Partida Rol por web

Slobozia (Vaideei: pobres de ellos): Pequeño pueblo a orillas del río Ialomita. Todos los habitantes son campesinos pobres. Hay un lago cercano.

Población: 500 familias.

Etnia: Eslava.

Recursos: Cultivos de cereal.

Terreno: Llanuras. Río.

AÑO 950. - FASE DE INVIERNO.

ECONOMIA: Mala suerte, las cosechas son un -20% peores que el resto. La Base de Recaudación de este año baja de 500 a 400.

CAUSA DE LAS MALAS COSECHAS: Falta de buenas manos en el campo y sobreexplotación de las tierras.

SUCESO: Llegan artistas ambulantes bizantinos por la carretera de Calarasi (T24).

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA.

DIA PRIMERO DEL MES DE ENERO.

RUMORES LOCALES:

- El Voivoda de Transilvania, Vladimir Rustovich, ha aceptado el Pacto de Vasallaje con un noble extranjero, el Caballero Sidor de la Selva Negra.

- Dicho noble ha pasado algunos meses intentando establecerse en la región sin demasiado éxito.

- Primero un monstruo de la noche asesinó a sus sirvientes, luego una furiosa tempestad arruinó por completo las obras del fuerte que estaba levantando.

- Tan sólo le ha quedado una cabaña, que comparte con su criado, un tal Durius.

- Por otra parte, los ancianos del lugar están preocupados. Comentan que los jóvenes de hoy en día no saben cultivar los campos como antes, que no hay buenas manos en el campo y que se están sobreexplotando tierras que deberían de estar en barbecho.

El día se presenta aciago. Estos meses han sido agotadores en el mejor de los casos y desastrosos en los momentos de necesidad. La primera incursión no debía ser fácil, por eso elegí un territorio poco adentrado en la región, sin enemigos aparentes a la vista. A penas un puñado concentrado de mundanos acinados tras cabañas de madera. Nada hacía presagiar las dificultades tan extremas que se presentaron, nada...
Pero ahora conozco la dureza de este lugar, la cruda realidad que esconde cada rincón de este reino. Toda sombra depe suscitar mi atención, todo rumor tendrá más de fundado que de irreal para mí de hoy en adelante. El propio Tremere con su magnificencia me envió y no seré yo el que fracase.
Ahora se contra quien lucho, contra mi propia desesperación.
Y no cejaré, no caerá sobre mi otra vez. No habrá debilidad, nunca más....

Mientras repasaba las páginas de mi diario, una vieja costumbre inculcada en la soledad de mis primeros años de aprendizaje, bajo la durísima tutela de mi Pater; comprendía lo negro que se presentaba el horizonte, tan negro como aquella primera noche que la tormenta se llevó mis expectativas para esta tierra. Nombrado el Praeco del Tribunal por ser el primer mago en establecerse en estas inhóspitas tierras, mi deber es doble. Para con mi Casa, y para con mi Orden.

-"Lo primero será tomar contacto con los mundanos del pueblo, he de aprovechar lasúnicas ventajas que tienen estas tierras, la libertad absoluta lejos de la mirada de la Casa Quaesitor...al menos mientras dure..." - me dije para mi mismo en mente.

Las páginas se suceden con un mero gesto mecánico. La pluma comienza a trazar los designios de mi mente:

