Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

12 - Calma Estremecedora

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08/05/2009, 20:54
Kody Blake

Le habían ofrecido un techo donde cobijarse, y la herida parecia que sanaria pronto. Con esa idea se dejo dormir en el pueblo. La verdad era que sus sueños no habian sido reparadores. No recordaba nada de lo soñado, pero le dejaba un malestar en el cuerpo que se adueñaba de su alma de una manera extraña. Había algo que no cuadraba de toda aquella fantastica historia que habian tenido a bien contarle la noche anterior, y seguramente ese fuera el motivo de su inquietud.

Pero lo que le hizo despertarse antes del alba fueron las heridas. Los dolores le recordaban con cada latido, con cada contraccion de su corazon, que habia sido herido, de una manera tonta, por un motivo absurdo.

Buscaba su jubon cuando de repente algo lo saco de sus ensoñaciones. Alguien trababa de decirle algo. Y de repente lo oyo con claridad. Proclamaban a viva voz que habia fuego en las colinas. Y eso era un mal presagio.

Se termino de vestir como pudo. Un brazo en cabestrillo como tenia no podia serle de mucha ayuda para tales menesteres, pero lo hizo con la soltura de quien se ha encontrado ya en esa situacion con anterioridad, quizas demasiadas veces para su corta vida. Y como tantas veces antes de el, eso no lo frenaria.

Aun no sabia bien donde podian estar las pocas pertenecias que habian llegado con el al pueblo, pero eso carecia de la suficiente importancia para ser su prioridad. Solo podia escuchar la palabra fuego graverse en sus oidos como si de truenos se tratara, recordandole la tormenta de fuego y magma que habia visto hacia solo unas horas.

Camino, o mejor dicho corrio como pudo, hasta que diviso el fuego del que hablaban. Se habia colado en las zonas de guardia de las empalizadas. En cualquier otra situacion resultaria extraño verlo alli, y mas tras la dura pelea que tubo que vivirse horas antes frente a las maderas que protegian el poblado.

En ese momento pudo entender de otra manera, lo que le habian intentado relatar la noche anterior. Comprendio al fin, la extraordinaria preocupacion que dejaban las voces de algunos de los hombres que habian relatado tiempos peores que los por el vividos.

En el campo se extendia demasiadas hogueras casi extintas, demasiadas para ser solo un poblado, demasiadas para ser gente sencilla la que vivia en aquellas praderas y montañas. Aquello tenia el inconfundible olor de la guerra. Una guerra que quizas, si las palabras de los santos y sabios fueran ciertas, nadie sabria como librar.

Pero el temor se le arranco del alma al divisar el fuego. Podia ser que se equivocara y que el volcan expulsara su terrorifica suerta hacia Conira, que ya padecia una desgracia.

Afino el ojo, tanto como pudo, tanto como supo. Necesitaba quitarse aquella angustia de la boca, del cuerpo, del alma. Porque aquella mañana algo en el se volvio a romper. Era la esperanza.

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12/05/2009, 18:15
Illianna Sondrent

Un cielo azul brillante, cristalino el aire a su alrededor. Una mañana de primavera temprana, aún fresca. Flotaba danzando entre la hierba húmeda, los pies desnudos, la falda revoloteaba a su alrededor, empapándose de rocío a cada giro.

Su hermano la miraba sonriente, sentado en una piedra cercana, junto al claro. A su alrededor las colinas se elevaban silenciosas, testigos amables de la paz de sus corazones. Brúnil sacó de su bolsillo una pequeña flauta hecha de caña y empezó a tocar para ella una melodía antigua, una tonada airosa y simple.

Illianna bailaba y bailaba, se reía. Los caballos arrancaron un galope alegre también, allá a lo lejos. El mundo bailaba con ella...

