Partida Rol por web

Las nieblas de Mnemósite

Sasuke - I

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11/02/2010, 22:48
Director

Sasuke, cuando no tenía nada que hacer, iba a los muelles de Hong Kwa. Había putas que no le decían que no, tabernas en las que podía jugarse los escudos que había robado aquella semana, vino y sake, comida de los puestos de asados que por un módico precio te daban cosas muy ricas, y un crisol de idiomas y dialectos como no había otro en el crisol de culturas, Phaion.

Venir al muelle le distraía. A veces no podía evitar imaginarse dónde habían asesinado a su madre y quién. Tal vez se encontrase cada día con aquel hijo de puta. O tal vez estuviese ya muerto. Pero ver gente trabajando era algo relajante. La organización de los marineros y los mozos del puerto era notable y las cosas que funcionan siempre hacen sentir bien.

Había vuelto a tener aquel sueño recurrente, por eso necesitaba despejarse. Volvía a escuchar el pitido de alarma. Frente a él había un panel con símbolos que en el sueño conocía, pero ahora no. Sabía que tenía que girar una palanca y colocar una llave en su sitio, pero el sueño terminaba antes de que pudiese hacer nada. Aquello lo soñaba desde los diez años, desde el orfanato. No era molesto, pero sí inquietante. Y siempre que lo soñaba se sentía poco auténtico, como si el Sasuke del sueño lo fuera más que él mismo. Era una sensación extraña sin respuesta, pero por lo menos se iba más rápido que la sensación de ser el último de la cadena trófica del orfanato.

Por suerte, ahora habían cambiado las tornas.

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13/02/2010, 23:47
Sasuke Lancaster

Las cosas se veían más claras a la luz del sol, por desvaída que fuera esa mañana, luciendo a duras penas entre nubes grises sobre los estibadores que descargaban cajas, los mercaderes que comprobaban que sus envíos de mercancías habían llegado al completo, los marineros que salían de sus barcos de permiso, los vendedores callejeros, los compradores atareados, alguna que otra puta tempranera y una nube de bulliciosos golfillos callejeros que jugaban, se peleaban y reían en medio de todo el ir y venir.

Apoyado en una pared, bajo el alero de una taberna, Sasuke contemplaba ese espectáculo humano, centrando su atención en el ordenado ir y venir de los mozos con las cajas a cuestas y dejando que su repetitiva y precisa tarea aliviase la extraña turbulencia que notaba en su pecho desde el momento que había despertado. Compuso una mueca satisfecha: era sorprendente lo estúpido que uno podía ser en los primeros minutos después de levantarse, y lo bien que venía un lavado de cara y una buena dosis de realidad cotidiana ante los ojos.

Hablando de realidad cotidiana, en aquel momento su bolsa estaba muy delgada. Entre sus pliegues estaban acurrucadas dos míseras monedas de plata; eran suficientes para mantenerle con el estómago lleno por una semana (o más, si prescindía de cenar), pero él no tenía ganas de andar con sacrificios. No cuando los sacrificios los podían hacer otros por él, con una pequeña ayuda de sus dedos de prestidigitador y, en el peor de los casos, de la fiel compañera que descansaba en su cinto.

Ahora todo era cuestión de mantener los ojos bien abiertos en busca de una víctima adecuada. No muy rica, porque esas eran de las que peor aceptaban el cobro del impuesto de los barrios bajos (y de las que más dispuestas estaban a gastarse los cuartos en escarmentar al cobrador: Sasuke rememoró con un escalofrío aquellos tres meses que estuvo rehuyendo la luz del sol por si los matones de Gran Gao le pillaban), y no muy pobre, porque esas ofrecían un botín ridículo para los riesgos que comportaba el acto. Había que procurar además que la presa fuera sola, o que al menos su compañía no fuera susceptible de causar problemas: a más de una madre la había aligerado de su estipendio mientras atendía los lloros de su mocoso o mimaba a su mascota.

