Partida Rol por web

Camille se quedo en el camino y busco un sitio donde estar mas comida, mientras John y Percyval deambulaban por los alrededores buscando algo con lo que preparar una hoguera con la que calentarse.

-No es que sea el mejor sitio para pasar la noche- le dijo James a Camille que se había quedado a hacerle compañía -pero no creo que sea lo mejor deambular por el bosque ya caída la noche.

Camille miro a James de arriba a abajo con gesto interrogatorio, como si no supiera de que iba aquel hombre y se levantó.

-Sera mejor que busque entre lo que nos queda de equipaje- dijo con una naturalidad e indiferencia totalmente fuera de lugar -e posible que tenga algo de ropa de abrigo para la noche, nos va a hacer falta.

Rebusco entre las bolsas y logró encontrar una par mantas, bastante finas, pero que algo harían. Mientras James, sin mediar palabra buscaba también entre su equipaje, y de el sacó un par de latas de comida.

-Las ultimas- exclamo. Miró a ambos lados y solo vio a Camille. Tanto John como Percyval estaban fuera del alcance de su vista, aunque si les oía moverse por los alrededores, o eso esperaba que fuesen los ruidos que oía.

Percyval se había separado del improvisado campamento, aunque aun alcanzaba a oír las voces de James y Camille no muy lejos.

John se había separado del improvisado campamento, aunque aun alcanzaba a oír las voces de James y Camille no muy lejos.

El anticuario iba dando vueltas aquí y allá sin comprender muy bien cómo habían avanzado tan poco sus averiguaciones. Al menos esta noche tendría compañía, pensó recordando la noche pasada en aquella casucha con algo de reparo. 

- ¿John? ¿Cómo va eso? ¿Crees que con estas ramas será bastante? - llamó a su compañero para ver si era necesario seguir buscando.

Miro quizas un poco perdido al señor Percyval, la tensión de dormir a la interperie me trae algo distraido, observo lo que trae en su manos, pero es como sino estuviera en si viendo nada, divago absorto en la confusión de la situación actual que nos agobia

-...pero si siempre caminamos al norte, o no? porque no llegamos al destino, obviamente un bosque es un laberinto sin paredes, me recuerda la vez que la sra. Lafoog, o era Ladfug; joder con los apellidos extranjeros. me parece que ella perdio un anillo camino a su casa mientras cruzaba un sendero, vaya busqueda mas reversada me tuve que tirar, el pequeño Tymoti no dejaba de molestar con sus cuentos de la aparición que según le contaron las malas lenguas, se puede ver por la senda entre "Little Money Rd" y el Rio "Wensun" vaya tubaso que me daba ese niño con sus histo...-

-Eh!... disculpa no te escuche, lo siento Sr. Percyval; me decia?- apenas en mis estupideces mentales pude recoger un par de ramitas que mas que fuego todas verdosas, lo cual no servirven para nada. avergonzado un poco por mi falta de concentración las tiro sacudiendome las manos y respondiendo apresurado -si, claro excelente trabajo jejeje...- disimulando y retornado con el, al campamento...

John pudo seguía con sus divagaciones mentales y su infructuosa búsqueda de materiales para hacer una hoguera que les calentara durante la noche, cuando oyó un crujir de ramas a unos 10 metros de distancia detrás de unos arbustos.

Desenfundo mi pistola -escucho algo...- digo al grupo que me acompaña y sin accionar el martillo, me quedo a la espectativa buscando que es aquello que se hacerca mientras doy una voz de alerta -quien anda ahi! salga despacio y muestrese!...-

Es un mal momento para andar a hurtadillas o esconderse entre la oscuridad, así que quien sea debo hacerle notar que no soy una persona indefensa, a veces es lo mejor para evitar contratiempos...

Percyval se sobresaltó al escuchar las voces de Grayson. 

- Alguien por aquí - pensó- no sé si es una buena o mala noticia.. En cualquier caso, veré si puedo ser de ayuda.

Acto seguido se encaminó hacia donde estaba su compañero tratando de no hacer ruido y agarrando el bastón con firmeza con las dos manos.

-¡Tranquilo! Jajaja- se oyó una voz profunda y amigable entre la maleza -Soy un hombre de paz.

De entre el follaje salió un hombre corpulento, de mas de dos metros de altura, con el brazo derecho en alto, en donde portaba una enorme hacha, y el otro brazo a medio izar, con un hatillo de leña.

-Les he visto husmeando por el el bosque todo el día- dijo despreocupadamente, como si fuese lo mas normal espiar a la gente a escondidas -se me hacen extraños ustedes por estos lares.

El hombre parecía calmado y, exceptuando su gran envergadura y el hacha que portaba, su aspecto no era nada amenazante ni parecía peligroso, aunque si bastante peculiar.

James y Camille se habían acercado al oír las voces de Percival y John, y ahora los 4 se encontraban rodeando a aquel leñador de cuento infantil bonachón.

