Partida Rol por web

El hombre empieza a sudar profusamente al ver acercase la hoja de Derek a una de sus heridas. Síii- La afirmación se convierte en una especie de chillido por el miedo y a la luz de la luna veis como su nuez se mueve arriba abajo.- Si, si, si. Eso es todo, eso es todo.- Intenta no mirar la punta del arma que le roza la piel.- DiCaprio nos dijo que solo teníamos que asustaros, que cuando os vieseis rodeados y superados en número durante la cena y sin vuestras armas os rendiríais. Eso es todo, no hay absolutamente nada más.- El hombre rompe a llorar y su voz continua .- Se suponía que no teníamos que abrir fuego, solo asustaros. Iba a ser un dinero fácil como lo había sido las otras veces que habíamos ayudado al sheriff.

Derek retrocede dando un saltito y dice, mientras vuelve a sentarse y monta la muleta con bastante soltura:

-Yo le creo.-

Me acerqué al matón y le dí un puntapíe* en el lateral del pecho y le pregunté - ¿Te refieres al Sheriff Warrior? ¿Qué quieres decir con eso de que le habíais ayudado otras veces?

Si...el serifff y aún nos queda el cabo suelto de Deaths.
A pesar de que en la cárcel hubiese conseguido intimidar al preso, Daphne no tenía madera de interrogadora. La violencia la incomodaba en el mejor de los casos y por ello se mantenía alejada del grupo. Sin embargo, dadas las circunstancias no pudo evitar añadir algo
Si conoce a DiCaprio conoce a Deaths. Y seguro que sabe donde vive.

Desde la piedra donde se había vuelto a sentar Derek dedicó al herido una mirada glacial mientras le decía muy sereno:

-Chico, no me obligues a preguntarte otra vez. No sería bueno para ti.-

¡Auu! - El hombre se quejó al recibir la patada en las costillas de Lewis.- Sí, sí, sí, claro que hablo del Sheriff Warrior, ¿De quién iba a hablar si no?- De todas formas las caras de pocos amigos de los que le rodeaban le indicaron que ponerse duro no era la mejor opción.

El sheriff solo tiene un ayudante.- pasa a explicaros.- Esta es una comunidad tranquila y la realidad es que no hace falta más. Pero a veces, recibimos visitas de gente indeseable.- Durante unos segundos sus ojos se quedan fijos en vosotros, aunque en seguida los aparta.- En esas ocasiones, el señor Deaths ... bueno, el señor DiCaprio en nombre del señor Deaths nos pide que les enseñemos donde está el camino de salida. En nuestra siguiente paga, recibimos una gratificación. Hasta hoy nunca habíamos tenído que disparar.

Lo que dice puede tener algo de sentido, ya que los paletos a los que enviasteis al otro barrio en ningún caso podían considerarse matones profesionales, pués no aguantaron ni diez segundos enfrentados a unos soldados como vosotros.

Claro que sé donde viven tanto el señor DiCaprio como el señor Deaths, todo el mundo en San Mateo lo sabe.

Como parecía que le había gustado mi patada decidí no dejarle con las ganas de recibir otra. Esta vez le pateé con un poco más de fuerza.
- Bien, nosotros no somos de aquí y tu si, ahora sólo te queda decir donde es esa casa. Y después de una pequeña pausa, con sonrisa incluida, le digo - Si no quieres que vuelva mi amigo Alexander con su bastón. Mirando a Dereck.

Todo el pueblo estaba compinchado y, los que no, engañados vilmente.  Eran unos forajidos allí, unos asesinos desalmados. Si les pillaban no les esperaría más que la horca o algo peor.

- Tenemos que actuar rápido. Por los niños...- Steffan no tenía hijos pero no podía permitir que una secta como aquella se extendiera aún más. Ahora se arrepentía de haber volado los sesos del italiano. Hubiera sido mucho más útil la información que le hubieran podido extraer a él. Ahora deberían ir a por el hombre más respetado de aquel maldito pueblucho: el Sr. Deaths. Miró a sus compañeros de fatiga con el pelo sudado apelmazado sobre la frente. Aún estaba manchado de sangre y sus ojos azules , normalmente fríos, ardían con una intensidad inusitada en él.- Hagamos una visita de cortesía al Sr. Deaths.

-Yo iría primero a por el sheriff, si ese Deaths es el que manda conviene dejarle sin lacayos antes de ir a por el. Pero es cierto, debemos movernos rápido.- dijo Derek tratando de perder el menor tiempo posible.

Pu ... puedo llevaros a donde queráis, pero parad de golpearme, por favor.

Roderick miró al matón con frialdad.

- Por supuesto que nos vas a llevar y por la cuenta que te trae no vas a hacer ninguna tontería si estimas en algo tu vida... pero mientras tanto, no nos conviene que te desangres... estate quieto un momento, voy a hacer que dejes de sangrar- no convenía que aquel hombre se les quedase por el camino, de manera que le registró entre sus bolsillos y sacó un pañuelo al tiempo que rasgaba un trozo de tela de la camisa del herido- déjame ver...

Tras curar sus heridas el hombre accedió a guiaros hasta la mansión Deaths. La mansión de estilo sureño con gran entrada porticada y seis enormes columnas de mármol blanco se encuentra bastante alejada del pueblo, en mitad de unos enormes viñedos, propiedad del mismo J.I. Deaths como os informa el hombre que lleváis atado en la parte trasera del automóvil y que no ha hecho ninguna intención por huir.

Por lo que el hombre os cuenta, Deaths vive solo, sin otra compañía que su secretario, el señor DiCaprio y Virginia Chadler la muchacha que se ocupa de la casa.

