Partida Rol por web

Las Sombras de la Mente

Capítulo I: Asesinato en Surrey Docks

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14/08/2018, 21:23
Marian Halcombe

Era afortunado que Marian hubiese podido subir por la pasarela sin sufrir un accidente. Sus ojos apenas podían apartarse de Mina y de la extraña expresión el la cara del marino lo suficiente para ver donde ponía los pies. Parecía como si las luces se hubieran apagado en el interior del cerebro del pobre desgraciado y fuera una simple marioneta movida por los caprichos de...por los de Mina, semejaba. Y Mina...había algo más que siniestro en ella. Un aura maligna que no parecía del todo terrenal. Y que no dejaba al mismo tiempo de resultar fascinante.

-¿Cómo...?-Empezó al llegar junto a ellos, sin poder evitar un cierto temblor en su voz, antes de detenerse. Fuera un truco de ilusionismo, mesmerismo o el mismo diablo venido del infierno, Marian tenía un trabajo que hacer. Averiguar quién o qué era su compañera no era para lo que estaba alli. Se irguió y, respirando profundamente, recompuso su expresión-Esto es suyo-Le dijo, devolviéndole la caja que le había confiado, con más sequedad quizás de la que pretendía-Si hay aquí respuestas que encontrar, deben estar en los camarotes de los tripulantes o en los registros del barco. Si podemos consultar la lista de tripulantes y pasajeros, podremos saber si hay alguno que pueda ser nuestra víctima o el asesino. ¿Quizás debamos ir primero al puente?-Y si agarraba el pomo del bastón con más fuerza de la necesaria, confiaba en que nadie le echara en cara que con la humedad de las nieblas de Londres, a veces su cojera re resultara más incómoda, y no creyeran que era para ocultar ningún traicionero temblor en sus manos.

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17/08/2018, 00:43
Mina Harker

La presencia de Mina había cambiado, todas las fibras de su ser mostraban una persona completamente distinta, erguida con los hombros rectos, una postura confiada. El  aspecto de una mujer cuya belleza se acentuaba por el brillo de su oscura mirada, destacando sobre su pálido y fino rostro. Varios mechones de su cabello se habían soltado de su regio recogido, ondeando ahora libremente, atrapando uno de ellos con gesto grácil, entre sus largos dedos, recogiéndolo con gesto elegante tras la oreja, mientras su vista seguía los movimientos de su compañera subiendo a bordo.

-¡Bienvenida! – dijo con voz gélida pero melosa cuando la mujer estuvo en la cubierta, ignorando la pregunta que murió en sus labios antes de llegar a realizarla por completo – Nuestro buen amigo estará encantado de atender a todas sus peticiones Miss Halcombe – anunció acariciando el rostro del francés con media sonrisa, juguetona dibujando este con sus dedos para dejarla caer sobre su hombro.

En ese instante, sintiendo el peso su sangre palpitar por sus venas inundado del poder que le había dado su príncipe maldito, no escapaba a sus sentidos el leve miedo que producía en la mujer. Que irguiéndose, en un gesto para recuperar la compostura, le devolvía su preciado regalo.

-Muchas gracias por cuidarlo por mi – extendió las manos tomando la caja,  acomodando la caja sobre su brazo acariciando la yema de los dedos la superficie de madera, sin perder de vista a Marian. – bien, ya ha oído a la señorita, la lista de tripulantes y pasajeros pero evitando cualquier otra compañía que pueda molestarnos

Notas de juego

Debo tirar cada vez que le de una orden nueva?

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17/08/2018, 04:52
Narración

El marinero asiente en absoluto silencio, sin atreverse a musitar una sola palabra. Cualquiera hubiese podido deducir que era en realidad un aliado de vosotras y no un suspicaz obstáculo como hasta hace unos momentos. La oscuridad cubre por completo el barco, pero podéis ver la estructura central que contiene el puente de mando, dos pisos y un vidrio oscuro que vigila silenciosamente la soledad de aquel navío.

