Partida Rol por web

Agradezco el abrazo reconfortante que me da Carol. Luego, escucho de nuevo al medicucho. No me da tiempo a opinar, Carol se interpone, aún así no puedo evitar soltar una pullita.

-Déjalo, Carol, el es el médico... el que sabe, ¿no lo recuerdas?...bah, yo paso. Si es necesario me iré a casa de los vecinos sola para ver si encuentro algo que sea de utilidad. No puedo estar aquí parada esperando mientras mi hermana se juega el pellejo acompañada de los otros dos-les confieso pues estoy bastante harta de no hacer nada-. ¿Alguien decide venirse?-pregunto al aire.

Sé que Es no puedo así que no cuento con él y con el medicucho tampoco. Carol,tampoco está entusiasmada con la idea, así que sólo me queda esperar que sea Claudia o el propio hermano de Es quien me acompañe, sino iré sola.

-Nidia, cuenta conmigo para ir a casa de los vecinos. Pidamos "Sal" a ver si tienen.- Dije con un sonrisa pícara. Sabía que no era el mejor momento, pero quería quitarle hierro al asunto...¡qué coño! Estaba empezando a hartarme de ser políticamente correcta.

No sé si se me notaba, pero el estado del Médico me estremecía el cuerpo. De repente, tuve la sensación de que había pasado semanas sentada en el mismo sitio y en la misma postura porque, veo a Will sudoroso y con cara de preocupación, como si hubieran pasado días y no estuviéramos hablando de sólo unas horas.

Quería salir de allí, llevábamos demasiado tiempo encerrados y necesitaba aspirar un aire no tan cargado como dentro de la casa. Ahora, la idea de salir a buscar algo en casa de los vecinos me parecía tan interesante como salir a cenar una mariscada.

Cada vez que miraba de reojo a Will, cada vez que decía que no tenía nada (cojonuda infección, por cierto)un frío cosquilleo me subía por la espalda. Lo que nos faltaba, otro del grupo, enfermo.

- Deberíamos salir cuanto antes. Entre las dudas hemos perdido mucho tiempo y tu hermana y Roy no tardaran en llegar. Al menos, que nos de tiempo a ir a una casa a ver que hay. - Aconsejé.

Sólo era cuestión de unos segundos obtener la respuesta. Algo me decía que Nidia, quería salir de allí por la misma razón que yo.

Una vez de acuerdo las dos salis de la casa. Detras de vosotras cierran la puerta deseandoos suerte y os dirigis a la casa vecina. El rellano y las escaleras parecen estar en silencio. No hay indicios de que pueda haber ninguna amenaza alli y eso os hace sentir un poco mas seguras, pero aun así inquietas por la situacción. Os acercais a la puerta de la casa vecina pero esta cerrada. 

Bueno, yo ya contaba con que la puerta estaría cerrada.

-No tendrás una horiquilla ¿verdad?-la pregunté seria-. O una tarjeta de crédito...algo con lo que forzar la puerta.

Miro a mi alrededor fijándome que no parece haber peligro cerca, eso me tranquiliza bastante.

-Espero que los de la casa estén bien... no me fío mucho de ese doctor... no es normal que por un arañazo sude tantísimo ¿no crees?-le pregunto directamente.

Claudia me da bastante confianza.

- ¿Tú también lo has pensado, nena?. - Se me escapó el "nena" como si conociera a Nidia de toda la vida. Me dió apuro la situación pero lo tomé con naturalidad al fin y al cabo, cuando me sentía cómoda con alguien, se me escapaba la palabreja.

- A mi no me huele bien, y nunca mejor dicho. ¿Tánto sudor y nerviosismo por un arañazo? Por eso me he ofrecido a ayudarte, para que no fueras sola pero más que nada, para salir de esa casa. - Comenté en voz baja como si nos fueran a escuchar. En aquel silencio se podía escuchar hasta el corazón de una persona latir.

Nidia, totalmente seria, me preguntó si tenía alguna orquilla o tarjeta de crédito. Semejante mochilón lleno de mierda llevaba encima como para que se me olvidara llevar la documentación. Dudé un momento de si llevaba el macutillo llevándome la mano a la espalda. -"Si, sí la he cogido"-me dije para mí.

- A falta de una, buena son dos tarjetas de crédito. Pero no, no soy rica, me quedé con una copia. - Reí disimuladamente. - Toma, intenta abrir la puerta. Si no, buscaremos algo. - Estiré mi mano para darle la tarjeta que dulcemente cogió Nidia. Mientras ella intentaba forzar la puerta, mis ojos buscaban algún otro utensilio que, en defecto del pedazo de plástico, nos pudiera servir. Comencé a tener gases...el nerviosismo, me estaba empezando a atacar.

