Partida Rol por web

Pathfinder: Kingmaker

Escena Silas y Arion (Puesto Oleg)

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25/08/2019, 14:08
Narrador

En la media hora previa a la partida, Arion había ido a recuperar sus armas de los bandidos. Sin embargo, cuando estaba a punto de empezar a registrar los cadáveres, una figura familiar se le apareció a su espalda. Era el paladín, que lo miraba fijamente con aquellos ojos resplandecientes.

Notas de juego

He sido breve por si alguno de vosotros quería hacer algo más desarrollado. Puedo cambiar la escena si no es lo que pretendían tampoco.

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26/08/2019, 11:25
Arion B'dha

El joven bárbaro frunció el ceño al reconocer la figura del hombre santo en aquel lugar, donde desde luego no esperaba encontrarle.

"O, quizás, si... Si se propone elevar una plegaria por el alma de los muertos."

Su pueblo tenía sus propios rituales y tradiciones al respecto, aunque sospechaba que algunos de sus compañeros las tacharían de supersticiones sin sentido.

Con un casi imperceptible encogimiento de hombros, el muchacho recorrió la distancia que los separaba antes de llamar si atención.

- Silas.- Le dedicó una mirada especulativa y curiosa.- No quisiera interrumpir.- Arion bajó la vista hacia los cadáveres y la montonera que era su equipo. No le había quedado muy claro si iban a darselo a Oleg como pago por sus servicios o si este se lo iba a quedar de todos modos, vendiéndoselo a pesar de que había algunas cosas que no estaban en muy buenas condiciones.- Creo que mi hacha de mano está entre sus cosas y me gustaría recuperarla.

El joven bárbaro se expresó en términos claros pero intentando siempre ser respetuoso. Algo había carbonizado al líder de los bandidos mientras Silas yacía en el suelo. La posibilidad de que un Dios hubiese intercedido y protegido a aquel extraño personaje inspiraba un reverencial sentimiento de temor, que Arion combatía como buenamente podía.

- Puedo esperar a que termines.

Notas de juego

A mí me vale. Suponiendo que el juramento de sangre se ha realizado y Arion no se ha desmayado por la perdida de sangre, lleva la mano izquierda vendada más o menos toscamente.

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26/08/2019, 12:28
Silas Del’Verenos

Todavía no me podía creer la atrocidad llevada a cabo por el mediano, y digo mediano porque ya no volveré a pronunciar su nombre. Las acciones llevadas a cabo han llenado de oprobio su recuerdo, y tendrá que hacer un esfuerzo titánico para ganarse la redención. Sí es que acaso la busca, aunque en el fondo de mi corazón espero que así sea. Los deseos que tenía, la visión que me había contado que le guiaba... no podía provenir de una mente enferma capaz de disociarse del honor de la forma que el mediano se había alejado. Dudo que en algún momento sea capaz de comprender el razonamiento de aquel... ¿ser? Enajenado.

Mientras observaba los cadáveres que, pronto, serían incinerados para darles un final digno, y evitar la enfermedad y la corrupción de sus cuerpos, el joven bárbaro se acercaba, supongo que a buscar su arma caída en combate. Algo dubitativo, se acerca hasta mi posición y me confirma mis sospechas. Le respondo con un gesto de la mano derecha, indicándole que puede proceder sin problema alguno. Aunque puede parecer que mi rostro no refleja emoción alguna, me encuentro algo entristecido.

-No tienes que pedir permiso para recoger lo que es tuyo. -Confirmo, a la vez que Asiento con la cabeza. -Nadie va a reprochártelo. -Termino diciendo mientras le observo curioso.

Espero, observándole cómo rebusca para tratar de dar con su arma. No puedo evitar pensar en lo diferente que es del resto del grupo, y en su falta de educación, sobre todo, cuando estamos hablando a la hora de respetar las leyes que nos rigen como ciudadanos. Me cruzo de brazos, observándole, y antes de que emprenda el camino de vuelta, le comento.

-Arion, ¿Tendrías un momento para hablar?

