Partida Rol por web

Pathfinder: Kingmaker

Episodio I, Capítulo IV: La casa del Alquimista

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09/10/2019, 18:32
Kalia

Alcé las cejas, como presumiendo, en cuanto la chica rara dijo eso de que había sido rápido, como si eso fuera algo bueno. ¿Habría querido quedarme más? Desde luego. Pero no iba a ser ni mucho menos las última vez que pasase por aquí. Y decían que las mejores bombas iban en frascos pequeños. O algo así.

Al escuchar el tono de la respuesta de la chica pensé que iba a aburrirme. Tenía pinta de ser mucho blablabla y mucho rollo. Sin embargo, con lo de las profecías, los sesenta y seis días y todo eso, me enganchó totalmente a la historia. Poco a poco mi sonrisa fue creciendo, y tuve que contenerme para no interrumpirla y decirle que sí, que se viniera con nosotros. Apreté los puños y los labios para no intervenir, y más cuando se ofreció a que preguntásemos cosas... Pero lo primero era lo primero. Supuse que nos separaríamos para debatir entre nosotros antes de dar una respuesta, pero me alegré al ver que no era así para nada. Y sólo por si acaso, me esperé hasta que Turio diera una respuesta. Sentí alegría al ver que todos aceptaban... Y expectación justo antes de que el caballero también lo hiciera. En ese momento me sentí como si estuviéramos en un concurso de talentos, y por ahora la chica tenía del jurados todos los síes.

—¡Claro que te puedes venir! —dije de manera desenfadada, encantada con la idea. Además, lo de no ser la única chica molaba.

—Yo tengo preguntas —anuncié entonces, dudando sobre por dónde empezar—. ¿Has ido contando los días hasta hoy, o has restado así de rápido? —dije en primer lugar—. ¿Cómo sabes que debías encontrarte con nosotros y no con otro grupo que venga dentro de un par de horas? ¿Hay muchas aberraciones de esas entonces por aquí? Porque sabíamos de los bandidos, pero de eso nada. ¿Los no-muertos pueden ser bandidos? —Hice una pequeña pausa, valorando si preguntar todo lo que quisiéramos era sólo sobre su misión, o en general—. ¿Eso son tatuajes-tatuajes? ¿Duele hacérselos? ¿De qué parte de lejos vienes exactamente?

En ese punto me detuve y la miré un instante antes de pasar la vista a los demás. Quizá no estaría de más explicarle qué era lo que estábamos haciendo nosotros aquí.

—A nosotros nos han mandado desde Restov para pacificar estas tierras y librarlas del bandidaje —enuncié antes de encogerme de hombros—. Bueno, eso a Turio y a mí. Antes venían más con nosotros, pero están presos o muertos. A Tydius lo mandan los druidas, y Arion viene con él, y a Silas lo mandan los de su círculo de fieles, o algo así. Pero bueno, el caso: que vamos a hacer que estas tierras sean seguras para que la gente pueda vivir en paz y no vayan los bandidos por ahí robando y cortando dedos. Ya nos hemos enfrentado con algunos en un puesto comercial cercano, y nos dijeron dónde estaba el campamento de donde venían. Hacia allí nos dirigimos ahora. —Justo en ese momento caí en algo y la miré, sintiéndome un poco idiota—. Sería una faena que fueras una de ellos, la verdad.

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10/10/2019, 06:08
Xerxes

Todos parecieron aceptar su oferta. Tranquilamente asintió, entendiendo que su diosa había propiciado que todo esto tuviese lugar y no le quedaba duda de que su destino era uno junto con el de aquel grupo. Estrechó en respuesta la mano de Turio, sin sonreír, pero asintiendo de forma respetuosa. -Me complace poder unirme a vosotros- dice con optimismo sereno y sobrio, sin demostrar una expresión diferente a la que siempre ostentaba.

Luego, la Tiflin que había estado con el alquimista es quien decide preguntarle. Sus ojos se abren un poco, tomada por sorpresa, pero luego vuelven a su expresión natural, mientras asiente y responder con amabilidad, manteniendo la compostura y un tono neutro.

-He ido contando los días- dice ante la primera interrogante. 

-Lo sé porque me he encontrado con vosotros y no con otro grupo. Las cosas han sucedido como debían suceder para estar aquí hablando con vosotros. No sabía con quienes me iba a encontrar, pero vuestra respuesta lo deja en claro- explica ella con tranquilidad. No hay desdén o una actitud soberbia, sino llanamente la explicación de algo claro en la mente de Xerxes.

-No lo sé. Pero si es mi destino venir aquí, es probable que así sea- explica ante la tercera duda. -De otro modo, probablemente mi señora no se habría molestado en enviarme aquel sueño. Pocas veces interviene en los destinos de nuestras razas- añade mirando al resto.

-Supongo que pueden serlo. Pero no es realmente importante. Su sola existencia es una violación al orden natural, sea cual sea su papel, mi misión es destruirlos para que mi diosa pueda juzgarles. Agradezco tener ahora aliados en dicha misión- dice con una reverencia de agradecimiento.

-Son tatuajes-tatuajes. Duelen según la zona. En la nuca duelen más- responde sin dar muestras de impacientarse o agotarse.

-Vengo del sur. De Isger. Hace muchos años viví en una pequeña aldea llamada Ludum, pero desde que sirvo a Pharasma, he estado en constante peregrinación- explica.

Escucha lo que la tiflin dice, y asiente. Ahora sabía la misión de sus compañeros. -Entonces también será mi misión liberar a estas tierras de los bandidos. Tenéis mi palabra- dice ceremoniosamente. Luego aclara a Kalia.

-No hago parte de los bandidos. Ha sucedido todo de tal manera que no los encontrase antes de dar con vosotros.- explica con bastante seguridad.