Partida Rol por web

Cuando parecieron llegar al final de aquel baño sintieron otras voces cercanas, aunque no fue hasta que aparecieron por la puerta que vieron de quienes se trataban. Los gladiadores hombres habian llegado ahi con toallas tapando su parte de abajo.

Al llegar a ver a las mujeres sonrieron con diversion. Sin pensarlos dos veces sacandose las toallas con una calma de quienes no pensaban que hacian nada malo. Pronto los miembros de estos quedaron a la vista para las mujeres presentes. Un par le dio un guiño a la rubia mientras se dirigian al agua.

Estaba terminando de vestirse cuando escuchó unos pasos que se acercaban y su cuerpo se tensó, aunque al ver los rostros y cuerpos de quienes aparecieron no pudo sino sonreír con cierta lascivia. 

Se apartó ligeramente, apoyándose en la pared para contemplar el espectáculo mientras se relamía los labios con sensualidad.

- Drust, Spurius... Bienvenidos...

Dijo sonriéndoles al rubio de cabellos largos y al moreno de cabello corto para después mirar de arriba a abajo al hombre de piel oscura.

- Y... No tengo el placer de conocer a vuestro amigo...

En todo momento estaba atenta al estado y reacción de Alina, pues aunque esto podría beneficiar para su timidez también podría ocasionarle algún problema o malestar.

- Alina, si quieres marcharte hazlo. Nadie de aquí va impedírtelo, mi consejo sería que te quedaras y podríamos seguir trabajando en lo que estábamos hablando antes y deleitarnos con tan esculturales cuerpos... 

Alina estaba a medio vestir cuando vio aparecer a tres gladiadores. Inmediatamente saltó detrás de Soenya y se cubrió los pechos con las manos.

Espió desde detrás de la gladiadora y apartó la mirada rápidamente, al ver los colgantes miembros desnudos de los guerreros.

Abrió la boca para tomar aire, pues se quedó momentáneamente sin aliento. Sintió una extraña sensación en el estómago.

Había visto los cuerpos desnudos de sus hermanos accidentalmente, pero nunca tan de cerca. Además, sus hermanos no tenían ese físico tan imponente.

Soenya intentó tranquilizarla y le dio la opción de marcharse, aunque ella preferiría que se quedase, para acostumbrarse a ese tipo de situaciones.

Si Soenya no hubiese estado allí, Alina no sólo se hubiese marchado, sino que lo habría hecho corriendo y posiblemente gritando espantada.

Respiró hondo. Quería irse, pero no podía decepcionar a la gladiadora que estaba intentando ayudarla. Aunque debía admitir que también se sentía tentada a satisfacer su curiosidad, en una situación segura, en compañía de una amiga como Soenya.

Todavía cubriéndose con las manos, asintió sin decir nada y se asomó desde detrás de la imponente Soenya, echando un tímido vistazo de reojo a los gladiadores.

—Ave, gladiatori —alcanzó a decir con un hilo de voz.

Sin duda esos hombres no se parecian a los hermanos de ninguna de ellas. Los gladiadores estaban entrenados y formados de tal forma que su fisicosin duda era atrayente tanto para un escultor como para mujeres y hombres con ciertos deseos. Los hombres se encontraban confiados, con el negro no tanto pero siguiendo mas el ejemplo de los demas.

Algo que llamo la atension a ambas era que el negro tenia un miembro que no habian visto antes en el tema de la longitud, incluso entre los tres la comparacion le daba la victoria a este con su longitud, aunque los otros dos parecian ya mas excitados con la presencia de ambas.

"Zared se llama..." dijo rapido con una sonrisa facil Durst que se aceco a la germana y en consecuencia a Alina. "Es medio timido. Pero no es malo." le presento en un resumen y sin que el otro hombre dijiera mucho.

"Ave gladiadoras" devolvio el saludo de la pelirroja, aunque mas relajado. "Deleitarse con nosotros? Que estaban haciendo ustedes dos?"

Los ojos de la germana permanecieron unos segundos fijos en aquel largo miembro mientras se relamía los labios con cierta lascivia para después sonreírle a Drust y regresar al gladiador de piel de ébano pero ahora mirándolo a los ojos.

