Partida Rol por web

Cuando el mal entra en acción...

...Y los Santos de Atenea comienzan a dedicarse a lo que mejor se les da: Pelear.

Cuando todos volvieron al Partenón, Nikola les comentó uno de los poderes de Verité. Era capaz a conocer todo lo que había ocurrido en el pasado, y en el presente, uno de sus más magníficos dones.

Les pidió que colaborasen, expandiendo sus cosmos, para darle energía a la pequeña, que logró acceder sin problemas a la verdad del Olimpo...

...Las imágenes se fueron sucediendo en vuestra mente... Viendo a Atenea siendo juzgada, cómo Hebe la protegió, y por qué Afrodita y la mujer caballero de Perséfone habían partido posteriormente a buscar a Verité y Nikola...

Verité es la reencarnación de Perséfone, y quieren obligarla a viajar al inframundo, condenada para siempre a vagar por el reino de la oscuridad para que renazca Hades...

...Y vosotros no vais a consentir que el Inframundo se alce de nuevo...

Verité incrementa su cosmos hasta el infinito, y os bombea la verdad de lo sucedido en vuestras cabezas...

...Y justo antes de presenciar la muerte de Saori a manos de los Dioses del Olimpo, y tras comprender por qué Hebe apareció en el santuario, y por qué Nikola llegó al Santuario, herida, huyendo de la caballero de Perséfone y Afrodita, y buscando ayuda...

Y en ese momento, tras hacerse la luz en vuestras mentes, Verité, agotada por el esfuerzo de penetrar en la verdad del Olimpo, cayó al suelo, inconsciente.

Camus al ver como la pequeña cae al suelo, se apresura en cogerla.

¿Estás bien pequeña? -decía preocupado Camus-...según lo que hemos visto, mi alumno Hyoga debe de estar vivo en algún lugar, solo espero que donde este , venga en nuestra ayuda pronto, necesitaremos a la máxima gente posible.

Nikola, ya sabemos quien te ataco, más o menos sabemos quien es nuestro enemigo, eso ya es un punto a nuestro favor, además que estoy con Atenea, ese juicio no lo veo justo, si los Dioses son tan poderosos, Zeus podía haber visto que males que hicieron Hades y Poseidon en el pasado, haberlos hecho aparecer ante él y juzgarlos, nos habríamos ahorrado muchas bajas en la humanidad.Esta claro que Afrodita es la culpable de todo, tenían que juzgar a ella y no a Atenea.

Espero que Zeus sea comprensivo y salve la vida de Hebe, aunque hayamos visto la muerte de Atenea y los Caballeros de Bronce de Pegaso y Dragón, puede que no los haya matado, solo acallado para que los demás dioses no digan nada, ellos aún seguirán vivos, pero de momento estarán en el Olimpo retenidas, asi , que es nuestra función, como Caballeros Dorados, de Plata y Bronce, cumplir los Deseos de Atenea , y proteger a la reencarnación de Perséfone y a la Guerrera de Hebe, tampoco queremos que renazca Hades, para que se le vuelva a subir a la cabeza lo de gobernar la Humanidad, y haga otra vez de las suyas.

Asi que Verité.. -dice mirando a la Niña -.., me tienes como Caballero Dorado, como tu protector, por orden de Atenea, no dejaremos que te lleven al inframundo.

Mu cruza los brazos sobre el pecho y cierra lentamente los ojos antes de hablar.

Triste es el día en el que te ves llevado ante la justicia por hacer lo que debes, y vacía es la justicia que piensa primero en deseos egoístas, como el ogrullo herido de Hera, la sed de poder de Afrodita o el placer carnal de Hefesto, antes que en la indignidad de sentar a una niña inocente en el trono del Rey de los Muertos. Está más que claro que los dioses se han mostrado indignos de respeto ni confianza algunos, así que podemos irnos olvidando de ir al Olimpo. La verdadera justicia cayó con Atenea, y está bien claro que si deseamos instaurarla vamos a tener que hacerlo por nosotros mismos, y yo al menos estoy dispuesto. Mi señora Perséfone, los cascos y los cuernos del Carnero de Oro están a vuestro servicio- dice, con una revernecia hacia la pequeña.

