Partida Rol por web

-¡Maldito seas!- Una vez advierto lo que ha hecho Walter, me coloco junto a él y empiezo a golpearle la espalda con fuerza mientras le grito con frustación, intentando que no note lo preocupada que estoy. No presté mucha atención a las clases de plantas, la botánica no es lo mío, pero aún así sé perfectamente que comer algo sin saber si es comestible es peligroso-. ¡Aunque te mueras de hambre, tardarás varios días en caer, tiempo suficiente para encontrar comida, si no te empeñas en comerte lo primero que veas! Vamos, escupe todo lo que puedas-. Me aparto a un lado para dejarlo tranquilo. No puedo hacer nada con lo que ya se ha tragado-. Si de aquí a unas horas no te ha pasado nada malo, entonces empezaré a pensar que es más o menos seguro comer esos frutos. Mientras tanto... más vale que no hayas tragado mucho.

Me siento en el primer sitio que veo. Si las plantas resultan ser comestibles, más nos vale no perderlas de vista, y si se trata de justo lo contrario, obligar a Walter a moverse no parece una buena idea.

-Toma, bebe agua-. Le acerco mi botella para que pueda enjuagarse la boca y beber.

Walter se sobresalta tras tus gritos y consigue escupir lo que tenía aún en la boca sin tragar, aunque no parece muy convencido de dejar escapar ni siquiera esos pocos granitos de alimento.
Mira al suelo, como avergonzado, y luego toma la botella de agua que le ofreces para beber un trago.
- Yo... yo no... - tartamudea un poco una vez tiene la boca vacía de nuevo. Luego dirige su mirada hacia ti y puedes comprobar que sus mejillas están sonrojadas- No creo que sean malas, Bost, aunque la verdad... es que no saben nada bien. - dice para luego poner cara de asco.

- No te preocupes, no creo que sean venenosas... aunque yo tampoco me preocupé de acercarme a aprender sobre las plantas comestibles en los entrenamientos. - se sienta a tu lado, luego gesticula levantando los hombros en señal de indecisión-: ¿Vamos a quedarnos aquí o seguimos andando a ver si encontramos algo mejor que comer?

-Yo tampoco me preocupé demasiado, me entretuve más aprendiendo sobre animales-. Suspiro con pesar, ya que no ha resultado ser la mejor opción-. Lo cual, teniendo en cuenta el éxito que hemos tenido en la búsqueda de animales para cazar,        fue un completo error.

Miro unos segundos más a Walter, dice estar bien pero no tengo forma de asegurarme. En cualquier caso, aquí no estamos haciendo nada útil, así que mejor nos vamos.

Me levanto, estiro las piernas y espero a Walter para emprender la marcha, siguiendo la misma dirección de antes.

Walter te observa cuando empiezas a andar de nuevo siguiendo el camino y sonríe, volviendo así a restarle importancia a lo que acababa de suceder. Se frota la barriga divertido y una vez que te alcanza y camina a tu lado te habla bajito al oído:
- Creo que con esta tormenta habrá muy pocos animales fuera de sus madrigueras o de sus refugios en general, si queremos tener algo que cazar quizá deberíamos atraerles hacia nosotros. Tal vez si algún animal olfatea el olor de la sangre se acerque creyendo tener una presa fácil a tiro. - te comenta Walter y, la verdad, es que tú misma empezabas a plantearte algo parecido, solo que pensabas más bien en montar trampas para atrapar a los animales despistados.- ¿Qué te parece? Quizá no nos sirvieran de mucho las clases de plantas pero yo invertí bastante tiempo en el puesto de "Supervivencia" y no me parece mala idea... - torciendo el morro sigue caminando a tu lado.

Un trueno restalla cerca vuestro obligándoos inconscientemente a acelerar el paso de puro miedo a que el siguiente sea más cercano aún.

-Será mejor hacer algo cuanto antes, si queremos que el plan funcione tendremos que esperar algo de tiempo, y preferiría no pasar la noche a descubierto.

