Partida Rol por web

Turno 1. Finaliza el 1/12/2020

Prólogo Triel - Leithan

Cuando el mensajero le hizo llegar la propuesta de la heredera de una casa menor antigua y débil dudó en aceptarla, si la empresa salía mal podía perder la vida pero si salía bien podía ganar una posición que no podría alcanzar de otro modo. Los años inclinaron la balanza, su cuerpo no viviría tantos siglos como para tener otra oportunidad similar, y eso lo llevó en la dirección de esa mujer y accedió a verla. Lo que acordaron es un secreto insondable, pero lo que siguió a esa conversación cambió su vida.

Triel

Fue Triel quien contactó con él. Quien decidió contratarlo y usarlo para sus fines. Ella, a su vez, estaba siendo controlada, manipulada, por la matrona, por su madre, por Alynira Ply'uss fuer'yon Serisen. 

Y esto último le hacía poca gracia, pero era mucho mejor ser la heredera que ser... ¿qué?, ¿algo solo ligeramente mejor que la pequeña gatita que estaba jugando entre sus muslos? La idea le hizo sonreír, por lo exagerada, y redujo su malestar introduciendo sus dedos en el pelo azabache de la esclava humana, obligándola a seguir adorando su sexo y lamiéndolo, mientras meditaba.

Le gustaba domar y usar a esos pequeños animales de la superficie. Le gustaba verlos quebrarse, como le gustaba, igualmente, obtener lentamente esas pequeñas parcelas de poder. Y le había gustado lo que había visto en Leithan. Lo que ocultaba tan sagazmente en medio de su solo aparente hedonismo.

Si no fuera un varón hasta tendría que matarlo. Meditó, divertida, mientras sentía un estremecimiento al notar la lengua de la bestia. En fin... creo que ya le he hecho esperar lo justo. Agarrando del pelo a la esclava la apartó de sí misma.

- Suficiente- dijo mientras se ajustaba la túnica y se disponía a seguir escribiendo unas notas- Sal fuera y que mi invitado entre.

Mientras la esclava se marchaba Triel observó el despacho y siguió observando los bienes de la casa, con preocupación. No podía dejar que siguiera decayendo o estaban perdidos. Había que hacer limpieza. Delante del escritorio, enfrente suya, pero con la puerta a la espalda, estaba la silla en donde esperaba se sentara su invitado. Al verlo entrar siguió escribiendo, unos segundos, en una pose tan estudiada como evidente. Le hizo un gesto con la mano, divertida.

- Sentaos, Leithan. ¿Habéis pensado en mi propuesta? Espero que la sierva que os he enviado se haya comportado bien. Cuando terminemos la reunión, usadla a vuestro antojo. Tiene una boca agradable. 

Leithan

La casa de masajes de la familia Ply'uss fuer'yon Serisen no es ni la sombra de lo que alguna vez fue. Leithan la frecuentaba en su juventud y por ese entonces tenía poco que envidarle a las instalaciones de obsidiana de la Casa Derahel, sin embargo ahora el lugar es atendido por ancianos que apenas se tienen en pie y por esclavos fuera de estado, los muebles no han sido restaurados en siglos y las cortinas carecen de buen gusto, no por nada el local está casi vacío. La presencia de un mago de su talla en un lugar tan impresentable es un privilegio inmerecido para una casa en decadencia, de eso está convencido Leithan mientras espera ser llamado.

Días atrás había sido contactado por una sirvienta astuta que supo sembrar en él una duda, más que eso, un sueño. Ahora es el momento de poner a prueba esas palabras, si encontrase falsedad en ellas él mismo daría aviso a la Matrona y se aseguraría que ejecutasen a todos los involucrados en el asunto, sin embargo, si lo dicho fuese verdad, entonces el mago estaría a punto de conocer a un importante aliado, uno que podría cambiar su vida para siempre. Con esa certeza en su mente Leithan espera pacientemente en una esquina de la casa, bebiendo un licor de hongos y especias mientras repasa su estrategia.

