Partida Rol por web

El Nórdico, Sekhmet, incluso el galo. Es habitual que los criados intenten ganarse el favor de sus amos, pero lo que está pasando aquí sobrepasa todos los límites. Incluso los invitados, Mars y Flavio, han estado tratando de hacerse con parcelas de control, con el conocimiento o la ignorancia de Camila. Esto ha de acabar, un perro solo puede tener un amo. Si finalmente debo asumir el control de este lugar, deberé tener un puño de hierro, con muchas sonrisas y cordialidad, pero de un hierro que aplaste cualquier oposición. ¿Que haría mi padre en un caso así? Deshacerse de todos y después volver a empezar. Ya se lo dije a Mars, en una casa Cornelia hace tiempo que habría corrido la sangre.

-Las serpientes no son buenas o malas, Manius. Son serpientes y han de ser tratadas como tal. Olvidar eso es lo que las convierte en malas. La prudencia es la espada más afilada, porque corta sin necesidad de usarla. Si voy a ser tu tutora ya es hora de recibir la primera lección. Tendrás pocos amigos, algunos enemigos y bastantes aduladores; la prudencia te ayudará a distinguirlos-

La romana guarda un respetuoso silencio cuando habla el joven domitor, sin cambiar su expresión a lo largo de su férrea defensa de los esclavos.

-Ruego me disculpé, amo Manius, de seguro que el Nórdico no pretendía controlar nada ni a nadie, es más, tal y como inteligentemente sugerís, sin duda quiso defender a vuestra madre de los acontecimientos que estaban ocurriendo. Lo que pasa es que cuando el Nórdico dió su opinión de lo que Camilia debía hacer, lo hizo en voz alta y ante todos los invitados y esclavos.- la mirada significativa de Livia se dirige a Elia, ella aún no estaba en el ludus cuando aquello ocurrió pero la romana trata de transmitir lo grave que fue aquello. Luego vuelve su atención a Manius.

-Y eso estuvo mal por parte del Nórdico, dio una imagen negativa de el lugar que debe ocupar un esclavo con respecto a su domitor. Si un esclavo cuenta con mucha confianza y con el permiso de su amo, puede llegar a dar su opinión sobre asuntos importantes, pero nunca debería hacerlo donde todos puedan oírle, porque eso compromete la imagen de un domitor. - Livia relaja su expresión seria y la torna en una más amable.- Todo esto lo irás aprendiendo despacio, es un mundo difícil como dice la señora Cornelia, pero con la enseñanza que ella te dará, muy pronto te valdrás por ti mismo. Y yo puedo enseñarte a pelear si quieres, un guardaespaldas tiene que saber blandir una espada.- y le guiña un ojo amigablemente.- Puede preguntarme lo que quieras cuando quieras.

Doctore se relajó en apariencia pero sin estarlo realmente, en esta casa estaba rodeado de enemigos, enemigos ahora mostraban su verdadera naturaleza, sentía pena por el chico, pero no podía hacer nada, salvo que quedara al cuidado de las mujeres.

Se dio la vuelta listo para volver con su gente, los gladiadores aguardaban el regreso de su instructor, o eso le gustaría creer al hombre.

Sin decir mucho el Doctore se marcho dejandolas a ellas dos solas con los guardias. Los cuales notaron que se empezaron a juntar para susurrar entre ellos mientras seguian su andar.

Manius mientras escuchaba a Elia. "Seran ningun amigo. Mi madre se aseguro de eso con palabras parecidas, diciendo que en un futuro tendria amigos pero en el mientras tanto no debia separarme de ella y debia saber que sirvientes nos sirven." comento pareciendo repetir palabras de su madre aunque algo cambiadas seguramente.

Entonces vino lo de Livia. "Le pregunte por eso, luego en la fiesta y me decia que habia estado mal pero como estaba saliendo la fiesta pensaba que no se notaria o algo asi. De cualquier forma es cierto lo que dices no tuvo que decirlo con un grito, pero mi madre confiaba en él como en ti. Acaso eso no lo hace fiel?" pregunto a una y a otra.

"Mejor mas tarde te pregunto." dijo negando tal vez era algo mas privado.

-Confianza y lealtad. Virtudes escasas difíciles de ganar y fáciles de perder.. Virtudes que aprecio y valoro por encima de otras- mientras caminamos me llama la atención la poco marcial conducta de los guardias, que murmuran entre ellos. 

-La lealtad ha de ser premiada, con confianza por supuesto, pero también con recompensas más mundanas. Aquellos que tenemos a nuestro servicio a hombres leales, no debemos escatimar medios para premiar la lealtad-

-Le hace fiel, por supuesto, pero no todo es fidelidad, sino también inteligencia y precaución.-  responde Livia a Manius, aunque con aire un poco distraído pues los murmullos de los guardias la estaban tensionado en demasía.

-La lealtad es importante precisamente por su escasez. Lo que es escaso siempre es más valioso.- añade asintiendo ante las palabras de Elia mientras no perdía de vista a los guardias tratando de discernir la conversación.

Elia escucho mas o menos pero livia no tuvo tantos problemas.

De cualquier forma escuchaban como el grupo de guardias hablaban de la ausencia del Doctore y como ahora solo mujeres protegian al niño. Por lo que seria facil sacarselos concluian un par de ellos. De vez en cuando notaban miradas rapidas, que no les daban buena sensacion.

Pronto actuarian.

La romana rueda los ojos de reojo hacia la sacerdotisa, confirmando que ella también había captado lo suficiente de la conversación de los guardias. No hay mucho tiempo.

La mirada de Livia viaja por su alrededor, visualizando rutas de escape, pasillos o habitaciones contiguas, tal vez viera una panoplia de armas, aunque fueran ornamentales. Finalmente sus ojos analizan las armas de los guardias, calculando sus posibilidades de robar una de ellas.