Es evidente que no disponemos de sangre animal para atraer a algún carnívoro, así que tendremos que conseguirla de una forma poco agradable. Le extiendo el brazo para que quede claro cuál es mi intención.

-¿Serás capaz de hacerlo?

Walter te mira un momento cuando le alargas el brazo, visiblemente nervioso y con dudas ante lo que le propones, incluso a pesar de que la idea haya sido suya. Más bien parecía dispuesto a herirse a sí mismo y no le hace gracia hacerte daño a ti.
Hace una mueca, antes de hablar: - Está bien, la verdad es que pensaba utilizar mi sangre pero está claro que tú eres más fuerte que yo y soportarás mejor una pequeña pérdida de sangre.

Dicho esto te pide la espada que llevas contigo y, con mucho cuidado, muchísimo de hecho, te hace una pequeña raja en la parte superior del brazo, tomándolo con suavidad y cierto cariño, cerca del hombro izquierdo. Apenas es un rasguño pero la herida hace su cometido y brota roja sangre de ella durante unos minutos hasta que el propio Walter te la tapa con una venda de su botiquín.
La sangre que ha salido es recogida por ambos con cuidado con algodón, con vuestras propias ropas, mancháis tanto como podéis y tenéis a mano: ropa, mochilas, la propia espada, algodones, un trozo de madera húmeda... esperando que sea suficiente.

Terminado el proceso te indica que lo mejor será andar, con mucho cuidado y muy despacio para no llamar la atención, esperando que el olor de la sangre atraiga a algún animal.

Hablo en susurros para emitir el sonido más bajo posible, ya que no queremos espantar a las posibles presas.

-Cuando salgamos de aquí, recordaré la trampa gracias a la cual nos dimos una comilona por la cicatriz-. Sonrío divertida, a pesar de la imposibilidad de algo así. Agradezco la delicadeza de Walter, una herida grande podía suponer grandes problemas en el sitio donde estamos-. Si cazamos algo y queremos cenar caliente, podremos demostrar nuestras habilidades para hacer fuego.

Walter te mira y tuerce un poco el morro. Luego te sonríe, pero es una sonrisa triste, antes de hacer un comentario duro pero real:
- Espero que cuando estés en esa comilona y mires la cicatriz, si es que te queda, te acuerdes de mi con cariño, dejando atrás todo lo que pase aquí dentro.

Está claro que él se siente más débil que tú y menos fuerte, así que por estadística el propio Walter ha dado por hecho que tú sobrevivirás más tiempo que él.

Seguís caminando con cuidado y despacio, tratando de no hacer mucho ruido, mientras ambos llevais por delante vuestro cualquier cosa que lleve algo de esa sangre tuya impregnada: la mochila, un trozo de madera, la espada... Todo vale.
Tras varias horas de caminata deja de llover y os parece escuchar un ruido no muy lejos de vuestra posición cuando de nuevo llega la calma y el silencio sepulcral en el bosque. Todo parece indicar que es algún animal por los sonidos que llegan a vosotros pero no tenéis ni idea de qué puede ser.
 

Miro a Walter de forma interrogante, sin decir nada. Después de tantas horas, no hace falta hablar para entender cosas tan básicas.

-Si nuestro plan ha dado resultado, ya podemos estar orgullosos. Quién lo hubiese dicho... aunque aún es pronto para cantar victoria. ¿Nos separamos para intentar cercar lo que sea que haga el ruido, por si acaso, o nos acercamos juntos con cuidado? En cualquier caso, sería conveniente no descuidarse.

Aún recuerdo la serpiente, y lo cerca que estuvo de morderme. Desde luego, no hay ningún animal inofensivo en este lugar. Ni de las plantas podemos fiarnos...

Walter sonríe, parece contento pensando que quizá algún animal incauto pueda serviros de cena.
Ante tus palabras ves que se lleva un dedo a la boca en señal de silencio y asiente, señalando luego que él va por un lado e indicándote que tú vayas por el otro con gestos que te son fácilmente comprensibles.

