Partida Rol por web

El caos termina de desatarse entre gritos, y comienza una violenta lucha cuerpo a cuerpo entre milicianos, oficiales confederados, guardias marines. Entre disparos provinientes de todas partes, varios hombres se preocupan tan solo de escapar. Los fantasmas golpean al unísono a sus prisioneros, que atados e indefensos dan con su rostro en el suelo, y comienzan a disparar contra aquellos que se oponen a los oficiales con mortífera precisión mientras retroceden buscando la cobertura de las sillas metálicas que algunos de los operarios han abandonado ya sea huyendo o caidos por algún tiro del fuego cruzado.

Pero qué... Iba a continuar con una línea de pensamientos demasiado 'personal' pero por suerte se dió cuenta y pudo cortar a tiempo. Bastante tensión había ya entre sus dos compañeros y ella como para cometer otro desliz. Rápidamente blinda su mente lo mejor que puede, que sabe, para poder tener un resquicio donde pensar con lucidad. En la periferia, fuera del escudo, deja un pensamiento fijo, frío y desapasionado como debe ser.

El prisionero principal debe ser mantenido con vida para una investigación. Todos los presentes deben de ser detenidos e investigados por los sucesos, aparentemente ocultos que han desembocado en el asesinato del Coronel Huge. Los marines rebeldes deben ser considerados culpables de alta tración.

Pero en su interior la verdad el asunto es mucho, muchísimo mas complicado.

Golpea al detenido que custodiaba para dejarlo inconsciente en el suelo.

Insensatos.

Un único pensamiento cruza su mente, frío, acerado y letal como el largo y letal rifle que, deslizándose como una bata de seda cae de un cuerpo desnudo, llega a sus manos.

- Suelten sus armas y tírense contra el suelo. Los traidores serán ejecutados. - Su voz, la única femenina en la sala, suena por un momento en mitad del naciente caos a medias entre una invitación y una orden. Pero demasiado fría para ser humana por completo.

Su figura, armada con el largo rifle de combate en las manos, parpadea y al momento desaparece de la vista.

Estos cabrones rebeldes no conocen lo que es la disciplina militar del poder establecido, ni saben atenerse a seguir órdenes, a dónde vamos a llegar... hay que evitar que se hagan con el control.

Abro fuego de cobertura con el lanzallamas que llevo integrado en el brazo izquierdo, mientras con el del brazo derecho me dispongo, como si de un misil programado se tratara, a buscar mi objetivo: Coogar. Con la intención de poder vislumbrar mejor la escena me escudo con un asiento metálico que se interpone en mi camino tartando de averiguar la posición exacta de Coogar, para así poder emprender una carrera, lo más rápida posible teniendo en cuenta el peso de mi armadura, hacia él y meterle el lanzallamas por la boca.

Ese cerdo arderá bajo mis llamas del infierno.-

Cuando empieza toda la refriega el rostro del marine Connor se turba al unísono del lanzallamas de Nexus y alza su rifle "Empalador" Gauss C-14 de 8 mm mientras grita de furia y corre a ponerse a cubierto tras unas columnatas metálicas.
- Al diablo !! - masculla apretando los dientes.

Manteniendo su habitual calma en medio del combate, busca con la mirada alguna salida por la retaguardia, tras las sillas metálicas en las cuales se cubren los rebeldes. Si consigue encontrar alguna, tal vez pudieran flanquearlos.

Me quedo bloqueado unos instantes sin saber muy bien a quien disparar.

Joder, aquí todos son unos traidores...

evanto mi arma, pero sigo sin apuntar a nadie en concreto, simplemente comienzo a desplazarme hacia una zona donde no haya nadie mientras en mi mente algo comienza a rayarse y siento como el descontrol de la escena acelera mi pulso inundando mi torrente de una adrenalina fatal.

Dispuesto para la acción...y que se jodan todos...

- Malditos gilipollas - pienso mientras doy un vistazo orientandome.

- La salida, ¿donde estaba la jodida salida?

Después de unos instantes de desorientación encuentro la puerta por la que entré y me quedo mirandola fijamente.

- Uno... dos... tres... uuuuuuujjuuuhh!!!

Corro hacia la salida y la atravieso con una innecesaria acrobacia.

- Ahí os quedáis, gilipollas. Rubia, hablamos luego.

Los disparos vuelan por todas partes, rebotando en paredes y armaduras, perforando la carne en ocasiones y provocando chispazos y disfunciones del equipamiento electrónico de la sala.

Los fantasmas acaban con varios de los disidentes marines, y desaparecen. Sus presos han mordido el polvo empujados al suelo, momentáneamente a salvo del fuego cruzado. Entre la confusión, el tal Coogar y su compañero Joel han echado a rodar, perdiéndose entre piernas y heridos, impidiendo que el firebat localice a su objetivo. El otro brazo del soldado de asalto lanza un chorro de fuego obligando a agachar las cabezas de los más cercanos a él, mientras retrocede a una silla cercana. Dos gritos enlazados de agonía llena la sala cuando el guardia de la puerta y su rival reciben el impacto de la andanada de plasma ardiente.