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26/08/2019, 14:06
Arion B'dha

El ceño del muchacho volvió a fruncirse, en lo que ya empezaba a conformar una arruga de expresión. Se limitó a asentir y a rebuscar entre los cadáveres hasta hallar, por fin, su pequeña hacha de mano, cuya forma indicaba a las claras que, además de para el combate cerrado, podía llevar la muerte a quien quisiera escapar de Farasma. Aprovechando que estaba acuclillado y que Silas parecía dejarle margen para reclamar lo que era suyo, el joven bárbaro se aprestó a la tarea de cortar un mechón de pelo de cada uno de los cadáveres a los que había abatido, como los trofeos que eran.

Sin embargo, la pregunta del hombre hizo que Arion se revolviese, molesto.

- ¿Qué? Dijiste que no tenía que pedir permiso para recoger lo que era mío.- Apretó el puño en torno a los trozos de cabellera, mientras dejaba colgando su recién recuperada arma, engañosamente laxa entre sus dedos.- Esto es mío.- Sentenció, aguantando en su sitio a que el hombre tomase la palabra.

Notas de juego

La actitud de Arion no es abiertamente hostil, pero tampoco es que este relajado al 100%. Supongamos que podría valorarse como "receloso"... :P

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26/08/2019, 16:26
Silas Del’Verenos

Frunzo el ceño, sin cambiar de posición un sólo ápice al comprobar lo que muestra en su mano. Un acto de rebeldía de un niño jugando a ser como los mayores que le han educado, si es que se le puede llamar a esto educar, para ser un bárbaro que no atienda a la razón. Una rebeldía que muestra, como escudo, ante cualquier tentativa de llevarlo por un camino que se aleje de lo que ya conoce, de la barbarie. Pero debo de ser fuerte, en el fondo es un muchacho solícito que quiere ayudar. No hace más que demostrarlo, pero son muchos años de adoctrinamiento a los que debe hacer frente. Y a esto no sé si será capaz de enfrentarse con el éxito que requiere. Dejo salir el aire por mis fosas nasales, alejando de mi cualquier otro pensamiento que no sea el de tratar de inculcarle una valiosa lección.

-Imagino que son aquellos a los abatiste. -Apunto con voz calmada. -Y lo que tienes en la mano es, de alguna forma, un trofeo. -Continúo observando. 

Bajo los brazos, llevándolos a mis caderas. Sin dejar de mirarle, mostrando mi desaprobación en el gesto que adquiere mi rostro durante este segundo de silencio incómodo que estamos compartiendo. 

-Entiendo que, para ti, es importante contabilizar el número de personas que perecen por tu mano. -Comienzo a hablar, algo más enfadado. -Arrebatar vidas nunca es motivo para enorgullecerse, aunque a veces sea necesario para salvaguardar la tuya propia, o la del necesitado. Pero jamás ha de ser objeto de mofa o recreo propio. -Niego con la cabeza y suspiro. -Muchacho, recorres un camino opuesto al que sigue el resto, y eso es peligroso, tanto para ti, como para nosotros. -Trato de mostrarme mucho más solícito, menos distante. -No hemos venido a limpiar estas tierras del bandidaje para cambiarlo por la barbarie. Y es algo que tienes que comprender, antes de que con tus actos termines cometiendo un acto impulsivo e imperdonable, como el que ha terminado llevando a cabo el mediano.

Mi mente me trae el recuerdo de su esputo tras hablarle de leyes, de su blasfemia al hablarle de los dioses. Acciones que, cualquier otro, enarbolando la justa espada, hubieran sido usadas en su contra, declarándolo irredimible y reincidente. A lo que nadie podría hacer nada en favor del chico, pese a ser sólo un niño. 

-He pasado por alto tus transgresiones y blasfemias, he sido paciente contigo, pero eso se ha acabado. -Comento, sin mostrar amenaza. Una simple explicación de la paciencia que he tenido hasta el momento. -Has jurado y derramado tu sangre para hacer valer ese juramento, que serías uno más del grupo. Y contra toda advertencia has decidido seguir adelante con tal acto, al que das tanta importancia. -Llevo mis manos a mi espalda. -Para ti, ser parte de nuestro grupo requiere un esfuerzo adicional, pues tus costumbres y... -Paro un segundo, buscando una palabra más adecuada. -Tradiciones... se alejan de lo que podemos aceptar. -Tomo aire, pues la respuesta a la pregunta que voy a hacerle marcará un antes y un después. -¿Estás dispuesto a hacer valer tal juramento? -Guardo silencio un momento, pero continúo antes de que conteste. -Seguir este camino sólo va a alejarte de lo que perseguimos, y antes de llegar al punto de considerarte un enemigo, como ha acabado pasando. -Señalo con la cabeza hacia os cadáveres decapitados. -Es mejor que busques fortuna en otro lugar. Arion.

