Partida Rol por web

No te era dificil introducir cada vez mas dedos en el interior de ella tus dedos no tenian resistencia con lo humeda que estaba, por lo que debias acercarse mas a sus paredes calurosas y pareciendo sensibles. Aunque tambien podia ser que la esclava romana a pesar de su innesperiencia estaba siendo inspirada por venus.

El culo de la domina aunque firme se sentia suave ante tus besos. Sin duda una de los mejor lugares no solo para besar sino morder. De nuevo en el ano de ella dio un resplingon en principio y luego se enderezo para que Livia pudiera continuar con su orden. "Ah...asi, enseñame eso que sabes hacer." 

La romana continua con su afán, disfrutando del sonido de las respiración y los gemidos de la mujer que era su dueña absoluta; rendida a sus caprichos y esclava de sus deseos, Livia no podía sino sentirse embriagada por el acto de supremo sometimiento que llevaba a cabo. No sabía porqué pero se estaba volviendo loca de placer sólo por saberse completamente en sus manos.

Termina acompasando los movimientos de su lengua, con el de sus dedos y todo ello al ritmo que Camilia marcaba, ni más rápido ni más lento, deja que sea ella quien lleve la batuta a su manera, interpretando las señales de su cuerpo a como ella las entendía. Y no debía estar haciéndolo mal a juzgar por las reacciones de la patricia:

-Todo lo que deseeis...mi señora...-musita en un momento que se separa para coger aire y vuelve a plantar besos lascivos y potentes en las nalgas de Camilia.

“Por supuesto mi esclava.” dijo ella haciendo esfuerzo que sus palabras se entendieran a pesar de los gemidos y que se escucharan ahi donde estaba la romana. “Alejate un poco.” dijo ella danle un pequeño golpe con sus nalgas a la cara para marcar su orden.

Sonriendo divertida y suspirando, se movio alejandose un poco. Primero se saca completamente su vestido y lo deja sobre un lugar que tiene la germana, un cofre talvez. Luego se da vuelta completamente, dejando el glorioso cuerpo de ella a la vista para su esclava. Sin duda un cuerpo que venus habia acomodado para el placer y para ser admirada, pero ademas a pesar de tener un hijo se encontraba como si nada hubiera pasado.

“Ahora si. Continua sirvienta…” dijo la mujer divertida con una picardia que casi te hacia pensar que planeaba algo. “Usa tu lengua aquí.” dijo ella señalando su sexo.

Livia se aleja en el momento en que se lo ordena, aunque la nalgada le da un poco en la cara y se queda parada, de rodillas sobre la cama con la mirada completamente absorbida por el cuerpo divino que luce Camilia. Parecía esculpida en mármol a capricho del mismo Júpiter, un físico que haría alzar una ceja a Venus.

La esclava obedece veloz, sacudiendo la cabeza para concentrarse y se incorpora para llegar hasta ella, se arrodilla presta a sus pies y toma con reverencia sus piernas tan sólo para acariciarlas y acerca su boca de nuevo al sexo de la dómina, lamiendo y volviendo a penetrarlo con su lengua suavemente, haciendo suaves y cortas pausas para besar su monte de Venus.

La domina vuelve a disfrutar de ella, empezando a gemir mientras siente tus lamidas en su lugar mas sensible. Pero hay un par de cosas que faltan en esa escena para que sea de su agrado. Sin decir nada acerca su mano a los pelos desordenados de ella y empieza a tirar de ellos apuntando hacia su sexo. No habia necesidad de ella para hacer asi con Livia pero saber que podia hacerlo ya la lleno de una excitacion que la esclava podia sentir.

"No pares.Estoy cerca..." Decia mientras sus largas y hermosas piernas se iban cerrando sobre su rostro. "Saca las manos." dijo para que no las usara como defensa mientras le aprisionaba el rostro con sus piernas. No habia una fuerza grande en ella pero si un deseo de verla prisionera totalmente de ella.

Cuando la toma de los cabellos Livia puede sentir como su propia humedad se hace más notable bajo su falda e incluso gime levemente siendo poco consciente de que Camilia está cerrando su presa sobre ella poco a poco. Aparta las manos a ambos lados de su cuerpo como le han ordenado y se esfuerza en mantenerlas tocando el piso.

