Partida Rol por web

Cuando todos los caballeros dorados que se encuentran en el Santuario se reúnen en la Cámara del Gran Patriarca.

Os encontráis pacientemente esperando por la llegada de los caballeros dorados, inmersos en un silencio casi sepulcral. El primero en aparecer es Shura, caballero de Capricornio, cuya llegada agradecéis, dado que el silencio en el que os encontrabais comenzaba a ser harto molesta. Os mira con más que evidente curiosidad, saluda cordialmente, y cruza los brazos, esperando le sea aclarado el por qué de su presencia allí.

"¿Qué demonios significa todo esto? ¿Dónde está Saori? ¿Qué hacen estos tres aquí?".

Marin se despide de vosotros tras la fulminante mirada que le echó Shaina por no estar en su puesto de guardia, como debería haber estado, protegiendo el lugar que le había impuesto el Ofiuco esta mañana. La cabeza de la guardia sí que os acompaña al templo de Saori.

Al poco llegáis al Partenón, templo de Atenea. Pentetráis en su lujoso recibidor, y paseáis sobre la abultada alfombra rojiza que conduce a una imponente puerta tras la que se encuentra habitualmente Saori. En esa misma estancia, se halla la gigantesca estatua de Atenea, famosa en todo el mundo.

Shaina abre la puerta que conduce a la cámara principal, y os cede el paso, cerrando la puerta tras vuestra entrada, sin despedirse. SAbe que no debe estar allí, y os deja pasar sin problema alguno y sin meterse en vuestros asuntos. Aún debe acudir a dar órdenes a sus caballeros de la guardia, así que parte a cumplir su misión, contenta de haber terminado de hacer de correo para Saori durante toda la mañana.

Entrais en la sala, a paso tranquilo, y os acercáis al al trono de Saori, en donde se encuentra sentado Dokho, con Shaka a un lado, y Saga al otro. Los tres caballeros de oro más poderosos se encuentran en la cámara reservada a la líder del Santuario, Atenea. Parecían estar conversando con Shura, que se encuentra en medio de la sala, mirando hacia ellos, más o menos a un par de metros de vosotros.

Dokho, Saga y Shaka, antes casi de que os dé tiempo a responder a las preguntas de Shura, se abre la puerta del Partenón, y veis penetrar a cuatro caballeros dorados: Mu de Aries, Aldebarán de Tauro, Aioria de Leo, y Camus de Acuario.

Se colocan al lado de Shura. Todos los caballeros de oro **presentes en el santuario están ahora reunidos en el Partenón.

Mu asiente con la cabeza en gesto de deferencia hacia sus pares presentes en la cámara y se coloca a la derecha de Shura,  encarando a los tres caballeros que rodean el trono de Atenea.

Nos habéis convocado. Todos sabemos, o al menos todo mi grupo sabe, que Atenea ya no se encuentra aquí. Presupongo que tenéis algo importante que contarnos, de modo que tenéis toda mi atención.

Dicho lo cual, Mu enlaza las manos tras la espalda y se dispone a escuchar. Habitualmente no le gusta dirigirse de forma tan directa a un compañero de armas, pero está nervioso por la desaparición de Saori, y supone que sus compañeros también.

Shura abre los ojos como platos.

-¿Cómo que Saori no está? ¿Dónde está? Si se hubiese ido, nos lo habría dicho antes de partir- os mira a todos, y se percata que parece el único que no lo sabía- ¿Acaso soy el último mono del santuario? ¿Cómo es que todos lo sabéis menos yo?

Cálmate- replica Mu en tono calmado y conciliador. Yo me enteré hace poco, coincidió que estaba pensando y sentí desaparecer su cosmos. No sé... bueno, no sabemos a qué puede obedecer, aunque todos tenemos nuestras sospechas. Pero no dejarán de ser eso, sospechas, hasta que sepamos exactamente que ha sucedido, y por el momento  lo más sólido que tenemos son las palabras de la propia Atenea. ¿No es así, Dohko?, dice, dirigiéndose por respeto al caballero de más edad.

Camus al entrar mira a sus compañeros, ya que los Caballeros mas sabios están hablando, prefiere no alejarse mucho del grupo y recostarse en una columna , apoyando su espalda sobre esta.

Está claro que Atenea a desaparecido, dando su voto de confianza a vosotros tres Caballeros Zodiacales de Libra, Géminis y Virgo.Está claro que nos enfrentamos a algo peligroso y preocupante, dado toda la actividad den Santuario, cosa que solo sucede, cuando estamos ante algún tipo de peligro.

Compañeros, mejor que nos expliqueis sin divagaciones..., sabeis perfectamente porque Atenea a desaparecido y a que peligro nos enfrentamos.Todos somos caballeros Dorados, fieles seguidores de Atenea, no nos tengáis en la duda y hablarlo sin rodeos, el tiempo apremia. -decia con su peculiar tono entre respeto, educación y frialdad Camus -

Aguardo pacientemente hasta que lleguen todos los compañeros disponibles para contar lo sucedido. Con la llegada de Camus y sus impacientes preguntas no puedo evitar atisbar una sonrisa.

Calma, mis queridos compañeros. No ha sucedido nada tan grave como podéis imaginar.

A pesar de que las reuniones con todos nosotros no suelen tener buenas noticias. 