El tiempo pasa lentamente, al punto que parece detenerse en la sala vacía, tal vez han pasado horas desde que llegó, pero eso cambia apenas aparece una mujer, atractiva pero desalineada, con el llamado urgente de su señora. Leithan camina decidido pero sin prisa, sin perder la elegancia que los años no le arrebataron. La sacerdotisa que lo espera es una hembra ambiciosa, como todas, pero insignificante en el intrincado tablero de la sociedad drow, nieta de una Matrona que lentamente cayó en desgracia y está llevando a la ruina lo poco que queda de una casa que supo ser importante en la ciudad. Conociendo la demencia con la que Lolth dirige a sus fieles, es cuestión de meses para que otra casa mate a esa anciana y a toda sus herederas, y se adueñe de la estalactita y la escasa fortuna que atesora la familia, no hace falta manejar las artes arcanas para darse cuenta de eso.

Sin embargo eso no lo detiene, la joven clériga tiene bastante en común con Leithan, visión, ambición, cautela, oportunismo, y por sobre todo, ambos parecen saber usar el poder que tienen, pequeño en apariencia pero inmenso si se proponen explotar su potencial. Veremos si realmente eres lo que pareces ser, pensó.  

Leithan besa la mano de la drow tras inclinarse levemente - Lady Triel, me honra al invitarme a su despacho - el anciano mago sonríe con complicidad y toma asiento después de ella - Le daré un buen uso, gracias - dice sin siquiera mirar a la sierva - He pensado en nuestro asunto, si, es una empresa arriesgada que puede llevarnos a la muerte o a la gloria. Debo decir que algo así no deja de despertar mi interés - asiente, moviendo sus brazos con delicadeza y cruzándolos sobre sus piernas mientras la observa intensamente - Los desafíos son oportunidades para los vencedores y tumbas para los perdedores, a los dos nos gustaría estar entre los primeros, pero todo depende de la voluntad de Lolth... Dígame Triel, cuenta con el apoyo de su diosa para hacer caer esta casa y levantarla nuevamente desde sus cimientos? -

Triel

Triel lo observó sin disimulo. No era ni mucho menos la primera vez que lo veía. De hecho informes detallados sobre él eran fáciles de conseguir, lo importante no era eso. Lo importante era la capacidad de interpretarlos. De separar la paja del grano. De determinar cuanto de lo que cada uno de los jugadores dejaba que se supiera sobre él era realmente util, y cuanto era solamente parte de la máscara.

- ¿Sería mucho más fácil si lo supiéramos no?- dijo con un gesto de cuidado indolencia que quedaba automáticamente desmentida por la enorme cantidad de documentos que atestaban la mesa.- Pero no, no tengo ni idea de si la sagrada Lloth quiere que prevalezcamos o no. Pero sí hay algo que se: a nuestra Señora le encanta la ambición, la sangre y la voluntad. Y de eso, Leithan, voy bien servida. ¿Será bastante para nuestra Diosa? Porque, Leithan... confío en que sea nuestra diosa. No solo la mía. Y, si no fuera así...- hace un gesto indolente, casi despectivo. Pero también cuidadosamente ambiguo. Un gesto que igual puede querer decir: "morirás" que "espero que tu inteligencia sea tanto como ambos creemos para que nadie dude de tu absoluta devoción para con ella"

Hace una pausa mientras la esclava que te acaba de regalar sirve dos copas con el licor de hongos y especias que te has servido fuera.

- No soy una demente, mago. Igual que sé quien está enfrente de mi, sé qué apoyos tengo. Y que la oportunidad es esta. La oportunidad de la casa Ply'uss fuer'yon Serisen. O, lo que a estas alturas es igual: la tuya. Días de tempestad, días de oportunidades. Días de muerte, días de vida. Lo único importante es estar en el lado bueno de la balanza. Y estarás conmigo que...- miró alrededor como si expusiera con una sola mirada la opinión que le merecía con quienes iba a oponerse.

