Partida Rol por web

Observo a Ikateria. Dudo que la vayan a permitir que siga armada. Lo malo es que parece no comprender que es alguien sin derechos... y yo tampoco lo he comprendido. Veremos cómo termina esto, pero me da que va a terminar muy mal. Y lo malo es que temo que vaya a terminar mal para las cuatro, Ikateria, Soenya, Alina y yo misma.

Aún así, permanezco quieta. ¿Por miedo? No, simplemente porque nunca he querido enfrentarme a Roma. Al revés, quiero formar parte de ello. Pero cosas como esta me alejan de esa posibilidad. Suspiro y espero a ver qué hará ahora el Domine.

Los guardias miraban al que señalaba el sacerdote, solo un poco antes de mirar de nuevo a Mars. Solo se necesito un gesto de uno de ellos para saber la decision del resto. Uno de los guardias toco el hombro del señalado y nego al sacerdote. Al parecer los guardias decidian quedarse juntos.

Lo que la supuesta manzana podrida agradecio. "Humilde sacerdote le pido que rectifique su sentencia. Aqui no hay ningun tipo de conspiracion y se lo probaremos. Ahora metere en su celda a las gladiadoras incluso a la hispana." dijo el hombre con la cabeza baja.

Dicho eso fueron casi marchando en direccion de ustedes aunque mas con las gladiadoras. Si la orden de Gellio les importaba no lo mostraron.

Alina trató de seguir la conversación y las explicaciones que se estaban dando, pero estaba confundida. No sabía cuál era el lado del que se supone que debía estar, pero sabía que no podía oponerse al la voluntad del Domine. No había esperanza posible en escapar del ludus. Debía obedecer a los Domini y recuperar su libertad ganando en la arena. Así que se quedó quieta, siguiendo las instrucciones de Gallio. 

Miro a la hispana y niego un poco. Estamos metidas en un juego demasiado peligroso y complicado como para entenderlo, más todavía como para arriesgarnos a jugarlo.

Por lo tanto decido hacer lo único que parece razonable desde mi punto de vista: obedecer al domine y dejar que nos metan en las celdas. Pero esa sensación de que he sido utilizada no se me quita, y no me gusta para nada.

Viendo la actitud pasiva de las otras dos, en un gesto de orgullo hizo rodar en el aire el arma, para tomarla sobre la punta, pero, se lo pensó en ese momento y la dejó caer. Saba igual si se clavaba en el suelo, o caía rodando, o si simplmente era parte del espectáculo. Era un gesto de rendición revelde. Miró con desprecio a ambas. Ya nos las consideraba dignas.

Ya desarmada, habló una vez más, mientras se acercaban los guardias: - Ser una última vez yo pedir sacerdote. Darme ir con patricio y desvelar-yo verdad. Estaba triste. Empezaba a caer en una melancolía que le hacía sentirse una mierda. Era como aceptar el fracaso; no por haber fallado, sino porque los que tienen que aceptar su victoria, fuere lo que fuere, hiciese lo que hiciese, se habían cansado de luchar. El derrotismo le ponía enferma. Tan enferma que su ánimos caían por momentos.

Estaba volviendo a mi alcoba pero algo demando que revisara aquí, ya no era necesario estar en la presencia del joven domitor.

Miró a los guardias buscando un ápice de intención maliciosa en sua rostros.

¿Y vosotros? ¿Haceis guardia aquí?

Por alguna razón sintió que terminaría en pelea.

La germana esperaba que Duilius pudiera sacarles la mayor información posible, después de todo a él lo temían más y ese mismo temor podía dar lugar a cierto respeto. Aunque, por sus palabras parecía adivinarse que todo había terminado ya y el no tener información la estaba matando.

Miró con Verina se alejaba y simplemente suspiró muy débilmente, si la mujer quería marcharse era libre de hacerlo. 

Asiento al guardia. -Le recomendaria separarlas asi no puedan ponerse de acuerdo para el interrogatorio o al menos aislar  a la hispana del resto.-dejandoles pasar.

Luego hablo a la gladiadora. -El  patricio ya no esta, se ha ido y te ha dejado sola. Para el solo eres una espada o una muñeca rota a la que usar. Intentara deshacerse de ti o engañarte de nuevo, no se va a arriesgar.-me encojo de hombros.

Si lo que quieres es venganza aguarda, si luchas por Marte tendras tu oportunidad. Creeme en que es de mi interes desvelar que paso aqui. A veces uno a de rendirse para poder luchar otro dia.

Enfadada no tardó en responder: - Yo no redirme. Rendirme nunca. Yo atender sus órdenes para traer verdad a la verdad. No tenía claro como explicarse. El latín seguía siendo una tarea pendiente, y cuando los nervios afloraba, sobre todo cuando había múltiples sentimientos encontrados, le venía más su lengua materna que esta invasión linguística. - Interrogar a mi ya, y así ver mi verdad. Le metió una patada al pomo de la espada que levantó una polsaguera enorme. En ese trasto de metal descargó su fúria. - Si es cierto que tomar-a-mi por tonta ... pagar-a-mi por vida-suya.

"Vayan a las celdas." dijo con frialdad Gallio, esperando que Brinda y Alina le hicieran caso. "Guardias llevenlas." dijo y un par de ellos empezaron a llevar a las guerreras.

Pronto quedaria la hispana solo con algunos guardias. Gallio y Mars. Ya seria hora de terminar este juego.