I) Establecer contacto con los mundanos de Slobozia, serán necesarios nuevos criados y sirvientes. Muchos de los jóvenes preferirán el trabajo remunerado en dinero que el trabajo en la tierra durante un tiempo al menos.
II) Los fenómenos tormentosos fueron muy centrados en nuestra posición. Como mínimo es sospechoso; habrá que investigar un posible procedencia mística, natural o controlada por alguien.
III)Mantener una conversación con el consejo de ancianos local. Un compromiso de mútuo beneficio, podría sernos de utilidad a muy corto plazo y en adelante. Las tierras no so buenas, una ayuda en este aspecto sería beneficiosos para ambos y me proporcionaría una buena opinión ante los mundanos.
IV) La bestia; sin duda una gran preocupación...Levantar unas defensas sólidas rapidamente y organizar una partida de exploración para darle caza y tal vez utilizar la vis que pueda contener. ¡Que tiempos aquellos de la caza en la Selva Negra! Todavía recuerdo aquella extraña criatura, mantícora se la nombraba en los bestiarios de la biblioteca.
V) La recepción de los magos Flambeau. Un dolor de cabeza, sobretodo si tenemos en cuenta la situación actual. El tribunal no será declarado fuera de Slobozia, sería una perdida de status imperdonable que llegaríaa oídos del Circulo de la Casa. Habrá que construir un edificio, aunque primero será necesario un laboratorio y algun sirviente.
Nota: tal vez pueda utilizar a los "intrépidos" Flambeau para dar caza a la bestia con la promesa de que la bestia atesora una gran cantidad de vis en su cuerpo. Ellos no lo saben, no les demos información gratuita. Podrían hacer el trabajo sucio sin ni tan siquiera darse cuenta de ello.

Satisfecho por el análisis de los siguientes pasos a tomar, cierro mi diario y lo guardo en el escondrijo lejos de las ávidas manos de Durius.

-Bien, procedamos...- digo sonriendo para mis adentros.

- ¡¡Durius preparate!! Salimos para el pueblo. ¡¡¡Adecentate un poco; nuestra situación no es la mejor, pero a fé mía que no hace falta que lo mostremos por doquier!!! -

- Tu primera Acción Estratégica es Reclutar Lugarteniente (Dagu el Paciente).

- Falta ver las otras 2 y la orden que le das a tu Lugarteniente (recuerda que él sólo tiene 1 Acción por Estación).

Durius seguía sin aparecer, y me comenzaba a impacientar. ¡¡¡Maldito aprendiz!!!
Bueno repasemos; debería organizar una partida de exploración, tal vez contratando temporalmente a unos aldeanos fuertes y que conozcan la zona.

Durius acude lo más rápidamente que puede a la llamada de su maestro. Algunas manchas de hollín en sus manos y túnica señalan que el joven aprendiz ha estado intentando limpiar un poco la chimenea.

- Disculpe, maestro. No sabía que fuésemos a salir tan pronto - responde mientras termina de adecentarse lo mejor que puede.

Baja las escaleras como normalmente hace todas las mañanas, acudiendo al llamado de su hija, Innya, que le avisaba la hora y le recordaba algunas de las tareas de este nuevo dia. Al entrar al comedor se dio cuenta de que estaba solo con Innya, que ya se encontraba sentada esperandolo para empezar con el desayuno, asi que con un gesto de la boca, tambien movio su bigote de una manera jocosa, que hizo que Innya mostrara su sonrisa...

- Innya, a donde a hido Dimitri? Esperaba que nos hubiera esperado al desayuno antes de ir al campo... Dijo con voz tenue mientras tomaba asiento junto a su hija y comenzaban con su desayuno. Y le volvia a dirigir la palabra a Innya.

- Aunque como han estado las cosas me parece bien que se esmere por el campo, jam, creo que hoy volvere donde el consejo... tenemos bastantes cosas que discutir por este nuevo año, ademas de la situacion de nuestro Caballero. Otra cosa mas a la lista, esperemos que este año sea un buen año para todos penso algremente mientras terminaba su comida, se paraba de su asiento y se dirigia a la puerta... Innya, disfruta de tu dia!, mientras se despedia cogio una pequeña bolsa algo desgastada y se dirigio al pueblo...

- De hecho aprendiz, permanecerás aquí sólo hasta que yo regrese. No me gusta la idea de dejar sólas nuestras pertenencias. He de tratar con el Consejo de Slobozia algunos puntos. - digo recapacitando tras unos breves momentos.