De pronto el mundo se tornó rojo. Rojo y negro, se llenó de humo, y los caballos relincharon. La melodía se quebró, y ella se giró, aterrorizada, buscando los ojos de Brúnil. Su hermano estaba rodeado de llamas, luchando con ellas, gimiendo de dolor. -¡¡NOOO!!-

-¡¡NOOO!!

Se despertó temblando, agarrada a la sábana, gritando, y con una palabra grabada en la mente.... FUEGO....

Illianna se levantó arrebujándose con la sábana, sin detenerse a vestirse, sin detenerse a pensar. No esperó a abrir la ventana, salió, salió a ver. Tenía que encontrar a Brúnil, tenía que asegurarse de que estaba bien...

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13/05/2009, 21:42
Ayron Derkbal

Lo primero que sentí cuando mis párpados se abrieron brúscamente fue que no reconocía el lugar donde me encontraba.
No había estrellas en el cielo, pues no había cielo que mirar, sino los grandes troncos que conformaban el techo de algún tipo de refugio.
Y entonces todo vino a mi mente de forma fulgurante, haciendome revivir cada uno de los momentos vividos el día anterior y, por desgracia, eliminando la falsa ilusión de que todo hubiese sido una pesadilla...al parecer la realidad era mucho peor que cualquier sueño urdido por una mente inquieta.

El paso siguiente era descubrir qué era lo que me había despertado y cual era la razón por la que me encontraba tan despejado pese a haber estado disfrutando de un profundo sueño.
En realidad no era nada extraño que despertase de aquella forma, pues la costumbre había arraigado con fuerza en mi durante los largos días de combate, cuando se aprovechaba cualquier momento para buscar descanso pero sin bajar la guardia ante una incómoda sorpresa otorgada por los enemigos.
Pero aquí había algo diferente. Creí recordar que eran unas voces las que habían conseguido atravesar las brumas y llegar hasta el lugar donde se escondía mi consciencia.

Entonces se repitieron - ¡Fuego! ¡Fuego! - y fue suficiente para provocar que me incorporara con celeridad, buscando una ventana por la que poder asomarme para ver lo que ocurría, al tiempo que, de reojo, comprobaba dónde se encontraban Ónemar y Deron, los cuales no tardarían, sin duda, en despertar ante los gritos.
Me acerqué rápidamente hasta la ventana y observé el exterior. Ya nada de somnolencia quedaba en mi persona, por lo que procuré captar cualquier detalle que pudiera indicarme lo que ocurría, empezando por el lugar de donde procedían las voces de aviso y buscando con la mirada la columna de humo que indicaría dónde se hallaba el peligro.

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19/05/2009, 08:49
Director

Las carreras, el miedo y la confusión volvieron a adueñarse de las calles de tierra de Conira. El grito de "FUEGO" había despertado a los que aún dormían y quien más quien menos se apresuraba en pos de la empalizada para identificar el motivo de la alarma.

En pocos minutos la inestable construcción de madera se saturó de ojos inquietos que avistaban en lontananza. Los brazos se alzaron para señalar a pesar de que no era necesario. Varias columnas de humo se alzaban evidentes tras el bosque inmediato, a tan sólo unas horas de distancia del pueblo. Aún en la lejanía podía asegurarse que no se trataba de grandes incendios, no ardía ningún pueblo o ciudad. Eran más bien fuegos dispersos, aunque de cierta importancia.

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19/05/2009, 09:02
Correo Real de Conira

-Es por la zona del Camino de Ebras. Se diría que alguien ha prendido fuego a las granjas de aquellas colinas.

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19/05/2009, 09:04
Director

Un inquieto murmullo de conjeturas se extendió como una ola de cabeza en cabeza, de boca en boca. ¿Qué podía significar aquello? ¿Quien haría tal cosa?

El nerviosismo tomó cuerpo físico, tan real en Conira como cualquiera de sus habitantes. Las columnas de humo ascendían en el horizonte arañando el cielo azul de aquella fresca mañana. Al menos el tiempo había decidido darles una tregua, las negras nubes de tormenta se habían desplazado hacia el sur.