Miro a Ikateria, pero es su decisión. El sacerdote de Marte lo ha dicho claramente: aquel que le hagan daño ya no está en el ludus. Pero no seré yo quien le diga cómo actuar.

Atendiendo a la orden directa de Gallio, me dirijo hacia las celdas, pensando. La verdad es que desconozco la situación en la que estamos ahora, así que no sé ni siquiera si tengo algún futuro, pero si tengo alguna esperanza será solamente obedeciendo todo lo que me digan.

De todos modos durante el viaje permaneceré callada y sumida en mis propios pensamientos. Y es que creo que hemos cometido demasiadas equivocaciones, forzadas por otros pero las equivocaciones no dejan de ser nuestras.

Todo lo que pasó? Explica...

Doctore se estaba cansando, y apenas pudo percibir que Verina se alejaba, , la cuestión era cómo proceder, si hacía tiempo, el senador podría llegar antes y exponer el exterminio de su gente, pero sentía que algo no iba bien.

Esperan al Senador Donicus?Bajo que orden?

Al guardia no le gusto que no le respondas y con una mirada clara te lo dejo dicho sin dudas. Aunque tal vez era mas por tu pregunta.

"Que preguntas galo? Con el asesinato de la Domina. Estamos aqui por orden de los patricios que han visto bien que nadie salga o entre al Ludus." comento como si repitiera las ordenes. "Obviamente el Pater podra entrar." agrego como si fuera necesario algo tan basico.

"Por eso nos preguntamos que hace aqui? Acaso busca escapar galo?" pregunta de forma mas inquisidora.

Bien parecía que aquellos guardias no tenían ni idea de lo que había estado sucediendo en el interior, que los habían enviado allí con la intención de que nadie saliera para convertir el Ludus en una carnicería.

Sin pensárselo demasiado la germana salió de entre las sombras para posicionarse junto a Duilius.

- ¿Entonces no sabéis que los traidores se han infiltrado en el ludus? Estaban entre vosotros... Desde Hispania conspiraron para asesinar a la Dómina, el sacerdote está asesinando y matando a los gladiadores mientras los guardias traidores asesinan a los esclavos y esclavas de la Dómina. Quieren acabar con todo el Ludus para hacerse con el poder y en cuanto llegue el Pater también atentarán contra su vida. Salvo que seáis vosotros o uno de vosotros quienes estáis esperando para cumplir con los deseos de los traidores de Hispania... Hasta el propio Herius está matando a los guardias... Así pues... Si no os apartáis y nos dejáis buscar ayuda fuera de estas paredes ensangrentadas es porque sois también parte de los traidores... Y todos sabemos qué se hace con los traidores, ¿verdad?

Hizo un gesto de corta la garganta con una de sus manos. 

Valla forma de referirse al doctore de este ludus en ruinas, tal cómo Soenya dice, an masacrado a los gladiadores y la gente leal al dominus, incluso puedo decir que ustedes mismos corren peligro, así que diganme, de que lado están...

Preguntó el galo en tono solemne mientras les miraba atento a cualquier movimiento inesperado que hicieran.

Los guardias se sorprencieron ante la llegada de la germana, alejandose del Duilius aunque en realidad de ambos. Mientras su manos pasaban a su espadas y lanzas. "Tu le rompiste la cara a uno de los nuestros." comento uno de los de atras.

Aunque a pesar de eso las palabras de la Soenya pudieron calar y generar una gran confucion en ellos. Con el doctore pareciendo alinear un poco mejor sus pensamientos. "Nosotros eramos leales a Camilia. Ahora somos leales al Pater y Gallio." expreso sin dudarlo.

"Pero que hablas de traiciones de hispania?" pregunto sin saber, parecia hablar por todos. "No se que esta pasando aqui pero no va haber ningun otro asesinato aqui." dijo fijando su rostro en ustedes. "Aca no habra asesinato del Pater pero tampoco saldran. Vuelve a tu celda gladiadora."

La germana les miró de arriba a abajo, con cierto aire intimidatorio y seguro.

- Si, le partí la cara a uno de los vuestros que osó tocarme e insultarme pero el sacerdote y otros guardias han asesinado y matado a muchos más de los vuestros. ¿Ir a mi celda? No soy tan estúpida para ir allí en donde me asesinarían. Cuando muera lo haré en el campo de batalla, no en mi celda apuñalada... Si me voy a alguna celda será a la de él

Dijo refiriéndose a Duilius

- Además, si vuestra lealtad es para con los dómines de este ludus... ¿Qué hacéis que no estáis defendiendo al hijo de la dómina de aquellos que quieren acabar con su vida? Los gladiadores han sido asesinados por el sacerdote y otros guardias... Cuando el pequeño muera y se sepa todo... ¿Quién creéis que serán enjuiciados? ¿Unos esclavos muertos o unos guardias que no supieron hacer su trabajo?

Alina se limita a asentir a la orden del Domine y se encamina detrás de Brinda, en dirección a las celdas.

Al pasar, dirige una mirada preocupada a Ikateria. Sólo espera volver a verla de nuevo. Las cosas no pintan bien para ella. Aunque eso no significa que Brinda y ella estén seguras. Su destino estaba en manos de los dioses. 

-Las corderas regresan al corral como parte del rebaño.

Sabía que se marchaban pero no se molestó en si quiera dirigirles una mirada, y sabía que estos momentos ern decisivos, así que había que ver que tenía el Señor Sila en mente para resolver esto. Se mantenía firme en su decisión, en las convicciones que tenía y en su estado de ánimo. No podía ser de otra manera.