Ahora tenemos que empezar a actuar si hemos de conseguir algo. En tanto que los actos destinados a llevar a Perséfone al Inframundo estén ratificados por la "justicia"- notáis como pronuncia esa palabra con desagrado, casi como si escupiese algo que le molesta en la boca- de Zeus y el consejo de dioses, en nada tendremos a todos los caballeros al servicio de los Olímpicos cayendo sobre el Santuario, y entonces todo estará perdido y lo único que podremos hacer será llevarnos por delante a tantos como podamos. Atenea y Hebe tenían un plan. La propia Hebe lo dijo, y ahora hemos visto la confirmación. Saori debía hacer algo, algún acontecimiento tenía que tener lugar para poner en marcha un plan que salvase a la Doncella. Tenemos que averiguar qué era, y acabar nosotros lo que Atenea no pudo.  Y tenemos que encontrar un lugar donde ocultar a Perséfone, algún sitio más lejos de los ojos de los dioses. Este santuario será el primer lugar al que vengan. Al menos algunos de nosotros debemos abandonarlo llvándonosla con nosotros. A mi me resulta tan indignante como a cualquiera la idea de abandonar mi puesto, pero no es momento para el orgullo. Ya hemos visto hace bien poco a qué nos puede conducir.

¿Estáis conmigo?

Deberiamos de llevar a la pequeña y a la Guerrera a Tierras de Asgard, ahí las manos de los Dioses de Olimpo no pueden llegar.Por lo menos alli de momento estarán seguras, mientras averiguamos que plan tenían Atenea y Hebe, nos os preocupéis, no pasaréis frío aun estando con el Caballero Dorado de los Hielos, de eso me ocuparé yo. Necesitariamos a algún otro Caballero Dorado, con alguno de Plata y los de Broce, como séquito para proteger a Nikola y la joven Verité, mientras estamos en esas tierras Heladas.¿Voluntarios? -decia Camus con respeto y educación -

Shaka mira a la niña enmudecido mientras Camus se acerca a ella. Intercambia una mirada con Nikola, un asentimiento de cabeza.

- Me resistía a aceptar que Saori hubiese muerto.... y ahora me duele pensar que hemos sido desagradables con la única persona que la ayudó, y que volvió para aceptar su propia muerte. Pero en algo si había acertado- un atisbo de sonrisa se ve en los labios del Caballero de Virgo- en que Atenea jamás faltaría a la palabra dada... Lo que el báculo ha hecho con la espada de Nikola es la confirmación de su compromiso para con Verité.

Camina en dirección a la niña, inclinando la cabeza ante ella:

- Serás protegida de la misma manera que lo hicimos con la propia Atenea. Tendrás en mi a otro de tus caballeros dorados. No creo errar si digo que todos los aquí presentes harán cuanto puedan por ti, pequeña.

Gira la cabeza hacia Camus:

- Veo innecesario pedir voluntarios. Ni siquiera podría concebir la idea de que alguno se negase, aunque supongo que es Dhoko quien ha de decidir qué medidas debemos llevar a cabo.

Jabu habia visto, habia visto, oido y sentido lo que la joven diosa habia enseñado. La verdad. Era sin duda un poder excelente. Pues la verdad era muchas veces esquiva y suele dormir a la sombra de las mentiras.

Pero cuando acabo, no pudo hacer otra cosa que agarrar a la pequeña. Camus hablaba con ella, luego el resto de los caballeros dorados. Volvian una vez mas a hablar de cosas importantes, ha asumir su papel de adultos, y la joven estaba cansada. Y el le servia de apoyo.

Giro a la niña, y la miro a la cara. Era dulce incluso en ese momento. Le sonrio, y no necesito decirle nada mas. La niña ya sabia que podia contar con el.

La cogio en brazos y la coloco de manera que ella pudiera estar comoda.

Yo, caballero del Unicornio, dare mi vida y cualquier cosa que sea precisa para salvaguardar a es joven. A partir de hoy la hare mi causa.