Me cago en todo lo cagable! Que distraes es ese sujeto? Es que o hay gente normal en este sitio?

recuerdo que Daniel el hombre que nos acogió en su cabaña era igualmente un sujeto extravagante, nada que temer, pero sin duda particular, ahora este bonachón leñador que podría derribar el árbol con un estornudó. Estoy seguro que el viejo McNamara del club de las señoritas gatunas, le encantaría contratar a este tipo de seguro el viejo William se lo pensaría dos veces antes de tratar de tocar a las niñas...

-hombre baje esa hacha pero literalmente, comprendo su posición pero entienda me soy un alfeñique con un dedo muy tembloroso y ese en un arma no es algo bueno y detectaría que se me escapara una bala por los nervios...-  si lo se, no es momento para los chistes pero si hablo de otra forma creo que el hombre llegué a comprenderme, doy una par de pasos hacia atrás, no lo quiero cerca, es espero que mis compañeros hagan lo mismo, porque si este tipo llega a darles con el hacha o con un tronco de esos... Pues es muy probable que mueran en el acto.

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- Madre del amor hermoso, menudo susto nos ha dado, caballero... Tenga cuidado con ese hacha- insistió Percyval dando unos pasos atrás para no estar al alcance del gigantón. No terminaba de estar tranquilo con este desconocido, pero al menos ya no estaban sólos y no dejaban de ser cuatro contra uno, eso sí, fuerte y armado.

- Es usted de por aquí ¿verdad? Quizás pudiera decirnos por dónde llegar a algún hospedaje para pasar la noche por aquí cerca. Estábamos dando un paseo pero se nos está haciendo tarde.

-Tranquilos- dijo el hombre con voz profunda y amigable -no soy alguien violento, este hacha es mi herramienta de trabajo-

El hombre bajo ambos brazos y tomó una postura relajada, aunque no soltó el hacha en ningún momento, a cual pendulaba en su mano juguetonamente como si la meciera despreocupadamente.

-Creo- continuó el hombre calmadamente -que los que están un poco fuera de lugar son ustedes, este bosque está muy apartado de cualquier sitio para dar un paseo, creo.

Hizo una pausa esperando una respuesta que no llegó escrutándoles de arriba abajo, ya que en cierto modo tenia razón y la respuesta de Percival no era muy acertada ni creíble.

-Vivo aquí cerca con mi familia,- prosiguió despreocupado -y aunque no tenemos mas habitaciones que las nuestras creo que se podrán acomodar con algunas mantas en el comedor. ¿Aceptan mi oferta?

Miro a los compañeros por apenas un segundo para incar mis hombros, insuindando un "porque no?" con el gesto mientras respondo al hombre del hacha -bueno la verdad es que nos dirigiamos al norte... y nos gusta la aventura, con complicadas excursiones por teticros bosques, que te puedo decir, se nos nota lo bien que nos las pasamos, pero son hizo tarde y perdimos el la ruta...-

Le veo bajar el hacha pero no soltarla y la verdad me tiene los pelos de punta -que tal si sueltas el hacha, su vanvoleo me trae incomodo y a decir verdad se me esta cansando la mano de estar apuntandote con mi arma... no me lo tomes a mal pero incluso puedo aceptar tu propuesta de ir a tu casa si tan solo mis compañeros se animan; ya sabe no me gustaria dejarlos acá...-

Puede que mis palabras no sea las mejores que puedan salir de mi boca, pero sigo con una tensión que flipo, trato de relajarme pero el amenazante tamaño del sujeto, sin obviar la hacha pendulante, no hacen más que traerme de los nervios.

-me cago en sus muertos de este tipo! hubo un tiempo en donde le hubiera disparado y preguntaría despues, pero que van a pensar mis nuevos amigos? joder menudo embrollo, por estar persiguiendo mis hobbies, no debi hacerle caso a Margareth "consiguete un hobbie... sal de aventura..." ja! panplinas mira en la que estoy ahora Margareth, me cago en tus muertos Margareth, me cago en todo lo cagable...-

El hombre espero tranquilamente, sin soltar el hacha ni el montón de leña, los escrutó a todos uno por uno, pero no de manera amenazante y dio un suspiro.

-¿Piensan quedarse aquí toda la noche?-dijo comenzando a voltearse en dirección a lo que parecía un sendero que hasta el momento no habían visto -Si aceptan mi invitación síganme, pero los aviso, no es buena idea pasar la noche en estos bosques, algo los vigila.

Dejó el hatillo al borde del camino, aparto las ramas que ocultaban el camino y se adentró en el.

- Sí, claro, como no...- titubeó Percyval que no terminaba de comprender la actitud del extraño lugareño. Debían ser las formas oriundas, más espontáneas y rudas de lo que él acostumbraba-. Será un placer conocer a su familia, estamos muy agradecidos por su ofrecimiento.

El anticuario seguía escamado por todo lo que rodeaba al encuentro. Al final lo menos extraño iba a ser toda aquella luminotecnia de la noche de los cometas.

- Y dígame señor, ¿a qué se refiere con eso de que algo nos vigila?