La respuesta de la nieta pone en evidencia el grado de incertidumbre acerca del plan, aunque incluso si contasen con la aprobación de Lolth su beneplácito podía durar años o segundos conforme a su caótica voluntad. Triel no miente al mencionar los gustos retorcidos de su diosa, cualidades que ella también posee y lo deja en evidencia con una amenaza encubierta en medio de la conversación. - Mencionar mi profundo compromiso hacia Lolth resulta insignificante para nuestra diosa, qué trascendencia puede tener para ella la devoción de un macho cuando éste se encuentra frente a una de sus poderosas sacerdotisas? Ninguna ciertamente, y si he vivido tanto es porque se cuál es mi lugar cuando estoy frente a sus elegidas. Pero de ningún modo eso debe confundirse con tibieza o falta de compromiso... vuestro éxito, Triel, no hace más que engrandecer la gloria de Lolth - responde el mago con presteza, humildad, adulación y determinación, dejar cualquier espacio de duda acerca de su lealtad frente a una de las paranoicas sacerdotisas de la diosa araña era un muy mal comienzo para una alianza, un error de principiantes que él no está dispuesto a cometer.

Las otras palabras que la hembra le dedica tienen otro tono, otra seguridad, suenan como si fuesen parte de una profecía que está convencida de hacer realidad. En su discurso aparece algo que endulza los oídos del mago, la promesa de ser parte de una casa, una que entró en desgracia pero que puede resurgir, una que puede brindarle la oportunidad de alcanzar la posición que por décadas soñó, una oportunidad que difícilmente se le presente nuevamente. 

Leithan alza su mano levemente cuando ella interrumpe su frase, como si ya no le hiciese falta escuchar nada más al respecto - Si usted y yo estamos del mismo lado, Triel, ése será el ganador, no importa quién tengamos delante - palabras arrogantes que esconden una verdad, los dos parecen elfos de poca importancia en ese presente, pero su poder y ambición combinados pueden hacer que eso cambie radicalmente en muy poco tiempo.

Luego con una expresión más relajada, el mago continúa hablando - La casa de masajes necesita un cambio de rostro y puede convertirse en el ámbito adecuado para que preparemos los movimientos necesarios para vuestro ascenso, nuestro ascenso. Permitidme hacer algunos retoques para que los nobles se sientan a gusto, comenzaré a concurrir frecuentemente y acompañado de las personas adecuadas, en pocas semanas me habré infiltrado hasta el corazón mismo de la estalactita. Nos valdremos de la sirvienta que me ha entregado para estar en continuo contacto, y cuando usted lo disponga dejaré de rodillas a todo el que ose interponerse en su camino a excepción de las Hijas de Ilivarra, ese asunto es vuestro y sólo vuestro, no soy quién para entrometerme en vuestra dulce venganza... - termina su frase con una media sonrisa, cómplice y divertida.

Diálogo entre Alynira y Leithan

La puerta de la Capilla se abre y una sacerdotisa menor invita a pasar al mago, Leithan entra a la sala con elegancia y respeto, en el altar la hermosa e imponente drow lo espera - Gloriosa Alynira, viva imagen de Lolth entre nosotros, los traidores recibieron su castigo y vuestro nombre se ha engrandecido como os he prometido - dice a modo de saludo y se inclina levemente. Sonríe para sus adentros, hacía tiempo que esperaba tener una oportunidad como esa.

La hora de la verdad llegó, hace tiempo que Leithan viene preparando ese momento con paciencia y sumo cuidado, el lugar, el momento, la excusa, las palabras para iniciar la conversación, la noticia del éxito en la tarea encomendada, y el humor de su nueva madre, todo eso dio lugar a algo casi inalcanzable, la oportunidad de hablar a solas con la Matrona. Ahora se propone mucho más, aspira a que éste sea el primero de muchos diálogos entre ambos y a contar con su favor para los intrincados plantes que el sombrío Archimago guarda en su cabeza.

