Partida Rol por web

Las Sombras de la Mente

Capítulo I: Asesinato en Surrey Docks

Cargando editor
30/11/2018, 02:40
Doctor Jekyll

Al ver lo que hacía el español el doctor Jekyll apretó las mandíbulas, pensando en intervenir. No sabía cómo, aunque los susurros del Otro le daban ciertas sugerencias. La tensión ya se estaba transmitiendo a sus puños, y se planteaba incluso decirle al tipo que peleasen fuera... Y probablemente echar a correr al cruzar la puerta. Cualquier otra resolución acabaría probablemente con sesos de español decorando el asfalto.

Sin embargo algo pasó que terminó de convencerle de que no entendía a las mujeres. Adler pasó de mirarle con desagrado a lanzarse contra él, poner las manos en su pecho, invitarle a beber...

El pobre doctor no entendía nada. De modo que bajó la mirada, ya sin juego y sin compañera, y se quedó pensativo. Su mano aferraba la caja que lo había acompañado toda la noche y él parecía dispuesto a seguir esperando sin más. Sólo podía aguardar a que Diego terminase, echando de vez en cuando un ojo a la barra* para comprobar que todo fuese acorde a lo planeado... Aunque no fuera lo planeado por él, desde luego. Nunca había entendido el plan de Adler, ya desde que habían llegado, pero en ese punto es que no comprendía absolutamente nada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*En caso de que hayan ido.

Cargando editor
30/11/2018, 00:17
Marian Halcombe

Marian recibió la caja de manos de Mina sin comprender demasiado bien, o sin querer entender, lo que pretendía Harker. ¿Proteger lo que fuera aquello? Sin duda Harker estaba más capacitada para tal cosa. Hasta que explicó que pretendía atraer su atención para permitirle escapar a ella. Pero eso era una locura, ¿qué posibilidades tenía Harker contra varios? ¿Acaso creía que Marian estaba dispuesta a sacrificar a los demás por salvar su vida? Incluso considerado con frialdad, si alguien debía hacerlo, ¿no debería ser Marian quien sirviese de señuelo? Después de todo, su cojera sería un impedimento, y Mina tenía más posibilidades de escapar que ella.

Todo esto pasó por su cabeza, pero no tuvo ocasión de discutir o detenerla. Sólo pudo observar horrorizada su extraña transformación. Sus misteriosos poderes de mesmerismo, que aunque extraños había asumido dentro de los límites humanos, su siniestra aura. No sabía lo que era, pero por dificil que fuera de creer, era algo que no era humano.

Pero incluso en su terror por las implicaciones de lo que estaba viendo, el miedo, menos misterioso pero más inmediato, a los seres humanos en el barco se imponía a su terror y curiosidad hacia Mina.

Con un asentimiento que no sabía si Harker era ya capaz de percibir, se dispuso a cumplir sus instrucciones.

Cargando editor
30/11/2018, 16:51
Narración
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiradas de Notar de los marinos.

Cargando editor
30/11/2018, 17:08
Narración

La silueta de Mina pareció desvanecerse en el aire, como si se evaporase de repente. Pero la verdad era mucho más siniestra: en donde hasta hace unos momentos había estado ella, habían comenzado a aparecer cientos de pequeños murciélagos, con ojos tan rojos como los de mina, chillando y aleteando con un furor inhumano y una intención oscura. Los ojos de Marian no daban crédito a lo que veía y aunque el terror intentó apretar sus garras sobre ella con fuerza, su mente firme mantuvo el valor suficiente para poder emprender la acción a pesar de lo sobrenatural del evento del que era testigo. 

El enjambre, como una nube negra cargada de malicia, descendió sobre los marinos, que tomados por sorpresa, empezaron a exclamar en francés toda suerte de maldiciones, sin entender en principio lo que estaba sucediendo. Al tiempo que el nominal aliado que Mina había influenciado, comenzaba a reír en una cacofonía demente, como si finalmente su mente se hubiese hundido en los abismos oscuros que traían consigo aquellas bestias. 

Sólo eso necesitaba Marian, quien al paso más rápido de lo que le permitía su cojera, se escabuyó aprovechando el barullo y el caos, bajando del barco y comenzando a caminar por las calles alejándose del muelle. Aún escuchaba el chillido infernal de las alimañas y se giraba, podría verlos como un humo negro contra la silueta oscura de Londres de fondo, elevándose como algún oscuro augurio de una maldad centenaria y sobrehumana obrando a través de la que era su compañera, Mina Harker. Pero algo al menos quedaba claro, parecía que si estaba logrando escapar era gracias a ella.

Cargando editor
30/11/2018, 17:12
Narración

-¿Pero qué coñ...- habías escuchado exclamar a uno de los marinos

-Jo... ¿murciélagos?- respondió el otro.