Al vaivén casi imperceptible del barco, con la calma de la noche, cualquier ruido se os antoja siniestro y revelador, como si pronto tuviéseis que explicar vuestra presencia a una compañía más grande y difícil de convencer que un galo de malas maneras. Pero por ahora sólo los murmullos del Támesis y los latidos de vuestros corazones otorgan la música de fondo para aquella sorprendente infiltración.

El francés camina sin preveniros, decidido, y llega hasta la puerta principal, abriéndola sin más. Su figure se pierde en las tinieblas mientras sus pasos resuenan con ecos metálicos que se propagan cada vez más arriba, como si estuviese ascendiendo. Vuestros ojos están más o menos adaptados a la oscuridad y podéis ver algunas siluetas desde donde estáis, pero probablemente vuestro nuevo aliado estuviese más acostumbrado a navegar por el interior del barco que vosotras. Por fortuna, salvo por el sonido de sus pasos, lo único que interrumpe el tenso silencio es el helado viento que parece todavía rodear a Mina, emerger de ella, y que ha pronunciado esa dimensión sobrecogedora de su misteriosa presencia.

Notas de juego

No quise avanzar porque no sé si le vais a seguir o vais a esperar a que regrese. Si lo decidís pronto, os completo la respuesta, si no, aprovechad el tiempo para... ¿no sé?¿socializar? xD

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19/08/2018, 03:29
Doctor Jekyll

El doctor Jekyll prestaba poca atención a las preguntas que su compañera hacía a los marinos. Intentaba centrarse en las respuestas que estos le daban sin terminar de desatender el juego, y no era capaz de estar verdaderamente pendiente de todo. Ella en cambio parecía cómoda con la situación, como si supiera manejar a todos esos hombres y a muchos más y además tuviera claro qué debería hacer en cada jugada en caso de estar en la posición de él. Era, como mínimo, admirable.

En eso estaba el doctor cuando un comentario le llamó especialmente la atención: «Todos menos Jack», había dicho el hombre... Pero tras sentir un escalofrío Henry Jekyll se dio cuenta no sólo de que no podía estar refiriéndose a Jack el Destripador, sino también de que había oído ese nombre ya unas cuantas veces en aquella taberna. Había sido una falsa alarma.

Las risas de todos hicieron que el doctor volviera a poner los pies en la tierra, y al darse cuenta de lo que había pasado miró a Adler un instante. Habría querido preguntarle si quería que hiciese algo, si la habían incomodado... ¿Pero a quién iba a engañar? Ella sola resolvería mejor aquella situación que con su ayuda, como no tardó en demostrar. Además, no es que el doctor estuviera en disposición de liarse a puñetazos con todos aquellos hombres. Para el Otro, en cambio, habría sido distinto. Aunque Henry Jekyll no tenía claro qué habría hecho tras limpiar aquella mesa, porque la pelea en sí desde luego no habría sido para defender el honor de Alder. ¿Habría tratado de tomar su premio? ¿Habría continuado con ella?

La piel de la espalda del doctor se erizó con esos pensamientos. Sintió esos susurros que en ocasiones escuchaba por dentro de su oído más cerca, y trató de centrarse en los dados. Se puso un poco nervioso al ser tildado de nuevo de mentiroso, y cuando se descubrieron los dados y sintió aquellas palmadas en la espalda respiró un poco aliviado.

Con la pregunta sobre su nombre el doctor miró un instante a Adler sin tener claro qué hacer. ¿Debía mentir? No era bueno en eso, pero tampoco parecía lo mejor decir la verdad.

—Fra... —empezó, dubitativo, tomando el primer nombre que le vino a la mente. Por suerte no fue Jack, o aquellos hombres podían pensar que les tomaba el pelo—. Frank. Me llamo Frank —repitió, como si así pudiera dar más verosimilitud a esas palabras. Aprovechó para acercar el dinero de la siguiente ronda—. ¿Y tú?

