Partida Rol por web

Las Sombras de la Mente

Capítulo III: Despacho en Escarlata

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18/10/2019, 12:57
Mina Harker

La revisión de los libros de contabilidad de Wilcott no pareció llamar la atención en lo más mínimo de Mina, pues su semblante se mantuvo indiferente ante las cifras que allí habían documentadas. Mientras la palabras de Lestrade, como en anteriores ocasiones, le llegaban como un murmullo de férrea defensa de su opinión y convicciones. En un gesto no apreciativo por el hombre asintió solo ante las palabras de sus compañeros.

-nada relevante en su contabilidad que pueda apreciar a simple vista – explico mientras depositaba el libro de vuelta – era un hombre minucioso, anotando con precisión salidas y entradas de su patrimonio, que gustaba de tener todo bajo control – puntualizo dejando que sus pasos la llevaran junto a la señorita Halcombe

Quien había reclamado su atención sobre las notas de Roch. La relación del hombre y la corona la seguía intrigando, y algo le decía que sería un camino escabroso lleno de obstáculos si la investigación debía continuar por ahí.

Intrigada por la nota de prensa que Marion había encontrado permaneció en silencio, pensativa con los brazos cruzados reposando a la altura de su cintura. Sus células grises se pusieron en marcha, como si aquello despertara más su curiosidad que el asunto de los asesinatos. Una colaboración franco-alemana entre Roch y Herz. Y duradera. El uso de ondas de radio. El fallecimiento del profesor y el regreso de Roch. Curioso e interesante. Encadeno sus pensamientos tratando de recordar artículos de prensa relacionados, pues era uno de sus pequeños placeres que la ayudaban a mantenerse atada al presente. Pero entonces la felicitación de Halcombe hizo que su mirada se volcara en la, cada vez mas interesante, figura de Adler. Mujer de múltiples talentos y curiosas habilidades, empezaba admirarla, así como la sutileza con la que manejaba a los hombres o al menos a Lestrade. Las palabras de esta no fueron ignoradas, pero aún deseosa que compartiera sus descubrimientos con ellos se centro en la lectura de los libros encontrados por esta, no pudiendo evitar notar la similitud con los que acababa de examinar.

La concentración en el rostro de la mujer era considerable, sus mirada recorría cada linea del cuaderno sobre su mano emitiendo un significativo murmullo de labios cerrados, mientras daba la espalda a los demás acercándose hacía la ventana abierta, siempre en busca de aire fresco. Pero no fuer hasta el momento que Lestrade dejo la habitación* que se volvió hacía sus compañeros para hablar.

-parecer ser que el señor Wilcott llevaba una segunda contabilidad...-anunció mientras sus ojos bailaban por las paginas una última vez – con cifras mucho más significativas – continuó revisando la última entrada entrecerrando los ojos para luego abrirlos con clara sorpresa – Fíjense en esto

Encarando a sus compañeros en un par de pasos, giro el libro señalando con el dedo la última anotación.

S. D. B4.  -  28/03/94   -  Mr. R.   -   80100 Libras

-el valor del resto de entradas es similar...unos pagos realmente exorbitantes – recalco lo obvio – sin duda bastante significativo qu eno quiera tener esto a mano, su otra contabilidad es igual de minuciosa en cuanto a entradas y salidas de su patrimonio, seña de un hombre que lucha concienzudamente por mantener su fortuna y posición pero esto...esto haría a cualquier hombre fácilmente rico

Aunque aquello que más llamaba la atención de Mina y seguramente de sus compañeros era la coincidencia o no de Mr. R como la otra parte de la transacción.

Notas de juego

*si es que la deja, si no hablaría igual en su presencia

Nota del director para tener en cuenta:

200 Libras es una cantidad enorme exorbitante para la época. Alreredor de 10000 libras hoy.

Matizar que la fecha de ese pago que os enseña Mina esta fechado el día anterior.

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20/10/2019, 02:12
Inspector Lestrade

El inspector suspira. Un suspiro amargo, algo impaciente. -Haré que mis hombres envíen un mensaje...- dice, dando a entender que aquello lo alejaría, pero probablemente no por demasiado. Hace una pausa ante la solicitud del doctor, y asiente. -El secretario está en la sala. Allí podréis interrogarlo.- dice mientras mira de nuevo la caja fuerte ahora abierta.

-Dejad las cosas allí y tratad de no tocar demasiado la escena. Esto sigue siendo un crimen y el procedimiento oficial exige que seamos nosotros quienes reportemos esto- recuerda con incomodidad. -No saquéis nada de la habitación- anuncia mientras sale del despacho con paso lento y un aire de derrota y amargura que ha ido intensificándose con el paso de los minutos en vuestra presencia.

