Partida Rol por web

La reunión con la matrona y sus nuevas hermanas, y hermano, siempre ponía nerviosa a Yasidl. Ahora mimo ocupaba el mayor puesto y tenía el mejor estatus que una drow nacida entre plebeyos y sin la gracia divina de Lloth para la magia podía aspirar a conseguir. Solo le quedaba mantener su puesto y su vida, hasta que fuese demasiado vieja para empuñar sus armas o dominar a sus tropas y eliminasen al perro para poner otro guardián. 

Así que se había decidido a hacer de su vida algo placentero e interesante cuanto menos. 

Cuando sus compañeras llegaron, tomo asiento en su lugar habitual. Sabía que le quedarían solo las sobras de los recursos de la casa para poner en marcha sus planes, pero esperaba poder interesar a la Matrona y sus hermanas adoptivas en cuanto a lo que podía hacer para colaborar en el bienestar familiar. Hasta ahora solo había desempeñado papeles marginales.

Que no tuviera magia que utilizar no significaba que no le pudiera ser útil a su casa. 

- Entiendo que aún nuestro control sobre lo que ocurre o deja de ocurrir en nuestra casa es... escaso. Pero creo que tenemos una buena oportunidad de poder eliminar alguna de las casas que se interponen en nuestro camino, tal vez incluso podríamos minimizar la amenaza que suponen para nosotros algunas de las casas que nos siguen. Así que, espero contar con vuestro beneplácito Matrona para establecer relaciones diplomáticas con algunas otras casas.- Tenía en su mente a ciertos varones que no eran para nada feos.- Si comenzamos a sembrar ahora las semillas de la guerra, podremos cosecharlas antes de que sea tarde y vos seréis parte de la historia de esta casa, como la líder que no sólo resistió ante la caída de la anterior Matrona. Seréis quién dio los primeros pasos hacia nuestra antigua gloria. Pero no creo que podamos hacerlo solas, sin embargo, podemos hacer que nuestros rivales se ataquen entre sí, y cuando estén débiles aprovechar la oportunidad. 

Era curioso... Nadie se daba cuenta de las consecuencias, de lo cuidadoso que debía ser todo si no se quería que, como una cadena de esclavos, el lanzar a uno por el precipicio hiciera que todos lo siguieran, con lo trágico que eso podía ser para las finanzas.

Dando un trago a su buen vino la heredera observó con detalle sus cuentas y comprobó como el número de habitantes se había reducido, probablemente tanto por los sacrificios como por las inmundas mentiras sobre el estado de la casa. Esperaba que esa circunstancia no fuera conocida por nadie, puesto que la debilidad de la casa era importante en ese aspecto, y la debilidad llamaba a la debilidad.

Así que se puso a ello. Con sutiles fórmulas apoyó el establecimiento de casas, e incentivó durante un tiempo la conservación de esclavos para la propia casa, sabiendo que eso, a su vez, bajaría los precios y facilitaría que se instalaran más drows libres al tener, precisamente, facilidad para adquirir las casas que habían quedado vacías, y esclavos que les sirvieran.

Acción mayor

Cuando le llegó la información de que una de las casas estaba interfiriendo en sus asuntos, Elyndra tuvo dudas, bastantes dudas. Al principio no tuvo el valor de salir a enfrentarse al enemigo con su habitual ferocidad, pero mientras fueron pasando los días, algo llegó a sus oidos susurrado por un pequeño demonio. El mago de la casa había intentado hacer algo muy... interesante, si no hubiera sido por lo chapucero del resultado. Gruñó y prometió tener una larga conversación con su madre acerca de permitir aquello, pero de momento tenía que echar freno a la casa que estando por debajo(no mucho, pero por debajo), osaba atacarles de aquella manera.

Con serias dudas, un objeto preparado por si fuera necesario, Elyndra se internó en el templo publico de la Casa Rilynduis, donde esperó a una de las hijas menores, con paciencia, mientras rezaba. Se disimuló como una drow cualquiera, usando la magia de Llolth, por mucho que le doliera tener que humillarse de aquella manera, si se preparaban contra ella, podrían llegar a bloquear su escape, en caso de que las cosas se pusieran dificiles.

Cuando la más joven de ellas se puso cerca, una de las cabezas de serpiente salió de entre los pliegues de la túnica de seda y mordió a la joven hija de los Rilynduis.

-Esto es un aviso amistoso, pequeña Rilynduis. Ya habeis hecho suficiente, si continuais tendremos que ponernos serios también.

Mientras la sorpresa y el veneno paralizante hacían su efecto, Elyndra salió del templo con pasos rapidos pero dignos, al menos hasta la entrada del templo y que la amenazada drow dejara de verla. Entonces empezó a correr hasta la salida, cambiando a un paso ligero cuando se cruzaba con una de las levas defensivas de la casa.

Esperaba que pillaran la indirecta y les dejaran en paz. Si no, tal vez necesitaran otro pequeño aviso.

La comandante estaba bastante satisfecha. Sus últimos éxitos militares le habían dado algo que se parecía a la esperanza sobre el posible desarrollo de la casa a la que pertenecía. Sin embargo a más conocía el resto de las casas más seguro tenía que debía vigilar sus fronteras. Si se supiera que estaban tan débiles no dudarían en exterminarlos. 

