Partida Rol por web

Un grupo de caballeros (Ikki, Jabu y Shaka) van a partir rumbo a Siberia junto a Perséfone.

Amanece un nuevo día...

Justo a la salida del santuario. Allí se encuentran Jabu del Unicornio, Ikki del Fénix, y Shaka de Virgo, acompañando a la pequea Verité.

Casi se libra una batalla dialéctica a muerte para conseguir que Nikola accediese a dejar a Verité en otras manos que no fuesen las suyas, pero confiando en vuestra palabra, acabó cediendo al descabellado plan de Camus, no muy convencida de que esté obrando correctamente. No en vano, lleva toda su vida cuidando de la niña, casi permanentemente. No es sólo su protegida, la siente casi como una hermana pequeña. Verité por su parte se ha recuperado del agotamiento del día anterior, y se encuentra al lado de Jabu, como siempre, imitando sus poses, como si fuese ella también un caballero del zodiaco.

Reunidos por fin los cuatro, Verité os hace una pregunta que os deja algo descolocados.

-¿Y bien?- dice, para luego añadir, expectante- ¿Y cómo vamos a hacer el camino a Siberia? ¿Alguno de vosotros posee el poder de la teleportación, además de Mu de Aries?**

**Mu se ha quedado protegiendo el templo. Está ahora mismo reunido en el Partenón.

Decidme cómo pretendéis hacer el viaje, para proseguir yo con la narración.

El caballero del Unicornio, que finalmente había jugado una baza muy importante para la decisión de Nikola, puesto que no se había separado más de un palmo de la pequeña desde que había accedido a acompañarla se encontraba como prometió cerca de esta.

Hacia un rato que ambos, caballero y pequeña estaban haciendo poses y jugando a ser estatuas de la antigüedad, inventándose nombres para sus poses. Era una buena manera de pasar los ratos. Pues el joven caballero prefería que la niña disfrutara cada momento que tuviera libre.

Los adultos, entre en los que el mismo se catalogaba, tendían a estar preocupados por acontecimientos venideros, como los que se desarrollarían en los próximos días. Así que mientras esa sombra se dejaba sentir en la mente de todos, intentaba que no se dejara caer con mucha fuerza en el corazón de la pequeña.

Había descubierto el día anterior que la pequeña era mucho más inteligente de lo que podían llegar a pensar. Incluso más que Saori a su edad, y estaba mucho mejor educada. Pues la Diosa a la que servía incluso después de muerta había sido una niña pequeña muy caprichosa. Él lo sabia mejor que nadie, pues tampoco se separo de ella en aquella época, aunque por otros motivos.

La pregunta sobre cómo se moverían en cierto modo le sorprendió, pero no le pillo por sorpresa. Así que sonrió y contesto en el mismo tono, y sin un ápice de burla a su pequeña Perséfone.

Bueno, yo creo que podríamos echar una carrera. Nunca he estado en Siberia, pero no puede estar tan lejos, ¿no?

Un nuevo dia habia llegado... tras todo lo que habia sucedido el dia anterior, nuevamente salia el sol... eso solo de por si podria considerarse un milagro, pero todavia faltaba mas. Tras levantarme habiendo dormido poco y nada... me pregunto si alguno de los caballeros que presencio los acontecimientos del dia de ayer habia podido pegar un ojo... me visto y hago mi equipaje para la ardua tarea que nos esperaba.

Jabu, Shaka, y un servidor, eramos los encargados de llevar a la protagonista de esta historia a un lugar seguro. Lamentablemente el Santuario ya no era ese lugar y nos veiamos forzados a transportarla a Siberia. Al ver a la niña inocente jugar con Jabu un nudo me subio a la graganta... Como podian los dioses ser tan crueles y condenar a una pobre niña a pasar el resto de sus dias en el inframundo, con el fin de despertar a uno de los dioses mas sangrientos y despiadados cuyo unico objetivo es gobernar la tierra y destruir a la humanidad....

Muchas cosas en que pensar... pero la mas urgente nos la hace notar esa pequeña niña, como iriamos hasta Siberia?. Primero pense en que podriamos tomar uno de los Jets privados de la fundacion, pero eso llamaria mucho la atencion. Aunque si tomamos vuelos publicos y hacemos conexiones tendriamos que presentar los documentos de la niña... que no creo que nadie tenga.... era una situacion dificil. Como habiamos podido omitir aquel detalle en el planeamiento de esta mision??

-Yo creo que podemos tomar un Jet privado y un piloto de la fundacion... pero eso tal vez llamaria demasiado la atencion. Ustedes que opinan?

Mis palabras eran frias, como era yo en general, pero plantie mi propuesta con los demas para ver si ellos tenian alguna idea distitnta o mejor...

Shaka mira a la pequeña hablar con Jabu, pensando qué difícil es proteger a una niña. Como si lo hubiéramos hecho muy bien con Saori...

Las palabras del caballero del Fenix, le mueven a asentir...