El problema es que, por ahora, no parecía que pasara por los muelles ninguna presa fácil.

- Tiradas (1)

Notas de juego

La tirada, como puedes imaginar, es para ver si detecto algún pardillo/a cuya bolsa pueda ser aligerada de unas monedas sin probabilidades de meterme en un cirio.

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14/02/2010, 15:13
Director

Aunque le costó un buen rato de observación silenciosa, Sasuke distinguió la alta figura de un hombre mirando los puestos de fruta. Tenía el pelo largo y blanco a pesar de que su edad no debía de rebasar los treinta. Sus ojos azules y fríos estaban fijos en el vendedor mientras hablaban. Echó mano a una naranja y la olisqueó. Llevó su mano a la bolsa que le colgaba del cinto y pagó por dos piezas como aquella. Después, mientras mondaba una de las naranjas, se alejó de allí con paso tranquilo.

Su porte era noble, a pesar de que sus ropas no parecían haber costado más que un par de piezas de plata. En definitiva, la presa perfecta para el ladrón inteligente.

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14/02/2010, 16:06
Sasuke Lancaster

Con el índice de la diestra, Sasuke echó su capucha para atrás, y contempló como su presa se alejaba por las calles. Los transeúntes, que percibían en su ropa y su porte su pertenencia a una capa social más alta y rica, formaban una especie de pasillo a sus lados al apartarse para dejarle pasar. No parecía fácil darle caza, pero Sasuke sabía que era cuestión de acercarse a él sin ser visto, echarle mano a la bolsa sin que se diera cuenta (o meterla dentro y sacar unas monedas) y, si alguno de esos pasos fallaba, correr como alma que lleva el diablo. En las tres cosas, a su modo de ver, tenía talento suficiente.

De modo que empezó a caminar detrás de él a una distancia de unos veintipocos metros, observándole por el rabillo del ojo mientras miraba las mercancías de los comerciantes. Estuvo tentado de imitar a su futura víctima y comprar una naranja, o bien alguno de los ohagi que mostraba otro de los puestos en los que se detuvo, pero rechazó la idea: ya andaba bastante tieso de pasta, y unas manos grasientas eran malas para afanar bolsas. En todo momento mantenía la capa entreabierta, con cuidado de que no mostrara su herramienta de trabajo favorita para no perder el factor sorpresa.

Mientras recortaba con deliberada lentitud la distancia que le separaba del hombre de pelo cano, empezó a deliberar sobre las posibles aproximaciones a la caza: cortarle la bolsa podía ser problemático, porque los lugareños dejaban suficiente espacio como para que él notara quíen se lo estaba haciendo, y por ello tampoco parecía factible entreabrirla, meterle mano dentro y sacar unas monedas. De robarle mientras estuviera parado frente al puesto de un mercader, más valía olvidarse, a no ser que quisiera tener que evitar la zona por unos meses.

Lo que tenía que hacer era esperar. Esperar a que su objetivo cruzara una aglomeración lo bastante grande como para infiltrarse en ella, cortar la bolsa y huir. O que cruzara un callejón solitario, donde nadie pudiera oír sus gritos de auxilio cuando le pusiera la punta del cuchillo en los riñones y le pidiera con tosca amabilidad que, por favor, soltara los cordones de su bolsa, si fuera tan amable.Esperar y tener paciencia, para que cuando aapreciera el momento de vulnerabilidad él estuviera en condiciones de aprovecharlo.

Después de todo, no era como si le esperaran en algún otro sitio, ¿no?

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15/02/2010, 14:24
Director

El viajero siguió su lento paseo comiéndose la naranja gajo a gajo. El zumo se le escurría por la barbilla, pero cuando goteaba demasiado una mano ágil se lo limpiaba. Tardó quince minutos en comerse una de las frutas, pues parecía que cada uno de los gajos fuese ambrosía pura, de cómo lo paladeaba. La segunda naranja se la dio a un niño que pedía limosna. Se limpió las manos en la capa y continuó su camino con la misma paciencia.