Organizó a sus tropas. Tendrían turnos de descanso, de entrenamiento, de guardia y de patrulla. Sobre todo, esperaba que con esta última actualización de sus rutinas observasen que los pequeños problemas que se iban apilando hasta convertirse en una bola de nieve imparable fueran cada vez más escasos. 

Acción de Triel. 

Resolución

Sus hermanas no estuvieron contentas con las restricciones en la dotación de esclavos para uso personal de aquel periodo, y la negociación con su Madre fue... delicada. Por suerte, la veleidad y despreocupación de Alynira eran sólo fachada y, aunque sus palabras parecían ir en contra de sus deseos y tener una amenaza velada continua, su conclusión final fue aceptar sus sugerencias, casi contradiciendo todo lo que le había estado diciendo antes.

En cualquier caso los efectos no tardaron en hacerse notar. El número de plebeyos bajo su control subía cada mes, puestos que habían cerrado se volvieron a abrir en el bazar, bajo nueva dirección y los corrales dejaron de vaciarse tan rápido. Pronto la Casa tenía de nuevo sirvientes en abundancia, incluso si continuaban "gastándose" en diversiones.

Acción de Elyndra. 

Resolución

El veneno no resultó tan rápido como esperaba, aunque lo compensó la sorpresa de la atacada, que, sin duda, no esperaba un acto tan osado como ser atacada en una propiedad de su Casa.

Elyndra ya llegaba a las puertas cuando la otra mujer pudo reaccionar, con el veneno ya afectándole algo más.

-"Dete... nedla." - a lo que añadió un gesto de la mano.

Mientras un par de sacerdotisas menores se apresuraban hasta ella para conjurar hechizos contra la parálisis, dos pares de ballesteras de la Casa, que custodiaban el acceso, le cerraron el paso antes de que pudiera correr, apuntándole con sus armas.

Por un momento temió haberse pasado de osada y que su vida acabara allí, que fuera a ser vengada, sin duda, en una batalla épica le era de poco consuelo.

La otra sacerdotisa se le acercó con paso inseguro y sin la habitual mirada petulante y engreída de las Rilynduis.

-"Vosotras empezasteis, nosotras terminaremos, siempre y cuando no volváis a las andadas. Asegúrate de mantener el bozal puesto a tus perros y sus correas prietas, o volveremos a tener problemas. A fin de cuentas, el Consejo no os seguirá haciendo de niñeras si se enteran de que vais por ahí provocando plagas que podrían extenderse a toda la ciudad."

Con otro gesto las ballesteras se apartaron, descansando sus armas y franqueándole la salida. Pudo hacer una retirada mucho más digna de lo que pretendía, aunque menos impresionante. Había estado cerca de fallar, lo que con aquella aproximación tan arriesgada podría haber sido catastrófico. Aquella vez había conseguido cazar la mosca usando el vinagre en lugar de la miel, era mucho más difícil, pero aquello sólo acrecentaba su valía.

Acción de Elyndra. 

Resolución

Los cambios en los protocolos que introdujo la maestra de armas fueron efectivos casi desde el principio. Le sorprendió la cantidad de gente que no debería andar por ciertas zonas de la estalactita que lo estaba haciendo y que hubo de dejar de hacerlo. Algunos hubieron de dejar de andar por cualquier sitio, de hecho.

Tampoco es que sus últimos actos contra varias otras Casas no lo hubieran provocado en cierto sentido. Pero lo importante no era eso, sino evitar que esa gente siguiera actuando en su contra.

Era un trabajo monótono y a largo plazo, que le llevó mucho tiempo esos cuatro meses, especialmente tedioso cuando tras las primeras semanas dejó de dar tan buenos frutos. O los enemigos habían dejado de infiltrarse, o habían aprendido sus métodos y tendría que actualizarlos.

La sacerdotisa tenía sudores fríos al verse rodeada, tal vez debería haber pensado mejor su plan de acción en vez de tener tanta confianza en sí misma.

Pero de nuevo, le salió bien. Llolth estaba con ella hoy también. Se giró para hablar con las sacerdotisas intentando mantener su dignidad intacta, o tal vez mejorar su reputación.

-Ese macho está ahora mismo recibiendo su merecido, puede que lo haga durante unos días. Si vuelve a ocurrir algo parecido espero que vengais a nosotras. En ese momento tuvo una idea que creyó brillante y rapidamente añadió:

-Los Ply'uss fuer'yon Serisen vamos a limitar la venta de esclavos durante un tiempo, espero que sea suficiente muestra de buena voluntad. No queremos que un estupido momento de busqueda de gloria por un macho empañe nuestra relación.

Tras una reverencia de despedida, Elyndra se marchó intentando mantener la cabeza alta, pensando en la reacción que habían tenido ante sus palabras.

La sacerdotisa Rilynduis asintió con la cabeza mientras su rival salía del templo. Apenas lo hizo se desplomó sobre una silla mientras gritaba a sus acólitas que castigaran a las guardianas que habían permitido aquella humillación.