Partida Rol por web

Con su cerveza junto a la barra, dedicando su tiempo a observar a los demás. Quien más sabía de los demás, más podía actuar llegado el momento, y más lejos llegaría. Él sabía donde otros ignoraban, y era mejor que así siguiera siendo. Por eso el máximo gesto que realizó fue llevar la jarra hasta sus labios y acto seguido, saborear el sabor de una cerveza que le parecía pobre e insípida. Lo máximo a lo que podía esperar un lugar como aquel, refugio y escondite de tantos.

Levantó la mirada hacia el reloj cuando las agujas se acercaban a su punto más alto. Dejó la cerveza sobre la barra y apoyó el brazo sobre la madera, sin apartar la vista del reloj, justo cuando este dio las doce y algo pareció romperse dentro del mismo, haciendo que el mismo se desplomara mientras el hombre de caracter templado se dedicó a observar como se derrumbaba, a sus ojos, a camara lenta.

Simplemente alzó las cejas, negando lentamente con la cabeza sin decir nada. Si se sorprendía, si le llamaba la atención o si se había asustado, no era algo que hubiera exteriorizado. Simplemente, negó con la cabeza sin decir nada más. Lo que si es cierto, es que no pudo evitar dibujar una diminuta sonrisa, con una ahogada carcajada ante la actuación de más de uno. Tuvo que aguantar las ganas de reirse de más de uno, y gracias a la formación profesional, lo consiguió.

Aun estaba ahogando aquella carcajada cuando apareció uno más en escena. Un tipo que parecía haber escapado del hospital, al menos por la bata que llevaba. Parecía que el hospital estaba de... capa caida. No le extrañaba al Señor Lobo aquella idea. Pero Aun estaba centrado en aquel hombre corriendo cuando cayó al suelo y comenzó a... hacer aquello.

Aquella transformación si que hizo a Roberto apartarse de la barra para subirse a una mesa y tener linea de visión directa de lo que ocurría. Cuando el hombre acabó por desplomarse, inclinó la cabeza ligeramente. Definitivamente, el hospital estaba de capa caida, dejando que sus pacientes salieran corriendo para morir en medio de la calle.

Pero aquella... transformación le hizo pensar en otra cosa. Miró entonces a dos personas, a dos mujeres y frunció el ceño. - Interesante. - Murmuró para si mismo. - Parece que ha... comenzado. - Acabó por decir, bajandose de la mesa para volver junto a la barra. Ahora el momento de observar, de prestar atención en los movimientos ajenos y así poder moverse él con más comodidad.

El silencio sepulcral sel rompió cuando a lo lejos se oía las ambulancias que habían sido llamadas. Para los curiosos que habían ido a comprobar el estado del hombre, se encontraban aquella grotesca imagen de algo a medio transformar completamente muerto. Parecía una broma de mal gusto. Alguien estuvo rápido y con lo primera lona que pudo, tapó el cuerpo.

Zack llevó a Antye con su familia y después de asegurarse de que estaban bien, corrió a buscar a Eileen. Los niños Lawler corriendo hacia su madre, evidentemente asustados. El ayudante de Giselle se metió entre la multitud. La alcaldesa corrió al escenario y pidió atención. Dijo que inmediatamente iba a empezar dos movilizaciones para saber que le había ocurrido a la torre y que ha pasado con el recién fallecido. 

Las ambulancias habían llegado. Una de ellas se llevó el cuerpo con el coche del sheriff detrás, la investigación debía comenzar. La otra ambulancia comenzó a tratar a los heridos que eran poco y no muy graves por suerte. Poco a poco la gente, falta de ánimos y asustada por lo que acababan de vivir, comenzaron a irse. 

Antye se cercioró que su familia estuviese a salvo, aunque el más afectado fue su hermano menor Michael, quien lloraba por lo que había pasado y era consolado por su mamá; por otro lado, su padre y su otro hermano John querían averiguar qué sucedió, por lo que ambos se dirigieron a las autoridades e indagar lo mejor que pudiesen.

La pelirroja trató de animar al pequeño Michael abrazándolo y arrullándolo, surtiendo efecto a los pocos minutos logrando que durmiera. Se lo tendió a su mamá y le dijo que esperara a los demás en un lugar seguro, pues ella vería si los demás estaban bien.