Sabia que todos sabian o intuian el vinculo que se estaba formando entre la diosa y Jabu. Que despues de ver como Saori caia, sentia mas que nunca la necesidad de pagar por culpas que solo su alma

El Oso, sorprendido ante tal demostracion, de poder ver imagines del pasado, lo tenia anonadado. De a poco se sentia cada vez mas furioso y frustrado, por que se ponia en el lugar de Seiya y Shiryu, y como Santo de Bronce, de haber tenido el honor de acompañarlos, tampoco hubiese podido hacer nada. Y si de algo se arrepiente, es justamente de, luego de tantas batallas, hasta ahora haber sido uno de los Caballeros que menos ha luchado en defender a su diosa. 

Cuando todo termino y la niña quedo desmayada, el Santo de Acuario, logro sostenerla en brazos, y de a poco los Caballeros Dorados comenzaron a platicar sobre el asunto. Geki no se sentia a la altura de dicha conversacion, hasta que Jabu, quizas por cierto cariño que la pequeña le tiene, se atrevio tambien a dar sus servicios, y su vida, por la causa. Sintiendose algo intimidado por la situacion y la gente que estaba presente, no sabia bien que decir, y simplemente se limito a asentir ante las palabras de Jabu.

En ese momento lo unico que Geki del Oso sabia que podia ser de alguna manera util, era para dar un par de buenas palizas. Y de a poco se sentia ansioso de entrar en accion.

Al ver el recuerdo de todo lo sucedido me invade una sensación de alivio.

Por fin hemos podido saber todo lo sucedido.

Miro a las caras de mis compañeros.

Dioses indignos, como han podido hacer eso.

Luego bajo mi mirada hasta mis pies.

He firmadola sentencia de muerte de la única Diosa que ha ayudado a Atenea, Marín ha muerto por mi culpa... y todas mis decisiones han sido equivocadas. Me alegro de que Shiryu no haya visto a su avergonzado maestro.

Levanto la vista y la dirijo hacia la niña desmayada.

Tenéis razón, no creo que falten voluntarios para acompañarla pero tú...

Miro a Shaka a los ojos.

Tú tienes cosas más importantes que hacer aquí.

Después me acerco a Saga y apoyo mis manos en sus hombros durante un instante.

Corrijo, los dos tenéis responsabilidades más grandes de la que preocuparos.

Respiro hondo antes de seguir hablando.

Tengo las manos manchadas de sangre, todavía podemos hacer mucho por Atenea...pero no con mis manos manchadas.

Hago verdaderos esfuerzos por evitar que surjan unas lágrimas proveniente de mi vergüenza por mis decisiones anteriores.

¡Dimito como Patriarca!, al cargo estarán Saga y Shaka. Al menos hasta que ellos decidan que hacer.

Hinco una rodilla en el suelo y hablo con mucha serenidad.

Ya que no he podido servir a Atenea como hubiera querido, dejadme proteger a Verité con mi vida.

Por favor.

No creo que eso sea buena idea- replica Mu en un tono suave pero no exento de cierta severidad.

No estamos en tiempo de paz, donde podamos permitirnos debatir el curso a seguir apoyándonos en la sabuiduría de varios. ¿No recordáis ya el caos que aconteció cuando todos tratamos de convenir una forma de actuar cada vez y nos acabamos en la indecisión y la espera porque era necesario pasar por demasiada gente? Nos guste o no, este santuario pronto va a ser una zona de guerra, o un lugar bajo asedio- Mu sacude la cabeza, tristemente, pero su voz sigue siendo resuelta. Ahora más que nunca necesitamos a una única voz y una única mano. Queramos o no, vamos a tener que tomar decisiones rápidas y hacerlas cumplir en el momento, no hay otra forma de luchar en una guerra. Sólo tiene que haber un patriarca, y quien tome el manto debe estar dispuesto a tomar responsabilidad plena y asumir poderes plenos, yerre u obre con corrección. En la batalla no se puede perder más tiempo del imprescindible pensando, más aún cuando luchamos en desventaja y la rapidez y el arrojo son nuestras únicas bazas. Mi opinión es que el tiempo de la deliberación en consejo ha pasado. Sólo puede haber un único Patriarca protegiendo el Santuario.