- Un placer Zared, yo soy Soenya, la germana. Oh, uno tímido... ¿Eso existe entre vosotros?

Río divertida y con confianza ante las palabras y la presencia de los gladiadores sin perder de vista a Alina para asegurarse que ésta se encontrara bien.

- ¿Nosotras? Bañándonos y hablando como hermanas... ¿Qué esperabas que estuviéramos haciendo? Ya deberías con qué tipo de compañías disfruto...

Sin pudor ni vergüenza alguna acarició el pecho de Drust mientras sonreía sensualmente.

- Pero si os molestamos... Podemos irnos y dejaros tranquilos, a los tres... en los baños...

Volvió a relamerse los labios sin dejar de dirigir miradas a los tres gladiadores mientras su pecho subía y bajaba al ir poco a poco excitándose. 

Oh, por todos los dioses sobre el cielo azul, se estaban moviendo. Esas cosas de tremendo tamaño que llevaban entre las piernas se estaban moviendo. No eran como las de sus hermanos, eran más bien como las de los sementales de su padre.

Cuando se dio cuenta de que se los había quedado mirándolos atontada y boquiabierta, Alina bajó la cabeza con el rostro encendido, sin saber qué hacer.

Soenya se acercó a uno de ellos y Alina la escuchó decir, que ya sabía con qué clase de compañía disfrutaba. A Alina la invadió una extraña sensación de desasosiego, que no supo interpretar. Claro que a Soenya le gustaban los hombres, como era natural. También a Alina, por supuesto. No había razón por la qué molestarse por lo que había dicho.

Sentía el corazón acelerado y sus pezones empujar sobre las palmas de sus manos. Quería mirar y sabía que a nadie allí le importaría, pero ¿Qué pensaría su madre? Las buenas mujeres sólo veían desnudos a sus maridos. Ya no hablemos de hacer "aquello" que sólo estaba reservado para el lecho nupcial.

"Cuando nos haz molestado rubia? Pueden quedarse si quieren tal vez ayudandonos a bañarnos si son buenas." comento el galo con una risa facil mirando a ambas mujeres. Claro que miro a la germana cuando esta se acerco incluso coloco su mano en el culo de esta apretandolo. Pero no se perdio mirar a Alina tambien.

"Si tal vez es algo timido o mas bien serio. Ustedes tambien tienen a una timida..." dijo señalando con el menton a Alina. "Ni nos mira la pobre."

El hispano por su lado se movio sonriendole a Soenya pero acercandose a Alina. "No seas timida pequeña. No vamos a lastimarte." comento este con una voz tranquila sino algo baja, era una diferencia a su hermano que tenia una voz que retumbaba un poco en ese baño. "Nadie te obligara a nada. Pero creeme pequeña que nos veremos desnudos mas veces de lo que te imaginas." le dijo el hombre tal vez tambien tratando de acostumbrarla.

Mientras el negro observo un poco a ambas mujeres. Sin hablar mucho pero sin duda sintiendose bastante atraido.

Sonrío ante las palabras de Drust y miró en dirección a la pastilla de jabón.

- Sabes lo buena que soy con el jabón... Y además, ¿cuándo dejaría perder la oportunidad de enjabonar unos cuerpos como los vuestros?

Dio un pequeño respingo cuando notó la mano del gladiador apretando su nalga y mirando a Alina con una calmada sonrisa mientras observaba como Spurius se acercaba a ésta. 

- Alina, puedes confiar en ellos. Son nuestros hermanos e incluso quizás debamos mostrarnos desnudas en presencia de ellos y de los altos cargos e incluso puede que nos hagan fornicar con público... - No parecía desagradarle mucho aquella opción - Vamos Alina, si te sientes más cómoda ven conmigo y disfrutemos juntas de contemplar y ayudar a nuestros hermanos en su baño... 

Miró también al gladiador de piel más oscura.

- Vamos hombre, acércate tu también. No muerdo, o bueno... A veces si... - Sus ojos fueron hacia Spurius guiñándole un ojo. 

