Partida Rol por web

Observó como Ikateria se convertía en un animal, en una salvaje que casi parecía que tendrían que atarla con cadenas pero además, Livia dio también un espectáculo lamentable al marcharse así sin ni siquiera realizar la señal de rendición, dejando de manifiesto que aún era demasiado orgullosa para identificarse con lo que era ahora, una esclava gladiadora que además debía dar ejemplo. 

Podría usar su liderazgo, podría buscar intimidarlas pero eso no quedaría bien en una pelea... Primero debería ponerlas en su lugar y la primera de ellas debía ser la orgullosa romana que se creía por encima del resto de ellas cuando era igual a ellas e incluso ahora había quedado como una cobarde... 

- ¡Livia! Una gladiadora de verdad no se retira sin respetar las normas y nuestras señas. Si una gladiadora no se rinde, el combate sigue. Y nunca des la espalda a un enemigo... 

Posicionó su brazo y le lanzó a la romana uno de los pugios de madera, acertando de lleno en la romana y mirándola desafiante pues había abandonado un combate sin rendirse y sin que nadie se lo ordenara.

Tras ese instante de mirarla se posicionó para esperar el posible ataque de Ikateria. 

Observo como la romana se retira del combate, pero parece que así no es como debe hacerse. La verdad es que no entiendo entonces cómo se hace, parece que hay que rendirse o algo similar.

Sigo observando el combate, prestando atención a los movimientos de cada una. Al fin y al cabo puede que en algún momento me toque enfrentarme a ellas.

Las patricias vieron que el espectaculo de repente se volvia mas interesante, Camilia disfrutaba como su apuesta tenia mas seguridad. "Lo siento Elia, la suerte fue mia." comento mientras se quedaba con un favor por parte de ella.

Aunque no tuvo mucho tiempo para pensarlo ya que tras una retirada rapida de la romana, llego un golpe traicionero de la alemana. Entonces ese puglio de madera le golpeo no solo en la espalda sino en la cabeza haciendola caer al piso desmayada. No hubo mucho mas que explicar.

Camilia vio asustada y apunto estuvo de decir algo ala germanda e incluso al doctore. Pero llamo a una sirvienta rapido con ella. "Ve a buscar a Sekhmet, dile que Livia esta herida. Ve rapido."

Entonces volvio a su silla, ya que se habia levantado de la sorpresa. "Malditos barbaros. Te golpean en tu peor momento y sin honor. Ves con lo que tengo que lidiar." entonces miro a la hispana y si ella pudiera entender su mirada esperaba que castigue a la germana.

Endurezco la expresión ante el espectáculo. El despliegue de violencia me revuelve las tripas, aunque me mantengo en mi sitio por dignidad. La espectacular caída de la gladiadora y el posterior golpe llevan mi paciencia al límite. Me levanto con brusquedad dispuesta a marcharme

-He perdido, concédeme al menos la gracia de atender a la herida-

La hispana estaba viendo que se le arrebataba la presa. Que una victoria se escapase, se podía permitir, pero que le fuera robada, ... no lo podía consetir. 

Con un grito entre dientes: - ES MIA. Se valanzó sobre la rubia, y tras varios pasos le lazó la espada, a la mujer que intentaba quitarle el honor de haber cazado a su "primera mujer". Le había dado la espalda, orientandose hacia la "fugitiva". No sería un ataque honroso, pero igual de "descortés" era ella, con el latrocinio de un derribo suyo.

La germana permanecía atenta a su rivales, sin perderlas de vista desde el comienzo de aquel combate de entrenamiento que había terminado por convertirse en algo totalmente horrible. Pues entre que Livia seguía sin aceptar y reconocer su nueva posición y que Ikateria actuaba más como un animal que como una guerrera, estaban dando un espectáculo bochornoso. Por lo que la germana debía intentar mantener su posición y demostrar lo que era una guerrera de verdad, una que pensase y actuase en consecuencia de lo que se movía en el terreno de lucha.

Escuchó el grito de Ikateria y entonces vio venir la espada hacia ella. Parecía que realmente aquella mujer había perdido la capacidad de raciocinio pues había lanzado su arma y lo único que había conseguido era rozar sus dorados cabellos y provocando que esbozara una ligera sonrisa, relamiéndose los labios pues parecía estar saboreando la victoria.

Dio unos rápidos y escasos pasos hacia su rival, con su espada preparada y dio un limpio, directo y duro golpe a Ikateria, un golpe preciso y que denotaba que la germana estaba acostumbrada a la guerra y las batallas.

- Eres una guerrera Ikateria, no un animal. 

Tras el golpe dio unos pocos pasos atrás, atenta a cualquier posible acción de su rival, pues por lo que había visto no parecía tener control sobre sus propios instintos. 

SUFICIENTE

Clamó con voz muy autoritaria, era más que obvio que la cosa se habia ido de las manos hace ya bastante.

Guardias... Lleven a Livia con la sanadora

Miró a las mujeres con una expresión petrea, de hielo, sin ninguna muestra de emoción.

