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Mitad del mes 4. Coltanium

Cade Kimball había aceptado, con entereza, la crítica abierta que prodigó Yilmaz a quien en el pasado, fue su mentor. El hombre apretó la mandíbula, enfadado por cómo estaban las circunstancias, y más cuando vio a Diana llorando, como si sus lágrimas hubieran despertado en él una furia contenida, ira que podía superar a la de Eugene y Eylo, pero no actuando de manera violenta, si no que forjaría un plan, y se juraba a sí mismo que bajo ningún concepto quedaría impune el daño provocado, así le llevara la vida en ello.

- La culpa no ha sido tuya, Diana. En su momento no lo vi, pero ahora mismo tengo muy claro lo que ha pasado... - Se acercó a Eylo y le miró las marcas de la cara, bajó la voz para dedicarle unas palabras personales - No hagas más el imbécil, si te destrozan no vamos a conseguir salir de aquí. Necesitamos que todos estemos enteros. ¿Comprendes? - Y dicho esto creyó necesario dar una explicación, la que había recabado durante aquellos días, pues, en un par de ocasiones, el capitán fue sacado del almacén de la Nightingale para reunirse con los piratas espaciales.

- La niña con ínfulas sabe jugar muy bien sus cartas. Ahora puede pavonearse, pero cuando la contraté, parecía alguien confiable, una mujer que realmente necesitaba el trabajo que se le daba y que podía encajar muy bien en el estilo de vida de la Rust... - Suspiró, estaba claro de que el mayor ofendido en aquella historia era él mismo, pues al firmar el contrato de Faith, había puesto en riesgo a toda su familia, perdido la nave e incluso la libertad. Cualquier crítica, la llevaría adherida a la piel como si de barro se tratara

- Llevaban meses urdiendo el plan de quedarse con la nave. Faith trabajaba como comercial en la empresa donde vendía los metales de mis recogidas espaciales. El negocio cambió de dueño y el nuevo empresario era supuestamente el hijo del anterior propietario. Parecía conocer todo lo referente a quien era su supuesto padre, pero no, aquello había sido una trampa. Los piratas espaciales sabían que yo hacía negocios con Robbert de manera habitual, se hicieron con el control del negocio, me compraron chatarra a bajo coste y Faith empezó a conectar más con nosotros desde hace tiempo, tú aún estabas con nosotros, Eylo... - Según lo narrado, Delay no parecía que todo lo dejase en manos del azar.

- Yo me hice amiga suya hace un par de meses y aposté por ella... Las veces que veníamos a Coltanium salíamos juntas... - Dijo Makri con malestar en su voz.

- No ha sido tu culpa, Diana. Yo la contraté y yo aposté por ella - Había cierta ira en el subterfugio de su voz - Faith buscaba una oportunidad para colarse en la nave. Tuvimos una...un... encuentro... - Comentó incómodo, dejando claro que antes de que fuese miembro de la tripulación, había estado con ella de manera más íntima y personal - Y cuando quedó libre la vacante, ella... Ella encajaba a la perfección en lo que buscábamos... La culpa final de todo esto ha sido mía... Aunque si lo analizo en frío, hubiera entrado en la Rust tarde o temprano, o como mi tecnóloga, o como mi pareja... Pero iba a entrar... No se mostraba como ahora lo hace....

Y dicho de aquella manera, para Cade la situación era mucho peor. Su traición le hacía temblar los cimientos de hasta su alma. Ciertamente era un hombre que lo había perdido todo y aún así, no se desmoronaba, aceptaba la situación y buscaba revertirla.

- Tenemos que salir de aquí. ¿Alguna idea?... - Dijo hasta que un chorro de agua a presión impactó sobre su cuerpo. Las duchas fueron todas activadas a la vez, permitiendo una salida de un flujo horizontal y constante de agua que dañaba al impactar contra el cuerpo, pero era imposible escapar de él, pues muchos chorros partían desde puntos diversos, haciendo que no hubiera escondites en la estancia - ¡Mierda!...

El agua estaba caliente, lo suficiente como para enrojecer la piel, para luego generarles un chorro de agua fría. Varios chillidos se generaron. Aquella parecía ser una cámara de tortura que duró el suficiente tiempo como para que desesperasen.

- DESNÚDENSE Y FRÓTENSE BIEN, NO PARAREMOS DE DARLES CON EL GRIFO HASTA QUE NOS ASEGUREMOS DE QUE TODOS ESTÁN BIEN LAVADOS! - Dijo una voz, dando tiempo a que los prisioneros hicieran lo que le pedían.

Al principio Eugene quería negarse a colaborar, pero tras ver que el agua no paraba de surgir y que estaba bien fría, comenzó a ser razonable, frotándose con saña la piel, fruto de su ira y frustración.

El olor ambiental era a jabón, el agua tenía productos de limpieza incorporados que secaban bastante la piel, posiblemente porque llevase algún líquido antiparasitario. Los trataban como a perros.

- ¡DEJEN SUS ROPAS EN EL SUELO! SE LES PROPORCIONARÁN ROPAS LIMPIAS! ¡SALGAN POR LA PUERTA QUE EN BREVE SERÁ ABIERTA! ENCONTRARÁN TOALLAS, SÉQUENSE Y ESPEREN INDICACIONES - Después de aquella improvisada ducha, aún tendrían tiempo para hablar.

Mitad del mes 4. Comandancia

Por el camino hacia la sala de reuniones el teniente West habló con franqueza al piloto, como si comprendiera el enfado que Einar debiese tener por haber estado encerrado durante tanto tiempo - Permítame que se lo explique más tarde, porque necesito que tanto usted como sus compañeros entiendan algunas cosas - Le dijo intentando ganar un determinado tiempo, el de la asamblea que se fraguaría con ellos en unos instantes.

Becky se había levantado para abrazar a Einar, como si la presencia del muchacho fuera la mayor alegría que la joven hubiese experimentado desde hacía tiempo.

- Yo también me alegro de verte, Einar. Creí que no volvería a ver a nadie del Domo 12.... - Comentó con los ojos brillantes, emocionados. Baker, la chica que no parecía estar hecha para el ejército, allí se encontraba, aguantando dificultades que muchas otras, no habían podido sortear.

Lo irónico de aquel encuentro era que de manera inconsciente se había formado unidad de grupo. Si ponías a cualquier miembro del 12 entre centenares de personas, debido a las desgracias compartidas, tenderían a agruparse e intenta colaborar entre ellos, por mal que se llevaran. Ya lo decía el dicho, más valía malo conocido que bueno por conocer.

- Estuvimos en un pueblo de Canadá llamado Acme... - Comentó Becky cuando el rubio piloto les preguntó por dónde habían estado - ¿Y tú? ¿Dónde estuviste antes de que te incomunicaran? ¿Hiciste algo mal, Einar? - Preguntó curiosa y en parte, preocupada - ¿Sabes algo de Alvin?... - Casi perdió la voz, nadie le había dicho nada de su pareja, y todos sus pensamientos siempre le traían su recuerdo, estaba completamente enamorada de Zemit y sufría a diario al preguntarse de sí seguiría aún vivo.

Cuando Andersen preguntó por Yum, las lágrimas acudieron a los ojos de Becky. La buena muchacha aún no había superado el dolor de su pérdida, pues al final, ella había sufrido por cada una de las desavenencias sufridas en el camino. Miró a Jim y esperó que Foster narrase lo que habían pasado, porque el nudo en la garganta se lo impedía.

- Na... Naomí... - Se corrigió antes de comenzar a soltar alguna lágrima - La sargento Corlett, casi muere por el ataque skull... Fue horrible... Y Vera ha sido herida de gravedad... - Seguramente esas informaciones de nada le importasen a Andersen, en aquel duro momento, en el que la muerte de Yum le acababa de ser comunicada. Jim le abrazaba para transmitirle fuerzas

- Lo siento, lo siento, Einar... - Dijo Becky ya llorando abiertamente - Era de noche y estaba atada de manos porque había intentado huir, desertar... Iba a ser entregada a la Comandancia...  Salieron los skulls... y.... y... - Negó con la cabeza apesadumbrada, costándole seguir con aquello, pero sentía que lo debía, si hubiera sido Alvin, a ella le habría gustado saberlo todo - Quizás la linterna que tenía en las manos atrajo la atención del animal, porque no se lo pensó dos veces y se dirigió hacia ella, la atacó... Le tiré piedras y... cuando murió, ya no pudimos hacer nada por ella... No pudimos... - Las lágrimas le caían a raudales, mientras narraba aquella fatídica noche, el momento en el que Becky, con una piedra, había roto el cráneo de un alienígena por salvar a su compañera. Y es que en Natgrew había maneras muy peculiares de realizar un ataque bien hecho.

Mitad del mes 4. Comandancia

Lionel West entró en la sala de nuevo con Malbone, sorprendiéndose del espectáculo que estaban dando los reclutas. Becky llorando a mares y Jim abrazada a Einar. El teniente hizo un gesto a Malbone cuando éste abrió la boca, dispuesto a pegar un berrido, una suerte que West lo contuviera, puesto que comprendía, allí se estaba fraguando algo emocional que podría repercutir de manera directa en lo que tenía que decirles, así que prefirió enterarse antes de qué había pasado.

- Cuando se encuentren en disposición, por favor, les ruego que tomen asiento... - Pidió de manera educada, sentándose en el extremo de la mesa, mientras que el pelirrojo ocuparía justo la del lado opuesto

Lionel West se tomó su tiempo antes de encaminar la conversación. De hecho, no la comenzaría hasta que los ánimos estuviesen calmados y los reclutas permanecieran atentos.

- Andersen, antes le pedí que esperara para darle una respuesta al motivo de la incomunicación... - Indicó el hombre, comenzando las explicaciones por el principio - Uno de los generales terrestres pidió que fuera detenido hasta que se pudiera verificar que usted no ha tenido nada que ver con la destrucción de la BICOM - Tomó aire despacio, como si lo que tuviera que narrar fuese particularmente difícil - La base de investigación donde usted y Heather Mosley han estado, junto con Duncan McCarthy y Dunne Grey, ha sido volada a pedazos. La doctora ha estado trabajando en un método para diferenciar el ADN asteriano y el humano. Varios médicos militares han seguido de cerca el estudio, gracias a las claras indicaciones del docto McCarthy, y todos coinciden en que ella no es una desertora y que es humana. Hemos pasado sus muestras de sangre para asegurarnos de que también usted lo es, y se confirma en positivo. No nos cabe duda ya de que usted es de fiar. Sentimos que haya estado recluido y sin información, pero son tiempos de guerra y todo lo que concierne a la investigación de McCarthy es alto secreto. Lamento mucho que haya estado desatendido todo este tiempo, pero era nuestra obligación actuar de manera prudente.

Miró entonces a Becky y a Jim - Corlett se recupera muy lentamente, pero ha hablado maravilla de ustedes y ha indicado que si no llega a ser por el trabajo en grupo efectuado en Acme, ella habría muerto, por lo que es seguro de vuestra procedencia humana. Además de las investigaciones sobre vuestro pasado y origen

Malbone se removió inquieto en el asiento, ahora había que transmitir algo muy importante. Lionel West se lo tomó con calma hasta asegurarse de que los reclutas le prestaban toda su atención.