- También debemos estar preparados, me han llegado noticias sobre un reciente asentamiento en el Tribunal; y como Praeco es mi deber el recibirles. Te encargarás de escribir una misiva con una invitación formal a su presentación ante mí. Se cortés y cuidadoso con tus palabras...se trata de sodales de la Casa Flambeau. No podemos permitirnos una descortesía ante ellos. -

- Otro asunto... será el donde se celebre la reunión - digo mirando a mi alrededor nuestra escasa cabaña de madera.

- Eres libre de hacer lo que gustes; siempre y cuando no descuides mis encargos -

Con paciencia recojo mi bolsa de monedas habitual, coloco sobre mi cuerpo mi ropa de abrigo, y me dirijo a la puerta para salir en dirección a Slobozia.

Cuando me dispongo a atravesar el dintel de la puerta miro a mi aprendiz una vez más:

- No me defraudes Durius te estaré vigilando - le digo secamente.

Al atravesar la puerta de mi cabaña me fijo en la posición del sol para calcular el momento del día.

Es temprano. Sólo espero que no comienze a diluviar.

En la bolsa de monedas, una astilla de la pared de la cabaña acompaña al precioso metal.

Veamos que tal lo hace el muchacho, y si puedo confiarle tareas más importantes.

El Pueblo de Slobozia dista unas cuantas millas terreno abajo, el camino no es difícil, pero las lluvias persistentes convierten la pendiente en una trampa para todo aquel que accede a la alianza. Aquella había sido una de las vnetajas de la localización. Nadie podía pensar, que eso mismo jugara un factor tan importante aquella noche...
Todavía continuaba guardando en su memoria el reciente fracaso sufrido.

La pendiente se suaviza a cada paso internándose en una estrecha franja de bosque, atravesada por alguna que otra senda de caza. Si mal no recordaba tras el bosque se encontraban los campos de cultivo de Slobozia; como presentando al viajero el escaso racimo de casas que se podían contemplar hacia el este. Detrás del pueblo a una buena distancia, nacía un lago de augas mansas. Ese lago animaba mi curiosidad...suponía un abrevadero seguro para cualquier tipo de criatura extraña. En mis años de cazerías de vis, matando alguna que otra bestia, había llegado a comprender que estas criaturas se rigen por los mismo principios que las mundanas; comida, refugio, perpetuación si es posible...si bien, las criaturas sobrenaturales demostrarían unas tendencias más preocupantes. Algo que en su momento había demostrado la muerte de varios grogs competentes y de algún que otro custos de confianza.

El bosque, vírgen en su mayor parte; retorcido a veces, e intrigante las más; se extendía una milla hasta desembocar en Slobozia. No existían este tipo de bosques en el Tribunal Romano, el culto a la naturaleza de Diana los hacía hermosos. Había bosques donde no te atreverías ni adentrarte ni bajo la batuta del mismo Tremere, claro está; pero ninguno de ellos era como los bosques de esta región...cada vez que los atravieso, incluso a la luz del día; una sensación de ansiedad recorre mi cuerpo, convirtiéndose en perlas de sudor frío y en una ligera paranoia ante cada chasquido. Ni tan siquiera la Selva Negra y sus peligros me producían tales escalofríos.
Con aplomo, me recorde mi procedencia, mi estirpe y mi Casa; mi maestro y mi dignidad al ser adiestrado por el Círculo de los Siete. Y ante todo, Él...él mismo se había dignadoa investirme con esta misión...y no fracasaría...por Tremere que no.

Por fin, el bosque cedió antes los cultivos...algunos mundanos jóvenes se atareaban en las faenas. Sus caras cambiaron al divisarme a lo lejos...para ellos mi Don y la dirección que traía, unido a mi solitaia figura bastaba para hacer mella en los rincones de su mente más reconditos y supersticiosos. Alguno de ellos corrieronen dirección al pueblo como llevados por el temor de presenciar la aparición de un habitante del averno.