TODAS, VOLVED AL ENTRENAMIENTO, AHORA

Fue la orden que dio antes de colver a la sombra y observar a las guerreras y futuras guerreras.

Los gritos del doctore llegaban en un momento de tension y tal vez cuando no era era necesario. Livia seguia tirado en el piso, un par de guardias se le acercaron para llevarla pero tambien un sirviente que ya la llevo hacia otro lugar.

"Te lo concedo. Ve Elia, yo esperare aqui." dijo Camilia ordenando a una sirviente para que te guie.

Mientras la pelea terminaba con un gran golpe hacia Ikateria que si bien le dolio con ese golpe pero no era uno que la dejaria inconsiente. Ya en hispania le habian golpeado mas fuerte y esto solo la llenaba de ira para devolverselo. Pero el doctore habia dicho que paren y eso le dio la victoria a Germana.

El combate habia empezado mal pero al parecer solo necesitaban entrar en calor para mejorar las tecnicas y desde afuera pudieron notar que no fue poca cosa los que vieron los testigos.

Me quedo pensando en el combate que acabo de ver. Es posible que con una lanza yo hubiera derrotado al menos a la hispana y la romana, pero en el caso de la germana la cosa sería más complicada.

En cualquier caso he visto algunos agujeros en las tácticas interesantes, sobre todo si en algún momento me toca pelear con ellas.

Lanzo un suspiro ante las palabras del Doctore y vuelvo a coger el palum. A este paso nos vamos a hacer amigos.

Asintió a las palabras del Doctore, suspirando ante lo que ya imaginaba que recibiría aunque no llegaba a entender el motivo pues simplemente había combatido y había hecho que una gladiadora comprendiera que no podía dejar un combate de cualquier forma porque la habían humillado.

Se acercó hasta la zona en donde estaba Livia y las armas para recoger la espada que había lanzado y guardar las armas que habían quedado por allí. Al hacerlo dedicó una mirada apenada a Livia, suspirando y sabiendo que después tendría que hablar con ello y explicárselo, aunque conociendo lo orgullosa que era sabía que se la guardaría... 

Tras dejar las armas se acercó a Alina de nuevo.

- Vamos, continuemos con el entrenamiento para fortalecer esos músculos.

Su voz sonaba calmada y claramente estaba atenta por si la requerían en algún lugar. 

La hispana estaba sacando la otra espada que se había guardado, para responder a la rubita que se creía la jefa de todo el cotarro. Para ella era una mujer más que estaba en la pelea, pero intercedió una voz que pronto, parando la lucha. Pero ...

Me lanzó contra ella y si la enganchaba, rodarán ambas a los pies de todo el mundo. Su intenciónde arrollarla y derribarla, quedarse trabadas y así no pudiera usar su arma. Tendría que defenderse con uñas, dientes y cosas así. Ya le había sacudido en las costillas y eso la había enfurecido más aún. Más de lo que ya lo estaba de por si ... y seguro acabaría en la enfermería, pero, seguro allí tendría compañía.

Estaba con Alina, hablando tranquilamente con ella cuando sintió como una vibración en el suelo, como algo que se movía hacia ella. Giró levemente la cabeza para ver por el rabillo del ojo como Ikateria se abalanzaba sobre ella y, aunque la vio venir, la pilló completamente por sorpresa. Intentó moverse para esquivarla pero simplemente no esperaba el ataque.

Sintió el golpe contra el suelo, cayendo con su espalda sobre la arena y sus ojos simplemente miraban a Ikateria con calma. No hizo movimiento alguno para zafarse de ella ni golpearla.

- Nos han ordenado detener la pelea. 

Fría, calmada y con la mirada fija en Ikateria. Sus ojos mostraban un aspecto fiero y salvaje, denotando que estaba conteniéndose para no romperle la mandíbula a la animal que tenía sobre ella. 

El doctore no supo el por que de la reacción de la Hispánica, pero no se detuvo a preguntarselo, más temprano que tarde, la tomó del cuello y se la quitó de encima a la germana.

Dime en que demonios estás pensando maldita sea, di la orden de que te de tuvieras... O no lo hice?

El galo la soltó apartandola de Soenya, antes de dedicarle una mirada furibunda a Ikateria.

Media ración por el resto de la semana.

La hispania igual trato de pelear contra el doctore, trato porque al final fue sacada luego de darle un par de golpes a la germana y mirarla con una cara de pocas amigas. No parecia que le hiciera mucho caso al doctore o que le importaran las reglas. Pero al ser expulsada de ahi amenazada quedo algo mansa.

La idea de media racion no le importo y se fue marchando de ahi. Aunque no muy lejos de la arena.

La pelea por fin terminaba.

Una vez terminado el combate, y tras haber tomado nota mental de lo que sucede si no haces caso de las órdenes (y supongo que lo de ella habrá sido ligero) simplemente miro a la germana afirmando levemente.

Luego me voy a recoger el palum y pasar el gran parte del tiempo cargándolo, aunque sin olvidar coger una espada de madera y una lanza, si puedo, para practicar un poco su manejo. Lo cierto es que no se me dan mal, mejor la lanza, pero mi estilo es poco ortodoxo para lo habitual en Roma.

