Partida Rol por web

Las escaleras desembocaban en una sala oscura, sin iluminación. Se podían ver tres picos, una pala y una carretilla en una esquina, y un pasillo conducía al sur.

Para su propia desventura, fue Dedosgrasientos el que encontró restos de sangre seca en el suelo, junto a la entrada del pasillo. Cuando se acercaron a revisarla... ¿fueron pisadas lo que escucharon? No, no parecía haber nadie.

Cuando vi la sangre en el suelo no pude evitar dar un pequeño saltito hacia atrás mientras soltaba un gritito histerico. ¡Sssssss...sssss...ssssaaaaa...SANGRE! grite nuevamente mientras señalaba los restos con la mano que tenía libre.

Sí, sangre. Y tal vez algo más. Un repentino golpe de viento espectral que amenaza, por un instante, con apagar la lámpara que ilumina sus pasos. Un mal presentimiento. Al fondo del pasillo, donde un parpadeo antes no había nada se ha materializado una figura que la luz no alcanza a iluminar.

¿Vosotros, gusanos, cómo os atrevéis a invadir mi santuario? ¡Preparaos para morir!

La cosa se pone interesante, parece ser que hemos encontrado a uno de los moradores de éste antro y además osa provocarnos. Ese pobre diablo tiene las horas contadas.

Pensó el mercenario. Empuñó con fuerza la espada y le gritó al halfling:

-¡Vamos Pieter, maldito cobarde, ilumina el pasillo para que veamos a ese bastardo!-

Vicci ardía en deseos de sajar a alguien, no le había gustado que los hostigaran a virotazo limpio en el exterior y tampoco habían tenido mucho éxito en su búsqueda de los habitantes de la fortaleza. Hasta ahora. El sujeto que se les oponía podía ir rezando lo que supiera, era hombre muerto.

!Solo un cobarde se ocultaría en lo más profundo de unas ruinas entre las sombras! !Muéstrate, si es que tienes valor para hacer! Intento picar al sujeto para que cometa algún tipo de paso en falso, como por ejemplo, mostrarse ante la luz. No está claro quién debía ser aquel sujeto, pero seguro que era de algún modo el artífice de aquel ocupamiento ilegal y el líder de los tres desaventurados que se ocultaban con él en aquel lugar. ¿Tres? Si, tres. Había tres capas en el colgador de aquella habitación y el mismo número de camas si mal no recuerdo. Dos puede que ya estuvieran muertos en el bosque, por aquel asunto del ciervo y todo eso y otro nos había disparado cuando nos acercamos a aquel lugar.

Doy un nuevo respingo, este bastante más fuerte y que hace que casi se me caiga la lampara de las manos, al escuchar la voz procedente de nuestra espalda. Por mi cabeza pasaron las imágenes de diferentes muertes que tenían un punto en común, todas venían por la retaguardia: una flecha en el corazón, una daga clavada en la espalda, una espada revanándome el pescuezo...

A la orden de Carlo me voy girando muuuuuy lentamente en dirección a la voz para enfocarla con la lampara, mientras mi corazón palpitaba tratando de salírseme del pecho.

Doy un doble respingo, por la voz del fondo y por el respingo del halfling, desenfundo la espada una vez más, mira que me gusta hacer eso, entiendo que no hay gesto tan amenazador como ese. La saco más rapido de lo que me gustaría para paracer más teatral, pero el efecto me complace igualmente.

Ese tio nos está amenazando de muerte pero está ahí quieto, puede ser una trampa como en aquella obra de Drankenver " Historia de una entrada a un sotano viejo". Miro a su alrededor por si hay algún peligro oculto y poder avisar sutilmente a mis amigos. Nunca digo mi secreto, porque podría ser que me mandaran a la hogera por hereje y tocado por el caos.

No podía ser verdad. !Un mutante!. ¿Qué hacia ahí abajo escondido? ¿Por qué aquellos bandidos lo tenían oculto? ¿Sería su líder? Aquella capa roja que cubría su cuerpo no me presagio nada bueno, la sangre, el color rojo, y todas esas cosas eran sinónimos del mal y del los oscuros dioses del caos dedicados a esas cosas. Cosas en las que no quería pensar mucho la verdad. Quizás lo que más asco me daba de todo eran aquellos ojos, unidos a su cráneo por esos filamentos. El movimiento total de los globos oculares fuera de sus cuentas... !HABIA QUE ACABAR CON ESO PERO YA! Así que sin dudarlo un momento, me descolgué la ballesta y a una buena distancia para que no me cargara en una acción fugaz en caso de que le entrase la paranoia agresiva, apunte y disparé contra el sin previo aviso. El virote salió despedido a mucha distancia. Era una vergüenza como soldado según estaba demostrando y quizás me debiera dedica de ahora en adelante a la meditación y el estudio de las religiones. Ala, pues al tajo se ha dicho... Empieza el baile.

Al ver la... cosa que se apareció a la luz del foco quise gritar, pero no hallé fuerzas para ello y lo que salio de mi boca apenas podía considerarse como un leve gemido. La poca fuerza que me quedaba en el cuerpo la utilizaba para no acabar de culo en el suelo, si bien mis piernas temblaban como la hierba en mitad de un vendaval.

Y ahí estaba, sin poder moverme, con la boca abierta, señalando al ser que se hallaba delante nuestro y con un tembleque en las piernas cuyo sonido llevaba un ritmo que invitaba a bailar.

Me pongo en tensión cuando veo a la criatura a la especativa de que hacer.

-¡Prepárate para morir, perro!- le gritó Vicci a su oponente.

Estaba claro que entre los cuatro podrían acabar con un solo enemigo. Solo esperaba que el combate fuese mejor que el breve encuentro con los furtivos, que tuvo como consecuencia que dos pobres diablos acabaran hechos papilla por los dos mercenarios. Quizá ahora fuese un desafío como era debido.

Carlo se dispuso a atacar al contrincante...