Partida Rol por web

- Que se quede entonces - aconsejé a Livia que se tumbara para tratar de aliviar nuevamente sus heridas, estaba segura que tratándolas con aceites junto con determinadas hierbas podría lograrse una mejora cualitativa y aunque no iba a conseguir en una noche que aquellas marcas desapareciesen sí que la romana iba a sentir mucho alivio en las mismas.

Le comenté a Verina, que me ayudara también a la hora de darle un masaje a Livia - cuatro manos hacen más que dos - empecé por los pies y sus piernas, dado que no había marcas en ellas y le recomendé a Verina que ella comenzase en el cuello y en aquellas zonas de su espalda que no estuvieran comprometidas.

- Si has de volver a la fiesta, quizás debieras de ir con la espalda desnuda, así todos comprobarían que ya has recibido el castigo - estaba segura que los romanos querían ver la sangre y en cierto modo que la esclava enseñara su castigo también la protegería de una noche de desenfreno y lujuria.

- Tendrás ocasión de despedirte de ella más tarde, Livia.

-No se si me dejarán volver, no he recibido ninguna instrucción al respecto, sólo que me trajeran aquí para curar las heridas...- suspira y cierra los ojos, dolorida y tal vez también para ocultar las incipientes lágrimas que pugnaban por salir- no creo que reciba la marca...seguro que la domina está decidiendo venderme a un lupanar o algo peor... Dudo que quiera volver a mirarme.

Verina se acerco cuando la egipcia comento lo de las cuatro manos. Acercandose toco como hacia Sekhmet copiandola pero yendo con mas delicadeza. Pronto livia sintio sus manos en su cuello y hombros.

"Livia tiene razon, no volvera alla eso es seguro. Los patricios estaran festejando ahora queriendo solo bebida y sexo." comento Verina que luego la miro mal a la Romana. "Pero si mando a Sekhmet a currarte, quiere decir que aun te quiere con ella. No?" dijo y pregunto a la egipcia, necesitando su apoyo para que no pensara de esa forma tan negativa.

- Igual puedo convencer a la Domina para que recibas la marca, Livia - al fin y al cabo había luchado, había vencido a su rival y la marca se supeditaba exactamente al combate, que posteriormente hubiera llevado a cabo un acto merecedor del castigo que había recibido no me parecía que invalidase su intervención previa - tú cumpliste tu parte, así que, seguramente te impongan la marca.

- Hablaré en tu favor a la Domina, si lo consigo... algo te pediré.

Sonríe con cierta amargura aunque intenta forzar una nueva medio alegre:

-Gracias Sekhmet, eso me ayudará. Seguro que la domina te tiene en alta estima... tendrá en cuenta tu opinión.- dice algo más recompuesta y se centra en dejarse hacer, posando la cabeza de lado sobre su brazo y procura intentar evadirse del dolor.- ¿Quedarán cicatrices?

- Coloqué mis manos sobre su espalda delicadamente - cuidaré para que el tiempo las borre - estaba segura que se podían eliminar aunque llevarían tiempo - no hay misterio para mi en los cuerpos, algo siempre se puede hacer - en Egipto realizábamos técnicas que aquí serían vistas con recelo y hasta con miedo, pero todas cumplían un fin y si Livia quería que aquellas marcas desaparecieran así lo haría.

La romana traga saliva y carraspea para luego finalmente, volver a escupir sangre y saliva al suelo. Se queda mirando la mancha allí sobre la piedra y piensa:

-¿Sabes...? No...no quiero que desaparezcan...no del todo al menos...así nunca olvidaré lo que pude soportar...y lo que me hicieron por lavar sus orgullos. Y ellos tampoco lo olvidarán. Lo verán cada vez que me vean.- confirma, convencida, limpiándose los labios con el dorso de la mano. Vuelve a posar la cabeza en la cama y siente que el mundo le da vueltas, tal vez no debió mover tanto la cara.

- ¿Como cicatrices de guerra? - Livia quería dejar las marcas para recordar al mundo entero que ella no olvidaba, que ahí tendría esas señales del castigo que había recibido y seguramente del castigo que reportaría cuando tuviera la ocasión de devolver el daño sufrido - está bien, curaré tus heridas pero procuraré que no pierdas su rastro; que cuando la gente te vea, contemple por lo que has pasado.

Me eché a su lado, aunque fuera momentáneamente y le bese en la frente a la vez que la acariciaba por donde no tenía heridas - mi niña romana... tengo grandes retos para ti.

-Justo esto. Gracias Sekhmet.- le responde en tono tranquilo y pensativo. Casi ya está dejando que sus fuerzas la abandonen, apunto de sumirse en un estado entre el sueño y la inconsciencia cuando las últimas palabras de la egipcia la sacan del adormecimiento- ¿Grandes retos...? Creo que ya he tenido demasiados para mí corta vida...¿Qué quieres decir exactamente? Ah...¿Cómo va el asunto de la hierba abortiva? Necesito saber si ya has preparado alguna pócima.

Las hierbas ya las tenes, te las entrego verina hace unos cuantos dias. El preparado fue facil de hacer y facil de probar que no fuera venenoso.

