Partida Rol por web

Sin dar tiempo a que digan nada, Talin ya estaba corriendo a refugiarse bajo la muralla. Dado que aquella era la de una población pequeña dudaba que fueran a tener nada más allá de cascotes o agua hirviendo para rechazar un ataque y poder lanzárselo directamente debajo, así que no estaba muy preocupado por esa parte. La herida de Thinion era otra cosa, podía traer bastantes complicaciones y Talin no era de los que dejaban compañeros tirados por ahí.

-Vale, siempre he querido hacer de zapador, esta es mi oportunidad. Chicos -dijo refiriéndose a los barbudos zapadores que quedaban- siento no ser uno de los heridos y seguro que no lo hago tan bien como ellos, pero será mejor que acabemos con esto cuanto antes. Yo os echo una mano en lo que me digáis.

Mientras Wulf y Tharkin junto con la “Compañía Negra” os cubren, el resto de miembros ayudáis a los heridos. Maeglin hace unas curas a Thinion, deteniendo la hemorragia, y lo mismo hacen los zapadores con sus compañeros heridos.

Talin se ofrece como ayudante a los zapadores y estos, tras cruzar una mirada entre sí, le señalan unos barriles que han traído consigo y le indican que con mucho cuidado ha de verter su contenido entre las uniones de los barrotes con la piedra. Tras atender a sus compañeros, los zapadores con la ayuda de Talin comienzan a trabajar en la piedra. Tras verter el producto de los barriles en las uniones de los barrotes, con la piedra le prenden fuego.

Mientras tanto los montaraces mantienen a raya a los defensores de Deveney. Algunas flechas procedentes desde la muralla caen cerca de vosotros, pero ninguna piedra ni ningún líquido ardiente, por lo que deducís que los montaraces, a pesar de ser inferiores en número están haciendo un buen trabajo.

Los segundos pasan mientras el fuego va actuando sobre la piedra, provocando una buena humareda. Se escucha un crujido leve, para poco después unos fuertes crujidos antes de que la piedra salte y la reja caiga con cierto ruido.

Entráis atropelladamente en el túnel, no sin cierto esfuerzo por el tamaño del mismo. Dado su estado se decide que Thinion y los dos zapadores heridos se quedarán en la entrada vigilando junto con los dos zapadores ilesos, si fuesen de nuevo requeridos sus servicios acudirían a ayudaros. Tharkin y Maeglin también se quedarán en la entrada.

Podéis observar que la abertura da a un túnel, en algunas partes forrado de piedra, cosa que deducís porque en algunas partes la piedra ha caído dejando a la vista parte del suelo, y en otras más hiladas de piedra correspondientes posiblemente a la muralla. El agua recorre el suelo del túnel, aunque el nivel de la misma no es muy grande, por lo que dependiendo de vuestra altura os llega hasta las rodillas, salvo a los enanos que les llega hasta la cintura y los ralentiza enormemente. Dada su altura del túnel los que miden más de metro setenta tienen que ir agachados.

Vais caminando poco a poco, procurando no hacer mucho ruido. Al cabo de unos minutos, no sabéis cuantos pero no muchos, el túnel desemboca en un espacio circular más amplio y con un techo más elevado, lo que permite a los que son altos que se incorporen, pero está a más profundidad respecto el túnel, por lo que el agua del mismo desemboca en la sala formando una pequeña cascada. El nivel del agua es mayor, por lo que a todos el agua sube hasta la cintura. Talin al verlo declina seguir avanzando, por lo que se queda en la entrada de la cámara. La gran sala tiene una abertura central circular. Os asomáis y por lo que podéis ver que se convierte en un túnel vertical de unos tres metros desde el techo, cinco contando desde el inicio de la abertura hasta el suelo, que parece acabar en otra abertura circular desde la cual entra una fuerte corriente de aire, por lo que deducís que puede dar al exterior.

Os parece ver que la abertura en el exterior tiene encima suya una barra paralela con algo colgando en ella.