- Tiradas (1)
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19/08/2018, 19:31
Narración

La oferta produce un silencio temporal. Jack observa a Irene, y todos los demás se miran entre sí. Finalmente es el turco el que comenta -¡Hay que tener agallas para ofrecer trabajo cuando estamos de descanso!- dice en su acentuado inglés, y la mesa lanza una carcajada tímida, que se va extendiendo. -A menos que buen dinero- dice el barbado que está mascando en réplica, pronunciando la última palabra en castellano.

Todos vuelven a tomar sus cubiletes y dejan caer los dados sobre la mesa para la siguiente ronda, mientras un par aprovecha para refrescar sus gargantas y beber cerveza. Alguna expresión en castellano se intercambia que no entendéis, y luego es el moreno barbudo quien comienza -¡Tres cincos!- escupe mientras todos comienzan poco a poco. El ambiente sigue siendo cordial, aunque la oferta de Irene haya interrumpido el flujo de aquella jovial jornada durante unos instantes.

- Tiradas (6)
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19/08/2018, 20:34
Marinero Rubio

-Si tu ofreces buen pago...- susurra a Irene, pero sin ser tan discreto como para que Henry no lo escuchase, el rubio junto a ellos. Su mirada revela que parece pensar en varios tipos de pago, y sonríe -...yo poder ayudar.- comenta de forma bastante directa. Un par de miradas van en vuestra dirección.

-Cobro mucho por horas extras. Y más por asuntos... pelos-agudos- continúa el español mientras lleva una mano ahora a la cintura de Adler. -Pero me convenzc... conven... convencer- dice resbalando un poco sobre la palabra, guiñándole un ojo a la dama.

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19/08/2018, 20:38
Diego

El castaño sigue haciéndole la conversa al doctor. -¿Frank?- y luego mira a Irene y de nuevo al doctor. -¿Frank 'Enry?- pregunta sin realmente redactar una frase en medio de ella. El compañero a su lado comenta algo en español, pero entendéis -Henry Frank- y luego tras algunas palabras más -¡Ingleses!- que es como os llaman los españoles. La mesa ríe un poco.

-Diego- dice el hombre quien fuerza un apretón de manos con una sonrisa. De cerca su olor es más difícil de ignorar, mientras sonríe. -Ocho seis- dice en voz alta durante un momento, y el doctor parece tomado por sorpresa mientras balbucea un -...¿Mentiroso?- que suena completamente desprovisto de toda confianza.

Diego sonríe y destapa su juego junto con los demás, y esta vez es el buen doctor el que pierde. La mesa parece regocijarse e incluso el inglés sólo dirige su atención a Irene en este momento.

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22/08/2018, 22:53
Mina Harker

Permaneció en silencio unos instantes, su mirada seguía los movimientos del marino, cuando miró a su compañera pudo ver el atisbo de miedo que trataba de ocultar al observarla. Una extraña quietud parecía envolverlas, pero al escuchar más atentamente, pudo oír al marinero moverse dentro del barco, ascendiendo. Sin perder su concentración, hizo un gesto sutil y elegante para que Marian la acompañara al interior del navío. Esbozando una sonrisa flemática, tratando de dar una apariencia tranquilizadora para con ella, consiente del aura que la rodeaba.

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22/08/2018, 23:33
Marian Halcombe

Marian asintió al gesto de la otra mujer y siguió a Mina al interior del barco, dedicando algunos breves pensamientos a cómo escapar del barco de la forma más eficiente en caso de que fuera necesario. No estaba segura de quién o qué estaba calculando su huida. Aunque por supuesto- pensó con una sonrisa en la que había poco de satisfacción- siempre había sido de las que se enfrentaban a las dificultades en lugar de huir de ellas. Después de todo, de pocas cosas sería capaz de huir. Era curioso, cómo el hecho de recordar las opciones que no tenía en cierta forma la reconfortase. O al menos, sirviese para afirmar su determinación. Fuese como fuese, esta era la situación en la que estaba y sólo quedaba seguir adelante.