En últimas, es probable que estos minutos fuera de la habitación le agradasen. Cualquiera desearía estar lejos de la presencia del cadáver y del punzante olor del despacho, aunque fuese un momento. Al menos os daba el espacio para hablar con tranquilidad, aunque ciertamente la atmósfera siniestra de aquel sitio pudiese sentirse demasiado opresiva por momentos.

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20/10/2019, 02:27
Irene Adler

Irene asintió con la cabeza a cada indicación del inspector, con la misma expresión que podría tener un niño modelo recibiendo instrucciones de su profesor. 

Sin embargo, en cuanto el hombre dejó la sala sus labios se curvaron en una leve sonrisa. Se acercó a echar un vistazo a los documentos que les mostraba Mina y se dio un par de toquecitos en la mejilla. 

Interesante, un hombre con una doble cara, ¿no es así? —comentó—. ¿Y dónde tendrá guardado todo ese dinero si no lo tenía en la caja?

Sus ojos se fueron hacia la puerta. Lestrade volvería pronto así que no había tiempo que perder y empezó a hablar. 

Hoy me infiltré en el Vermillion —explicó, como si no hubiese nada fuera de lo normal en que una dama de buena posición se colase en un barco entre marineros—. Pude echar un buen vistazo a su interior, pero las bodegas estaban ya totalmente vacías. Me llamó la atención notar que apenas había franceses en el barco. Y bueno, el cuarto de mando no tenía tampoco nada interesante, pero me dio la sensación de que había sido registrado y reorganizado hacía poco. Sin embargo —señaló, alzando un dedo para pedir atención, como si fuese a contar algo relevante—. Encontré un cuarto de tortura. Había sangre por todas partes, herramientas quirúrgicas... Y algunos elementos metálicos y alargados, junto un diagrama del cráneo humano... Ya saben, como si alguien hubiese querido hacer una herida pequeña y punzante en las sienes de otro alguien. 

Dejó ese dato en el aire para que lo asimilasen y continuó con su relato.

A media tarde hubo un cambio de guardia y me di cuenta de que algunos de los marineros se iban hacia una bodega al otro extremo de Surrey Docks, bastante lejos teniendo en cuenta dónde estaba situado el barco. Allí había más movimiento de la tripulación y estaban cargando cajas en carros de transporte de mercancías. Había un hombre elegante vigilando, pero alcancé a ver que en la bodega había muchas cajas más como esas y la mayoría de la tripulación estaba allí. 

Se encogió de hombros graciosamente. 

No pude ver más, pero de esto no hace mucho tiempo. Ahora mismo supongo que deben seguir trabajando en la bodega. Las cajas eran grandes y parecían muy pesadas, así que no es trabajo de hacer en unos minutos.

Paseó sus ojos por cada uno de sus acompañantes, expectante por sus reacciones.

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23/10/2019, 22:48
Marian Halcombe

¿Así que a eso se debía la excéntrica indumentaria de la señorita Adler? Su curiosidad por qué aventura la había llevado a presentarse con tal atuendo había quedado debidamente satisfecha. Y había sido una aventura de lo más provechosa. Lo que había encontrado, junto con lo que Harker les había mostrado en los libros, planteaba un escenario interesante. Aunque aún bastante incompleto.

-Parece que el Doctor Jekyll muestra más sagacidad que yo. Si esa R corresponde con Roch, Mr. Wilcott tenía relación con el Vermillón. O al menos con el Profesor. Si de esa relación estaba o no al tanto la corona, aún queda por determinar. -Aún quedaba por determinar también qué era lo que valía una suma tan desorbitada como la que Wilcott parecía haber pagado-El pago se hizo ayer, me pregunto si es por la carga del Vermillon, y Wilcott era el que se escondía tras el nombre de B.Cromwell, el destinatario del cargamento en los documentos que sacamos del barco. ¿Qué puede algo tan valioso, y para lo que necesites esconderte tras un nombre falso? -No era la primera vez que pensaba que por cada respuesta que obtenían, encontraban tres preguntas más. Era frustrante, pero parecía que sus oponentes siempre estuviesen un paso por delante de ellos. Lo que no significaba que fuera a rendirse- Bien, al menos ahora sabemos donde está esa carga. Y quizás el secretario pueda decirnos algo más sobre los negocios de Wilcott. Una extraordinario hazaña, permítame decírselo, señorita Adler. Aunque, puesto que el Profesor Roch tiene permiso de la corona para actuar en absoluto secreto, su registro va técnicamente contra las órdenes reales y no queda amparado por nuestro permiso. Es una lástima que no haya surgido la ocasión de informar a Harker y a usted del tema.-Marian les dirigió una mirada significativa. Sin saber qué misión se suponía que estaba llevando a cabo Roch para el Imperio, y sin pruebas contundentes, todo lo que tenían hasta ahora no servía para acusar a Roch de nada. Especialmente si encontraba con alguien tan corto de miras como Lestrade, de los cuales no había pocos en el gobierno. El DOctor Jekyll y ella no podían aducir que no sabían de los documentos que portaba Roch. Pero si la ocasión surgía de que alguien se preguntase qué hacía Adler en el almacen, era mucho mejor echar la culpa a un fallo de comunicaciones, en que Adler estaba fielmente siguiendo una pista en la investigación sin saber que Roch era un agente de la corona, que reconocer que habían contravenido directamente órdenes reales. -¿Supongo que no reconocerá la anotación S.D. B4. con algo relacionado con el almacén o la carga?¿Un número de almacén?¿Alguna anotación en las cajas?