Su cabeza queda aprisionada en aquel lugar como un sensual cepo para que se centrase aún mas en su labor, devorando aún con más ahínco la intimidad de la domina luchando con la dificultad añadida de no poder mover la cara apenas en el proceso pero podía notar que todo aquello era del agrado de Camilia y que eso era lo único que importaba.

Atrapada entre los muslos de esa mujer no era algo sensillo en movimiento, pero en lo que sentias era algo que no podias explicar estando atrapada pero en un lugar con una suavidad y calor. A pesar de eso lo abrio solo un poco mientras tiraba el pelo de ella para que se adelante.

"Sigue esclava...lame tupremio por tu servicio." dice ella ya teniendo pegada a la otra romana a su humedo sexo, disfrutando y gimiendo con ganas mientras sus piernas volvian a cerrarse con fuerza. Mientras su cadera se adelanta aun mas en la otra mujer. De nuevo haciendole dificil respirar.

Fue tras lo que pudo ser un largo tiempo o un instante, que la Domina finalmente vino en el rostro de su esclava inundola con sus fluidos que habia salido con una gran fuerza de ella. Mientras un largo gemido de ella mostraba su satisfaccion.

Se esfuerza al máximo forzando los músculos de su cuello y sus hombros para llegar más y más dentro de Camilia con su boca, lamiendo, besando y succionando con todas sus ganas, clava las uñas en la piedra y contiene el aliento al notar que casi no puede respirar pero aquella sensación de asfixia era embriagadora y deliciosamente frustrante.

Finalmente nota como se contraen los labios interiores de la domina, anunciando la proximidad del orgasmo y Livia no se lo piensa, intensifica sus atenciones sin importarle el resultado hasta que la mujer se le corre encima, atragantandola un poco pero no siendo una tortura en absoluto desagradable. 

Al acabar, Livia estaba cubierta de los fluidos de la mujer, su cara y su pecho sobretodo pero también había humedad en su interior aunque ésta solo la sentía ella.

La domina siguio encerrando a la mujer por un tiempo pero luego abrio sus piernas liberando a la romana de su prision en sus muslos. Respirando agitada y algo transpirada vio a la otra mujer toda empapada. "Ven aqui...quiero ver tu rostro bien." decia la mujer acostandose y tirando de nuevo de su pelo para que se acomodara en el camastro acercandose hasta estar cara a cara con ella.

"Asi te gusto cierto?" pregunto sabiendo la respuesta y aprovechando para meter su mano por debajo de la falda de Livia. "Yo controlando y vos obedeciendo." exclama ella muy contenta en especial por la humedad que siente ahi. "Podrias ser solo mia si lo haces bien." 

-Me gustó mucho, mi señora...- dice con la respiración muy agitada, tan solo sentir su la mano de Camilia bajo su falda estaba haciendo mella en su libido, excitándola sobremanera- ¿sólo de vos, domina? ¿y eso cómo sería? Yo quiero serviros a vos en primer lugar, es mi deber porque vos pagasteis por mi...y si no deseais que esté con ningún otro no osaría desobedeceros.- confiesa, aunque no parece muy contenta con estar perspectiva pero su gesto indica que sería capaz de cumplirlo.- Pero...aunque yo yaciera con otros, mi devoción siempre sería para vos porque os pertenezco y sois la dueña de todo cuanto deseéis de mi.

La mujer te miraba como si fueras facil de leer para ella, incluso no te interrumpe cuando le comentas sobre que yacerias con otros. "Mi querida Livia, no puedo evitar que estes con otros y otras pero me gustaria saber de quien se tratan. Aqui das tu cuerpo como lo haces conmigo." comento la mujer mientras su mano seguia adentrandose en ella metiendo un par de dedos en ella mientras su pulgar rozaba su joya.

"Voy a confiar que eres solo mia, aunque sea en mente. Que deseas servirme sin importar como." dice la mujer concentrando su mirada en la de ella. "Aunque debo admitir que no eres la unica que me da este juramento."

Deja de tocarle y se acerca mas a tu rostro. "Sek..met. Me ha prometido devocion." le confiesa para ver como procede ella. "Que piensas de ella. Tu curandera?"