- Mandamos una partida para investigar el PEC. En ella iban Banerjee, Zemit, Trump, Yilmaz, Lomber, Brezos y Kepborn. Lamentablemente, una pirata espacial se ha hecho con la nave y sus compañeros, secuestrándoles. Hemos recibido hace unos días un dron con toda la información grabada y necesitamos un equipo de rescate que encuentre a los compañeros y los pongan a salvo - Les miró con interés - He estado hablando con Thyndall y creemos que ordenarlo sería un abuso tras todo lo acontecido, por eso quiero preguntarles si estarían dispuestos a ir, formando un escuadrón de salvamento. En sus manos dejo la decisión, no aceptar implicaría tomarse un descanso que en realidad, bien ganado lo tienen.

No parecía que Lionel fuese un tipo que tuviera doble fondo. Aunque claro, tras todo lo vivido, quizás lo recomendable fuese preguntar las dudas que tuvieran.

Mitad del mes 4. Comandancia

La alegría del reencuentro con sus compañeros duró a penas unos escasos segundos. Su irreflenable curiosidad a cerca de la muchacha que ocupaba su corazón fue saciada de forma instantánea a la par que desgarradora y cruel.

A su cabeza le costó algunos segundos comprender lo que Jim quería decir con lo de que Yum no lo había conseguido, si bien en cuanto las palabras habían abandonado los labios de la atractiva conductora, toda su piel se erizó de golpe, secándosele la boca en un instante y empezándosele a emborronar la visión periférica, la cual empezaba a fundirse a blanco.

Sin ser realmente de la transición, se encontró siendo abrazado con fuerza por Jim, añadiéndose Becky, la cual lloraba y, entre balbuceos, parecía estar tratando de relatar lo ocurrido.

Las pupilas del piloto, evidentemente vidriosas, bailaban nerviosas de un punto a otro de la sala, buscando algún objeto en que posarse, sin éxito. Su mandíbula estaba cerrada con fuerza y su músculo masetero no parecía dispuesto a aflojar lo más mínimo, dándo la sensación de que aquel esfuerzo le ayudase a evitar que las lágrimas que rogaban por desbordarse se mantuviesen en sus ojos.

-Yum está... muerta-dijo en un hilo de voz tan digno como fue capaz de pronunciar, acompañando aquellas pocas palabras con el único hilo de lágrimas que lograron encontrar camino en sus mejillas.

Jim había dicho que había sido un Skullrep, y Becky sollozaba algo a cerca de una deserción de Yum. Le estaba costando atender a aquella, por otro lado, tan importante información para él, pero era muy consciente de que en aquel momento no estaba preparado para recibir y analizar datos de aquel calado, por lo que haciendo uso de todo el autocontrol del que fue capaz de reunir, puso su mano izquierda sobre el hombro de Becky y la derecha en su cara, tratando de consolar a aquella que parecía necesitar casi tanto consuelo como él mismo. En un intento por tragar saliva su nuez subió y bajó infructuosamente y estubo a punto de empezar a hablar, si bien la entrada de los dos mandos le obligó a desviar su mirada hacia la puerta, para luego susurrar a su sentida compañera un simple -Luego hablaremos ¿De acuerdo..?-Acompañado de una más que forzada y triste sonrisa la cual no hacía más que demostrar que aquello había sido un golpe devastador para el piloto.

-A sus órdenes, Señor- dijo como respuesta a la petición del Teniente, con los ojos, aún severamente enrojecidos, mirando hacia arriba y en posición de firmes.

Andersen no pasó por alto la extraña deferencia del Teniente hacia ellos, mostrando una evidente empatía que había escaseado desde su llegada al ejército, lo que por otro lado le causó una desagradable sensación de rechazo hacia toda aquella institución que tanto había llegaod a idolatrar, porque. ¿Que había hecho la Space Force por él? ¿Que había hecho por Yum? En su caso nada excesivamente grave si se atendían a las circunstancias de Niebla de Guerra en la que se encontraban. Aquello podía disculparlo sin demasiado esfuerzo. Pero en el caso de su compañera. ¿Acaso la habían protegido de niña cuando una mafia de esclavistas la utilizaban como un juguete sexual? ¿Habían protegido a su hija? No, al contrario, habían arrinconado a la muchacha contra la espada y la pared, arrojándola a una deserción inevitable dadas sus circunstancias pasadas y que él no había sido capaz de evitar.

El piloto se sorprendió a si mismo mirando con rencor hacia el Teniente, pero al hombre si no al uniforme. Se obligó a cerrar los ojos con fuerza un instante para tratar de despejar su mente, pues era consciente de que aquel no era el momento ni el lugar para dejarse llevar por aquellos pensamientos; ya habría tiempo. Ahora debía escuchar para poder confirmar las funestas noticias que se venía temiendo, aunque ni por asomo iban a eclipsar lo más mínimo aquella que había sesgado la felicidad de su corazón de manera tan desgarradora minutos antes.

Y sus sospechas se confirmaron. Para la Comandancia no era suficiente que se hubiese jugado el cuello en el Domo, el PEC o el BICOM, que hubiese aportado de manera preventiva todos los logs de conversación, los datos de su dispositivo personal, informe completo y exahustivo, que hubiese seguido el protocolo de Emergencia a pies juntillas desde la evacuación de las Instalaciones de Alaska y de que hubiese logrado sacar con vida a la Doctora Heather y a los datos de la investigación. Pese a todo aquello él seguía siendo sospechoso de traición. A la frase de "No nos cabe duda ya de que es usted de fiar" Einar respondió en su cabeza con un "¿Hasta cuando?". La excusa de que eran tiempos de guerra la compartía pero, dadas las circunstancias no proporcionaba ni el más mínimo atisbo de alivio.

Pero aquello era lo de menos en aquel momento. El destino del BICOM y del resto de su escuadra era más importante que todo eso y, para su desesperación, volvió a confirmarse su peor pronóstico.

-¿Se confirma que el  Sargento Bleiz y el resto de Soldados de la Space Force presentes en la BICOM eran parte  del enemigo? ¿Que ha sido del Doctor MacCarthy, la Sargento Grey y la especialista Bintel?-Al cóctel de emociones que le estaba embriagando se sumó de golpe el de la culpabilidad. Tuvo en su mano el derribar las avionetas. De haberlo hecho podría haber rescatado a sus compañeros y que Gray le hubiese ordenado no hacerlo no le servía de excusa.

Y sin tiempo de digerir todo aquello, aún faltaba unaúltima bomba por ser lanzada. El resto de sus camaradas habían caído presas de piratas espaciales en el transcurso de su misión de rescate. El sonriente rostro de Daya apareció en su cabeza un instante al ser consciente de que ella formaba parte del grupo. El nombre de Alvin también fue puesto sobre la mesa, lo que inevitablemente provocó que con sus ojos buscase los de Becky, su inseparable amiga.

Por un momento temió que simplemente les estuviesen poniendo al corriente de los hechos, pero encontró alivio cuando entendió lo que se les estaba pidiendo, casi no dejando terminar de hablar al Teninete antes de levantarse en pose rígida, con los brazos detrás de la espalda y la mirada cargada de rabia y determinación.

-¡Señor! ¡Me presento como piloto voluntario para la misión!

Quizá no era el mejor momento para tomar aquel tipo de decisiones, pero había perdido ya tantas cosas que no estaba dispuesto a perder más, si estaba en su mano hacer algo al respecto. Tenía una promesa que cumplir, la más importante de su vida, y estaba dispuesto a volcar por completo todos sus esfuerzos en ella, pero aquello sería tras aquella misión.

La reacción de Althais dejaba claras varias cosas. En primer lugar, que no acababa de entender del todo lo que estaba pasando. O quizás era otra prueba. Pero también, que las drogas habían adormecido su mente lo suficiente como para poder sonsacar algo más en claro. - Parece que cambias fácilmente de opinión. Hace poco me animabas en el camino que estoy tomando... - Luego con mucha firmeza en la mirada mientras decía algo totalmente cierto, pero que fácilmente se interpretaría de otra manera, afirmó con rotundidad - ¡Oh! Desde luego que soy feliz con mis elecciones. A veces me equivoco, nunca diré lo contrario. Pero estoy convencido de todas y cada una de mis elecciones - 

No podía evitar pensar que todo podía ser algún tipo de prueba. Aunque le escamaba demasiado. esa rebelión andaba necesitada de miembros y parecía demasiado exhaustiva la prueba de ingreso en caso de ser así. Por lo tanto allí había algo más. - Esto tiene que ser por algo... ¿Acaso te has vuelto contra ellos? Porque no encuentro ningún sentido a lo que ocurre - Estaba claro que no confiaban el uno en el otro, pero si a fin de cuentas, iban a estar encerrados juntos y no era una treta, más les valía colaborar. El problema, es que William tenía demasiados motivos para no confiar en ella. 

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Parecía que les habían llevado a alguna de las zonas menos boscosas de Natgrew. Posiblemente cerca de algún sistema montañoso, por lo que se podría deducir de lo poco que sabía del planeta, estarían alejados de cualquier zona poblada. Aunque si era como pensaba, era muy posible que hubiera alguna zona de trabajo no demasiado lejos, eso podría llegar a ser una posibilidad de huida. Aunque aún era pronto para pensar en aquello. 

Sonrió de medio lado ante la respuesta de Grey. La afirmación de que eran asterianos, provocó que los ojos de Thompson se abrieran en toda su amplitud. Parecía que nada tenía sentido. ¿Qué podrían querer los asterianos de él? ¿Cómo estaban tan afincados en Natgrew?. La única respuesta que parecía convencerle, es que estuvieran infiltrados en la rebelión. Si como pensaba Billy, azuzaban a los Skulls contra la humanidad y se habían infiltrado en la Space Force, tendría sentido infiltrarse también en algún tipo de movimiento anti-militar. Incluso alentarlo. Si esos temores eran ciertos, su enemigo era mucho más peligroso de lo que podían pensar y llevarían planeando todo mucho tiempo, algo que sólo aumentaba la dificultad de combatirlos y descubrirlos. 

Observaba con calma la celda contigua. Estaba claro que el doctor y él no se habían despedido en las mejores condiciones. Sin embargo, verlo en aquella situación le provocaba cierto sentimiento de camaradería que no se había podido forjar entre ellos anteriormente. Además el hecho de saber que la investigación era un objetivo y que alguien como Teller, era uno de ellos y se había descubierto para apresarlos, implicaba lo cerca que estaban de averiguar algo relevante. Miró a Grey y a Duncan - ¿Cómo estáis? ¿Con fuerzas? - Respecto al hecho de que estuvieran allí, aún le costaba encontrar una razón que le convenciera, así que respondió a Dunne con sinceridad y confusión - No tengo claro por qué. Estábamos en una nave de gente de Natgrew - No necesitaba explicar mucho más. A fin de cuentas, ellos estaban al tanto de cual era la misión de William y lo que tenía que hacer. Aunque seguía sin entender donde había estado el fallo, si es que le habían pillado, algo que aún no tenía claro. La intervención de Althais desconcertó mucho a Thompson. De alguna manera parecía derrotada, como si se rindiera. Sin embargo le había visto hacer cosas terribles y manipular a mucha gente para dejarse engatusar de esa manera. - Hasta donde sé, Eris está con tu grupo de amigos - Afirmó, dando un tono muy marcado a la última afirmación de manera que ella lo entendiera. No podía evitar pensar que había demasiado que se le escapaba. Seguro que si Min estuviera allí sabría como actuar. Él no era más que un recluta que se encontraba en una situación que estaba claro, le superaba. 