Se internó en las callejuelas de la parte más deprimida del puerto, donde no había un solo niño mendigo sino varios. No demostró más compasión ni gestos de bondad gratuita, sino que metió las manos en los bolsillos y aceleró el paso levemente.

¿Qué estaría haciendo alli? ¿Quién era aquel hombre? Tampoco es que las preguntas le pesaran mucho en la conciencia teniendo en cuenta que su presa se dirigía a uno de esos lugares donde afanarle la bolsa habría sido sencillo, pero Sasuke no pudo evitar formulárselas. Sin embargo, antes de intentar encontrar una respuesta, el hombre de pelo blanco llegó a un callejón donde no robarle habría sido un pecado. Era el lugar perfecto, el momento perfecto. Oportunidades así no se presentaban siempre.

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15/02/2010, 14:39
Sasuke Lancaster

Si hubiera sido un lobo, Sasuke estaría ahora derramando un río de saliva sobre la calle ante la visión de una presa tan apetitosa y vulnerable. No podía creer que la suerte le hubiera puesto delante a alguien tan tonto, tan rico y tan fácil de desplumar. Dependiendo del botín que llevara el pollo encima, esto lo bia a tener que celebrar a lo grande.

Cuando su presa estaba a la mitad del callejón, Sasuke se lanzó en una repentina carga para aplastarle contra la pared. En su diestra llevaba su cuchillo, con la punta dipuesta a la altura de los riñones del hombre para disuadirle de cualquier intento de defenderse una vez lo tuviera inmovilizado; confiaba en que su siniestra fuera lo bastante hábil como para desanudar los cordones que sujetaban la bolsa al cinto, o al menos lo bastante fuerte como para mantener la cara del ricacho pegada a la pared mientras los cortaba con la daga. Nada podía salir mal ahora.

¿Verdad?

- Tiradas (1)
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15/02/2010, 15:36
Sandalphon

El tipo no hizo nada cuando Sasuke saltó sobre él y lo amenazó con el cuchillo. Su nuez subió y bajó al tragar, y Sasuke percibió un gesto duro en su rostro.

-Quítame las manos de encima -dijo con severidad, pero no hizo ademán de zafarse de él.

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15/02/2010, 15:41
Sasuke Lancaster

Un instante antes de echársele encima, Sasuke se dio cuenta, con horror, de que lo estaba haciendo mal. Había posicionado mal el cuchillo y no iba a poder inmovilizarle como debía. Y sin embargo, ahora le tenía sujeto, y el tipo no había hecho otra cosa para defenderse que ponerle cara de perro cabreado e intentar gruñirle.

En otros tiempos, algo así hubiera funcionado, sobre todo si hubiera venido de Gourry Yakushi; aunque, pensándolo bien, en aquel entonces no hubiera sido tan idiota de hacérselo a Gourry Yakushi. Pero ya no era el niño asustado de entonces.

- Enseguida, en cuanto haya terminado -respondió al ricachón arrogante con sarcástica servicialidad.

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15/02/2010, 16:20
Sandalphon

Sasuke no supo lo que le había pasado hasta medio minuto después. Algo, como una maroma, lo había sujetado de la cintura y había tirado de él, arrastrándolo como si fuera un saco de patatas. Otra marona lo había agarrado por la muñeca y tirado de ella hacia la espalda, y se había enrollado con la otra mano para dejarlo totalmente inmovilizado.

El hombre se dio la vuelta sin hacer aspavientos. Tenía el ceño fruncido y miraba a Sasuke como si fuese un trozo de mierda en la suela de su bota. El ladrón sintió que las cuerdas se apretaban contra su abdomen y que, cuanto más intentaba zafarse de ellas, más le asfixiaban. Eran sorprendentemente luminosas, tan brillantes como una lámpara de lampyrdae.

-Imbécil -murmuró.