-Mi mente y mi cuerpo solo pertenece a vos...cuando yazca con otras y otros solo será para mí placer, pero cuando lo haga con vos..será por devoción y entrega.- dice entre suaves gemidos, tratando de hablar de forma sería y segura a pesar del tocamiento de la domina- si así lo quisierais y me lo ordenaseis, os contaría con quién he estado...pero no quiero que esas personas tengan problemas por ello.- comenta tragando saliva, sus ojos azules brillantes y fervorosos clavados en los de Camilia- Sobre Sekhmet...no lo se, me ha tratado bien, de no ser por ella no se si hubiera sobrevivido...- confiesa, acomodándose cuando la patricia deja de tocarla y sus manos se mueven hacia ella para pasar una por bajo de su cuerpo y empezar a acariciar su espalda, en un gesto más de devoción o afecto que sexual- pero...el sacerdote de Marte me hizo una advertencia sobre ella la noche de la fiesta...dijo que servía a intereses oscuros y que era un peligro...no sé qué pensar, si él lo dice será porque goza de la sabiduría de Marte para hablar, por otro lado, su hubiera deseado hacerme daño, ha tenido multitud de ocasiones.

Ella sigue tocandote entre tus piernas estimulando esa parte intima debajo de tu falda al menos por el momento. "Te ordeno que me lo cuentes." dijo simplemente pareciendo solo escuchar el principio de tu comentario.

Se deja abrazar por ella, por sus manos que van por debajo de su cuerpo. Luego sonrio divertida mientras le comentabas lo de Marte. "Sin duda Sekhmet no es normal por su actitud y sus costumbres egipcias. Pero no la veo sirviendo a una deidad oscura como se podrian esperar por paganos." te explico. "El sacerdote tiene su inteligencia, pero creo que se deja llevar demasiado por su fe. Lo que no es del todo malo pero a veces no ve bien ciertos fallos humanos como los de Sekhmet." comenta como posible explicacion, sin sacarle del todo cierta razon pero minimizandolo.

"A mi tambien me pudo haber dañado pero no lo hizo."

Tal fue porque te le habias quedado mirando en el rostro o porque esta conversacion parecia demasiado importante para dejar un par de cosas. Sentias en sus palabras que algo te ocultaba, creias que no te mentia respecto al dios oscuro que entendia que no servia. Pero la egipcia tenia algo mas, algo que la Romana conocia de su peligrosidad.

Livia se queda callada tan sólo unos instantes, analizando las palabras y leyendo entre líneas lo que no decía la domina, pero en cualquier caso se queda para ella sus deducciones:

-Entiendo que confiéis en ella, pero me habeis preguntado mi opinión y yo os la doy, mi señora...no me ha dado pruebas de su maldad pero los dioses no hablan en vano. Mars percibe cosas...y yo no puedo ignorarlas. - le dice con cierto atrevimiento, pero con hondo respeto, esperando no ofenderla pero se nota su linaje y su nacionalidad a la hora de expresar sus ideas.

-Si es lo que deseais...he yacido con Verina...y también con Duilius.- responde bajando un poco la mirada, como avergonzada por esta ultima confesión.

La Domina suspiro como molesta. "Los dioses no hablan en vano, eso es cierto. Pero a veces los humanos no los entienden bien." comenta ella de nuevo tratando de disminuir sus preocupacion. "Pero sabes...te escuchare Livia. Siento en ti que lo dices porque te preocupas." termino aceptando y te parecio que genuinamente lo hacia aunque una parte tuya podia dudar como si solo lo dijiera para que dejes el tema.

La mujer te mira complacida que le respondiera, aunque se queda pensando en tus respuestas. "Verina...no sabia que fuera capaz de eso. Duilius...supongo que encontro otra forma de entrenar a las gladiadoras." dijo con una sonrisita pareciendo no comentar mucho en lo poco etico del acto del hombre. "Cuentame de los dos cual te gusto mas?" pregunto ya como si en vez de una celda estuvieran en la habitacion noble de ellas relatando experiencias divertidas. Aunque claro habia cierta maldad en su pregunta, que esperabas que ella no diera la respuesta que buscaba a uno de esos dos.

