Partida Rol por web

Suspira con cierta resignación.

- Poco más puedo pedir. Pues podría pedir disfrutar de él - dijo mirando y señalando a Marcus - Pero no soy así. Así pues, simplemente pediré poder disfrutar de esta hidromiel... No es igual, pero recuerda mi tierra y orígenes. Y quizás, compartirla con el resto de gladiadores y mi compañera gladiadora.

Recordó que le había prometido probarla con ella y sonrío.

- ¿No eres... como? - sin entender que habría de malo en ello, probablemente

- No voy a pedir o hacer que obliguen a un hombre a poseerme, prefiero que ellos decidan hacerlo. Por eso haré la petición de disfrutar la hidromiel con mis compañeros gladiadores y mi compañera. Aunque no sé cómo habrá terminado ella... 

Volvió a tomar un trago de su vaso. 

- Compensar a tus compañeros o no hacerlo, es cuestión del mérito de cada uno de ellos. En Roma solo disfruta de privilegios quien los merece. Marcus es un ejemplar extraordinario, nunca me decepciona - se vuelve hacia su esclavo - ambos tenéis total libertad para actuar aquí y ahora, si es lo que te preocupa - aclara a la esclava - así que bien puedes hacerle la proposición tu misma y dejar que decida.

Suspiró de nuevo, pues parecía que debía ser egoísta y pensar solamente en ella, no podía pedir nada para que sus compañeros disfrutaran también.

- La proposición está hecha. Es un hombre como pocos y si él quiere podemos disfrutar juntos de la hidromiel o del sexo. De momento, yo seguiré disfrutando de lo primero. Salvo que usted, Señor, desee que no lo haga.

Aunque tenía el vaso cerca de sus labios no bebió de él, pues sus ojos estaban fijos en aquel romano. 

- Disfruta de esta noche Gladiadora, cuanto puedas... - responde amable

No parecía que el Romano tuviera ninguna intención de molestar a la bárbara, ni por su propio criterio ni por lo prometido a Camilia. Luego miró a Marcus, sin evitar mostrar cierta curiosidad por la decisión que tomaría.

Marcus prestó atención a la conversación, atento a alguna señal de que la germana se violentara, y contento de que no sucediera nada más grave que una diferencia en cuanto a los gustos de bebida. Enarcó una ceja cuando la mujer dijo que no pediría que lo obligaran a yacer con ella, y sonrió cuando su amo le concedió la ilusión de libertad que ella tanto necesitaba. Si algo sabía el Lupus era como llegar al corazón de sus esclavos, ya fuera con las palabras, o con una afilada daga.

Abandonó su puesto de guardia y se acercó a la rubia con una sonrisa, no sin antes dedicarle una reverencia a Titus, sabía que más tarde debería compensar éste segundo premio. - Empecemos por el hidromiel, nunca lo he probado, luego veremos si puedo terminar de saborear el sabroso bocado que se me escapó dos veces por la tarde.

Observó como el hombre se acercaba dispuesto a probar la hidromiel por lo que no dudo en levantarse y servirle un vaso, aunque no fuera el mejor sitio para beberla algo era algo.

- No suele beberse en vaso pero, es lo que hay aquí. Más vale eso que nada. 

Una vez lleno le ofreció el vaso para que lo cogiera.

- Es dulce, aunque ésta está condimentada con algo que la hace menos dulce.

Se encogió de hombros ante lo de escaparse.

- Las presas fáciles no ser divertidas. Ahora no tenéis red... Podrías intentar atraparme ahora, aunque no te sería tan fácil...

Marcus tomó el vaso que le ofrecía la rubia y asintió, bebiendo un sorbo de la bebida y apreciando el sabor dulce y agrio a un tiempo, el sabor amargo al que aludía la mujer parecían especias, una costumbre de los romanos que a él no terminaba de agradarle.

Recorrió la habitación con la mirada y le dedicó una mirada apreciativa al cuerpo de la gladiadora - La habitación es pequeña, supongo que sería una persecución interesante si es lo que quieres. - sonrió - ¿Tienes algo en mente para el caso que te atrape, o el que no? ¿o prefieres que reservemos las fuerzas para actividades más... lúdicas?

Sonrío con cierta complicidad ante las palabras del esclavo.

- Podrías cogerme con facilidad, si, pero... Yo tengo algo de facilidad para escurrirme de unos brazos, por muy fuertes que sean... - Lo miró con cierta picardía - Primero bebe y luego si quieres te lo demuestro... - Le guiñó un ojo para apurar su vaso y después lamer el borde de éste con sensualidad. 