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23/10/2019, 23:58
Irene Adler

La sonrisa de Irene se amplió con la felicitación de la señorita Halcombe, aunque hizo un gesto con la cabeza con modestia. Luego se quedó pensativa un instante. 

Sabemos dónde está la carga ahoramatizó—, pero la están trasladando ahora mismo y no sabemos dónde terminará. —Sus ojos se fijaron en el papel con esa segunda contabilidad oculta—. S.D. bien podría significar Surrey Docks, ¿no es así? —comentó, haciendo memoria para rastrear en su mente algún detalle que pudiera relacionarse con el resto de la anotación. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me cuelo con minipost por alusiones. Si molesta avisadme y lo quito sin problema :). Tiro Astucia por si recuerdo algo más, si no era adecuado ignora mi tirada y mi beni, tortugo. 

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24/10/2019, 18:01
Mina Harker

-sigue el dinero y hallaras el origen de la perdición del hombre honrado – dijo cerrando el libro de cuentas una vez todos vieron su contenido – valerse de un seudónimo, como bien sugiere la señorita Halcombe, sería de lo más lícito par aun hombre como el señor Wilcott, que gustaba de tener todo bajo control – continuó observando a sus compañeros pensativa, intentando no prestar atención al mal oliente aroma de sangre y muerte de reinaba en la habitación – especialmente cuando tenía un segundo negoció de dudosa reputación o fraudulento

La osadía de Irene se gano la admiración silenciosa de Mina. Ella jamás se habría arriesgado a semejante artimaña, pero por lo que iba entreviendo de la joven Adler podía manejarse en situaciones de lo más peculiares, saliendo airosa sin a penas despeinarse.

-su hallazgo solo confirma lo que ya sabíamos, tal y como averiguamos anoche gustaban de castigar a los traidores – compartió ante el descubrimiento de Adler en el Vermillón – aunque parece que lo llevaron un paso más lejos – añadió con claro desagrado para acto seguido alzar una ceja remarcando su interesa en la insinuación velada de Halcombe – visto así...quiza una visita no estaría de menos ¿que me dice usted señorita Adler?

No le agradaba regresar a las calles, pero la seguridad y experiencia de Adler serían su guía esa noche. Quizá, con algo de suerte, aprendería algo de la experiencia.

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25/10/2019, 13:03
Narración

Habiendo cabilado un poco, os dirigís hacia afuera de la habitación. Allí os encontráis a Lestrade subiendo las escaleras, quien al veros salir acelera el paso, atiende a vuestra solicitud y os dirige hacia la sala. El inspector camina con cierta prisa y mira por encima del hombro hacia atrás, como si estuviera contándoos mentalmente.

-He arreglado que mis hombres verifiquen lo que habéis pedido- dice parcamente. Luego os lleva hacia una habitación en la planta baja, separada por puertas grandes y ornadas. El interior podría tener fácilmente las dimensiones de uno de los salones del club Diógenes y su decoración es muchísimo menos austera. Cuadros de barcos, paisajes marinos y figuras de historias mitológicas adornan las paredes, mientras podéis intuir el derroche de dinero en todos y cada uno de los rincones de aquella sala. Los muebles son amplios y están dispuestos alrededor de una mesa baja, habiendo tres juegos de cada uno para llenar el espacio. Un reloj de pie adorna la estancia, con un fuerte Tic-toc, y unas cortinas gruesas llenas de detalles ocultan el interior de la estancia.