-Gracias domina.- dice cuando Camilia habla de tener en cuenta su opinión, aunque en verdad Livia no se había quedado tranquila del todo, había mucho en lo que pensar y lo que investigar- pues...lo de Verina lo busqué yo...reconozco que esa mujer desató mi pasión desde el mismo momento en que la vi. Tuve otras amantes durante la vida de esclava después de salir de Liguria perono como ella.- las yemas de sus dedos continúan acariciando suavemente la espalda de la domina en un gesto apacible, apreciando la suavidad de su piel había una intención devota de fondo más que lujuriosa- y lo de Duilius...fue algo salvaje...el me sedujo, fui su objetivo desde el primer día. Yo no quería...es decir, ¿Como podría yo hacer con un sucio galo? Pero al final...bueno es un seductor nato, domina- ríe un poco, nerviosa- y nos entregamos el uno al otro...pero ahora veo que tal vez fue un error. Esa relación podría perjudicarle a él como doctore y a mí como gladiadora o si quiera líder de ellas cuando vuelva a serlo. Tengo que terminar con él, aunque duela.- por sus palabras era difícil decir qué o a quién era a lo que iba a doler si abandonaba al doctore, pero no parecía angustiada por aquello, tan sólo parecía que le había tomado un tiempo tomar aquella decisión pero que finalmente la había tomado. - Por favor domina, no les castigue a ellos, si está enojada, hágalo conmigo, ellos no tuvieron la culpa.

Ella escucho mientras sus manos empezaban a tocar las piernas de livia y de paso mover sus cabellos desarreglados fuera de su rostro para mirarla bien.

"Como dije no veia que Verina pudiera animarse, pero se ve que no la termine de conocer." comenta ella divertida por ese descubrimiento. Mientras recibe tus caricias sin apartarse mirandote de vez en cuando deforma amorosa pero la curiosidad le gana.

"Los galos desde siempre nos han querido tomar a las romanas, desde que Cesar los trajo aqui como esclavos..." comento sonriendo con picardia. "Ahora me imagino cuando pudo haber aprovechado para seducirte. Seguro en esas celdas privadas." comento como si recien se diera cuenta y era asi. "No seria buena que las otras gladiadoras se enterren. Los dioses sabrian que harian contigo." comento al final sin opinar respecto a si debia cortar o no con el galo pero parecia apuntar a un si.

Entonces llegaron tus ultimas palabras que le hicieron reir. Con su mano fue para atras levantando tu falta y dando un cachetazo a tus nalgas. "Asi quieres que te castigue?" pregunto bromenando aunque habia algo seductor en su tono. "No los castigare. Y ambos son grandes y no los culpo por querer estar contigo. Aunque no les vayas a decir que lo se." Dijo y para acentuar su pedido volvio a cachetear su culo.

La romana parece relajarse un poco tras confesarle aquello a la domina y deja que le acomode los cabellos que debían tener un aspecto horroroso.

-Si...supongo que todo empezó en aquellos primeros días de castigo...luego nos dejamos llevar y nos vimos algunas noches...No, no estuvo bien, las gladiadoras me tomarían por débil o por favorita. Ya hicimos bien en quedar en secreto, aunque Soenya alberga sospechas pero nunca le confirmamos nada, al menos por mi parte.- explica mientras a su lado, notándose su tranquilidad junto a ella, aunque no hubiera llegado a terminar, no parecía incómoda o molesta por ello- Pero es algo que...debe terminar, especialmente después de sus celos hacia el sacerdote. - apunta, recordado el breve intercambio de palabras hostiles que hubo entre Duilius y Mars que bien pudo acabar en tragedia - y...bueno señora...si vos deseara castigarme y eso le satisface...yo cumplo con su voluntad. Mejor hacerlo para satisfacerla que por un mal comportamiento por mi parte, eso está claro.- aclara refiriéndose a los latigazos recibidos el día de la fiesta, señalándose un poco hacia la espalda con la barbilla, aunque quedaba claro de lo que hablaba. Definitivamente se podía decir que el castigo había surtido efecto y que a Livia le quedaban pocas ganas de verse de nuevo en esa situación.