El corrillo de voces se mantenía vivo aunque bajo, hasta que una voz acalló todo comentario con un grito sobrecogido.

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19/05/2009, 09:13
Brúnil Sondrent

-¡Por los siete dioses! ¡Illianna! ¡EL RANCHO! ¡¡LOS MUCHACHOS!!

Sin esperar respuesta, sin analizar las consecuencias de lo que iba a hacer, sin pensar en lo que podría encontrar allá arriba, Brúnil Sondrent saltaba ya desde la empalizada hasta la plaza de la aldea mientras profería aquellos gritos.

Se lanzó a la carrera en busca de su caballo.

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19/05/2009, 14:14
Melegat Ansey

¡Brúnil! ¡Brúnil! ¡Esperadme! Dijo Melegat mientras corrió detrás de Sondrent hacia las caballerizas. Su arma golpeó una y diez veces el costado de su muslo a medida que sus grandes músculos de sus piernas se tensaron y se relajaron a medida que sus pies dejaban huellas en el suelo embarrado.

Debemos llegar allí. Debemos saber que está pasando.

El pequeño Ansey cogió con una mano su arma para que deje de oscilar mientras avanzó con todas sus fuerzas en busca de una montura que lo lleve al lugar del incidente.

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19/05/2009, 14:24
Kody Blake

Kody también bajo de la empalizada de un salto. El brazo dentro del cabestrillo le sugirió que aminorara el ritmo de sus movimientos, pero el ni se molesto en sopesar tales minucias. El dolor era un fuerte reactivo para azuzar su cuerpo y su alma.

Necesitaba sus pertrechos, estaba seguro de que su hacha y el resto de sus pertenencias debían de haber llegado con el. Sabia que el día anterior solo había perdido el material que traía para vender, y estaba convencido de que en ningún punto del camino había perdido sus armas.

No era la clase de cosas que hacia por descuido. Así que se dirigió hacia la casa donde la noche anterior le habían atendido, si las armas estaban en algún lugar, ahí debía de empezar a buscarlas.

Al llegar junto al dintel de la puerta fue consciente de su respiración agitada y de su mente concentrada en los problemas de manera eficaz. Como cuando estaba en la guerra. Solo era capaz de organizar su mente y ser diligente para salvar la vida, y ahora actuaba más por instinto y costumbre que por una lógica sensata.

Al buscar por los aledaños de la habitación que había sido su sala de curas se da cuenta de que se esta preparando para ir a combatir y a salvar vidas, y que no tiene ni idea de que ni a quien tendría que ayudar.

Menea la cabeza de izquierda a derecha, y saca aquella idea de la cabeza. Son vidas, vidas que pueden estar en problemas, y por el momento eso es lo único que puede saber.

Parece que este sitio ya no es tranquilo. Una nueve peste de guerra amenaza la vida de este pacifico lugar.

Finalmente encuentra sus pertrechos tirados en un rincón. No le extraña que los dejaran ahí, aunque era también probable que los hubieran requisado las fuerzas del orden de Conira. Parecía que ya no se sabía en quien confiar.

Sale del lugar. Esta seguro de que Bruñil o como se llame, estará buscando un caballo. El no tiene, ni ha tenido en mucho tiempo, así que no le quedara más remedio que correr.

Mientras colocaba cada arma en el lugar donde debería estar se toca las piernas. Esta seguro de que le ayudaran. Solo su brazo no parece estar al cien por cien. Y eso es una pena.

Luego corre y se coloca ante la puerta de la empalizada. Si tiene que salir corriendo tendrá que hacerlo rápido y no perder el ritmo.

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19/05/2009, 19:10
Illianna Sondrent

-NOOOOO!!!

