Partida Rol por web

"Salud!" dijo simplemente dejando que los hombres hicieran el agregado. Entonces miro a su ahijado cuando este se puso algo incomodo, pero no fue una mirada que juzgara sino con una simple sonrisa de entendimiento. Brindo de nuevo con este y se solto de este.

"Deberian hacerlo. Yo mientras ire a ver el lugar tan lindo que tiene la domina." comento ella excusandose. "No quiero incomodarlos en sus charlas de hombres." dijo dandole un guiño a Mario. "Si me disculpan." dijo haciendo una reverencia a ambos antes de marcharse. Dejandole total libertad a Martin.

Adonia sonreía y estuvo a punto de gemir de placer en un par de ocasiones. Las manos de la sirvienta se deslizaban por su piel como si quisieran llegar a todos los rincones, y sin duda la griega hubiera preferido que todos ellos fuera bien tocados.

Pero no dijo nada. Su mirada sugería que quería mas, y que le devolvería el favor a la sirvienta en caso de encontrar un pequeño hueco para ello.

Cerro los ojos y se dejo hacer, sencillamente disfrutaba de aquel pequeño placer que era el aceite. 

Cuando la morena se acerca a ella, a Livia se le escapa una suave sonrisa, complacida por lo que veia, aunque el silencio y la servidumbre que mostraba la sirvienta transportaba a la romana en el tiempo, volviendo a hacerla sentir como aquella mujer que vivía despreocupada de los males del mundo...mucho, mucho antes de casarse, claro. Le da la espalda a la mujer y retira su cabello para dejarle su piel descubierta cuando se tumba en la bancada dispuesta a dejarse llevar por las manos de...tal vez debería pregutarle su nombre...en otro momento piensa para sí la romana mientras se centra en disfrutar del masaje. Hasta ella llegan las aromatizaciones de lavanda, flores, romero y muchas otras muy exóticas, venidas de todas partes del imperio...nada de aquello era barato, sin duda la domina se esforzaba en que sus propiedades tuvieran un aspecto inmejorable...¿pero para qué exactamente?

La mirada de la germana era fría, salvaje y bastante decepcionada pues al parecer si era entre mujeres nadie decía nada pero que a ella la lavara un hombre, que además era un esclavo también, era algo malo y un comportamiento poco adecuado... Cada vez le daban más asco los romanos y sus costumbres y sus compañeras... Bueno, ellas podrían preferir la compañía de mujeres pero a ella no le resultan atractivas ni llamativas...

La mirada fría e intimidante se intensificó ante el cachete de la griega. Aún a pesar de los intentos de Verina la expresión salvaje y agresiva de la germana no desaparecía de su rostro, eso es lo que habían conseguido... Si querían a la salvaje, tendrían a la salvaje... 

Cuando le dieran las ropas se vestiría pero de sus labios no saldría palabra alguna, ya había dicho todo lo que tenía que decir. 

- Bueno, bueno, querida Madrina, estás apresurada por deshacerte de nosotros - ríe, entregando la copa a la esclava.- Saludemos primero a los anfitriones, que es lo correcto - va a buscarlos, tomando de la mano a Cassia y al Sacerdote del antebrazo.- Educación y etiqueta ante todo.   

“Lo contrario querido.” dijo ella sonriendo grande y quedandose. “Solo les daba privacidad. Para que hablen de mujeres.” le dijo en un susurro al oido complice.

De cualquier forma se dejo llevar y el sacerdote tambien, lejos de cualquier pared. Hacia donde debian estar los anfitriones como ya habian visto antes Camilia no se encontraba presente. Pero Flavio si lo estaba por lo que Mario fue junto a èl.

Ahi tambien habia un par de hombres teniendo una pequeña charla con èl. Ambos llevaban uniformes militares de gala y parecieron notar que venian antes de que lo hiciera Flavio.

Flavio que vestia la tipica toga de senados se dio vuelta al notar de quien se trataba. “Honorable Mario, tanto tiempo sin vernos senador.” dijo en saludo y despues observo a su compañia. “Buenas noches. Me presento Flavius Carvilius Donicus, pater de la familia y dueño del Ludus.” se presento a Cassia y a Mars.

Hice un gesto de respeto. Es un placer conocerle Flavius, y compañia-digo refiriendome al resto saludandolos con cortesia. Estaba dando un paseo preguntandome cuales seran las sorpresas y eventos especiales para la noche. Pero algo llamo mi atencion me extraña la ausencia de su hija pasa algo en concreto de que preocuparse?.-añadi mirando alrededor

Así lo haré Domina... No debe preocuparse pues no le fallaré

Respondió el doctore a la lanista con amabilidad... Ya que debia representar a la casa Donicus en todo su esplendor, y tal parecia que debia hacer que las mujeres se licieran a su lado.

Contempló el silencio de Nordico de una forma que el sabia que significaba, estaba de bastante mal humor.

- Honorable Flavius, tanto tiempo sin vernos senador, realmente. Ella es Cassia, mi madrina y él es Mars, el Flamen Martialis. Buenas noches, caballeros.

A pesar que la mayoria de ella deseaba las manos de las mujeres se detuvieron cuando las habian cubierto de aceite. Al verse a si misma se encontraban distintas, para algunas como la germana esto seria algo bastante diferente viendo a sus compañeras que casi parecian brillar con las antorchas ahi presentes.

Verina las miro complacida, aunque dio una mirada mala a la germana pero termino suspirando. “Asi estan mejor. He dejado su ropa ahi. Tengan presente que tienen que verse fieras...” comento y dio una pequeña mirada a Soenya. “Como ella quizas.”