Instintivamente y sin pretenderlo, Alina iba retrocediendo a medida que aquellos hombres con cuerpo de dioses se les iban acercando. No sabía donde posar la mirada. Temía ofender si no miraba y también temía mirar demasiado.

Sí volteó la cabeza cuando vio que el gladiador rubio cogía por el culo a Soenya. Estaba admirada por el desenfado y la audacia de la germana, pero también algo horrorizada. Las mujeres buenas no hacían esas cosas con hombres que no fueran sus maridos. Así era en su tierra. Por otro lado, no cabía duda de que Soenya era una buena mujer. Alguien estaba equivocado y Alina no sabía quien.

El gladiador de barba intentó tranquilizarla y Alina dio un paso atrás, al mismo tiempo que percibía su olor y su vista se fijaba en los poderosos músculos de su pecho y su vientre.

Una sensación de desasosiego la invadió y la humedad otra vez regresó a sus partes íntimas. Quería huir y quedarse al mismo tiempo. Retroceder y ser tocada por ese hombre.

Cerró los ojos y suspiró profundo. No podía decepcionar a Soenya. Nunca sería como ella, pero debía hacer el esfuerzo de parecérsele en todo lo posible. Debía ser valiente. Al menos todo lo valiente que pudiera.

Asintió a las palabras del moreno, cerró los ojos y lentamente, apartó sus manos temblorosas de sus imponentes pechos.

Permaneció así con sus excitantes atributos a la vista pero con los ojos cerrados y una mueca de tensión, temblando como una hoja, temerosa, pero también anhelante de lo que pudiera ocurrir a continuación.

Drust rio facil ante los comentarios de Soenya y por un momento miro a su hermano de piel oscura. "Mejor vente por aca. Yo se compartir no como spurius." dijo bromeando, provocando un poco a su otro compañero mientras se movia con la germana mas cerca del agua. De la pastilla de jabon.

"Si quieres empieza conmigo. Seguro sientes mi sudor del trabajo que tuve esta tarde..." comento el hombre soltandola y paradandose enfrente de ella mostrandose, incluso flexionando los musculos. 

No muy lejos sentiste los pasos de Zared, juntandose con la pareja aunque aun parecia algo timido te miraba como dejandose a tu accionar como Drust, aunque sabias que si no hacias algo drust se apuraria a ir por ti.

Por su lado el hispano se mostro mas dispuesto a empezar èl, a pesar de que Alina tenia los ojos cerrados pudo sentir la presencia del hombre. Ese calor que emanaba ese cuerpo y tambien ese olor por el ejercicio. De pronto lo sentiste mas enfrente y pensaste que si adelantaras tu mano un poco sentirias ele cuerpo de este y no estabas equivocada.

Pero el hombre se movio primero tocando tu rostro con delicadeza a pesar de las manos fortalecidas que tenia. Pero no termino ahi porque sentiste otra de ella yendo a uno de tus pechos, tomandolos tanto como podia. "Tranquila...vere de ir despacio." Entonces para terminar eso te robo un beso, frotando con dulzura sus labios con los tuyos.

La germana volvió a deshacerse de sus ropas, quedando completamente desnuda ante ellos, mostrando sus turgentes pechos con aquellos duros pezones, un vientre plano y musculado así como su torneado cuerpo.

Se mordió el labio inferior con sensualidad mientras iba entrando al agua con Drust y mirando de reojo a Zared, invitándole a unirse mientras no perdía de vista a Alina y Spurius, quizás algo preocupada por el bienestar de ella.

Tomó la pastilla de jabón, la humedeció en el agua y comenzó a enjabonar el torso de Drust con cierta sensualidad, relamiéndose los labios y guiñándole un ojo a Alina. 

Todavía con los ojos cerrados, Alina se puso dura como una tabla, al sentir las poderosas manos del gladiador sobre sus sensibles pechos y el consiguiente ramalazo de placer que casi la hizo retroceder. Levantó ambas manos a la altura de su cabeza con los dedos estirados en gesto de alarma y selló los labios de puro terror, cuando el guerrero los tocó con los suyos. Tembló visiblemente y sintió que se derretían sus piernas en una mezcla de miedo y placer difícil de soportar. Se atrevió a abrir ligeramente los ojos y vio a Soenya en brazos del rubio y el negro, dirigiéndole un guiño cómplice.

