Partida Rol por web

La mujer embozada mira a Alex y Emma de hito en hito, manteniéndose en silencio durante un rato, pensando.

- Emma, por favor, acompañe al Señor Vangrant a sus aposentos. Después del duro viaje desde la frontera, estoy convencida de que estará agotado. Más aún después de haber pasado todo el día en prisión.

La abogada se levanta con expresión preocupada y tiende nuevamente la mano a Alex para ayudarle a levantarse.

- ¿Me acompañas Alex? Estoy segura de que te apetecerá charlar un rato para ponerte al día de lo que está ocurriendo en tu ciudad?

Con una inclinación de cabeza, se despide de los dos guerreros.

Areth hace amago de levantarse, pero Asceltis alza nuevamente la mano para pedirle que espere una vez más.

- Esperad aquí un poco más, aún tengo cosas que hablar con vosotros. - Se vuelve al otro lado de la habitación, donde el dindavara aún está tocando su koto, con una habilidad sorprendente para un guerrero. - Yi Fan, por favor, acompáñanos a la mesa.

Hace un gesto al camarero, que trae una botella de licor y la deja sobre la mesa. Un momento después, llega con otra botella y dos vasos sobre una bandeja y se dispone a seguir a Emma y Alex.

Alzo las manos, ligeramente, dando a entender que "está bien". Aguardo en el sitio, pegándole un largo lingotazo a mi bebida.

Paso mi manga por la boca y musito perdón al darme cuenta del gesto de mala educación. Tras unos segundos de silencio decido romper el hielo...

Oye Yi... ¿Puedo hacerte una pregunta? Sé que estás aquí por pasta, y todo eso, pero... Pensaba que los Dindavara estaban forrados. No me entiendas mal, es un honor luchar a tu lado... pero se hace raro.

Con movimientos precisos y delicados, Yi Fan envuelve en un paño blanco como la nieve el koto y lo guarda en su estuche antes de acercarse a la mesa, sentarse con parsimonia y tomar un breve sorbo del licor servido. Todo de una manera que parece indicar que rituales como comer y beber los practica por respeto al resto de los acompañantes, y no porque disfrute de esas delicatessen.

Cita:

La mirada del Dindavara hacia el guerrero Uld al oir esta pregunta personal refleja que se siente ofendido. Yi Fan baja el rostro y cuando parece que les va a dedicar nada más que uno de sus fríos silencios, los sorprende respondiendo en voz baja.

Cuando te obligan a exiliarte de tu patria, las únicas riquezas que llevas contigo son aquellas con las que puedes cargar...

Y yo viajo ligero.

Alex mira al suelo un momento, mientras ellos hablan la conversación queda de fondo. Alza la vista y mira a Emma - Vayamos entonces.

Deja su mesa bien arreglada y puesta y se levanta de su silla, y despues la pone en su sitio. Se acerca a Emma, y por segunda vez le da la mano para ir acompañada de ella.

Tu por lo menos tenías riquezas... Digo, melancólico... Yo la máxima riqueza que disfruté fue la de un azadón nuevo.-Sonrío visiblemente, mientras apremio a Asceltis.

Bien, si no os importa, vayamos al grano...-Digo, mientras me meso la barba de tres días.

Alex y Emma salen del salón, seguidos por el camarero, por lo que os quedáis de nuevo a solas con Asceltis.

- ¡Maldito crio! - susurra cuando está segura de que no podrá escucharla. Su exclamación os sorprende, pues nunca la habíais visto tan irritada... Ni siquiera Areth había logrado hasta ahora que perdiese su máscara de frialdad. - Conoce la información más importante de los últimos tiempos y lo único que sabe decir es "no recuerdo bien". ¡Debería pedirle a Alder que le despellejase para refrescarle la memoria! - Por un momento lanza su mano hacia la botella, pero la aparta a medio camino, recordando que sigue con la cara tapada. En lugar de eso se levanta y comienza a pasear por la habitación, dejando que su enfado se disipe con el movimiento.

- ¡En fin! Os estaréis preguntando qué hacéis aquí. Lo cierto es que yo también esperaba más de entra entrevista, pues ya sabíamos toda la información que Alex nos ha proporcionado. Gracias a vuestro trabajo de anoche, por supuesto. - La luz de una vela se refleja en sus ojos y os la imaginais sonriendo peligrosamente debajo de su velo.

- Por si lo estábais dudando, el hecho de que un hechicero pierda la sintonización con su escuela tal y como le ha ocurrido a Alex y a la hechicera con la que... os reunísteis ayer, es completamente imposible... Mejor dicho, lo era. Y más aún cuando eso le ocurre a todo un grupo de hechiceros casi al mismo tiempo y en más de una ocasión.

Dejando de caminar de un lado a otro, se para junto a la mesa y se apoya con ambas manos en el respaldo de su asiento.

