Partida Rol por web

-Subid!- dijo Derek abriendo la puerta y echándose hacua adentro del coche para dejar sitio.

Roderick se apresuró a subir al coche, no se fijó en quien estaba al volante tan sólo ocupó uno de los asientos traseros sin cerrar la puerta para que Wood entrara en el automovil lo más rápido posible.

- Vayámonos... estamos todos- dijo con un nudo en la garganta y una expresión tan triste como aterrorizada en el rostro- Highway ha... ha muerto... el recpcionista le pegó un tiro con una escopeta en la boca del estómago... murió en el acto...- consiguió decir con los ojos acuosos, el rostro pálido y la frente perlada en sudor, mientras su cuerpo empezaba a ser presa de un ligero temblor, sintoma del ataque de nervios por el que estaba pasando.

--Hay que quemar todo el maldito pueblo.- fue todo lo que dijo Derek antes de sumirse en un pensativo y ominoso silencio,

Quemarlo no sé...pero un par de bombas en ese maldito hotel si que voy a poner—dijo la mujer con un hilo de voz. ¿Como era posible que hubiese muerto Highway?Aquello era horrible. Un final terrible para un soldado ya que... Daphne abrió los ojos asustada. Un flash había cruzado su mente.¡Un momento! Diganme que no sabían lo que ha ocurrido en la casa....si lo saben...nos denunciarán a la policía.
La posibilidad de que les denunciasen era tan terrible como la muerte de Highway ya que significaría que serían buscados no solo por los sectarios, si no también por los agentes de la ley, lo que complicaría gravemente la posibilidad de recorrer libremente el país. Especialmente si distribuían descripciones o retratos.

Por si te lo estás preguntando. El recepcionista no habló en ningún momento de la casa, pero si que habló de que DiCaprio le había contado que erais unos ladrones y unos asesinos. También dijo que al oir el tiroteo había llamado a la policía.

En ese momento empezáis a escuchar unos golpes que vienen desde el maletero.- ¡Sáquenme de aquí! - Grita mientras golpea con el puño la chapa metálica.- ¡Socorro! ¡Qué alguien me ayude!
 

- ¡Arranca y vámonos! El recepcionista ha llamado a la policía y cree que somos asesinos y ladrones. Nos detendrán sin pensárselo dos veces.- Miró extrañado hacia el maletero del coche. - Ya arreglaremos eso después. ¡Vamos!

Los golpes que comenzaron a sonar en el maletero del coche fueron la gota que colmó el vaso.
- ¡¡¡JODER, JODER!!! Con los nervios a flor de piel metí la primera marcha intentando que aquella cafetera se moviese.

-POR EL AMOR DE DIOS VAYÁMONOS DE AQUÍ- dijo Craven fuera de sí, cuanto más tiempo permanecieran en aquel maldito pueblo más problemas tendrían y aún sería se estaban poniendo peor las cosas con el hombre que tenían de polizón en el maletero... aquello era de locos pero ya tendrían tiempo de resolverlo todo una vez salieran de allí.

No teníais ni idea de donde queríais ir, solo sabíais que tenías que salir de aquel maldito pueblo cuanto antes. Por suerte, hay una forma infalible para salir de un pueblo y esa es ir siempre en la misma dirección sin girar en ninguna intersección, siempre recto.

Y eso hicisteis. Lewis condujo en dirección sur, sin desviarse ni un solo momento. No es que el anticuario fuese un buen conductor, que no lo era. Pero conducir era mucho más fácil en mitad de la noche cuando ni peatones, ni carros ni otros automóviles se interponían en tu camino.

Quince minutos después os encontrabais en mitad de un camino de tierra a ninguna parte rodeados por una plantación de viñedos que parecía no tener fin.

Vuestra situación no era buena, habíais escapado del pueblo, pero habíais pagado un alto precio por conseguirlo y lo peor de todo es que no estabais más cerca de vuestros hijos que antes de la desafortunada muerte del sargento Highway.

Sin saber muy bien como, conduje la cafetera hasta un camino a las afueras del pueblo. Sin matar a nadie. Tampoco lo debía haber hecho tan mal porque nadie había protestado.
Puse el freno de mano y me miré las manos para observar como temblaba. Me bajé con las llaves en la mano y busqué la que abriese el maletero para sacar al infeliz polizón que llevábamos con nosotros.

Estaba claro que entre las virtudes del señor Trohman no se encontraba la de conductor, el capellán aguantó los volantazos y los tirones del coche lo mejor que pudo, sin decir ni mu para no poner aún más nervioso al chofe novato, aferrándose al asiento con ambas manos y todos sus músculos en tensión y de paso ir rezando todas las oraciones que se sabía... que eran muchas.

Cuando por fin detuvo el vehículo Roderick fue uno de los primeros en salir, necesitaba respirar aire más que nunca y de paso desechar las nausas con un buen trago de licor de su petaca, cuando se sirvió sacudió ligeramente el contenido de la misma... le quedaba la mitad... que lástima, tal y como estaban sucediendo las cosas iba a necesitar más alcohol así que reprimió un segundo trago para reservarlo.