La puerta se abre con un ligero chasquido. No teines mas que empujarla para poder ver el interior. El piso es muy parecido al de Roy, con una "barra americana" a la derecha de la puerta y el salon ocupando el resto. Al fondo está un pasillo en el que,presumiblemente, estaran las puertas al baño y el resto de dormitorios. Rapidamente Nidia prueba a dar al interruptor, pero al igual que en el resto del edificio no tiene corriente. La noche, el silencio y la quietud hace que os sintais incomodas y desprotegidas, como si algo os estuviera acechando en la oscuridad.

-Genial-digo con un tono que suena más a "estamso jodidas" que a "genial"-. Bueno, espero que tengas linterna...yo cuento con el móvil. Cobertura no, pero luz da-le digo mientras se lo muestro.

Enfoco la estancia con él. No alumbra mucho, pero lo suficiente para ver un poco el lugar. Mi mano tiembla un poco.

-Vale. Vayamos al frigorífico.. la casa debe de ser igual o más o menos como la de Roy, así que la cocina estará ahí detrás de la barra. Luego miramos si quieres a ver si tienen armas o algo...¿qué te parece?-la digo antes de entrar a la estancia.

-Mierda, ¡Qué listas somos!- exclamé con sarcasmo. - ¡Las linternas!- "Soy retrasada mental, mira que no caer en la mierda de la linternas".

- ¡Qué no cunda el pánico!. ¡Teeeengo mechero!- comenté con gracia. - Pero ahora me surge una duda existencial; sería mucho mejor que un mechero, un par de velicas.

Torcí el morro mientras buscaba el mechero en mi mochila. Nidia parecía que jugaba a ser controladora aérea con su primo pequeño mientras éste, hacía volar un avión hecho de piezas de Lego, tal y como se veía por la posición en la que estaba con el móvil encendido.

- No sé Nidia, esta casa me pone los pelos de punta.- Dije seriamente.- Creo que deberíamos buscar la comida y ver si es mucha o poca. Si hay suficiente, olvidemos las armas. Nos urge más que nada, poder comer. Aunque no te voy a negar que me pica la curiosidad de buscar algo más.- Me quedé un rato pensativa.- Naaaah, ¡olvídalo!- sacudí con la cabeza-. Sí, busquemos comida en el frigorífico y en las estanterías. Si hay comida en conservas, lo cogemos como primordial. ¿Te parece?. Y a ver si encuentro velas, que nos será más cómodo que estar con el móvil o quemarme el dedo con el mechero

-Bien, busquemos comida-le digo seria dando el primer paso.

Entro en esa sala seguida de Claudia. La verdad es que está un poco lúgrube. Entro hacia la cocina y me planto frente al frigorífico.

-Busca tú por als estanterias si quieres, yo iré cogiendo las cosas que vea en la nevera-la digo mientras pongo al oreja por si escucho algún ruido.

Pienso en la gente de la otra casa.

-¿Qué pasará con la pobre niña? Estoy convencida que el capullo de su apdre la va a palmar...-pregunto de repente, sin venri a cuento de nada.

Tirada = 1 + Buscar (2) = 3

Master, básicamente queremos buscar las velas, comida y si podemos encontrar algo que nos sirva como arma, pues mejor!

Roy buscó, rápidamente, cuanta comida pudo encontrar. Así como toda el agua embotellada que pudo cargar y algunas pilas de repuesto para la linterna. 

- ¿Tienes algún tipo de arma por aquí Tony? Un rifle un hacha... ¿Algo? No tenía demasiado tiempo para rebuscar en casa de Tony, y ya habían perdido tiempo buscando a Doris, así que esperaba que Tony encontrara aquellos objetos antes que él mismo, si es que tenía alguno.

Una vez hubieron cogido lo que necesitaban, salieron de la casa para reunirse con James y Ruth.

 No, yo-yo no tengo nada de eso-dijo angustiado-a Doris nunca le gustaron...no le gustan las armas. Roy...Roy yo no puedo marcharme, tengo que quedarme aqui por si Doris regresa. Vete con el resto Roy, no hace falta que lo arriesgues todo. Yo estaré bien...estaré bien...

- ¿Pero que dices? ¿Te has vuelto loco? No puedes quedarte aquí solo. La cabeza de Roy parecía dar vueltas, no podía creer lo que estaba oyendo. - No estarías a salvo Tony, esos locos están por toda la ciudad... Miró a su alrededor como una bestia enjaulada buscando una salida.

- Vamos Tony, seguramente Doris a conseguido llegar a un lugar seguro fuera del pueblo, no conseguirás nada quedándote aquí, solo conseguirás que te maten.

- Además, Doris no me lo perdonaría si te ocurriese algo Tony... Los ojos de Roy parecían suplicar a su amigo que lo acompañara, mientras le tendía una mano. - Vamos Tony...

 Pero que sitio seguro, Roy?-dijo el hombre con lagrimas en los ojos- Tu viste como se pusieron las cosas en la plaza. Hemos estado toda la tarde metidos en un almacen, hemos corrido por la calle de personas enfermas en lugar de ayudarlas y ahora estamos planeando una huida como si escaparamos de una vieja pelicula de terror. Roy, no estoy echo para eso. No sin Doris...