Mientras Billy seguía tratando de modificar uno de los muelles de la cama para que le sirviera de ganzúa, respondía a Dunne - En realidad es poco probable lo del incendio. No hay mucho material inflamable cerca. Puede que haya unas pequeñas llamas a partir del cortocircuito, pero no se podrán extender mucho y aún así no nos vendrían mal ya que eso implica un fallo mayor en la electricidad - Luego miró hacía Grey - Dudo que esta cerradura sea más difícil de abrir que la de la sala de comunicaciones del Domo 12 - afirmó con una sonrisa pícara. Un tipo de sonrisa que hacía mucho tiempo que no se vislumbraba en su rostro, mezclada con cierto grado de diversión. Como si estuviera planeando una travesura. Los últimos meses habían sido especialmente duros para el joven y los últimos días, extremadamente demoledores a nivel personal. Había echado un ojo al lugar, buscando alguna superficie de cristal, aunque parecía más bien que pensaran que no podían escapar y se desentendieran un poco. Cuando preguntó al respecto de la ganzúa, simplemente miró significativamente el trozo de muelle que estaba manipulando y rozando contra la pared para reducir su grosor de manera que le pudiera servir. - Respecto a la electricidad, soy todo oídos ante cualquier idea... si no... - Y tocaba volver a mirar de manera fija el vaso de agua del que apenas había bebido. 

Mientras iba analizando la situación y calculando todas las opciones, esperaba a ver que tenían que contarle sus compañeros. parecía que las penas unían más, pues se mostraba muy preocupado por ambos. A pesar de los roces que pudiera tener con el doctor anteriormente, estaba claro que en estos momentos estaban más unidos - ¿Alguna idea? - 

Maldita fuera la condenada sargento. Él solo quería dejarse ir, morir si tenía que morir, pero tranquilo, lánguidamente, ajeno a la lucha de asterianos, humanos y skullreps donde ya había hecho todo lo que había podido de corazón, pero no, esa condenada no le dejaba hundirse en la desesperanza. Sonrió de lado, una sonrisa que destilaba un cinismo caústico y le dijo

- Oh sí, que grandes vacaciones, y menudo servicio, le pondré cinco estrellas cuando haga una reseña....- bufó divertido - Pues vaya mierda de maestro, ahora podrías estar tomándote una piña colada roleada de mecánicos cachas intentando impresionarrrrte. - Se encogió de hombros ante la idea de un combate con Einar y suspiró pesadamente cuando dijo que creía que Einar lo había conseguido. Asintió, sin estar muy seguro. Era más un buen deseo que otra cosa, pero servía para sentirse algo mejor. Sonrió débilmente antes de decirle - Es un buen tipo, aunque convendría que se sacara la aspiradora del trasero de vez en cuando....- La siguiente pregunta le pilló de sorpresa. Rompió en una carcajada amortiguada - ¿En serio? ¿En este agujero de mierda te preocuopas de esas cosas? - sonrió y negó - Es complicado, págame un par de cerezas y te lo suelto todo, y te equivocas, me dijo que vino a la space force por un enano mudo...así que muy lista no debe ser.....aunque ella está a salvo y nootros no, así que igual eso son puntos extra para ella.

La mención de Tessa hizo que hundiera la cabeza en las manos. - Yo tampoco lo sé.... yo, solo sé, que está viva, sé que si hubiera subido a esa nave..... no estaríamos aquí. Todo esto es culpa mía...... ya ha muerto mucha gente por mi culpa. Igual.... - suspiró y cayó en un pesado silencio. Igual si él no estuviera, si muriera, dejaría de causar tanto dolor....

La llegada de Billy y Althais fue una novedad. Les dejó hacer, Dunne tenía bromas y puyas para todos, y Billy se las devolvió también de forma eficiente. Le tocó su turno y enarcó una ceja antes de decir irónicamente

- ¿Amigos? Solo te aguanto porque me lo ordenas, argento - suavizó la sonrisa - Digamos que has hecho hasta que hable.... pero no puedo negar que ha sido divertido. ¿Que haces el jueves? - Duncan asintió a la explicación de los hechos de Dunne y aunque estaba de acuerdo que igual les podían observar añadió - Te dejas lo más divertido. Me estrelle y quedé atrapado en el hielo, y Grey decidió que era una gran idea venir a buscarme, y una cosa llevo a la otra, nos capturaron y nos trajeron aquí.....Llevamos una semana y de momento nadie ha venido a decirnos nada, los manjares se suceden, y hace pinta que nos quedaremos aquí hasta que nos pudramos....Ah sí, y tenemos de compañera a miss Space Force, pero es una yborg- Contestó por los dos a Billy - Estamos bien, aunque agradezco la nueva compañía.... La sargento ya había empezado a preguntar por los temas amorosos....

Afortunadamente la conversación derivó hacia el drama de los Townhall. Duke bajó la mirada, el teniente había sido laxo, pero había sido un buen hombre. ¿Que podía decir? ¿Que lo sentía? Lo sentía, su muerte y la de todos los del PEC. Cada día que pasaba, los gritos, Noor, lo recordaba, y había hecho de tripas corazón mientras luchaba por descifrar el misterio de los asterianos, pero aquella tampoco era su lucha.... Suspiró y dijo

- A mi mientras seas humana me asta... No habrás hecho nada que sea an errible como yo....y si salimos de aquí y quieres podemos mirar hacia otro lado....no te amos a ejar tirada

El plan de Billy era digno de prison break. Cortocircuitos, ganzúas improvisadas y esperar a gente detrás de una puerta en plan espías. Era una moneda al aire, una moneda al aire lanzada esperando que cayera de canto en un mar de manos intentando cogerla al vuelo. El agua podía hacer que saltara la electricidad, sí, pero igual se iba en toda la base, o prisión, o lo que fuera, o igual no se iba, igual lo único que hacían eran autoelectrocutarse, provocar un incendio, y lo peor de todo, le pedían un plan para escapar, a él, se encogió de hombros

- Pues no lo sé, yo no soy el espía y el que mete las narices donde no le andan... Por el amor de dios, si tenía problemas a veces hasta abriendo las uertas de la taquilla del hospital, teniendo la llave. - sonrió cínicamente, aunque el blanco de su cinismo era él mismo - Esto no es mi terreno, probablemente vosotros sabréis mil veces más que yo, pero por lo que parece  estamos en algún tipo de prisión, en el culo de Natgrew, y aunque no nos quieren muertos tampoco tienen especial interés en interrogarnos, así que podríamos pudrirnos aquí para siempre.... No es algo que me importe en mi caso, pero no puedo permitirme estar toda la eternidad con Dunne o me volveré loco.... Así que, veamos.... De lo poco que sé sobre electricidad el plan de Billy podría funcionar, y como dice hay poco material para arder...pero eso no quita que pueda disparar alguna alarma, y si nos ven escapar disparen a matar.... y llevamos una jovencita con nosotros - dijo haciendo un gesto hacia la pequeña Townhall. - A ver, si la cama es de muelles podemos unir los muelles para hacer una especie de cable o cuarda que toquen la cerradura, ese cable se conectaría a tierra y eliminaría una parte del poltaje, porque a la electricidad le gusta irse a la tierra... podría hacer que manipular la cerradura fuera molesto, pero aguntable, sin tener que provocar un cortocircuito. Si os pasamos los muelles nuestros se podrían hacer dos uerdas de muelles, y eso podría hacer que fuera mucho más fácil de trabajar.....En todo caso, la corriente no es letal, si lo fuera yo estaría muerto.... Así que, dos cuerdas, una reducción de al menos un 60%, y sin cortocircuitar nada.....- se rascó la cabeza - O al menos eso recuerdo de las clases del instituto, aunque podría equivocarme....Y, bueno, no creo que sea útil, pero si enrollas una cuerda meálica alrededor de un barrote haríamos un imán, se llama solenoide....así que si hubiera unas llaves que atraer.... Igual funcinaría.... Igual....

Mitad del mes 4. Coltanium

Su mano se quedó en el aire un instante antes de reaccionar y retirarla. Eylo ya no se encontraba frente a ella, sino acercándose a Eugene a ver qué tal se encontraba. Daya se volvió levemente a mirarlos a ambos. La reacción de Eylo ante su proximidad, aunque no inesperada, sí que había sido un palo para la innumita. Que aquel gesto lo hubiera recibido de cualquier otro compañero le hubiera dolido menos que de Eylo, porque él era algo más para ella que un simple compañero. No lo culpaba sin embargo, pero eso no hacía que ella se sintiera mejor. Lejos de Frank, con el rechazo evidente de la otra persona que más le importaba, ahora mismo se sentía totalmente desubicada cuanto menos. Perdida.

El contacto de una mano en su espalda le hizo descubrir que Alvin se había acercado a ella. Por un instante esperó recibir algún comentario frio o irónico por su parte por las mismas razones que Eylo, pero se sorprendió al escucharle y se dejó atrapar por lo que era un abrazo sincero. Lo rodeó con sus brazos permitiéndose un instante de debilidad que hizo que se le llenaran los ojos de lágrimas al escuchar que, alguien a quien durante su estancia en la bodega de la nave había imaginado contra ella por la actuación de Frank, era capaz de agradecerle que no se hubiera largado teniendo la oportunidad. Hubiera sido tan fácil…

-No. No os hubiera dejado, Alvin-le dijo aún abrazados-No tienes nada que agradecerme…quizás todo lo contrario realmente…-hizo una larga pausa porque le costaba poner en alto lo que llevaba varios días pensando en soledad-Quizás hubiera sido mejor que hubiera sido más valiente y hubiera confiado más en mi para sacaros a todos de allí en la lanzadera. Confié en que no querían nada de nosotros, en que tendríamos una salida pacífica de esa situación… Nunca pensé en esto. Aún creo que no soy totalmente consciente de lo que nos está sucediendo. Gracias por preocuparte por mí, ¿tú cómo estás?-se fijó en sus muñecas, que cogió cariñosamente, fijándose en las señales rojas que las esposas habían dejado en algunas zonas.

Se dio cuenta de que Lomber se había acercado a ellos, tímido y silencioso como siempre, pero deseoso también de la compañía de los miembros de su equipo-¿Cómo estás?-le preguntó, invitándole con la mirada a que se uniera a ellos dos, sabiendo que él debería sentirse enormemente mal por lo sucedido-Parece increíble no estar atados, algo es algo, estos días en la bodega han sido eternos.

Más allá de Lomber pudo ver como el enorme tripulante de la Rust, Dwayne, abrazaba cariñosamente a la joven piloto y, cuando lo escuchó hablarle a la muchacha no pudo evitar acordarse de las últimas palabras que Frank le había dicho antes de abandonar la lanzadera. ¿Había algo entre ambos o solo era camaradería? Se los quedó mirando en silencio hasta que el propio capitán de la Rust la saco de sus cavilaciones e hizo que prestara atención a lo que decía en respuesta a la pregunta de Eylo. Pregunta o acusación, porque había sonado a eso realmente. Mientras Kimball relataba lo sucedido, Daya hilaba la situación. En varias ocasiones cruzó miradas de entendimiento con Alvin y Lomber y terminó comentando sus ideas.