Alina intentó disimular su evidente terror y le devolvió un guiño torpe.

Aunque sus manos estaban sobre el cuerpo de Drust no le había quitado ojo a Alina, comprobando sus reacciones y atenta al bienestar de su hermana. Cuando la vio en aquel estado sonrió y miró a ambos gladiadores que estaban con ella con calma.

- Espérame... Mi hermana me necesita.

Le guiñó un ojo a estos y se acercó hasta Alina, mirando a Spurius con una sonrisa y posando su mano en el hombro de Alina.

- Alina, ¿quieres que esté contigo? ¿O prefieres que nos vayamos? Si no quieres estar aquí nadie va a obligarte. Es más, si quieres simplemente nos sentamos y observamos cómo se bañan ellos, así vas acostumbrándote a ver los poderosos y desnudos cuerpos de nuestros hermanos en la arena. ¿Qué te apetece más? 

Los demas gladiadores parecieron algo mas tranquilos con la intervencion de la germana, pero Drust estaba con ganas por ella. Ya se la habian quitado una vez y no queria que pase de nuevo.

"Sino podria observar como lo hacemos contigo rubia..." ofrecio ya cerca de ella, estando tan cerca que el miembro de èl sedejo sentir por detras. Sin duda estaba excitado y mas dado a hacerlo que a quedarse quieto. "Yo creo que estaba bien solo con el hispano. Dejala que explore un poco o que nos vea. Pronto sabra lo bueno que esta esto." comento el galo como todos los galos sin mucha paciencia pero si pasion. Una pasion que se sentias mientras se frotaba con ella ahi abajo. 

Jadeó ligeramente al sentir el roce de Drust mientras su respiración se aceleraba al sentir la cercanía del galo y la dureza de su miembro.

- Drust... Me necesita... - Dijo con jadeo. 

Detuvo su avance al sentir la cercanía de su duro miembro, buscando mantener su respiración calmada mientras miraba a los ojos de Alina, pues si ésta le decía que quería salir, saldría con ella. Nunca dejaría a una de sus hermanas sola, no ante situaciones que pudieran convertirse en un obstáculo para lograr su marca. 

Alina echó la cabeza hacia atrás, apartó los labios de los de los del gladiador y abrió la boca inhalando y exhalando con fuerza.

Se volvió a mirar a Soenya, que le ofrecía salir de allí.

Miró de reojo al guerrero y luego devuelta a Soenya.

Todo su cuerpo temblaba a partes iguales de excitación y miedo. Cerró los ojos y trató de controlar su respiración. Cuando se sintió más calmada, los abrió y los dirigió a la germana.

—Si tu estar aquí cerca conmigo, yo estar bien.

Miró a Spurius y a su amiga alternativamente.

—Yo sólo no saber qué tener que hacer.

"No veo que te necesite, yo te necesito mas..." comentaba èl rapidosin darle mayor importancia a Alina, aunque algo notaba que la chica no estaba tan asustada.

De cualquier forma Soenya la tendria dificil ya que el galo mostrando su poca paciencia, aprovecho para sujetar su miembro y llevarlo al interior de ella haciendolo ingresar en ella. Mientras el resto del cuerpo se apoyaba en ella. "Muestrale lo lindo que es lo que vamosa hacer." dijo mientras se empezaba a mover dentro de ella. Saliendo y volviendo meterse con cada vez mas fuerza, mientras sus manos iban a abrazarla.

Spurius veia como Drust se adelantaba en su deseo, sin poder evitar sonreir divertido. Aunque luego vio a Alina que le decia que no sabia que tenia que hacer.

"Relajate...para empezar." comento el hombre acercandose de nuevo a ella. "dejame actuar a mi, que no te hare mal." le decia para tranquilizarla. Acercandose a ella para posar sus labios en el cuello de ella para besarlo con cariño. Era un acercamiento muy distinto al del galo.