Partida Rol por web

Dio una ultima lamida al pezón antes de dirigirle la palabra, la mujer llevaba bien el ritmo, y eso era el disfrute de ambos, queria eacuchar más de esa melodiosa voz en sus oidos.

No te preocupea, yo te enseñaré cómo desafiarle y vencerle, para que puedas salir airosa de tu pelea.

Finalmente le metió el dedo mayor en la parte tracera, abriendo sus nalgas con la mano mientras más sentia que se la metía, volviendo a mamar de sua pechos.

Ayudando con sus manos a que Soenya fuera mas profundo, hasta el tope de sus entrañas, notando que la presión aumentaba.

- Entonces... estoy a... tu entera disposición... maestro...

La última palabra fue susurrada en su oído en un tono claramente lascivo cargando de sensualidad, una sensualidad que parecía innata a su voz.

Un nuevo jadeo escapó de su garganta al sentir como él introducía uno de sus dedos por detrás y abría sus nalgas para darle placer por ambos lados al tiempo que él la movía para introducirse aún más profundamente en ella. 

Al sentir el aumento de la presión, el como entraba con fuerza e intensidad en ella la incitó a moverse aún más intensamente, moviéndose de delante a atrás mientras su miembro la penetraba una y otra vez, provocando que sus jadeos fueran cada vez más continuos al tiempo que su cuerpo se movía con erotismo y sus labios buscaban los de él con anhelo. 

Su cuerpo se tensaba a cada nueva embestida al tiempo que las paredes de su sexo comenzaban a contraerse, indicando que un nuevo orgasmo no estaría lejos.

Doctore respiraba profundo, divertido por las acciones de la mujer que le montaba, una auténtica amazona sobre una bestia insaciable, apartó la boca de su pecho para llevarla a la boca de la mujer corresponder su beso, si que le encantaba cómo se movia y no podia parar de saborear cada sensacion que se producía.

El hombre sonrió con picardía al paso que ella marcaba y él seguía, incluso en el borde del orgasmo de la germana, el continuó atacando desde abajo, por que el tambien estaba cerca de su orgasmo, las presiones que generaba su cálido le empujaban a ese final.

Ahorq era su turno de besarla, solo para empalarla un segundo despues y explotar dentro de ella, casi sin decir una palabra, solo continuando con el morreo.

Sus labios se habían encontrado con los de él en un intenso y profundo beso que ahogó el gemido de placer que escapó de su garganta cuando sintió como todo su cuerpo se tensaba para terminar explotando casi al tiempo que él volvía a llenarla, sintiendo de nuevo como su semilla era expulsada y disparada dentro de ella.

Aún a pesar de aquello, si él no hacía amago de detenerse ella tampoco, aunque buscaba recuperar parte del aliento perdido mientras ahora sus movimientos eran algo más lentos.

- Buen... Buen entrenamiento... De resistencia...

Sonrió con picardía mientras sus caderas seguían pegadas a él, con su miembro bien dentro de ella mientras ella realizaba muy ligeros movimientos circulares que provocaban que siguiera sintiendo el miembro de él en su interior.

- A este paso... Ni nos bañarnos... Ni... Ni dormiremos... Y... Y aún así... Me encanta... Quiero más... Más de ti...

Mordió sus labios para elevarse ligeramente hasta que casi él salió de ella para después bajar hasta volver a sentirse empalada por él.

Derramó mucha simiente dentro de ella, al final sintió que son dos adictos al placer que otorgaba el otro, y que diablos, el no queria parar por nada del mundo, habia encontrado una mujer con igual deseo, y una resistencia sobrehumana a los achaques del acto sexual.

Volvía a sentirse cómo si tuviera diez y seis años, con au miembro que se negaba a bajar, así estaba el.

Y todavía podemos seguir... Pues...yo también quiero... Más de ti...

 Sentía las ondulaciones que producía, poniendole aún más duro que antes.

Levantate y ponte de espaldas a mí, quiero ver ese trasero en todo su esplendor

Pidió casi cómo si se tratara de una orden, llegó la hora de montarla y empalarla otra vez, sin ningun miedo a lo que pueda ocurrir.