Traga saliva, ya sabe lo que tiene que hacer...su mano se separa del hombro de Manius y sus músculos se tensionan, llenándose de sangre y adrenalina.

-Corred...escondeos.- musita la romana en un tono casi imperceptible, diciendo más con la mirada que con su voz.

Acto seguido Octavia no lo piensa, da un paso al frente y lanza su mano sobre el pomo de la gladius que tenía más cerca o cuyo propietario pareciera más distraido.

-¡Corre Carlo CORRE!- grita, incomprensiblemente la gladiadora- ¡Por MARTE!

Lo poco que he oído es confuso, pero la actitud y la respuesta de Livia no me dejan dudas. Aferrando la mano de Manius con fuerza tiro de él y empiezo a correr para alejarme, cuando una idea brota de pronto en mi mente.. Si estoy en lo cierto que estúpida he sido al no darme cuenta cuando tenia todas las señales delante. Mientras me alejo grito a los guardias

-Memmia Donicus no tiene ninguna autoridad aquí, os ha mentido.. Rendios o haré que os crucifiquen por traición!!! - 

A livia no le cuesta robarle la gladius a uno de los guardias. Aunque provoca a los demas a ir por sus propias armas, uno con una gladius, otros con porras de madera.

"No corran. Te equivocas estamos bajo la autoridad del jefe de guardias como dijimos, hasta que llegue el Patersu autoridad y la de Gallio es la importante." responde uno de los guardias. "Rindanse ahora ambas."

Manius por su lado mira todo con sorpresa, algo de miedo aunque parece tambien que ira. De cualquier forma sigue a Elia.

Gallio..Aún tengo presente la expresión de alegría que había en su rostro cuando vio morir a Camila. De ninguna manera dejaré que se haga con Manius. Con el niño aferrado corro hacia la puerta, esperando que Livia les detenga el tiempo suficiente y sobreviva.

-Manius, si es necesario dejame atrás y corre hacia una casa Patricia.. Invoca asilo en nombre de la madre Vesta.. Explica que a pasado y diles que estas bajo la protección de los Cornelio, que busquen a los guardias de mi casa. Pase lo que pase confía solo en tu abuelo y en los Cornelio-

-Vete al infierno canalla.-  espeta la romana escupiendo al suelo, hace unos giros de muñeca con el gladius y adopta una postura de combate, interponiéndose entre los soldados y la ruta de huida de Elia y Manius.

-Hasta el regreso del pater, Manius es el heredero. Si le queréis a él, tendréis que pasar por encima de mi.

Los guardias dudan un segundo pero entonces un par de ellos te quieren saltar encima para tratar de agarrarte y dejarte inmovilizada. Luego te dejarian sin arma para tal vez capturarte o matarte no era claras sus intensiones contigo aunque si con el joven.

Manius se queda con Elia y cruzan una puerta de los pasillos para empezar a alejarse.

"No quiero dejarte atras. Puede pasarte algo con ellos..." comentaba tal vez temiendo que lo de su madre te ocurra a ti. "Tenemos que irnos los dos. Buscar a tu familia juntos." le propone él.

Octavia gruñe, esperando una maniobra así, su mirada apenas se desvía un instante para asegurarse de que los patricios huían pero no pudo dedicar mucho tiempo a eso, deseando que su sacrificio les diera tiempo suficiente. 

Al menos esta vez podría hacer todo lo posible por defender al niño...

Por desgracia quizás se distrajo demasiado, quizás dejar que ellos actuaran primero no fue lo más inteligente, había fallado en lo más básico...no aprovechar su ventaja. 

En apenas un segundo se vio agarrada por las manos de aquellos hombres traidores, mezquinos y malditos por los dioses sean siempre.

Otra vez no...otra vez no no no...decía una voz aterrada en la psique de la romana, sus ojos se llenaron de imágenes de un noche cruel que la había conducido otra vez hasta esta situación.

Los dioses te están dando una oportunidad de rehacer el pasado...al menos de limpiar tu culpa. No la desperdicies

Los hombres la agarraron entre un par dispuestos a ha dejar que los demas le hagan lo que debian hacerle. Pero no se esperaron que ella se revolviera con mucha fuerza sacandose sus manos de encima. Dejando esa primera accion de ellos en la nada mientras observanban con cuidado lo que hacia la esclava.

"Te vamos a matar si te sigues resistiendo esclava." le advirtio uno de ellos. Mientras los demas veian a Elia marchandose.

-Vosotros tenéis vuestras órdenes...yo tengo mi convicción.- añade la romana, recomponiéndose tras el forcejeo y vuelve a su posición de combate. 

Esta vez no está dispuesta a perder su ventaja, ya era bastante difícil el combate, probablemente acabaría muerta, pero al menos le daría tiempo a huir al chico. Enarbola su espada y se lanza contra uno de sus enemigos, ojalá tuviera su lanza.

Los soldados no dijieron mas y las esperaron que viniera aunque uno de ellos no tanto a quien le habias sacado el arma cayo apuñalado en su estomago con un nuevo agujero en su persona. Pero eso no impidio a los demas atacar, aunque tal vez era porque eran muchos en un pasillo o por confianz apero su ataque no fue tan fuerte.

El ruido de la pelea que queda tras nosotros aumenta mi inquietud  - Mercurio, da alas a mis pies.. Marte, ayuda a tu sierva.. Sacrificare un toro en tu nombre si escuchas mi ruego-

-Manius, no conozco la casa. ¿Hay alguna otra puerta, por donde entren mercancías o salgan los criados? Puede que la puerta principal esté vigilada-​​​​​