Primero fue con Raphaelle y sus hijos quienes eran acompañados por una chica joven extranjera, preguntó si todos estaban bien y si ocupaban ayuda aunque sabía que no era así, pues la morena era muy fuerte y podría sobrellevar este mal rato. Mientras esperaba respuesta dedicó una mirada a donde estaban las ambulancias cuestionándose que habria sido todo aquello.

Mientras algunas personas van llegando en medio del caos, como por ejemplo la profesora simpática (¿era eso posible?) que había visto en la escuela y un tipo con un perro que no quería cerrar el hocico - el ruido de los ladridos constantes empezaba a ponerla de aún peor humor - ella se preocupa de revisar que los chicos estén bien y sin heridas. Escaneo maternal automático. Para su suerte los tres mayores le habían hecho caso y habían corrido de vuelta, y eso era más de lo que podía pedir. Y por lo mismo, le importaba una mierda lo que estuviese diciendo la alcaldesa ahora en el escenario, porque lo que era ella estaba muy ocupada sonriéndole a los dos Lawler que no llevaban su apellido y asegurándoles que el susto ya había pasado, que todo estaba bien. Nada de qué preocuparse, solo un edificio viejo y gente inepta que no le da mantención. ¿Y sobre el tipo? Pues nada, algún pobre hombre enfermo. No iba a entrar en detalles sobre por qué tenía bata del hospital o como se había escapado. 

Entonces vio a la pelirroja llegar. Seguían sorprendiéndole aquellos gestos tan dulces y distintos al común de la gente de aquel lugar, pero claro, era justamente por ser diferente como era que le concedía la confianza que no le concedía al resto. Sentía una deuda enorme con ella, aunque jamás hubiese habido una acción tan importante para establecerla. 

Tranquila, todo bien aquí - respondió ya de pie nuevamente, con gesto tranquilo. El peligro ya había pasado. - ¿Como está tu familia? ¿Algún herido? - preguntó con genuino interés. Entonces recordó que tenía a la asiática al lado y que las probabilidades era que no la conociera, y justamente le interesaba que lo hiciera - Antye, Ivy. Ivy, Antye. - las presentó - Ivy es muda y extranjera, así que tenle la misma paciencia que a mí, por favor. - medio bromeó, con una sonrisa ladeada.

Como era de esperar, aquella payasa que se hacia llamar alcaldesa, lejos de lograr infundar confianza y seguridad en los corazones de los alli presentes, solo consiguio que, poco a poco, la moral fuera decayendo, y fueran mucho los que acabaran por abandonar el lugar, despues de que la ambulancia se marchara de alli, custodiada por el coche de policia, terminando con la poca emocion que quedaba a aquellas alturas para todas aquellas almas sedientas de morbo.

-Patético. -me limité a espetar, en voz lo suficientemente alta para que mas de uno me oyera, negando con desaprobacion. ¿Pero como podia haber llegado a ostentar aquel cargo? Inexplicable. Inconcebible. Patético. Si.

En cualquier caso, ahora habia cosas que se antojaban incluso más importante que mi carrera politica, por increible que pudiera parecer. Y asi, aproveché que la multitud parecía ir desarmándose poco a poco para, con aire causal y sin aparentar un interes exarcebado, ir acercándome hasta aquella torre ahora en ruinas, y hasta los escombros que había ahora en el suelo de la plaza, paseando mi vista sobre ellos, paseando incluso entre aquellos restos, mientras mi miraba buscaba una posible explicacion a aquel suceso.

Y, durante un instante, me mantuve de espaldas al resto, deteniendome entre aquellos trozos de piedra y metal, agachandome entre ellos, mientras posaba mis manos sobre aquellas piedras, apoyandome en ellas para no perder el equilibrio mientras seguia recorriendo aquellas ruinas.

Magia.

O algun rastro de ella. Eso es lo que buscaba cuando, de espaldas a la multitud, me agache, fingiendo apoyarme en aquellas piedras derruidas cuando, en realidad, lo unico que buscaba era un contacto con ellas que me revelara algo mas sobre lo sucedido.