Sonrío con picardía ante su petición mientras mordía su cuello para después lamerlo hasta llegar a su oído para susurrarle con sensualidad.

- Como ordene, Doctore... 

Comenzó a moverse muy lentamente, elevándose mientras su miembro salía poco a poco de dentro de ella y cuando parecía que iba a salir se quedó allí unos instantes, moviéndose ligeramente en círculos con la punta de su miembro rozando sus labios vaginales hasta que finalmente se movió y él salió de dentro de ella. Momento en el que los restos de sus fluidos comenzaron a caer muy lentamente por sus muslos.

Terminó por ponerse en pie, girándose poco a poco para que él contemplara su cuerpo, hasta que finalmente pudo ver su espalda. Una espalda torneada con diversas cicatrices en ella y al bajar la mirada un firme trasero y unas redondeadas nalgas adornadas con pequeñas perlas producidas por las gotas de agua que se evaporaban ante el calor del lugar.

- Soy tuya... 

Un suspiro escapó de sus labios cuando ella mordió su musculoso cuello, era un deleite para los sentidos cada cosa que ella hacia, senria curiosidad por saber cómo habia obtenido sus marcas de honor, tal vez producto de batallas anteriores, despues de todo, ella es una guerrera, una amazona cómo pocas que había conocido en otros tiempos.

Se saboreaba al sentir sus labios mayores tocando y jugando con la punta del miembro por un rato, antes de que se levantara y las goras se formaran a lo largo de su tonificada espalda y sus nalgas bien redondas y duras, más dura se le ponía de pensar en ella.

Se levantó del agua lentamente, poniéndole el miembro sobre el trasero, antes de inclinarla un poco para adelante, poniendola un poco en pompa, y exponiendo su sexualidad.

Golpeó con la punta del miembro la entrada a la zona íntima,de la cual aún goteaban algunos fluidos.

También... Soy tuyo... Y Llámame Duilius...

Comenzando a meterse muy suavemente por la carne de la mujer, sintiendo los pliegues vaginales más receptivos a su avance rogresivo y lento, hasta completar el camino.

Su miembro entre sus nalgas, sus mano sobre su espalda indicándole que se inclinara y así lo hizo, mirándole y sonriéndole con lascivia mientras se relamía los labios.

Abrió ligeramente las piernas para facilitarle el acceso, mostrando así su rosado y húmedo sexo dispuesto para él.

Entonces él comenzó a adentrarse de nuevo en ella, suave y lentamente, provocando que sintiera cada centímetro de su miembro, cada arruga y pliegue. Jadeó mientras él se adentraba, terminando por emitir un gemido cuando finalmente la empaló por completo, sintiéndole de nuevo profundamente en su interior. 

- Duilius... 

Susurró su nombre entre jadeos mientras había un poco más las piernas para buscar un equilibrio para poder apoyarse al tiempo que sus caderas comenzaban a moverse en ligeros círculos.

Admirable, realmentw admirable qie la germana pudiera seguirle el ritmo tan bien, teniendo una vista perfecta de su eapalda y cuerpo a medida que la penetraba a un ritmo lento, lentamente iba acariciando su españda, pudiendo sentir la leve rugosidad de la piel cicatrizada, las heridas de las batallas que a tenido a lo largo de su vida.

Luego volvió sus manos de nuevo a las nalgas, apretandolas, solo para volver a soltarlas en un efecto rebote que hacía cómo si se tratara de un pequeño aplauso.

Soenya...

Luego de cer su nombre, dio un pequeño empujoncito al estar dentro, pegandose bien a su cadera, repitiendo de nuevo el gesto una y otra vez para así sentir la presión en las paredes musculares de su rosado y calido sexo, antes de comwnzar de nuevo a arremeter contra ella nuevamente.

Sentía como él acariciaba su espalda, como recorría con sus dedos sus cicatrices, las marcas de sus batallas y sus castigos, las únicas marcas visibles que tenía...