<<Qué poco me gusta estar dentro de cuevas, es desagradable tenerme que mover debajo de la tierra>> miro a mi alrededor y percibo algo peculiar <<¡¡anda!! que cosa tan extraña>> me detengo un momento a pensar << pero realmente, ¿qué no es extraño aquí abajo?. Tengo ganas de poder salir a cielo abierto. Es angustiante estar así, no entiendo como la mayor parte de los enanos pueden vivir toda su vida bajo tierra...>>

Durante unos segundos Talin y Mellongaladh observan la sala y el túnel, aunque Talin se guía por los comentarios de sus compañeros. Deduce que puede tratarse de algún tipo de obra hidráulica, aunque no acaba de determinar que tipo de uso puede ser, tal vez un depósito de agua, tal vez un desagüe, aunque el agua parece limpia, pero no sale, entra. La solución llega cuando Mellongaladh describe con todo lujo de detalles el túnel vertical. El túnel da al exterior, y la barra de madera es un a viga de madera de la cual cuelga un cubo, aunque Mellongaladh, presa de la ansiedad por no poder salir al aire libre, es incapaz de deducir hasta lo más evidente y no logra determinar de que puede tratarse, cosa que si hace el resto, un pozo, se trata de un pozo. Y por la dirección que habéis seguido deducís fácilmente que se trata del pozo que hay en el interior de Deveney, en la plaza del pueblo.

-Vale, estamos en un pozo. Dentro de un pozo, para ser más exactos. Ya sabes, esas cosas que excavan los humanos en sus poblaciones para acceder a aguas subterráneas... -dejo caer así como quien no quiere la cosa, vista la cara de agobio y despiste total que tiene el elfo- El pozo, si he entendido bien, sólo tiene la barra horizontal para sostener el cubo, así que podríamos hacer pasar una cuerda con gancho por encima del madero, que alguien ligero aproveche el gancho para encajar un pie y subirlo estirando de la cuerda hasta el borde del pozo. Y ya desde ahí, abrir las puertas, crear el caos o lo que se tercie... Volvamos con nuestros compañeros, si te parece, Mellongaladh. No sé porqué empiezo a augurar a un Maeglin escabulléndose por ahí arriba... -añado con mi voz también hecha un susurro en esta ocasión, no fuera a ser que los ecos de nuestras voces llegaran hasta arriba, aunque era poco probable por el ruido que estaban armando allí.

Vuestros compañeros se pierden en la oscuridad del túnel, pasan los minutos y nada extraño os perturba. De tanto en tanto os parece escuchar algo hacia el interior del túnel, pero nada que sea preocupante. El frío comienza a hacer efecto, pero por el momento aguantáis, aunque comenzáis a pensar que convendría comenzar a pensar el salir del agua.

Al poco de entrar en el túnel los montaraces dejaron de disparar. Sabéis que están ahí, al otro lado semi-escondidos, vigilando para que no tengáis sorpresas indeseables desde ese lado, y preparados para cubriros en cuanto vayáis a salir del túnel.

Los minutos pasan y todo parece tranquilo, Tharkin y Maeglin vigilan la entrada mientras el resto permanece en el interior, y los heridos descansan. En un momento dado el elfo y el enano se incorporan y os hacen señas para que os mantengáis en silencio.

-Me parece haber oído algo, como un cuerno o varios en la lejanía-dice el enano agarrando fuertemente su hacha de guerra

-Son cuernos, y a lo lejos veo hogueras que se encienden, hacia el norte-dice el elfo-¡es el aviso de ataque!, ¡están atacando el campamento!

-Avisaré a los demás, vosotros quedaros aquí, prepararos para partir, será conveniente que lleguemos al campamento antes que nuestros atacantes o tendremos problemas

Rápidamente Tharkin entra hacia el interior del túnel, mientras los demás os preparáis. La luna comienza a subir en el cielo, aunque sigue estando oscuro, pero aún así el poco brillo de la luna os permite observar movimiento en la otra orilla, y Cúthalion aparece brevemente haciendo señales con las mano antes de volver a desaparecer. Cada cierto tiempo aparece repitiendo las mismas señales antes de desaparecer. 

Estáis a punto de volver cuando escucháis un chapoteo procedente del interior del túnel. El chapoteo se incrementa y podéis observar a Tharkin que se acerca hacia vosotros lo más rápidamente que el agua le permite.

-¡Buf, Buf!, ¡maldita agua, casi no puedo correr!, ¡Buf!, ¡han encendido las hogueras de aviso y soplado los cuernos!, ¡nos atacan!, ¡atacan el campamento!

-Si es que era de esperar... -el gesto de cansancio de Talin es patente y fácilmente interpretable- ¡Vamos!

Y de paso saldremos de esta ratonera, porque por un momento me temí lo peor.

Después de la explicación de Talin pienso en lo lógica que resulta y me sorprendo de que no se me haya ocurrido antes. Al ver a Tharkin me giro y les sigo.