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24/08/2018, 05:46
Narración

Ascendéis lentamente, mientras las tinieblas sólo revelan los ecos seguros, fuertes y marcados a través de la estructura de vuestro inusual guía. No hay ningún sonido más que el de su respiración, mientras sus pasos, regulares como un metrónomo marcan la llegada a aquella planta superior. Una puerta se abre, emitiendo un desagradable sonido metálico que os parece más fuerte en medio del silencio ubicuo, y revela un espacio con grandes cristales que permiten ver al exterior. La cabina del capitán.

Os toma unos instantes más mientras la oscuridad se dispersa a medida que vuestros ojos se van adaptando lentamente. Las siluetas del timón y los instrumentos toman sentido, así como una mesa y varios papeles sobre ella. La forma oscura del barco descansa sobre los suaves movimientos del támesis, como un leviatán dormido meciéndose al son alguna invisible sinfonía en medio de las anguladas siluetas de las bodegas del puerto de un lado, y los techos en aguja, las chimeneas y las oscuras nubes del otro. Incluso la perceptible franja de cristales de hielo que se había formado en los bordes de los cristales y que empañaban esa parte del vidrio parecían ofrecer un marco digno del frío e indiferente rostro londinense, en cuyo corazón estaba anclado aquel bote.

En medio de esta contemplación, el marinero se posiciona frente a Marian y le entrega lo que parece un pequeño y delgado libro, amarrado con una cuerda delgada y con una cubierta de cuero. Al abrirlo, varias de sus páginas parecen sueltas, y sus páginas están llenas de anotaciones que, desafortunadamente, ante la escasez de luz, eran prácticamente imposibles de leer. El rostro del francés se muestra imperturbable y aún en la oscuridad, podéis percibir su mirada perdida en algún punto del horizonte, en medio de aquel ánimo complaciente y aquel silencio inusual con el que había decidido serviros de ayuda en aquellos extraños instantes. La serenidad de su actuación parecía armonizar con el reinante silencio del lugar, pues más allá de las caricias del viento, apenas audibles desde el exterior, no había absolutamente nada que os hiciera temer una desagradable compañía. Y aquello era, a su vez, reconfortante y curioso al mismo tiempo.

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26/08/2018, 20:58
Mina Harker

Ambas caminaron en completo silencio solo roto por los ecos del Tamesis acunando el navío, Mina abría la marcha seguida con cautela por Marian. La primera permanecía centrada en el marino, pese a que lo había perdido de vista podía sentir su presencia. Al entrar en la cabina del capitán, aún en la penumbra lo sentía moviéndose, cuando este entrego el libro a Marian le dedico una flemática sonrisa aduladora.

-gracias mi buen amigole dedico con una voz melosa, claramente extraña para la habitual frágil e inocente imagen de una ayudante de escuela, más aún cuando se libero con gracilidad de uno de sus guantes, sin descuidar su preciada carga, para alargar una blanquecina mano hasta el rostro del marino, acariciando su rostro con delicadeza – lo ha hecho muy bien, ahora sea buen chico y quedese en la puerta vigilando que no venga nadie, sea diplomático si tiene que librarse de alguien bajo su mano deslizándola por su cuello, fijando su mirada en su palpitante vena del cuello – y no se aleje, por si necesitamos su apreciada ayuda

Cuanto más tiempo mantenía la concentración en el marino, más consciente era de la sangre que palpitaba bajo su piel, recorriendo su cuerpo, despertando esa necesidad que trataba de reprimir todo lo que era posible pero que en el estado en el que se encontraba se hacía más palpable más...insaciable. Sin romper su embrujo sobre el hombre pero queriendo alejarse de la tentación barrio la estancia con la vista, sus ojos iban acostumbrándose poco a poco a la falta de luz pero no sacarían provecho del libro si no podían distinguir lo que ponía en sus páginas.

No le tomo demasiado tiempo dar con la forma de algo familiar, una lampara de gas sobre lo que parecía la silueta de una mesa auxiliar o tal vez fuera un barril que sirviera tomo tal, le era indiferente. Sus movimientos fueron confiados, abriéndose paso provocando un leve sonido con sus ropas al rozarse con el suelo, tomo la lampara y por suerte junto a ella había una caja con fósforos facilitando la tarea de prender la lampara.