- Pero, antes de continuar, quiero saber la opinión que os merece tanto Alex como lo que habéis escuchado aquí esta noche - pregunta mientras os mira de hito en hito.

Sonrío encantado al oír esas palabras de Asceltis.

Esto me da miedo, querida, pero hasta estoy de acuerdo con vos...-Digo con una amplia sonrisa

Si queréis mi opinión sincera he de deciros que me parece poco más que un criajo que escupe fuego. Los truil no son bromas, y ese enano parece que tan sólo es un niño en el lugar incorrecto en el momento más desafortunado.

inclinándome lentamente sobre la mesa, apoyando los codos en ella hablo, susurrando:

Aunque quizás él es más listo de lo que aparenta...

Me reclino de nuevo en la silla, diciendo:
Si permitís mi audacia, Asceltis, tengo un plan. Parece un chaval inocente; por lo tanto manipulable. Encárganos algún trabajillo, haremos piña con él. Si se "acuerda" tendremos la información, un contacto en los firedancers y a su padre como aliado. Si no... Estoy seguro de que Alder y yo podemos llevarnos bien en ciertas situaciones-Digo con una expresión socarrona.

Pero, si consigo esa información... Quiero a mi hermana. Ni un juego más. Le he pillado el punto al chaval, seguro que implorará nuestra amistdad si cree que está salvando Uldhom...

Yi Fan permanece con los brazos cruzados en actitud relajada mientras escucha las palabras del guerrero.

El niño mago no es más que eso, un niño. Tuvo la suerte de nacer con el don de la magia, nada más... No considero dignos a aquellos que no han luchado para conseguir sus habilidades. Y a ese niño sus dones le fueron regalados.

El Dindavara levanta el rostro para mirar a Areth.
No me pidas que finja para tratar al chico con algo mejor que el desprecio que se merece. Ese no soy yo.

Después se vuelve hacia Asceltis.
Yo soy el filo de mi corazón. Ese soy yo. No se nada de hechicería, pero quizás si los conjuradores pierden sus poderes como parece que está sucediendo entonces la mejor baza en la batalla sean los buenos guerreros como Areth y yo mismo.

Salís del salón y Emma te acompaña a las habitaciones que han reservado para ti, seguida por el camarero con su bandeja.

Entrais y el hostelero pasa a un pequeño departamento separado del dormitorio y deja la botella y las copas en una pequeña mesa. Con una leve inclinación de cabeza, se retira de las dependencias, cerrando la puerta al salir.

La abogada se acerca a la mesa y sirve dos copas de vino, tendiéndote una de ellas mientras se acerca la otra a la nariz, para apreciar el aroma de la bebida.

- Si he entendido bien, llevas casi tres semanas fuera de Uldnacht, así que es probable que agradezcas algo de información sobre lo que está ocurriendo en la ciudad. - Tras brindar contigo, bebe un sorbo del vino y os sentáis en las sillas. - Aunque la verdad es que está siendo una época algo monótona. El único acontecimiento destacable ha sido la reunión del Consejo esta mañana... ¡Se dice que una mujer-caballo irrumpió en medio de la reunión gritando como una loca! Los rumores en esta ciudad cada vez son más increíbles...

Te sonríe y mira alrededor, observando la pequeña estancia sin apenas decoración en la que os encontráis.

Sonrío ante las palabras de Yi Fan:

No pretendía que fingieses ser otro Yi, ya lo daba por hecho... Y respecto a lo de los guerreros... espero que no sea necesario mucho más tiempo...

La mujer niega con la cabeza.

- Vaya, no esperaba que subestimaseis tanto a alguien por el hecho de no llevar una espada - dice echando su capa hacia atrás para revelar una cadera de la que no cuelga la vaina de ninguna espada. - Lazarus Vangrant es un explorador del ejército de Uldholm y era un auténtico maestro luchando con dagas. Estoy segura de que, aunque no llegue a vuestro nivel de habilidad, el niño habrá recibido un par de consejos de su padre...

Soltando una suave risa, se sienta de nuevo en la silla.

 - Me sorprendes, Areth... ¿Tú planeando y maquinando? Pensé que sólo usabas la cabeza para llevar el pelo o para golpear paredes de vez en cuando... No cuentes con Alder para tratar con este chico, ni con Yi Fan, por lo que se ve. Sin embargo te falta información... No creo que Alex esté ocultando nada, sino que realmente no lo recuerda. El chico tiene pérdidas de memoria y fases de amnesia desde una enfermedad que contrajo en su niñez...

Se vuelve hacia el dindavara.

- En parte tienes razón, Yi Fan. Si los hechiceros fallan, son los guerreros los que deben vencer las batallas. En tu país sois expertos en eso, además, al contrario que en Uldholm... Sin embargo ha habido una reunión del Consejo esta mañana y se ha aprobado un nuevo asalto a la frontera.

"Diana..."

Piensa, pero no prefiere delatar por ahora que ellos dos eran amigos, pues tal vez la opcion de la sorpresa podria venir en un momento adecuado y tener mayor ventaja ante alguien desconocido.