Cerre los ojos, concentrandome, aspirando con fuerza, mientras intentaba recuperar aquel poder que, en aquel lado del espejo, se me habia negado, al parecer. Todo habria resultado tan sencillo en casa... Realmente, aquel lado de la realidad era un auténtico engorro. Y, si para aquella hada atontada lo que habia sucedido aquella noche no significaba nada, para mi estaba mas que claro que acababamos de presenciar la aparicion de un licántropo. Algo que, en aquel lado era de todo menos comun. ¿Significaba aquellos que ELLA estaba cerca? ¿Era su poder lo que habiamos notado? Esperaba que aquellas piedras pudieran decirme algo mas, que si mi poder me fallaba, mi instinto no lo hiciera. Necesitaba algo, un hilo del que tirar. Y entonces sería el momento de hablar con Montoya y con Amaranta. Por mucho que me fastidiara, estaba claro que eran los unicos con los que podia contar para aquello.

Él estaba más interesado en otros asuntos más importantes que en preocuparse si había heridos, quien había hecho mal su trabajo -él ya sabía quien era un fracasado y quien no- y sobretodo, no estaba preocupado en mariposear de un lado a otro preocupándose por el estado psicológico de nadie. Pero si había algo que había llamado su atención.

Y por eso, de forma totalmente casual, se acercó a las ruinas del campanario, aprovechando la distracción general.

- De donde vengo, este tipo de brujería no es algo nuevo. Ahora solo me queda saber... ¿Has sido tu o ha sido la otra? -

La gente empezó a acercarse a aquél extraño hombre, que había muerto tras ¿un intento de transformación fallida a bestia? Yo había preferido quedarme atrás, mejor no mirarle, me sentía inquieta y lo único que deseaba era que se lo llevaran de allí pronto.  Ten cuidado por favor.  Le pedí a mi amiga antes de que se marchara.

Me sentí un poquito más aliviada cuando llegaron las ambulancias y lo taparon y se lo llevaron.

Fue entonces cuando vi aparecer a Zack, ya lo había buscado antes con la mirada y sabía que estaba bien y que no le había pasado nada, pero me sentía mucho mejor tenerlo a mi lado. Le agarré de la mano cuando se acercó, no quería que se fuera muy lejos después de lo ocurrido. Zack, crees que habrá más gente como él? Le pregunté preocupada, al muchacho. Qué es? Y si el próximo si consigue transformarse? Sabía que cualquiera pensaría en aquél hombre como un pobre desgraciado con alguna extraña enfermedad hasta entonces desconocida, la lógica me decía que las transformaciones en bestias no existían y que tenía que tener otra explicación; pero había algo en mi interior que me decía que no era así, que no era una extraña enfermedad, que si ese hombre hubiera conseguido transformarse sin morir,  las consecuencias hubiesen sido terribles. Quizás una especie de experimento fallido?? pensé en alto. Y si había más como él y el próximo si conseguía terminar la transformación?? quizás le estoy dando demasiadas vueltas.... los experimentos extraños era algo que sólo sucedía en las películas, era imposible que fuera eso, no?

La fiesta se habia ido al traste a base de bien. Mire al sujeto reconociendo finalmente que si, era el mismo hombre que esta mañana me habia tenido pegado a la mesa de operaciones casi todo el dia. Estuie lo que le habia pasado y sencillamente no tenia explicacion medica que dar. Las transformaciones o los cambios oseos son cosas de la fantasia y la ciencia ficcion, o deberian serlo. Mis ojos no dejaban de estudiar al sujeto hasta que llegaron los de la ambulancia y junto con el sheriff se lo llevaban de alli. Fui bastante claro con los de la ambulancia. Nada de tocarlo, ni hacer nada con el sujeto, queria que lo pusieran en una sala aparte dentro de la morgue y que le dijeran al medico que estaba alli, que corriera con todos los analisis que existian, que no tardaria en ir.

Luego me gire hacia Andy, ella aun estaba con el arma en la mano aunque en posicion relajada. - Quiero ir al hospital a ver que narices es eso, pero antes echemos un vistazo para ver que todo el mundo esta bien. - Despues de este tipo de situaciones podian darse shocks y traumas, cosa bastante normal, no queria que se llenara el hospital por algo que era mejor dejar correr, al menos de cara al publico. Aun asi los primeros cuchicheos ya habian comenzado y no era para menos. La unica parte buena es que nadie habia salido herido, ni con lo que fuera ese hombre, ni con la caida del reloj, la otra ambulancia ya estaba atendiendo a los pocos heridos leves que habia.