Continué mi camino hastael pueblo mientras las recelosas miradas se clavaban en mi espalda. Con toda la dignidad posible camine entre los cultivos sin pretar atención a las suspicacias y me interné en Slobozia.

Durius devuelve una respetuosa reverencia.

- Procuraré responder adecuadamente a vuestra confianza - dice - Y espero que vuestra reunión con el consejo sea fructífera

Una vez Sidor se ha alejado Durius retoma la limpieza de la chimenea, harto del hollín que cada noche le cae encima mientras duerme a sus pies. Mientras hurga en el cañón con un largo palo medita sobre lo que su maestro le ha encargado.

Así que Flambeau... Seguro que esos arrogantes no se ven obligados a dormir en el suelo - piensa con amargura - Muy bonito lo de mi maestro, haciendo que sea yo quien se tenga que devanar los sesos con la invitación. ¿Dónde demonios se supone que vamos a recibir a nadie?

Algo cruje ligeramente en el interior del tiro y un fragmento de piedra del tamaño de un puño cae rozando ligeramente el brazo de Durius. El mago se lo queda mirando fijamente durante un rato antes de erguirse con un bufido.

- Desisto - anuncia en voz alta - Ya seguiré con eso en otro momento

Tras lavarse un poco y comprobar que su otra túnica aún no ha terminado de secarse se resigna a limpiar como mejor puede las manchas de la que lleva puesta mientras murmura un poco por lo bajo. Una vez adecentado toma material de escritura y se dispone a componer la misiva.

- Vamos a ver... Salve sodales, etcétera... Mi maestro... sí supongo que es mejor aclarar que la misiva es obra de un simple aprendiz, para que si algo está mal no sea el maestro quien cargue con las culpas... Mi maestro, Sidor de Tremere, Praeco del Tribunal de Transilvania, enterado de su reciente llegada a estas tierras les invita a reunirse con él para... - Durius alza la vista al techo intentando encontrar inspiración para expresarse con cortesía y autoridad a la vez - Para la tradicional presentación y reconocimiento formal de nuevos miembros del Tribunal, de acuerdo con las costumbres de la Orden. El magister Sidor les recibirá en...

Durius se levanta del taburete en que se había sentado y pasea un poco por el cuarto sin dejar de murmurar.

- ¿Les recibirá en...? Si acaban de llegar seguramente no estén mucho mejor que nosotros, pero incluso así... ¡que golpe para nuestro prestigio! Aunque tal vez podríamos adecentar un poco esto antes de su llegada... no, nos falta gente para eso - regresa a sentarse ante el pergamino, al que dedica una mirada rencorosa - Podría proponerle al maestro viajar nosotros hasta el lugar donde esos pirómanos se hallan aposentado. Es menos digno que hacerles venir, pero nos permitiría echarle un vistazo a su residencia y ocultar el mal estado de la nuestra; y si hay suerte tal vez decida ir él sólo y dejarme aquí para cuidar la cabaña

Una vez tomada esa decisión Durius opta por esperar el regreso de Sidor para presentarle su idea y no malgastar el escaso pergamino de que disponen. Mientras tanto, va siendo hora de preparar la comida...

Algunos dias han pasado y sus constantes reuniones con el resto del consejo le dan poco tiempo para pasar en casa, ademas de las preparaciones con el Caballero y su acompañante, que poco se sabe de el...

- Ahhh dice con un poco de sueño en su voz, mientras Innya le aguardaba en su asiento tejiendo y con un libro abierto en la mesita de al lado.

Innya: Es bueno verte volver a casa, Dimitri a hido esta vez donde la familia de mi hermana, como te fue esta vez Padre? dice cordialmente, mientras Dagu piensa Jeje siempre tan cordial y feliz, aunque seas tan terca como tu madre jeje.