Marcas de cortes que bien podrían ser de espadas, marcas de mordiscos e incluso cicatrices en donde quizás hubiera estado alojada alguna flecha pero también marcas de látigos y quemaduras y no solamente en su espalda sino que al fijarse también podía ver algunas marcas de quemaduras en sus nalgas, quizás hechas a hierro cadente... Y en su costado, la marca de lo que bien podrían ser las garras de algún gran animal... Una espalda que parecía un mapa de multitud de batallas y encuentros, aún a pesar que el tacto de su piel y su rostro mostraban que aún era joven, quizás más joven de lo que aparentaba a primera vista...

Las paredes de su sexo estaban húmedas y calientes mientras ella movía sus caderas en círculos, acompañando y acompasándose a los movimientos y ritmo que él marcaba.

Sus jadeos seguían con aquel ritmo mientras sus manos buscaban un punto de apoyo pues eran sus fuertes piernas las que le servían ahora de apoyo para resistir las embestidas de aquella fiera sexual, un animal salvaje del que disfrutaba sin temor alguno.

- Sigue... Después... después quiero... darte algo... 

Ahora si tenía control sobre la germana, l negarle los puntos de apoyo de las manoa, podía empalarla a gusto mientras su humeda y calida intimidad presiona su miembro clamando por más.

La tomó de los antebrazoa para brindarle un sosten a la chica mientras la fiereza comenzaba a manifestarse, parecia cómo si la brutalidad les complaciera, y cuanta razón tenía, le wncanta el sexo de esta manera tan salvaje.

De acuerdo, pero será después de que te de lo tuyo...

Respondió el enorme hombre a las palabras de Soenya, con lascivas intenciones.

Sus fuertes brazos la tomaron, sintiendo como él la mantenía mientras sus embestidas eran cada vez mayores, mientras sentía como él la empalada con fuerza al tiempo que ella gemía.

Le encantaban los amantes salvajes y aquel hombre era sin duda de los mejores. No solamente por su constitución sino también por sus formas y anhelo por el placer. Podían ser una mezcla explosiva y laaciva, algo que la germana adoraba.

- Si... Dame... Más... No... No pares... Lo quiero... Todo... Más... Dame... Más...

Consiguió decir entre jadeos mientras disfrutaba del sexo con aquel delicioso y placentero amante.

El agua se sacudia bajo sus piernas a medida que salvajismo del galo se manifestaba, la razón se desplazaba para dar lugar al más bajo de los instintos, perdiendose en el acto de carnalidad desenfrenada.

Los gemidos y gritos salidos de sus dulces labios no eran otra cosa que el condimento estimulante que lw ponía a mil, sintiendo cómo su corazón se parecia al de un caballo de cuadriga.

Una vez más el orgasmo se hacía presente, y de una forma tal que haría temblar a todas las mujeres del mundo, pero no a Soenya, sabía que la germana era de otra madera,una madera dura pero maleable a la vez, la mejor amante que a tenido sin lugar a dudas.

Tomalo...Todo

Masculló al momento de eyacular dentro de ella con gran fuerza, solo que para el incansable galo, esto solo era un aperitivo, sabiendo bien que podria hacerlo así todo el día.

Sus movimientos eran cada vez más salvajes, sus embestidas más profundas y aún siendo ella alguien fuerte sentía como aquel animal salvaje podría romperla con facilidad de quererlo y aún así aquello aún lo hacia todo más lascivo y placentero pues si algo sabía ella era que el sexo le gustaba demasiado y con aquel hombre tenía aún más significado...

Al compas de sus embestidas los jadeos y gemidos de ella se intensificaban, las paredes de su sexo comenzaban a latir y contraerse al tiempo que se humedecían, indicando que no tardaría en llegar un nuevo orgasmo...

Sintió como él volvía a descargarse, como volvía a llenarla con su abundante semilla y aún lejos de parar ella continuó moviéndose unos pocos segundos más, buscando llegar también a su orgasmo. El cual no tardó mucho en llegar, emitiendo un gemido de puro placer para terminar por buscar el aire que le faltaba mientras su pecho subía y bajaba intentando recobrar el aliento.

- In... incre... increíble... 

Giró levemente su rostro hasta él, dejando que siguiera siendo él quien la mantenía tomaba y sonrió con cierta sensualidad.

- ¿Dónde... dónde has... estado... todo este... tiempo? Eres... de... de los... mejores amantes... que... he... conocido...