La alfombra es de un color grisáceo azulado, y hay algunas estatuas talladas que parecen recreaciones de los souvernirs que habéis visto en el estudio. Todo es amplio y lujoso, y en medio de aquel derroche, sentado sobre uno de los sofás, está un hombrecito de mediana estatura, bien arreglado, con unos lentes circulares y el cabello levemente canoso. No parece reparar en vuestra presencia inicialmente, está más distraído revisando algunos documentos que sostiene con ambas manos, mientras una pequeña pila de papeles reposa a su lado. Sólo cuando os acercáis, levanta la mirada con una inusual tranquilidad y sangre fría, extrañas cualidades que sospecháis tienen que ver con la razón de su cargo bajo el empleo de Wilcott. No os saluda, sino que debe ser Lestrade el que hace las introducciones formales.

-Ejem... Mr. Porter. Estos son... consultores de la Scotland Yard. Quieren hacerle algunas preguntas- explica mirándoos de reojo y esperando una reacción acorde sin tener que ponerle en aprietos para que explique de más la naturaleza de vuestros servicios a la corona o al inspector mismo.

Notas de juego

Lo siento Morg, no hay nada relevante con esa tirada que puedas descubrir. No pierdes tu Beni tampoco.

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27/10/2019, 02:29
Doctor Jekyll

El doctor siguió permaneciendo callado, apartado en un segundo plano que le resultaba más cómodo que el centro de la acción. La noche anterior, en su paseo con Adler, ya había tenido acción suficiente para toda una vida. De modo que cuando Harker explicó lo que había encontrado —o no había encontrado— en la contabilidad del difunto Henry Jekyll se limitó a asentir, anotándolo mentalmente y agradeciendo que el finado fuera tan minucioso.

Lo que resultó aún más interesante fue escuchar las palabras segunda contabilidad. El doctor se acercó a mirar la anotación que su compañera señalaba y lo que vio le produjo una mezcla de emociones. Por un lado satisfacción, como si estuvieran yendo en la dirección correcta y aquello lo demostrase. Por otro, frustración... Pues probablemente habría sido mejor que la dirección correcta fuese cualquier otra.

Lo siguiente que Jekyll escuchó, las palabras de Adler, le hicieron mirar a la mujer con una expresión que ya carecía de sorpresa. Se esperaba cualquiera de esa mujer. Si le decían que había robado las joyas de la Corona dos días atrás, sólo se habría preguntado por qué había tardado tanto. Por desinterés, probablemente. Sin embargo, el buen doctor palideció al escuchar lo del cuarto de tortura. El doctor quiso pedir más detalles a Adler, describirle al profesor Roch para que confirmase que ese era el hombre elegante... Pero no encontró las palabras. Se sentía débil desde que había oído la descripción del maldito cuarto, y lo que era peor... Sentía al Otro más fuerte. Ese tipo de cosas siempre lo fortalecían.

Después de aquello Jekyll volvió a ese segundo plano, escuchando a medias y a medias intentando apartar de su cabeza algunas de las imágenes que le asaltaban, aunque asintió en un par de ocasiones ante las palabras de sus compañeras.

Ya fuera de la habitación siguió a los otros un par de pasos por detrás, aunque se dio prisa cuando se dio cuenta de que podría quedarse rezagado. Al alcanzar a Adler musitó un Bien hecho, señorita Adler tras el que sintió que quizá había hecho mejor quedándose callado. Por supuesto que la mujer ya sabía que lo había hecho bien, y él únicamente había señalado lo evidente... De nuevo.

Al llegar a aquel nuevo cuarto el doctor miró alrededor y se sintió ligeramente abrumado. Sabía que el muerto tenía dinero, pero una cosa era eso y otra verlo de esa forma. En una sala como esa, era inevitable sentirse un poco más pequeño. El Otro probablemente se habría sentido precisamente al contrario, e incluso habría señalado con sorna quién estaba vivo y quién muerto... Pero Henry Jekyll no era capaz de pensar así. Como mucho, podía valorar el bien que podría hacer a sus investigaciones una mínima parte del dinero gastado en aquella sala.

Tras ser presentado por el inspector, el doctor permaneció un paso atrás, y sólo cuando la incomodidad de seguir callado fue mayor que la de hablar, saludó.

—Buenas noches, señor Porter —enunció—. Antes de nada... ¿Puede decirnos cuánto tiempo lleva trabajando para el señor Wilcott? ¿Estaba al tanto de todas sus citas y negocios?