Espero que lo entienda.

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26/08/2019, 17:45
Arion B'dha

Arion escuch´o las palabras del hombre con creciente desasosiego y una profunda tristeza. Quer´ia comprender de veras a aquel ser que se atrev´ia a plantar cara a hombres armados con una convicci´on tan ferrea en que su visi´on y su f´e... que parec´ia no temerle ni a la mismisima Farasma.

- Silas, eres un hombre valiente.- Expuso en un tono tranquilo que pretend´ia evitar una conforntaci´on que sent´ia como segura.- Y, tu dios, sea el que sea, parece que te aprecia lo suficiente como para permitirte vivir un d´ia m´as y hacer lo que sea que crees que estas destinado a hacer o a ser... Pero no te ha concedido tanta sabiduria como pareces creer que tienes.

Con cuidado, colg´o su hacha del cintur´on y guard´o los mechones en la bolsa que reposaba sobre su cadera. Mientras tomaba aire para responder al hombreto, trag´o un poco de saliva. La herida le molestaba pero, ya que aquel individuo le retaba con palabras, tendr´ia qu e derrotarle con palabras... o abrirle en canal con su recien recuperada hacha. 

Suspir´o y habl´o.

- No te has molestado en preguntarme porque hago esto. No me has preguntado el nombre de mi Dios o el de mi pueblo. No has querido saber que significa para mi todo esto. No lo has hecho. Te has limitado a mirarme por encima del hombro y a decidir que no te gusta lo que ves, arrugando la nariz tuvieses delante un plato de excrementos de vaca.- Volvi´o a suspirar, mientras sotenia la mirada de aquellos inquietantes ojos brillantes, tratando de abstraerse a las historias que hablaban de seres que pod´iarobarte el alma con solo mirarte.

- No soy Tydius ni Kalia. No soya tan sabio como ellos ni tan inteligente... Quizas, como dices, sea un b´arbaro incivilizado... Pero yo no he matado a hombres indefensos ni profanado sus c´adaveres... He tomado lo que es mio... Y no porque quiera demostrar nada ni aterrorizar ni ninguna de esas cosas que dices o crees. Esos dos...- Señal´o a los cadaveres, aunque su mirada parec´ia centrarse en aquellos a los que hab´ia matado ´el mismo.- Se enfrentaron a mi y murieron. Por un momento tuvieron el valor necesario como para enfrentarse a m´i, para hacerme sangrar, para hacerme correr, para casi matarme... Esto...- Dijo, palmeandose la bolsa.- Recordar´a su valor y podr´e honrarles cada d´ia que siga respirando.

Arion na sab´ia si Silas estaba entendiendo lo que quer´ia decir. Ni siquiera sab´ia si le estaba escuchando. Pero, ya que ´el hab´ia hecho el esfuerzo de explicarle su punto de vista, el muchacho se sent´ia obligado a hacer lo mismo.

- Es cierto que no sigo vuestras leyes. No las conozco. Tene´is demasiadas.- Un breve encogimiento de hombros dej´o claro que aquello era un error.- Pero, lo poco que se de ellas... lo poco que las conozco... me parece que no he cometido delito alguno... ¿Te asquea que me lleve cuatro cabellos? ¿Que tome sus armas y vista sus armaduras? ¿Crees que halla donde vayan lo necesitaran? ¿No beberas . de sus pellejos de agua ni comeras lo que sea que guarden en sus mochilas?

En el fondo, Arion tem´ia que aquel hombre le pidiese algo que no pudiese cumplir: faltar a su palabra. Y eso era algo que no iba a pasar. Le enseñ´o la mano vendada.