-Ahora entiendo algunas cosas… Estuvimos con ella en una de las salas de reuniones al volver a la Nightingale. Cuando Workensen apareció en la sala, lo hizo enfadado con ella, muy enfadado. Dejó claro que lo que Faith había hecho no estaba planeado y no lo veía bien. Ella solo aprovechó la situación y cambió su objetivo cuando vio que dejábamos solo a Lomber en la nave y que confiábamos plenamente en todos vosotros. Nosotros hemos sido una oportunidad que se le ha cruzado en el camino y que ella ha aprovechado, no éramos el objetivo inicial, era la Rust-confirmó con sorpresa, entendiendo el riesgo que había asumido Faith al hacer aquella jugada que, aunque sabiendo que tenía a su gente cerca, no era lo planeado. Y también entendía ahora en enfado de Workensen, ya que aquello podía haber supuesto echar por tierra el trabajo de muchos meses. Pero también entendía algo mucho mejor ahora-Faith es fría y calculadora, más de lo que pensaba. Ella…. Workensen es su pareja, capitán-informó a Kimball, aunque supuso que a aquellas alturas ya sería conocedor de ese aspecto-Y si es capaz de jugar con alguien como ha hecho con usted, en fin… -para Daya había límites que era muy difícil traspasar y pensar incluso. Eliminar a una familia, simular durante el tiempo necesario para que todos confiaran en ti, seguir el juego hasta llevarte a la cama a un hombre que no era tu pareja y mantener esa situación en el tiempo solo por conseguir una nave. Todo eso y mucho más que seguro no conocían de ella la volvían más peligrosa aún a ojos de la innumita-Supongo que con eso puedo hacerme a la idea de cómo nos puede considerar al resto. Cada vez me extraña menos que… que aún exista realmente gente que pueda vender a sus iguales como esclavos…

¿Alguna idea para salir de allí? preguntaba Kimball. Daya lo miró esperando a que el mismo siguiera hablando y contestara a su propia pregunta. Ella se había planteado esa pregunta desde hacía varios días pero no encontraba opciones válidas a sus ojos. Hasta ese momento habían estado privados de libre movimiento y vigilados por hombres armados día y noche haciendo imposible cualquier intento de recuperar su libertad y, ahora, tenían más libertad pero estaban encerrados en una habitación. Estaban en una especie de desierto, quizás rodeados de una gran extensión de vacío y no sabían cuantos soldados más habría en las instalaciones. ¿Tendrían alguna oportunidad de huir? La Nightingale aún estaba posada a unos metros de donde estaban. Era la única vía de escape conocida de aquel lugar, pero estaba llena de piratas. Daya no tenía ninguna idea válida en aquel momento que no supusiera un alto precio en vidas. Miró a Eylo discretamente. El siempre había tenido ideas fantásticas, él era un estratega nato. Si alguien iba a tener una idea brillante, ella pensaba que sería él.

¿Y qué había pasado con la opción de Frank? Aquello la tenía intrigada. Frank había sido muy firme y contundente con su trato pero, sin embargo, nada había sucedido. ¿O sí? Quizás él había puesto sobre aviso a los suyos y aquel retraso en el pago era el tiempo que necesitaban para buscarlo de alguna forma. ¿Sería posible que aquella fuera la explicación a lo que había pasado? ¿Cuánto tiempo más le daría Faith? ¿Qué y quien era realmente Frank? ¿Tendría ella opción siquiera a decidir quedarse o irse si finalmente los numerarios eran traspasados a la corsaria?. Daya había tenido mucho tiempo para pensar sobre eso, sobre las últimas palabras que le había escuchado pronunciar al capitán. Criminal. Y aquel cambio de actitud hacia ella y hacia todos. Daya había recordado todos sus momentos juntos y había algo que ahora se le había hecho más que evidente. El siempre había mostrado curiosidad por ella, por su familia, por sus anhelos y esperanzas de futuro. Ella, siempre ella. Pero de él casi nunca hablaba, por no decir nunca. ¿Qué sabía realmente de él? Lo que sabía, ¿era cierto?. No dejaba de pensar en aquellos últimos momentos de intimidad que habían tenido en el dormitorio del capitán, sus últimas palabras que ella no entendió en aquel momento, aquellas a las que no les dio importancia. Ahora alcanzaban otra dimensión que ella no llegaba a comprender, pero intuía que en ella radicaba la respuesta que tanto buscaba ahora. No quería desconfiar, no quería que aquella situación cambiara sus sentimientos hacia él. Necesitaba poder hablar con él con cierta intimidad pero los días pasaban lentos y largos y él siempre estaba apartado de ellos, no sabía dónde ni cómo. 

De improviso, el agua caliente se estampó contra su cuerpo con fuerza dejándola sin respiración y cortando su hilo de pensamiento por la sorpresa. Se volvió de forma innata a buscar refugio para solo encontrar más chorros de agua. Venían de todos sitios, no dejaban opción a protegerse y le dio la impresión de que la temperatura subía, quemando su piel. Por un instante temió que la temperatura siguiera subiendo cada vez más, quemándoles, aunque llegó a pensar que no tenía sentido ya que había mil y una formas más ingeniosas que matarlos a base de agua hirviendo. Aquello duró solo unos largos segundos, y el agua caliente tornó a helada. Su cuerpo se encogió ante el cambio de temperatura tan extremo. Escuchó gritos a su alrededor pero ella era incapaz de articular palabra, no sabía cómo protegerse de aquello chorros a presión, solo llegaba a protegerse los ojos y poco más. Pero seguían, seguían y no parecían parar nunca. ¿Qué pretendían?

Y, por fin, una voz resonó en la habitación dando indicaciones que se apresuró en cumplir. No le importaba desnudarse y frotarse si con ello paraban aquellos chorros congelados. Casi no podía ni respirar, tragó agua en un par de ocasiones en las que no pudo evitar abrir la boca para respirar, tosiendo a continuación cuando aquella mezcla de agua y sustancias desinfectantes le quemó la garganta. Era una tortura como nunca había sufrido, se sentía extraña, vapuleada, observada por desconocidos que no tenían miramientos con ellos que, quizás, ni los miraban como personas. Le escocía la garganta y los ojos, no veía bien sino borroso, todo era confuso.

Les ordenaron dejar las ropas en el suelo y salir por la puerta que se abrirían cuando sus interlocutores considerasen. Aquello era dejar atrás la única señal de que pertenecían a la Space Force. La única. No tenían otra opción aunque a Daya se le antojaba que era muy peligroso desprenderse de ellas. Era como si, dejándolas allí, cortaran cualquier relación con el pasado y se volvieran invisibles para su anterior vida. La Space Force no los encontraría sin ellas. Era irrisorio pensar así pero era lo único a lo que podía agarrarse en ese momento, su pertenencia a un sitio que valoraba la vida humana, que seguía unos principios que entendía, que conocía. Donde estaba su familia, sus amigos, su mundo. Coltanium no lo era, no lo sería, pero la estaban empujando a un futuro incierto y peligroso sin poder de decisión.

Los chorros pararon, la puerta se abrió y dejó atrás sus ropas sabiendo que, con ese gesto, cortaba toda relación con su anterior vida, pero sabiendo que no había opción y deseosa de poder tapar su cuerpo de los ojos que, intuía, la estaban mirando y evaluando como una mera mercancía.

Mitad del mes 4. Comandancia

Desconocía que a Einar le pudiera importar tanto Yum, haciendo memoria no lo había visto interesado por ella, salvo cuando el cadete se molestó en que la oriental aprobara el examen de legislación. Además Einar se había interesado porque lo aprobasen aquellos reclutas que tenían dificultad y recordaba que Yum no había sido la única. Sin embargo, estaba claro que algo había habido. La propia Yum, cuando la interrogamos lo había nombrado. Así que, sin duda esos dos habían tenido algo, o quizás lo pretendían tener, quién sabe si de estar Yum viva lo pudieran tener.

El caso es que abracé a Einar porque lo vi tan compungido que necesitaba un refuerzo, era como si se le hubiera hundido el mundo, como si alguien le hubiera recordado que había matado a Sarah por accidente. Aunque bueno, también el piloto se había mostrado indiferente cuando Keira lo acosaba, sin duda aquel tipo era extraño.

Becky era un mar de lágrimas, el hecho de que acabase relatando parte de lo ocurrido en el bosque, me hizo sentir mal. Aquella noche todo falló, desde el vehículo, pasando por la travesía, la detección de los skulls, el sigilo y hasta la puntería. Había resultado una noche aciaga, aunque después de haber cometido tantos errores, al final habíamos logrado salvar la vida la mayoría. El hecho de que Yum no lo hubiera conseguido, había sido más por una consecución de desastres unidos que por una pifia o una mala decisión – Falló la estrategia, tuvimos suerte de sobrevivir, apenas íbamos armadas y ¿Cuántos fueron, 3, 4 skulls? – sinceramente, a cualquiera que les contásemos cómo se habían desarrollado los acontecimientos, seguro que le sorprendería que hubiera salido alguien viva de aquel incidente.

Se abrió la puerta y entraron dos hombres, el cabo Malbone y el teniente West. Se sorprendieron de vernos allí, de aquella manera. Aunque Einar, como no, se cuadró a poco de verlos, lo que provocó que las demás poco menos que hiciéramos lo mismo, guardando las formas.

Nos sentamos y quedé atenta para descubrir cuál era el motivo de aquella reunión. Algo no me acababa de oler bien ¿Becky, Einar y yo? ¿Qué hacíamos allí? ¿Qué querrían? No acababa de ver la relación. El teniente empezó a hablar sobre la misión que le habían encomendado al piloto y por la que luego ¿Había estado incomunicado? Me sorprendió que lo hubieran tenido aislado como si fuera un terrorista.

¿BICOM? No me sonaba de nada aquel nombre. Seguramente fueran unas instalaciones de la Space Force. Ah, una base de investigación, vale. Un laboratorio, vamos. El teniente mencionó a Duke y Dunne – ¿Volada en pedazos? ¡¡Oh, My God!! – Me giré hacia Einar y luego hacia Becky sorprendida – ¿Y Duke? ¿Dunne? ¿No han sobrevivido? – Aquello sí que eran malas noticias, sin duda.

Un momento, estaban haciendo mención de que habían tenido aislado a Einar y a una doctora que había estado investigando sobre el ADN asteriano o alguna forma de distinguirlos y para nada ahora hablaban de Duke, señal de que no había salido de allí – Duke... ¿Estaba en el BICOM cuando voló en pedazos? – No acababa de encajar las piezas, si Einar estaba allí y lo había acompañado una doctora ¿Por qué no se les había unido Duke? – ¿Cómo es que trajiste a la doctora y no a McCarthy? – me lo quedé mirando muy fríamente, ¿Lo habría abandonado allí? El mismo tipo que se había cargado a Sarah y que ahora lloraba por Yum ¿Habría abandonado a Duke en el BICOM? – ¿No hay supervivientes de esa explosión? – ¿Por qué no había más compañeros en aquella sala? Si tenían constancia de que aquellas instalaciones habían explotado, seguro que sabrían si había supervivientes, pero el teniente hasta el momento no había dado dato alguno de ese extremo.