El otro guardia se ha agachado para evitar el chorro, dejando de disparar, mientras mira sorprendido a la fuente del ataque. Bajo el llameante rayo pasa de un ágil salto evitando balazos el piloto de las gafas de sol, situándose con estilo frente a la compuerta sellada, entre los incendiados contendientes que intentan extinguir las llamas de sus armaduras y el guardia agazapado.

Los otros dos marines que estaban situados en la zona central, se cubren tras la mesa holográfica con balazos rebotando en sus armaduras mientras uno de ellos abre fuego de cobertura contra los que le disparan obligando a sus atacantes a interrumpir el fuego y bajar la cabeza.

La compuerta de entrada está sellada, pero velozmente localizas el control de apertura. Justo tras los marines ardientes que están agitándose mientras caen al suelo, dificultándote llegar a él. Parece un control de clave alfanumérica. A tu otro lado, el guardia restante vuelve a levantar su arma, parece que ignorándote como si no representaras un peligro.

En mitad de la escaramuza pasa desapercibido cualquier sonido diferente a la confusa algarabía. Excepto un potente grito amplificado proviniente de la puerta.

- ¡ALTO TODO EL MUNDO! ¡CUALQUIERA DE LOS PRESENTES QUE NO DEPONGA LAS ARMAS Y REGRESE AL ORDEN SERÁ DETENIDO!

La compuerta de seguridad está abierta de par en par, y en la entrada están apostados los marines de armadura blanca, sorprendidos por la escena que acaban de encontrarse. Pese a haber empleado el amplificador de voz de la armadura y resultar audible, el soldado al mando no solo es ignorado sino que acaba de atraer el fuego de más de la mitad de los contendientes, viéndose obligado a retroceder al tiempo que alza el puño.

Al parecer tu pequeño problema con el código de la compuerta se ha resuelto por sí solo. Te hubiera gustado que además de abrirte la puerta esos guardias del escuadrón Alpha te abrieran paso. También se soluciona rápidamente, pues tras dejarte medio sordo del grito una cortina de balas llueve sobre la entrada obligando a retroceder a los soldados. Desgraciadamente estás en medio.

Por el rabillo del ojo podéis ver a un oficial cercano, y un soldado blindado que le sirve de cobertura se acercan a vosotros, al parecer con insanas intenciones, ya que acaban de terminar con el marine veterano que os acompañaba y han decidido que estáis en su mismo bando. Alzando contra vosotros sus armas desde un lateral de la mesa abren fuego.

Todavía en el suelo, presa de la confusión y notando un calor intenso por encima de tu nuca notas que alguien intenta tirar de ti con esfuerzo, pero acaba desistiendo y soltándote. Al levantar la cabeza y mirar en dirección a tan curiosa maniobra alcanzas a ver como Joel repta a toda prisa en dirección contraria a la compuerta, rodeando la mesa. Coogar no está al alcance de la vista, no sabrías decir donde se ha metido. De momento tienes problemas más acuciantes. Un tipo con la roja armadura de los firebats está abriendo fuego (literalmente) de forma indiscriminada mientras retrocede en dirección a la cobertura que ofrecen la silla de un técnico muerto tras de ti. Al parecer no ha reparado en ti, a pesar de estar buscando algo por el suelo en la zona donde Coogar debería estar. Eso deja a una mole metálica caminando de espaldas a ti a punto de dejar caer sus pesados 200 kilos de un momento a otro.

¡El hijo de perra se ha esfumado!

Hecho polvo como estaba no debería estar muy lejos, pero por más que rebuscas por el suelo no lo encuentras. Sin embargo no puedes desviar mucho tu atención del resto de la pelea. Has dejado impregnados en plasma ardiente a dos contendientes rivales que se encontraban en mal sitio en la compuerta, pero el otro guardia se ha agachado a tiempo. Ignorando al que iba a ser vuestro piloto se ha encogido contra la esquina y ahora apunta contra ti abriendo fuego. Tal vez te dé tiempo a cubrirte tras la silla hacia la que te estabas dirigiendo de espaldas; la decisión que tomes debe ser rápida.

No es que encontrarte en mitad de un tiroteo te preocupe, al fin y al cabo eres invisible y pocos disparos van en tu dirección protegiéndote tu armadura de la metralla que te alcanza ocasionalmente; pero tras abrirse las compuertas y ver como los marines del escuadrón Alpha son rechazados, algo te inquieta.

- A CUBIERTOOOOOOOOOOOOOOOO !!! - grita Connor preparando su rifle de asalto y disparando contra el soldado - AHHHHH TOMAAA CERDOOOO !!!

Connor arremete al soldado que dispara mientras grita a Brian que se ponga a cubierto, ya había habido demasiada sangre y aquella situación era absurda. Acabaría con todos ellos.

Apenas me giro para observar al soldado que me apunta. Su dedo va a apretar el gatillo, es algo que está cantado. Puedo apretar el gatillo de mi arma, tal vez adelantarme un poco o cortar sus disparos con mi fuego. Tomo una decisión.

Corro.

Muevo mi musculatura forzando al traje a avanzar contra el fuego enemigo confiando en que su blindaje aguante lo suficiente. Mis brazos aún poco acostumbrados a estar dentro de una lata de conservas toman mi arma reglamentaria con fuerza mientras lanzo mi mole de metal lo mas rapido que puedo al combate.

Te vas a enterar...te voy a patear el trasero hasta que te duela pensar...