Illianna hendió el aire de la mañana con su grito, y cayó de rodillas ante la puerta de la casa del Magistrado Meliant, de donde acababa de salir. La pesadilla que acababa de tener, se estaba cumpliendo por segundos. Si quererlo un tropel de imágenes terribles se sucedieron ante ella, imparables, tan reales en su conciencia como si el miedo las hubiera hecho realidad ante sus ojos.

Vió a su hermano Brúnil volar en busca de su caballo, y en su imaginación lo vió al galope, llegando la Granja en llamas, intentando salvar a los dos muchachos, casi niños, los huérfanos y medio hermanos de adopción, Nínber y Yolic. En su mente todo era pasto de las llamas, y la muerte se enseñoreaba del lugar...

...No puedo dejarle partir... no puedo dejarle partir solo...

-!!ESPÉRAME!!

La todo corazón Illianna, la mujer de fuego y pasión por la vida saltó sobre sí misma. Atrás, en el suelo, quedó la sábana en la que se había envuelto temiendo salir a la intemperie sólo con el corpiño y las enaguas con las que había dormido. No le importó, no dudó un segundo. En la blanca ropa interior, descalza, el pelo alborotado ondeando a su espalda por el viento, las mejilla arreboladas y en el pecho el latido acelerado, corrió a los establos, mientras un prolongado silbido se sumó al que Brúnil acababa de lanzar.

No se haría esperar la respuesta, Vánor y Áraen, alazán y frisón incomparables, aparecerían por la puerta de los establos, en los que habían pasado la noche, sin sujeciones, como estaban acostumbrados. Montarían ambos, Brúnil y ella, a pelo, abrazados a los cuellos robustos de los magníficos animales, en un viaje a tumba abierta hasta ver con sus propios ojos el alcance de la desgracia...

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19/05/2009, 21:22
Ayron Derkbal

La primera impresión, cuando mis ojos captaron las columnas de humo que se elevaban, fue que se trataba de fuegos de acampada, lo que indicaría que un ejército se aglutinaba en las cercanías de Conira con la intención de asediarlo.
No era nada descabellado pensar en esa posibilidad, puesto que si un primer ataque no había podido con las defensas de la empalizada, el siguiente paso sería rodear el lugar hasta conseguir debilitarles por falta de suministro.
Sin embargo no era aquella la opinión general, lo que provocó que intentara fijarme más en los fuegos que sembraban el horizonte.
No conocía aquellas tierras, por lo que las distancias me resultaban un tanto extrañas, pero comprendí que las supuestas hogueras se encontraban más lejos de lo que había pensado en un primer momento, lo que únicamente podía significar que su tamaño era considerable.

No tardó el desasosiego en llenar los corazones de aquellos que, hacía unos minutos, se encontraban bajo el mullido manto de la ensoñación.
El sonido de pies moviendose a gran celeridad llenó el que debía haber sido el tranquilo espacio que precede al amanecer. Algunos incluso se pertrechaban para salir fuera de la empalizada e ir a socorrer a quien quiera que habitara en los lugares que ahora sucumbían por efecto de las llamas.
En mi caso no era necesario, ya que había salido de la casa de Deron con todas mis pertenencias encima...realmente había dormido con ellas, como tantas otras noches en el pasado.
Las puertas aún permanecían cerradas, pero eso no duraría mucho tiempo, pues aquellas gentes parecían dispuestas a dejarse llevar por sus sentimientos en vez de por la cabeza.

¡ESPERAD! - grité desde las escaleras que descendían, uniendo empalizada y suelo firme - Puede que sea un engaño para que Conira quede completamente desguarnecida, atacándola en cuanto os encontréis lo suficientemente alejados de ella.