La alcaldesa pidio atencion diciendo que en breve todo estaria solucionado mientras abria movilizaciones al respecto. Politicos, siempre pensando en su culo y en como quedan delante de la multitud. Entendia el juego, disfrutaba de el pero no en momentos asi. Crei notar que la señorita Dupont tenia algo que decir, pero no fui capaz de escucharla debido a la distancia, por lo demas parecia que los niños de Raphaelle estaban bien y eso asi mismo me hizo preguntarme si mi hermana habia venido a la fiesta pero por mas que miraba no la encontraba. Saque el movil y rapidamente le mande un mensaje, queria asegurarme de que estaba bien. Aprete la mano de Andy, ella sabia de esto mas que yo pero aun asi, era reconfortante tenerla cerca. - Voy a la ambulancia a ver como va la cosa y luego podemos ir al hospital ¿vale?

Me acerque a la ambulancia mientras hablaba con aquellos pacientes que conocia preocupandome por su estado y quitandole importancia a las heridas para que se sintieran mejor. La verdad es que habiamos tenido mucha suerte. Aun asi, seguia sin ver a mi hermana, o mi sobrino y eso me intranquilizaba sobremanera.

Había visto a Ivy o Ivy me había visto a mi primero. Le devuelvo su saludo alzando el brazo y colocándole una sonrisa y me dirijo hasta donde se encuentra ella y su "madre". 

-Parece que llego tarde y menos mal. - Miro alrededor mientras hablo atropelladamente. -¿Qué ha pasado? ¿Hay alguien herido a parte del... Señor Hombre-Lobo?-. Me muerdo el labio al imaginarme que he debido llegar como una lunática, hablando como si tuviera toda la confianza del mundo y me entra el repentino ataque de vergüenza adolescente. -Esto... Hola, por cierto, me alegro de volver a veros. 

Reparo en la chica pelirroja  y le tiendo la mano. -No es momento para presentaciones pero soy Mara y bastante nueva por aquí. Derribar campanarios no estaba en el planning de fiestas, ¿no?

Poco a poco me acerqué hasta donde podía sin llamar la atención, pero lo cierto es que no me resultó de mucho, pues tampoco se sacaba nada en claro de la escena; salvo que era la primera vez, que yo recordara, que pasaba algo así en Storybrooke. Lo cierto es que me sentía un poco abrumada por la situación. Siempre había considerado el pueblo como seguro, y esto evidentemente amenazaba ese concepto. En ese momento , escuché a la alcaldesa pedir atención y explicar la situación. Ni ella sabía lo que estaba pasando.

Me ubiqué en mi posición para ver de qué forma podría resultar útil, aunque poco podía hacer allí en aquel momento. Las ambulancias ya estaban allí y había un doctor que parecía ocuparse de todo. Con la misma, vi cómo un extraño hombre se acercaba a los restos de la torre. -*Ese ha visto algo, seguro.*- Me di cuenta en el momento de que, al igual que yo, él ya había empezado a buscar motivos para aquellos sucesos. Pero seamos sinceros, él parecía tener algo más que yo, que en ese momento era nada y dolor de cabeza. Volví a ponerme los tacones, y me acerqué más o menos a la misma zona que el hombre. -Parece mentira, ¿eh?- pregunté, sólo mirándolo de reojo mientras me agachaba de cuclillas para inspeccionar los restos más cercanos. -Que esto pase en Storybrooke...- dirigí un momento la mirada al completo hacia el hombre.

Había magia, si, pero no de nadie... sino del propio reloj. El reloj desprendía magia, pero se estaba perdiendo, estaba muriendo y quizás la caída era una señal de que al pueblo entero no le faltaba mucho para hacer lo mismo. Aunque claro, eso solo eran suposiciones tuyas... A lo lejos veías que tu fiel Divell seguía haciendo reconocimiento.

Lo paramedicos atendían todo lo rápido y eficiente que podían, por suerte no hacía mucha falta tu presencia, aunque tus pacientes agradecían tu presencia. Era eso, suerte lo que había pasado, solo alguna brecha superflua, nada que requiriera una visita al hospital. Podías estar tranquilo, en cierta manera, claro. Aún te quedaba por saber que le pasó al paciente de esta mañana, si es que realmente era él. 