-Y se hizo la luzpronunció tornándose hacía Marian, quién seguía sosteniendo el libro abierto – sera mejor que lo apoye en la mesa, parece un libro pesadoañadió acercándose a lugar que le indicaba a Marian

- Tiradas (1)
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29/08/2018, 20:35
Marian Halcombe

La forma en que Mina se movía, su voz, su mirada...a Marian le resultaba dificil apartar la vista. Fuera lo que fuera lo que le había hecho al marinero, rogaba que el pobre hombre no recordara nada de aquello cuando se hubieran ido.

Cuando Mina encendió la lampara, se obligó a centrarse en lo que tenían entre manos.

Depositó el libro en la mesa y lo abrió. No podían pasar mucho tiempo allí, pero quizás un vistazo rápido sería suficiente para ver la información que contenía y encontrar lo que necesitaba.

-Necesitamos encontrar el nombre de la víctima. Tiene que ser alguien de la tripulación que haya bajado del barco o esté hoy de permiso y corresponda en edad. -Repitió la descripción de la víctima que había dado la primera vez, sin estar segura de si el marinero era capaz de responder con palabras, tan silencioso había estado hasta el momento. Tenía la esperanza de que si había una lista de la tripulación o los pasajeros, o el diario de a bordo de los últimos días en el barco, pudiese serles de ayuda en reconstruir lo que había ocurrido en los últimos momentos del pobre hombre.

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31/08/2018, 03:04
Narración

El marinero escucha atentamente las instrucciones y de nuevo no reacciona, sólo parece mostrar la disposición. La intervención de Marian lo detiene y éste la escucha atentamente sin interrumpirla, pero cuando termina, pasa unos instantes, observa de nuevo a Mina y finalmente continúa en camino hacia la puerta. Si ha entendido la pregunta y no ha querido responder, o si simplemente ha pasado de la mujer, quizás revirtiéndose hacia su comportamiento más natural, era un misterio. Lo cierto es que, fiel a la primera instrucción, se quedó en la entrada, cuál vigía silencioso, con sus ojos tratando de penetrar la penumbra.

Al menos el cuarto de mando estaba más iluminado gracias a la lámpara y con aquel brillo, era posible leer las anotaciones de lo que ahora reconocéis como la bitácora del capitán. Varias anotaciones náuticas y comentarios están en sus páginas y quizás os tomen algo de tiempo en desentrañar. Sin embargo, encontráis pronto entre una de las hojas sueltas una lista de nombres, la mayoría de aire francés, y os llaman la atención cuatro; tres que están tachados con una línea negra horizontal:

Robert Carré

Alban Morin

Joseph Marchand

Y un cuarto nombre, casi cerca del final, que en lugar de estar tachado, está rodeado de un círculo amplio que lo contiene por completo.

Alain Quinn

A juzgar por el número, parecía al menos consistente con una tripulación de un barco mercante como aquel, pero bien podría tratarse de cualquier otra cosa... igualmente interesante, dadas las circunstancias.

Notas de juego

Entender la bitácora requiere una tirada de Investigar a +2 (a menos que podáis justificar conocimientos de jerga marina). Esto os dará detalles generales. Para reconstruir las anotaciones náuticas y haceros una idea de la ruta y demás aspectos aún más técnicos, una tirada de Pilotar(Barco) bastará. Esto podría tomaros varios minutos, incluso algunas horas, de acuerdo a lo que obtengáis en los dados.

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31/08/2018, 22:55
Marian Halcombe

La falta de respuesta del marinero fue ligeramente decepcionante, pero no podía decir que no se lo hubiese esperado. En todo caso, ahora tenían los documentos del capitán, y eso significaba que su viaje no había sido en vano. Incluso si sólo servía para descartar el barco como algo relacionado con el caso, ya sería un avance. Pero quizás les dijera más que eso. Los dedos de Marian se posaron sobre la página con los nombres, recorriendo la lista.