Dicho eso les dio la libertad para vestirse. Las telas eran pocas que no estorbaran en las piernas o en los brazos. Junto a eso una pequeña armadura. Con todo puesto si bien no parecian guerreras del todo podrian tal vez pasar por algunas en una obra de teatro.

“Por favor no hagan destrozo alguno. Ya cuando salgamos seguro nos encontraremos con Camilia, ella les dira lo mismo que voy a decirles ahora. Van a estar en un lugar en especial como estatuas, mostrando su poder y ferocidad.” explico. “Seran vistas como diosas, solo que estaran al contacto de las personas presentes. Luego puede que haya un combate de exhibicion.” comento ella mirando a todas en especial por sus ultimas palabras.

“Comportense y seran premiadas. La domina estara viendo, tambien su padre, junto con sus primos.” aviso al final viendolas a todas. “Alguna duda?”

"Me alegra escuchar eso." dijo sonriendo contenta. "Si hay alguna duda, este es el momento." comento mirandolos a todos.

"Ademas recuerden que en la velada seguramente algunos invitados seguramente pidan su asistencia en un plan romantico que tengan." aclaro con una sonrisa picara, aquello era obvio pero debia decirlo. "Si les llega alguien diganle que solo yo atorizo ese tipo de eventos privados. Por lo que vendran a mi y asi les dare el permiso." aclarando un poco de burocracia.

La romana es sacada de su breve momento de relajación por la voz de Verina y contiene el gesto de fastidio por la interrupción del masaje. En su fantasía ya no había más cadenas ni mas celdas...lástima la vuelta a la realidad. Pero esta era su nueva vida...le gustara o no lo mejor que podía hacer era colaborar y que pasara lo más rápido posible.

-Entendido Verina...- dice mientras se dirige a las ropas y toma algunas piezas, parecían atrezzo de teatro, efectivamente, las placas de metal aunque abundantes eran delgadas y flexibles...nadie en su sano juicio se pondría eso para combatir, aunque en verdad daba una apariencia realista...de lejos y con un ojo cerrado, tal vez.

-¿Que tal lo veis?

Los otros hombres se inclinaron un poco en saludo. “Me llamo Gallio Italicus y mi compañero aquí es Herius Cincius Senilis. Ambos hemos vuelto hace poco tiempo de una campaña en germania.” se presento a los tres. “Un gusto.” dijo y tomo la mano de Cassia y le dejo un beso.

“Es bueno tener un sacerdote en esta fiesta, nunca se sabe cuando son necesario.” comento este sonriendo grande y tranquilo antes de mirar a Mario. “Pronto seremos compañeros como senadores.”

“Lamentablemente la fiesta ha sido planeada por mi hija, por lo que no puedo contarle que pasara luego.” se excuso Flavio mirando a los costados.

“Si, no es lo mas correcto su ausencia. Pero seguramente este terminando de organizar a los gladiadores ella misma. De seguro aparecera con ellos, no hay que preocuparse señores.” dijo aunque ambos lo notaron algo molesto que no estuviera presente.

Una vez habían terminado de ungirla con el aceite se acercó a las ropas, las miró con indiferencia y se vistió.

Esto es una burla... Así no iría una guerrera...

Pensó para si mientras se colocaba aquellas ropas manteniendo en todo momento el silencio y un semblante frío, intimidante y salvaje. Se había medio recogido los cabellos, aún así quedaban sueltos con su larga melena dorada y aquellos profundos ojos desafiantes. 

Escuchó las palabras de Verina sin cambiar su expresión ni sus gestos, esperando a que el resto avanzara para ir ella también. Si querían a una bárbara salvaje y fiera, es lo que tendrían... 

Su hija monta todo esto?, vaya si le dais libertad.- me rasco un poco el cabello. Si nunca se sabe cuando ser necesario un sacerdote, pero si van a ver gladiadores uno de marte es necesario siempre. Espero hayan combates a la altura de Marte.-asiento. 

Tengo curosidad por ver si las gladiadoras son tan buenas en la arena, como montando fiestas

Si domina, ¿algún invitado de interés?. Es importante saber que invitados son especiales para ella y estar mas atento a ellos si se centran en mi.

Miro al norteño y asintio. "Ademas de mi familia, probablemente este mi prometido. Ademas vendran algunos otros senadores y tal vez militares, sus esposas. No creo que sea la fiesta mas gran de roma porque esa son las del Emperador. Pero la tenemos que hacer una divertida." comento ella mirando a todos, esperando lo mejor en entretenimiento de ellos. Sus gladiadores.

- Mucho gusto, Gallio Italicus, antes que nada permítame felicitarle por el éxito de la campaña contra esas bestias germanas. Lastimosamente optan por vivir como bestias vagando en los montes en vez de aceptar nuestra paz y civilización - suspira con cierta rabia y desprecio hacia los bárbaros.- Quizás algún día los bajemos de los árboles y los convirtamos en ciudadanos o en gladiadores. Me gustaría en un futuro cercano escuchar tus anécdotas y hazañas que de seguro las tienes en demasía - sonriendo cordial.-  

Se giró a Flavius y con una palmada cariñosa y respetuosa que convirtió en abrazo se acercó a él.

- Como hija tuya está destinada a ser una gran mujer que mantendrá tu nombre en alto y la de tu gens a una misma altura, mi querido senador y amigo, Flavius Carvilius Donicus. Relájate y brindemos por Roma y las mujeres y lobas que la hicieron grande, ya que un imperio no se construye solo con hombres, tal como los degenerados helenos intentaron con efebos - riendo de forma despectiva hacia la Hélade y su gente.-