 Una vez recompuesto el señor Craven siguió a Trohman para ver a quien demonios se habían llevado de polizón, quizás lo más sensato sería dejarlo allí metido, pero lo mismo hasta podría serles de ayuda... fuere como fuere se posicionó al lado de su compañero por si era necesaria su intervención.
 

En cuanto parasteis el coche el hombre de detrás dejó de dar golpes y hacer ruido, como si supiera que en ese momento era una mala idea hacerse notar.

En mitad de aquellas viñas, y una vez el tipo dejó de dar golpes en la carrocería, la noche era completamente silenciosa, tan solo ligeramente perturbada por el ligero murmullo de algún ave nocturna que hacía su ronda de caza.

Cuando abristeis el maletero os encontrasteis al hombre que había dentro en bastante mal estado, sangraba profundamente por las dos heridas de bala que había sufrido y toda su ropa estaba teñida de un color rojo vivo.

Aunque intentó retaros con la mirada, sus ojos le traicionaron a los pocos segundos, revelando que en esos momentos temía bastante por su vida.

Daphne se sorprendió bastante al ver el estado del hombre, pero no dijo nada. La mujer se alejó un par de pasos esperando que le sacasen del maletero. La mujer estaba bastante mareada por los bandazos que había metido Trohman y además se sentía confundida ¿Sabría algo ese hombre? 

El capellán llegó a la conclusión, tras ver el lamentable aspecto en el que se encontraba aquel pobre diablo, que debían hacerlo hablar pronto y aprobechar el miedo que les profesaba. Lamentó nuevamente la muerte del Highway, sin duda el rudo soldado habría echo cantar a aquel hombre... pero debían conformarse con seguir vivos y tratar de resolver lo que pudieran con los medios de los que disponían.

 De manera que aprobechando su buena condición física y sabedor de lo que su altura y aspecto podrían llegar a amedentrar, decidió adquirir el papel de duro para empezar con el interrogatorio, había que dejar que aquel infeliz les temiera si querían que contara algo.

- Vamos... sal de ahí- le dijo con tono autoritario cogiéndolo por las solapas y sacándolo del maletero, al tiempo que lo arrojaba al suelo sin contemplaciones- Más te vale que nos respondas a unas cuantas preguntas... si quieres contarla- agregó taladrándolo con su fría mirada- y no se te ocurra hacer ninguna tontería- amenazó sacando su arma y apuntándolo a la cabeza.

Steffan salió del coche y dejó que Craven hiciera el interrogatorio. No estaban de humor para hacer de poli bueno y poli malo así que cargó la recortada mientras le hacían las preguntas. Se la guardó bajo la chaqueta de nuevo. Además rebuscó entre sus cosas y sacó unos saquitos bien cerrados.

- Vas a contarnos todo lo que sepas del italiano y los planes que teníais... quieras o no.- La afrancesada voz de Steffan salió  gélida de su boca.-Así que no nos hagas perder el tiempo.- Wood parecía otro. Verdaderamente le había afectado lo que había sucedido en el hotel. El recuerdo del tronco de Highway reventado de un disparo nublaba su juicio.

Escucháis un quejido de fuerte dolor cuando el hombre cae al suelo golpeándose el brazo herido, seguro que ha tenido días mejores.

Ne..necesito atención médica.- Os dice mientras se queda unos segundos callado esperando a que mováis ficha. Pero al comprobar que no funciona continúa hablando.- No sé de que plan están hablando. Mis amigos y yo trabajamos en las minas del señor Deaths. De tanto en tanto colaboramos con el sheriff Warrior a cambio de un suplemento en la paga si el señor Deaths nos lo pide.- Un golpe de tos le interrumpe y cuando continúa podéis ver que un hilo de sangre saliendo por la comisura de sus labios.- El señor DiCaprio vino esta noche sobre las diez a pedirnos nuestra ayuda para atrapar a una banda de peligrosos ladrones de bancos que acababa de llegar esta misma tarde a nuestra ciudad. Cogimos nuestras armas y nos llevó con su coche al hotel St. Mattew, donde nos dijo que estaríais cenando. Creo que ya sabéis el resto de la historia.

Derek había estado mirando toda la escena sentado en una piedra que había cerca del coche, cuando el matón terminó de hablar carraspeó, llamando así la atención sobre si mismo y comenzó a desmontar tranquilamente una sección de su muleta (podía hacerlo mucho más rápido, pero necesitaba el dramatismo). Unos segundos después todos pudieron ver que la muleta de Derek escondía en su interior una hoja bastante parevida a la de un florete, aunque bastante más rígida.

Derek se incorporó y de un solo salto llegohasta donde estaba el herido, una vez allí le miró tranquilo y dijo, mientras apoyaba la punta de la hoja en una de las heridas (aunque sin presionar en absoluto) dijo:

-¿Estás REALMENTE  seguro de que eso es todo?-