Pero cuando le miró a los ojos, su expresión cambio. Sasuke, al mirarlo, también tuvo una extraña sensación. A su mente, como un sueño, acudió una visión.

- Tiradas (2)
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15/02/2010, 16:26
Director

Sasuke volvió al lugar que visitaba en sueños, pero aquel hombre estaba frente a él. Pero de la espalda le salían dos alas que, extendidas, tendrían más de tres metros de ancho. Había sangre en las plumas de la punta y en las manos, así como en su rostro. Le caían lágrimas por la mejilla mientras hablaba.

-Mineth está muerta -lloró-. Y Raine también. ¡Todo ha salido mal!

Entonces Sasuke habló:

-El sistema de seguridad va a cerrarse, tienes que irte. Coge las llaves, Sandalphon. ¡Cógelas y márchate antes de que todo esto se vaya al Infierno!

Otra persona habló cerca de Sasuke. Era una mujer calva, con la piel de un blanco ceniciento tan pálido que se le notaban las venas azules de debajo, como si fuesen tatuajes.

-Coge las llaves y márchate -dijo ella-. Nosotros nos quedaremos para anular Pistis Sophia.

Tan rápido como había venido, se fue. Sasuke estaba de nuevo frente a Sandalphon, que lo miraba con los ojos desorbitados.

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15/02/2010, 23:07
Sasuke Lancaster

Esto no podía estar pasando. No,  tenía que ser una puta broma. Y sin embargo, ahí estaba, igualito a la... ¿alucinación? que acababa de tener. Pero lo peor no era eso.

(- S... s... ¿¡SANDALPHON!? - logró decir en un chillido estrangulado; en sus oídos sonó como si él no fuera quien hablaba, sino una especie de testigo casual adosado a ese cuerpo)

Lo peor era esa vertiginosa sensación de irrealidad que daba vueltas en su cabeza y volvía inestable el suelo bajo sus pies, porque ESE ES SANDALPHON Y YO LE CONOZCO, Y TAMBIÉN A LA CHICA DE PIEL PÁLIDA y de repente la sencilla vida de niño desvalido y golfillo callejero que había llevado durante casi la mitad de su tiempo en el mundo no tenía más sustancia que las tripas de un espantapájaros azotado por un vendaval, y si no hubiera estado ya en el suelo

(LA DAGA OH DIOS LA DAGA DÓNDE LA TENGO NO PUEDO DEJAR QUE ME TOQUE)

Sasuke hubiera caído de rodillas ante el ricachón y vomitado la bilis de sus tripas.

Como ya estaba tirado, sobre su espalda y atado por aquella maldita cuerda resplandeciente, lo único que hizo fue unos gargarismos de vómito con los que a punto estuvo de ahogarse, y que sumieron su garganta y sus fosas nasales en un tormento ardiente.

Entre ojos llorosos por el escozor, vio la cara del hombre de pelo blanco, y en medio del miedo que sentía obtuvo un consuelo: por lo menos el tipo ahora parecía no estar mucho mejor que él, a juzgar por cómo le miraba.

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15/02/2010, 23:16
Sandalphon

Sandalphon alargó la mano y lo agarró de la ropa para evitar que se ahogase.

-Ahora no te mueras, niño -ordenó el hombre mientras lo levantaba-. De todas las veces que te he encontrado, esta es tu encarnación más patética.

Cuando Sasuke consiguió dominarse, Sandalphon se agachó junto a él y le miró a los ojos.

-Soy amigo, ¿de acuerdo? Tómatelo con calma, chaval.

Poco a poco, Sasuke sintió que su miedo y su tensión se reducían y él iba relajándose, como por arte de magia. Entonces, Sandalphon le soltó las ataduras y le ayudó a levantarse.

-¿Te sientes bien?

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15/02/2010, 23:40
Sasuke Lancaster

- Creo... creo que sí. Bueno, me escuece la garganta, pero... Sí, bien, gracias.