Existía otra posibilidad, y era simplemente la de acabar con todo aquel que se atreviera a aventurarse lejos de la protección que brindaba la empalizada, pero esa decidí callara.
Si la exponía sólo encontraría oídos que no querrían escuchar. Sabía a la perfección la determinación que posee a aquel que lucha por su familia y amigos. Nada les frenaría a no ser que pensaran que, por ayudar a una minoría, podían causar la perdición de la mayoría.
A mi nada me retenía en aquel lugar. Nada suponían tampoco aquellos que podían encontrarse ahora mismo entre las llamas, pero había tomado una determinación.
El grupo que había encontrado hacía poco, y que al parecer habían sido elegidos por algo o alguien, se encontraban destinados a enfrentarse al mal que había resurgido en aquellas tierras...y ese era mi lugar también, pese a que ninguna voz o figura aparecida de la nada me hubiera marcado.
Puede que mi destino no estuviera unido al de ello, pero muy posiblemente el de Ónemar sí, y allá donde fuese mi amigo me encontraría a su lado.

Le busqué con la mirada entre la algarabía que se había formado, esperando la reacción que producían mis palabras y la decisión que tomaba el sacerdote al comprobar lo que ocurría.

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19/05/2009, 21:54
Deron Nisha

-Ayron tiene toda la razón.- reafirmó Deron, uniéndose repentinamente a la conversación desde detrás de las palabras cruzadas por el resto -No podemos dejar a esta gente desamparada. Menos aún contra una fuerza atacante de tales características. Bien sabemos que si regresan no podrán salvarse todos, pero sin una voz con algo de experiencia militar que los guíe y les pueda dar una oportunidad, morirán todos.- sentenció con bastante certeza -Si seguir esa columna oscura es vuestra intención, creo que debo rezagarme para poder organizar aquí al menos una retirada plausible; un éxodo con algún viso de poder dar algún resultado. No puedo abandonar a esta gente... mi única gente, después de todos estos años.- terminó, mirando en derredor con una increible nostalgia.

Notas de juego

Al menos si hay que rezagarme habrá una razón para ello...

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21/05/2009, 08:42
Director

Un latigazo de acción había alcanzado a algunos de los miembros del grupo. Otros en cambio observaban la escena boquiabiertos sin saber muy bien qué hacer.

Henry Deliambert caminaba hacia un lado y hacia otro aún sin pronunciarse.

El sacerdote, Ónemar, devolvía a su amigo una mirada de incertidumbre. Aquello era inesperado, no conocían la zona y no sabían hasta qué punto podía tener relación con su misión. No obstante el parecer de aquel hombre era transparente como el agua. Si había personas en peligro él acompañaría al grupo que saliese en su busca.

Nhadia, siempre deseosa de libertad y espacios abiertos, se encontraba ya junto a la empalizada a la espera de que ésta se abriese y junto a ella, con la espada apoyada en la tierra, se encontraba también el soldado Abernio, Niklos Vénesit.

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21/05/2009, 08:53
Brúnil Sondrent

Brúnil recibió a Vánor y Áraen a medio camino y sujetó las riendas de ambos. Hizo una señal a su hermana para que fuera a recoger sus cosas y se encaró con aquellos que trataban de impedir su marcha.

-Esas columnas de humo que veis en el horizonte se encuentran precisamente en la comarca donde está nuestro rancho. Allí tenemos nuestra vida, nuestros caballos y a dos muchachos que están solos, a los cuales acogimos en nuestra casa y cuya seguridad es mi responsabilidad. Son lo suficientemente mayores como para valerse por sí mismos y para cuidar de los caballos, pero no para empuñar un arma. Si existe la posibilidad de que toda esta locura aún no les haya alcanzado llegaré hasta ellos y los traeré de vuelta. ¡Y PASARÉ POR ENCIMA DE CUALQUIERA QUE TRATE DE IMPEDÍRMELO!

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21/05/2009, 10:53
Illianna Sondrent

Illianna se detuvo en seco cuando escuchó las órdenes de Brúnil. Iba a replicarle, pero no lo hizo. ¡No podía perder tiempo! Así que se dio la vuelta, y fue a por sus cosas. Pero, fuera calzada o descalza, despeinada o con el pelo recogido, en enaguas o con toda su ropa, no iba a quedarse allí. ¡Oh, no! Eso seguro...

