Partida Rol por web

- Si, estoy... Contigo... 

Antes de poder terminar de decirle nada a Alina, sintió como Drust se introducía dentro de ella sin contemplaciones, provocando que emitiera un gemido de placer mientras sus piernas temblaron ligeramente ante aquella imprevista brusquedad.

- Drust... Eres un bruto... 

Dijo con una media sonrisa lasciva mientras se relamía los labios mirándole con deseo mientras acomodaba sus piernas para soportar sus penetraciones y dejaba que él la abrazara, pudiendo sentir su acelerada respiración.

Los ojos de la germana se giraron ahora hacia su hermana, sonriendo mientras sus turgentes y firmes pechos rebotaban ante las fuerte penetraciones del galo.

- Alina... Relájate... Confía en... Spurius... Y tu... - Dijo mirando al gladiador - Más te vale... Tratarla bien... - Le guiñó un ojo a su hermano gladiador. 

Alina tembló al sentir el contacto de los cálidos labios del gladiador en su cuello y su sexo se humedeció.

Sus rodillas temblaron y las palabras de Soenya la ayudaron a calmarse un poco. No pudo evitar caer sobre el cuerpo del guerrero, aferrándose a sus poderosos hombros. Poco a poco, su miedo fue dejando paso a la excitación y dejó de rechazar el contacto de Spurius para comenzar a anhelarlo.

De reojo, vio como Soenya era agresivamente penetrada por el gladiador rubio y sintió una ligera sensación de odio hacia él, pero, al mismo tiempo, su excitación aumentó, al observar los espasmos de placer de la germana.

"Si te gusta que sea bruto." le reclamo el hombre sonriendo grande mientras empezaba a copular con ella. En el abrazo a ella tomo esos pechos que rebotaban para sentirlos en sus manos como hace tiempo que habia querido. Dejando sentir sus ansios dedos moldeando los pechos de ella, impulsandolos para adelante con cada vez que se metia con fuerza en ella.

"La va a tratar bien. Es todo un hombre honorable..." decia el galo mirando a su hermano y a Alina con una sonrisa de complicidad. "Mejor preocupate por ti y tu compañia." comento el hombre que sentiste que por un momento solto uno de sus pechos.

Tras un momento cerca de la germana aparecio otro cuerpo distinto de los presentes por su color mas oscuro. Ademas de ese regalo de los dioses entre sus piernas que ahora estaba tentadoramente cerca de la cara de Soenya.

El hispano siguio al no ver rechazo de parte de ella. Continuando besando su cuello y bajando por su hombro. Sintiendola caer en èl uso sus manos para acomodarla mejor teniendola en paralelo con su cuerpo, aunque tambien debajo del suyo.

Pronto la peliroja sintio las manos de Spurius tocando su cadera con delicadeza, nada comparado a lo del galo. Esas manos fibrozas, que no daban duda que eran de un guerrero fueron bajando en un principio hasta las piernas de ella acariciandola mientras de apoco iba abriendo un espacio donde el guerrero metia sus piernas. Luego Alina volvio a sentir sus manos esta vez subiendo a poco. 

"Tranquila..." le susurro al oido. "Como dice mi hermano, sere mas honorable por asi decirlo." te aseguro con una voz que parecia casi dulce pero mas bien calmada. 

Sentía como Drust se introducía en su interior con aquel ímpetu, con esas ansías de quien ha querido algo por mucho tiempo y al fin lo logra. Cada una de sus penetraciones provocaba un gemido de placer en la germana, aunque había algo distinto, como si sintiera que algo estaba mal o como si estuviera traicionando a alguien... Aún así, su cuerpo quería disfrutar, aunque su mente casi pareciera estar en otro lugar y su corazón apenas sintiera nada. 

Su atención estaba dividida entre Drust y Alina, permaneciendo pendiente de ella por si necesitaba cualquier cosa hasta que sintió como algo oscuro y grande se acercaba hasta su rostro haciendo que Soenya se relamiera los labios.

Temblando como una hoja, Alina se derretía en los brazos del poderoso gladiador. Poco a poco se fue calmando, mientras miraba de reojo el rostro extático de Soenya y el calor de su cuerpo iba en aumento.

Sintió como iba abriendo sus piernas y no pudo evitar una resistencia instintiva, tratando de volver a cerrarlas, pero desistió tras unos segundos, rindiéndose ante la fuerza del guerrero. Mientras miraba a la germana, arqueó la espalda y se aferró con las uñas a la espada del gladiador, con el aliento agitado y sudando a mares. Aproximó su sexo al de él. No sabía qué estaba haciendo o si era lo correcto, pero era lo que sentía que debía hacer. 

A pesar de los pensamientos de Soenya Drust no se detuvo, posiblemente porque ella no habia hecho movimiento alguno de apartarse y el cuerpo de ella parecia animarse cada vez mas. Como si esa traicion fuera un agregado mas para este momento. Continuando Drust la sigui embistiendo cada vez mas adentro, observando como su hermano dejaba la timidez.

