Partida Rol por web

Escucho satisfecho a Tulius y veo como, con esfuerzo, logra ponerse en pie. Mientras me acerco a el, oigo el susurro de mi pupilo y y le hago una pequeña seña dandole a entender que le he oido. Cuando estoy cerca de Tulius, digo sonriente. ¡Muy bien!. Veo que eres un digno hoplita espartano. En cuanto a las circustancias del combate, solo puedo añadir que los dioses dominan nuestros actos. La suerte en batalla es algo que tambien depende de ellos. Y debemos aceptarlo tal como viene. En ese momento escucho a Abraxas y asiento complacido. Girandome hacia el le digo. Buena idea. Y mas ahora que nuestra ciudad nos va a necesitar a todos al maximo de nuestras capacidades. Eso es algo que debemos tener siempre presente. Pero en ese momento llega haata nosotros Marcus y oimos la triste noticia. Todos callamos en silencio por unos instantes pues veo el dolor reflejado en el rostro. Y, mientras Zaida corre a obedecer la orden de Abraxas, nosotros, todavia en silencio, comenzamos a cavar una fosa lejos del lugar en donde se sigen consumiendo los cadaveres de las arpias. Despues, Marcus nos guia hasta el luigar en donde yacen Terdes y Leidan y, tras de`positar los dos cadaveres sobre los escudos de Tulius y Abraxas, transportamos los cuerpos hasta la fosa que hemos cavado. Yo me adelanto entonces y extiendo mi mano derecha frente a Zaida. Recibo las dos monedas y me inclino para meteselas en la boca a los cadaveres. Me alzo y, mirando alos presentes, digo. No tendran problema para cruzar el rio Estigio. Caronte puede darse por bien pagado. Dicho esto, vuelvo a girarme y, usando un escudo a modo de pala, comienzo a enterrar a los cadaveres. Pronto, Abraxas, Darien y los sirvientes se me unen en la triste tarea. Y, poco despues, hay dos tumbas cerca de la pira de las arpias. Permanecemos callados por unos instantes rodeando las tumbas. Hasta que yo alzo la cabeza y digo. El tiempo para la despedida paso. Es hora de reemprender el camino.

Partis y renaudais la marcha, aunque un poco más callados que antes. Tulius no se queja en ningun momento, aunque notas que de vez en cuando su boca se torna en una pequeña mueca, que acaba disimulando. Abraxas también se da cuenta, pero no dice nada

Como dos de los sirvientes han muerto, tanto Abraxas como Tulius se ven obligados a llevar las provisiones y material de viaje en sus espaldas, y también aumentan el peso de Marcus, aunque dejan a Zaida con el peso anterior. Esta no dice nada, aunque ves en su cara una clara desaprovación. Al fin y al cabo es una sirviente espartana y estas seguro de que podria con mucho más peso del que lleva, pero tanto Tulius como Abraxas deciden dejarla con menos que los demás

Andais durante unas horas, y poco a poco recuperais el buen humor. Pasais por varios caminos, cruzais algunas colinas, y pronto llegáis a la ribera del rio Eurotas. Ya es por la tarde y dentro de unas horas anochecera, pero decidis seguir caminando. Sientes una pizca de nostalgia cuando llegais al rio, y tanto tu como tus dos compañeros os quedais un rato mirandolo. Abraxas hace un comentario casi en susurro, aunque lo entiendes sin problemas

Volvemos a la tierra que nos vio crecer

Darien observa el rio con una expresión inpenetrable. Entonces te das cuenta de que es la primera vez que ve el rio que pasa por tu patria

...

Y yo, tras los momentos de reflexion, miro a mi pupilo y digo. Contempla Darien el rio Eurotas. Ningun enemigo ha logrado jamas cruzarlo con vida. Asi ha sido desde la fundacion de Esparta por Lacon, descendiente directo del Heraclida. Y asi seguira siendo mientras que un solo espartano con sangre en sus entrañas. Vuelvo a mirar el rio y a mi cabeza acuden recuerdos de mi infancia. Cuando jugaba libre y salvaje en sus rivera. Agito la cabeza para despejar mi mente y prosigo diciendo.Vamos, nuestra ciudad se halla cerca ya. Nuestro camino se aproxima a su final. Y dicho esto, reemprendo la marcha pues deseo llegar lo antes posible y presentarme ante el eforo Tairus para confirmar definitivamente la restitucion de mi honor como hombre libre.

Andais durante unas horas mas, y al final del dia ya os encontrais a pocos kilometros de Esparta. Abraxas se detiene un momento y se dirige a vosotros

Deberiamos parar a cenar, ya ha anochecido. Despues decidiremos si dormir hasta la mañana siguiente o seguir caminando por la noche. Esta ultima perspectiva no me hace mucha gracia, pero ya quedan pocas horas para llegar. Aun asi creo que lo mas sensato sera reposar y no llegar a Esparta en medio de la noche

Notas que Abraxas te mira por un momento, pero acto seguido desvia la mirada hacia su amigo y espera a vuestra respuesta

Y yo, adelantandome a la replica de Tulius pues se perfectamente lo va a decir, digo.Descansemos durante la noche. Sin duda, ha sido una jornada agitada para todos. Aprovechemos este tiempo para descansar y reponer fuerzas. Miro entonces a Tulius y añado. Se que eres perfectamente capaz de aguantar unas horas mas de marcha. Pero no es conveniente que te fatiges en exceso. Tus heridas aun no estan cerradas y no nos podemos permitir olvidar nuestro deber hacia nuestro estado. Esparta no puede permitirse la perdida de ninguno de sus hoplitas por una imprudencia. Y dicho esto, observo como los sirvientes van preparando un campamento en medio del lugar en donde nos hallamos. Un pequeño claro en medio de un bosquecillo de pinos. Observo satisfecho como hacen su trabajo con eficacia y termino diciendo. Por supuesto, el primer turno de guardia es mio.