Guarda silencio y observa la reacción de la mujer, caótica e impredecible, malvada y cruel, hermosa e implacable, capaz de matar a su propia sangre si los consideraba un estorbo, ese ser extraordinario es ahora su madre y señora, y de ella depende su vida y su futuro.

Alynira estaba sentada en su trono con la cabeza en los pies y los pies en lo alto del respaldo. Una posición un tanto impropia, habida cuenta de que llevaba vestido; aún así, por algún motivo, éste caía de forma perfecta, casi mágica, resaltando su aspecto sin dejar ver más de lo necesario, a pesar de que tal cosa debería haber sido imposible.

Cuando escuchó sus alabanzas saltó del trono con una agilidad envidiable para alguien que debía tener su misma edad. Se miró con cara de angustia el trasero mientras decía.

-"¿Por qué me parezco a Lolth? ¿Es por el culo? ¿Quieres decir que es tan gordo que parece el abdomen de una araña?"

La sangre del mago se heló en las venas y su sonrisa se congeló.

Alynira estalló en risas, dejando la pantomima de mirar su trasero, que, ciertamente, parecía esculpido y cincelado por un maestro artesano. Pero aquello no tranquilizaba en absoluto, su Madre podía reír por un chiste pero también porque pensase arrancar un corazón con sus puntales para dedo de adamantita.

Cortó la risa en seco, aunque mantenía la sonrisa y se golpeó en la cabeza como si hubiera olvidado algo.

-"Ah, no, ¡Esa es mi hija mayor!" - 

Y volvió a reír, ahora sí, Leithan creía era un chiste común que le incluía. Aunque no podía estar seguro de que sólo fuera eso, y no una amenaza sutil, aquella referencia al destino de quienes la precedieron, ahora drañas en las cuevas que gobernaba Elyndra.

-"¿A qué debo la visita de mi hijo favorito?" - aquello parecía totalmente sincero, tan cierto como que era el único que no era una draña transformado por orden - y en parte, obra - suya.

Caminar a ciegas al borde de un precipicio resulta más seguro para un macho que conversar con una Matrona, más cuando esa mujer no ha dudado en eliminar a su padre, sus hermanos y hasta sus hijos cuando lograron importunarla. La osadía de Leithan es grande, una audacia que podría tomarse como un signo de estupidez e imprudencia, o por el contrario verse como una señal de valor y astucia que captase el interés de la sacerdotisa. La diosa que los drow veneran es la esencia misma del caos y el mal, sus seguidoras la imitan en cuanto pueden, y entre todas ellas Alynira sobresale por ser implacable, por eso el juego del mago puede resultar letal para él, dentro siente una mezcla de horror y placer, un estímulo perverso basado en la sensación de peligro, lo cuál lo motiva a aceptar el desafío. En su mente recuerda las palabras de la heredera, a nuestra Señora le encanta la ambición, la sangre y la voluntad, confía en ellas como lo hizo cuando decidió unirse a la causa, en aquél entonces eso fue un acierto y ahora espera que también lo sea.

Su cuerpo sigue tenso pero logra darle elegancia al gesto de inclinarse ante ella - Madre Alynira, la comparo con Lolth porque en mi despierta la misma devoción y lealtad que siento hacia ella - adular es algo que aprendió a hacer hacía mucho tiempo, un recurso que si se usa en la medida justa puede ablandar la roca más dura, pero en exceso puede provocar que esa misma roca termine aplastando al infortunado que no supo callar a tiempo. 

- Vuestro único hijo... - dice mirándola a los ojos. Ser el hijo favorito siendo el último con vida podría deberse a un tema de supervivencia, pero Leithan era un hijo adoptivo, Alynira lo había elegido por encima de los de su propia sangre, y desde la visión del mago ser el único macho digno de estar en su presencia era un privilegio y un reconocimiento enorme -quiere que su Madre se siente en el trono de una de las Casas Mayores - el sueño de los Ply'uss fuer'yon Serisen es ascender en reconocimiento, pero entre todos sus miembros, es Alynira quién seguramente lo desea con más fervor.