-Tío... quítamelos, quítamelos... argh- la desesperación en sus voces era evidente.

-Mi ama- había musitado el ex-vigía mientras comenzaba a reír.

Pero ahora todo esto quedaba atrás. Y mientras caminas a toda prisa, puedes escuchar los sonidos de vidrio al interior de aquella misteriosa caja. Atrás quedaba el barco, sus nefandos tripulantes y lo que sea que fuese Mina ahora. Y por delante quedaban las calles frías de Surrey Docks, y la posibilidad de encontrarse con alguno de los hombres de Lestrade o mejor aún, con el resto de sus compañeros. Pero por ahora, estabas sola, y a merced de los terrores que pudiesen acechar en las tinieblas y las pesadillas de los hombres y mujeres de Londres.

Cargando editor
30/11/2018, 17:12
Narración

Tu consciencia se fragmentó, mientras sabías que esto, esto que habías hecho no era sino una manifestación de la fuerza con que crecía maldición que el infame conde había impuesto sobre ti. Tu humanidad parecía un recuerdo y empezabas a dudar que la oscuridad en tu interior pudiese ser limpiada por cualquier medio. ¿Estabas condenada? la pregunta resonó como un eco a medida que sentías y olías la desesperación y el miedo de aquellos hombres. Sería tan fácil alimentarte y saciar el apetito en tu interior... 

Uno de los extraños intentó cubrirse y buscó algo entre su abrigo, revelando un revolver, que torpemente trató de cargar. Por la puerta que daba a los cuartos de la tripulación, tres nuevos marinos aparecieron, sosteniendo una lámpara y armados con garrotes y bastones, mientras intentaban descifrar lo que estaba sucediendo. Al menos Marian había logrado salir de allí, y sólo quedaban estos meros mortales, incapaces de resistirte a tu superioridad. Mortales inferiores cuya sangre codiciabas como una droga, como la bebida, la comida o el afecto de Jonathan, tan lejano, tan perdido, tan ausente de las brumas de tu oscura mente.

Cargando editor
30/11/2018, 17:21
Narración

Las maniobras de Irene parecían tener algún resultado. No sólo los ánimos parecían haberse tranquilizados, sino que incluso Fernando parecía de mejor humor. Y quizás queriendo restregarle la victoria al doctor, con una sonrisa en la cara, corrió su cubilete para ponerlo frente a Jekyll. -Ale, juega por mí...- dice orondo. -Por molestias- justifica. Los demás se ríen y aunque la partida de Fernando parece no caerle bien, los ánimos se recuperan y se puede leer en los rostros de todos que igual el doctor jugando todavía era simplemente dinero fácil.

Así que sin más que hacer, el doctor espera en el juego mientras Diego termina. Al final el juego acaba, dejando como ganador al turco, quien comienza a contar las monedas. En su rincón, Irene parece tener a Fernando comiendo de la palma de su mano, entre ebrio y bulloso, nadie parece ponerle atención a la pareja. Incluso los Jacks parecían abstraídos en sus asuntos, y mucho menos pendiente de lo los invitados. Fuese obra de Adler, o simplemente el tiempo que pasaban allí, era difícil de decirlo.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Fernando aún tiene combustible. Por lo que podría tomarle un poco más a Irene.

Os toca decidir si separaros o seguir juntos.

Cargando editor
30/11/2018, 18:52
Narración

-Se acabó el juego- dice Diego poniéndole una mano amistosamente al doctor y sonriéndole. -Ahora sí pode... podemos discutir ese negocio. Mujer ya no vendrá- dice mirando hacia donde estaban Irene y Fernando.  -¿Mesa?- pregunta mientras toma el vaso de cerveza que el doctor le ha comprado hace unos momentos. 

La mesa de juego toma nuevos y curiosos jugadores, mientras parece que el turco quiere volver a probar suerte, ahora con las ganancias de la última ronda. El inglés delgaducho se mantiene imperturbable, y otros deciden cambiar de actividad hacia algo más orientado a terminar de disfrutar de la noche. Incluso un par se dispone a partir, siendo ya la madrugada, y teniendo probablemente cosas de las que ocuparse con el nuevo día.

Notas de juego

Tú decides si quedarte, llevártelo, o algo xD. Avísame eso sí para poder llevaros a ese punto.

Cargando editor
03/12/2018, 00:33
Mina Harker
Sólo para el director

Sentía su apetito crecer, un palpitar tan fuerte como el batir de las alas de los cientos de quirópteros en los que se había fragmentado su ser. Ensordeciendo la voz de su razón. Dejando que la oscura impronta que el conde había dejando en ella se alimentara con los gritos e improperios de los marinos. Sería tan fácil sucumbir, podía oler la sangre de algún pequeño arañazo producido aquí y allá en los antebrazos que trataban de cubrirse. En ocasiones llegaba ansiar aquel néctar de vida más que una caricia de su amado Jonathan.