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28/10/2019, 21:41
Marian Halcombe

El almacén de Surrey Docks era un objetivo extremadamente tentador que prometía proporcionarles respuestas que tanto necesitaban. Y también extremadamente peligroso. Podían estar bastante seguros de que había gente muy interesada en mantener ese secreto, y que no se echarían atrás ante el uso de la tortura o el asesinato. Tenía confianza en las habilidades de Adler. Y si Harker la acompañaba...no se sentía exactamente confortable con algunas de las cosas que le había visto hacer en el Vermillon, pero también era consciente de que había estado dispuesta a arriesgar su vida por darle la oportunidad de escapar. En ese sentido, no podía encontrar alguien mejor para prestar apoyo a un compañero. Pero incluso con las dos juntas, el riesgo existía.

-Si van a ese almacén, les ruego que extremen las precauciones y no tomen riesgos innecesarios. Puede que no sepamos mucho aún sobre Roch, pero tengo la fuerte sospecha de que no es alguien a quien convenga subestimar.-Les dijo, antes de dejar la privacidad del despacho para ir al encuentro del secretario de Wilcott.

A Marian la sala, bien podía ser en parte por las desafortunadas circunstancias, le traía a la mente los mausoleos que se habían llenado con los tesoros de reyes y emperadores difuntos. Aquella casa no estaba decorada para vivir en ella, estaba decorada para demostrar la riqueza de su propietario. Le hacía preguntarse cuanto codiciaba Wilcott posición social y fortuna, y hasta que extremos había estado dispuesto a llegar para conseguir aún más de lo que ya tenía.

Y si alguien podía contestar a esas preguntas, seguramente fuera su secretario, alguien que tendría conocimiento, no sólo de sus negocios, sino de su carácter. El Doctor fue el primero en presentarse y empezar las preguntas.

-Buenas noches, Señor Porter. Lamento la pérdida del señor Wilcott, pero cualquier información que pueda dar puede ayudar a encontrar a su asesino. Además de lo que ya ha preguntado mi colega, ¿podría darnos información sobre gente con la que tuviese enemistades o pudiesen guardarle rencor-Dudaba que ese fuera el motivo, pero era mejor cubrir todas las bases. Especialmente si había tenido algún desacuerdo reciente con sus socios de negocios-, si había mucha gente que le visitaba en su despacho en esta casa -no sería raro que tuviese otras oficinas en otro lugar. Si su despacho en la casa estaba dedicado principalmente a trabajar y no a recibir a socios y clientes, eso podría restringir quienes conocían su contenido y disposición.-y lo que sepa de las actividades y reuniones del señor Wilcott ayer y hoy?-No le extrañaría que el secretario no supiese nada del pago efectuado ayer, pero quizás supiese alguna hora en que Wilcott había salido a reunirse con alguien. -¿Sabe si se había reunido recientemente con alguien francés o tenía algún negocio con algún barco procedente de Francia?

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31/10/2019, 22:51
Mina Harker

La opulencia de la sala a la que Lestrade los llevo era agobiante, una jaula de reluciente oro para mostrar un estatus social de ostentosa prosperidad. Mina encontró cada rincón desagradable pero al menos no tenía que respirar el hedor de sangre y muerte del despacho, eso era mejor que nada.

Tomando ejemplo de otras ocasiones, la ayudante de escuela se mantuvo en un cómodo segundo plano escuchando el interrogatorio que sus compañeros empezaban a someter al secretario de Wilcott. Observaba en silencio la expresión de fría calma del hombre, curiosa y expectante.

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01/11/2019, 02:53
Irene Adler

Al salir de la escena Irene respiró profundamente, llenando sus pulmones con el aire que había contenido a medias mientras estaba en el interior. Sentía un claro alivio tras haber abandonado ese lugar y así se podía notar en el modo en que sus hombros se habían relajado al poner un pie en el pasillo. 

Cuando notó la presencia del doctor a su lado le dedicó una sonrisa de medio lado que llegaba cargada con una pizca de travesura. 

Gracias, Henry murmuró en respuesta a sus palabras, con un tono cálido. No fue tan divertido como acompañarle a jugar a los dados, pero una hace lo que puede. 

Le guiñó un ojo con descaro y continuó el camino hasta llegar al salón donde esperaba el secretario. Sus ojillos rápidos se movieron por la estancia, recorriendo paredes, muebles y suelo hasta centrarse al fin en el hombre que tenían delante. 

Dejó que Jekyll y Halcombe comenzasen el interrogatorio y ella se acercó discretamente hacia el lugar en el que Mina se había instalado. Confiaba en la pericia de sus compañeros para no dejar ningún cabo suelto en la mansión. Y, siendo así, ellas tal vez podrían averiguar hacia dónde estaban llevando la carga del puerto.

Si le parece apropiado creo que deberíamos partir ya, señorita Harker susurró en su oído—, al menos si queremos llegar antes de que vacíen el lugar. 