Hecho esto comienza a andar todo lo sigiloso que puede en la dirección que ha señalado para sí mismo y empiezas a perderle de vista. Te giras hacia el lado que te ha indicado para empezar a andar y poder cercar al animal que sea.

Comienzo a caminar en la dirección que señala. Es importante que logremos llegar en silencio, aun si se trata de un animal, tal y como esperamos, puede ser peligroso. Intento recordar la posición del sonido, y hacia dónde ha ido Walter para no perderme, mientras avanzo con cuidado.

Echas a andar hacia dode Walter te había indicado con sus gestos, pero pronto haces crujir una rama del suelo y te sientes tan mal por haberle delatado tu posición al animal que sea que te quedas quieta durante al menos un par de minutos, escuchando a ver si percibes el sonido de las patas huyendo. Pero solo te llega un silencio absoluto.

Vuelves a echar a andar, más despacio que antes pues sabes que lo del sigilo no es lo tuyo. Sin embargo no oyes por ningún lado a Walter así que sonríes al pensar en que él sí sabe ser sigiloso cuando la situación lo requiere.

Pocos minutos después escuchas como un zumbido y un bufido de fastidio con la voz de Walter en la dirección contraria a ti. Pareces haber caminado los últimos pasos en la dirección errónea y tu compañero quizá haya fallado el tiro al tratar de dar caza al animal él solo.

Sonriendo ante la mejor habilidad de mi compañero, empiezo a caminar de nuevo en la dirección del bufido. Si el animal se ha asustado, o ha sido víctima de un ataque fallido, no estará de buen humor, y no hay nada peor que un animal enfadado.

No tardas apenas más que un minuto en llegar a un lugar en el que ves moverse algo. Asomas entre unos arbustos para ver que es un ciervo, pero no ves a Walter por ninguna parte, aunque sí la lanza que el muchacho improvisó, que está clavada en un árbol cercano al ciervo.

Parece que el animal no se ha percatado de tu presencia, aunque cierto nerviosismo lo invade pues mira hacia todos los lados sin parar, como intentando averiguar por dónde ha llegado esa lanza tan cerca de él. Es bastante pequeño, seguramente aún no ha pasado a la edad adulta, así que por ese hecho el aspecto de desamparado y asustado llama más tu atención.

Deslizo la mano por la lanza que estaba usando como bastón hasta cogerla por la parte de abajo, y alzo el brazo calibrando la distancia y el peso de la lanza. Una vez termino, en unos dos segundos, lanzo con fuerza la lanza contra el ciervo. Antes de ver si alcanza el objetivo, sonrío segura de mí misma. Afortunadamente, en la Cornucopia pasé varias horas afinando mi puntería, y por fin podía darle uso.

Hoy cenaremos caliente.

Lanzas con mucha puntería la lanza en dirección al pequeño e incauto ciervo, y esta impacta en una de las patas traseras del animal aunque seguidamente cae al suelo, dejando a la vista tan solo un rasguño.
Sin embargo, el animal parece demasiado asustado y apenas es capaz de echar a correr lentamente en busca de un lugar seguro, moviéndose unos pocos pasos antes de detenerse de nuevo mientras parece sollozar debilmente, quizá pidiendo ayuda a sus padres.

Instantes después, mientras aún estás pensando en tu siguiente movimiento y sin ver a Walter por ningún lado, escuchas un sonido más grave y alto que proviene de algún lugar cercano pero no llegas a ver el animal del que procede.

Pero qué...

No me da tiempo para aprovecharme del atontamiento del cervatillo, dado que la lanza parece haber producido poco efecto, antes de oír el grave sonido que me alerta.

Sin pensar en la posible procedencia del ruido ni qué hacer con el cervatillo, me lanzo hacia el árbol que tenga más cerca para intentar subir lo más rápido posible, ya que desde arriba estaré a salvo de casi cualquier animal, y podré observar antes de decidir qué hacer.