– ¿Cómo puede haber asterianos en una instalación secreta de la SF? ¿Estamos locos o qué? – el grado de infiltración era mayor de lo racionalmente aceptable, me sorprendía mucho que pasaran aquellas cosas. Además es que parecía que habían vuelto las dudas sobre si éramos o no humanas. Como si fueran incapaces de revisar historiales o contrastarlos. Por suerte Naomi había hablado bien de nosotras, aunque si llega a pasarle algo, aunque hubiese ganado campeonatos, aquellos palurdos ignorantes, catetos y pijos de la SF podrían habernos dejado en aislamiento por su incapacidad para reconocer a toda una campeona intergaláctica. Me vino a la imagen la cercanía de la gente de Acme, qué diferentes eran. Seguramente, de finalizar este conflicto, me fuera a pasar allí unas vacaciones de relax. Aquel lugar tenía un ambiente increíble, la gente era especial. Aunque claro, antes habría que fumigar los bosques para eliminar cualquier resto de bicho peligroso.

McCarthy. El teniente lo había vuelto a nombrar – ¿Se sabe algo de él? – su investigación parecía que había sido un éxito pero, el hecho de que nombrasen su investigación y no a él, me escamaba mucho.

Ahora se fijaba en nosotras. Nos contó lo que había hablado con la sargento Corlett – espero que se encuentre bien, es una mujer increíble. Vale mucho, merece un ascenso – todas sabíamos que había quedado muy afectada por las heridas, que se recuperara lentamente era buena señal dentro de las circunstancias – claro que somos humanas. Eso ya debería de estar lo suficientemente claro a estas alturas.

Poliedro se revolvió en su asiento. Me fijé porque aquel tipo no solía cometer ese tipo de imprudencias delante de un superior, así que, el hecho de que estuviera allí era por causa de alguna razón de peso. Había algo más que el teniente nos tenía que contar. Por eso estábamos allí.

Sorprendida me hallo cuando nos revela que el grupo de exploración del PEC ha sido capturado por una pirata espacial – No me jodas... – era increíble, hasta el espacio se había vuelto un territorio inhóspito – ¿Piratas espaciales? – ahora resultaba que no sólo había asterianos ahí fuera sino que también piratas – no lo entiendo, se supone que iban armados, no? Ese grupo está formado por los mejores de la promoción ¿Cómo es posible que los hayan capturado? – me sorprendía que reclutas como Daya o Eylo acabaran capturados por unos chatarreros espaciales – no me lo puedo creer, es increíble. Lo que no les pase a los reclutas del Domo 12... – es como si nos hubiera guiñado el ojo un tuerto. Aunque recordando los nombres de los capturados me sorprendió porque en principio eran bastante competentes, además el más gafe de todos era Einar y allí estaba, sin un rasguño.

– Un equipo de rescate? Ya, claro... ¿Y cómo hacemos, llamamos a los de "Ayuda intergaláctica en carretera" y les decimos que hemos pinchado? – era cuanto menos sorprendente el grado de tonterías que la hacían a una escuchar. Es que era increíble que pasaran aquellas cosas. O sea, que un grupo de reclutas de la SF habían sido capturados mientras buscaban supervivientes en el PEC ¿Capturados por unos chatarreros? Eso hablaba muy mal de las capacidades de aquellos reclutas. Aunque claro, a saber qué órdenes habría orquestado Eylo. Si es que aquel tipo sólo había traído problemas: Mikhail, Durrell,  Noor. La lista era interminable. Pero sí que me sorprendió que también había sido capturada Daya que era bastante competente. Aunque igual se habían fiado de seguir las normas y claro, sólo unos ingenuos e idealistas cometerían semejantes torpezas ahí fuera.

– Ya te digo... un abuso. Claro, a ver quién se va a apuntar a ser el chico de los recados y tratar de traerlos de vuelta. Como si fuera fácil tratar con piratas. Además con la cantidad de problemas que tenemos ahora con los asterianos como para... – por suerte me corté y no dije lo que pensaba, al descubrir que el amadísimo de Becky formaba parte de ese grupo de secuestrados. Pero vaya a muy poco estuve de decir que era perder el tiempo – ...misiones de rescate, vaya, si es que... – Claro que no lo veía. Ahora había muchas cosas encima como para encima añadir una misión de rescate, que a saber dónde los tienen retenidos. Que los piratas no suelen dejar un rastro, ni una indicación de dónde está su guarida, ni suelen publicarla. Lo veía realmente complicado. Aunque bueno, igual la SF tenía un comando de esos especiales que se lo encomiendan y los rescatan. Espero que sí y que tengan suerte, que los liberen.

El Teniente nos miró. Al principio me pasó un tanto desapercibido pero ya vi que Malbone también me miraba. Aquello era malo. Empecé a sospechar algún plan del que no me hubiera enterado aún. Fue por culpa de Einar que se levantó como si alguien le hubiera pellizcado el culo, que se presentó como voluntario para la misión cuando caí en la cuenta que nos estaba invitando a ser protagonistas en esa misión – No, no, ni de coña... No tenemos la preparación. Ni siquiera sabemos dónde los tienen – y habían sido hechos prisioneros un buen grupo, entonces, qué haríamos Einar, Becky y yo? Aquello era una locura – La SF seguro que tiene un grupo de especialistas, de liberación de rehenes, comandos especiales... ¿Verdad? Somos reclutas ¡Maldita sea! ¿Y si sale algo mal y por culpa nuestra los matan a todos? Tienen que ser especialistas... Menuda responsabilidad si no – entendía perfectamente que Einar se presentara voluntario, arrastraba tantas decepciones que parecía un auténtico talibán a la caza de la misión suicida.

No me lo podía creer. El teniente nos estaba invitando a acoger una misión poco menos que suicida – no lo veo, la verdad. Nos falta preparación. Los piratas son gente preparada, se ganan la vida así, son brutales, despiadados. Como un mini-ejército. Necesitaríamos... ¿Un escuadrón de rescate? – ¿Cuántos miembros componen un escuadrón? No estaba yo ahora muy ducha, pero sonaba a que no íbamos sólo nosotros tres. Esperaba que un escuadrón por lo menos fueran un grupo numeroso, amplio... no sé, ¿30 integrantes? ¿50 naves? – ¿Cuántos son un escuadrón? – Me sonaba raro; el teniente acababa de decir que "sería un abuso mandarlo a otros" y ahora hablaba de "un escuadrón". Había gato encerrado, igual Einar había descubierto algo en ese BICOM y ahora pretendían silenciarlo con una misión suicida, y de paso al resto del Domo 12. No lo sé. No me fiaba un pelo.

Rechazar la misión comportaba tomarse un descanso – sin duda nos lo merecemos. Después de cada carrera hay que parar, sino el estrés... te quema. La adrenalina te consume. Llega un momento en que... – me estaba poniendo nerviosa. La verdad es que lo del descanso sonaba bien, pero a ver dónde. No quería volver a repetir sucesos lacrimógenos y me encantaría tomarme un tiempo para organizar muchas cosas que tenía en mente y para nada aquella misión de rescate me hacía gracia. Ninguna – Me lo tengo que pensar. ¿Puedo ver a Vera y a la sargento Corlett? – desde que habíamos llegado a la comandancia no había vuelto a coincidir con ellas y la verdad quería verlas – necesito verlas. Antes de tomar una decisión. Estábamos organizando algo... Pero si acepto tendría que esperar, pero he de hablarlo con ellas.

¿Me necesitaban realmente o simplemente era un integrante más de ese escuadrón de rescate? Un asiento más, un arma más, un equipo más, un número. Pero a la vez era esa sensación de adrenalina que lo llenaba todo. Además estaba el asunto de restregarle a Eylo y a Daya que tenía capacidad para rescatarlos y para mucho más. Nadie podía ponerme límites. ¿Los piratas son peligrosos? A la mierda, seguro que eran unos chatarreros de medio pelo. Pero claro, tratan con un grupo lleno de ingenuos, vanidosos e idealistas y normal que los hubieran capturado. Lo raro es que no les hubieran disparado. Igual les habían hablado de algo, de alguien famosa... porque ya se sabe que los secuestros siempre se retardan cuando les hablas de que conoces a alguien con dinero o famoso. Seguro que les hablaron de mí y ahora la pirata quiere obtener un rescate generoso. Lo cierto es que tenía mis dudas. Por un lado sí, me movía ir a recatarlos, a liberarlos, pero de otro lo veía peligroso; además que lo de disponer de un escuadrón no acababa de entender que nos obligara a ir o formar parte de él.

Mitad del mes 4. Natgrew

Grey estaba despabilada y ante la pregunta de William tan sólo podía decir lo que sabía que ellos ansiaban escuchar - ¿Cómo estoy?... Pues con ganas de salir de aquí para darme una vuelta... ¿Es algo recíproco? - Tonito de voz picaresco - Algo tendremos que hacer. ¿O les pesa el trasero a los caballeros?... - Y buscaba el juego, removerles en el amor propio para que se pusieran en activo, reaccionando Duncan ante sus comentarios previos - ¿Cinco estrellas? Me parece bien. Sobre todo por el colchón, me ha arreglado toda la espalda... - Y con esto decía lo obvio, que ni Dunne Grey era todopoderosa y le dolía todo el cuerpo de estar tanto tiempo parada y ante la inexistencia de ergonomía en los muebles circundantes - Mecánicos cachas intentando impresionarme... Ufff... ¿Para qué?... Prefiero jugar a los médicos y las chicas malas que no quieren sacarse sangre.... - Comentó ella en tono jocoso, recordando los inicios donde ambos se estudiaban mutuamente. Ella no deseaba mostrar lo que su sangre portaba y él no confiaba en ella. ¡Cuánto había cambiado la historia desde entonces! Ahora se podía decir que entre ambos, existía una sana amistad y que ninguno de ellos dejaría al otro atrás.

- ¡Claro que me preocupo de estas cosas, Duke! Soy de inteligencia, aunque a veces la conexión neuronal no me de para más... - Expresó Dunne riéndose de sí misma - Venga dilo, te gusta ¿verdad?... Aún en este agujero de mierda hay que tener en cuenta las debilidades de los amigos... - El trato estaba en un par de cervezas, era algo que no se podía negar y relativamente fácil de hacer - Hecho, Duncan, dos cervezas y me lo largas todo... Acuérdate de que es un trato, luego no vale que te eches atrás... - Risa, casi lo mejor de Dunne era que a pesar de estar jodida de verdad, siempre buscaba una manera para animar el cotarro - Oh sí amigo, Heather es lista de cojones, ya la estoy viendo, en un laboratorio con un café bien caliente estudiando muestras biológicas, mientras su futuro novio, el cual ha hecho lo imposible para ponerla a salvo, intenta escapar del enemigo de la humanidad... Creo que voy a escribir un libro. ¿Me lo compraríais?... - Aún dentro de lo malo, Grey sabía pasárselo bien

La voz de Duncan al referirse a Tessa se hizo más seria y pesada, estaba claro que aquello le daba carga emocional, justo lo contrario de lo que la sargento intentaba transmitir.