- Eso anhelo mi señora y en eso quiere contribuir aún siendo consciente de mis límites. Vuestras dos Hijas han organizado un evento del que se habla en toda la ciudad, una es hábil gestionando los negocios de la casa y trae ganancias importantes a vuestras arcas, la otra inspira terror y respeto asegurando la fidelidad de todos los súbditos a la grandiosa Matrona que los lidera. Ambas son la cara visible que engrandece vuestra sangre y da testimonio de vuestra magnanimidad - habla con respeto hacia sus dos hermanas, pero pone énfasis al mencionar a la madre de todos ellos.

- Mi aporte es más discreto, casi imperceptible, pero no por eso insignificante. Así como un mancho no puede compararse a una hembra en importancia, así como la magia arcana no puede compararse con la divina en poder, así tampoco los contactos que he logrado cultivar pueden compararse a la gran influencia de vuestra sangre. Pese a eso, cuando un macho se une a una hembra suceden cosas grandiosas - sonríe, suspicaz y poniendo tintes de humor y seducción sin por eso pretender provocar a la sensual Matrona - Yo estoy eternamente unido a vuestra voluntad, y desde las sombras puedo hacer que vuestro trono se eleve aún más -

- He conseguido información significativa sobre la casa que rivaliza con la nuestra en el negocio de esclavos, que además es la que nos sucede y más anhela nuestra posición, por tanto la más peligrosa para nosotros en este momento. Me propongo arruinarla lentamente para ya no represente una amenaza y que entre lo nobles de la ciudad se hable de los excelentes esclavos de Ply'uss fuer'yon Serisen. Cuento con vuestra aprobación para esta empresa o considera que puedo servirle de un mejor modo? -

Alynira se contoneó a su alrededor, con una sonrisa en su rostro. Por algún motivo siempre parecía un poco bajita, pero a la hora de la verdad, como ahora, dando vueltas a su alrededor, era tan alta como cualquier otra hembra, lo que significaba un poco más que él.

-"Palabras cuidadas, palabras estudiadas, para regar mis oídos y flagelar mi ego. Palabras para tapar mis orejas y que no oiga lo que me dices."

Le agarró del cuello y le levantó un par de dedos del suelo.

-"Si vuelves a usar tu magia para camelarme, asegúrate de que no me entere. Tal vez la próxima vez no me haga gracia."

Le volvió a dejar en el suelo y se acercó a su propia sirvienta personal que miraba divertida la situación, todos los de Leithan, la mayoría de los cuales, en realidad, eran de Alynira - esperaba que sólo la mayoría - se habían tenido que quedar fuera, nunca se les permitía entrar allí.

-"Quiero sentarme en el consejo, pero no tengo prisa. Un paso en falso y..." - empujó una estilizada copa de cristal teñido de azul, provocando un respingo en la criada - "puff. Se acabó. Hacer que eso ocurra es para lo que os tengo a vosotros. Primero a tus hermanas, luego a ti. Hay cosas que unos ojos no deberían ver. Los míos, vuestro fracaso, ni vuestras peleas, mientras me seáis útiles."

En su vagabundeo se había quedado detrás de la criada.

-"Y los de una criada, cómo reprendo a mi hijo" - en un movimiento relámpago, los puntales de adamantita de sus dedos habían volado desde la espalda. Ahora la criada chillaba de dolor en el suelo, sobre un charco de sangre creciente, sus globos oculares en las puntas de los dedos de metal de la Matrona.

Alynira siguió hablando, como si nada.

-"Y cosas que las lenguas no deberían decir, como la tuya que deseas estar por encima de tus hermanas." 

Leithan había visto a la Matrona sacar un afilado estilete de su corpiño, pero la criada no. No falló al adivinar lo que vino a continuación.

-"Las de otras, contar lo que los ojos han visto".