-Si es la lista de tripulantes, los nombres tachados podrian tener explicaciones simples-dijo, casi para si misma-. Quizás algunos marineros decidieran dejar el barco para alistarse en otra tripulación o dedicarse a otro oficio en tierra. Quizás alguno haya muerto por accidente o enfermedad. La vida de los marineros es dura, no son necesarios villanos o asesinos para que haya una muerte a bordo; una tormenta inesperada puede ocuparse de eso. ¿Pero por qué rodear uno de los nombres?-Tamborileó pensativa con los dedos junto al nombre de Alainn Quinn. Le intrigaba aquel círculo y sus motivos.-¿Quizás la lista es otra cosa?¿Estaban buscando a alguien por algún motivo, los nombres tachados fueron las personas descartadas y decidieron que Alainn Quinn era quien necesitaban?-Apartó con un suspiro el papel a un lado para leer la bitácora del barco. Podría ser cualquier cosa. Las conjeturas no llevaban a ningún sitio, necesitaban más información. Si Alainn Quinn era un tripulante del barco y no estaba a bordo, quizás su camarote les dijera algo. Pero quizás antes las anotaciones del capitán resolvieran el misterio.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No tengo Pilotar, pero según la ficha, tengo la ventaja Talentoso, que está descrito como  "Ignora penalizaciones al hacer tiradas sin habilidades." (aunque no lo encuentro en la lista de ventajas y desventajas) Espero haber tirado bien.

A no ser que Mina no esté de acuerdo y quiera estar todo el tiempo necesario o irse de inmediato, no quiero pasar horas aquí, ¿qué se puede sacar en claro en poco tiempo? digamos, alrededor de media hora.

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04/09/2018, 23:22
Mina Harker

Silenciosamente y con movimientos estudiados, Mina se posiciono junto a su compañera, lo suficientemente cerca para que las ropas de esta rozaran deliberadamente con el brazo de Marian. Observo las facciones de la tullida mujer, estudiando sus angulosas facciones, memorizando cada aspecto; a medida que los minutos pasaban, usando sus peculiares habilidades, hacía que Mina sintiera más la naturaleza depredadora que su hacedor había despertado en ella. En un intento por no turbar el animo de la mujer con su escrutinio, hizo bajar su mirada atendiendo a las páginas que con tanta atención trataba de hallar explicación.

-Le sorprendería, Miss Halcombe, la cantidad de plagas inexplicables que pueden asolar a un navío como este en las largas noches de travesía por el mar – pronunció junto a su hombro con una sonrisa maliciosa

Ella sabía bien a que males se refería, su príncipe de las tinieblas había sido un ejemplo “vivo” de esas inexplicables plagas que había costado la vida a numerosos marineros en su caprichoso viaje para conquistarla. Extrañamente, en ese preciso momento, se sintió alagada. Las preguntas de Marian la devolvieron donde se hallaba en el presente, dando un vistazo a su vigía en la puerta, antes de prestar atención a las paginas que tenía delante.

-Demasiado jeroglífico para mí, todo suyo el descifrar la bitácora del capitán – añadió con cierto desdén hacía el texto, palmeando el hombro de Marian.

Tras girarse se dirigió directa al marinero francés, manteniendo la actitud juguetona que había mostrado para con él.

-Bien mi buen amigo – acarició su mejilla con suavidad, atrayendo su rostro y su atención sobre ella – hablame de lo ocurrido a Robert Carrè, Alban Morin y Joseph Marchand ¿por que los nombres de estos tres amigos han sido tachados y el de Alain Quinn esta diferenciado con un circulo rodeando su nombre?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Mina se va a quedar con la información general que pueda sacar del vistazo general y dejara a Marian el resto, para ver que le saca al marino...si puede hablar claro

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10/09/2018, 00:38
Doctor Jekyll

Los ojos del doctor Jekyll fueron hacia el turco cuando respondió de aquella manera al asunto del ¿trabajo? Por un momento temió que sus palabras echasen a los otros hombres atrás y finalmente se fueran de allí sin acompañantes. Sin embargo, en cuanto los otros completaron sus palabras, entendió por dónde iban los tiros. Aquellos tipos podían parecer poco inteligentes, pero no eran idiotas.

