Partida Rol por web

Zaev se mueve agilmente buscando flanquear al lobo que ataca a Dalía y Alatar consigue disipar el conjuro de vuelo de Lazarov, que desciende flotando hasta el suelo mientras su cara muestra una expresión de incredulidad...

Garv se acerca a auxiliar a Dalía...

Dalía supo que el combate estaba próximo a acabar, así que decidió no gastar ningún conjuro más, adoptó una guarda más segura y golpeó tomando menos riesgos, no buscaba realmente hacer daño, sino mantener a su enemigo entretenido mientras sus compañeros terminaban el trabajo. Los dos golpes entraron pero las protecciones de su naturaleza infernal redujeron el daño al mínimo.

Al acercarse a curar a Dalía Garv no puede evitar que, con un rugido de triunfo, el lobo demoníaco le haga un corte en un costado...

Por su parte, Lazarov, que todavía no se cree que un aprendiz como el humano que tiene enfrente haya conseguido desbaratar su conjuro de vuelo, desaparece de nuevo en una explosión de humo verdoso para aparecer de nuevo sobre la posada, justo en el borde del piso superior.

Desde allí,  y como un macabro director de orquesta, dirige el movimiento de la esfera llameante que se dirige de nuevo a Alatar con un movimiento de mano izquierda. Al mismo tiempo con el índice de la derecha señala al mago y de él surge una pequeña esfera de fuego que al acercarse al mago detona en una gran conflagración, afectando a este, a sus compañeros que se encuentran bajo el y a los lobos demoníacos restantes, cuya seguridad no parece importar demasiado al mago hombre-lobo...

"Si el fuego mágico no tiene efecto, es que no estás usando el suficiente. ¡¡Morid!!"

Dalía nota como el fuego la abrasa. Por su mente solo pasa un pensamiento absurdo "Total ya me han tumbado dos veces..."

Alatar se lleva la mano al pecho, sintiendo como la maldición nubla sus sentidos. Cuando ve la bola de fuego dirigiéndose a él, ya es demasiado tarde. Se concentra y logra contrarrestar el fuego mágico, pero sus reservas mágicas para ello se han terminado...

Al menos espera que el condenado licántropo no sea consciente de ello...

- Tus trucos no te servirán, criatura. ¡Ríndete!

Dalía y Zaev se echan agilmente al suelo, evitando gran parte del daño de la conflagación. Garv y Alatar reciben el impacto de lleno aunque la resistencia intrínseca a los abjuradores protege al mago de gran parte del daño.

La esfera flamígera cae de nuevo a tierra bajo Alatar, sin dejar de rodar sobre si misma...

"Vaya, eso fue inesperado" piensa para sí mismo Lazarov cuando ve a Alatar emerger de entre las llamas practicamente indemne...

La bola de fuego descendió sobre sus compañeros, que a duras penas esquivaron la detonación. Desde aquella posición ventajosa aquél mago tenía la partida ganada si no hacía algo al respecto. Buscó de nuevo la cobertura de los escombros y esperó...

Eredhir avanza con cautela buscando la mejor posición de tiro contra Lazarov.

Cambiando de objetivo, el Lobo que atacaba a Dalía intenta evitar el flanqueo con un salvaje ataque que casi arranca la cabeza a Zaev. El resto de los ataques son inefectivos, con lo que los héroes se disponen a acabar con los últimos restos de la maltrecha manada...

Viendo que se le habían acabado los lobos de alrededor, y que subir a por el perro mayor al tejado era absurdo dado que se podía teletransportar, se decidió a ir por la vía mas corta hacia el lobo más cercano.

¡Dejadme los canes a mi, vosotros encargaos de la cotorra esa que esta posada en el tejado!

Cuando el hombre-lobo que atacaba a la oráculo se giró hacia él, el pícaro vio como la sangre de Dalia le goteaba de las fauces y de la Falcata. Encajó el sablazo y aprovechó el desequilibro del cambiaformas tras su ataque para apuñalarlo repetidamente. Ojo por ojo.

- Vamos Dalia, ya son nuestros. Su tono era cálido, pero su mirada era de pura determinación. Y ahora estaba clavada en Lazarov.

Garin avanza con cuidado entre las piedras hacia los últimos enemigos mientras Zaev apuñala repetidamente y sin piedad al lobo que tantos quebraderos de cabeza había producido a Dalía, que se derrumba finalmente con la sangre manando a borbotenes de su yugular...

Alatar decidió anular la amenaza del mago licántropo cuanto antes, así que se concentró para devolverle un poco de su propia medicina.

- Veámos qué tal se te da a ti...

Mientras recita su conjuro de bola de fuego, mueve sus manos hasta que termina señalando al hombre lobo, y dispara. Inmediatamente después, vuela hacia el lado este de la posada.

"Necesitarás más que eso" dice lacónicamente Estovion mientras se hace agilmente a un lado evitando lo peor de la bola de fuego...
 

Al posarte cerca de la ventana, no puedes evitar echar un vistazo al interior puesto que las contraventanas hace tiempo que sucumbieron a la podredumbre y las termitas.

Al final del corredor del que tienes visión, hacia el sur de donde te encuentras, vislumbras una figura de cabellos largos y ropajes refinados, que podrían corresponder a un noble o un rico comerciante. En este momento, dicha figura te da la espalda, como no consciente o indiferente a tu presencia.

Sin embargo, varias cosas te dicen que no se trata de un ser viviente: la figura es completamente blanca, translúcida y además sus pies flotan a varios palmos del suelo...