Partida Rol por web

Once Upon a Time: Homecoming

Granny's

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04/04/2017, 13:50
Troye Sammuels

Me atrevía a acariciar al perro en la cabeza, igual que acaricio a Sparks cuando viene corriendo a buscarme y me pongo en pie. Posiblemente se habría quedado cortado, o simplemente le caí mal. No era algo que me extrañara. Anda que... ¿En qué estaría pensando al intentar socializar? Recuerdo que me reí dentro de mi cabeza al darme cuenta de eso, y me encogí de hombros. Tampoco les puedo obligar. Me puse en pie y abané un poco con la mano a la abuelita. -Adiós abuelita.- me despedí, para luego darme la vuelta hacia la puerta y salir del Granny's.

Notas de juego

Salgo.

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04/04/2017, 17:40
*Directora*

Nathan, después de acabar su desayuno y algo cansado de que les echasen malas miradas por ser el ratero del pueblo. Se fue de allí pagando la cuenta bajo la atenta mirada de la Abuelita. Se acercó con la intención de acariciar a Pipo, pero al ser un animal tan robusto y con esa enorme boca, lo mejor que hizo fue irse.

Notas de juego

Nathaniel out

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09/04/2017, 21:35
Leroy Fitch

Varias eran las personas que estaba allí dentro, algunos miraban a Pipo, que estaba hambriento. Se nos acercó una abuelita sonriente, - "Lo siento muchacho, no aceptamos perros." - Dijo entre dientes.

Lo siento señora, no queremos problemas, sólo comer algo y una habitación para dormir, al menos, la tarde entera. - Espero que no me diga que tampoco aceptan perros en los apartamentos, tendríamos que buscar otro sitio donde meternos. - Pipo no hará nada malo, soy su dueño desde que era un cachorro enano. Me hago totalmente responsable de lo que pueda hacer, pero por favor, necesitamos algo de comer.

La abuelita no parecía mala persona, espero que entrase en razón y aceptase atendernos ahora. - Soy Leroy, encantado. - Dije a la señora. - En el bus de esta misma mañana he llegado. 

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21/05/2017, 23:07
Roberto Lobo Montoya

Después de lo ocurrido el día anterior, y lo poco fructífero de la búsqueda entre los restos, quedaba el meditar sobre que hacian allí, como había icurrido, porque había ocurrido y como se desarrollaría los acontecimientos de aquí, en adelante. Roberto había llegado a altas horas de la noche al hostal, y se había echado a dormir estando practicamente vestido, solo quitándose lo esencial para poder dormir.

Al despertar, solo calzaba los calcetines y la ropa interior, así como una camiseta de interior mientras observaba el techo. Hacía un día especialmente tranquilo, sin coches, sin ruido, sin televisiones o radios. Algo de agradecer, todo sea dicho. Así que se quedó rezagado un rato más en la cama, con las manos tras la nuca, mirando el techo, pensando.

La destrucción del reloj había sido cosa de la magia. La bruja lo había dicho, y él lo secundaba y lo creía. De donde ellos venían, la magia había llegado a su final y había desaparecido, así como sus respectivos mundos. Mediante la magia. Como aquel insentato, aquel cambiaformas que no llegó a transformarse. No lo sabía y aquella había sido una demostración de donde podía llegar, o por lo contraría, él era un exiliado más que no fue capaz de ser él mismo.

De ser lo segundo, aquello que había ocurrido del lugar de donde venían, pasaría aquí también. Debía evitarlo, si deseaba volver algún día a casa. Necesitaría preguntar en algunos sitios, comenzar por donde nadie empezaba dada la naturaleza de la ocurrencia: Lugares mágicos. O lugares encantados, también le servirían. Se puso en pie, se aseó y se vistió.

Era momento de ponerse manos a la obra.

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21/05/2017, 23:19
Roberto Lobo Montoya

Bajó las escaleras, observando a la gente, quejándose y comportandose de una forma extraña, al menos para él, y se acercó hasta la barra para recibir a la anciana. - Buenos días, Abuelita. - Se quedó unos segundos callado, observó el silencio del lugar y miró la televisión, apagada, y la radio en silencio. 

- ¿Ocurre algo? - añadió, obsdervando que estaba todo apagado y sin coches en la calle.