- Sois de mi clan. Sois mi familia. Uno no roba a su familia. Uno no mata a su familia. Uno puede pelear con ellos, pero no dañarles a sabiendas. Uno comparte lo que tiene con su familia. ¿Te preocupa que tome a una mujer que no quiera entregarse a mi libremente?- Inquiri´o, recordando una de las primeras conversaciones que hab´ia tenido con ellos.- Mi madre fue capturada, esclavizada y tomada por la fuerza. Obligada a servir a su captor y a darle un hijo. ¿Crees que yo ser´ia capaz de hacerle algo as´i a mi hijo?- El esfuerzo que el jove'n estaba haciendo para no gritar se hac´ia patente por la hinchazon de las venas del cuello y en el tono carmes´i que encned´ia sus orejas.

-  Dices que mis tradiciones, mis "blasfemias" se alejan de lo que pode´is tolerar... ¿Y que me pides a cambio? ¿Que tolere tus leyes y tus tradiciones? ¿Que no cuestione tus "blasfemias"?- Pregunt´o Arion.- ¿Por qu´e? ¿Por qu´e si no tendremos que enfrentarnos? ¿Acaso si renunciase a mi f´e y a mis tradiciones tu Dios impedir´ia que luchasemos por oro, por joyas o por el abrazo de una mujer? ¿Por qu´e habr´ia de renunciar yo y no tendr´ias que hacerlo t´u, Silas?- Concluy´o Arion, que se frot´o el cuello, dolorido por tanta palabrer´ia.

Notas de juego

 

 

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26/08/2019, 19:20
Silas Del’Verenos

Las palabras de Arion consiguen hacerme pestañear un par de veces, por pura incredulidad. No sólo por las preguntas que me llega a hacer, si no porque desconoce a la diosa a la que profeso mi fe. Es como si no hubiera estado a mi lado ni tan siquiera en el campo de batalla. Vuelvo a ponerme serio. En una cosa tiene razón, no me he preocupado por preguntarle la guía de su camino, había dado por hecho que no se interesaría por lo que no fuera terrenal, que dado su discurso... parece claro, pero puede que tenga algún tipo de inquietud. Enarco una ceja para acentuar mi propia duda.

-Iomedae. -Digo con rotundidad y seguridad. -Lo he anunciado en varias ocasiones. No lo he ocultado en ningún momento. Arion. -Concluyo con cierta sospecha. -Y ciertamente, mi Diosa no permitiría que levantase mi arma contra un aliado, ni contra un desconocido tan siquiera, por oro, joyas, ni mucho menos, por el abrazo de una mujer. -Frunzo el ceño tras enumerar las mundanas acciones que ha sacado a la luz el joven bárbaro. -Si me movieran tal mundanos deseos perdería el favor de mi diosa. -Sentencio. -Y no hay nadie más perdido que aquel al que su dios le ha vuelto la cara. -Termino diciendo con la seguridad de aquel que conoce lo divino. -No es un dogma lo que sigues, ni motivos por los que atacar a nadie. El oro se gana dignamente, trabajando. Con ese oro conseguirás joyas, si es tu deseo, o las extraerás tú mismo de la fría roca, como hacen los enanos. Y la mujer se entregará a ti si es su deseo, no por asesinar a su pretendiente. Todo lo contrario, estarías cometiendo un crimen. Y me sorprende que vayas por ahí después de haberme contado la desgracia ocurrida a tu madre y hacerme ver que tú no le harías lo mismo a una criatura que engendres.

Arrebatar unos mechones de cabello a unos cadáveres no es punible, en eso tiene razón, el resto de lo comentado, sí. Sin lugar a dudas. Honrar la dudosa valentía de unos bandidos que, pensando que la traición de los que se hacían pasar nuestros compañeros les daba ventaja, por haberle plantado cara es... una acción que en ningún momento lo denominaría honorable, ni mucho menos. Tiene más de mentira para ocultar su verdadera finalidad. Pero no voy a iniciar un debate por esto. No ahora.