Se hirguió de nuevo, tirando a un lado la lengua de lo que ahora era un despojo. Una drow ciega y muda, sólo serviría de carroña. Y le miró con una sonrisa brillante, y una cara ilusionada, como la de una niña.

-"Pero ésta vez puedes jugarte tu vida e ir primero. Sólo por ésta vez. Me ha hecho gracia cómo te ves con esos colorines mágicos tan brillantes pegados a tu cara para lucir mejor."

Diálogo Triel - Leithan - turno 2

Desde aquél acuerdo con la nieta de la matrona, meses atrás, Leithan prácticamente se había instalado en la Casa de Masajes. En un comienzo la visitaba a diario para infiltrarse poco a poco, y una vez que la nueva Matrona tomó el poder, continuó pasando allí la mayor parte del tiempo. Era el lugar ideal para un macho poderoso pero discreto que disfrutaba del ocio y los placeres, muchos de los nobles que visitaban el lugar lo conocían y otros lo tenían visto al menos. Además, la posada era una buena cobertura para sus contactos y espías y le permitía juntarse con ellos sin llamar demasiado la atención y estar al tanto de casi todo lo que sucedía en la ciudad. Pero por sobre todas las cosas era un lugar que compartía con la actual heredera, una hembra astuta y seductora, peligrosa y pasional, que era quién había logrado que el anciano mago formase parte de los Ply'uss fuer'yon Serisen.

El salón había cambiado mucho desde la primera vez que lo visitó, todo gracias a los detalles de buen gusto que proponía y a su perseverancia para que los llevaran a cabo. Semana a semana la casa de masajes ganaba reputación y su clientela aumentaba, rivalizando con otras casas, Leithan se tomaba el asunto con responsabilidad y continuaba pidiendo cortinas de sedas de araña y muebles tallados de hongos barnizados.

Sin embargo, su perspectiva cambió completamente el día que vio las cuentas de la casa. Colaborando con la gestión de la Posada y los negocios de la casa, Leithan comprendió que las arcas no estaban tan llenas como parecía, el oro que tenían no era suficiente para cubrir los gastos, para su sorpresa llegó a ver que la presencia de las inquisidoras y los guardias que había en la casa no eran suficientes para detener los delitos más comunes, ni los rumores más peligrosos. En esas condiciones no podía continuar con las reformas que tenía en mente, pero el mago no había aceptado la propuesta de Triel para estar mendigando y estaba decidido a hacer algo al respecto.

Se reservó ese día para concatenar una serie de sortilegios que le permitieran ambientar el lugar aún mejor que los sitios más sofisticados que había conocido, pero en lugar de invertir oro usaba su habilidad arcana. Luces violáceas puestas en lugares clave y a distintas alturas, hacían el ambiente más acogedor, a su vez aparecieron cortinas aterciopeladas en las paredes, tapices bordados sobre seda de araña y adornos con motivos intrincados en las columnas de piedra. Ilusiones perennes verosímiles que podía controlar a su antojo y permanecerían allí por siempre. 

Satisfecho por el trabajo realizado, Leithan se sienta en una de las mesas de la esquina y contempla desde cerca el baile seductor de una hembra voluptuosa y ardiente, las luces violáceas y el fondo inspirado en la poderosa diosa drow la hacen más atractiva. Sin siquiera cerrar sus ojos se concentra en su hermana y mentalmente le susurra - A esta fiesta sólo le falta tu belleza y seducción, Triel, si bajas pasarás un buen momento, te lo aseguro - promete mientras se relame en las curvas de la sirvienta.

Diálogo Triel - Leithan - turno 2

Se encontraba en uno de sus varios despachos, quizás, el segundo más público y el más festivo: el que estaba en la parte superior de la casa de masajes. No eran tan grande ni lujoso como le gustaba, pero es que tales cosas hubieran constituido un imperdonable exceso. Al fin y al cabo, cada vara de superficie valía oro, era una inversión. Pero estar allí era... agradable. De alguna manera. Y le permitía controlar... cosas. Dejémoslo en cosas.