Desde la lejanía, observáis la mansión pero parece que hoy el señor Deaths tiene más compañía de la que ha dicho el matón, pues tres hombres armados hacen guardia en la puerta y por los alrededores.

Roderick volvió a hacer uso de su petaca de licor cuando comprobó la vigilancia de la casa, aquello sólo podía significar una cosa, que se estaban acercando. Un hombre corriente y moliente no tenía semejante vigilancia.

- Parece como si nos estuvieran esperando... Si queremos entrar vamos a tener que ocuparnos de esos tres matones... pero sin Highway no se como lo haremos... ¿De verdad queréis entrar?- dijo con la esperanza de que decidieran dar la vuelta, aquello estaba pasando del oscuro al negro absoluto...

¿Qué debían hacer? Steffan se quedó pensativo un rato antes de contestar a Roderick.

- Si los niños no están en la asociación puede que los tengan aquí.- Era lo único que le hacía sopesar la posibilidad de entrar. ¡Pero cómo! Negó con la cabeza ante la idea de un ataque frontal. - Si armamos tanto jaleo como en el hotel puede que corran peligro la vida de los niños.¡Malditos asesinos! - Apretó los puños con fuerza.- Optaría por tratar de que algunos de nosotros se infiltraran discretamente y, una vez dentro, los que estemos fuera atacáramos a esos tres.-¿Pero cómo distraer a los matones para que pudieran entrar en la casa sin que los vieran?

Los niños no están aquí. No se donde están pero si ¿como llamarlo? ¿un pulpo espiritual? En todo caso, si un monstruo se los ha llevado a traves de una pared no creo que estén en un sitio como este.—Daphne miraba fijamente la puerta. Estaba asustada pero no podía rendirse al fin y al cabo era su pequeño.—Pero ese Deaths sabe donde están. Lo sabe.

Cuando oyó hablar de infiltraciones Daphne levantó la cabeza. Al fin y al cabo era su especialidad. Tres misiones en la guerra: dos éxitos totales y no parcial. Ninguno de nosotros puede infiltrarse..pero el "amigo" que llevamos detrás puede llamar la atención de esos bastardos mientras uno o dos de nosotros entra en la casa. Por cierto Dereck, ¿puedes cargarme mi arma? No me siento segura sin tener balas en él.

-Por supuesto, querida.- responde Derek al tiempo que carga el arma de Daphne de manera rápida y diestra. Luego, mirando hacia los matones agrega -Vamos a tener que ir a por todas. Aunque tal vez no sería mala idea que el que tenemos de maleta los guíe hacia una pequeña emboscada.-

- A ver qué os parece...- Steffan sacó un pañuelo y lo mojó en un poco de agua para limpiarse la sangre reseca de la cara. Después miró con horror el pañuelo tintado de rojo.- Este es el coche de Dicaprio y tenemos a uno de sus matones con nosotros. Podríamos ocultarnos en el asiento del copiloto,o en el maletero,  apuntando con nuestra arma a ese bastardo. Ver el coche de su jefe puede que los despiste, más si quien lo conduce es uno de sus hombres.- Miró después  la mujer mientras recogía su arma cargada.-Quizás pudiéramos hacerles creer que te capturaron y que a los demás nos mataron. Pero eso sólo podría funcionar si no se hubieran enterado de los detalles de lo que ha pasado. Si te metieran en la casa podríamos entrar y acabar con ellos, o pillarles por sorpresa cuando atiendan la llegada del coche.

Roderick no podía creer lo que estaba oyendo... esa panda de locos, de la que desgraciadamente formaba parte, estaba decidida a entrar a lo grande en aquella casa y encima sin saber a que atenerse, lamentaba ser el aguafiestas pero a aquel plan le veía fallos por todos lados.

- Si me disculpáis, me debo en la obligación de tratar de haceros recapacitar... Si estáis decididos a entrar en una casa que desconocéis por completo y a la que nunca antes habéis entrado, para buscar a un sherif e interrogarle... lo único que puedo hacer es rezar y tratar de confesar mi alma... pero si vais a precipitarme a una misión suicida por lo menos permitid ponerle las cosas más difíciles a nuestros amigos de las metralletas...- se aclaró la voz y añadió- lo que proponéis hace mucho ruido, creo que lo más sensato consistiría en tratar de acceder a la masión sin llamar la atención sobre nuestras personas, de manera que veo mucho más viable una distracción acompañado de un allanamiento de morada silencioso...

Estaba escuchando a Roderick cuando, de repente, me di cuenta horrorizado de que estaba desarmado. Me acerqué a la parte trasera del coche y abrí la maleta del sargento Highway con la esperanza de que el viejo cascarrabias hubiese llevado alguna arma que pudiese coger prestada, ya que todo indicaba que me iba a meter en otro tiroteo y tenía bastante con la herida que me había llevado en el anterior.
Y si, el sargento llevaba su habitual cargamento de revólveres. Cogí uno del 38 y comprobé que tenía balas. También cogí una caja de cartuchos y me la introduje en uno de los bolsillos de mi chaqueta.
Cerré de nuevo la bolsa y volví al lado de Roderick.
- Yo también creo que tendríamos que intentar entrar discretamente. Sobre todo porque no sabemos cuanta gente armada puede haber dentro.

-Entonces...- dijo Derek -... si alguno quiere ir al maletero para que no seamos tantos bien, el resto entramos en el coche simulando ser prisioneros de nuestro "amigo" con las armas listas por si se le ocurre delatarnos. Y que diga al resto de los gorilas que nos ha traído para que nos vea Deaths mientras Di Caprio y los demás se quedaron limpiando el hotel y la calle. ¿Os parece bien?-