Lo que a esas alturas preocupaba un poco al doctor era qué pasaría si a quien ¿contratasen? ni siquiera había viajado en los barcos que ellos necesitaban. Por fortuna, Adler parecía capaz de encargarse de eso.

El otro asunto que le daba qué pensar era respecto al pago a esos señores... ¿Se encargaría la policía? Como tuviera que encargarse él tendrían un problema. No creía que su bolsillo fuese a generar mágicamente más monedas, desde luego. Aunque de nuevo y al igual que antes, tenía la sensación de que la mujer tendría también aquello controlado. Desde luego estaba siendo una suerte tenerla como compañera, por más que no entendiera del todo el modo en que estaba llevando las cosas.

Henry Jekyll no estaba a punto de decir nada al respecto... De hecho ni siquiera habría sabido qué decir. Sin embargo, cuando escuchó el nombre que había dado con aquel tono de duda, se sintió palidecer... Y acto seguido se dio cuenta de lo estúpido que había sido. Una vez había leído que los mentirosos eran los hombres más dispuestos a hacer todo tipo de juramentos... Pero en ese instante él no habría sido capaz de jurar nada. Por fortuna, sus propios compañeros de mesa le dieron una salida.

—Henry Frank, exacto —aseguró mientras se sentía un poco aliviado, como si acabase de esquivar un golpe sin saber ni de dónde venía. Dentro de él sintió una risa grave y gutural mofándose de su situación, de su estupidez y debilidad... Y aunque no quería escucharla, era difícil cuando esta venía desde su propio cerebro.

Intentando salir del paso y desviar el tema, el doctor acabó por acusar de mentiroso al tipo. Perdió la mano, sí, pero era lo que menos le importaba. De modo que retiró un dado y ofreció el dinero de la ronda siguiente.

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11/09/2018, 12:06
Irene Adler

Irene apretó un poco los dedos sobre el hombro del doctor al escucharle dar un nombre distinto al que ella había estado usando para llamarlo durante todo aquel rato. Sin duda el pobre hombre estaba muy nervioso pues siendo como era un médico al servicio de la Corona no valoraba la posibilidad de que tuviese pocas luces. 

Sin perder la sonrisa ni por un instante llevó su mano a la del marinero y la apartó de su cintura con delicadeza. Ciertamente era atractivo y eso a Irene no le había pasado por alto, tal vez el más atractivo entre todo aquel grupo, aunque no parecía demasiado listo ni había ningún tipo de reto en él y eso le hacía perder muchos puntos. Quizá en otro momento se habría planteado divertirse con él en privado, pero aquella noche no estaba jugando, sino trabajando. 

Caballero... Voy a tener que darle algunas clases sobre cómo tratar a las señoritas inglesas —le dijo, bromeando con ese mismo tono de riña que había usado un momento atrás—. Somos mucho más complicadas que las españolas y usted ni siquiera nos ha dicho su nombre. 

Al menos Henry había vuelto a perder y eso ponía contentos a los otros caballeros, que era justo el estado en que les convenía que estuviesen. Irene dio un par de palmadas y luego volvió a poner la mano en el hombro del doctor.

—Vaya, Henry, parece que los dados no quieren sonreírle esta noche. Deje que los sople para darle suerte. 

Mientras tanto sus ojos habían registrado con minuciosa atención todas las reacciones a su propuesta. La del rubio lascivo, la de Jack, la del turco, y luego estaba ese otro que acababa de presentarse. Diego. Entre todos aquellos marineros era ese justo el que más apropiado le parecía para la tarea que tenían por delante. Ahora sería cosa de dejar que terminase el juego y ver cómo podían convencerlo en privado para que fuese con ellos.

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13/09/2018, 15:32
Narración

Diego parecía satisfecho con la explicación del doctor y le sonríe de forma amistosa, dándole un par de palmaditas en la espalda que no parecían bien medidas e hicieron que la complexión delgada del buen Jekyll se estremeciera un poco hacia adelante. No había mala intención en aquello, sino más bien era el resultado de cierto regocijo en la mesa. -Es placer, Henry Frank- dice finalmente.

