Partida Rol por web

Savera decidió que guardaría distancia pero tomó algo de comer que le fuera liviano y bebió el líquido suficiente para saciar su sed. En ese momento, cayó la noche y con ella, las imágenes que esperaban. Los tributos caídos fueron apareciendo y ver la imagen de Leroy allí hizo que su corazón diera un brinco. No lo conocía, poco habían compartido, pero era de su distrito, era lo más cercano que le quedaba a su hogar. A pesar de esto, no mostró mayor reacción.

La conversación entre Marcus y Kura parecía tornarse interesante y ella solo observaba en silencio. Solo intervino para decir unas cuantas palabras.

- He tenido suficiente con lidiar con las jugarretas de los organizadores - su voz era fría, al igual que su mirada. Observó a Kura y pensó en que podía hacer gala de su posición como profesional.

- ¿Serás piadosa, Kura? Si no, creo que da lo mismo cuál sea el arma inquisidora. Al fin y al cabo, solo somos divertimento para el Capitolio. Olvidarán los nombres de todos aquellos rostros que aparecieron en el cielo y de los tres que los acompañen al final de este banquete. Personalmente, ambas me parecen ideas terribles, así que me oriento por lo que decidan - regresó a una posición segura para ella.

- ¿Tú mataste a Leroy? - miró a la joven del distrito 4 pero no dijo nada más.

- Desde luego ni Mark ni yo lo hicimos. - respondo a Savera mientras como algo y bebo una vez comprobado que todo es comestible.

Procuré picar un poco de todo, así como llenarme los bolsillos y el cinto de herramientas con muslos de aves, ristras de embutido y demás comida, por si acaso.

-Hump, la verdad es que me esperaba más de Jerome. Parecía tener algún tipo de plan. Pero como ha dicho Marcus, ni el ni yo lo hemos matado. Bastante hemos tenido tratando de acabar el uno con el otro.- Comenté mientras le hacía un gesto con el mentón al tiempo que señalaba la jarra de agua que tenía a su lado.- ¿Me la pasas? Tengo la garganta bastante seca.

Me limpié la boca con el dorso de la mano. Seguro que mi madre estaba tirándose del cabello ante mis modales, pero me importaba mas bien poco. Si esta iba a ser mi última cena, me aseguraría de no irme con hambre.

- Claro. - respondo cogiendo la jarra con la mano iquierda y acercándosela.

- Maté al chico del once - afirmó con gravedad. No había alegría en su voz, sólo una especie de determinación sombría. No disfrutaba matando, no era algo que quisiera, era algo que debía hacer. Eran conceptos totalmente distintos -. Acababa de matar a una chica, creo que era la del distrito ocho, y estaba desnudándola para quedarse incluso con su ropa - por la mueca de desagrado que esbozó estaba claro que no había disfrutado con esa clase de escena, le parecía una falta de respeto total para alguien que además habías matado -. Me pareció que lo tenía todo muy planeado para ataques a distancia pero ante un enfrentamiento directo se limitó a intentar huir - se encogió de hombros con incomodidad, intentando hacerse la dura antes de dirigir su atención hacia Savera -. No se trata de que yo sea piadosa, nadie me ha entrenado para matar, ¿sabes? Nadie ha intentado formarme como asesina, no sé qué pensáis que es el Distrito cuatro pero olvidaros de lo que sabéis, a mí sólo me han enseñado a trabajar y a pescar, a agradecer tener comida en el plato, no a matar y a disfrutar con la sangre, todo esto me gusta tan poco como a la mayoría. Y no, no maté a Leroy, no sé quién lo hizo - hizo una pausa, intentando que no se notara cuanto la alteraba que la pusieran en el mismo saco que a los profesionales, antes de añadir -: ¿No os da miedo que la comida esté envenenada?

Ella no había probado bocado, de hecho miraba la mesa con desconfianza.

En el momento en el que Kura dio un par de pasos, toda la zona que rodeaba la Cornucopia ardió. Lenguas de fuego gigantes rodeaban a los tributos, dejando un mensaje claro. De allí, nadie saldría con vida.

Lejos de lo que podrían esperar, el fuego no emitía mucho calor. Estar próximo a él no les quemaría, pero atravesarlo podría ser otra cosa. El Capitolio les había encerrado en una trampa de fuego para que de allí no salieran con vida. Podrían comer antes o después de acabar con los demás, eso era indiferente.

- ¿Venis o no vais a probar estas delicias? - pregunto dejando un hueco entre Mark y yo invitándolas a ocuparlo.
 

Savera ya había comido y no sabía exactamente por qué Marcus preguntaba aquello, así que se limitó a observar la reacción de Kura y a decir - Yo ya comí lo suficiente pero gracias por el amable ofrecimiento -.