Nadie sabía lo complicado que llegaba a ser. Triel era buena, y estaba haciendo auténticos juegos malabares con las cuentas pero las cosas no cambiaban de golpe. No era como: ey, soy financiera y hago mi trabajo, y de pronto que caudales de plata, platino y mithril cayeran en tus manos.

- Si lo llego a saber...- murmuró la heredera entre dientes de forma, reconozcámoslo, algo pueril, puesto que por mucho que protestara en la intimidad adoraba, no el trabajo, por supuesto, sino la sensación gloriosa de poder que le proporcionaba. Control, hedonismo, poder.

Por un segundo dejó la pluma con la que repasaba las cuentas y se recostó en el cómodo sillón de piel. Realmente ni los traidores ridículos de la superficie (¿elfos? esos no sabían lo que era ser un elfo) ni mucho menos las razas bestiales (goblin, orcos, humanos, enanos, medianos, y todo el resto de ralea) lo comprendían. ¿Como iban a poder entenderlo? Con una sonrisa, recordó su conversación con una de las bestias que estaban domando y meneó la cabeza: guapa, inteligente y con fuego en los ojos. ¡Era tan divertida!

Quizás, cuando termine con ella, la use de escabel viviente.

Fue, entonces, cuando tenía la mente en pensamientos gloriosos llenos de belleza, crueldad y erotismo, cuando la voz de Leitan llegó a su mente por medios místicos. Meditó, unos segundos, antes de dar una respuesta. Sí, la verdad es que llevaba un buen rato trabajando, y tenía ganas de relajarse. Se trabajaba mucho mejor tras dedicarse a dar rienda suelta a las necesidades del espiritu: una buena comida, una buena bebida, charla inteligente, degollar a algunos enemigos, humillar unas cuantas cosas bonitas y mostrar su poder sobre ellas...

Sonaba bien. Ah, Leithan, Leithan... embaucador sinvergüenza. ¿Acaso crees que desconozco a lo que estás jugando?

- ¿Estás seguro querido hermano que vale mi tiempo?- le respondió mentalmente mientras elegía, con indolencia, algunas ropas adecuadas y hacía un gesto a la esclava de servicio para que le fuera calzando las trabajadas sandalias enjoyadas, lamiendo primero la planta de sus pies desnudos. Dejó que su diversión llegara, entrecruzada, con su mensaje mental.- En breve estoy ahí. Haz que lo valga, Leithan.  

Rilynduis - Turno 2

Acercarse al bazar es más sencillo que hacerlo a la muralla, está distante de la fortaleza principal de los Rilynduis, en una cueva de acceso público concurrida por comerciantes y peregrinos. Adopta el aspecto de otras personas cuidadosamente elegidas¹ para cubrir sus movimientos, y busca el momento oportuno para realizar la incursión. 

La magia de ilusión puede parecer la menos poderosa pero usada sabiamente puede resultar una defensa eficaz. Leithan lo sabe y aprovecha los beneficios de esa escuela para cubrir sus movimientos, pero el drow no es un mago convencional y se propone ir más allá,  su mente siniestra planea usarla como arma. Él ha tejido su poder e influencia durante décadas con astucia y dedicación, cada uno de sus movimientos es premeditado y tiene más de una consecuencia que brinda su aporte a un plan mayor, y en este caso la incursión al territorio de la Casa Rilynduis es una oportunidad para sembrar en sus nobles el veneno más terrible para un drow: la paranoia.

Semanas atrás había tomado el aspecto de un nigromante simulando ser de la casa Arken'Urd para transitar la zona del mercado y espiar los movimientos de la casa. Aprovecha esa apariencia para acercarse nuevamente, procurando tener diálogos cortos con algunos comerciantes que había visto con anterioridad, mostrando interés en esclavos sin importar su edad o su estado de salud, y preguntando por descuentos por cantidad. No llega a ningún acuerdo, por supuesto, ni se compromete a hacerlo, pero si a regresar. - Demasiado caro, pero ya verás más adelante cómo me vendes un centenar de ellos a mitad de precio - le aseguró a un mercader sin dar más explicaciones. 