Por otra parte, no necesito recordaros que el deber más importante ahora mismo no es para con éste Santuario, es para con Verité. Su vida y su protección es el último deseo de nuestra diosa, y por lo visto también nuestra propia salvación. Los auténticos patriarcas de esta guerra serán quienes vayan a protegerla. No se me ocurre mejor guerrero para ello que nuestro caballero más veterano, y superviviente de dos guerras santas. Por mi parte, no seré yo quien se oponga a que vayas con ella.

Shaka de Virgo y Saga de Géminis, los mejores de nuestra orden... me reitero en mis palabras, tenemos que actuar ya. Cada segundo desde que se ha ejecutado la sentencia de Saori, las garras de los dioses se acercan más a este lugar. Debéis elegir un único patriarca, pensando que al menos uno de vosotros debe ir con Verité. No podemos privarla de la protección de los cabelleros más poderosos a nuestra disposición. Yo permaneceré en el Santuario, si lo tenéis a bien. Es donde se librarán más batallas, y como sanador de armaduras mi lugar está donde se vaya a producir la lucha más cruenta. También será el lugar en el que es más probable que muera, pero mi vida no pertenece a mi, sino  a mi diosa. No me cabe la menor duda de que con todos es así, así que de momento, lo que creo que debemos hacer es decidir quien se lleva a Verité y quien se queda a resisitir y desviar la atención de los dioses todo lo que podamos.

¿Quién está de acuerdo conmigo?

Shaka inclina la cabeza, molesto con las palabras de Dohko:

- No has sido designado por decisión de los caballeros, y creo que no corresponde a nadie la decisión de quién ha de ser el patriarca, ya que esa decisión la tomó la propia Atenea.... Y sabemos perfectamente el por qué: quería tres caballeros, y a Dohko al frente. Saga y yo como mano derecha e izquierda del patriarca.

Fue su voluntad, y por lo que vemos una de sus últimas decisiones. La última fue la de que protegiéramos a Verité como si de ella misma se tratara.

Me acerco a Nikola:

- Imagino que tus órdenes serían algo más concretas que las nuestras... ¿tu señora te dijo dónde quería que tuviéramos a Perséfone? En caso contrario, el mejor sitio creo que es el propio Santurio... y aguardar aquí a quien quiera venir a por ella.

- Dohko, hermano, no nos enfrentamos a pequeñeces...el propio Zeus está de acuerdo en enviar esta niña al inframundo... ¿adónde quereis llevarla que vaya a estar más segura que aqui? Acomodémosla en los aposentos de Saori, con Nikola, y organicemos guardias más exhaustivas, manteniéndonos a la espera de que vengan los Dioses a por ella.

No obstante, Mu tiene razón en organizar una distracción... Yo desearia que se mantuviera la decisión de Atenea Dohko, pero la decisión no es mía.

Nikola acariciaba el pelo de una inconsciente Verité, mientras todos vosotros hablábais.

-No tengo instrucción alguna- dijo, con parsimonia- Mi único objetivo ha sido, desde el nacimiento de Perséfone, protegerla con mi propia vida si fuese necesario. Y nunca me he separado de ella, evitándole todo mal. Jamás me han dicho que deba ir a un sitio u otro. Lo único que me dijo Hebe es que si en el mundo de los mortales teníamos problemas, que acudiésemos al Santuario, que Atenea me protegería, junto con su poderosísimo ejército de caballeros. Y la idea de alejar a la niña de aquí, porque seamos sinceros, sabemos que vamos a ser atacados, no me resulta del todo mal, aunque habría que organizar bien las cosas. No es por faltaros al respeto...- dice, algo cohibida- Pero es que os organizáis fatal. 

Verité sigue inconsciente. El esfuerzo de proyectar su cosmos ha sido más problemático de lo que había pensado en un principio, más agotador, incluso con la ayuda del cosmos de los caballeros, el esfuerzo fue terrible.

¿Qué pasó , en la Casa de Piscis con la extraña Guerrera?, nadie a contado los acontecimientos de alli.