-Todos tenemos un propósito en nuestra vida. Un deber más grande que nuestra propia existencia. -Cambio de tema. -Algunos lo llaman destino, otros vemos la guía divina y decidimos aceptarla. Hacer nuestro el mandato, entrando en comunión con nuestro dios. -Tuerzo el morro. -Otros, de vida más relajada, entregados al placer momentáneo de lo terrenal, se ocultan de su responsabilidad para con su dios y su propio propósito. Generalmente el analfabetismo es la causa de que estos últimos... se pierdan. De ahí que me preocupe tu falta de preparación. Porque como bien has dicho, si somos tu "familia", me preocupa que el hecho de no saber pueda hacerte sugestionable a las palabras de los que han decidido desviarse del camino y adorar a las fuerzas impías que han corrompido sus almas. -Levanto las cejas, dándome cuenta de la cantidad de información que le estoy dando. No quiero abrumarle. -Lo que quiero decir, es que has tenido la suerte de toparte con gente buena, que sigue un propósito digno y honorable. Peligroso y difícil. Pero por el que serán recordados por su valentía. Sin lugar a dudas. -Apoyo una mano en su hombro, a modo de camaradería. -Tienes la suerte de haberte cruzado en ese camino, sólo tienes que tomar la decisión de sumarte. De adquirir un compromiso grande, para toda tu vida. No para llenar un vacío con placeres temporales. Eso sólo lleva a la perdición y a la decadencia de una necesidad que nunca vas a colmar.

Retiro la mano de su hombro para volver a cruzarme de hombros. 

-¿Cuál es tu historia, Arion? -Pregunto. -¿Cuál es tu clan y a qué dios rezas?

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26/08/2019, 20:34
Arion B'dha

Arion soltó una risotada amarga, seca, que como mínimo le doblaba en edad. Sacudió la cabeza mientras hundía la cabeza en el pecho.

Usas palabras largas y complicadas, Silas.- Dijó Arion, levantando la vista.- Demasiado largas y demasiado complicadas. Tus leyes son demasiado largas y demasiado complicadas... No sé que es la vida, pero debe ser más sencilla que todo eso...

El muchacho resopló y hoyó el suelo con los pies, incomodo. No estaba acostumbrado a este tipo de conversaciones y, mucho menos, sin una jarra de cerveza a mano. Tydius no le hablaba de esas cosas. Se limitaba a dar gracias por seguir vivo un día más e imitaba lo que veía: cuando tenía hambre, cazaba su comida; cuando tenía sed, buscaba un rio o una fruta jugosa; cuando hacía sol, buscaba la sombra y, cuando llovía , buscaba refugio.

Nunca le había visto atacar por la espalda a un aliado ni disfrutar siendo cruel como si fuese un gato jugando como un ratón. De nuevo, resopló. Podría haberse acostumbrado a aquella vida nómada, salvaje y libre. Ahora, se hallaba frente a la civilización en su encarnación más poderosa: la de un creyente.

Soy B´dha. No tengo nombre familiar ni clan al que volver si decidís expulsarme.- No había suplica en su tono. Explicaba su realidad y su vida con aceptación y humildad. Lo que era, era.- Mi madre consiguió regresar a su tribu... con el fruto vivo de su pecado... Vosotros me llamaríais bastardo.- Se encogió de hombros.- Por lo poco que sé de vuestras palabras, eso no hace justicia a lo que significa. Creo que no podéis entender lo que significa ser B´dha. No hoy, al menos.

El muchacho volvió a resoplar. Aquella conversación le estaba recordando momento muy dolorosos de su vida pasada y por como apretaba los puños y se le blanqueaban los nudillos, estaba costandole mucho seguir manteniendola.

- Gorum*.- Dijo Arion.- Mi pueblo le conoce como El Señor de Hierro...- La mirada del muchacho se tornó más centrada y aguda, centrandose en la reacción de su compañero.- No sé si me mira o sabe que existo... Pero sí sé que no demostrar miedo, no dar un paso atrás, luchar bien es algo que ve con buenos ojos. He peleado prácticamente cada día de mi vida... Nunca me ha demostrado su reconocimiento, pero tampoco ha hecho lo contrario.

De nuevo, se encogió de hombros. 