Zared era un hombre grande en mas de un sentido. Por lo que cuando estuvo frente a la germana casi que le impidio poder mirar a Alina. "Eres hermosas." dijo con un acento de su pais y pareciendo ser tan habil con su latin como Alina.

De cualquier forma le entendiste y cuando su mano fue a tu rostro para acariciarlo sentiste su calidez. Aunque no terminaria siendo un gesto puro ya que pronto sentiste tu rostro ser empujado a su miembro. Un miembro que latia mientras Zared lo iba masturbando con su mano libre. Era claro lo que queria ese hombre, esperando que la lengua de la germana no se quedaran en sus labios.

El gladiador parecia sonreir divertido ante tu tembloroso cuerpo. Algo que sentia con facilidad mientras sus manos te recorrian subiendo mas alla de tus caderas, con una se internandose por tu espalda por tu columna y llegando a adentrarse un poco entre tus pelos rojos.

"Preparada?" pregunto aunque sabia bien la respuesta. "Ire lento." comento el hombre que ya tenia su miembro agarrado y dirigiendose a entrar al sexo de Alina. Dicho eso ella lo sintio como se metia con su miembro dentro de ella empezando a sentir como algo la invadia pero lo hacia con unas pausas que parecian como si esperara que el cuerpo de ella le diera permiso para seguir. De cualquier forma sentiria un dolor y algo liquido moviendose por debajo.

Ya no importaba si era correcto o no. Ya se habia hecho y no habia vuelta a atras.

Normalmente buscaba disfrutar de los placeres carnales y normalmente lo hacia pero ahora, ahora sentía que quería acabar pronto, que aquello debía terminar y que lo que estaba haciendo estaba mal, pero... ¿Por qué?

Las dudas se arremolinaban en su mente, aunque éstas iban quedando cada vez más apartadas a medida que las penetraciones de Drust se hacían cada vez más rápidas e intensas y los gemidos y jadeos se intensificaban también.

Entonces observó como el gladiador de color se masturbaba frente a ella, contemplando aquel poco convencional miembro y sintiendo las caricias de él en su rostro. Aún así sus ojos fueron hacia Drust para dejarle clara una cosa...

- Drust... Ni se te ocurra... Terminar... Dentro...

Estaba abusando demasiado de aquel preparado y tal y como le habían recomendado era mejor no abusar de ello...

Tras aquellas palabras y tras aquellos pensamientos su lengua comenzó a recorrer el miembro de Zared, saboreándolo y realizando ligeras caricias en la punta de éste mientras sus labios la acariciaban también. 

Al sentir el caliente y duro miembro del gladiador contra su sexo húmedo, Alina contuvo la respiración aterrada y excitada en partes iguales. A la pregunta de Spurius, sobre si estaba lista, asintió con gesto tenso, pero decidido.

Sintió como entraba en ella de a poco y, para su sorpresa, no le dolió. Sintió una cálida sensación al percibir como se expandía su sexo ante la presión del ariete del guerrero y una ola de placer recorrió hasta el último rincón de su cuerpo. Al sentir que se detenía.

Asintió varias veces enfáticamente.

—Poder seguir. —dijo casi sin aliento.

"Que dices?" pregunto sorprendido con el pedido, pero termino suspirando decepcionado. "No lo hare, pero tienes que compensarmelo." le devolvio el hombre que empezo a martillar como mayor fuerza dentro de ella. Queriendo escuchar los gemidos de ella y no otra mala noticia.

Tomando sus pechos mas fuertes y con sus embestidas la acerco aun mas cerca del miembro del otro hombre. Con el que a veces cruzaba miradas el galo.

Mientras el otro hombre suspiraba al sentir la calida lengua de ella en su miembro, junto con la mano que acariciaba su punta. Pronto dejo su miembro en manos de ella mientras paso esas manos a la cabeza de la germana acercandola un poco mas a este. Aunque tambien yendo a buscar de vez en cuando uno de sus pechos corriendo a un costado la mano del galo, aunque a este ultimo no le importaba.

Sintiendo que debia compartirla aparto un poco las manos de los pechos de ella y tomo la cadera de ella ayudabndola a moverse antes de darle un par de azotes. "Vamos. Sin miedo que el negro no muerde."

Al darse cuenta que no se habia quejado o no lo habia detenido, asumio que aguanto el dolor lo mejor posible. "Toda una guerrera." le dijo como halago.

Tras eso se volvio a mover dentro de ella, yendose para atras en un momento para volver a meterse en ella. Notabas que a pesar de tus palabras anteriores seguia pero con calma a diferencia de lo que pasaba con la germana no muy lejos. Pero su ritmo empezaba a volverse mas rapido mas contundente con mas momento y mas excitacion por los gestos de la peliroja

Sentiste sus manos de nuevo una poniendose detras de tu cuello para atraer tu rostro mas cerca del suyo. Aprovechandose eso para clavar otro largo beso en tus labios mientras su mano libre masajeaba sin miedo tus pechos.

- Como te gusta... quejarte... Si, si... te recompensaré... 

Un nuevo gemido al sentir como él comenzaba a penetrarla más intensamente, sintiendo como se clavaba bien profundo para después salir mientras tomaba sus pechos masajeándolos y apretándolos, provocando que ella jadeara cada vez más.