Comeis unas de las ultimas provisiones que os quedan, y mas tarde terminais de montar el campamento en un lugar recogido

Yo haré la segunda guardia Dice Tulius

... Abraxas parece un poco preocupado por su amigo, pero después gira el rostro y suspira

Bien, yo hare la cuarta, y Marcus la tercera. Zaida le ayudara

... Yo puedo hacer la quinta... Te dice Darien mientras observa la lejania con seriedad

Y yo contengo una sonrisa antes de contestar a mi pupilo. Despues, digo. Calma Darien. Si quieres, puedes ayudar a los sirvientes en su guardia. Solo dormiremos hasta que comience a clarear. Cuando la Diosa Aurora asome, ya estaremos en camino Entretanto, los sirvientes han terminado de preparar el campamento. Todos se van sentando alrededor de una pequeña fogata que han preparado mientras hablabamos. Al calor del fuego yo bebo un trago de agua de mi odre y como unas raciones de carne seca y unaas bayas recolectadas por Zaida. Y, una vez que he terminado, digo a mis compañeros. Sera mejor que empeceis a descansar. Recuperad fuerzas para la ultima jornada de camino. Y dicho esto, me separo unos metros de la fogata y presto toda mi atencion al exterior del campamento.

Todos se van durmiendo, y pronto te quedas despierto tu solo, oteando el horizonte y alerta. Tulius te dice que le despiertes un poco después de medianoche, unas 3 horas más tarde

Comienzas a montar guardia. Llevas una hora y media ya cuando de repente oyes un sonido de ramas crujiendo, no muy lejos de donde estais. Viene del rio

He oido el ruido y actuo como si nada. Camino tranquilamente alrededor del campamento hasta que, como por casualidad, llego cerca de Abraxas. Golpeo con mi pie derecho un guijarro que impacta en la espalda del espartano. Sin mirarle y sin hacer ningun gesto, digo en voz baja. He oido un crujido de ramas en direccion al rio. Atento. Quiza no sea nada pero es mejor estar prevenidos. Abraxas no emite ningun sonido. Pero yo me doy cuenta de como su mano derecha se dirije, lentamente, hacia la empuñadura de su falkata. Despues, yo giro en direccion al rio y, sin mirar directamente hacia el origen del sonido, me voy acercando con todos mis sentidos alertas.

Abraxas se levanta con un sigilo felino, y va detrás tuya, esperando

Vuelven a sonar ramas crujiendo

Me voy acercando silenciosamente al origen del ruido sin producir ningun sonido. La quietud de la noche tan solo es rota por la actividad de los animales nocturnos. Poco a poco, voy acortando la distancia con el origen del ruido. Me percato de que Abraxas marcha tras de mi preparado para la accion. Y yo, continuo avanzando listo para desenvainar y prestando toda mi atencion.

Apartas dos matorrales y te escondes detrás de un arbusto, con Abraxas a tu lado. Pero la escena que encontrais no es la que esperabais

Una bella mujer se lava los cabellos a lo orilla del rio, mientras observa las cristalinas aguas. Es bastante bella pero hay algo en ella... No es humana. Sus largas orejas y su piel de un tono verdoso lo indican. Va vestida con una serie de hiedras y plantas que tapan parcialmente su cuerpo, aunque gran parte esta al desnudo. La muchacha empieza a tararear una canción en silencio, tan bajo que ni siquiera la escuchais del todo, mientras se pasa la mano por su largo y castaño pelo... Quedando este totalmente seco al momento, como si la joven hubiera absorvido totalmente el agua

Abraxas no dice nada, pero notas que esta mudo de asombro. Aun asi, espera a que tu actues

Observo detalladamente a la mujer sin hacer ningun ruido. Me percato del detalle de su pelo y pienso. Es posible que sea una ninfa. Una de las Potamoi. Aunque, de momento, no parece peligrosa. Quiza este aqui por algun motivo oculto. Avanzo un par de pasos sigilosamente y, al tercer paso, piso deliberadamente una rama la cual se parte con un seco chasquido. Rapidamente la mujer se gira. Y yo, mateniendo algo apartada mi mano derecha de la empuñadura de mi falkata y alzando la mano izquierda con la palma abierta hacia delante, digo. Paz. Nada debes temer de los hijos de Esparta si no abrigas perfidas intenciones. Pero si lo que buscas es la batalla, has de saber que pisas el territorio de Laconia. Y que ese nombre te baste como advertencia. La extraña mujer me contempla en silencio por unos instantes. Intanstes que yo aprovecho para bajar mi mano izquierda pero no para separar mi mano derecha de la empuñadura de mi arma. En vista del silencio, yo añado. Soy Herdes, un hombre libre espartano. Detras de mi, esta Abraxas, otro hombre libre de Esparta. Y ahora permanezco en silencio aguardando una respuesta.

Abraxas se mantiene en silencio detrás tuya, esperando que la mujer conteste

De repente, la mujer se da la vuelta y observa el rio con una expresión indiferente. Durante unos segundos conteneis el aliento

La mujer os mira de nuevo

Espartanos... No tengo ninguna mala intención. Os ruego que continueis vuestro camino...

Me ha parecido detectar algo extraño en el tono de esta aparicion. Pero no termino de estar convencido. Miro entonces tanto a derecha como a izquierda para tratar de descubrir algo pero en medio e la oscuridad de la noche, tan solo veo sombras y unicamente escucho el ruido de la corriente del rio. Miro de nuevo a esta potamoi y digo.Con todos mis respetos, creo que somos nosotros los encargados de judgar si la situacion, sea cual fuere, requiere o no nuestra presencia.