Ella estaba lista para partir si Mina se mostraba dispuesta. 

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01/11/2019, 17:07
Mina Harker

La discreta aproximación de la señorita Adler no paso desapercibida para Mina, quien se mantuvo en su sitió hasta que la mujer termino de hablar y no queriendo llamar la atención más de lo necesario volvió su rostro hacía ella asintiendo a su sugerencia, dispuesta a seguirla.

 

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02/11/2019, 15:48
Secretario

El secretario os observó con cierto flematismo indiferente y observó como Irene y Mina dejaban la estancia. Podéis jurar que Lestrade suspira con cierto alivio al ver a las mujeres partir, y luego enmascara su gesto carraspeando su garganta de forma disimulada y se mantiene pendiente de vuestra conversación.Luego se concentró en Marian durante un momento. -Una tragedia- dijo con el tono burocrático de quien prefiere los números y los procedimientos a la empatía y la humanidad.

Mira al doctor con el mismo desinterés con que parece verter sobre estas interacciones. -Llevaba trabajando para el señor Wilcott 10 años.- responde de forma mecánica. Sus ojos eran vidriosos y fríos. -Al tanto de los asuntos que el señor Wilcott quería que estuviese al tanto- dice, con un brillo desconfiado en su mirada. Luego pasó a mirar a Marian y asintió.

-Competidores y clientes, en la línea de trabajo del señor Wilcott las enemistades y rencores son comunes- dice mientras observa. -Sólo ciertos clientes especiales. Wilcott tiene un despacho cerca a Farringdon Market en donde maneja el resto de sus negocios y recibimos a la mayoría de sus clientes- se acomoda los lentes con lentitud.

-Negocios como era habitual- dice encogiéndose de hombros en relación a la pregunta de sus actividades. -Quizás más que de costumbre, ya que la señora Wilcott partió hace dos días- explicó. Luego se volvió a acomodar los lentes. -Tendría que revisar su agenda. No me suena alguna reunión reciente, pero no habría sido del todo extraño. ¿Sospechan de algún francés?- pregunta, pero no parecía realmente interesado en la respuesta.

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02/11/2019, 17:45
Narración

Salís de la residencia Wilcott y buscáis un carruaje en dirección a los muelles. El cochero es un hombre delgado, a juzgar por la forma de sus manos, envuelto en varios abrigos para tratar de combatir el frío londinense. Os subís al interior y lentamente comienza a moverse tambaleando un poco a medida que las ruedas pasan sobre la irregular mezcla de roca y barro de las calles de la ciudad. El ruido es fuerte y el traqueteo de la madera, junto con el galope de los caballos que tiran del coche, son más que suficientes para ocultar cualquier conversación que tengáis en su interior.

Mina parece mucho más a gusto en el interior oscuro y lúgubre de vuestro transporte e Irene, todavía medio ataviada como un hombre, sonríe enigmáticamente. Os tomará varios minutos llegar a los muelles desde donde estáis, dependiendo del tráfico, pero seguro tendríais suficiente espacio para planear vuestro curso de acción.

El cielo de la ciudad amenaza con lluvia, una vez más, y el viento parece suspirar tediosamente a través de las callejuelas de la ciudad. La gente en las calles está ajena a los horrores que acechan en las sombras, y en el horror del regreso de quien, a través de sus acciones, recuerda a la maldad de Jack el Destripador.

Notas de juego

Tenéis tiempo para charlar entre vosotras.

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03/11/2019, 21:54
Marian Halcombe

Marian vió como Adler y Harker se marchaba y les deseó mentalmente suerte. No importaba lo habilidoso que se fuera, la suerte era algo de lo que nunca se podía tener demasiada. Y ellas iban a necesitarla.

-No-mintió Marian en respuesta a la pregunta de Porter, sentándose en otro de los sofás alrededor de la mesa-. Pero hubo un incidente en un barco llegado de Francia. Probablemente nada que ver con esto, pero hasta que no tengamos más pistas tenemos que investigarlo todo, por poco probable que sea. Y dados los negocios del señor Wilcott, una posibilidad es que alguien quisiera evitar alguna transacción especialmente importante. Le agradeceremos que en cuanto pueda nos dé una lista de esos clientes especiales que han pasado por su despacho en los últimos meses y de su agenda para ayer y hoy. Volviendo a lo cual, ¿debo suponer que ninguno de los barcos que llegó ayer a puerto es suyo? O quizás esperaba algún cargamento en un barco que no fuese de su flota. ¿Esperaba estos días algún cargamento de...? -Marian titubeó. O simuló hacerlo-Discúlpeme, pero el inspector Lestrade sólo nos dijo que era importador y exportador, pero no con qué mercancías comerciaba. ¿Quizás suministraba algún bien al gobierno británico? Hemos visto las invitaciones en su despacho. Parece que el señor Wilcott era apreciado por las casas reales.