La imagen de este se ante puso a todo lo demás, devolviendo algo de sensatez al momento presente. Y como un acto reflejo, huyo. La bandada de murciélagos dio una ultima batida sobre los hombres y se alejo veloz, perdiéndose en la oscuridad de la noche en dirección a los tejados. Tratando de localizar a Marian desde lo alto.

Cargando editor
01/12/2018, 15:09
Marian Halcombe

Confiando en que la infestación de murciélagos hubiese cumplido su cometido y nadie hubiese reparado en su salida del barco, Marian observó el barco desde el refugio de las sombras nocturnas del muelle, escudriñando cada movimiento en el barco y sus alrededores, tratando de distinguir si Harker estaba o no a salvo.

No tenía dudas de que la mujer le había salvado la vida, arriesgando la suya propia para darle la oportunidad de escapar de un peligro que la propia Marian, mediante sus decisiones, había traído sobre ellas. Gracias a Harker habían conseguido descubrir aquella siniestra trama, y obtener los documentos y el testimonio que la había puesto en evidencia. Las personas de aquel barco eran crueles asesinos que debían ser detenidos. Y a pesar de saber todo eso, escuchando en la voz del marinero la pérdida de su cordura, no podía evitar sentir una profunda repulsión por la forma en que Harker había usado su poder para dominar su mente, y si aquellos hombres no hubiesen llegado, estaba segura de que su intención era matarlo para silenciarlo. La forma en que habían jugado con la razón y la voluntad de su hermana, el estado en que en que se encontraba durante los meses que había cuidado de ella, eran un recuerdo que jamás se borraría de su mente, y escuchar las irracionales exclamaciones del marinero hacían que aquella época volviese a su memoria.

Tampoco estaba muy segura de para qué necesitaba la corona a alguien normal como Marian, cuando tenían a su servicio gente con aquellas capacidades. Y la cuestión de la naturaleza y habilidades de Harker hacía que se planteara ciertas dudas sobre el resto de sus compañeros. ¿Tenían también ellos esa clase de extraordinarios poderes?¿Podía Adler leer mentes?¿O el Doctor Jekyll volverse invisible? En algún momento tendría que haber una conversación con sus compañeros sobre quienes eran y hasta que extremos estaban dispuestos a llegar para resolver el caso. Aunque qué iba a sacar de ella, no lo sabía. Marian tenía sus secretos, no tenía dudas de que los demás también, y ninguno iba a tener interés en compartirlos. Por un momento, pensó en abrir la caja que Harker le había confiado y revisar su contenido. Pero aunque no estaba de acuerdo con la forma de comportarse de Harker, no quería traicionar su confianza sin motivo.

Pero esa era una preocupación para otro momento, si es que se daba la oportunidad. La preocupación de ahora era salir ambas a salvo de aquel puerto. Intentó atisbar entre la oscuridad la presencia de algún policía de patrulla o alguien a quien pedir ayuda, o de algún lugar en el que esconder la caja y los documentos. Si Harker no salía del barco, tendría que intentar ayudarla.

Cargando editor
06/12/2018, 01:50
Doctor Jekyll

El doctor dudó sobre qué hacer ahora que el juego había acabado. Estaba pendiente de Adler, sin entender del todo qué pretendía ella o cómo se había visto él en aquella situación. Estaba con un marinero de un barco que no era el que buscaba esperando para que identificase un cadáver que probablemente no conociera... Y que aún conociéndolo quizá no les llevaría a nada. El doctor sólo podría esperar que no todas las investigaciones de la Corona fuesen así, y que a sus otras compañeras les estuviese yendo mejor.

Con un suspiro aceptó la invitación de Diego a la mesa, aunque le explicó que debían esperar a Adler para contarle de qué trataba el trabajo. Intentó mientras tanto darle charla casual, haciendo un favor por preguntarle de dónde era, si tenía familia... Ese tipo de cosas. Quizá así tuviera para un rato, sobre todo si el tipo se era de los que entretenía hablando.

Notas de juego

Esperaré 10-15 minutos por ver que hace Irene antes de irme.

Cargando editor
07/12/2018, 00:53
Irene Adler

Durante ese rato Irene iba manejando al español con una mezcla de sedosa suavidad y firmeza, casi como si se tratase de un niño. Aunque en realidad era eso lo que le parecían casi todos los hombres: niños, con sus deseos caprichosos y sus mentes demasiado cortas para seguirle el ritmo a la suya. Tan sólo una vez había conocido a un hombre con un intelecto suficiente como para considerarlo un igual y tras su muerte el mundo había perdido algo de lustre a sus ojos. ¿Cómo no considerar a Fernando un infante cuando podía leer todos sus engranajes con esa facilidad? Era endiabladamente guapo, pero tan aburrido... 