Marcus sonrió travieso y pasó un dedo por la piel del costado de la germana - No tienes aceite que te ayude, y se me da retener a quien apreso... - tomó otro sorbo de la bebida - será interesante comprobar tu técnica si es lo que quieres hacer, es tu noche después de todo, y estoy a tu entera disposición por hoy... - de un trago vació o que quedaba del vaso y lo dejó sobre la mesa - Y no te preocupes por mi voluntad de complacerte, no dudaría en pedirte como premio si me dieran a elegir entre tus compañeras.

Río ante lo del aceite y se miró el cuerpo, seguía cubierta de arena y sangre, con las marcas de la sangre reseca de su rival en su rostro dotándole sin duda de un aspecto mucho más cercano a la imagen de bárbara salvaje. 

- Hazlo... No necesito aceite para escurrirme de tu presa... Aunque, lo que si necesitaría sería un baño... 

Miró al rico hombre romano con calma.

- ¿Podría pedir un baño? Sigo con arena y sangre... No sé si eso es adecuado para estar en vuestra presencia... Y, si lo deseáis, ambos podéis acompañarme.

Miró al hombre que estaba sentado a su lado bebiendo, dedicándole una nada decorosa mirada de arriba a abajo.

- ¿No lleváis acaso el nombre del dios del mar romano? ¿Significa eso que sois mejor en el agua?

Lo miró curiosa cuando dijo lo de pedirla de premio.

- Creo que solamente tu y los otros gladiadores harían eso... ¿Por qué a mi y no a Livia o la egipcia? Ellas son más... - Buscó la palabra adecuada - ¿Educadas? Yo sólo soy una bárbara salvaje... 

Bebió lo que le quedaba del vaso de un trago y lo dejó sobre la mesa relamiéndose después los labios en un gesto cargado de sensualidad. 

Lupus asintió conforme a la bárbara, tras volver a probar el vino dejó la copa en la mesa y se dirigió fuera. El servicio ya había advertido que estarían disponibles así que no auguraba problemas para una petición tan sencilla.

- Que se disponga un baño caliente - no consultó si era o no posible, sino que lo solicitó directamente

El servicio estaba ahi afuera, tras la orden de Lupus se fueron rapidamente y prepararon el baño. Todo tardo un tiempo pero pronto tenian algo parecido a una bañera ahi en la habitacion con agua caliente, jabon* y esencia varias que daban cierto olor al agua. Aunque estas ultimas se podian usar con la barbara para sacarle ese olor a sangre y sudor. Junto a eso un par de cosas mas como peines, toallas y aunque no se pidio un vestido blanco con falda corta.

Con un rapido vistazo miro a donde estaban las bebidas. "Recuerden las mas dulces y sin mezcla estan atras. Esta señaladas." dijo señalando a las bebidas y efectivamente asi estaban, tal vez las otras parecian mas natural para la germana. "Espere." dijo y parecio decir algo a alguien de afuera y volvio con un cuerno para tomar. "Lo siento. Se nos olvido." dicho esto se retiro con una reverencia.

Miró curiosa y extrañada aquel objeto lleno de agua, aunque al ver el jabón comenzó a reír como si se tratara de una broma que solamente ella entendía. 

Escuchó con una sonrisa las explicaciones sobre las bebidas y miró en dirección a ellas, aunque comenzó antes a quitarse antes la ropa sucia y cuando trajeron el cuerpo sonrío aún más.

- Así se se puede beber...

Se acercó desnuda ante el siervo, tomando el cuerno y llenándolo con una de las hidromiel más dulces y sin mezclar. Cuando lo hizo se llevó el cuerno a los labios y bebió de él con ganas. El líquido que no llegaba a su garganta cayó por su cuello, llegando hasta uno de sus pechos y quedándose en uno de sus pezones, amenazando con caer. 

Claramente aquella mujer tenía nulo o escaso pudor. 

Marcus sonrió ante la mención del baño, y la invitación, y rió ante la pregunta acerca de su nombre, - Circo Soenya, pronto aprenderás que en la arena, lo que para nosotros es cuestión de vida o muerte, para el espectador es... Ilusión. - se encogió de hombros cuando ella cuestionó su elección de premio - Y no puedo hablar por los demás gladiadores, pero yo prefiero a las mujeres con fuego en la sangre, después de todo, no soy Romano.