Notas de juego

¡¡Jajajaja!! ¿Te ha dado un ataque de vergüenza ajena?

:P

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21/05/2009, 14:09
Melegat Ansey

Brúnil, no irás allí solo. Grito Ansey mientras se montaba en uno de los caballos y se puso a un lado de Sodrent.

Sí allí está tu vida y además hay dos personas que pueden estar en peligro, yo te ayudaré a salvarlos o a averigüar que demonios está pasando en ese lugar. ¿Estás de acuerdo?

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21/05/2009, 15:43
Kody Blake

Kody no podia hacer nada mas que esperar a que la empelizada se abriera y pudiera ponerse en marcha. Solo sentia el no tener una montura y tener que correr. Porque estaba seguro de que llegaria tarde y cansado, y era un mal plan si pretendia entrar en liza.

Pero era lo que tenia que hacer. Como pudo ato mas corto el brazo en el cabestrillo. Un calambre de dolor le recorrio la espalda y luego subio hasta su oido derecho como si de un pitido seco se tratara. Pero si iba a correr, cuanto menos suelto estubiera el brazo mejor.

Miro hacia atras. Parecia que la gente se estaba terminando de pertrechar.

Una caza interesante

Dijo casi para si unas palabras y vio que ya no estaba solo ante la puerta, otra joven habia llegado para ocupar un lugar parecido al suyo. Seria interesante ver hasta donde llegaba su voluntad de pelea. Pero fuera cual fuera seria bien agradecida. En los tiempos que corrian lo dificil era ver gente dispuesta a dar algo por los demas.

Y muy a su pesar, a veces, eso le incluia a el.

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24/05/2009, 10:11
Ayron Derkbal

Al parecer no servirían las palabras para frenar aquella locura. Únicamente Deron mostraba algún signo de cordura, y puesto que él se quedaba para salvaguardar Conira y que, a todas luces, Ónemar tenía intención de seguir a aquellos que querían salir al exterior, no me quedaba más remedio que acompañarles para intentar evitar que los actos descontrolados pudieran llevar a la muerte de alguno.
Todo dependía de lo que encontráramos, puesto que no podría defenderles de un ejército como el que nos había atacado con anterioridad.

Con un gesto algo resignado, tomé uno de los caballos que aún permanecía en los establos y monté sobre él, colocándome junto al sacerdote, dispuesto a seguir el galope que estaba a punto de comenzar.
No emití un sonido más, pues las palabras ya no eran necesarias y no serían escuchadas.

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24/05/2009, 10:27
Deron Nisha

Chasqueando los labios, Deron se volvió hacia el gobernador de la aldea y le expuso la evidencia:

-Meliant, ese rancho del que hablan, si es el que creo, queda a poca distancia de aquí. Nocturna es el caballo más rápido y seguro de la zona bajo mis piernas y se conoce el terreno; su jinete más o menos lo mismo... si lo que dicen es cierto, hay niños en ese lugar. Pero todo esto puede no ser más que una distracción precisamente para esto: para alejarnos de Conira y poder entrar impunemente.- explica valorando la situación en frío.

Notas de juego

Master... ¿cómo quieres hacer esto ahora que Deron, muy juiciosamente ha decidido que no se puede dejar Conira en bolingas?

Este... ¿me separo un rato igualmente o Meliant tiene algo que decir al respecto?

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25/05/2009, 00:15
Dammeryn

Dammeryn estaba listo y montado sobre su caballo.

- Cada instante que aguardamos es más clara la condena del rancho. Alguien tendrá que ir allí, y si sólo es uno, acabará ensartado a flechazos. Yo digo que vayamos. Está suficientemente cerca, y a la vista, para que regresemos sin nos vemos engañados.

El soldado espoleó a su caballo y comenzó a moverse.

- Vamos. Dudando no venceremos en esta batalla.