- Quizás deberíamos movernos de forma ajena a la fundación... Nos buscarán como locos por todas partes. Jabu, ¿tienes alguna idea?

Por algún motivo mirar a la niña le desconcertaba. Un ser tan pequeño, y con un cosmos como aquél... tan indefensa... Iba a ser una tarea ardua....

La verdad es que es mucho más fácil de hacer lo que pueda parecer.

Necesitamos efectivo, mucho, y un piloto de avioneta con necesidades económicas.
Un sitio donde aterrizar cerca de Siberia, y sobre todo mucha ropa de abrigo.

Jabu sabia, porque había vivido muchos años mas allá de las puertas del Santuario, que había mucha gente necesitada de dinero, y que casi cualquier persona se podía comprar, con dinero, cariño o poder.

Y para este viaje, un buen puñado de monedas extras les garantizarían ser sombras moviéndose por el mundo. Era difícil seguir el rastro de las cosas cuando este empezaba y acababa en la cartera de alguien. Así que no había mucho problema.

Sabía que el Santuario tenía ciertos fondos económicos, y contaba con que serian más que suficientes para contratar los servicios de alguien desesperado por hacer un viaje sencillo y llevarse a casa un buen fajo.

Suponía, aunque no podía saberlo, que Shaka podría hacer uso de parte de ese capital. El suficiente para salir de Grecia sin ser vistos.

No fue difícil localizar a alguien que pudiese servir para llevarlos. Ante una generosa suma económica, el primer piloto particular que encontraron en los hangares privados se ofreció a la primera, y sin pestañear siquiera, a hacerse cargo del vuelo. Un vuelo que se haría con escalas, eso sí, ya que el camino era largo, y su avioneta no era un aparato especialmente potente.

Todo quedó dispuesto para partir en un par de horas. Con las provisiones bajo el brazo, aguardábais en el hangar, esperando la puesta a punto de la avioneta, que el piloto acudió a dejar impecable para salir.

En un par de horas, vosotros y vuestro equipaje partiría hacia Siberia, a pasar frío, y a estar seguros. Ya quedaba poco, muy poco.

Tras dos horas esperando, y con Verité quedándose dormida sentada en el suelo y apoyada en los pies de Jabu, el piloto no aparece para deciros que podéis partir. Parece que aún se demorará unos minutos más.

En ese momento, Verité se despierta, y sus ojos se quedan en blanco, como en trance. Se enciende su cosmos por unos microsegundos, para volver a apagarse. Dice una sola frase:

-Afrodita ya no está en el puerto- y vuelve a quedar dormida. Parece que es incapaz de controlar sus visiones, quizás aún es muy joven como para poder hacerse cargo de sus poderes.

El piloto sigue sin aparecer... Ya os empieza a fastidiar la espera...

Jabu empieza a sentirse incomodo. No sabe qué pasa. El piloto no podía delatarles, puesto que no sabía exactamente qué era lo que pasaba.
Y no le habían dicho a Acuario como iban a marcharse. Así que virtualmente estaban a salvo. Sin embargo la frase de la niña había desconcertado al joven caballero.

No se pilotar, y ahora me parece una pena. No creo que nos puedan seguir, pero seguimos en peligro.

Aunque no lo dijera, le resultaba incomodo que Verite tuviera un cosmos tan poderoso. Quizás podrían rastrearlo. O quizás los dioses tuvieran otra manera de ver. Quizás un espejo mágico o alguna cosa por el estilo. Y eso, le preocupaba.

Si los localizaban podían mandar todas las fuerzas del Olimpo a por ellos, y eso no sería bueno. Aunque sabía que daría su vida por la niña sin pestañear, no le gustaba la idea de que los vencieran por la mano.

Todo estaba listo, gracias a Jabu habiamos conseguido un piloto dispuesto a acompoñarnos en nuesro viaje. La verdad es que no me parecia la mas segura de las opciones pero era cierto que iba a ser dificil rastrearnos. Verite se queda dormida sobre el regazo de Jabu mientras las horas pasan y el piloto no llega al punto de encuentro. Mi sexto sentido me dice que algo no va bien, y cuando Verite entra en trance y nos da la informacion sobre Afrodita se que estamos en problemas.

-Si afrodita ya no esta en el puerto quiere decir que se entero de la trampa y en estos momentos debe destar buscando a la pequeña en otro sitio. Tenemos que movernos... rapido, no tenemos mas tiempos para esperar al piloto Creo que sera mejor buscar otras vias de transporte. Podemos ir en tren y luego desde otra ciudad tomar otro avion.

Mi sexto sentido no cesaba de molestarme... me pregunto que habria pasado con Camus.

Jabu, te parece percibir un par de gemidos que de la zona en donde se encuentra la avioneta particular en la que vais a partir.

-..Uggh... A...uuda...

Y luego silencio.

Jabu se encorvo sobre la pequeña, y miro expectante hacia la zona donde estaba la avioneta.