Sasuke tenía que reconocer que no todos los días tenías una charla en tono amigable con alguien a quien acababas de intentar robar. Pero, después de todo, tampoco era cosa común descubrir que conoces el nombre de alguien a quien has visto por vez primera

(No, no por vez primera: le conozco de antes. De mucho antes, ¿pero de cuándo?)

y tener una alucinación estando despierto, así que no iba a quejarse. Además, ahora se encontraba extrañamente calmado.

- Mira... no te tomes muy a mal lo de antes, es que... bueno, ando mal de dinero y tú parecías llevar la de Dios en la bolsa.

La mirada de su interlocutor ante aquellas palabras le hizo sentirse algo ridículo. Y tenía que reconocer que, como disculpa ante una víctima de robo, a él mismo le parecía patética. Si Palillo y Fred hubieran estado delante, se le hubieran reído a la cara... suponiendo que no estuvieran demasiado ocupados temblando ante lo que acababa de hacer el tipo con aquella cuerda brillante tan rara, que Dios sabía de dónde se había sacado.

- Te llamas Sandalphon, ¿no? Yo... no sé cómo lo sé... No te he visto en mi vida,

(Coge las llaves, Sandalphon. ¡Cógelas y márchate antes de que todo esto se vaya al Infierno!)

pero ahora sé cómo te llamas. ¿Cómo puede ser eso?

Notas de juego

Alabado sea Jihamath por los sortilegios de Imbuir Calma, que permiten a Sandalphon y Sasuke tener una conversación normal en vez de un ataque de histeria terminal :P

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15/02/2010, 23:55
Sandalphon

-Ahórrate la saliva, chico, conozco a muchos como tú. Pero... en fin, está bien encontraros aunque sea por casualidad -comentó Sandalphon para sí mismo. Luego se preocupó de contestar su pregunta-. Veamos... supongo que no sabes que eres un Nephilim, ¿verdad? ¿No tienes sueños? Antes de este, quiero decir. Sueños en los que ves otras vidas...

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16/02/2010, 00:28
Sasuke Lancaster

¿Nephilim? ¿Sueños de otras vidas? Por un momento, Sasuke creyó sentir de nuevo el vértigo, aunque mucho más suave que hacía unos momentos. ¡No podía ser! ¡No eran más que pesadillas que tenía de vez en cuando! ¡Fantasías fruto de todo lo que le había comido la cabeza la tonta de su madre con sus cuentecillos para que se durmiera! ¡El mundo no funcionaba así! ¡Él noera más que un ratero de ciudad saliendo adelante con la fuerza de su ingenio y la punta de su cuchillo! ¡No existían las vidas pasadas, ni los sueños premonitorios ni...!

Y sin embargo, él conocía su nombre, él recordaba cómo se llamaba, a pesar de que era la primera vez que le veía. Pero no era la primera vez: se habían visto cuando él se fue con las llaves y se quedaron atrás para cerrar el sistema, y él veía los símbolos extraños y TENÍAN SENTIDO y giraba la llave para cerrar lo que nunca debía haber sido abierto.

No se podía creer lo que iba a hacer, y sin embargo... estaba claro que, por narices, le tenía que seguir el juego. Más que nada porque algo de verdad parecía haber en sus palabras.

- Sí, tengo sueños -dijo por fin -Sueños en los que estoy delante de un panel con símbolos extraños, y en el sueño sé lo que son los símbolos y sé lo que tengo que hacer... Pero cuando me despierto, no recuerdo qué significan los símbolos. Llevo teniendo esos sueños desde los diez años.

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16/02/2010, 11:30
Sandalphon

--asintió Sandalphon-. Eres tú. Pero no creo que este sea un buen lugar para hablar.

Chascando los dedos hizo desaparecer la cuerda de luz. Aquel hombre debía de ser un brujo. Sasuke nunca había visto uno, pero por lo que se contaba, habría esperado a alguien más viejo y sucio, un ermitaño hereje con gusto por la sangre de niños. Le indicó que le siguiera y caminaron juntos sin hablar (al menos sin que Sandalphon dijera nada) hasta el extremo oeste del muelle, donde los barcos eran viejos y la afluencia de personas, menor.