- Ya veremos como sigue esto, Duke... Y no te culpes de cosas que no te corresponden, el mando con experiencia soy yo, mía era la responsabilidad de que no te apresaran - Afirmó con rotundidad, pero no era momento de bajones emocionales - Estaba deseando estar encerrada contigo en un cuarto pequeño, así, íntimo... Y mira lo que sucede cuando se le piden esas cosas a los astros.... - Si de ella dependía evitaría que el ánimo decayese y Duncan parecía poner también de su parte - Es curioso, he conseguido que hables para que puedas decirme que me calle... - Y ahí sí que rio con ganas. Si habían enemigos observándoles, debían estar comiendo palomitas mientras ellos continuaban su rifirrafe

Después de la explicación de McCarthy sobre lo que habían vivido, Thompson le indicó a Dunne que no sabía el motivo por el que estaba allí y ella se encogió de hombros - Billy, a nosotros nos han traído mandos de la Space Force, como ha comentado Duncan. Esta gente estaba liderada por Teller, un asteriano confeso, el cual ha muerto y su cuerpo fue transportado como si de un héroe de guerra se tratara. Yo tengo claro que nos ha traído el enemigo, en naves espaciales que no eran del ejército. Y claro, deduzco que si tú has acabado en el mismo lugar que nosotros, entonces es que tenemos un adversario común. Posiblemente la rebelión de Natgrew haya sido instigada por asterianos... No me cabe pensar otra cosa...

Mitad del mes 4. Antes de la llegada a Natgrew

- No cambio fácilmente de opinión, te decía lo que te debía decir... - Fue la respuesta que Althais le daría a William cuando él vanagloriaba las elecciones que hacía, confirmando que estaba en el camino correcto. Ella le miraría con claro desprecio, como si más que un aliado fuera alguien a quien deseara evitar. Desde ese momento, el trato de la mujer hacia Thompson fue de auténtica frialdad. Y aunque él intentó sonsacarle más, ella simplemente le dijo - No, déjalo. No lo entenderías - Y el silencio desde ese instante, sería su manera de proceder, al menos hasta que llegasen a la prisión donde les encerrarían.

Mitad del mes 4. Natgrew

Una vez en aquel sitio húmedo y oscuro, la joven quedaría relegada a un segundo plano mientras los presentes hablaban animadamente, buscando alguna manera de salir de aquella cárcel donde había acabado. No emitía sonido alguno hasta que William nombró a Eris, provocando enfado en la fémina, la cual sacó un genio que hasta el momento, no había dejado mostrar, como si todo su interior estuviera embargado por rabia.

- ¡Eris tiene una jodida cuerda atada al cuello! ¡Puto desertor! - Gritó la muchacha con odio - ¡Si estuvieras en mi misma celda te daría de hostias para que te callases de una puta vez! - Y se volvió loca. Comenzó a golpear el colchón, intentando destrozarlo con las manos, mientras chillaba con furia. Una suerte de que estuvieran situados de manera independiente, de lo contrario, posiblemente habría agredido a Thompson. Las drogas eran malas, y hasta que la joven no terminó de agotarse, no paró en su vorágine de violencia

Mitad del mes 4. Natgrew

En esos instantes algo dijo Billy sobre Eris que provocó una reacción muy violenta en Althais, la cual comenzó a chillar como una loca, golpeando el colchón que la acomodaba, intentando rasgarlo con furia.

- ¡Cálmate! ¡Althais! - Dunne estaba tan sorprendida y aterrada por la muchacha a la que consideraba su hermana que tocó la verja, separándose ante el chasquido eléctrico - ¡Ah! ¡Joder!... - Eso le había dolido y mucho

Duncan tomó la palabra y dijo algo que pareció calmar a la joven, o quizás fuera porque se había quedado sin energía para seguir peleando con el colchón. Al médico le bastaba con que la muchacha fuera humana, asegurando de que no la iban a dejar tirada.

- Althais. Por favor cálmate... Tú no vas a morir. Mírame, mírame, por favor... - Quería cogerse a las rejas de nuevo, pero la experiencia era un grado - Yo voy a estar contigo siempre... Siempre, ¿me escuchas?... Vamos a solucionar esto, sabes de que puedes confiar en mí, desde pequeña lo hacías y siempre salía bien, ¿verdad?... - Y es que ambas habían compartido un contexto previo - Cálmate, deja que abramos estas celdas y busquemos la manera, vas a seguir luchando, si no por ti, lo harás por mí, porque me quieres... - Dunne debía estar muy segura de eso, puesto que lo dijo con tanta fe como Einar recitaba la legislación, y la recién llegada, no le llevó la contraria, se calló, volviendo a dominar el silencio.

La estabilidad de la prisión se tambaleaba, era importante que salieran ideas para abandonar aquel lugar, comenzando Billy a hacer propuestas, como lo del incendio, algo que a Dunne le generaba dudas - Decir poco probable es que ya tiene posibilidades de que ocurra. Nos jugamos la vida en ello. ¿No hay una manera más segura para eliminar el tendido eléctrico en el sistema?... Sobre la cerradura, eso no me preocupa, para mí ésta es muy fácil de manipular... - Dejó claro que el motivo por el que no había actuado antes era por la inseguridad a la electricidad, y es que tras el chispazo, se había vuelto hasta prudente.

- Ya escucho que estás mano a la obra... - El sonido del muelle metálico en la pared determinó para Dunne de que Thompson se encontraba manipulando material para salir de allí - Si tuvieras conflicto con la puerta, avísame y lanza lo que estés fabricando, yo misma podré encargarme...

A pesar de que se ponían en movimiento, el tema de la electricidad no estaba solucionado, y es que un desliz en el plan podía implicar la vida de todos. William no debía estar seguro puesto que preguntó a los demás si tenía alguna idea al respecto. Duncan tomó la palabra provocando una nueva sonrisa en la sargento, indicando que él no era bueno ni para abrir las taquillas del hospital.

- Algún día te comentaré la vez que se la jugué a un mando en un campamento militar... - Prometió divertida - Las taquillas dicen mucho de sus dueños... - A pesar del buen carácter mostrado, no dejaba de mirar hacia la celda de Althais, estaba preocupada por ella - Venga ya en serio, lo que dice Duncan es cierto, llevamos aquí ya una semana y no nos han interrogado, no les importamos nada. No sé porqué nos tienen aquí, pero útiles no parece que seamos. Y como él, si quiero conservar mi cordura, debo buscar la manera de que el doctor se libere porque si no, al final acabaremos teniendo una relación estable, y luego tengo que darle explicaciones a Eylo... Así que no...

Grey escuchó las explicaciones de Duncan sobre solenoides y cuerdas de muelles para reducir la electricidad. Aquel tema no era la especialidad de la sargento, por lo que poco podía ayudar en esa situación, así que suspiró antes de indicar posibilidades.

- No soy experta en tecnología. William, tú si tienes conocimientos técnicos, sabrás como sacarnos de aquí. Toma tu idea o la de Duncan, vámonos de fiesta... Si nos ve el enemigo, al menos ya tendremos contra alguien contra quien luchar, porque aquí dentro, poco más podemos hacer... - Y dicho esto asintió con la cabeza, era momento de buscar la libertad.

Mitad del mes 4. Coltanium

Eylo escuchó las explicaciones con actitud indolente a pesar de la preocupación mostrada hacia Eugene. La rabia, frustración e impotencia del eridiano se mascaban, y eso le inducía a mostrar una seriedad absoluta e inmisericorde hacia lo que le rodeaba, como si el Eylo cercano y empático se hubiera evaporado de la noche a la mañana. No iba a ser esclavo de nadie, no había sobrevivido a todo eso para subyugarse a escoria que se creía con derecho a dictaminar la vida de otros, antes moriría.

—No vamos a estar todos enteros cuando pasemos por su filtro —sentenció —. ¿Crees que nos van a mantener juntos? Nos van a separar, y nos van a cribar. Es como lo hacen. Divide y vencerás —habló con sapiencia del asunto, al fin y al cabo, durante mucho tiempo se interesó en las actividades de los esclavistas. Hablar de ello hacia que le ardiera el tatuaje de su antebrazo, como si reviviera esos momentos sombríos con los lucerianos.

Escuchó el relato de los acontecimientos, y sintió más dosis de rabia hirviendo en él. No debía haberse marchado de la Rust, en su arrogancia creía que si él hubiera estado en ella, todo eso se hubiera podido evitar. Faith no habría entrado en la Rust, no habría infectado su hogar y amenazado a su familia, él los había abandonado, abandonado.. ¿para qué? Para una mierda. La Space Force se mostraba, a marchas forzadas, ineficaz, inútil e incapaz de extirpar la lacra que eran los piratas, los esclavistas y demás escoria.

—No —dijo con sequedad hacia Diana —. No. Ni por un momento esto es tu culpa. Esto es culpa de ellos, de esos desgraciados que se dedican a esquilmar y robar, no tuya —dijo casi con vehemencia, sentida, y aunque en el fondo la tendencia de Eylo a sentirse culpable por las cosas que no podía controlar, esto lo decía con absoluta convicción —. Escoria humana. Ojalá hubiera más gente como tú —añadió mirando a la piloto, y es que Diana era pura luz y bondad, no merecía todo esto. Lo cual le llevó a pensar en Daya, la miró unos instantes junto a Alvin y sintió una rémora de remordimiento por haber sido tan seco. Pero Eylo se quedó clavado en el piso, no quería ceder a ningún otro sentimiento que no fuera de ira, aquello le mantenía con la mente activa, por muy inútil que ahora fuera nada.

Hablar de planes, objetivos y posibilidades era estéril. Cualquier intento ahora mismo se iba a saldar con muertes de alguno de ellos, y no se iba a dejar seducir por ideas temerarias que, en otras circunstancias, las aceptaría para si mismo. Pero Eylo ahora ya no estaba solo, ni tampoco vagabundeaba por los bares buscando peleas, ahora las consecuencias de sus actos salpicaban al resto. Esto aun le descolocaba.

El agua presión empezó a escupirse hacia ellos, junto a las instrucciones. Eylo fue de los alineados con Eugene, pero finalmente cedió, el desafío sin sentido era estúpido y, al menos, así como el agua fría, el eridiano aun tenía capacidad para pensar de ese modo. Por lo que obedeció y, al desnudarse, recordó el colgante con el cristal, sintió amor-odio por él, aun metido en aquel océano de indecisión. No se lo quitó, lavándose con él, si los esclavistas querían quitarle su última parcela de dignidad, que se esforzaran.

Mitad del mes 4. Comandancia

La emoción del momento les embargaba. Einar sufría y Becky irremediablemente también. Por su compañera caída, por el piloto que la amaba, y por la pareja que ella misma tenía en algún punto del universo, sin ubicar. Baker sufría por todo, era lo malo de ser alguien con excesiva capacidad empática.

- Lo siento, Einar. Lo siento... - Dijo manteniendo un férreo abrazo, hasta que Andersen le tocó el hombro izquierdo con una mano, rozando su rostro con la otra, en un gesto cariñoso que intentaba transmitir calma. La intimidad de la sala fue mancillada por el teniente West, tomando ella la determinación de separarse y guardar las formas - Sí, hablaremos, cuando quieras... Cuando podamos...

Foster por su parte, indicó unas palabras para explicar lo que sucedió aquella noche. No tenían estrategia, iban mal armadas y salieron los skulls - Estábamos cansadas, era de noche y todo fue tan confuso... - Suspiró, sintiendo una pena inmensa por la pérdida, así como el rostro dolido de Andersen.

Para Becky, el mando que acababa de entrar era bastante humano en su trato, les daba tiempo para reponerse y parecía bondadoso en sus formas, era irónico que fuese junto a alguien como Malbone, un tipo que había hecho sufrir a muchos compañeros del Domo, incluyéndose ella misma.