Hago una pausa antes de seguir hablando con un tono tranquilizador.

Atenea ha abandonado el santuario porque Zeus ha requerido su presencia en el Olimpo, en el largo viaje que le espera será escoltada por los caballeros de bronce. Como no podía ser de otro modo ella ha escogido personalmente su escolta.

Miro a los ojos a mis compañeros antes de seguir hablando.

Al frente del santuario ha dejado a tres caballeros de oro, Saga y Shaka ejercerán como consejeros y yo como patriarca.

Esto evitará que el poder me obceque.

Actualmente vivimos tiempos de paz y esperemos que se prolonguen mucho más tiempo, pero esto no debe llevar a un relajamiento. Pues sería nuestra perdición.

Si yo fuera un enemigo al acecho este sería un buen momento para atacar. 

Aguardo pacientemente a que Dohko termine. Como patriarca designado por Saori es él quien debe tranquilizar y dar las noticias.

Sin embargo, cuando habla de la escolta elegida por Atenea, no puedo evitar, desviar la mirada de mis compañeros.

Ellos mismos mirará a su alrededor, dándose cuenta de que los caballeros de oro están aquí...

Me tranquiliza saber que todo lo sucedido obedece a un motivo, digamoslo así, inofensivo. Aunque me inquieta el hecho de que Zeus la haya convocado. El padre de los dioses no suele meterse en los asuntos mortales, y cuando lo hace...- Mu se detiene un par de segundos y piensa detenidamente como decir lo que está pensando (y con él, probablemente todos los demás). Todos saben que para alguien cuyo nombre significa "tesoro resplandeciente", Zeus tiene un sentido de la moral y de la obligación bastante poco lustroso.

Aún así, nunca es sabio hablar mal de los dioses, máxime cuando son el padre de tu propia deidad patrona.

...habitualmente es por problemas de resolución compleja.

Que habitualmente ha provocado él mismo- piensa con acritud. Ciertamente, no conoce el poder real de Zeus ni tiene la más mínima gana de averiguarlo, pero su desaprobación es manifiesta. A él al menos siempre le han enseñado la responsabilidad y el deber que van con el poseer un gran poder, y eso a pesar de que su propio poder es totalmente insignificante en comparación con el del Padre de los Dioses. En un mundo perfecto, se esperaría ese mismo compromiso de Zeus.

Pero claro, si el mundo fuese perfecto ellos no estarían aquí.

Es solo que llevo intranquilo desde esta mañana. No he visto ningún signo que lo indique, pero presiento algo malo. Sea como sea, solo son suposiciones. Si así lo ha dispuesto Atenea, estoy a vuestra disposición, como lo estuve de ella y del... de los anteriores Patriarcas. ¿Requerís algo más de mi o puedo retirarme?

Así que la razón por la que Atenea hay abandonado el santuario es por la llamada de Zeus, me alegro de que no sea una llamada a las armas comento en voz alta lanzando un suspiro de alivio, ya que al entrar en los aposentos de Atenea y ver alineados a los caballeros de Virgo, Géminis y Libra me había hecho temer lo peor.

Podemos estar tranquilos, estoy seguro de que Seiya y sus amigos protegerán a Atenea como siempre lo han hecho en caso de que hubiera problemas  me acerco a Mu y coloco una de mis enormes manos sobre el hombro derecho del caballero de Aries no estés tan agobiado amigo mío. Siempre he confiado en tus sentidos, casi más que en los míos, pero no creo que esta vez tengamos nada de lo que preocuparnos. Y si alguien osa atentar contra Atenea o la tierra, allí estaremos los caballeros para protegerlos a ambos guiño el ojo derecho en gesto con gesto cómplice para intentar calmar a mi amigo, para después darme la vuelta y volver a encarar el trono viejo ma… gran patriarca, ¿hay alguna cosa que necesites de nosotros o podemos volver a defender nuestros respectivos templos?

En cuanto Shura entró en la sala, Saga caminó lentamente hasta situarse al pie de la pequeña escalera sobre la cual está situado el trono donde Dohko estaba sentado. Le alivió que fuese él el siguiente en llegar y el aire pareció hacerse menos denso en aquel momento. Era el Caballero de Libra quien debía hacerse cargo de informar a los demás, por lo que, al igual que Shaka, no intervendría salvo que por algún motivo la situación lo queririese.

Las palabras de Mu llamaron su atención, pues era evidente que había estado a punto de decir otra cosa y había rectificado en el último momento. Saga tenía bastante idea de lo que el Caballero de Aries estaba pensando, pero no le dio ninguna importancia. Aldebarán había hecho un alarde de alegría y optimismo, una cualidad admirable en un Caballero, y Saga tuvo que contenerse para no sonreír.

El hecho de que Camus formulase tantas preguntas de aquel modo que reflejaban claramente su preocupación le sorprendió. Era una Caballero muy frío y aquello no era típico de él. Tal gesto le hizo sentir un sentimiento de afecto hacia el señor de los hielos.

Los demás Caballeros continuaban haciéndose preguntas mientras Saga paseaba su mirada de uno a otro sin perder detalle.

Gran Patriarca...., si no deseas nada mas de nosotros, volveremos a nuestras casas zodiacales.

-sin mediar palabra, espera respuesta de Dohko para abandonar la sala sin mirar atras y bastante serio -