Consiguió decir entre jadeos. 

Era algo evidente su pregunta, cómo si se preguntara dónde había estado su arma favorita, más la sonrisa del galo no tardó en aparecer y dejar en evidencia un poco de cansancio.

Y tu? Dónde estuviste tode este tiempo? Ven, descansemos un momento mientras te limpio el cuerpo

El hombre se mostraba receptivo a sus palabras, al tiempo que con calma sacaba su miembro de adentro de ella, reemplazando los brutales embates con caricias.

Descansemos un momento, luego continuaremos.

Sonrió con calma mientras buscaba por recuperar aún el aliento y cuando él salió de su interior notó como los fluidos buscaban por encontrar el camino hacia el exterior, por lo que el baño iba a ser bastante bien recibido.

- ¿Yo? Más allá de las tierras del Rin... 

Le respondió con una agradable risa para después asentir a sus palabras y acompañarlo a bañarse juntos.

Ella también aprovecharía para acariciar y limpiar su piel y su cuerpo, disfrutando de acariciar y enjabonar aquel estructural cuerpo y en cuando fuera posible le ayudaría a limpiar su miembro primero con sus manos para después bajar y comenzar a acariciarlo con su lengua y sus labios.

Era una caricia tras otra, mientras enjabonaba el cuerpo de la germana, volviendo a tocar sus pechoa que no parecían haber dejado la excitacion sexual de lado.

Valla, yo era esclavo de cama antes de ser gladiador, y seguí con esos actos incluso despies de colverme campeón... Pero no extraño esos tiempos, en esa época causé envidia a muchoa hombres

Pasó la mano por su hombro, enjuagando algunoa restos de jabón que quedaban sobre su piel suave y tosca a la vez.

Dejó que el hombre acariciara y limpiara su cuerpo con sus manos mientras lo escuchaba con una sonrisa.

- Ahora entiendo pues como eres tan buen amante... Tienes mucha experiencia a tu espalda... Yo...

Ella también acariciaba el cuerpo de él, primero enjabonándolo y después quitando los restos de jabón mientras se deleitaba acariciando el poderoso miembro de él. 

- Antes de estar aquí estaba con mi tribu y mi familia... Ese demonio me trajo para venderme... Y ahora, estoy aquí... Así pues, antes de estar aquí era una guerrera, la líder de mi tribu... 

Lo miró a los ojos, relamiéndose los labios con un deseo más que evidente.

- Estoy en tus manos Duilius, confío en ti... 

Era la envidia de mis dominus, y el deseo encarnado de sus esposas, me vendían por que se cansaban de que los humillara... Malditos romano...

La volvió a poner sobre su cintura, rozando con su gran virilidad la parte baja de ella.

Deja que el agua lave esa furia y apasigue un poco el deseo de venganza, espera el momento, por ahora, disfrutemos

Sutilmente comenzó rosar el miembro otra vez contra ella, pero esta vez, amenazando de nuevo con meterse dentro de ella.

Quieres ser llenada nuevamente? Por que muero de ganas de hacerlo

Es otra vez empalarla, atacando la tierna carne de la dura mujer, mientras se la metía, volvió su boca al pezón derecho de Soenya, volviendo a succionar y chupar de el.

- No me cabe la menor duda... - Acarició sus pectorales con una mirada lasciva para después relamerse los labios - Así que son muy envidiosos, ¿no? Bueno, seguro que a las romanas las tenías comiendo de tu mano... Y dime... ¿Qué prefieres? ¿A una romana o a una salvaje? 

Sonrío con deseo cuando sintió como él acariciaba los labios externos de su sexo con su miembro, provocando que su respiración volviera a acelerarse ante tales caricias. 

- Mi deseo de venganza no se apaciguará, igual que mi deseo por ti... 

Sus caderas habían comenzado a moverse para rozarse también con el miembro de él para colocarse de manera que finalmente él fuera entrando de nuevo en su interior.

- ¿Tienes que preguntarlo? 

Preguntó con picardía mientras sus manos acariciaban su cabeza y comenzaba a jadear al sentirlo de nuevo dentro de ella.

- No me cansaría de ti...