Así que se fue encargando de llenar el vaso del hombre cada vez que parecía estar vaciándose y de distraer sus sentidos con una charla superficial pero divertida, salpicada de anécdotas graciosas de las que ni la cuarta parte eran ciertas. Por el rabillo del ojo había notado que el juego había terminado y el doctor y Diego ya estaban listos. Pero a Fernando aún le faltaba un poco para caer redondo, así que continuó con la labor de embriagarle de licor y de sonrisas. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/12/2018, 01:46
Narración

Marian caminó un poco la calle, hasta que escuchó el inconfundible sonido de aleteos y chillidos que cayeron muy cerca de ella, sobre uno de los callejones. Los sonidos cesaron y pronto la silueta humana de Mina Harker aparece entre las sombras, pálida como luna, con una expresión extraña y una mirada alienígena. Le toma unos instantes readaptarse a su figura, observa sus manos embelesada, y luego detalla todo a su alrededor, bajo la mirada seria y meditabunda de su compañera. Los ojos de Mina recorren el callejón y como si tardara en reconocer a Marian, la observa unos instantes y comienza a acercarse hacia ella esgrimiendo una sonrisa propia de lo que sería un predador, camina hasta recuperar su talante normal y su disposición gentil e inofensiva. 

La caja está a salvo con Marian, al igual que los documentos que han rescatado. Y están a unas calles de distancia del lugar del crimen. Con suerte encontrarían a Lestrade y podrían reportar los secretos de aquel navío francés para que las autoridades se hicieran cargo. Pero por ahora, os esperaban unos minutos de incómodo silencio mientras atravesábais las calles de los muelles de vuelta al macabro punto de partida.

Cargando editor
07/12/2018, 01:59
Narración

Fernando cae tras unas cervezas más, y por una buena propina, los Jacks casi parecen gentiles y contentos de haber atendido a Irene y al doctor. Hay un intercambio de despedidas, una invitación a volver, algunas miradas de la mesa donde habéis jugado, pero nada más. Diego parece más que dispuesto y cómodo en la compañía de sus nuevos "colegas", Irene no puede ocultar su aire de satisfacción y el doctor oscila entre una cara de miseria y confusión que disimula bien a medida que vuelven de nuevo a la calle.

Diego se muestra animada, bromeando incluso en medio de su dificultad para manejar el inglés, y algunas veces lanzando chistes, riéndose, sin que vosotros podáis entender bien lo que ha dicho. Al menos el camino de vuelta a la escena del crimen parece más ameno y aunque la temperatura, la oscuridad y la neblina parecen ser un elemento permanente del paisaje londinense, siempre disipaba la desazón el estar en buena compañía.

Cargando editor
07/12/2018, 02:04
Narración

La escena sigue custodiada por los oficiales. Por el norte llegan Marian y Mina, quienes ven como tres personas vienen caminando por los callejones hacia el sur: El doctor, Irene y un tercer hombre, corpulento y de cabello corto, cuyo ánimo contrasta con la visión adusta y la expresión inquieta de los oficiales. Pronto recordáis que allí había tenido lugar el escalofriante crimen que traía a la memoria de todos los londinenses las atrocidades de Jack. Aquellas noches hace muchos años habían estado llenas de pánico y rumores de demonios en las sombras e infernales engendros haciendo de las suyas como castigo por los pecados de la ciudad.

Cuando coincidís en el callejón, veis que donde debía estar el cuerpo ya no hay nada y que justo cerca a la entrada, hay una carreta tirada por dos caballos que contiene una serie de bultos y sábanas, acompañada en los bordes por dos policías y un hombre de civil que no reconocéis. Los corceles parecen inquietos, relinchando y golpeando el frío suelo rocoso, mientras el conductor, de espalda a vosotros, trata de apaciguarlos. 

Uno de los policías sobre el vehículo os reconoce y abre los ojos. No recordáis su nombre, pero su rostro lo habéis visto ya, seguramente entre los hombres de Lestrade. Se acerca y se inclina para dirigiros la palabra -Sois vosotros. ¿Qué hacéis aquí?- dice mientras una idea parece cruzarle por la mente, y como si se diera cuenta, sonríe con cierto orgullo socarrón. -¿No os habéis enterado? Hemos dado con el asesino- dice sin ocultar su orgullo. -El inspector ha ido para verificar todo. Hemos encontrado al imitador...- y hace una pausa, como saboreando las palabras, como si hubiese algo de justicia divina en ellas. -...muerto por su propia mano.-

Notas de juego

Estáis juntos de nuevo.

Si, ha sido una increíble coincidencia que hayáis tardado lo mismo y ahora os encontréis. Pero así es la vida, extraña como oscura y húmeda es el Londres Victoriano.

Y aquí se acaba esta escena.