Mi historia... Tienes razón... Ni yo ni mi pueblo sabemos de letras o de números... Contamos nuestras historias a la luz del fuego o en el regazo de los mayores... Relatos de heroes... de guerreros sin miedo... de luchadores astutos... De gigantes y demonios...- Los ojos de Arion brillaron y se iluminaron al recordar esas historias... aunque un sombra cubria esos mismos ojos, recordatorio de las circunstancias en que escuchaba esas historias.- Yo no era astuto o sabio. Solo era fuerte y rápido... Así que aprendí a usar cualquier cosa para derrotar a mis enemigos... Hasta que mi madre murió y yo me marché.- El joven se mordió el labio inferior para evitar que empezase a temblar.- Tydius me salvó la vida y yo adquirí una deuda de vida con él... Si eso forma parte de lo que llamas Destino, no lo sé.

Resopló de nuevo.

- Agradezco tu preocupación Silas...- Dijo Arion, obviando el hecho de que quien habia estado a punto de matarle y cuya traición casi le cuesta la vida a Silas, había formado parte de ese "grupo de gente buena y honrada".- Sois extraños. No solo porque no perteneceís a mi pueblo sino porque ni siquiera parecéis humanos. Pero sois... mi familia...

Notas de juego

*He metido el remo y he puesto Godrum, cuando lo que debería poner es Gorum.

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08/09/2019, 17:24
Silas Del’Verenos

Me cruzo de brazos, escuchándole. Me está costando muchísimo hablar con el chico. Y no sólo por su terquedad, si no porque parece no entender la finalidad de mis intenciones, y mucho menos de mis acciones. Mi sorpresa es mayúscula cuando habla del dios a quien dice profesar su fe, y su forma en la que "lo adora", o reza. Vuelvo a repasar todas mis lecciones acerca de los panteones, y no existe, ni hay nada escrito, acerca de tal dios. Sumamos el adoctrinamiento visceral al que ha sometido el crío a la lista. Mi mirada pasa de estar fruncida, a demostrar cierta pena por pura empatía. Me froto la frente, antes de recuperar la postura.

-Voy a intentar explicarlo para que lo entiendas. -Le miro a los ojos. -La vida no es sencilla, bajo ningún concepto. La vida es cruel, y golpea con mayor fuerza de la que eres capaz de comprender. No da segundas oportunidades. Y eso no es lo peor. -Gesticulo con las manos. -Cuando menos te lo esperas, cuando no crees que nada puede salir mal, todo se tuerce, y no eres capaz de enderezar la situación bajo ningún concepto, y puede que no hayas tenido culpa de nada. -Le miro levantando las cejas, tratando de remarcar la importancia de esto. -Si crees que es fácil, es que no has vivido lo suficiente, me temo, para comprobarlo. O peor, no has sido consciente de tu desgracia. Y por lo que me has contado, ya deberías de haberte dado cuenta. -Suspiro. -Para mayor crueldad, la única opción que te deja la vida cuando te ha golpeado, es tener que levantarte y seguir adelante. Pero al menos has encontrado a gente buena con la que compartir tu camino. 

Ahora viene lo peor, decirle que su dios es un invento de alguno de sus... líderes... o lo que sea que sean, mejores guerreros, o el que haya tenido la suerte de tener la claridad suficiente como para tener la desgracia de invertirla en manipular al resto que debían de ser su familia, o su pueblo. No se cómo puedo explicar esto sin hacer que se sienta, de nuevo, insultado. Pero al menos debo intentar reconducirlo. Aunque primero, quiero decirle algo, de corazón.

-No quiero que te lo tomes mal lo que te voy a decir a continuación. -Apoyo mi mano derecha en su hombro. -Nosotros no somos tu familia. -Digo sin ningún tipo de severidad. -Nosotros podremos ser tus compañeros, y podremos estrechar lazos de amistad, y con el tiempo llegar a ser tan cercanos a como si fuéramos familia, pero no quieras correr, date tiempo y aprende de quien te rodea. -Asiento con la cabeza. -Tu familia es tu madre, la que has dicho que pecó siendo tú la muestra de su pecado. -Le miro con curiosidad. -Pero antes de valorar de esa forma a la mujer que te dio la vida, quizá deberíamos conocer su historia. Por qué huyó, y por qué volvió. En ocasiones, el hombre puede ser muy cruel, por ello hay que tratar de llegar a la verdad. -Quito la mano de su hombro. -Me gustaría conocerla, al igual que conocer a los que son tu pueblo. Y así quizá llegar a comprender los motivos y las acciones. Eso también te ayudará a ti, Arion.