Sandalphon se sentó sobre unas redes y animó a Sasuke a hacer lo mismo. Pronunció unas palabras en un idioma que el ladrón desconocía y entonces y sólo entonces empezó a explicarle lo que ocurría.

-Existía un mundo diferente hace siglos, Sasuke. Un mundo en el que no sólo había humanos, sino también personas de otras especies. Los Sylvain, los elfos. ¿Has oído hablar de ellos? Ahora son sólo leyendas. Los Ebudan, los ángeles. ¿De dónde crees que salió la idea de seres alados? Los Jayán. Los Daimah... Pero la Guerra de Dios destruyó el mundo tal y como era. Los no humanos huyeron a otros mundos, pero algunos... -El brujo se interrumpió y dejó de mirar al espacio infinito para volver con Sasuke-. Sabes lo que es la Guerra de Dios, ¿verdad?

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16/02/2010, 15:17
Sasuke Lancaster

Sasuke nunca hubiera esperado que las tediosas lecciones de historia en el orfanato le fueran a servir nunca de algo, pero concentrarse en responder a la pregunta era mejor que ponerse a meditar sobre lo que acababa de decir su interlocutor sobre las criaturas que habían poblado las historias de su madre... y sobre la posibilidad de que resultaran ser reales, que con su encuentro habían pasado de nulas a remotamente posibles.

- Sí, más o menos. Era... La empezó el tío este que era descendiente del apóstol Iscariote Sith... Rah... Y la ganó Zhorne Giovanni, que después de eso fundó el Imperio de Abel. No me acuerdo de más, lo siento.

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16/02/2010, 16:24
Sandalphon

-Por culpa de Rah todo se fue al garete. Las otras razas huyeron... pero aquellos que se quedaron y murieron fueron incapaces de volver al Flujo de Almas y renacieron en cuerpos humanos. Ellos son los Nephilim. Tú, particularmente, eras un Duk'Zarist. Tú nombre era Dalek y fuimos amigos hace muchos siglos. Me ayudaste, y espero que puedas volver a hacerlo en el futuro.

Sandalphon sacó una moneda de oro y se la dio.

-Toma. Con esto tendrás para mucho tiempo si no despilfarras.

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16/02/2010, 23:08
Sasuke Lancaster

Sasuke cogió la moneda como si le estuvieran entregando una reliquia sagrada, y la guardó apresuradamente en su bolsa, que cerró con nudo prieto. Entonces se dió cuenta de lo que significaban las palabras de aquel extraño hombre, Sandalphon: se marchaba. Después de poner su mundo patas arriba. Y sin dejarle ni una triste explicación.

- ¡Espera! ¿Te vas así, sin explicarme nada de... de lo que quiera que me hayas intentado contar? ¿Y en qué te ayudé? ¿Qué era

(Nosotros nos quedaremos para anular Pistis Sophia)

eso en lo que te ayude? ¿Qué es el sitio de mis sueños?

Sí, sonaba desesperado, pero en aquel momento poco le importaba.

Notas de juego

¿Dalek? ¿Entonces mi enemigo mortal es el Doctor Who?

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17/02/2010, 10:51
Sandalphon

-Volveremos a encontrarnos, lo prometo. Pero aún eres demasiado joven y no me sirves -dijo poniéndose en pie-. Vas a tener que viajar mucho, me temo. Sólo escucha mis palabras: evita Dwanholf. Si vas allí antes de tiempo te buscaré y te mataré. No hagas caso de lo que digan tus sueños. Ahora que ya sabes quién eres no los necesitas.

Sandalphon se arregló las ropas y echó a andar.

-Adiós, Dalek. Ten cuidado con lo que haces.

Notas de juego

¿Mande?