- Esta vez hemos discutido acerca de los campos de trigo y de la desicion de que hacer con sus jovenes aradores que la sobreusan, el año apenas empieza y podremos dar solucion a este problema, aunque en el mejor de los casos me enviaran junto con otro anciano a enseñarles acerca del mantenimiento del campo jeje dice con tono jocoso a lo ultimo de sus palabras mientras deja su fiel bolsa en su puesto. Toma asiento junto a Innya antes de irse a dormir, dormir puede esperar un poco mas piensa rapidamente mientras comienza a charlar con Innya a cerca de distintos temas no muy raros para ellos y sus charlas nocturnas, divertidas y que tanto alegran a Dagu...

SLOBOZIA:

- El Caballero Sidor de la Selva Negra llega al pueblo andando desde el norte, atravesando el bosque. Se crea una agitación en el pueblo. Falta poco para el mediodía.

- Un chiquillo llega corriendo a la casa del Anciano Dagu el Paciente con la noticia, el Anciano decide salir a recibir a su nuevo Señor Feudal. Quizá debería de invitarle a su casa.

ALIANZA DE SLOBOZIA:

- Durius se ha quedado solo redactando el mensaje para los Sodales Flambeau. Se pregunta cómo lo enviarán una vez esté listo el pergamino con el texto definitivo.

Las casas se disponen casi aleatoriamente alrededor de lo que debería ser el centro del pueblo; una especie de solar con árboles bajo los cuales descansan unos bancos de madera donde sin duda los lugareños disfrutarán del frescor de la tarde tras la jornada de trabajo y donde tal vez se reunan en congregación los habitantes de la población.
Un pozo de madera se dispone frente a un gran árbol casi en el mismo dentro del solar con un desvencijado cubo oscilando mientras emite un quejumbroso chirrido. Algunos niños correteando despreocupadamente ignoran mi presencia y se limitan a corretear enganchádose en la ropa de un par de tendales y arruinando la labor de más de una azorada madre. Las viviendas; de una sólo planta y madera, con techo de paja y adobe, y grandes vigas transversales sosteniendo las inclemencias del tiempo; albergan las casi cuatro centenas de almas de Slobozia. Algunas rectangulares, otras doblándose en recodos...no parecen seguir un patrón fijo más allá de la pobreza que todas comparten, formando una maraña de estrechas callejuelas de difícil orientación por donde los pilluelos tratan de darse a la fuga de las riñas de las trabajadoras mujeres.
Una construcción de mayor tamaño en particular, en el mismo centro del poblado parece ser la casa del anciano del lugar. Pues algunos muchachos del campo, que apenas contarán con diez y seis primaveras emergen de la puerta en compañía de un hombre de edad más visible, mientras indican en mi dirección al extraño visitante que debo parecer.

Pobreza, inmundicia y desidia...mucho trabajo, demasiadas lecciones mal impartidas... Espero sacar algo en limpio de un lugar tan dejado de la mano de Dios

Al toque de la puerta atiende Dagu, quien se da un poco de sorpresa al ver que el extraño caballero se ha acercado hasta su humilde pero cómodo hogar, y con los chiquillos haciendo ruidos y arrebatos en frente de su protector...

- Vamos chicos retírense a sus juegos mientras yo me encargo de esto. Dicho esto los chiquillos retoman sus juegos y demás bromas contra los vestidos y harapos de sus madres mientras Dagu partía donde el Caballero.

- Saludos, Caballero dice con tono neutro ante su protector y señor feudal mientras hace una pequeña pero ingeniosa reverencia ante su presencia aunque nunca he hablado con el, eh de demostrar algo de elegancia y servirle como pueda piensa velozmente después de darle el recibimiento. Si se puede la pregunta, que os trae a mi humilde hogar... pero antes de que pensara en que le respondiera esa vulgar pregunta comenta: Jem, mejor dialogamos adentro, mientras te ofrezco un mejor recibimiento dice mostrandole la entrada a su humilde hogar, donde aguarda Innya en la puerta con su sonrisa llena de alegria y humildad ante su gran visita.