Del otro lado, el inquieto marino rubio que parecía estar recientemente más pendiente de Adler que del juego, se ríe de su broma. -Es porque no tratado conmigo- dice con sorna, y luego dice en español -Me llamo Fernando- lo que por fortuna era una de las pocas frases que ambos comprendíais. La mesa escucha y el resto repite -¡Fernando!- en un jovial unísono, levantando los vasos para brindar y tomar un poco más. El rubio sonríe y le guiña un ojo a Irene.

La ronda prosigue rápidamente y en esta ocasión es el inglés el que gana, acertando con gran exactitud la cantidad de dados a pesar de que el moreno junto a Diego intenta llamarle mentiroso. La mesa aplaude, el inglés hace una venia teatral y en ese instante algo irrumpe la tranquilidad de aquella posada secreta.

De uno de los espacios acortinados del fondo, entra un hombre de mediana estatura, resoplando y jadeando, tan pálido como si se acabase de levantar de una tumba, tan delgado como un cadáver, con más aire en la boca que palabras. Su arribo merece una mirada de reojo del inglés delgaducho, al tiempo que Jack el barista deja su puesto y se dirige hacia él con un vaso de licor. El sujeto se deja caer sobre una silla, nervioso como está, mientras se bebe hasta el fondo lo que le ofrece el cantinero, casi atragantándose por la necesidad de respirar.

-Q'a estao cerca- dice encuando empieza a tener suficiente aire con su denso acento inglés, al tiempo que el moreno de vuestra mesa pierde un dado. -Qu'esta'an los jilgueros, por tó lado, valgamedios, por un cacho- dice entre otra bocanada de aire y pidiendo más de lo que hubiese en el vaso. -Han si'o los'os ladri'os, lo me'or es no salir ahora, que está el a'ispero como pa' picarse- sigue comentando mientras Jack el cantinero asiente escuchando de forma atenta y con expresión grave.

- Tiradas (6)
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13/09/2018, 15:55
Narración

Notas de juego

Jilgueros es cockney para maderos, o policías.

Ladridos es cockney para disparos, que viene de "ladrador", como se le dice a las pistolas en Cockney también.

Cargando editor
14/09/2018, 03:23
Narración

Con diligencia y con tu mente ágil, rápidamente tomas la bitácora que está en francés y seleccionas algunas coordenadas observando el mapa. No se te antoja difícil, es cuestión de sentido común básicamente: usar la cuadrícula del mapa, revisar las anotaciones, identificar el cuadrante adecuado, y estimar la ruta más probable entre Francia y Londres, suponiendo que ese fuese el verdadero origen del barco. Cualquier persona con un mínimo de materia gris habría sido capaz de hacer algo similar. La revisión superficial te deja satisfecha: el navío recorrió una ruta desde Paris hasta Londres, y las anotaciones del capitán simplemente lo confirmaban. 

Lo siguiente fue algo más complejo. Con el poco tiempo, tenías que revisar prontamente las demás notas. Había varios documentos sueltos, pero lograste sacar algunos elementos importantes:

  • El registro del cargamento (al que nunca había referencia directa de su contenido, más que "la carga", "las cajas" y "la mercancía" en lo que observaste) parecía haber sufrido varias correcciones. Hay varias líneas tachadas con ahínco hasta dejar sólo un manchón negro en la hoja. 
  • El apellido del capitán era Legrand.
  • El cargamento al parecer se dirigía para un B. Cromwell. Sin embargo, tu intuición te dice que se trata de algún nombre en clave para el registro de la bitácora, y que aquella precaución fue tomada por el capitán.
  • Hay varias referencias a un tal P.R; registros, revisiones y comentarios que te hacen pensar en que sea una abreviación para el Primer Oficial, o alguien con autoridad en el barco.

No puedes encontrar referencias directas a los nombres tachados ni nada que te haga sospechar que pudiese haber sido registrado en la bitácora. 

Notas de juego

Por un error mío, he puesto +2 cuando debió ser -2. Aún así la pasas con aumento.