En la reunión se habló del motivo por el que Andersen estuvo apartado de los demás, encarcelado. Becky lo miró con comprensión, sintiendo que hubiera padecido tanto, pero la mujer no reaccionó hasta que escuchó de boca del teniente de que Zemit, Alvin Zemit, su pareja, había sido secuestrado por piratas espaciales, provocando que la piel de la joven, palideciera.

- Yo quiero ir a la misión para recuperar a mis compañeros... - Aseguró la mujer una vez que el piloto se le adelantara, indicando claramente sus intenciones - Una de las personas que ha nombrado es mi pareja, señor. Le ruego que cuente conmigo para cualquier tipo de trabajo que tuviera que hacer en la nave, prometo esforzarme y no ser una carga... - Aseguró, mientras su voz indicaba, que en caso de negativa, lucharía por el puesto. Poco quedaba de la criatura tímida y temerosa de antaño. Becky Baker se jugaría la vida si era necesario, cualquier cosa para recuperar a Alvin.

WEST Mitad del mes 4. Comandancia

El teniente había explicado las circunstancias que rodeaban el aislamiento de Andersen tras dar un tiempo a los cadetes para que emocionalmente se recompusieran. Tras ese tiempo, una pregunta vino por parte del piloto y obtendría una respuesta, la peor que podía haberle dicho a Einar, el que había pasado un tiempo de convivencia con Grey, Bintel y Duncan en la BICOM.

- El sargento Bleiz ha desaparecido, al igual que el doctor McCarthy, Grey y la ciborg Bintel... - Indicó West con seriedad en el rostro - Por los comentarios de Heather Mosley, que nos ha narrado lo sucedido, hemos puesto en busca y captura al mando y a los miembros del ejército que le acompañaban, pero no sabemos nada de ellos y al haber explotado el BICOM.... - Tomó aire, suavizó su voz para ser delicado - No... No sabemos si sus amigos están vivos o por el contrario, estaban dentro de la base de investigación... Siento que se hayan enterado de esta manera... - Miró a Foster que también preguntaba por qué había pasado con sus compañeros del Domo 12, dejando claro el teniente, que no se sabía - McCarthy fue apresado por el enemigo según nos comunicó Mosley... - Miró al piloto a la par que Jim lo hizo, luego negó con la cabeza - Solo Andersen y la doctora Mosley han podido venir a contarlo...

La duda de Jim se hizo patente, ¿cómo podía haber asterianos en una instalación secreta de la Space Force? - Están infiltrados. La doctora puede ahora reconocerlos por el ADN, pero antes de estos estudios, no se podía. Vamos a tener que hacer un buen filtrado en toda la escala militar - Indicó el mando.

Las palabras amables de Foster hacia Corlett provocaron una sincera sonrisa en el teniente - Es una gran mujer. En el tiempo que llevo trabajando con ella ha demostrado no sólo su capacidad para la ingeniería, sino su compromiso para con su escuadrón. Thyndall la valora mucho y yo también. He de decir que siempre fuimos un grupo muy unido. Compacto incluso... - Explicó el hombre con naturalidad

La duda de Foster sobre el secuestro de sus compañeros hizo que el teniente le diera las explicaciones pertinentes - Cayeron en una trampa. La nave de la Space Force había quedado con otra nave que se dedicaba a recoger materiales de siniestros espaciales, para que les ayudasen a recuperar la caja negra y los posibles supervivientes del PEC. Pero entendemos que tuvo que haber alguna traición porque los soldados fueron apresados por los piratas espaciales, según nos muestran las informaciones de un dron que fue manipulado y dirigido para venir a la Tierra para informarnos de lo acontecido. Iban armados pero no opusieron resistencia, varias naves les cercaron. A veces para vivir, lo mejor es entregarse si piensas que tienes oportunidad para escapar. No les culpo por su proceder.

Dejó unos instantes para que los reclutas pudieran asimilar la idea de lo dicho, surgiendo una exclamación por parte de Einar que pareció alegrar al propio teniente, más que nada por el ímpetu que el joven y rubio muchacho mostraba. Bien sabían que en esos instantes, necesitaban gente así de predispuesta.

- Nos vendrá bien su presencia, Andersen - Luego se unió al equipo Becky - Y la suya, Baker... - Sonrió mostrando seguridad - Malbone y yo iríamos como mandos del escuadrón de rescate. Es importante que entre los que vayamos tomemos determinaciones de lo que necesitaremos para este viaje.

La que no parecía estar de acuerdo era Foster, usando el sarcasmo como medio de comunicación. El teniente le tuvo paciencia y escuchó sus argumentos.

- Tratar con piratas no es fácil, recluta Foster, a los hechos me remito, un grupo de compañeros ha sido secuestrado y nuestro deber moral es recuperarlos - Malbone se removía inquieto, pero Lionel le puso una mano en el antebrazo para que se calmase - Si no quiere venir, está en su derecho. No vamos a obligarle - Le daba la sensación de que la conductora no entendía nada de cómo estaba la situación, así que decidió explicarle el contexto general, pues estaba claro que por sus compañeros no se movería - Cadete Foster, estamos en una guerra abierta con extraterrestres, de manera constante atacan nuestros planetas, tenemos los PECs que no dan a basto para cubrir las necesidades generales de la humanidad, y han destruido el 12 que ha sido el hogar de muchos de nosotros. Los soldados del 12 liberan a los reclutas del 12 y muchos de mis compañeros están flotando muertos por el espacio, por eso la Nightingale, la nave que llevaban sus compañeros, fue a recuperar a los supervivientes y recoger información, pero les han secuestrado...

- Thyndall no es de las que deja morir a sus reclutas, por eso me ha mandado a mí y a Malbone a formar un escuadrón que pueda ayudar a rescatar a nuestros compañeros. En tiempos de guerra, los especialistas se hacen con las misiones y la experiencia. Así que su elección es sencilla, o viene con nosotros o se queda. Si su miedo es el de morir, casi le recomendaría que se salga del ejército, porque alistarse a la Space Force es sinónimo de servir a la humanidad arriesgando la vida. Yo mismo por preferir estaría más a gusto en una isla de vacaciones, pero no puedo mirar hacia otro lado sabiendo que unos posibles soldados del 12, acaben abandonados en el universo porque nadie tuvo agallas como para ir a recogerles. Esto no puede pasar bajo mi mando y mi superiora, Thyndall, comparte mi opinión.

Jim Foster actuaba, desde el punto de vista de West, como una civil en vez de como una soldado, sorprendiéndose de que pidiera un escuadrón de rescate - ¿No se da cuenta de que eso mismo es lo que pretendo formar? - Tenía paciencia, pero le estaba dando la sensación de que perdía el tiempo con ella - En un escuadrón pueden ir de 13 a 15 personas por norma general, gente con cualificación variada. Y el enemigo puede superar el centenar, pero la misión es enfrentarles.

Las palabras de Jim dejaba su posición clara. La mujer necesitaba un descanso y no parecía estar segura ni cualificada para el puesto, tal y como Corlett había asegurado. Esa era la perspectiva de West. Las dudas no cabían a su lado, alguien como Foster era un riesgo para la misión - Será mejor que usted sea dada de baja temporalmente hasta que pueda seguir con su formación militar cuando pase por el control del psicólogo. Por supuesto, podrá ver a Corlett y a Zumbert cuando quiera, pero no podrá acceder a la misión, no quiero personas en activo que vayan con dudas o miedo a morir porque, si pasa algo, no voy a llevar su muerte sobre mi conciencia. Por favor, Malbone, acompáñela a la recepción y que dispongan un coche oficial para que vaya a donde quiera. Recluta Foster, tomará el tiempo de descanso que necesita y en el futuro podrá seguir formándose en la Space Force, cuando esté preparada para afrontar nuevos retos.

Y es que West no iba a rogar ni obligar a nadie. En la Space Force todo el mundo era necesario y todo el mundo era prescindible. Si Foster no iba, ya accedería otra persona a ocupar su lugar, ahora debían elegir quiénes.

- Bien Andersen, Baker... Seríamos cuatro por ahora... ¿Tienen personas de confianza que pudieran acompañarnos en este viaje? Gente capaz, consultaremos los expedientes y formaremos el escuadrón. Me interesa especialmente la gente que entró de promoción con ustedes en el Domo 12. - Explicó West volviendo a canalizar la misión.

 Mitad del mes 4. Comandancia

Malbone había permanecido en silencio mientras los reclutas se abrazaban y separaban, manteniendo el porte de tipo duro, con los brazos cruzados y a la espera de que West explicara el motivo por el que allí estaban. No tardaron mucho los presentes en unirse a la misión de rescate, por lo que el pelirrojo pareció animarse ante la valentía que éstos mostraban.

- ¡BIEN ZAMPABOLLOS! ¡ASÍ SE HACE MANTECA!... - Una mirada seria del teniente hizo que el hombre se corrigiese - QUIERO DECIR ANDERSEN Y BAKER... - Estaba claro que a Lionel no le gustaban los descalificativos hacia los compañeros y Malbone tenía la cartilla leída.

Lo que no esperaba el pelirrojo era la negativa por parte de Foster. El cabo iba a increparla cuando la mano del teniente se lo impidió. Con West no tenía la misma libertad que con Townhall, debía guardar las formas casi de manera continuada. Nunca había trabajado con él y estaba claro de que cohibía su libertad para abusar.

- SÍ SEÑOR, LA ACOMPAÑARÉ FUERA... - Se levantó del asiento y abrió la puerta de la sala de reuniones - RECLUTA, SÍGAME... - Indicó a modo de orden mientras él mismo salía por la puerta.

Becky miró a Jim impactada, pero se quedó callada, aquella había sido la decisión del mando y tenía sentido. Alguien que dudaba, no era recomendable mandarle a una misión de vida o muerte, y menos cuando en el fondo, había dicho que bueno era parar y tomar un descanso. Le sonrió, quizás aquella fuera su despedida final.

Mitad del mes 4. Coltanium

Y allí estaba Alvin Zemit. Un joven sencillo de Natgrew que se había alistado porque había visto demasiados horrores en la televisión, sabiendo que quería invertir su vida en ayudar a los demás, ser soldado espacial y proteger a los indefensos. Aquel muchacho que adoraba la vida sencilla, las buenas comidas, bebidas espirituosas y la música, había conectado muy bien desde el principio con Becky y, en los últimos tiempos, nadie dudaba de que la relación entre ellos era tan hermosa y sincera, que tampoco extrañaba que se hubiera convertido en amor.

Era discreto, humilde en su actuar y en ese instante en el que vio a Daya desolada, supo que ella, al igual que todos, estaba sufriendo las consecuencias de la maldad ajena y algo peor, quien debía estar a su lado, su pareja, parecía haberla abandonado. No, Banerjee no se merecía aquello, desde el principio siempre había apostado por ayudar a sus compañeros y alguien debía reconocérselo.

Daya se abrazó al cuerpo de Alvin y él no dejó de acariciarle la espalda en todo ese proceso - Sé que no nos hubieras dejado. No lo hiciste. Fuiste valiente y vas a seguir siéndolo ahora... - Le dijo con toda la ternura que era capaz, conteniendo él mismo sus propias emociones, era alguien empático que no le gustaba ver sufrir a la gente - Las cosas han salido así. No te tortures por el qué hubieras podido hacer. Estamos vivos y vamos a salir de esta, con cabeza, en el momento adecuado sabremos qué hacer y sin precipitarnos, pero para eso debes estar bien. ¿De acuerdo?... - Le dijo dándole espacio, quitándole las lágrimas del rostro - No me des las gracias. Eres mi compañera, mi amiga y parte de mi nueva familia, la que acepté al alistarme. Eres importante Daya, hoy necesitas mi hombro y yo estoy bien, puedo dártelo. Quizás mañana yo necesite el tuyo si mi moral cae y sé que estarás ahí... Así funciona esto... Ahora respira profundamente y no les demos motivo para que se alegren de nuestra desdicha. Somos soldados espaciales, esperemos nuestro momento...