- A su debido tiempo, ahora descansa - me levanté y le pasé la mano sobre su silueta, a pesar de sus heridas tenía un cuerpo admirable.

- Sí, ya me llegó la hierba que encargué y tengo hecho el brebaje, si quieres puedo ir a buscarlo - me había llevado un par de días su elaboración pero tras comprobar que iba todo bien, lo tenía en un lugar apartado, esperando fuera de utilidad.

-De acuerdo...no...no tengo la cabeza ahora para eso...- dice accediendo a evitar una extraña conversación con la egipcia. Se estremece por su contacto, en otro momento seguro que habría arqueado la espalda pidiendo más pero ahora ni siquiera parecía capaz de moverse. 

De haber estado lúcida de seguro hubiera sospechado de aquellas palabras, quizás hubiera recordado alguna advertencia, mas no ahora...ahora Livia sólo era la sombra de sí misma, con la mente embotada por el dolor, a punto de perder la consciencia. 

-Pero si...si por favor Sekhmet es preciso que tome el preparado ahora...¿cuántas tomas son necesarias para asegurarnos?

La sirvienta colorada la miro con precausion, escuchando algunas de la palabras de la egipcia con temor. "No cree que debemos darle de la adormidera. Al menos para que pueda dormir bien esta noche." sugirio la mujer mas por los usos que le dio ella y otros nobles que porque supiera bien su funcionamiento medicinal.

- En tu estado dártelo podría sentarte mal, cuando mejores - tal y como había apuntado Verina sería conveniente darle la dormidera para calmarle el dolor, si añadiera el brebaje podría ser demasiado fuerte todo - mañana lo tomarás, Livia, tranquila.

- Tienes razón, Verina, ¿lo preparas tú o yo? - la romana necesitaba un calmante que aliviase su dolor por esta noche, mañana vería cómo irían progresando sus heridas y seguramente podría tomar el brebaje sin problemas.

- ¿Quieres que nos quedemos aquí?

-No...no es necesario...es mejor que os vayáis...alguien podría molestarse porque no estéis disponibles para los señores en la fiesta.- comenta, dejando caer la mano del camastro para rozar el suelo con la punta de los dedos. Debía tener fiebre porque notaba la piedra muy fría en comparación con su piel- esa planta...la adormidera...¿me quitará el dolor? Pero...¿es seguro? 

- Esa planta te aliviará lo suficiente para que puedas conciliar el sueño hoy sin dificultad - era una planta segura, calmaba y relajaba, de modo que se dormiría con facilidad y no le daría problemas en cuanto aliviaría sus dolores.

- Además, es necesario que duermas, así estarás quieta para que el tratamiento de tus heridas sea favorable y también para que te recuperes, ha sido un día duro, Livia.

Esperé a que Verina, decidiese y también recogiese.

"Preparala tu, siento que la haras mejor."  comenta mientras acaricia la cabeza de Livia. "Tranquila, la adormidera es una hierba muy usada. Es raro que nunca escuchaste de ella pero talvez es mas usada en roma que en las provincias." comento la mujer para que estuvieras tranquila, despues de todo ella misma ya habia tomado esa hierba en otros momentos.

Ante lo otro empezo a recoger las cosas. "Dasela antes que nos vayamos."

Livia se queda más tranquila con la explicación de Verina y se las arregla para componer una especie de sonrisa:

-Deja de poner esa cara, Verina...no me voy a morir...-le asegura tratando de tranquilizarla- mala hierba nunca muere, ¿nunca lo oíste? -le pregunta mientras intenta captar la mirada de la sirvienta y hablándole algo bajo pero no lo bastante como para que Sekhmet no la escuchara, tampoco intentaba que no la oyese. 

-Está bien Sek...tomaré esa infusión, gracias por tus cuidados...

- En su justa medida alivia los dolores y facilita la siesta pero... - Livia desconocía las propiedades de la infusión que le íbamos a dar para que se relajase y pudiera dormir tranquila - la adormidera también puede provocar un sueño más largo, ya sabes, eterno.

- Pero tranquila, conozco sus propiedades y a nadie le interesa que no despiertes - al menos a nadie de las presentes, tampoco la Domina - puedes dormir tranquila, Livia.

Me quedo a ver cómo se la toma.

Livia asiente con la cabeza, confiada y toma con dificultad el vaso de infusión que le ofrecen y se incorpora un poco sobre el codo izquierdo para llevarse a los labios el recipiente con la mano derecha. El calor de la bebida sienta bien y la promesa de aliviar el dolor y poder descansar, olvidarse del mundo aunque sólo fuera por unas horas...todo ello hizo que se apurase y prácticamente toma el contenido todo seguido, devolviéndolo a las manos de quien se lo hubiera dado.

Como la romana nunca había tomado ninguna hierba relajante ni remedio similar pudo notar como ésta empezaba a hacerle efecto rápidamente, tanto que al principio se asustó un poco por el relajamiento de sus extremidades tan veloz y el sopor que le sobrevino. En pocos minutos estaría completamente dormida, la vista ya se le nublaba por lo que si alguna de ellas deseaba decirle algo, casi mejor que lo dijeran ya.