Las llamas se dispersaron y Savera tuvo que alejarse para no ser afectada por ellas. A pesar de eso, no sentía el calor de las llamas, ni la falta de oxígeno. Tal vez era temporal o solo era un mensaje directo del anfitrión de los juegos para eliminarse mutuamente. Ciertamente, Savera no quería ser la primera en atestar el primer golpe, así que se dedicó a observar los movimientos de los otros tributos.

Kura podía o no estar mintiendo, podía haber sido ella quien había matado a Leroy. ¿Por qué no? Es una profesional, así quiera parecer una chica frágil y algo asustadiza. Llevaba un arma bastante buena y era su primer blanco.

Por otro lado, estaba Marcus, el cual había fingido sentirse muy mal, lo cual hacían que ella se arrepintiera de no haberlo envenenado a través de esa herida. Un chico rudo, fuerte y muy bien alimentado para ser del distrito 12. Realmente, no sabía qué hacer aún. Atacarlo por su cuenta era un suicidio, aunque ya le había atestado dos golpes anteriormente y bueno, habían sido bastante buenos, pero sabe que salió bien librada porque él no la atacó.

Por último, estaba Mark. Era un chico agradable y con el cual había creado la alianza, aunque ese chico del 11 había traicionado a algunos de los miembros. A pesar de ello, había sido el más amable con ella y bueno, ella le pidió que sobreviviera para encontrarse y eso fue lo que sucedió. 

Tres opciones, tres rivales, pero ella había prometido que eliminaría a los profesionales primero, aunque Marcus parecía más un profesional que Kura. El problema era que se encontraban encerrados y su ventaja estaba en acechar, no en los ataques directos. Por el momento, esperaría ver quién elevaría la mano para actuar.

Miré por encima del plato a los restantes supervivientes. A esto hemos llegado. Somos 4...

-Sea como fuere esto terminará esta noche, mal para tres bien para uno. No se como habrá sido para vosotros, pero estos sin duda han sido los peores juegos del hambre que he visto en toda mi vida.- Comenté dejando el plato en la mesa con una sonrisa cansada.

Me encojo de hombros ante el comentario de Mark.

- Puede ser. - le digo. Yo por lo menos les di espectáculo al principio. - añado sonriendo recordando como di cuenta de los Profesionales.

Las llamas habían empezado a arder a su alrededor en un signo inequívoco de que estaban al final de aquellos juegos. Era horrible pensar que llevaban ahí tan poco tiempo y sin embargo había transcurrido como si fueran años.

- Todos los juegos del hambre son horribles - dictaminó con el rostro ensombrecido. Aquellos no eran peores que otros, simplemente les había tocado sufrirlos a ellos -. Pronto se van a cansar demasiado de que sigamos hablando - musitó sin apenas mover los labios. Les dirigió una mirada a los tres, agotada emocionalmente. Aquello eran los Juegos del Hambre, un espectáculo en el que lo que en realidad se ponía en juego era la capacidad de un puñado de niños de entretener a la audiencia. La idea la asqueó, pero como tantas otras cosas que aún no estaba dispuesta a pensar, la apartó de su mente -. No hay honor en morir ni en ganar aquí así que vamos a hacerlo como queráis pero que sea ya.

- Yo fui el divertimento de los organizadores un buen tiempo. No me perseguían tributos, pero ellos sí trataron de hacerme caer en varias de sus trampas - dijo con una leve sonrisa.

Las ansias de Kura le molestaban un poco. Ella había dicho muchas cosas y siempre terminaba en presionar la batalla, cosa que comenzaba a molestarle. Solo le dijo - Pareces ansiosa por pelear - con el rostro ensombrecido.

- Deja que los chicos coman, al menos. Puede ser la última comida para tres de nosotros, así que eso puedes permitirlo. ¿No crees? -.

- Por mi no os preocupeis. - respondo encogiéndome de hombros. Puedo esperar para comer más tarde.

- No estoy ansiosa - le parecía increíble que la tía esa le soltase semejante idiotez -. ¿A caso no viste a los monstruos esos al principio del juego? Prefiero morir por un cuchillo o una lanza que devorada, ¿sabes? - contuvo un escalofrío ante el recuerdo de aquella especie de velociraptores que la habían acechado cuando se subió al árbol.

Miro a Savera a los ojos y los muevo en dirección a Kura levantando ligeramente las cejas para luego relajar las cejas y mirar hacia abajo y a Mark esperando que entienda el mensaje que quiero mandarla.

- ¿Monstruos? - pregunto. Nosotros no hemos visto ninguno.