Vuelvo a cruzarme de brazos, observándole unos segundos en silencio. Finalmente, todo mi cuerpo me pide tratar

-Llevo, desde que tengo uso de razón, estudiando todos los panteones. -Le miro. -Todas las deidades. -Enarco una ceja. -A todos los dioses. -Concluyo. -No hay nada escrito acerca de ese tal Godrum. -Suelto el aire por la nariz. -Ni una sola hazaña registrada, ni un sólo milagro obrado. -Le miro esperando que comprenda. -Alguien hubiera escrito algo acerca de tu dios, quizá tu pueblo no, porque no sabe, pero sí alguno de los vencidos. Por eso conocemos a dioses malignos, como... -Mi rostro se ensombrece. -Lamashtu. Nombre que no volveré a pronunciar, a menos que sea estrictamente necesario. -Niego con la cabeza. -Porque sus rituales y perversiones, para ganarse su favor, son atroces y temidas por la gente. Por ello, para prevenir acerca de sus enloquecidos seguidores, se estudia y se escribe sobre ella. -Me quedo en silencio. -Además, tienes que sentir que tu dios te escucha, que habla contigo, que puedes confiar en él. Y Tarde o temprano, te sentirás en gracia con él. -Vuelvo a asentir con la cabeza. Sonriente.

Le miro esperando su respuesta. Creo que he sido lo suficientemente claro, pero sí que me gustaría terminar por dejar algo dicho.

-Mi amistad ya la tienes. -Confirmo. -Y mi compromiso, para contigo, creo que ha quedado claro en el ataque bandido a este puesto. Al no abandonar mi puesto, para entrar en la casa con el resto y así evitar dejarte sólo contra todos los bandidos que te tenían rodeado en aquel carro. -Levanto una ceja. -Pese a escupir en mis leyes y ningunear mi persona tras ofrecerme como mentor. -Mantengo mi gesto. -O malinterpretar mis intenciones y mis palabras ahí dentro. -Relajo mi gesto y mi postura. -Al contrario que la vida, yo sí doy segundas oportunidades a quien creo que se las merece. Lo único que te voy a pedir a cambio es un esfuerzo para, en aras de la convivencia, acercar nuestras posturas a un entorno más cívico.

Tiendo la mano, esperando a que la estreche.

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10/09/2019, 17:24
Arion B'dha

El muchacho guardó silencio, meditando sobre todo lo que había dicho el hombre santo. Había cruzado los brazos al pecho, molesto con aquel individuo que hablaba y hablaba sin parar, dando muestras de una profunda sabiduría entreverada con una soberbia y una superioridad que enervaba al muchacho. Al ver como le tendía la mano,Arion descruzó los brazos, sorprendido.

Con gesto adusto, Arion se adelantó y tendió la mano. Solo que, en lugar de estrecharsela como sin duda esperaría Silas, el muchacho atrapó su antebrazo; el saludo tradicional de los hermanos de armas.

Lamento que no quieras formar parte de mi familia, Silas.- Dijo, elevando la cabeza para mirar a los ojos al hombre, a pesar del reparo que le daban aquellas brillantes esferas.- Tienes mi amistad y mi lealtad, aunque solo sea porque hemos derramado sangre en el mismo barro... Ah... Una cosa más...- Arion afianzó su presa sobre el antebrazo del paladín.- Gorum es el nombre de mi Dios; del Dios mi madre... Gorum... Me disculpo si mi lengua común tiene algún acento... Y, si no has oido hablar de él...- Se encogió de hombros suavemente.- Quizás no has hablado con los ancianos adecuados...- Una breve sonrisa floreció en los labios de Arion.- Creo que podemos dejarlo aquí, Silas. Comprendo tus recelos y, hasta cierto punto, creo que eres una persona sabia... Pero creo que deberías dejar de verlo todo a través de los ojos de tu Dios o de esos libros de leyes... Vive y muere con honor.

Arion sacudió un poco más el brazo de Silas y, con lentitud, aflojó la presa.

¿Nos vamos?