esto mencionó Clevor mientras miraba hacia los cuerpos chauscados

Aconsejados por las palabras del Señor de la Guerra, todos los aventureros, se parapetaron tras las paredes de la sala dejando el paso libre para los ademanes mágicos de Jerra. Esta última se acercó al umbral dela puerta sin cruzarlo, levantó su mano diestra ante ella y cerro los ojos , visualizando  en su mente el enorme libro que permanecía sobre el pedestal en el centro de aquella habitación tan extraña.

A simple vista,  nada parecía estar ocurriendo,hasta que, muy lentamente, el enorme y pesado libro comenzó a flotar hacia la genasi. Con una lentitud  casi etérea, el libro se acercaba poco apoco hacia la maga, sin prestar atención a lo que había en el resto de la sala. 

El resto de aventureros aprovecharon para lanzar furtivos vistazos al interior,por si acaso el arduo trabajo de Jerra detonaba alguna trampa oculta. Por suerte , nada parecía suceder...

Poco a poco el libro llegó a las manos de Jerra, y nada había sucedido....

Seguía atentó las gesticulaciones de Jerra y observó como poco a poco el libro se elevaba en el aire hasta llegar a manos de la maga. Por fin una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en el rostro de Tormenta, la primera, desde que habían entrado en aquella torre.

Bien hecho Jerra. Es hora de salir de esta extraña torre. No me gustaría ver como la oscuridad que invade el cuerpo de ese viejo se despierta. ¡Movámonos! - dijo mientras se encamina por el pasillo, hacia la salida.

Apretaba los dientes como tenazas a la espera de que sucediera algo catastrófico cuando Jerra movía el libro. Nada ocurrió. Tragó saliva y no pudo alegrarse en el momento, ya que aun esperaba lo peor. ¿Tan fácil se habían librado de la oscuridad que moraba dentro del cuerpo decrépito del mago? Quizá era como le decían siempre, siempre su esperanza estaba puesta en el peor escenario posible. Nunca esperaba cosas sencillas, y eso era tanto un mérito como un defecto. Bajó la espada un momento al ver sonreir al duida. ¿Se equivocaba? Realmente era un buen momento para volver y entregar lo que les habían encargado.

Apresuremos el paso pero no bajemos la guardia, no sabemos si aún rondan más criaturas peligrosas en la zona..