Río ante sus siguientes palabras mientras había aumentado la presión e intensidad de sus caricias sobre el miembro de Zared. 

- Lo sé... Mira... Mira que... Sois... Desesperados...

Abrió su boca para comenzar a meter el duro miembro de Zared dentro de su boca, comenzando a aprovechar las embestidas de Drust para mover su cabeza de delante a atrás con el miembro del gladiador entre sus labios, continuando con las caricias de su lengua sobre la punta de éste, ahogando sus jadeos con su miembro dentro de su boca. 

Una de sus manos se aferró al cuerpo de Drust para poder mantener mejor el equilibrio mientras la otra tomaba el miembro de Zared para masturbarlo mientras le realizaba aquella felación. 

Alina abrió la boca y los ojos en un gesto que mezclaba el placer con la sorpresa, al sentir su sexo lleno con el voluminoso miembro de Spurius.

Cuando éste se separó de ella, le envolvió las caderas con sus piernas y lo atrajo hacia sí.

Las manos masajeando sus sensibles pechos le provocaron una pequeña convulsión de placer.

Sintió sus labios sobre los de ella y respondió con torpeza, hasta que sintió su lengua penetrándola y ella usó la suya de la misma manera.

Tantas sensaciones desconocidas proviniendo de tantas partes de su cuerpo simultáneamente, eran casi demasiado. Pero no deseaba que aquello terminara nunca.

El hispano siguio moviendose dentro de ella, apartandose solo lo suficiente y lo que las piernas de Alina le permitian en ese momento. Aunque su idea nunca fue separarse ahora mismo ni cuando llego al baño y las vio a ambas mujeres desnudas frente a èl.

Por lo que le dio un largo beso jugando con la lengua de ella, disfrutando esa danza con ella. Mientras sus manos empezaba a masajear con mas fuerza sus pechos, frotando sus dedos por los pezones duros de ella. Haciendo suyos los pechos de ella que le dejaba el cuerpo para que hiciera lo que quisiera.

Con eso empezo a embestir cada vez con mas fuerza, dejando que sus musculatura se sintiera en ella, acomodandose para estar arriba y apoyandola mas contra el largo banco del baño. Haciendo que este tiemble con cada embestida que hacia. Liberandose del beso fue con su rostro a uno de los pechos empezando a succionarle con fuerza en uno y luego en otro.

"Quejarme?" pregunto dandole una palmada a su culo. "Vos sos la que se hace la dificil." comenta el hombre profundizando su embestida en el momento que termina de hablar. Asi empieza a hacer saliendo bastante dejando solo su punta antes de volver con fuerza contra ella tirandola por completo contra el moreno.

"Como no desesperarnos contigo preciosa?" pregunto y de paso mirando a su hermano como si le preguntara que opinaba. Dicho eso te agarro de los hombros para ayudar con tu equilibro de paso a elevarte un poco mas, pero una de sus manos quedo ahi cerca de tu culo al cual dio una par palmadas mas que eran mas sonoras que dolorosas.

Mientras Zared, disfrutaba en gran manera de la boca de ella. Suspirando con gusto y acariciando mas del rostro de ella. Ya cuando la sintio bajar con su boca en el miembro de èl, la ayudo elevando mas su cadera para meter mas en ella. Con sus pechos los fue tomando con fuerza y acercandolos hasta su miembro para sentirlo casi rodeandolo.

"Tiene razon. Eres para desesperar..." dijo como pudo el hombre dejando ve mirar al techo para bajar a mirarte. Ante los movientos de ella se acerco mas asi tenerla mas rodeada a la mujer pero con menos posibilidad de caerse del banco. "Quieres que vayamos al suelo o pileta?" pregunto a su hermano pero tambien te vio a ti con la boca ocupada.

Aunque quisiera responder a las palabras de ambos gladiadores sus labios y su boca estaban completamente ocupados con el duro miembro de Zared, pues su lengua seguía acariciando y jugando con el miembro de él mientras aprovechaba las embestidas de Drust para realizar los movimientos de entrada y salida de su boca.

Sus jadeos y gemidos eran ahogados por la felación mientras sus ojos y su mirada les indicaba mirando al suelo. Las paredes de su sexo palpitaban, aprisionando el miembro de Drust cada vez que él entraba en ella mientras sentía como Zared tomaba sus pechos para colar su miembro en ellos acompañando los movimientos de su boca con las caricias de sus pechos y sus pezones. 

Cuando las embestidas del poderoso gladiador se volvieron más violentas, Alina sintió un calor abrazador que subía desde su entrepierna, expandiéndose por todo su cuerpo. Con la boca abierta y los ojos cerrados, apenas conseguía respirar en base a jadeos.

Se mordió el labio inferior para no gritar, pero se le escapó un gemido de placer que hizo eco en las paredes del baño.

Acompañó los embates del gladiador con sus caderas. Cuando sintió sus labios succionando uno de sus sensibles pezones, echó la cabeza hacia atrás y lanzó un grito, mientras todo su cuerpo se sacudía en un espasmo extático.