Jabu, mejor que lleves a los aposentos de Atenea a Verité, mejor dormirá en una cama.Nikola mejor que vayas con el caballero del Unicornio, los demás Caballeros de Plata y bronce sería aconsejable, si el patriarca lo ve correcto, de que preparéis una defensa alrededor de los aposentos de Atenea, sería aconsejable mandar algun Caballero Dorado tambien.

Los demás caballeros Dorados, como dijo Nikola, mejor que preparemos una buena defensa y planes de ataque, para la batalla que estará a punto de acontecer.Si lo ve todo corecto, son buenas ideas, mejor que se pronuncie el Patriarca y haga los planes adecuados.

Por cierto, Nikola, antes de irte, Hyoga antes de partir hacia donde fuera que fue, me dio esto, era la cruz de su Madre, una vez salvo la vida al mismo Hyoga, que la lleve encima Verité.Durante largo tiempo estuvo en el descanso de Natasha, pero Hyoga cogió la cruz, cuando empezó toda la batalla en el Inframundo, quizás la llevaría como recuerdo de porque luchaba, quizá con alguna esperanza que algún albergaba su corazón,sea una cosa u otra, en el pasado esa Cruz le salvo la vida a mi alumno.-dice ofreciendo la Cruz de la Madre de Hyoga a Nikola, para que se la diera y pusiera escondida Verité -

El remordimiento por el trato ofrecido a Hebe atormentaba la mente de Saga mientras veía cómo se interponía entre Zeus y Atenea aun a riesgo de morir.

Nos decía la verdad, iba a morir por salvar a Atenea. Y nosotros la tratamos como a una vulgar intrusa...

Fue un duro golpe ver morir a Seiya, su fiel amigo. Tras las batallas libradas, había adquirido un fuerte aprecio por el Caballero de Pegaso, llegando incluso a salvarle la vida cuando lucharon contra los Guerreros de Abel. Verle caer ofreciendo su vida a cambio de la de Saori era un gesto loable. Lo había hecho sin dudar un instante, lo cual era una muestra de la grandeza de los Caballeros de Pegaso y Dragón, pero no podía evitar que uina lágrima recorriese su mejilla al ver su cuerpo sin vida en el suelo del Olimpo. Y entonces... Atenea. Atenea iba a caer a los pies de Zeus, iba a caer por la ambición de Afrodita, por la venganza...

Esto no puede estar pasando. Saori no puede haber muerto. No, ¡ella no! ¿Qué será de la humanidad si Atenea no está velando por ella? Zeus, ¿cómo has podido? ¡A tu propia hija!

Estaba absorto en sus pensamientos mientras Camus ofrecía llevar a la pequeña a Asgard con el fin de ocultarla. Escuchaba vagamente la discusión de sus compañeros sin prestar mucho interés. Cuando todos comenzaron a ofrecerse como guardianes de Perséfone, Saga no lo dudó un instante.

Shaka tiene razón, no es necesario pedir voluntarios. Perséfone, todos estamos a tu disposición y haremos todo cuanto esté en nuestra mano para que estés a salvo. Esas fueron las órdenes y la última voluntad de Atenea, y la cumpliremos como es nuestro deber.

Se sentía tranquilo al ver que la calma volvía a gobernar el Santuario, pero entonces Dohko estalló en lamentos y anunció su dimisión como Patriarca. Sorprendido, Saga dudó. Tenía ante sí el poder, el gobierno del Santuario, el trono que una vez había ocupado, su mayor ambición... Pero cuando la palabra "ambición" resonó en su mente, se dio cuenta de que no podía aceptarlo. Tan solo hacía unos minutos que Dohko le había nombrado Patriarca junto a Shaka y el poder ya estaba corrompiendo su mente como había hecho en el pasado con oscuros pensamientos y un orgullo desmesurado. Se acercó a Dohko y lo tomó por el brazo, levantándole del suelo. Le habló con la voz firme y autoritaria que le caracterizaba mientras clavaba sus ojos en los del viejo maestro.