Alzó una ceja al escuchar tus divagaciones para después sonreír al comprobar que estaba bien - ¿Experimentos en Storybrooke?- rió secamente, para después sacar un cigarro y ponerse a fumar. Echó el humo hacia el otro lado y después te miró encogiéndose de hombros -No será nada, ya dirán algo en el periódico- le quitó hierro al asunto, porque todo era de demasiado ciencia ficción, tenía que haber alguna explicación. -¿Quieres que volvamos a casa?- ladeó un poco la cabeza para después dar otra calada. 

Me alegro comprobar que no habia nada serio, algun corte, problemas por algun rebote o astillas clavadas pero nada realmente serio o que implicara ser ingresado. Todos estarian en casa con sus familiares esta noche y eso sin duda me alegraba, era buena publicidad para el hospital, aunque no lo fuera tanto para el pueblo el desplome de la torre del reloj.

Una vez hube hablado con varios de los pacientes di una vuelta para ver si encontraba a mi hermana y mi sobrino, estaba seguro de que los veria por aqui. Mas conforme pasaban los minutos y no la veia por ningun lado me preocupaba cada vez mas, sabia que estaba aqui y no estaba entre los heridos, asi que ¿donde estaba?

En una de mis vueltas y mas vueltas vi a Raphaelle con toda su tropa de niños y al menos dos que no me sonaban. No tenia claro si eran del pueblo o recien llegadas, fuera como fuera la cirujana era conocida y uno de sus hijos tenia relacion con mi sobrino, quizas ellos los hubieran visto. Un simple estan bien me bastaba en estos momentos. Asi que sin dudarlo y sin dejar de mirar a mi alrededor mi diriji a donde Rapha, esperando que tuviera buenas noticias para mi.

-Mi familia está bien.. afortunadamente nadie salió herido.

Antye respondió muy aliviada por la pregunta de Raphaelle e igual por percatarse que de su parte también estaban a salvo. Todo eso había sido muy raro, pero esperaba que su padre ya estuviese averiguando algo porque estaba preguntando, observando y reflexionando junto a su hermano John, quienes estaban cerca de dos personas que no conocía (Giselle y Roberto) y Pearl. Se desconcentró un poco con la presentación de Ivy, y aunque le sonrió de manera afable era evidente que seguía nerviosa.

-Hola, Ivy-¿ella sabría leer los labios?* No sabía, pero esperaba que con su sonrisa la extranjera entendiese que no buscaba ofenderla ni nada por el estilo. De reojo miraba a donde estaba Eileen sin saber si acercarse o no, pues no quería interrumpirle o... hacerle enojar. No pudo evitar suspirar y ahora llegó otra mujer que no conocía que se presentaba como Mara.

-Me llamo Antye... disculpa las circunstancias con las que nuestra presentación se llevó a cabo-se encogió de hombros y correspondió la mano de la rubia para formalizar el saludo-. Lástima que le tocó ver algo desagradable... pobre hombre...

Volvió a ver a las ambulancias esperanzada de poder ver algo que los demás no.

Me quedé pensativa unos segundos, tenía razón, la idea de experimentos en storybrooke parecía absurda, pero estaba claro que algo pasaba.  De todos modos, no era buena idea divagar así delante de Zack y asustarle innecesariamente,  era mejor cambiar de tema y quitarle hierro al asunto de momento.

Y que es eso que veo?? Un cigarro?? Quieres que te mate un cáncer y dejarme huérfana otra vez? le quité el cigarro de las manos, para después y para su sorpresa, metérmelo en la boca y darle una calada. Pues ala, que nos mate a los dos el cáncer. Le respondí con una medio sonrisa. Quizás era el momento de dejar de ser su madre, de otra forma nunca me vería como a una mujer, además yo también necesitaba fumarme uno.  Ah! Esto no es lo que llaman los japoneses un beso indirecto??? Le piqué un poco para ver su reacción; si no hacía nada, la pelirroja lo tendría para siempre y yo me quedaría sin él.  Le devolví el cigarro y le agarré la mano de nuevo, vale, volvamos a casa.

Miré a mi alrededor buscando a Pearl, pero no la vi por ningún lado. Dónde se habrá metido Pearl? espero que no se meta en ningún lío. Esa vena de madre iba a ser difícil quitármela. Bueno…le escribiré un mensaje. No, había que ser menos madre y más mujer! Estaba decidido. Cogí mi teléfono para mandar un mensaje. Vamos para casa mientras si quieres, le dije a Zac, mientras seguía escribiendo el mensaje.