Allí, en el suelo, sentí los golpes de Ikateria aunque no parecían importarme, como si hubiera recibido golpes peores de manos más crueles.

Entonces escuché la voz del Doctore y como Ikateria era obligada por sus brazos a apartarse de encima mío y cuando al fin me encontré libre de su presa me alcé de un pequeño salto, limpiando la arena de mis ropas y escupiendo un poco de sangre al terroso suelo para después limpiar mis labios con el dorso de mi mano, llevándome con ella la sangre de mi labio. 

Miró al Doctore de arriba a abajo mientras me relamía los labios, pues verlo de aquella forma había provocado que mi temperatura aumentase y él pudo ver aquel deseo en la mirada de la germana al tiempo que sonreía para después mirar a Brinda y asentir.

Observó como Ikateria se marchaba y volvió a mirar al Doctore.

- Aceptaré el castigo que me corresponda por la insubordinación de Ikateria y mis actos en la pelea, aunque no entiendo si hice bien o mal... Como corresponde a mi cargo, asumiré la responsabilidad de los actos de mis hermanas. 

Sus ojos seguían en los del Doctore, esperando por su respuesta.

Una observación gratificante al ver de primera mano que la rubia estaba bien, viendo algunos golpes en su cara, nada que un poco de descanso no hiciera, pero había algo más, ese fuego pasional en sus ojos, que despertaban la secreta lujuria en el doctore, que sin quererlo, la desnudaba con la mirada.

No le prestó mucha atención a la hispana, pero si estuvo un poco al borde de responder algo inapropiado, más se contuvo para no decir nada fuera de lugar.

Sabias palabras Soenya, yo seré quien ejecute tu castigo, pues es mi responsabilidad que se respeten entre ustedes, ahora vuelve a entrenar

Clavó sus ojos en la mujer del este del Rin, on un deseo sutil solo visible a los ojos de la germana, antes de volver en si y centrarse en el entrenamiento de todos, apartandose yun poco pero sin dejar las sutiles miradas a la germana.

Luego me acompañaras a ver a Livia, para saber cómo se encuentra.

Avisa el galo a la lider para que también se comprometa a esos pequeños detalles.

La hispana, aún resoplando como un toro cabrado, se fue hasta encontrar un muro y allí intentaba levantar un montón de troncos. Era más fácil que se que partiera a que llegase a mover ese montón de enormes tarugos. Aún bullína su sangre, con la emoción del combate. Se le habían apagado los ánimos, porque el golpe del Doctore había sido definitivo y sentenciador, pero, a pesar de ello, su cuerpo podía aguantar más castigo. 

Había algo en aquel hombre ... autoridad, prestigio, carisma ... o vete a saber que lo investía de una autoridad que la gemana no tenía. - Pero a la rubia me la llevaría a la cama. Al Doctore no.

Terminó de limpiarse las ropas sin poder evitar mirar al Doctore en ciertas ocasiones, miradas furtivas y cargadas de un deseo que debía controlar. Se mordió el labios sensualmente y asintió a las palabras del Doctore.

- Así será, esperaré por su llamada. 

Se giró para regresar al entrenamiento con Brinda y Alina, sin guardar rencor alguno a Ikateria pues podía entenderla ya que ella no era muy diferente poco tiempo atrás. 

Tras las siguientes palabras del Doctore volvió a mirarle con ese ligero brillo de lujuria para asentir de nuevo a lo que decía.

- Comprendo Doctore, así lo haré, gracias.

Regresó de nuevo junto a Brinda y Alina para mirarlas mientras tomaba una de las espadas de madera para iniciar después el entrenamiento pero antes debía hablar con ellas.

- Brinda, Alina... ¿Habéis entendido lo sucedido? Livia abandonó el combate sin realizar la señal de rendición - Junto sus dedos índice y corazón con el resto hacia abajo, mostrándoles así el signo de rendición - Deberéis mostrar este signo si queréis dejar un combate. Aquí, durante los entrenamientos, significará que lo dejáis y no habrá problema en ello pero, en la arena y en un combate de verdad, dependeréis de que los dómines o quien presida los juegos o el combate acepte vuestra derrota... No lo uséis a menos que confiéis en que se os perdonará la vida... Livia dejó el combate sin gesto alguno, dándole la espalda al enemigo... Mi intención no fue lanzar el arma con tanta fuerza y por mi trato a una de nuestras hermanas seré castigada... Aún así, no lo olvidéis nunca... Jamás le deis la espalda a un enemigo, aunque vosotras creáis que el combate ha terminado pues quizás vuestra rival no lo crea así... 

Después de sus palabras esperó por si alguna tenía alguna pregunta, de ser así las respondería y de no haberlas volvería a entrenar con ambas espadas. 

Entiendo digo todavía sosteniendo el madero, entonces intentaré no mostrar ese signo nunca. Depender de otros nunca me ha gustado, y más en un asunto como este. ¿Qué pasa si matas a tu contrincante sin tener permiso? Porque imagino que no será fácil derrotar a alguien sin matarle si tienes un arma en la mano.