Pero, ¿qué estás diciendo? ¡No puedes abdicar! ¡Tú eres el Patriarca! Así lo convino Atenea y así debe ser. Tu sabiduría, poder y experiencia te hacer merecedor de tal honor y nadie más que tú es digno de ocupar ese trono. Yo ya fui Patriarca una vez y bien demostrado quedó que no sirvo para tal puesto, el caos se apoderó de la humanidad bajo mi mando. No, no pienso permitir que dimitas. Has cometido un error y has pagado por ello, pero aunque Caballero sigues siendo humano. La humildad que demuestras admitiendo tu equivocación en cuanto a Hebe te hace aún más merecedor de ser nuestro guía. Demuéstranos que eres el Caballero al que todos veneramos, al que todos respetamos y al que ninguno dudaría jamás en seguir. Es tu deber, cumple con él.

Tras hablar Nikola, Saga alzó de nuevo su voz:

No estoy convencido de que el Santuario sea un lugar seguro. Durante la batalla de las doce Casas y la Guerra Sagrada fue asaltado y los invasores llegaron hasta los aposentos de Atenea. La idea de Camus de llevar a Perséfone a Asgard es interesante y creo que podría ser un buen escondite. No obstante, en el transurso del viaje seríamos un blanco fácil para nuestros enemigos, por lo que, visto de ese modo, sería más seguro quedarnos aquí, donde estamos todos los Caballeros y conocemos hasta el último rincón de estas tierras. Pero creo que Dohko debería ser quien tomase la decisión.

Por cierto, Dohko, ¿a qué te referías con que Shaka y yo tenemos otras cosas de las que ocuparnos?

Con todo el debido respeto a tu poder y a tu sabiduría, Shaka, debo señalar no obstante que la decisión de Atenea respecto del Patriarca se tomó sin conocimiento de lo que ha sucedido y sin saber lo que iba a pasar. No deseo ni mucho menos cuestionar la sabiduría de nuestra diosa ni poner en entredicho su decisión, pero la situación en que nos hallamos es totalmente distinta de la situación en la cual se decidió que el Santuario fuese gobernado en triunvirato. Todos habéis visto como prácticamente no hemos podido hacer más que mantenernos a la espera mientras todo ocurría. Es cierto que la crisis actual no ha tenido precedente en la historia, pero no lo es menos que no nos podemos permitir la inacción, provenga de donde provenga. Nuestro cometido es demasiado importante, sobre todo ahora.

Si Dohko desea expiar lo que siente como su culpa, y es su último deseo como Patriarca, respeto su mandato como respeto cualquier mandato de mi líder, incluso si lo considero erróneo, o que tal culpa no existe o es justificable. Aún así, con todo mi respeto, mantengo mi opinión sobre este asunto. Un ejército con dos generales puede ser el doble de cauto, pero eso sólo lo hace la mitad de fuerte. Se que es un riesgo- dice, siendo cuidadoso de no mirar a Saga, aunque sabe que todos estarán pensando algo parecido- pero vamos a tener que correr alguno. Esa es mi opinión. Como no, queda a juicio de mis hermanos de armas y de los dos actuales patriarcas. 

De igual modo, no me parece errónea la idea de Camus. Es cierto que aquí Verité estará en terreno amigo rodeada de sus leales, pero no es menos cierto que también aquí será el primer lugar en el que sus enemigos ataquen, ya que es el único sitio lógico en el que esconderla. Y como bien ha dicho Camus, Zeus no es el único dios que existe, hay regiones de la Tierra que tienen sus propios dioses. Hilda de Polaris nos debe una deuda de gratitud, y si no otra cosa, pues nada escapa para siempre a los ojos del Padre de los Dioses, nos dará tiempo.

Camus mira detenidamente a Mu después de darle el colgante en forma de Cruz, de Hyoga a Nikola.