Cuando el sabotaje tuviese lugar los Rilynduis no se quedarían de brazos cruzados, buscarían al responsable y si el plan de Leithan salía bien, no encontrarían ninguna evidencia que involucrase a los Ply'uss, aunque eso no los dejaría fuera de sospecha, después de todo competían por el dominio del negocio de esclavos. El mago se propone confundir a la casa sembrando pistas falsas sobre otra casa que podía tener un genuino interés en esos esclavos como para atreverse a enfermarlos, lisiarlos y matarlos, y los nigromantes resultan ser la mejor opción para ello. Sabido es que a los Arken'Urd le vendrían bien un centenar de esclavos muertos o moribundos a bajo precio para aumentar las tropas de no muertos de su casa.

Aquello podía funcionar pero Leithan no se conforma con ello, para generar la paranoia en Vil-Gadien y sus súbditos tiene que alimentar sus sospechas aún más, al punto de sentirse amenazada. El candidato ideal para ello es la casa menor que le pisa los talones, su enemigo más directo y letal, los Maeafin. Como si Lolth estuviese de su lado, las Incursoras de Telaraña eran reconocidas por sus venenos y se decía que tenían la mejor unidad de saboteadores, así que el Archimago aprovecha eso y crea ilusiones de elfos oscuros observando detenidamente el bazar, y que en cuanto son vistos se esconden y desaparecen en las sombras sin dejar el menor rastro. Basta con un par de estas ilusiones para que haya un testigo que hable de lo que vio cuando sea interrogado.

Infiltrarse sin dejar rastro y sabotear el bazar con una pócima vertida en el agua era esperable de una casa como los Maeafin, que tenía sobrados intereses en perjudicar a los Rilynduis, incluso eliminarlos de la ciudad. Enfermar y matar un buen número de esclavos por medio de una pócima imbuida con potente necromancia era algo que los Arken'Urd eran capaces de realizar, y sus motivaciones eran fáciles de entender si esos cuerpos terminaban alimentando su ejército. Claro que los Ply'Uss fuer'yon Serisen no estaban fuera de sospecha, competían por el negocio y se verían beneficiados si cerraban el bazar, pero no eran nigromantes ni saboteadores, con algo de suerte no serían la primer opción. Lo importante para Leithan no era cubrir los actos de los Ply'uss sino lograr despertar sospechas en otras casas, la duda calaría hondo en sus sacerdotisas y la paranoia las llevaría a cometer errores con las tres casas tarde o temprano, y el mago estaría atento a cuando eso ocurriera.

Lolth es caprichosa y cruel, en especial con los machos, juega con ellos como le place, por eso en el último minuto una de sus ilusiones fue descubierta por una patrulla de guardia. Lo que sucediese después era impredecible, como todo lo que acontecía en esa enferma y maliciosa sociedad.

Leithan puso en marcha su plan. A la postre, probablemente, algo no salió tan bien como esperaba dadas las repercusiones de su acción. Era difícil decir qué, probablmente los Maefin habían devuelto las sospechas a su senda - no se les daba mal jugar en las sombras, como a él -, o tal vez, simplemente, los Rilynduis se dedicaran a "devolver favores" a todos sus sospechosos. Ellos lo habían hecho con los rumores, atizando a diestro y siniestro, a todo el que los esparcía, los hubiera iniciado o no.

Pero algo que sí le llamó la atención es cómo su plan de hacerse pasar por nigromante Arken'Urd funcionó de forma extraña, el vendedor en ningún momento pareció realmente emocionado por su propuesta, ni molestarse en discutirla o negociarla realmente. Dudaba incluso que se fuera a acordar de la propuesta. Simplemente, no le tomó en serio.

Turno 3 Finaliza 21/12/20