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06/11/2019, 22:12
Mina Harker

Una vez en el exterior de la vivienda el frescor del aroma a roció de las frondosas arboledas de Regents Park, sumado al helado aire nocturno de Londres hicieron su magia aliviando la tensión acumulada en el cuerpo de Mina. Y quién se acomodo en el interior del carruaje, satisfecha en poner distancia con el horror de la sangre de la residencia Wilcott.

En los primeros minutos mientras emprendían el rumbo hacía los muelles, ambas mujeres se estudiaron la una a la otra sin mediar palabra, aunque no transcurrió mucho hasta que finalmente por incomodidad por el escrutinio o curiosidad Harker le animo a romperlo.

-dígame señorita Adler ¿desde cuando gusta de usar estos subterfugios? - dijo señalando sus ropajes, ella en ocasiones había usado la ropa de su querido Jonathan en la intimidad de su hogar pero jamás habría llevado algo así en publico, al menos con la indiferencia que parecía llevarlo Irene – imagino que le habrá sido de gran ayuda ¿creen que alguno de los marinos que trabajan con las mercancías repararan en usted o puedan reconocerla?

 

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08/11/2019, 02:41
Irene Adler

Los ojos de Irene paseaban inquietos por el interior del carro, deteniéndose de tanto en cuando en el rostro de la mujer que la acompañaba, sin ocultar el brillo de curiosidad que despertaba en ella. Y es que en aquel caso para el que la Corona la había requerido no sólo estaba el misterio que debían resolver, sino que sus propios compañeros eran un enigma tanto o más interesante que los asesinatos. 

Sus labios se curvaron en una sonrisa cuando fue Mina la primera en romper el silencio del carruaje, delatando su propia curiosidad sobre Irene. La mujer se encogió de hombros con gracia y sacudió la cabeza. 

Subterfugio es una palabra muy seria, señorita Harker —dijo, con cierta diversión revoloteando en la comisura de sus labios—, pero para los artistas ponernos un disfraz, adoptar un personaje no es más que un juego. 

Ladeó un poco el rostro y negó despacio.

Reconocerme no. Al fin y al cabo ahora parezco una mujer, aunque vaya vestida de este modo estrafalario. Me encantaría haber tenido la oportunidad de cambiarme para ponerme algo más apropiado. —Sus labios dibujaron un mohín al decir aquello—, pero cuando un carruaje de la Corona te asalta no hay mucho que una pueda alegar, ¿no es cierto? Y, en fin, puede que ni siquiera tengamos que bajarnos. Podemos esperar cerca de la bodega hasta que terminen de llenar su carro y seguirlos discretamente entonces. 

Sus dedos apartaron la cortina de la ventana y atisbó hacia el exterior para ver por dónde iban. Después la soltó, dejando que volviese a su lugar, y se centró de nuevo en Mina. 

Y bien, tenemos todo el viaje para conocernos mejor, ¿no es así? —Pestañeó y su sonrisa se volvió traviesa al seguir hablando—. ¿Le parecería muy indiscreto si le pregunto por qué el señor Holmes la escogió para esta investigación? Le confieso que me intriga usted sobremanera, señorita Harker.

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09/11/2019, 03:28
Doctor Jekyll

El doctor se sintió bien al ver que Halcombe se acercaba y se disponía a iniciar también el interrogatorio. No sólo por su inseguridad respecto a saber cómo preguntar las cosas, sino también por la certeza de que sería más difícil dejarse algo en caso de no estar solo. Escuchó las preguntas de la mujer, y aunque sus alarmas se dispararon al oír la mención al barco de Francia, intentó que no se le notase. Seguramente era necesario preguntar aquello, pero el doctor no se sentía seguro dando información al testigo. Claro que tampoco se habría sentido bien guardándosela y limitando por ello sus preguntas.

Al escuchar las respuestas del secretario, el doctor asintió en un par de ocasiones, deseando una vez más tener algo para tomar notas. Tendría que habérselo pedido al inspector. Coger algo del despacho habría sido una opción... Pero una más propia de alguien como Adler, probablemente.

Con la pregunta con la que acabó el interrogado, el doctor bajó la mirada, doblegando el gesto que le pedía mirar a Halcombe buscando qué responder. No era que no hubiera pasado desapercibido el detalle de la nacionalidad, sino que no le gustaba que el interrogado les devolviera las preguntas. El doctor respiró, escuchando la respuesta de la mujer y sabiendo que él no podría haber dado una mejor, y luego añadió sus propias preguntas, que poco tenían que ver con las de su compañera.