Y le dedicó una amplia y segura sonrisa, dejando que ella mirase sus muñecas sin hacer mucha mención a ellas ni al dolor. Alvin resultaba ser alguien confiable y firme en convicciones, un gran compañero a quien pedir ayuda si se le necesitaba.

Mitad del mes 4. Coltanium

Mientas Alvin daba espacio a su compañera, Daya miró a Lomber y lo incluyó en la ecuación, haciendo que el mecánico se aproximase al grupo con algo más de seguridad, quizás le había gustado la actitud de Alvin hacia la piloto y eso le daba cierto margen de confianza.

- Estoy vivo, como dice Zemit. Creo que con eso ya es suficiente para intentar redimir mis culpas - Y es que el hombre había sido quien dejó paso a Faith a su nave. Si él no la hubiera dejado pasar, la Nightingale no habría sido abordada por los piratas comandados por Dama Sombría.

Daya comenzó a hilar sus suposiciones, ideas que fueron completadas por Lomber, el cual, compartía su punto de vista - Yo también lo entiendo ahora. El plan era quedarse con la Rust desde el principio, pero al ver que pedíamos ayuda y que habían restos de un PEC, un botín grandioso para gente como ellos, simplemente Delay improvisó. Por eso estaba nerviosa cuando no conseguía recuperar la caja negra, porque si no la hubiera conseguido, yo mismo habría sospechado de que quisiera venir a la nave conmigo, cuando su misión era permanecer al lado de su tripulación... - Explicó el mecánico, detallando un poco más sobre lo que ahora comprendía, había sido un golpe de suerte para Faith. Había corrido riesgo y Workensen se lo recriminó porque la amaba. Estaba enfadado porque un desliz hubiera provocado su detención o muerte - Sí, fuimos un golpe de suerte para ella, no un objetivo inicial... - Coincidió Lomber - La Rust en cualquier caso, iba a acabar de esta manera. Era cuestión de tiempo...

Mitad del mes 4. Coltanium

Kimball estaba más serio que de costumbre, y más cuando escuchó la teoría que había propuesto Benerjee y completado el soldado espacial Lomber. Haber sido traicionado dolía, pero saber que encima, la mujer a la que amaba tenía pareja, era como sacarle el corazón del pecho, y estrujarlo hasta que no quedase una sola gota de sangre dentro. Asintió pero no dijo nada sobre ello. Todo estaba dicho.

Todos los presentes se hacían una idea de cómo debía ser Faith como para poder haber mantenido aquella frialdad durante tanto tiempo, momentos en donde lo único que importaba era el objetivo que los suyos tenían en mente. ¿Por qué actuaba así? ¿No tenía una moral que le impidiera actuar de aquella manera? La respuesta era obvia después de los acontecimientos, pero claro, aquella mujer tenía una historia, y juzgarla desde el desconocimiento sería precipitado, pues al fin y al cabo el mundo estaba lleno de porqués, y las respuestas serían reveladas en algún momento o quizás, jamás vieran la luz, quedando en el limbo de la imaginación.

Lo que quedaba claro es que no todas las personas tenían moral. Había gente que buscaba esclavos para satisfacer sus necesidades y, otros, que se lucraban con un comercio ilegal que tenía de fondo la desdicha humana.

Eylo dijo una gran verdad. Lo normal sería que separasen al grupo, pues juntos tenían poder, pero cribados ya serían más controlables, vulnerables incluso. Diana se lamentaba culpándose por esa nueva situación, y Eylo le indicó de que no era como ella lo veía, dándole calma a la que siempre había sido su amiga. Los culpables de todo eran los piratas, por lo cual, si seguía  sus propias palabras y se mantenía fiel a sus creencias, absurdo era auto culparse.

Sin previo aviso salieron los chorros de agua de temperatura variable, caliente para eliminar la roña, fría para atemperar los ánimos. Aquello era una tortura que tenía como finalidad someter a las personas allí presentes y, darles tal paliza, luchando contra la energía devastadora del fluido, que no se rebelaran contras las fuerzas armadas que controlaban el lugar. Era un método efectivo. Todos obedecían, hasta Eugene comprendía que aquella guerra personal debía tomar una pausa. No era su momento.

Y las ropas fueron dejadas atrás, así no el colgante que Eylo llevaba aún anudado en su cuello. Un soldado se acercó para cogerlo y tirar de él, sucediendo algo imprevisto. El hombre cuando tomó contacto con el artefacto emitió un chillido desgarrador, como si hubiera recibido un tiro en el pecho, aunque irónicamente, se presionaba la cabeza, arrodillándose en el suelo preso de dolor. 

Nadie entendía qué había pasado.

Tras el suceso del colgante, los prisioneros fueron llevados, a punta de fusil, hacia una sala contigua donde les facilitaron toallas y ropa con la que cubrirse. Un modelo estándar de traje romano, suficiente para las necesidades actuales.

Esta vez no ataron sus manos, como si hubiera un férreo control de la situación, y no hiciera falta someterles a más represión que la propia mente de cada cual. Quizás el intento de escape tenía un precio. Todo era comprobarlo.

Fueron conducidos por el patio a través del cual habían llegado y subieron las escaleras para acceder a una de las salas del edificio, el lugar donde descansaba un hombre, de aspecto adinerado y que vestía como un señor de otra época. El varón parecía satisfecho por la entrega y levantó las manos en señal de saludo.

- Bienvenidos seáis a la Casa del Ilota - Indicó el hombre, señalando los asientos que estaban apostados alrededor de las paredes, tomando él mismo asiento en un sillón de piel visiblemente cómodo y separado de ellos, teniendo espacio y perspectiva de todos los presentes, mientras cuatro hombres armados le custodiaban. Parecían pocos para hacerles frente. ¿Tendría algún as en la manga?

- Bien, bien, bien... Es mi mejor momento del día. El de las presentaciones. Mi nombre es Lord Reginald Success, aunque pueden llamarme Lord o Señor Success, al fin y al cabo soy muy exitoso - Guiñó el ojo a Daya, de entrada la mujer que más parecía haberle llamado la atención, a la par de Eugene - Empezaremos por.... - Con el dedo señaló a Eylo, estaba claro de que tenía mucho que preguntarle - ¿Qué diablos le hiciste a mi hombre?... - Se le quedó mirando fijamente - Me gustaría mucho conocer vuestros nombres y a qué os dedicáis, así como el motivo por el que merece la pena que viváis - Se encendió un cigarro y le dio una profunda calada - Si os soy sincero, si no voy a ganar mucho con vosotros, más me valéis como alimento de perros. Poneros un precio en numerarios y venderos. De eso puede depender vuestra vida.... - Expulsó el humo y esperó a ver cómo se vendía sola su mercancía, mientras uno de los guardias, los filmaban.

Mitad del mes 4. Comandancia

Me tuve que poner impertinente para que me contaran toda la verdad. Era una técnica que nunca fallaba, como cuando te negabas a correr un gran premio sino te contaban todos los riesgos, y al final, si no había otro remedio te soltaban toda la verdad; la SF no era distinta. 

Asentí cuando escuché toda la información, valoraciones y juicios del teniente West. Guardé silencio. Mi cerebro trabajaba a una velocidad de vértigo estableciendo probabilidades. De soslayo percibí el gesto de decepción por parte de Malbone, aquel grandullón era demasiado predecible pero al menos no escondía las emociones, se mostraba tal cual era.

Fue escuchar la decisión del teniente con la que poco menos que me apartaba y me daba la baja temporalmente porque había percibido miedo y dudas en mi posición. Pero desde luego no iba a permitir que aquel individuo me insultara de aquella forma. 

– Ni de coña. Yo voy, claro que voy – me importaba una mierda lo que acabara de decir el teniente al cabo – tú no me conoces, crees que sí, pero no me conoces en absoluto, Lionel – quién se creía aquel imbécil ¿Acaso por ser teniente ya creía estar por encima del bien y del mal? Como si aquellos galones fueran algo – ¿Miedo yo? Soy la actual campeona intergaláctica de velocidad, si hubieras sido mi copiloto no te atreverías a afirmar que tengo miedo o dudas – pero ¿Qué se creía aquel niñato, que por venir disfrazado de militar ya era un ser superior? Lo que faltaba – He estado en lugares donde ni la SF se atrevería a poner un pie, así que, no me hables de miedo. Mi segundo apellido es "RIESGO". Por supuesto que no tengo miedo, ni dudas tampoco, se quién soy y lo que valgo. Quería saberlo todo y sé que de buenas, en muchas ocasiones vosotros los Mandos no soléis contar nada, así que, he tenido que ingeniármelas – ¿Qué? Ahora el teniente caía del nido, bueno tampoco sería novedoso, si habían tenido durante un mes a Einar incomunicado tratando de dilucidar si era humano o no, tampoco me podían exigir a mí que tuviera reparos a la hora de ser creativa para extraer información – Me necesitáis, sé tratar a los piratas, ya lo he hecho en el pasado y aquí estoy, de una pieza – piratas, ladrones, salteadores... Eran la misma chusma. Los campeonatos de velocidad muchas veces transitaban por lugares sin ley donde todo tipo de criminales pretendían quedarse con el equipo, los vehículos. Oh, sí, claro que los conocía, más que eso, sabía cómo tratarlos – los pilotos de carreras hablamos su mismo idioma – al fin y al cabo, un corredor era una especie de pirata con volante a quien no le importaba la legalidad si no alcanzar su preciado premio.

Puse la mejor de mis sonrisas cuando revelé mis planes. Por supuesto, fui rebajando mis modales hasta hacerlos aceptables bajo el código militar. Además si había escuchado bien, el teniente había preguntado al recluta Einar si conocía gente para incorporarla al escuadrón. Estaba claro que, no sobraban sino que les faltaban integrantes para la misión de rescate – conozco gente muy capaz que se unirían... por un módico precio – levanté las manos como gesto de circunstancias. No pretendería que me sacara de la chistera gentes así sin más, convencerlos era sencillo si había "algo" que los motivase – aunque si es problema, también puedo ofrecerles otra cosa. Algo se me ocurrirá – estaba pensando en integrantes del campeonato, así como personas que había conocido cuando el campeonato de Mech-warriors, aunque claro, no me constaba que fueran miembros de la SF, aunque en aquellas circunstancias tan excepcionales igual tan sólo se necesitaba que vistieran el uniforme para "pasar" como miembros, al fin y al cabo, era rescatar a unos prisioneros que habían sido atrapados por piratas. Qué mejor forma que ir a por los piratas que a través de ningún código ético – Bueno, qué, nos movemos?

Sería a la vuelta cuando tendría oportunidades de ver a Naomi y a Vera. Además así les daba tiempo para que se curasen de sus heridas. Sí, era lo mejor. ¿Para qué preocuparlas? A la vuelta lo organizaríamos todo.