Ciertas son las palabras del Caballero Dorado del Carnero, pero no debemos discutir entre nosotros, o pensar si quien tiene el título de Patriarca, recordar vuestra disputa anterior cuando Hebe estaba en el Santuario y de lo que sirvió...-las palabras de Camus eran tajantes y seguras, con un tono de tranquilidad extraño -

Atenea asigno un Patriarca y una mano derecha e izquierda para tal Pontífice, de ello no debemos discutir ni discernir sobre el tema, es una decisión que ya se tomó, están claras las palabras del Caballero Dorado de Libra, para dejar su posición, pero ..., también has de pensar Dohko, que esa posición te la otorgo Atenea...¿acaso quieres rechazar, algo que ella te dio por tus méritos y confianza?, te quedarás y harás bien de patriarca, esta claro que No debemos dejar que nuestros impulsos nos dominen,debemos estar preparados para la lucha de ser necesario, por otra parte, en las heladas tierra de Asgard, tienen sus propios dioses de los Mares, de la Guerra, del Amor , de la muerte, con lo cual , el poder de Zeus aunque sea infinito, no puede verse involucrado en una Guerra entre Dioses, asi que opino que estará segura Nikola y Verité en aquellas tierras, el camino hacia alli será peligroso, pero Zeus no levantará su mano sobre otros Dioses para no empezar una cruenta batalla entre Dioses, que puede terminar con la muerte de muchos de ellos, tanto del Olimpo como de Asgard, es una buena baza que tenemos entre manos, allí estarán seguras.Pero ciertas son las palabras de Saga, el Santuario aunque sea una zona medio-segura, ha tenido muchísimas filtraciones de nuestros enemigos, además que serán el primer sitio que vengan a mirar, mi idea si le parece bien al Patriarca, será la de que dos grupos reducidos, de incógnito, vayan a Asgard, uno con la verdadera Nikola y Verité, el otro grupo con un señuelo, de la misma forma, reforzar el Santuario de tal forma, que parezca que esten aqui ambas protegidas, tanto un grupo como otro nos enfrentaremos a peligros y combates , en los que nos dejaremos la vida, pero nuestro objetivo es que tanto Nikola como Perséfone lleguen a Asgard, ahí la mano de Zeus no puede llegar, ya que si llegara, sería una cruenta Guerra entre Dioses.Si le parece bien a nuestro patriarca, la idea es bastante fiable, el enemigo no sabrá donde atacar, de todas maneras, me gustaría hablar con nuestro Patriarca, el Caballero Dorado del Carnero y Nikola, a Solas, antes de que empezemos a hacer una cosa u otra.

Levanto mi rodilla del suelo para incorporarme.

Me parece que no lo entendéis, no estoy pidiendo permiso para hacerlo.

Miro a Mu mientras continuo hablando.

Parece ser el único capaz de entenderlo, que buen Patriarca sería.

Atenea me nombró Patriarca porque confiaba en mi, ella también sabía que me apartaría del camino antes de bloquearlo. Me conocía lo suficiente como para saberlo.

Saga y Shaka son ellos los que ahora deciden, pero no tienen porque ser ellos los Patriarcas.

Los miro a los dos cuando los nombro y les regalo una leve sonrisa.

En su poder está el nombrar al nuevo Patriarca y seguir siendo consejeros. Además, lo tienen que hacer rápido para no convertir esto en más caos de lo que ya es.

Por todo esto, mi opinión no cuenta más que la vuestra respecto a lo que debemos hacer.

- Sigo sin estar de acuerdo sobre el tema de Patriarcado, ni con Mu, ni con Dohko. Pero si mi decisión cuenta algo como decís... apoyo a Camus y a Saga en la idea de llevar la niña a Asgard.

Sólo queda decidir quienes van, que creo deberían ser la mayoría, y quienes se quedan como distracción de los dioses que vengan a atacar el Santuario.

Nikola, debeis perdonar nuestro desorden... nuestra diosa ha muerto, y la situación ha resultado tremendamente confusa. Hemos tomado a Hebe por quien no era, hemos sido desagradables con ella, y ahora la culpa se une a nuestra pena... Pero los sentimientos no deben entorpecer.

Lo primero es Verité, ¿quién se tiene que quedar y quién la acompaña? El resto... ya se resolverá en su momento.

No, Shaka no ve que sea el momento de ponerse a pensar en quién se va a sentar en el trono, por mucho que le disguste la idea de contrariar lo que fue voluntad de Atenea.