Instintivamente fué hacia la puerta cuando su amo lo hizo, plantando respetuosamente una mano delante suyo sin tocarlo y abriendo él, y sólo lo dejó salir cuando comprobo que no había peligro, y sólo se permitió relajarse cuando el Lupus volvió dentro de la habitación.

Mientras preparaban el baño continuó con su relato - Marcus es mi nombre Romano, y Neptuno el apodo que me dieron en la Arena la primera vez que salí con el tridente y la red... - la muler había comenzado a quitarse la ropa, lo que provocó que él enarcara una ceja ante su falta de pudor y perdiera el hilo, y no pudo menos que relamerse los labios cuando vió la bebida correr sobre el cuerpo de la rubia.

Se acercó a ella y se agachó ligeramente para lamer la gota, apenas rozando el pezón con la punta de la lengua, la tomó de la cintura y mientras seguia el rastro del hidromiel hacia arriba hasta su cuello la levantó y la depositó de pie en la bañera - Deliciosa, permíteme que te bañe y te dé un masaje.

Asiente a las palabras del esclavo.

- Lo sé, ya me han hablado sobre el circo y que el público busca espectáculo. 

En algún momento le preguntaría de dónde era pues él mismo acababa de decir que no era romano, aunque conociendo ella tan poco como conocía de otros lados tampoco podría serle de mucha ayuda el saber de dónde venía, quizás para conocer otras procedencias... 

Una vez desnuda y con aquella gota recorriendo su pecho sintió como el hombre la lamía pero sin apenas rozar su pezón, algo que le causó cierta diversión. Al menos hasta que él la tomó de la cintura, alzándola y lamiendo los restos de hidromiel de su cuello. 

Iba a buscar deshacerse de aquellos brazos hasta que vio que la llevaban hasta el agua, depositándola de pie sobre aquella superficie a la que miró algo extrañada. Miró a Marcus de nuevo y río cuando dijo que la bañaría y le daría un masaje.

- Al último que lo intentó le hicieron detenerse a medias... Y bueno, a ti también te dejaron a medias conmigo no hace mucho... - Volvió a reír mientras se sentaba en aquella superficie - Quizás las Nornas no quieran que nada llegue a su fin en mi presencia...

Observó al noble romano, curiosa de sus acciones y conductas después de todo él la había marcado y aún no entendía bien el posible interés en ella.

Cuando Marcus le cierra el paso el viejo romano no parece en absoluto sorprendido, espera paciente a que su esclavo haga las comprobaciones pertinentes y luego a que todo esté dispuesto como ha solicitado. 

Ríe divertido a las últimas palabras de la germana, mientras recupera su copa de vino y toma asiento en un lugar que le permita unas buenas vistas de lo que ocurra en la tina.

- El castigo tiene su momento, al igual que la recompensa ¿desconfías de mi, Gladiadora? Me ha complacido tu entereza durante el marcaje, tu Ama considera que mereces mi benevolencia, ¿qué me haría interrumpirte? ¿quién se atrevería a molestarme de nuevo? - dejando claro que lo de la arena ya fue algo atrevido

Mientras estaba en el agua miró al romano con calma.

- Desconfío de todo romano, Señor. ¿Acaso no es lógico? Me llevaron lejos de mi tierra y mi familia, me denigraron y me vendieron como simple mercancía. Dejaron a mi pueblo sin su líder y desde que llegué a este ludus, no he sido más que tratada como un animal. Creo que no es raro que desconfíe de quienes me han tratado así, ¿no? - Se encoge de hombros - No sé si alguien lo molestaría, no conozco aún cómo funcionan las cosas aquí y mi profesora está siendo castigada... 

- En todo hay clases - resume - pero en Roma se te tratará como merezcas, dentro de unos mínimos al menos. Si eres valiosa, y eso depende solo de ti, vivirás bien. Te puedo asegurar que Marcus como mi esclavo, come mucho mejor que la mayoría de patricios romanos y por supuesto también folla mucho más si eso es lo que te interesa.- viendo que sus peticiones tenían que ver más con la compañía que con los alimentos - Cuido a mis propiedades como merecen y te diré más: si confío mi seguridad a un mísero esclavo, a quien le arrebaté la libertad... es porque puedo asegurarme de que él si me quiere vivo, mucho más que cualquier hombre libre al que pueda pagar, patrones hay muchos... Amos como yo muy pocos. Incluso te diré que tengo la certeza casi absoluta de que le daría un disgusto si le concediera la libertad, ¿o todavía la quieres, Marcus? ¿qué harías con tu libertad?