—Una cosa más —enunció—. La señora Wilcott, ¿adónde ha ido? ¿Son frecuentes sus ausencias? Es sólo por saber si el asesino sabría de su marcha —Se justificó, y se hizo consciente al momento de que no tenía por qué hacerlo. Hizo entonces una pausa un poco más larga, sin decidirse del todo a lanzar su siguiente pregunta—.  ¿Le suena de algo el apellido Cromwell?

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09/11/2019, 15:22
Secretario

-No esperábamos ningún cargamento- cortó abruptamente Porter. -Despachamos al principio de la semana dos barcos, pero ningún otro barco era esperado en los días por venir. Era una semana tranquila para el señor Wilcott- dice mientras observa fijamente a Marian. -Bienes exóticos traídos de China, de América del Sur y África. Té, especias, porcelana china, cacao. También comerciamos con bienes de Europa continental. Algunas frutas y alimentos que traemos desde Francia o Alemania. Ocasionalmente traemos algún encargo especial por parte de un cliente de más alto perfil. El señor Wilcott ofrecía precios razonables y un servicio de gran calidad, por eso es... era tan apreciado entre ciertos miembros de la casa real- menciona el secretario. 

Luego dedica su mirada al doctor. -La señora Wilcott es tremendamente sensible. El aire londinense por temporadas prolongadas suele afectar su salud. Es por eso que periódicamente tomaba descansos en la riviera francesa o las montañas suizas. El aire de mar y el aire frío de los alpes solían mejorar su salud- describió fríamente el secretario. -El señor Wilcott financiaba dichos viajes de buen ánimo y en algunas ocasiones viajaba con ella- explica. -En esta ocasión no fue así, ya que había sido invitado a una recepción especial esta noche. Pero había comprado tiquetes para viajar mañana en la tarde- explica fríamente.

-No ahora mismo, no. Pero si sospechan que alguien con ese apellido visitó al señor Wilcott, es posible revisar en los registros de su despacho en Farringdon Market- contesta.

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10/11/2019, 14:04
Marian Halcombe

-Discúlpenme un momento

Marian se levantó y se acercó a Lestrade.

-¿Puede hacer comprobar si la invitación para el acto de esta noche aún está en el despacho? Y si es posible, que sus hombres cubran el cadaver con una sábana, en caso de que tengamos que llevar al secretario para comprobar qué falta en la habitación-Le dijo al inspector en voz baja, antes de volver al sofá.

-Gracias, Señor Porter. Le agredeceremos entonces que nos proporcione esos registros en Farringdon Market. Pero hay algo que me resulta extraño, ha dicho que no esperaban ningún barco, y sin embargo encontramos en el despacho una anotación que sugería que una gran cantidad de dinero fue, o bien pagada por el Señor Wilcott, o bien le fue entregada en el día de ayer. -Marian hizo una pausa, intentando discernir la reacción del secretario ante la información.-Cuando mi colega le preguntó si estaba al tanto de todas las citas y negocios del Señor Wilcott, dijo "al tanto de las que el señor Wilcott quería que estuviese al tanto". Me pregunto cuánto sabe de los negocios de los que el Señor Wilcott no quería que estuviese al tanto. Señor Porter, la lealtad y la discreción son cualidades invaluables en un secretario. Pero tengo la impresión de que usted también es alguien inteligente y concienzudo. Y un secretario inteligente y concienzudo sabría leer en los vacíos de lo que no aparece en los documentos. El señor Wilcott ha sico asesinado, y tras su muerte, cualquier lealtad que sienta por guardar sus secretos, debería dedicarla a ayudarnos a encontrar a su asesino. Cualquier posible recriminación que pudiésemos hacerle, ha muerto con él, y no tenemos interés en perjudicar su memoria. Y si algo de lo que el Señor Wilcott o sus subordinados hacía no fuese del todo correcto..., bien, atrapar a un asesino es más importante que preocuparnos por cosas menores.- Bien podía ser que el hombre no supiese nada, a pesar de que exteriormente Marian no dejase entrever sus dudas. Podía ser que dejarle saber sobre la doble contabilidad fuese un error. Pero no tenían muchas más pistas, y aquel hombre era quien había trabajado más de cerca con Wilcott en el día a día. -Señor Porter, ¿qué puede decirnos de las cosas que el el Señor Wilcott no quería mantenerle al tanto? ¿Qué puede decirnos de ese dinero?