Ikki, hay alguien dentro del avion. Miro a ver quien es, aunque creo que se esta axfisiando o inconsciente.

Luego se callo, buscando otra vez con sus sentidos, intentando hayar una solcucion a su situacion, que pusiera lo menos posible a la pequeña en peligro.

Ikki, despacio, por no despertar a la joven Verité, se incorporó, y avanzó un par de pasos en dirección a donde se encontraba el piloto...

Pero no le hizo falta dar más, ya que al momento el cadáver del piloto aterrizó a sus pies. Ante él, se encontraban tres figuras. Eran tres caballeros. A la cabecilla del grupo, quien había lanzado el cadáver, ya la habíais visto antes. Era la mujer caballero de Perséfone, caballero principal del ejército de la Doncella en el inframundo. La recordabais del sueño que Verité os había proyectado en el Partenón, la visión sobre los ¿últimos? momentos de la vida de Saori.

By camember at 2010-02-24

-Perséfone no puede escapar de mí- os dice, mientras observa a sus secuaces aproximarse a vosotros- Tengo un vínculo especial con mi Diosa, y mis poderes me ayudan a detectar dónde se encuentra en todo momento, para asegurarme de que puedo acudir a protegerla. Es imposible que la escondáis- sonríe, sin mucho entusiasmo- Matadlos a todos, y coged a la niña. Pero aseguraros de que vuestra Doncella no sufre el menor rasguño, u os aseguro de que lo pagaréis con vuestra vida.

Acto seguido desaparece delante de vuestras propias narices, sin que hayáis podido hacer nada por evitarlo.

Los otros dos caballeros se aproximan a vosotros, solemnemente, y os miran con desprecio. Tras hacer una reverencia a Verité, que acaba de despertarse y se ha escondido asustada tras Jabu, se presentan, y se ponen en guardia:

Doncella, Kurtz de Herebo y Sirio de Serapis hemos venido a llevaros a vuestro Inframundo. Dadnos la mano, y venid a ser venerada como lo que sois, la Diosa de Diosas, la Doncella del Inframundo. Tus siervos te protegeremos de toda esa escoria que os rodea.

Kurtz de Herebo

Sirio de Serapis

Verité, asustada, se apoya en Jabu, temblando. Aún así, al oír que os llaman escoria, no puede evitar cerrar los puños con fuerza, en señal de furia.

- Creo, caballeros, que estamos olvidando todos los modales, en presencia de una Diosa-

Shaka avanza interponiéndose entre Jabu, tras el cual se oculta la pequeña y los caballeros del inframundo. Percibe el enfado de la niña, y oculta una sonrisa, al pensar que están en un lugar muy pequeño para poder hacerla desaparecer... Un error que ahora tendrán que subsanar luchando, y rezando para que el espíritu de Saori proteja a Verité.

- Nadie se va a llevar a Perséfone a ninguna parte. Salvo nosotros, claro está. Shaka se prepara para iniciar el ataque.

Jabu que hacia un rato que estaba intranquilo no hacía otra cosa que preguntarse como podía no haberse dado cuenta de que algo malo pasaba justo frente a sus narices, pero eran cosas que tendría que pensar más tarde. Ahora había un problema que resolver.

Si giro hacia la pequeña y la miro con ternura.

No te preocupes, en un momento nos iremos de aquí. Confía en mí.

Puso a la niña a cubierto y se volvió hacia los enemigos de Atenea y de Perséfone. Su cara era otra completamente distinta, atrás había dejado sus bromas y sus sonrisas. Ahora solo había una marcada determinación.

Sé que habláis mucho, pero no me vais a vencer con palabras.

El caballero de bronce de la armadura del Unicornio empezó a tensar los músculos de las piernas. Sin que nadie pudiera percibirlo. Ya había empezado la pelea.

Era claro que nos habian engañado y caimos en su trampa.... tambien era logico saber que una caballero destinada a proteger a su señora diosa tendria alguna especie de conexion psiquica o cosmica con su protegida...

Pero ya no importaba nada de eso... porque lo que qudaba ahora era luchar contra los enviados de los dioses. Shaka se habia adelantado, Jabu tambien... la niña habia quedado detras de nosotros. Todo estaba listo para empezar el combate, pero de repente una imagen surgio en mi mente... lo que habia pasado con Hyoga cuando luchamos en las puertas del Olimpo.

-Jabu, tu quedate atras protegiendo la niña... no sabemos si la otra caballero pueda aparecer subitamente por detras nuestro para llevarsela. Dejanos lidiar con estos tipos a shaka y a mi.

Jabu era con quien la niña se sentia mas comoda, era lo mejor que el fuera quien se quedara a cuidarla.

-Ustedes lamentaran haberse cruzado en el camino de los caballeros de Athena.

Las ultimas palabras eran dirigidas a los enviados de los dioses, con un dedo apuntandoles y mi cosmoenergia explotando para dar credito a mis palabras. Debiamos acabar rapido con ellos, no sabiamos si podrian traer refuerzos.