El coje su copa y brinda con la de Emma, y despues la deja de nuevo en la bandeja, como si nada.

-A veces son de lo más variopintos...oí una vez que se habia escapado una manada de lobos furiosos y mis padres no me dejaron salir por la noche durante mucho tiempo...

-¿Ha ocurrido algo extraño estas tres semanas? -inquirió despues de un silencio.
-A parte de la mujer caballo entrando en...la reunion gritando, claro.

Lo que le pasa a ese enano es que tiene tanto dinero en la cabeza que se le taponaron los ojos y los oídos con monedas.

Los Uld volverán, y los truil los matarán a todos, seguro. Cómo se nota que no es el consejo quien va a luchar...
Me revuelvo en la silla, algo nervioso, y con ganas de salir de aquí.

Se me empieza a agotar la paciencia, y mi tono lo denota, aunque intento controlarlo...

Bueno, ¿que toca ahora? ¿que hay que hacer? No queremos importunar más aquí, vayamos al grano.

Asceltis rie suavemente ante el estallido de Areth.

- Sí, efectivamente se nota que no es el Consejo el que va a luchar - dice en un tono divertido. - Sin embargo no creo que esta vez los Truil acaben con nuestras tropas... Al dejar escapar a dos hechiceros han cometido un pequeño error, pues ahora conocemos su táctica y podremos prepararnos mejor.

Se vuelve a levantar de su asiento, inquieta.

- Por supuesto, tengo otra misión para vosotros. Necesito que vayáis a la frontera y que descubrais cómo consiguen los Truil neutralizar a los hechiceros. Si conseguís la información antes de la batalla, mejor, pero realmente no importa. Por supuesto, no iréis solos... Alex os puede llevar hasta la zona y ayudaros a reconocer al grupo de Truil. - Se vuelve hacia Areth. - Y estoy convencida de que Jakko y sus hombres estarán encantados de echaros una mano. Sobre todo teniendo en cuenta de que estas derrotas pueden convencer al Consejo de que nuestras tropas necesitan soldados más especializados.

Os mira a ambos, y fija su vista un momento más en Yi Fan, pensativa. Se vuelve bruscamente hacia el guerrero Uld.

- Bien Areth, imagino que no tendrás nada que objetar, sobre todo teniendo en cuenta todo lo que puedes ganar si esto sale bien... Si no tienes preguntas, puedes irte a hacer eso que te corría tanta prisa. Os avisaré cuando todo esté preparado. Pero antes supongo que Maese Yi Fan querrá mantener una conversación más privada.

Se apoya en la barra y os mira fijamente, esperando vuestras preguntas.

La abogada se rie ante tu pregunta, con una risita suave y dulce.

- ¡Jaja! ¡Una manada de lobos furiosos! Conociendo cómo se propagan los rumores tal vez se trataba de un grupo de bandidos Truil.

Se para a pensar en tu pregunta mientras le da un sorbo a la copa de vino.

- ¿No te parece suficientemente extraño lo del centauro? La verdad, todo está bastante normal últimamente. No recuerdo ninguna noticia especialmente rara. ¿Por qué lo preguntas?

Jakko... -Murmuro en alto...

Miro a Asceltis condescendiente, y con un gesto de cabeza me despido diciendo: A sus órdenes, Madamia.

Salgo corriendo, no sin antes preguntar en la entrada donde está la plaza del mercado.

-No por nada...aun no he visto a mis padres...tal vez sea por eso por lo que me intereso- estipula el chaval un tanto sonriente.

-Hay algo más ¿no? Yo ya he contado lo mío, y aun sigo aquí. Si hay algo que querais saber...Nos vencieron si, no se si fue igual que las otras veces, fue la primera vez que luche contra ellos, sin saberlo cayeron los alados...

Mira al suelo y se queda callado, dejandola a ella hablar todo lo que quisiese hablar.

El posadero te indica por dónde puedes llegar a la plaza del mercado. - Pero... señor... ¿¡Es de noche!? - le escuchas decir mientras sales corriendo por la puerta.

Mientras corres por la ciudad te parece ver a varias de las patrullas a lo lejos, pero desarmado y sin armadura, piensas que sería posible pasar a su lado sin que te diesen el alto. Por fin llegas a la plaza del mercado, sin ningún problema, para variar. Los puestos están cerrados y no se ve un alma en la calle.

Una vez llego a la plaza intento contactar con Fawkes.

Eh, chico. He conseguido salir, perdón por el marrón... Tengo que contarte unas cosas, pero, primero la espada, hace tiempo que me cuesta matar con mondadientes...

Areth sale del Cerro del Oro, dejando de nuevo a Yi Fan con la mujer que tira de los hilos de su vida.

¿Quién es Jakko? Dice el dindavara, más por romper el silencio que por el deseo de saber de quién habla Asceltis.